Documentos de Académico
Documentos de Profesional
Documentos de Cultura
(Profesorado en Filosofía)
Luego de esta brevísima descripción y a partir de este trabajo práctico, lo que se buscará,
será profundizar, en parte, en el conocimiento del funcionamiento de las distintas tópicas
del Aparato Psíquico a partir del análisis del caso de la Señorita Anna O. tratado por el Dr.
Breuer entre los años 1880 y 1882.
Primer tópica:
- Sistema Inconsciente: prácticamente se conoce en su expresión consciente. Este, para
el psicoanálisis, psíquicamente positivo, es un sistema en constante evolución y cargado
de energía psíquica. Es el grado preparatorio del consciente, y más exactamente aún: el
verdadero, el real psiquismo.
Como contenido de este inconsciente se hayan los equivalente instintivos, que
básicamente son las emociones: En Anna podemos ver, por ejemplo, como en su estado
segundo de consciencia se manifestaba la cólera, insultaba, arrojaba almohadas a la
gente, etc.
También se hayan las representaciones de hechos, objetos y de órganos: A Anna le
sucedía mucho eso en sus frecuente, vale decir, diarias alucinaciones sobre unas
serpientes negras (en su segunda consciencia) que vivía como hechos reales y que
luego, bajo hipnosis, relataba y analizaba al Dr. Breuer.
A su vez, este sistema que estamos tratando tiene sus modos propios de actuar, que se
advierten en la enferma:
Segunda tópica:
El aparato psíquico con sus tres sistemas tiene también, como ya dije en la introducción al
T.P., tres instancias:
La primera es el Ello: este está integrado por la totalidad de los impulsos instintivos. Tiene
íntimas conexiones con lo biológico, de donde extrae las energía instintivas que por medio
de esta instancia adquieren su exteriorización psíquica. Todo lo que se desarrolla en el
ello está sometido al proceso primario, es decir, al del inconsciente.
Esto se advierte fuertemente en parte de la descripción que realiza el Dr. Breuer al
respecto de la personalidad de Anna: ...”Entre los rasgos más esenciales del carácter se
contaba una bondad compasiva; el cuidado y el amparo que brindó a algunos pobres y
enfermos le prestaron a ella misma señalados servicios en su enfermedad, pues por esa
vía podía satisfacer una intensa pulsión. Mostraba siempre una ligera tendencia a la
desmesura en sus talantes de alegría y de duelo; por eso de genio un poco antojadizo”...
La segunda instancia es el Yo: para Freud, el yo no es más que una parte del ello. El yo
estaría constituido por una modificación del propio ello. Este se encuentra ubicado entre el
mundo interno y el externo, un una posición tal que se comporta como receptor de los
impulsos que le llegan desde ambos campos.
El principal papel del yo, por lo tanto, es coordinar funciones e impulsos internos y tratar
que los mismo puedan expresarse en el mundo exterior sin conflictos. Además hay una
contraposición real entre el yo y los impulsos del ello como también elementos represores
que son fuerzas del yo, al servicio del superyó.
Otro mecanismo del yo primitivo es la tendencia a introyectar la agradable y expulsar lo
desagradable. Ejemplo de esto es el episodio con el vaso de agua, que tan pronto lo
tocaban sus labios, lo arrojaba de sí como si fuera una hidrofóbica.
También en este comportamiento se puede apreciar que su causa es una represión del yo
al servicio del superyó a partir del hecho de ver al perrito de su dama de compañía inglesa
beber de un baso de agua; ver esto le generó repugnancia; y ella no dijo nada, porque
quería ser cortés.
Mecanismos defensivos:
Estos mecanismos pertenecen a la segunda instancia del segundo tópico, es decir, el yo.
El yo construye barreras que le permiten rechazar ciertos impulsos o solucionar los
conflictos originados por la oposición de las exigencias de cada una de las instancias
psíquicas. Estos mecanismos defensivos son utilizados por el yo en su lucha contra
intrapsíquicos y extrapsíquicos o ambientales.
Entre los mecanismos defensivos del yo contra los peligros intrapsíquicos presentes en la
Señorita O. están los siguientes:
La vuelta del instinto contra el yo: es el mecanismo por el cual una carga agresiva,
primitivamente dirigida hacia un objeto del mundo exterior, se vuelve contra el yo.
En Anna O. aparece en sus intentos de suicidios tanto en la cuidad como en el
campo.
Y entre los mecanismos defensivos del yo contra los peligros extrapsiquicos aparecen:
La limitación del yo: o abandono por parte de esta instancia de una actividad cuyo
ejercicio le produce displacer por un motivo cualquiera. Por ejemplo en las
oportunidades donde experimenta la sordera en casos en los que estando sola, se
le dirige la palabra directamente. Esto estaba relacionado con que en vano el padre
le dirigía la palabra para pedirle vino.