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Se señala que, a pesar de la frecuencia de la retroalimentación en las aulas, los estudiantes tienden
a desestimar la mayor parte de la información, y muchos comentarios de los profesores no son
considerados relevantes. La discrepancia entre la percepción de los profesores y la de los
estudiantes es evidente, ya que estos últimos encuentran la retroalimentación confusa y poco
orientadora.
Surge la pregunta sobre cómo brindar retroalimentación de manera efectiva, cuándo es más eficaz,
quién influye en su efectividad, y qué elementos son clave para su impacto. A pesar de conocer la
importancia de la retroalimentación, existe incertidumbre sobre cómo aprovechar su poder de
manera sostenible en el tiempo.
Se menciona que comentarios claros y oportunos sobre el trabajo de los estudiantes son
fundamentales para la calidad de la enseñanza. La retroalimentación se considera crucial para el
aprendizaje, ya que proporciona a los estudiantes una comprensión clara de su desempeño y
orientación sobre cómo mejorar.
Se señala que la retroalimentación debe ser comprensible, oportuna y orientada a la acción para
ser efectiva. Aunque se reconoce su importancia, se destaca que los estudiantes a menudo están
insatisfechos con la retroalimentación recibida, ya sea por falta de asesoramiento específico para
mejorar o por dificultades en su interpretación.
El texto también aborda la controvertida naturaleza de la retroalimentación, describiéndola como
uno de los aspectos más poderosos del diseño instruccional, pero al mismo tiempo el menos
comprendido. Se enfatiza la importancia de la retroalimentación continua durante el proceso de
enseñanza/aprendizaje, ya que proporciona oportunidades para que los alumnos ajusten su
desempeño y alcancen los objetivos de aprendizaje.
El texto también aborda el papel crucial del contexto en la retroalimentación efectiva. Se menciona
que debe formar parte de un clima de aula donde los estudiantes vean los comentarios como
positivos y entiendan que el aprendizaje implica la acción para mejorar. Se critica una cultura de
aula que no permite cometer errores y solo enfatiza el rendimiento perfecto.
Los poderes de la retroalimentación se despliegan más desde quien la recibe que desde quien la
entrega. Se destaca la importancia de examinar cuándo, cómo y qué contenidos debe tener la
retroalimentación para desarrollar el ciclo efectivo del aprendizaje desde la perspectiva del
estudiante.
El texto también aborda los tipos de retroalimentación y su efecto en el aprendizaje, según Hattie y
Timperley (2007):
Se destaca que los niveles en los que se enfoca la retroalimentación efectiva son el primero,
segundo y tercero, ya que permiten acortar la brecha de aprendizaje. El cuarto nivel, centrado en
comentarios personales, se considera como no contributivo a mejorar el aprendizaje y no moviliza
a los estudiantes para acortar la distancia hacia la meta.
En la tabla presentada, se identifican cuatro tipos de retroalimentación (A1, A2, B1, B2) en la parte
izquierda, los cuales no son considerados efectivos para el aprendizaje, ya que se centran en el
reforzamiento positivo o negativo. Estos tipos de retroalimentación se enfocan en "enjuiciar" al
estudiante y no apuntan a mejorar la tarea evaluativa.
Por otro lado, en la parte derecha de la tabla se presentan cuatro tipos de retroalimentación (C1,
C2, D1, D2) que se consideran efectivos para mejorar el aprendizaje. Estos tipos se centran en
"describir" los aspectos logrados y por lograr de la tarea evaluativa, además de proponer
estrategias para mejorarla. Estos enfoques se orientan hacia la mejora de la tarea en lugar de
simplemente enjuiciar al estudiante.
¿QUIÉN RETROALIMENTA?
En resumen, la retroalimentación debe ser considerada como parte integral del diseño y la
planificación de la enseñanza, abordando aspectos como el momento oportuno, el contenido
relevante y la participación activa de los estudiantes para lograr un impacto efectivo en el
aprendizaje.
Aquí están las siete buenas prácticas asociadas a la retroalimentación efectiva que se presentan en
el texto:
Práctica: Definir explícitamente los objetivos de aprendizaje y asegurarse de que los estudiantes
comprendan los criterios de evaluación y los estándares esperados.
Ejemplos de Implementación:
2. Desarrollo de la Autoevaluación
Práctica: Facilitar que los estudiantes reflexionen internamente sobre su desempeño en relación
con los estándares esperados.
Ejemplos de Implementación:
Pedir a los alumnos que reconozcan fortalezas y debilidades antes de recibir retroalimentación del
profesor.
Ejemplos de Implementación:
Práctica: Promover diálogos entre profesores y estudiantes, así como entre pares, para mejorar la
comprensión y uso de la retroalimentación.
Ejemplos de Implementación:
Ejemplos de Implementación:
Introducir tareas en dos etapas, con una etapa formativa y otra para mejorar basada en
retroalimentación.
7. Enriquecimiento de la Enseñanza
Práctica: Proporcionar información a los profesores para adaptar y mejorar sus estrategias de
enseñanza.
Ejemplos de Implementación:
Solicitar a los estudiantes que identifiquen las áreas en las que tienen dificultades.
Involucrar a los estudiantes en grupos para generar preguntas relevantes basadas en el estudio
previo de la tarea.
Estas prácticas buscan no solo proporcionar retroalimentación efectiva a los estudiantes sino
también mejorar continuamente los procesos de enseñanza.