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Anécdota de la vida de las vacaciones de verano 2019: SIETE

He aprendido que siempre después de una tormenta, lo más ruin que sea, aparecerá el arcoiris más
bello que hayas visto, lo único que debes hacer es atreverte a atravesar esa tormenta y mirar hacia el
lugar indicado.
Hoy, para muchos quizá hice una estupidez o una locura, y bueno, ambos están en lo correcto. En un
principio estaba muy nerviosa y me costó dormir en la noche, recuerdo que estaba igual hace una
semana atrás, luego de haber llorado todo un día, con los ojos hinchados y la voz temblorosa. Por un
motivo que a muchos les cuesta entender, el cual se llama soledad.
La soledad es un sentimiento horrible y se caracteriza por ser la ausencia de interacción social y en
mi caso… amigos y amor. Antes nunca me habían importado tanto los amigos, de verdad, a las 14-
15 años era completamente asocial y era feliz así, como que me faltaban sentimientos y mi vida se
había centrado en el éxito y logro personal.
Mi martirio, comenzó una mañana, me desperté, luego de haber visto por dos días seguidos mi
anime/serie preferido hasta el momento “Seven Deadly Sins”, el cual trata sobre la importancia del
amor y la amistad de siete amigos héroes en las aventuras de la vida. Bueno, desperté y mi cabecita
se puso a pensar en las mil y una forma en las que mi vida no era así, repasando desde los seres
mitológicos hasta… la interacción social.
Desperté llorando, creo que había tenido una pesadilla. Poco a poco, recordaba en un llanto
incontrolable lo sola que estaba, no tenía amigos reales, solo los del colegio, los cuales no me hacían
ni pizca de caso en las vacaciones y cada vez que se organizaba una junta nunca iban, comprendía
que no les importaba juntarse conmigo o no, pues siempre seré para ellos “La compañera buena onda”,
nada más. No coincidíamos con nada, nuestros intereses eran distintos y se juntan conmigo, por muy
triste que suene, solo por interés. Lo sé, no soy tonta, y muchas veces he querido negarlo pero en el
fondo de mi corazón asumo la verdad. Intenté muchas veces organizar una junta, partiendo por invitar
a la piscina, fantasilandia, la casa de la Dani, el parque, mi casa, el mall, el trampolín park, la
AnimeExpo, y bueno todo terminó con la misma respuesta…no. No sabía por qué y me comencé a
sentir mal, hasta que entendí que el problema eran ellas, no yo. Ellas estaban aflijidas y no sabían
valorar una amistad verdadera como la mía. Suena egocéntrico, pero es así, yo llevo cultivando lo
mejor que puedo nuestra amistad por más de dos años y no he recibido lo mismo a cambio. La amistad
es de a dos, no de a uno.
Me deprimí mucho, lloraba mucho, estaba irritable y al pensar en ello mis ojos se tornaban cristalinos.
Me había juntado con las personas incorrectas, con una persona vulnerable y manipulable, con una
persona que solo anda con uno cuando alumbra el sol y otra mitómana-superficial. Para que hablar
de las otras dos jajaja, un par de rameras del diablo que solo andan conmigo para tener buenas
calificaciones.Me da rabia e impotencia porque yo puedo tener muchos defectos, pero ser mala
persona no, pero ser desleal no, pero ser mala amiga no, yo no merecía lo que estaba pasando.
Pasaba la mayor parte del tiempo sola y ahora viene una parte importante de la persona que me salvó
del colapso, mi madre. La amo mucho, es la mejor persona que he conocido, aunque a ella no le guste
que le diga así la considero mi mejor amiga. Mi madre está conmigo cuando más sola estoy, mi madre
me invita a salir donde yo quiera, mi mamá es lo mejor que puedo tener, pero a veces siento que no
es normal pasar tanto tiempo con una persona, necesitaba amigos de mi edad, pues mi madre también
necesita su tiempo, no puede estar pendiente siempre de mi, no es normal, por eso siempre este tipo
de cosas prefiero escribirlas que decirselas, para no darle más problemas de los que ella tiene. Ella es
genial porque trata de acercarme a gente y da el primer paso por mí, se preocupa.
Comencé a buscar en internet como terminar con la soledad, pero los consejos que daban eran muy
banales y eran para gente mayor, no para una niña solitaria de dieciseis años. Hasta que me rendí y
finalmente concluí por atreverme a hablar, a conversar, a juntarme con la gente y salir de mi zona de
confort. Recé, es la verdad, eso hice y mucho, casi todos los días.
Llego un momento, luego de aproximadamente cuatro días luego de ese colapso emocional terrible
que tuve el viernes y gracias a dios en el trabajo de mi madre se hizo un paseo. Allí me dije a mi
misma ¿quieres amigos? Pues hoy te harás al menos uno y si no lo haces no vales nada. Entonces
cuando llegue saludé a todos e intenté encajar pero hay algo en mi que todavía no sé que es que me
hace diferente al resto, es como si vibrara en una frecuencia diferente al resto, no logro mantener
amistades y comprendí que los conocidos que hiciera hoy probablemente no los vuelva a ver hasta en
un año después. Me rendí, sí, cuando en fantasilandia todos se subían unicamente a los juegos más
extremos en cambio yo no… pero no estaba sola, había un niño que no se subía a ningún juego.
Comezamos a hablar y vimos que teníamos mucho en común, nos hacíamos reír mutuamente, nos
gustaba escribir, dibujar, las series y los videojuegos. A ese niño lo molestaban los otros niños y yo
me daba cuenta y me reía de los chistes que hacían sobre él, hasta que lo conocí realmente. Para
muchos, conocer a una persona no es tan importarte como para escribir un párrafo sobre eso, pero
para mí sí. Ya que me marcó…es como si la Danae Cerda tuviera un siete, o como si la Daniela
Zepeda decidiera hacerse atea. Cosas increibles, para mi eso ocurrió, conocí a una persona que tenía
una frecuencia similar a la mía. Quiero aclarar que esto no es amoroso para nada, la historia que
contaré no es de pololeo, romance ni nada… para mi eso aun no existe, no es mi plan, no lo necesito
en mi vida.
En el bus nos sentamos juntos, por mera casualidad, porque la Belén había decidido irse sentada con
la Cynthia que conmigo pero bueno, creo que era porque se subieron a la mayoría de sus juegos
extremos juntas, la entendía perfectamente. Con el Alonso nos subimos a los mismo juegos con los
que me subía con mi mamá. Juegos tranquilos, a ambos nos gustaban. Hasta que llegamos a conversar
de un videojuego al que ambos jugabamos, entonces él me invitó a una junta de ese videojuego de
una hora en los que niños de Nexus y chicos de una escuela de verano se iban a juntar. Le pregunte
cuando sería y me dijo el jueves. Entonces comprendí que el destino había decidido así y quería
dejarme libre de mi miseria en la vida social.
Entonces acepté, en un principio porque amaba ese juego, segundo porque él me había caído super
bien y tercero porque ¡viviamos al lado! Se suponía que iba a ser una hora, entonces le dije a mi padre
y el también estuvo de acuerdo, me esperaría al frente, le dije a mi hermana psicóloga y ella también
estuvo de acuerdo, pero no me atreví a decirle a mi mamá, ¿por qué? Para no preocuparla, luego del
incidente de no haberle respondido el teléfono y que vino pensando que me había muerto, no quería
preocuparla, sabía que iba a decir que sí pero iba a estar ella con un nudo en la garganta. Mi padre iba
a estar estacionado al frente del parque en el que nos juntamos (al frente de la casa del Alonso) en el
metro Ñuñoa.
Finalmente fui valiente y me atreví.
Bueno, llegué y de a poco comenzaron a llegar, en total eramos siete, tres niñas y cuatro niños, ellos
ya se conocían pero aún así me integré super bien de hecho no sé que decir, solo felicidad. Eran de la
misma onda que yo (o parecida) y lo primero que hicimos fue jugar, todos super amables, eran lo
máximo, creeme Belén del futuro. Jugamos, hicimos carreras (en la vida real), luego mi padre
comenzó a llamarme, pues me demoraba mucho y se fue a dar una vuelta, además después nos ibamos
a juntar con la Nayi. Después pedimos sushi, y de verdad creo que todos estabamos muy alegres y
motivados, eramos un montón de niños solitarios intentando ser felices. Así lo vi yo, quizá era lo
contrario, no lo sé, por primera vez en mucho tiempo sentí que pertenecía a un lugar.
De hecho, Belén, eramos siete. Siete chicos ¿recuerdas lo que dije? Lo de la serie. Estabamos
comiendo sushi y contando chistes mientras que yo analizaba lo extraño que era todo. La serie era de
siete amigos, extraños, retraídos sociales y derrepente comencé a hacer conexiones que llenaron de
emoción.
Alonso- Meliodas.
Dani- Diana
Gabriel- Ban
Vicente- King
Belén- Gowther
Martina- Merlín
Diego- Escanor

¿Que hermoso, no? Y nuestras personalidades encajaban perfectamente para cada personaje… De
verdad creanme. Dios quizo ayudarme y lo hizo muy bien…
Ya bueno querida Belén me despido un beso en la frente, que te atreviste y obtuviste tus recompensas.
Espero volver a ver a los chicos ya que son lo máximo.

14/02/19

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