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Cambio en mi vida

Jennifer Paulina Toledo Oseguera

3ºA
Comenzaré narrando esta historia la cual, no me
pertenece a mí directamente, pero fui de las personas más
afectadas, algo así como un testigo que nadie pensó que
sería consciente de lo que pasaba.

Yo tengo una hermana, la cual quiero y aprecio


mucho. Ella es una chica muy bonita y seria, siempre se
empeñó en darme un buen ejemplo. A pesar de la situación
con nuestros padres... ¡espera! Aún no me adelantaré a eso,
todavía falta mencionar quién soy yo. Yo soy (en mi
perspectiva) la persona más importante para ella, soy quien
desde que comenzó a tener conciencia, una mis metas fue
hacer que se sintiera orgullosa de mí.

Ahora sí, tenemos los datos suficientes para


comenzar. Mi querida hermana, estaba comenzando la
adolescencia, como mencione antes, tuvimos una
problemática familiar donde mi padre estuvo ausente 3
años. Durante esos 3 años estuvimos solos con mi madre,
de hecho, podría decirse que
durante esos tres años jamás sufrimos por la falta de
nuestro papá, tal vez porque lo veíamos casualmente, pero,
recuerdo que siento una niña, nunca me sentí mal porque
mi padre no estuviera con nosotros. Cuando mi hermana
recién había cumplido 15 años, mi padre regreso a casa,
ellos nunca tuvieron un vínculo de afecto muy grande, pero
ambos se respetaban mutuamente. Entonces nuestro padre
adaptándose a su nueva vida y integrándose de nuevo con
toda la demás familia, era invitado a eventos que
organizaban. Es curioso pensar en momentos del pasado,
cuando en ese momento, te despertaste y no tenías la menor
idea de que ese día sería un cambio fundamental en tu vida,
si tú nunca lo has hecho, te reto a que lo intentes, es una
sensación extraña y melancólica.

Al primer evento al que fuimos, fue una fiesta


familiar, donde iba toda la familia de mi primer apellido.
Mi hermana siempre ha sido muy seria, a tal grado de
preferir quedarse sentada en la mesa a ir con alguien e
iniciar una conversación, y mi padre, al ver esto, y estar en
pleno proceso de restablecerse con su hija, la animo a que
hablara con sus primos. Antes de seguir, quisiera decir algo
que jamás pude comentar; y es que la mayoría de las
desgracias que han ocurrido en la familia, han sido por
causa de mi padre, no es que tenga odio hacia él, pero
tampoco afecto.
Al hablar mi hermana con los primos, conoció a un
chico, que era muy cercano a la familia, el cual, es una de
las bases de esta historia, ¡así que tenlo presente! Este chico
no era guapo, ni tampoco listo, honestamente no sé qué vio
mi hermana en él, pero, sí fue impulsiva al enamorarse de
él, fue por el hecho de que era adolescente, ella jamás había
tenido alguna experiencia amorosa, fue curiosa quizás.
Casualmente, yo me hice amiga de la hermanita pequeña de
este chico, así que a veces hablábamos de nuestros
hermanos. Quiero aclarar algo, mi dulce, hermosa y amable
hermana, JAMÁS fue novia de ese tonto, y me muero si fue
así, solo era un enamoramiento de dos adolescentes, gracias
a Dios que solo eso.

Dada la relación que se había establecido entre mi


hermana y el chico, solíamos ir a los eventos familiares más
seguido, en ese entonces a mí me gustaba ir, siempre
jugaba con la hermanita del chico. Mi hermana siempre
estaba junto a él, se veía que se llevaban bastante bien e
incluso se veía más contenta. En esos tiempos, mis padres
bromeaban con ella diciendo que era su novio, haciendo
que esta se sonrojara,
todo era felicidad e iba bastante bien, y como dicen:
¿Qué podría salir mal?

Hasta la fecha, esta ha sido una frase que me da


miedo tan siquiera pronunciar.

Un día, como cualquier otro, fuimos todos a uno de


estos dichosos eventos, pero, ese día en particular, hubo
algo raro, pues el chico había llegado más tarde de lo
normal a la fiesta. Yo como una niña, ni siquiera me
importaba si llegaba o no, pero entre los juegos con su
hermana, me enteré por casualidad de la razón.

Una de las pocas frases sabias de mi padre que


puedo rescatar, es cuando decía que por algo pasan las
cosas.

Y dicho lo anterior, me enteré jugando con la


hermanita del chico, que su hermano había ido al psicólogo,
por cuestión de que él se hacía daño a sí mismo,
específicamente: cortadas.
He de decir que yo fui una niña bastante inocente,
no… ¡espera! fue más como ingenua. Ni siquiera sabía que
era un psicólogo o para qué servían, y mucho menos que
tipo de personas solían ir allí. Así que solamente aprendí la
palabra psicólogo para molestar a mi hermana más tarde
diciéndole que yo sabía porque había llegado tarde y ella no
(como dije; era ingenua).

Cuando la fiesta terminó, tanto mi hermana, como


mis padres y yo, estábamos muy satisfechos del evento y en
el camino en auto a casa los comentarios y bromas no
faltaron.

Primero comenzó el tema de mi hermana y el chico


sobre lo mismo de siempre: que se veían como novios y
esas cosas, pero luego en mi ingenuidad, saqué al aire de
forma interrogativa lo que me había dicho mi pequeña
amiga, diciendo entonces:

-Oigan, ¿sabían que el chico llegó tarde porque fue


al psicólogo?
Inmediatamente mi hermana quiso callarme, pero
mis padres ya habían escuchado, y solo rieron, haciendo
bromas tontas sobre que mi hermana se iba a casar con un
loquillo, no comentaron nada al respecto, y solo siguieron
con las bromas.

Ese fue el último momento que viví donde no había


problemas, ahora que te cuento esto, me resulta sumamente
triste pensar en ese hecho, después de este suceso, las cosas
no volvieron a ser iguales, había perdido a mi verdadera
hermana; mi dulce y hermosa hermana.

Pasaron algunos días y se presentó un nuevo evento,


al cual fuimos, esta fiesta ahora tuvo lugar en casa de unos
familiares y se siguió el mismo plan de siempre en las
fiestas: mi hermana con ese chico, mis padres bobeando y
yo iba a jugar con mi amiga, todo normal hasta que esta
fiesta terminó y fuimos a casa. Todo normal, ¿no?
Otro día, donde aparentemente todo estaba bien, mis
padres, mi hermana y yo, habíamos terminado de comer, y
nos encontrábamos todos en casa, pero entre las risas y las
bromas mi madre noto algo raro en la muñeca derecha de
mi hermana, así que la reviso: Ella tenía cortadas que no
eran muy profundas, pero debido a que mi hermanita tiene
la piel muy pálida y delgada, se le notaban mucho las
marcas de rasguños.

Aquí fue donde nuestros padres ya no reaccionaron


de manera divertida, así que mi madre la cuestionó
exigiendo una explicación, aunque ella, al ser una
adolescente, simplemente los burló de manera engreída.
Más tarde, mis padres hablaron entre ellos para discutir
sobre mi hermana, entonces mi padre intentó entender
porque hizo tal cosa, preguntar si tenía problemas y que le
pasaba, ella siempre había sido muy aplicada y honesta.

La respuesta de mi hermana era simple y a mi


parecer un poco tonta, pues mencionó que lo había hecho
porque aquel chico se comportaba de mala manera con ella
y sentía que la trataba mal y con desprecio. Además de la
influencia de que él también lo hacía.
Mi padre habló con ella, en la única charla padre-
hija que tuvieron entre ellos dos y mi hermana se
comprometió a no volver a hacer tal cosa.

Ahora en la actualidad, me pregunto si la cosa


hubiera seguido igual si tan solo mi hermana hubiera
mantenido su promesa.

Pero ¡Oye! Aún no te olvides de mí como lo


hicieron mis padres, ellos jamás se preguntaron cómo me
sentía yo y mucho menos lo harán ahora que soy más
grande y tengo mayor conciencia.
A pesar de la situación con mi hermana, mis padres
siguieron manteniendo el contacto con los padres del chico
para que ellos se siguieran reuniendo. Y también
“aconsejaron” a mi hermana para que hablara con el tipo si
estaban teniendo problemas. Como lo he dicho muchas
veces, mi hermana es una persona sumamente dulce pero
reservada, así que a pesar de que ese tonto la tratara mal,
ella seguía queriéndolo.
Una vez, fuimos todos a casa de este sujeto, con la
intención de que ella se la pasara con él y yo jugara con su
hermanita. Cuando estábamos todos juntos en una
habitación de su hogar, pude notar como ese horrible
monstruo sin corazón solamente le daba la razón a mi
hermanita sin siquiera estarla escuchando.
Como la casa de los padres de tipo era muy distante
a la de nosotros, solamente fuimos una única vez, pero, aun
así, mí hermana y el chico mantenían el contacto por vía
móvil, nadie sabe que hablaban entre ellos, pero estoy
segura que ese tipo la seguía tratando mal.
Pasó el tiempo, y las cosas seguían “normal” hasta
que un día, paso el evento mas detonante de esta historia.
Aquí era a donde quería llegar, aquí es donde me quejo
porque nadie me puso atención a mí, mientras yo fui y
seguiré siendo un testigo esencial para ese “caso”.
En este día estábamos todos en casa, recuerdo
perfectamente que me encontraba con mi madre en su
cuarto y mi padre estaba con mi hermana en el cuarto de
nosotras dos. Así que mi hermana, siendo ella algo tímida,
le pidió a mi padre que se marchara para poder cambiarse
de ropa, mi padre simuló que dejaba el cuarto, y cuando
ella se dio la vuelta, mi padre la tomó por los tobillos como
una broma, pero en la acción, su pantalón se subió un poco
y pudo notar algo: cortadas.
Mi padre esta vez no se lo tomó para nada bien, y
comenzó a golpearla y también a gritarle con lenguaje
vulgar mencionando que era una “perra mentirosa”. Te daré
una advertencia antes de seguir contando; utilizare las
groserías que ellos mismos dijeron para que puedas
entender las cosas desde mi lugar, si no te agrada ese
lenguaje, es mejor para mí, pues así te dará el mismo temor
que tuve yo, una niña de 8 años al escuchar cómo
golpeaban a mi hermana tan fuerte como era posible.

Entre todos los golpes, mi hermana grito a mi padre


que la perdonara, que ella ya sabía que era un idiota, mi
padre solo decía repetía que dejara de estar con sus
*mamadas* y que era una *cabrona mentirosa*. Cundo
termino de azotar a mi hermana contra el cinturón, le gritó
que le enseñara si tenía más cortadas, y preguntó con qué lo
había hecho, ella le respondió que no se había cortado en
ningún otro lugar y que lo había hecho con un cúter,
entonces la mandó a disculparse con nuestra madre a su
cuarto, lugar donde me encontraba yo. Mi hermana entró,
llevando solamente una camisa muy delgada en su cuerpo y
le pidió a mi madre disculpas prometiendo que nunca lo
volvería a hacer.
Mi madre dijo con aires de grandeza que esperaba
que no lo volviera a hacer, y, si te digo algo cruel de mi
madre, es que ella quería pegarle desde la primera vez que
se cortó. En seguida mi padre gritó que estaba castigada y
no había nada de tecnología para ella.
Al ver a mi hermana temblorosa y con la espalda
roja por los golpes, la emoción que sentía en ese momento
era enojo; el enojo de creer ignorantemente que era una
mentirosa y cómo podía haber hecho tal cosa de nuevo.

Las cosas se calmaron un poco hasta que se hizo de


noche y mi padre le ordeno a mi hermana que fuera a regar
las plantas del jardín, mi hermana obedeció y mientras
tanto mi madre fue a nuestra habitación, donde de nuevo
me encontraba yo, y comenzó a revisar de pies a cabeza su
lado del cuarto. Sacudiendo las almohadas, un ruido
metálico se escuchaba de una de ellas, mi madre entonces
la vio a detalle y sacó un cúter, después mi hermana regresó
a la habitación, donde mi madre la esperaba.
Mi madre comenzó a cuestionar a mi hermana, y
volviendo a decir que era una desgraciada mentirosa,
después tomó el cúter, y con él en la mano, le dio una
bofetada en el rostro.
Acto seguido, mi hermana dolida y sin decir ni una
palabra, fue a sentarse a una esquina de su cama, allí mi
madre se sentó con ella diciéndole que era una gran
estúpida y que por eso los jóvenes no se debían de
enamorarse a esa edad, porque solo hacen un montón de
tonterías. También dijo una frase, decía que, si quieres
amar a alguien, primero tienes que quererte a ti mismo.
Luego mi madre salió de la habitación y se fue a su
cuarto, yo estaba muy asustada por la violencia así que me
fui corriendo a abrazarla y entonces comencé a llorar, pero
ella cuestiono mi llanto, diciendo que yo no había hecho
nada malo y que no tenía por qué hacerlo, después, me
mandó a dormir y entre a nuestro cuarto nuevamente,
donde vi el rostro de mi hermana con los ojos rojos y llenos
de lágrimas. Jamás, ni siquiera cuando todo era un caos,
había visto a mi hermana llorando. Me metí en mi cama y
antes de dormir, no podía dejar de pensar en que mi
hermana podría llenarse de coraje y hacerme daño, sé que
es un pensamiento muy absurdo, pero creía que, si ella era
capaz de lastimarse
a sí misma, también podía hacerme daño a mí o
incluso a mis padres.
Después de ese día, mi preciosa hermanita, había
cambiado totalmente en su actitud y personalidad; comenzó
a ser sumamente reservada, se aislaba completamente,
escuchaba música triste y se tiraba al suelo, ¡incluso
empezó a adorar a los dibujos de corazones rotos!, sé que
suena algo ridículo, pero el problema es que duro toda su
adolescencia con ello, y aún peor, que más adelante
desarrolló una especie de misofobia. Aunque mi hermana
aparentara una personalidad de muerte, en el fondo siempre
conservó su lado dulce y cariñoso, pero tanto fue el dolor
del evento, que creo algo así como una máscara para evitar
ser lastimada otra vez.
Para mí, la manera de actuar de mis padres, fue muy
equivocada, y solo empeoro la situación, tal vez tengo un
punto menos por el hecho de que no sé lo que es ser padre,
pero la violencia nunca deja nada bueno.
Siguiente a ese acontecimiento, hubo otra vez donde
fuimos a un evento familiar, y mi hermana vio de nuevo al
chico; resulta que el muy descarado se encontraba con otra
chica que incluso era su novia. Se que para mi hermana fue
muy duro ver algo así, pero no creo que pudiera sentir más
dolor del que ya sentía.

Como te comentaba antes, yo fui testigo de todo


eso, pero nunca nadie me puso ni la más mínima atención,
así que te contaré un poco de lo que yo viví también, pues
cuando mi hermana se aisló de todo, también me trató con
desprecio. Siempre he sido muy insistente, así que, aunque
ella me odiaba, yo siempre quería sacarle una sonrisa, o
apoyarla
dejando que utilizara mis cosas, aunque estuviera
castigada, de igual forma, deseaba con todas mis fuerzas
que estuviera orgullosa de mí, por lo que comencé a
seguirla en todo lo que hacía; también escuchaba música
triste, dibujaba corazones rotos y se los mostraba, todo al
fin de darle por lo menos un poco de alegría, pero ella
solamente me rechazaba.

No fue doloroso en ese entonces, pero ahora cuando


pienso en cómo cambie yo también, duele ver cómo todo se
separa. Obviamente no iba a durar toda mi vida insistiendo,
así que poco a poco fui dejándola, hasta ahora, donde ella y
yo solo nos hablamos si es necesario. Mis padres nunca
pensaron en los efectos colaterales que tendría el dejarme
ver toda esa violencia cuando era niña, así que ahora me es
imposible no tener miedo cuando veo una discusión, por
muy simple que sea.
Para no dejarte con la duda, mi hermana pasó su
etapa adolescente y maduro, volviendo a reintegrarse a una
vida más activa. Se quedó con algunas heridas, como el
caso de la misofobia, pero pudo salir adelante y seguir
siendo muy aplicada, hasta sale con sus amigos e intenta
conseguir pareja.
Si te cuento esta historia es para que conozcas
cuánto se puede llegar a cambiar en la vida, supongo que
también siempre quise sacar esta historia para sentirme más
aliviada, y como mensaje a mi hermana, quisiera decirle
que no importa lo que pase o haya pasado, siempre la
amaré. Y, por último, te agradezco a ti el haberme
escuchado. Gracias, en verdad.

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