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Estoy teniendo más conversaciones con mis aconsejados respecto al tema del cumplimiento
y el arrepentimiento.
El cumplimiento es diferente al arrepentimiento. Sin embargo, lo que hace esto tan difícil es
que el cumplimiento y el arrepentimiento comparten muchas expresiones externas
comunes. Por ejemplo:
¿Cómo responder?
Con tanto en juego, ¿cómo deberíamos nosotros, como consejeros, elegir responder? Aquí
hay 4 sugerencias mientras trabajas con tus aconsejados.
1. Créele a tu aconsejado. 1 Cor. 13 nos recuerda que el amor todo lo cree. Eso no
significa que tenemos que ser ingenuos. Significa que tomamos la decisión de creer
lo mejor sobre una persona. La consejería puede llevar a una persona a ser cínica.
Algunos consejeros tienen algunas heridas de batalla. No cedas a la tentación de ver
a todos a través del lente de un cínico.
2. Cuando hables sobre el arrepentimiento, habla también sobre el cumplimiento. Casi
todos los casos de consejería van a involucrar arrepentimiento hacia alguien por
algo. Cuando enseño sobre el arrepentimiento desde Daniel 9: 1-19, o 2 Corintios
7:10, o Efesios 4: 22-24, hablo del cumplimiento como un peligro potencial para el
verdadero arrepentimiento. No estoy confrontando a mi aconsejado. Les estoy
advirtiendo que todos nosotros somos tentados a ser complacientes sin verdadero
arrepentimiento. “La Complacencia no es el cambio de corazón genuino del que
habla la Biblia en tantos lugares.”
3. Haz preguntas si sospechas que tu aconsejado está siendo complaciente en lugar de
arrepentirse. Las acusaciones pueden endurecer el corazón, pero una pregunta puede
levantar la conciencia. A veces, la confrontación de Natán hacia David (2 Samuel
12) sirve como un modelo útil. Las personas complacientes en ocasiones encuentran
que el cumplimiento es molesto cuando alguien a quien quieren cambiar dice que lo
hará, pero al final se niega. No me gusta acusar a mi aconsejado de ser complaciente
sin antes pedirle su opinión.
4. Elógialos por su buena disposición en participar y escuchar, pero llámalos al
arrepentimiento. A veces los consejeros simplemente siguen adelante. No saben qué
hacer, así que simplemente continúan. Te sugiero que hagas una pausa e incluso
asignes la misma tarea. A veces, en la consejería hay un obstáculo que no se puede
quitar en el primer intento. Haga un segundo, tercer, ... lo que sea necesario ...
intento, porque sin arrepentimiento no van a avanzar.