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TEMA: “LEPTOSPIROSIS”

CÁTEDRA: ENFERMEDADES INFECCIOSAS Y TROPICALES

INTEGRANTES:
E.M. ANCHUNDIA ZAMBRANO GLADYS ALICIA
E.M. ERAZO NARVÁEZ ERIK BRAYAN
E.M. FLORES ALAVA FREMIS VALENTIN
E.M. PALMA HÉRNANDEZ ANDRÉS RENET
E.M. PONCE MACÍAS CAMILA SHADEN
E.M. TIAMARCA PLAZA MARÍA MERCEDES

DOCENTE:
DR. MAURICIO PALACIOS CEVALLOS

PARALELO:
“A”

PERIODO:
2023 - 2023
CONCEPTO

La leptospirosis es una de las enfermedades bacterianas zoonóticas más importantes del mundo, que afecta
comúnmente a poblaciones de escasos recursos y provoca una morbilidad y mortalidad significativas. La
leptospirosis es causada por una infección con bacterias de la especie Leptospira. Estas espiroquetas son
transportadas por una variedad de animales salvajes y domésticos. Los humanos pueden infectarse con estas
bacterias. Los roedores son uno de los reservorios más importantes para que esta bacteria permanezca en el
medio ambiente. La principal vía de trasmisión a los humanos es a través del contacto con tejidos u orina de
animales infectados, así como barro o agua contaminada con la orina de los animales infectados.
Los síntomas incluyen fiebre repentina, fuertes dolores de cabeza, dolor muscular, náuseas y escalofríos. Los
factores de riesgo de enfermedad incluyen la alta población de reservorios, factores ambientales, factores
recreativos y factores ocupacionales. El diagnóstico precoz sigue siendo un desafío debido a la falta de
sospecha clínica entre los médicos, sus síntomas inespecíficos y la disponibilidad limitada de pruebas de
diagnóstico rápido en el punto de atención.

AGENTE ETIOLÓGICO

El agente etiológico de la enfermedad es Leptospira spp., una


espiroqueta Gram negativa que pertenece al orden Spirochaetales
y a la familia Leptospiraceae de la cual se han reportado por lo
menos 22 especies y más de 300 serovariedades.

 De las 22 especies el 45% son patógenas para humanos y animales (Leptospira interrogans, L.
borgpetersenii, L mayottensis, L. santarosai, L. noguchii, L. weilii, L. alexanderi, L. kmetyi y L. alstonii)
y otras de baja patogenicidad (L. broomii, L. fainei, L. inadai, L. licerasiae y L wolffiii).
 Son microorganismos espirales, finos y dotados de gran movilidad helicoidal, con extremos en forma
de gancho y dos flagelos periplasmáticos, con los cuales atraviesan los tejidos.
 Se excreta en la orina y puede sobrevivir en el agua durante varios meses; por lo tanto, es un medio
importante de su transmisión. Inactivadas por la radiación ultravioleta y mueren con la desecación;
toleran temperaturas bajas, pero no superiores a 40 °C; el pH óptimo para su multiplicación es de 7.2
a 7.4 y son destruidas en medios ácidos o en medios alcalinos superiores a un pH de 8.
 Se puede propagar por contacto directo con orina, sangre o tejido de animales infectados o por
exposición a un ambiente contaminado; la transmisión de persona a persona es rara.
 Penetran en el organismo humano a través de pequeñas heridas en la piel o mucosas El periodo de
incubación es de aproximadamente 10 días, con un margen entre 2-26 días y el periodo de
transmisibilidad es de hasta un mes.
EPIDEMIOLOGÍA

Dado que el patógeno se transmite a través del agua, la incidencia más alta se da principalmente en las zonas
rurales tropicales y subtropicales de los países en desarrollo. Los grupos vulnerables incluyen ocupaciones
laborales frecuentes como: (Agricultores, Ganaderos, Trabajadores de mataderos, Veterinarios, Mineros,
Construcción, Agricultura, Saneamiento, Deportes acuáticos).
Las especies de leptospirosis más comunes en el mundo son L. interrogans y L. borgpetersenii. Estas dos
especies son responsables de la mayoría de los casos de leptospirosis en humanos. L. interrogans es la especie
más común, y se encuentra en todo el mundo. L. borgpetersenii es menos común, pero se encuentra
principalmente en Asia, Europa y América del Norte.
Se ha estimado que anualmente se presentan 103 millones de casos de leptospirosis y 58,900 muertes en el
mundo. La mayor parte de los casos ocurre en varones; la incidencia alcanza su máximo nivel en el verano y
otoño en los países occidentales, y en la estación de lluvias en el trópico.
La Organización Panamericana de la Salud (OPS) ha estimado 10.702 casos anuales de leptospirosis en la
región latinoamericana, de los cuales el 7,2% son de Ecuador, la cuarta prevalencia más alta después de
Brasil, Perú y Colombia. A nivel internacional, Ecuador ocupa el puesto 18 con una incidencia anual de
leptospirosis de 11,6 por millón de habitantes.

En Ecuador, las especies de leptospirosis más comunes son L. borgpetersenii, L. interrogans, y su serovar L.
pomona. Estas especies son responsables de la mayoría de los casos de leptospirosis en humanos en Ecuador.
L. interrogans es la especie más común, y se encuentra en todo el país. L. borgpetersenii se encuentra
principalmente en la costa y la sierra, mientras que L. pomona se encuentra principalmente en la amazonia.
Nuestro país, se considera actualmente, tanto a nivel nacional como internacional, endémico para la
leptospirosis con brotes humanos asociados con un alto número de casos, así como con altas tasas de
morbilidad y letalidad, informados en poblaciones urbanas, suburbanas y rurales.
El Ministerio de Salud de Ecuador estimó una incidencia anual de un caso por cada 100.000 habitantes a nivel
nacional, con 547 casos notificados entre 2016 y 2020, principalmente en las provincias costeras. En el año
2021 se notificaron 69 casos a nivel nacional. En el primer semestre del 2022 se registraron 44 casos, de los
cuales 17 se presentaron en Manabí, 5 en Esmeraldas, 2 en El Oro y 1 en Guayas, aunque también hubo casos
en provincias de la Sierra y de la Amazonía. “Por lo general presenta un aumento en temporadas de lluvia”.
Hasta el 12 de marzo de 2023 se registraron 54 casos, Guayas es la provincia
con mayor incremento de casos, con 31 personas contagiadas, seguido de
Manabí con 9 y Santo Domingo de los Tsáchilas con 5 casos, de los cuales 1
persona falleció. Hasta el 15 de marzo, según el Ministerio de Salud Pública
(MSP), se han reportado 65 personas contagiadas. En la provincia del Guayas
hubo 33, en Santo Domingo de los Tsáchilas, 15, en Manabí, 9, en Napo y
Pichincha 2. Francisco Pérez, subsecretario Nacional de Vigilancia, informó
que el reporte de vigilancia epidemiológica, permanente en el país, alertó que Guayas y Duran es la provincia
con mayor incremento de casos, Santo Domingo de los Tsáchilas, de los cuales 1 persona falleció, seguido de
Manabí. Si se compara 2023 con los años anteriores hasta el mes de Marzo hay un aumento significativo. En
2019, hubo 34 casos. En 2020, 21. En 2021 también 21 contagiados. Esa cifra pasó en 2022 a 32.
El brote documentado más severo ocurrió en 1998 en la ciudad de Guayaquil donde el 80% de los casos
requirieron hospitalización y el 12% fueron fatales.
FORMAS DE TRANSMISIÓN

La bacteria Leptospira tiene la capacidad de sobrevivir hospedando en los humanos y en una amplia variedad
de animales, que van desde los de granja como vacas y cerdos, animales salvajes como ratas e incluso
animales domésticos como los perros, pudiendo manifestar síntomas en estos reservorios de estas bacterias.
Tienen la capacidad de atravesar mucosas (boca, nariz, garganta y los ojos) desde donde pasan fácilmente a
la sangre, donde se empiezan a multiplicar, produciendo la primera fase de la enfermedad (leptospiremia o
fase febril). Al permanecer contacto con estas superficies sus formas de transmisión son por contacto directo
en la vía conjuntival, la inhalatoria y por abrasiones en la piel. Siendo así fuentes de contagio Directas:

 El contacto de la persona con sangre, orina o algún tejido infectado.


 A través de la ingesta de alimentos y agua contaminadas con Leptospira.

Por otro lado, el contagio también puede darse por un mecanismo indirecto que es mucho más frecuente, y
que implica el contacto de la piel o mucosa con terrenos, objetos o líquidos contaminados con orina de
animales infectados con la bacteria de la leptospira. Siendo así fuentes de contagio Indirectas:

 Contacto directo con la orina o los líquidos del aparato reproductor de animales infectados.
 Contacto con agua contaminada con orina (agua de inundación, ríos, arroyos, agua de alcantarilla) y
tierra mojada.
 Ingestión de alimentos o agua contaminados por orina o por agua contaminada con orina

Cabe mencionar que son capaces de vivir largos periodos de tiempo en aguas estancadas, dulces, lagunas,
pozos, barro.

FACTORES DE RIESGO

El riesgo de infección depende de la exposición a animales infectados o a ambientes contaminados, que a su


vez se relaciona con las condiciones sanitarias y de higiene en las diferentes áreas, tanto en los domicilios
como en su entorno inmediato. Debido a que hay un número grande de potenciales fuentes de infección y
diferentes oportunidades para la transmisión, los grupos en riesgo pueden diferir de un área a otra,
dependiendo tanto de las características ambientales como sociales.
La leptospirosis es una enfermedad ocupacional, asociada a:

 Personas que trabajan en contacto con animales, como agricultores, ganaderos, trabajadores de
mataderos y veterinarios.
 Personas que trabajan en entornos húmedos, como personas que trabajan en minas, construcción,
agricultura y saneamiento.
 Personas que practican deportes acuáticos, como nadadores, surfistas y kayakistas.
 Personas que viajan a áreas tropicales, donde la leptospirosis es más común.
 Personas con sistemas inmunitarios debilitados, como personas con VIH, cáncer o diabetes.
PATOGENIA

Las leptospiras ingresan al hospedero a través de abrasiones


en piel y/o mucosas o por la ingestión de alimentos o agua
contaminada. Luego de su entrada, rápidamente se
establece una infección sistémica en donde la interacción
con las células del hospedero y la expresión de moléculas de
esta bacteria, que reconocen la matriz celular, son
fundamentales para lograr la adhesión y posterior
colonización del microorganismo.
Una vez que se da la infección, los microorganismos ingresan al sistema circulatorio donde proliferan dentro
de los órganos afectados; el ciclo vital se completa cuando la leptospira atraviesa el intersticio y el túbulo
proximal de los riñones. La penetración de la leptospira en los tejidos se ve facilitado por cierto movimiento
de excavación y por la secreción de enzimas, entre ellas la colagenasa y esfingomielinasa.
Las manifestaciones clínicas de la leptospirosis son consecuencia de los daños provocados en la capa
endotelial de pequeños vasos sanguíneos por mecanismos poco entendidos todavía. Todos los órganos
internos pueden ser afectados, lo que explica el amplio rango de manifestaciones clínicas, p.ej. nefritis
intersticial y tubular, lesiones glomerulares y vasculares en riñones que determinan la uremia y la
oliguria/anuria; daño vascular de capilares hepáticos, en ausencia de necrosis hepatocelular, causando la
ictericia; inflamación de las meninges causando dolor de cabeza, cuello rígido, confusión, psicosis, delirio,
etc.; la trombocitopenia (reducción en el número de plaquetas) que puede llevar al sangrado.

MANIFESTACIONES CLINICAS

La enfermedad febril empieza con sintomatología inespecífica: cefalea, escalofrío, vómito, mialgias severas,
conjuntivitis que puede durar de 5 a 10 días dada su sintomatología inespecífica se puede confundir con otras
enfermedades como dengue, hepatitis viral o meningoencefalitis y también se pueden presentar varios casos
de coinfecciones zoonóticas, por ejemplo asociaciones de brucelosis y leptospirosis por lo que se debe
confirmar bien cada diagnóstico antes de iniciar un tratamiento específico.

Después de la sintomatología inespecífica se puede presentar de las siguientes formas:

Leptospirosis anictérica: se manifiesta como una enfermedad semejante a la gripe, de inicio súbito
con fiebre de 39c, escalofríos, cefalea, náuseas, vómitos, dolor abdominal, inyección conjuntival y
mialgias; el dolor muscular es intenso y afecta en particular las pantorrillas, la espalda y el abdomen;
la cefalea es intensa, localizada en la región frontal o retroorbitaria (semejante a la del dengue),
acompañada de fotofobia. La exploración física puede incluir: fiebre, sufusión conjuntival, inyección
faríngea, sensibilidad muscular, linfadenopatía, exantema, meningismo, hepatomegalia y
esplenomegalia. Si existe, el exantema a menudo es transitorio; puede ser macular, maculopapular,
eritematoso o hemorrágico (petequial o equimótico), y puede diagnosticarse de manera errónea
como tifo de los arbustos o una infección viral; puede producirse además síndrome de distrés
respiratorio e ictericia leve. La evolución natural de la leptospirosis leve casi siempre conduce a la
resolución espontánea en 7 a 10 días, aprox. el 35% de los pacientes recupera de forma completa.
Enfermedad de Weil: se conoce como la fase severa de la enfermedad, también llamada fiebre
icterohemorrágica, causada por leptospira interrogans serovar ictero haemorrhagie. La enfermedad
de Weil es la forma de presentación de peor pronóstico y de extrema gravedad; puede aparecer desde
el curso inicial de la enfermedad o en la segunda fase de una presentación bifásica (aproximadamente
al día 13, después de 3 días de remisión o posterior al inicio tardío del tratamiento). Los órganos más
afectados son el riñón, hígado y pulmón respectivamente El cuadro clínico típico consiste en la tríada:
hemorragia, ictericia y nefropatía aguda; los pacientes mueren por choque séptico con falla de
múltiples órganos y complicaciones hemorrágicas graves, que por lo general afectan los pulmones
(hemorragia pulmonar hemoptisis), tubo digestivo (melena, hematemesis), ap.urogenital (hematuria)
y piel (petequias, equimosis y hemorragia en los sitios de punción venosa). La nefropatía aguda es
frecuente, se presenta después de varios días de enfermedad y puede ser oligúrica o no oligúrica.
El trastorno renal se expresa por proteinuria, piuria, cilindruria, hematuria con elevación de las cifras
de nitrógeno ureico y creatinina, las alteraciones electrolíticas típicas incluyen hipokalemia e
hiponatremia; la pérdida de magnesio en la orina es un fenómeno único de la nefropatía por
leptospiras. Excepcionalmente puede desarrollarse un síndrome hemolítico-urémico.
La ictericia se observa en 5 a 10% de todos los pacientes con leptospirosis; puede ser intensa y dar un
tono anaranjado a la piel, pero casi nunca se relaciona con necrosis hepática fulminante. En general,
la ictericia es el primer dato de gravedad, ya que la enfermedad nunca es mortal en su ausencia, es
fundamentalmente a expensas de la bilirrubina conjugada; las cifras de transaminasas pueden estar
un poco elevadas, pero no superior a cinco veces el valor normal, puede existir hepatomegalia
dolorosa y palparse el bazo.
Hemorragia pulmonar: se manifiesta con tos, dolor torácico, dificultad respiratoria y hemoptisis que
puede no ser evidente hasta que el paciente está intubado. Las manifestaciones hemorrágicas
aparecen como lesiones purpúricas o como epistaxis, hemoptisis, hemorragia gastrointestinal y, con
menos frecuencia, hemorragia subaracnoidea, pulmonar o suprarrenal. El colapso cardiovascular es
más frecuente en los pacientes con ictericia grave. Las tasas de mortalidad más altas se relacionan
con edad mayor de 40 años, alteración del estado mental, insuficiencia renal aguda, insuficiencia
respiratoria, hipotensión y arritmias. Los síntomas de largo plazo después de la leptospirosis grave
son fatiga, mialgias, malestar y cefalea, y pueden persistir incluso por años. Una secuela reconocida
de la leptospirosis es la uveítis autoinmunitaria, la cual puede volverse crónica.

DIAGNÓSTICO

Sospecha clínica: Se debe sospechar leptospirosis en pacientes que tienen una enfermedad febril sistémica
compatible y no tienen una explicación alternativa clara, especialmente si tienen exposición o viajes recientes
a entornos endémicos o de brotes, la exposición a cuerpos de agua dulce, o inundadas, o han participado en
actividades de alto riesgo o el contacto con agua o suelo contaminados con orina de animales infectados.
Los síndromes compatibles incluyen enfermedad febril inespecífica (especialmente si se acompaña de
hiperemia o sufusión conjuntival y mialgias de la pantorrilla), meningitis aséptica o uveítis (especialmente si
está precedida por una enfermedad febril), ictericia inexplicable y lesión renal aguda con fiebre o hemorragia
pulmonar inexplicable.
La ausencia de hiperemia o sufusión conjuntival no descarta la posibilidad de leptospirosis. En mujeres
embarazadas, se debe considerar la leptospirosis si se presentan síndromes similares junto con aborto
espontáneo o infección inexplicable del lactante.
Se requieren pruebas adicionales para confirmar el diagnóstico, En la fase aguda de la enfermedad, las
leptospiras están presentes en la sangre (septicemia) durante los primeros 4 a 6 días de la enfermedad. Puede
que las leptospiras se eliminen, de manera intermitente en la orina después de que haya pasado alrededor
de una semana desde el comienzo de la enfermedad. Debido a la transitoriedad de las leptospiras en los
líquidos corporales, un resultado negativo en la prueba no descarta la leptospirosis.

Pruebas diagnósticas de confirmación:

 Pruebas moleculares: Como la PCR; PCR en tiempo real y la PCR de transcripción inversa en tiempo
real (RT-PCR); pueden proporcionar un diagnóstico rápido y preciso de la leptospirosis, especialmente
en las primeras etapas del curso de la enfermedad (es decir, la fase aguda). Una sola PCR positiva es
confirmatoria de infección por leptospirosis. Sin embargo, la sensibilidad de la prueba de PCR depende
del momento de la recolección de la muestra en relación con el inicio de los síntomas.

Muestras recomendadas según el momento de recolección:

Enfermedad aguda (primera semana):

 Muestras de sangre y plasma Se cultivan dentro de los 10 primeros días en PCR (reacción en
cadena de la polimerasa). También ordenamos serología (IgM e IgG) de seguimiento de 7 a 14
días después de la prueba serológica inicial.
 Líquido cefalorraquídeo (LCR) Se cultivan dentro de los 10 primeros días para PCR (para
pacientes con meningitis).

Enfermedad en convaleciente (después de 1 semana):

 Muestras de orina para PCR. Estos son más específicos después de 1 semana del inicio de los
síntomas, puede permanecer positiva hasta un mes después de iniciada la enfermedad.
 Prueba de aglutinación microscópica (MAT).- (Gold Estándar) Se basa en la capacidad de los
anticuerpos para unir y aglutinar las bacterias, se diluyen diferentes cepas de Leptospira y se mezclan
con la muestra de suero. Si se encuentran anticuerpos específicos, se unen a las bacterias y forman
una aglutinación visible bajo el microscopio.
 Bioquímica clínica (inmunohistoquímica).- Utiliza anticuerpos específicos marcados con una
sustancia fluorescente para detectar la presencia de antígenos de Leptospira en muestras de tejido.
 Microscopía de campo oscuro (DFM).- La técnica se basa en la visualización de las espiroquetas bajo
un microscopio de campo oscuro, que permite la observación de las bacterias sin la necesidad de
teñirlas.

Pruebas diagnósticas de apoyo: (Serológicas)

 Ensayo inmunoabsorbente ligado a enzimas (ELISA).- Será positivo al 5to día de la enfermedad.
Detectará IgM para lo cual se absorben antígenos de Leptospira a una placa de microtitulación, que
luego se incuba con la muestra de suero. Si se encuentran anticuerpos e agrega una enzima que se
une específicamente a los anticuerpos. Debe repetirse entre los 7-14 días luego de tomada la primera
muestra.
 Ensayo de inmunofluorescencia (IFA).- Forman un complejo antígeno-anticuerpo visible bajo un
microscopio de fluorescencia.
 Pruebas de flujo lateral.- Es una técnica de diagnóstico rápido y sencillo que utiliza una tira de papel
absorbente y reactivo para detectar la presencia de anticuerpos contra la bacteria.
 Pruebas de hemaglutinación indirecta (HAI).- Se mezcla la muestra de suero con glóbulos rojos y
antígenos de Leptospira, y se observa la aglutinación de los glóbulos rojos.

En resumen, la detección temprana de Leptospira en muestras clínicas mejora la sensibilidad del diagnóstico
de la leptospirosis.

DEFINICIÓN DE CASOS

Caso Probable.- Se considera a todo caso sospechoso sumado a:

Un resultado reactivo para estudios realizados por las siguientes pruebas de tamizaje:

Macroaglutinación (Antígeno TR) y/o ELISA.


Un resultado reactivo para la prueba de referencia: microaglutinación (MAT) con título menor a 200
en una única muestra.

Caso Confirmado: Se considera a todo Caso sospechoso o probable sumado a:

En una única muestra:


1. MAT (microaglutinación) positiva a un título mayor o igual a 200.
2. Aislamiento bacteriano.
3. Detección de genoma bacteriano por PCR.
Seroconversión a la MAT, en dos o más muestras, más de 10 días de evolución:
1. 1er muestra negativa y 2da positiva .
2. 1ra y 2da muestras positivas con diferencia de al menos 2 títulos entre ellas (directa inversa).

Caso confirmado por nexo epidemiológico: La comprobación de la existencia de exposición a la misma fuente
y en el mismo periodo que un caso confirmado.

Caso descartado de leptospirosis a todo paciente con:

Dos muestras, con al menos 7 días de separación entre ambas, en las que NO se observe
seroconversión directa o inversa a la MAT.
Resultado NO reactivo para ELISA en muestras de más de 10 días de inicio de síntomas.
MAT negativa en muestra única de más de 10 días de evolución desde el inicio de síntomas.
Diagnóstico laboratorial confirmatorio para otra enfermedad febril.

Caso Sospechoso – Resultado No Conclusivo: Todo caso sospechoso estudiado por laboratorio por cualquier
técnica, con resultado negativo en una única muestra de hasta 10 días de evolución desde el inicio de los
síntomas.
DIAGNÓSTICO DIFERENCIAL

La leptospirosis puede presentarse como un síndrome febril inespecífico acompañado de


mialgias y cefaleas. Estos signos y síntomas pueden presentarse en otras enfermedades que
deben tenerse en cuenta para el diagnóstico diferencial como dengue, influenza, infección
aguda por VIH, hantavirus, mononucleosis infecciosa, Fiebre Hemorrágica Argentina,
rickettsiosis, malaria, triquinosis, citomegalovirus, hepatitis viral aguda, meningitis bacteriana
o viral, paludismo, abdomen agudo, fiebre amarilla, síndrome ictero obstructivo y hemolítico,
pielonefritis aguda, glomerulonefritis aguda, necrosis tubular aguda, toxoplasmosis,
sarampión, tuberculosis, brucelosis, entre otras. Pueden existir coinfecciones.

EXAMENES COMPLEMENTARIOS

El diagnóstico de la leptospirosis humana continúa siendo un reto, sus características clínicas comunes con
otras enfermedades hacen que en ocasiones pase inadvertida; aun cuando el médico de asistencia la
sospeche, la confirmación de laboratorio es difícil, sobre todo si las técnicas de diagnóstico no se emplean en
el momento oportuno. El interrogatorio y el examen físico son imprescindibles para establecer el diagnóstico
oportuno, de esto depende el manejo adecuado del paciente y en muchos casos su vida.

Hemograma: La mayoría de las veces se observa leucocitosis (con una franca neutrofilia), aunque el conteo
de leucocitos en ciertos casos puede ser normal o bajo. La eritrosedimentación se presenta aumentada y el
coagulograma puede ser normal, aunque a veces la actividad de la protrombina plasmática puede estar
disminuida, hasta 50 % de los enfermos tienen trombocitopenia leve, se relaciona con la insuficiencia renal.

Bioquímica: Aumento de creatinina y urea, aumento de bilirrubina directa, transaminasas normales o algo
aumentadas (no sobrepasan 500 U/I sobre todo la TGO), VSG aumentada mayo de 40 mm y de 80-100 mm
en la primera hora, CPK muy elevada, hipokalemia acidosis metabólica en estadios finales, tiempo de
protrombina prolongado. En la leptospirosis es característica la elevación de la bilirrubina y de la fosfatasa
alcalina en suero, así como un incremento leve de las aminotransferasas. El tiempo de protrombina puede
alargarse en el síndrome de Weil.

Líquido cefalorraquídeo: Presencia de células entre 100-500/mm3 con predominio linfocitario, aumento de
proteínas entre 50-100 mg/ml, concentración de glucosa normal y en niveles altos de bilirrubina el LCR puede
presentar xantocromía. Cuando aparece reacción meníngea, predominan al principio leucocitos
polimorfonucleares y más tarde células mononucleares. La concentración de proteínas en el LCR se eleva,
pero la concentración de glucosa es normal.

Análisis de Orina: Aparecen alteraciones del sedimento (leucocitos, eritrocitos y cilindros hialinos o
granulosos), hasta una proteinuria leve, hasta una insuficiencia renal y azoemia en casos graves.

Radiografía de Tórax: Puede ser normal o existir infiltrados alveolares bilaterales a predominio basal u
homogéneo, y rara vez consolidaciones.

Electrocardiograma: Bloqueos A-V, alteración de la repolarización ventricular, fibrilación auricular,


taquicardia ventricular, extrasístoles ventriculares, depresión del segmento ST.
PRONOSTICO

La enfermedad puede ser bifásica: el paciente se recupera brevemente de un caso leve, pero luego presenta una
enfermedad más grave, aproximadamente el 90 % de los casos de enfermedad sintomática se presenta como una
enfermedad no específica aguda y febril, mientras que cerca del 10 % de los casos evoluciona a una enfermedad
grave y potencialmente mortal, con disfunción multiorgánica.

La leptospirosis durante el embarazo puede causar complicaciones fetales, incluso la muerte del feto o un aborto
espontáneo. La tasa de mortalidad entre los casos de leptospirosis diagnosticados es aproximadamente del 5 al 15 %
entre los pacientes con enfermedad grave. En los pacientes con síndrome pulmonar hemorrágico grave, la tasa de
mortalidad entre los casos diagnosticados puede superar el 50-60 %.

Es posible que el tratamiento temprano disminuya la gravedad y la duración de la enfermedad. En los pacientes con
alta presunción clínica de leptospirosis se recomienda iniciar el tratamiento con antibióticos lo antes posible, sin
esperar los resultados de laboratorio. Es posible que el tratamiento temprano disminuya la gravedad y la duración de
la enfermedad.

TRATAMIENTO

Manejo del paciente según la gravedad de los síntomas

Manejo ambulatorio - cuadros clínicos leves:

 Síndrome febril agudo inespecífico: fiebre, cefalea, mialgias


 Diagnóstico y bioquímica básica (hemograma, hepatograma, función renal).
 Reposo.
 Dieta general con abundante ingesta de líquidos.
 Tratamiento antibiótico.
 Paracetamol para el dolor y la fiebre. Están contraindicados los AINES como diclofenaco, ibuprofeno,
naproxeno, aspirina.
 Dar información oral y escrita acerca de los signos de alarma.
 Seguimiento a fin de detectar signos de alarma o complicaciones.

Manejo hospitalario - cuadros clínicos moderados:

 Síndrome febril con síntomas respiratorios con o sin ictericia: Fiebre, cefalea, mialgias, dolor
abdominal, ictericia, tos, disnea o taquipnea.
 Ingreso para observación.
 Diagnóstico y bioquímica básica (hemograma, hepatograma, función renal).
 Tratamiento antibiótico.
 Administrar fluidos endovenosos para corrección de la hipovolemia o mantenimiento.
 Control periódico la función renal (UP de urea y creatinina).
 Reponer potasio si el paciente presenta hipocalemia.
 Suministrar oxígeno si hay evidencia de compromiso respiratorio: saturación de O2 menor de 95%,
aumento de la frecuencia respiratoria o esfuerzo respiratorio.
 Controlar la aparición de ictericia, oliguria, insuficiencia respiratoria, u otros signos de complicación.
 Paracetamol para el dolor y la fiebre.
 Si presenta mejoría clínica, puede manejarse en forma ambulatoria.
Manejo en UCI - cuadros clínicos graves:

(Síndrome febril agudo con falla orgánica con o sin ictericia): Insuficiencia respiratoria, hemorragia pulmonar,
oliguria, hipotensión, shock, insuficiencia renal aguda, acidosis metabólica, hipocalemia, arritmias cardiacas,
alteración del estado de conciencia, signos de sangrado, RX tórax con infiltrados.

 El manejo en esta unidad se basa principalmente en la terapia de soporte, corrección de


desequilibrios electrolíticos y ácido-base, e incluye cuidados especiales de los órganos afectados.

Signos de alarma

Se debe concurrir a un centro de salud cuando presenta:

 Dolor abdominal intenso, ictericia, manifestaciones hemorrágicas (gingivorragia, hemoptisis, melena,


petequias), dificultad respiratoria, oliguria, signos de deterioro neurológico: desorientación,
deterioro del estado de conciencia.

TRATAMIENTO ANTIBIÓTICO

Tratamiento y quimioprofilaxis de leptospirosis en adultos


Indicación Régimen
Leptospirosis leve  Doxiciclina (100 mg VO c/12 h) o
 Amoxicilina (500 mg VO c/8 h) o
 Ampicilina (500 mg VO c/8 h)
Leptospirosis  Penicilina G (1.5 millones de unidades IV
moderada/grave
 IM c/6 h) o
 Ceftriaxona (2 g/dia IV) o
 Cefotaxima (1 g IV c/6 h) o
 Doxiciclina (dosis de impregnación
 200 mg IV, luego 100 mg IV c/12 h)
Quimioprofilaxia  Doxiciclina (200 mg VO una c/semana), o
 Azitromicina (250 mg VO 1 o 2 veces a la semana).

 Todos los regímenes se administran siete días. La doxiciclina no debe administrarse a pacientes
embarazadas o niños.
 La eficacia de la profilaxis con doxiciclina en situaciones endémicas o epidémicas sigue sin estar clara.
Administre doxiciclina (quimioprofilaxis) antes y después de la exposición, 200 mg por semana en la
zona de riesgo o durante 12 semanas después de la exposición. Sin embargo, esta medida no previene
la infección, solo reduce la gravedad de los síntomas clínicos.
 En los casos graves, también es importante el tratamiento sintomático, que incluye la reposición de
líquidos y electrolitos y, en ocasiones, la terapia de reemplazo renal y/o la transfusión de sangre.
Tratamiento y quimioprofilaxis en niños y embarazadas
Edad Antibiótico
Niños menores de 10 años -Amoxicilina 50mg/kg/día vía oral, cada 8h, durante 5-7
días, o
-Penicilina procaínica 50.000-100.000 UI/kg/día cada 6h
por 5-7 días.
-Alergia a penicilina: Eritromicina 30-50 mg/kg/día vía
oral durante 5-7 días
Embarazadas -Amoxicilina 500 mg. cada 6 horas durante 5-7 días.
-Alergia a penicilina: Eritromicina 500 mg vía oral cada 6h
por 5-7 días.

PREVENCIÓN

Las personas que pueden exponerse a Leptospira por su ocupación o su participación


en actividades recreativas en agua dulce deben estar informadas de los riesgos.

Las medidas para controlar la leptospirosis consisten en:

 Educación poblacional: evitar nadar, atravesar o consuman aguas que puedan estar contaminadas y
utilicen los medios de protección adecuados.

 Realizar higiene personal y del ambiente doméstico.

 Se deben considerar estrategias dirigidas al control de roedores. Las medidas de eliminación, como
cebos y trampas, se utilizan en lugares peligrosos.

 Retire el ganado infectado, prevenga la contaminación de los lugares donde los humanos viven,
trabajan y juegan con orina de animales infectados.

 Ocupacional: Evitar la exposición a orina y tejidos de animales infectados con el uso de gafas, calzado
y equipo protectores.

 Vacunación de los animales de granja y las mascotas.

 Realizar vigilancia epidemiológica de grupos de alto riesgo (por ejemplo, recolectores de basura,
trabajadores de la salud, veterinarios, personal de control de plagas, etc.).

 Medidas en caso de brote: Buscar fuentes de infección, como alcantarillas, pozos, piscinas u otras
fuentes de agua contaminada, limpiar la contaminación o prohibir su uso. Investigue las fuentes
industriales y ocupacionales, incluidas la posible exposición a animales.
 Impacto de los desastres: estar alerta después de fuertes lluvias e inundaciones en áreas endémicas.
Los brotes de esta enfermedad pueden confundirse con brotes de otras enfermedades febriles o
coexistir con ellos.
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