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INTRODUCCIÓN

En primer lugar, el artículo IX del título preliminar del Código Procesal Civil está


íntimamente ligado a la Tutela Jurisdiccional Efectiva por lo que su contenido se
flexibilizará y amoldará a efectos de cumplir con los fines del proceso.
Teniendo en cuenta que el proceso en sí no es el fin en sí mismo, sino más bien es un medio
para obtener un pronunciamiento jurisdiccional justo, las formas establecidas en este código
deben cumplirse necesaria y obligatoriamente, porque son de carácter imperativo y de esta
manera el juez adecuará y cumplirá las exigencias formales al logro de los fines del proceso
civil.

Nuestro ordenamiento procesal tiene fijados los plazos dentro de los cuales deben cumplirse
los actos procesales de las partes y del juez, por lo tanto, ejercitando este principio en
concordancia con el Principio del Debido Proceso y más aún todavía cumpliendo con la
perentoriedad procesal el operador de justicia debe cumplir y disponer el cumplimiento de
las normas procesales y fundamentalmente los plazos, como por ejemplo tenemos que deben
cumplirse lo que tiene previsto el Art. 124 del C.P. C. que señala que los decretos deben
expedirse dentro de dos días de presentado el escrito, los autos deben ser expedidos por el
juez dentro de los cinco días que están en su Despacho y las sentencias dentro de los plazos
señalados en los Arts. 478, 491 y 555 del C. P. C.

PRINCIPIO DE VINCULACIÓN Y DE FORMALIDAD


De acuerdo con el artículo IX del título preliminar del Código Procesal Civil:
Artículo IX.- Principios de Vinculación y de Formalidad
Las normas procesales contenidas en este Código son de carácter imperativo, salvo
regulación permisiva en contrario.
Las formalidades previstas en este Código son imperativas.
Sin embargo, el Juez adecuará su exigencia al logro de los fines del proceso. Cuando no se
señale una formalidad específica para la realización de un acto procesal, éste se reputará
válido cualquiera sea la empleada.
A continuación analizaremos ambos principios por separado para un mejor entendimiento.

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PRINCIPIO DE VINCULACIÓN
Es muy frecuente escuchar a los jueces lo siguiente: “las normas procesales son de orden
público” expresión que denota cierta verticalidad al momento de administrar justicia y más
a aun cuando se aplica en si a la aplicación de plazos procesales «. Aún más, es bastante
probable que la frase haya servido para sustentar una declaración de nulidad. Afirmación
que no es del todo cierta ya que en cualquier ordenamiento procesal podernos encontrar
cierto número de normas que no tienen carácter de orden público, en el sentido de ser
normas obligatorias o vinculantes; al contrario, contienen una propuesta de conducta que
puede o no ser realizada por una de las partes, sin que su incumplimiento afecte el sistema
jurídico o las reglas de conducta social consensualmente aceptadas.

Recordemos que el orden público abarca tanto al derecho privado (derecho civil, mercantil,


laboral etc.) como al público e involucra el normal funcionamiento del que deben gozar las
instituciones públicas y privadas. Asimismo, el orden público incluye a las normas
imperativas.

Sin embargo, dado que la actividad judicial es una función pública realizada con
exclusividad por el Estado, las normas procesales que regulan la conducta de los
intervinientes en el proceso y la ciencia que las integra, es decir el derecho procesal civil,
son de derecho público, admitiendo que esta dualidad (público y privado) tiene a la fecha un
uso relativo y no absoluto como era antiguamente.

Las normas imperativas son aquellas disposiciones de obligatorio cumplimiento que


afectan principios fundamentales de la sociedad y que están incluidas dentro del concepto
de orden público.

PRINCIPIO DE FORMALIDAD
Es importante destacar que el principio de formalidad es referente al cumplimiento de
las formalidades previstas en el ordenamiento procesal. Estando a lo expuesto apropósito
del principio de vinculación, se supone que las formalidades procesales son de obligatorio
acatamiento.

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El segundo párrafo del artículo en estudio contiene el llamado principio de elasticidad,
según el cual, si bien las formalidades previstas en el ordenamiento procesal son de
obligatorio cumplimiento, el Juez, como director del proceso, tiene la facultad de adecuar
la exigencia de cumplir con estos requisitos formales a dos objetivos más trascendentes: la
solución del conflicto de intereses o incertidumbre con relevancia jurídica y la paz social en
justicia, es decir, a los fines del proceso.

En otras palabras, el principio de elasticidad, al flexibilizar las formalidades


procesales, tiene como objetivo materializar los fines del proceso, es decir, garantizar la
tutela procesal efectiva de los derechos materiales y ello incluye a los fines de carácter
inmediato (resolver una controversia con relevancia jurídica en el caso concreto) y a los de
carácter mediato (acercarse lo más que se pueda a la paz social en justicia). 

Por lo que podemos afirmar que el “Principio de Vinculación y Formalidad como


Garantía de un Debido Proceso”, tiene como punto de partida lo determinado en el Código
Procesal Civil Peruano que dispone de forma expresa que, las normas procesales
comprendidas en ese instrumento normativo son de carácter imperioso, salvo regulación
permisiva en contrario.
Debido a esto, es que todas las formalidades dispuestas en el Código Procesal Civil son
necesarias. No obstante, el Juez ajustará su requerimiento al logro de los fines del proceso.
Cuando no se establezca una formalidad específica para la ejecución de un acto procesal,
éste se considerará válido cualquiera sea la empleada.

En este sentido, el propósito del proceso se fundamenta en la ejecución del derecho, lo cual
no es un interés privado de las partes, sino un interés público del Estado. La herramienta
principal de interpretación del Código Procesal Civil (CPC) está representada en el estudio
de los principios procesales, de ahí su importancia. Para el caso peruano, el CPC es la
entidad reglamentaria que regula la normativa en los métodos litigantes en materia civil
entre partes actoras del proceso, así como los actos de potestad no contencioso referido a los
tribunales de justicia en Perú. Tanto el proceso como el procedimiento, que son regidos y
orientados por diferentes principios procesales.
En tal sentido, se pueden mencionar la existencia de ciertos principios de orden
constitucional, que se encuentran expresados en el artículo 139° de la Constitución como
plataforma y dirigidos a la defensa y garantías de los derechos fundamentales y del debido

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proceso. Los principios procesales concernientes al proceso civil se encuentran previstos por
el Título Preliminar del C.P.C.

Por lo antes expuesto, cabe mencionar que, una de estas garantías más relevante es la del
respeto al debido proceso, que no es otra cosa que la exigencia de que a todos se les juzgue
de forma imparcial, impidiendo injusticias, y con un proceso con reglas determinadas que
supongan la previsibilidad del desenlace (lo cual comprende que no se estará a subvención
del capricho del juzgador).

El debido proceso ha tenido su lugar de aplicación tradicional y principal en el ámbito


jurisdiccional, ya que ese era el espacio por excelencia en el cual se juzga a los ciudadanos
con la eventualidad de que obtengan una sanción, se resuelva su condición jurídica, se
establezca el destino de sus patrimonios, entre otros aspectos significativos.
En este aspecto, con el progreso del Estado constitucional de derecho, se ha percibido el
aumento del ámbito en el cual se ha exigido el respeto al debido proceso, ya no estando
limitado al ámbito jurisdiccional, sino igualmente a la Administración pública y aún a nivel
particular. Lo que quiere decir que, se ha de tener en cuenta, que en todo lugar en el cual se
juzgue a las personas, o se vea en disputa sus derechos o condición jurídica, se debe emplear
el debido proceso como una garantía para que el resultado no sea arbitrario sino justo.

DOCTRINA
Como manifiesta Marianela Ledesma Narváez, en su obra Comentarios al Código Procesal
Civil: “…El Derecho Procesal está adscrito al Derecho Público -a pesar que en el proceso
civil se discutan derechos de índole privado- por el rol que asume el Estado en el proceso,
a través de sus órganos judiciales. Estos, al ser titulares de un poder público, no se hallan
equiparados a las partes o a los terceros, sino que se encuentran en un plano
supraordenador con respecto a los restantes sujetos procesales, a quienes imponen, en
forma unilateral, la observancia de determinadas conductas…”

En ese sentido se considera a los Magistrados como directores del proceso, por lo que el
derecho los reviste de jerarquía por sobre las demás partes del proceso, pero a su vez les
impone la observancia obligatoria de ciertas conductas.

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De otro lado, citando al Jurista Pedro Sagastegui Urteaga, en su Exegesis y Sistemática de
Código Procesal Civil, nos dice: “…Sobre la base de este artículo los jueces peruanos han
dispuesto que la “forma del escrito” a que se contrae el artículo 130 del Código debe ser
observado cabal e imperativamente dando lugar a una rigurosidad en las “formalidades”
que consideramos necesario sobre todo para corregir irregularidades de Código de
Procedimientos Civiles derogado…”

De la cita anterior se puede establecer que la finalidades la de hacer ver a los abogados que
en las proceso judiciales debe existir orden, precisión y cuidado y cuidado en el
cumplimiento de las formalidades procesales, ya que estas tienen carácter imperativo.

JURISPRUDENCIA:

1. La Casación 877-2015, Lambayeque establece que si bien el principio de vinculación


no refiere que las formalidades previstas en la ley procesal son imperativas, el juez
puede adecuar su exigencia al logro de los fines el proceso. Respetando el derecho de
defensa de las partes procesales.

Noveno. […] [Aun] cuando según la norma del artículo IX del Título Preliminar
del Código Procesal Civil, las formalidades previstas en este cuerpo normativo son
imperativas, el juez puede adecuar su exigencia al logro de los fines el proceso,
razón por la cual el ad quem deberá hacer la valoración pertinente, aclarándose
que no existe vulneración del derecho de defensa del demandante, en razón de  que
fue notificado con el medio probatorio [presentado de forma extemporánea por el
demandado], habiendo, inclusive, emitido pronunciamiento al respecto en su
escrito [correspondiente]. 

2. De acuerdo con la Casación 4664-2010, Puno, en los procesos de familia, como en


los de alimentos, divorcio, filiación, violencia familiar, entre otros, el Juez tiene
facultades tuitivas (es decir ejercen la protección del más débil de la relación
procesal) y, en consecuencia, se debe flexibilizar algunos principios y normas
procesales, pero como reiteramos, el magistrado siempre debe garantizar el derecho
al debido:

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IV. Fallo: Por las razones expuestas, este Pleno Casatorio de la Corte Suprema de
Justicia de la República, declara que constituye precedente judicial vinculante las
siguientes reglas: 1. En los procesos de familia, como en los de alimentos,
divorcio, filiación, violencia familiar, entre otros, el Juez tiene facultades tuitivas
y, en consecuencia, se debe flexibilizar algunos principios y normas procesales
como los de iniciativa de parte, congruencia, formalidad, eventualidad, preclusión,
acumulación de pretensiones, en atención a la naturaleza de los conflictos que
debe solucionar, derivados de las relaciones familiares y personales, ofreciendo
protección a la parte perjudicada, ello de conformidad con lo dispuesto en los
artículos 4 y 43 de la Constitución Política del Estado que reconoce,
respectivamente, la protección especial a: el niño, la madre, el anciano, la familia
y el matrimonio, así como la fórmula política del Estado democrático y social de
Derecho. […]

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CONCLUSIONES

 El artículo IX del Título Preliminar del Código Procesal Civil está íntimamente
ligado a la Tutela Jurisdiccional Efectiva por lo que su contenido se flexibilizará y
amoldará a efectos de cumplir con los fines del proceso.
 En virtud del principio de vinculación, las normas procesales contenidas en el
Código Procesal Civil son de derecho público y sólo tendrán carácter imperativo en
la medida en que así se establezca expresa o indubitablemente.
 Las normas imperativas son aquellas disposiciones de obligatorio cumplimiento
que afectan principios fundamentales de la sociedad y que están incluidas dentro del
concepto de orden público. 
 El orden público abarca tanto al derecho privado (derecho civil, mercantil, laboral
etc.) como al público e involucra el normal funcionamiento del que deben gozar las
instituciones públicas y privadas. Asimismo, el orden público incluye a las normas
imperativas.
 En el derecho privado, tenemos normas tanto carácter dispositivo como normas de
carácter imperativo sin que ello signifique que sean normas de derecho público.
 El principio de elasticidad, al flexibilizar las formalidades procesales, tiene como
objetivo materializar los fines del proceso, es decir, garantizar la tutela procesal
efectiva de los derechos materiales y ello incluye a los fines de carácter inmediato
(resolver una controversia con relevancia jurídica en el caso concreto) y a los de
carácter mediato (acercarse lo más que se pueda a la paz social en justicia). 

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