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Autora: S.A.R.

Por si lo olvido.

No recuerdo mucho de mi infancia porque siento que pasó muy rápido y la verdad creo que yo

mismo borre de mi memoria parte de ella. Aunque nací dentro de un matrimonio creo que me faltaron

muchas cosas para lograr decir que tuve una buena infancia. Recuerdo que mi padre trabajaba en una

camaronera lo veíamos cada quince días y a veces era más tiempo; mi madre y mi hermana estábamos

en casa, casi siempre y aunque no éramos ricos debo decir que nunca nos falto lo material, hasta la

comida era abundante hasta el punto que podíamos compartir con amigos y conocidos. Algo que no me

gustaba y lo recuerdo bien, es que mi madre nos dejaba donde los vecinos mientras ella salía a trabajar y

eso que dicen que yo era feliz ahí y les decía papas a ellos y hermanos a los hijos que ellos tenían, pero

se los confieso, no recuerdo nada de eso. Aun, si eso fuese cierto, mis recuerdos no son esos, ahí pase

momentos horribles porque uno de los hijos intentó abusar de mi y vaya que si recuerdo eso; a veces

pienso que eso marcó tanto mi vida que ya después entenderán porque lo digo. Es cierto que me llevaba

bien con los demás miembros de esa familia, pero gracias a lo que su hijo hizo, mis sentimientos

cambiaron, yo sentía que ellos me habían fallado; pero es que en realidad ellos me vieron crecer y me

salvaron en varias ocasiones de que mi madre me diera una zurra, pues mamá cuando era más joven era

algo violenta para educarnos; bueno más que violenta, en realidad nos flagelaba y a veces no

comprendíamos porque era así. En ocasiones nos pegaba tan fuerte que le gritábamos “Bruja”. Claro

que después de decirlo era muy probable que recibiéramos una bofetada, pero la verdad es que de

alguna manera eso nos ayudaba a sentirnos mejor. También recuerdo que acompañábamos a mi madre

a casa de conocidos, ya que ella vendía ciertos productos que le permitían tener ingresos hasta que

papá llegará; pero hubo una ocasión que en una de esas casas también viví un mal momento; uno de los

jóvenes que ahí vivía quiso abusar de mi hermanita y eso también lo recuerdo bien; le pedí que no le

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hiciera daño y pues en vez de intentar abusar de mi hermana me lo hizo a mí, en ese entonces solo tenía

8 años y aun puedo recordarlo, jamás le conté a mis padres ninguno de estos eventos y ahora que soy

adulta no entiendo por qué no lo dije. Y aunque yo era alegre y me gustaba tener muchos amigos, no

era fácil para mi expresar lo que sentía; no podía y es que simplemente tenía temor a decir lo que sentía

o pensaba; es que con mis padres no era fácil hablar, siempre peleaban o se alteraban si decíamos algo

que no les parecía, era mejor decirle algo a un extraño que a ellos. En la escuela era excelente, desde

pequeña mi mamá nos adelanto mucho y sí, sin duda siempre voy a estar agradecida con eso. Pero

todas mis hermanas, mis 4 hermanas; somos muy perfeccionistas cuando se trata de los estudios, así

que en ese aspecto nunca dimos de que hablar. En la escuela me sentía bien pero muy pequeña empecé

a tener la curiosidad de tener un novio. Mi primer novio fue Iván, teníamos 10 años; y ya nosotros

hacíamos cosas que haría alguien un poco más grande y es que por mi parte creo que los eventos

mencionados me motivaron a actuar así, por lo menos eso es lo que creo. En el caso de él era lago

diferente, ya que su mamá había tenido varias parejas y creo que eso lo normalizó en su mente, así que

éramos dos niños intentando actuar como adultos. Como pasábamos mucho tiempo solas con mi

hermanita, pues él iba a mi casa y nos besábamos en mi cama, nos cubríamos para que mi hermana no

nos viera; aun a esa corta edad sentía la necesidad de proteger a mi hermana de eso. No quería que ella

hiciera lo mismo; yo pensaba que lograba engañarla para que no le dijera nada a mi madre, pero no, ella

le decía todo a mi madre y desde luego que recibí mi merecido. Claro está, dejé de verme con mi

noviecito y a raíz de ellos empecé a juntarme con las niñas más grandes, las que eran rebeldes y hacían

cosas arriesgadas. No sé quería crecer pronto y les confieso que ahora me arrepiento por haberme

apresurado. Después me gustó otro compañero, pero ya tenía casi 12 y la verdad es que ahí fue

diferente, él en realidad me gustaba, pero me veía solo como su mejor amiga; se llamaba Juan Carlos y

éramos los encargados de la disciplina del grado pues fuimos lo de mejor rendimiento escolar de esa

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promoción y por eso pasábamos mucho tiempo juntos. Nunca me correspondió porque a él le gustaba

una de nuestras compañeras y pues ya, a esa edad experimenté el dolor de escuchar hablar a la persona

que te gusta de otra chica que no era yo. Sin embargo, le escribí una nota y le confesé mis sentimientos,

pero él se burló de mi y no le importó; me dolió muchísimo y a raíz de eso dejamos de ser mejores

amigos. Y se acuerdan de Iván, él siempre estaba cerca y fue un consuelo, pero no, no volvimos; tan solo

seguíamos siendo amigos. Pues bien, nos graduamos de la secundaria y cada uno se fue a otra

institución para seguir la secundaria y créanme que ya para ese tiempo la juventud estaba algo loca, se

fugaban del colegio, se escapaban de casa para irse con sus novios y ya había noviazgos homosexuales

en los planteles y eso nunca lo pude tolerar. Pero no era porque no me llamaba la atención, sino que, si

yo hubiera atrevido a hacer algo de eso, no la iba a contar. Mi madre hubiera medio matado donde yo

hubiera atrevido. Claro que más tarde si lo hice, pero fue por huir. Recuerdan que les conté que mi

mamá trabajaba, y pues ella ya no nos dejaba con los vecinos pues contrato una niñera, si mal no

recuerdo tuvimos dos niñeras. Pero no fue por mucho, así que más adelante fui yo quién se quedó

cuidando a mi hermana menor y asumiendo ciertas responsabilidades. Claro está que eso me hizo

madurar y ver las responsabilidades con más seriedad, pero es que a pesar de dar lo mejor de mí a esa

corta edad, no podía complacer las expectativas de mi mamá y si algo no estaba bien nos castigaba y de

la peor forma. Eso llego a cansarme y cómo yo era tan enamoradiza me metí con un hombre 9 años

mayor cuando solo tenía 13 años de edad y se los juro que no se que me pasó; tenían muchos

pretendientes, muy lindos, inteligentes y todo lo que se puedan imaginar pero elegí a ese hombre como

un escape porque ni siquiera lo amaba o me gustaba, pero es que el me trataba bien y lleno un vacío

que yo tenía. Como mamá me exigía cada vez más responsabilidad y no castigaba; yo empecé a sentirme

ahogada, agobiada y que debía huir y lo hice, me fui con él. Todos pensaron que me fui porque ya

estaba embarazada o que quizás ya había tenido relaciones con él; pero todas esas hipótesis estaban

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lejos de la realidad; pues jamás se me había pasado por la cabeza hacer nada con él. Pero cuando

escapamos juntos, fue ahí cuando recién tuve relaciones con él y eso que ni quería, estaba asustada y

me estremecía del miedo porque por un momento me acordaba de las cosas malas que viví cuando era

niña, pero su trato y la forma en que me habló logro convencerme y me convertí en su mujer. Cuando

escapé no pensé en el dolor que le causaría a mis padres y tampoco previne que tendría que vivir en una

casa extraña con gente que no sabía como me iban a tratar y fue muy difícil vivir en la casa de sus

padres.

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