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DE LA HISTORIA
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Un Trabajo
Presentado a
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En cumplimiento parcial
HT200/OS
Historia de la Doctrina
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Por
Marcelo de la Llave
Sin duda el tema es fascinante, pero no solo por el contenido histórico que podemos
conocer, sino, fundamentalmente por estos dos aspectos del desarrollo de esta historia: el ataque
enemigo sobre la Verdad Divina. Obviamente si quieres enfrentar y vencer a alguien, quien tiene
como una de sus poderosas armas su palabra, tratarás por todos los medios de silenciarlo o
enmudecerlo. Esto mismo es la estrategia que Satanás ha tratado de llevar a cabo por toda la
(Gen.3:1-5). Pink lo explica así: “Aquí fue donde realizó su primer ataque, en el Edén. Allí
preguntó ¿Con que Dios os ha dicho?… Y en la actualidad siguen las mismas tácticas. Por lo
tanto, a lo largo de los siglos, la Biblia ha sido el objeto central de sus ataques. Todas las armas
disponibles en el arsenal del diablo han sido empleadas en sus esfuerzos decididos e incesantes
para destruir el templo de la verdad de Dios. En los primeros días de la era cristiana, el ataque
del enemigo se hizo abiertamente (la hoguera era el principal instrumento de destrucción) pero
en estos ‘últimos días’ el asalto se realiza de una manera más sutil y proviene de un sector más
inesperado. El origen divino de las Escrituras ahora se disputa en nombre de 'Becas' y 'Ciencia' y,
eso también, por parte de quienes profesan ser amigos y campeones de la Biblia”. 1 En los
comienzo, el ataque del enemigo llegó a ser extremadamente violento, quemando Biblias,
1
Arthur W. Pink, The Divine Inspiration of the Bible (Swengel, PA: Bible Truth Depot,
1917), 7–8.
1
2
veracidad. Necesitamos recordar que, “Para siempre, oh Jehová, permanece tu palabra en los
cielos” (Sal.119:89). También, es necesario recordar que cuando Jesucristo fue tentado el diablo
uso las Escrituras tergiversándolas y, el Señor le contesto con las mismas Escrituras
desenmarañando lo confuso. Jesús, podría haber dicho sus propias palabras y ellas también
hubieran sido palabras Divinas, pero, decidió enfatizar y remarcar la autoridad y poder de Las
Escrituras.
Por otro lado, mientras que Satanás ejerce sus ataques hacia la Verdad divina, Dios se
mueve una y otra vez desde su Soberanía. El está sentado en su trono, inmutable e
imperturbable, tal como se aprecia en el Salmo 11:4: “Jehová está en su santo templo; Jehová
tiene en el cielo su trono; Sus ojos ven, sus párpados examinan a los hijos de los hombres.”
(Véase Sal.45:6; 47:8; 93:2; 103:19). Dios está siempre detrás de la escena, nada se escapa de su
control. La historia del desarrollo de las Escrituras así lo demuestra. Porque aún en herejías como
la de Marción, quien sin pensarlo provocó que la Iglesia elaborara el canon. También, cuando
los tiempos fueron pasando el hallazgo de Tischendorf en 1859 del Códice Sinaítico, que es el
manuscrito bíblico completo más antiguo que se conoce hasta ahora, asimismo, el hallazgo de
los rollos del Mar Muerto en Qumram en 1947. Todos estos eventos parecerían una casualidad,
pero en realidad, Dios siempre estaba en cada movimiento. El Salmo 59:13 declara, “Y sépase
Debemos saber que los cristianos primitivos no tenían todos los dilemas que nosotros
hoy tropezamos. Ellos vivían de una fe fresca y sin controversias, también no eran especulativos.
Hoy día, nosotros necesitamos encontrar respuestas a las sucesos y es por eso, que conceptuamos
y atribuimos de manera vehemente y muy humana. Nuestra Iglesia primitiva nunca tuvo ese
problema. Es posible que un creyente de la antigüedad nunca haya leído la carta a los Romanos
y, aun así, él encontró al Salvador. Ellos no tenían una doctrina de Inspiración, pero no obstante,
positivamente veneraban el Antiguo Testamento porque cuando lo citan dicen: "El Espíritu Santo
dice". Entonces, parece que la Biblia de la iglesia primitiva era claramente las Escrituras del
Antiguo Testamento. Diríamos que, eran las Escrituras del Antiguo Pacto. Ellos, posiblemente
no citaban las Escrituras, quizás, simplemente dirían esto: Dios le dio Su mensaje a Su Hijo, su
Hijo se lo dio a los Apóstoles, los apóstoles nos lo han dado a nosotros.
Sin embargo a finales del Siglo II comenzaron los ataques y las herejías, por lo tanto,
comenzó la era de los “apologistas”. Por entonces, la herejía de Marción llevó a buscar un
tradición oral (logia, una colección de dichos de Jesús), predicación apostólica (por ejemplo,
Hechos 2-5) y, probablemente porciones más cortas de material del Nuevo Testamento (por
NT fueron escritos y enviados a su destino original desde A.D. 49--95 (?). Tercero, los
documentos del Nuevo Testamento fueron copiados y conservados como auténticos escritos
apostólicos en varias áreas locales también del A.D. 49--100.En cuarto lugar, los documentos
desde A.D. 70--140. Quinto, las iglesias regionales comenzaron a recopilar, intercambiar y
preservar auténtica literatura apostólica durante el mismo período (A.D. 70-140). Esto mismo,
puso en marcha un proceso que le llevó tiempo a todas las iglesias poseer copias de todos los
documentos.
auténtico y se verificó mediante signos apostólicos, testigos presenciales y enviados (cf. Lucas 1:
públicamente en las iglesias y los pusieron a la par con el Antiguo Testamento (cf. 1 Co. 1: 1;
Col. 4:16; 1 Tes. 5:27; Ap. 1: 3; 2 : 7, 11, 17).Estos libros apostólicos verificados fueron
ampliamente distribuidos, copiados y recolectados para su lectura regular con las Escrituras del
16; Ap 1: 11). El Antiguo Testamento sirvió de modelo para la colección de escritos cristianos.
También, el incremento de las herejías y los nuevos escritos religiosos fue una gran influencia
que llevó a una colección de documentos del NT. Además, la persecución de los cristianos
desempeñó un papel importante en la determinación de los escritos autorizados, por los cuales
ellos estuvieron preparados para tomar una posición e incluso morir. Al final del primer siglo,
esencialmente todos los 27 libros de NT fueron escritos y reconocidos como "canónicos" por los
cristianos, al menos, en algún lugar del mundo mediterráneo. Es probable que, los libros que aún
no se habían aceptado por entonces, todavía no se conocieran en una región determinada. Sin
embargo, el reconocimiento de una colección cerrada de documentos por encima de toda otra
literatura, fue un proceso gradual que no se completó hasta finales del siglo IV. Alrededor del
Roma mencionó por lo menos ocho libros del Nuevo Testamento (95 d.C.). Ignacio de Antioquia
reconoció cerca de siete libros (115 d.C.). Policarpo, un discípulo del apóstol Juan, reconoció 15
libros (108 d.C.). Más tarde, Ireneo mencionó 21 libros (185 d. C.). Hipólito, reconoció 22 libros
(170-235 d.C.). También, los libros más controvertidos del Nuevo Testamento fueron Hebreos,
Asimismo, entre los primeros años 140 y 220 surgieron varios movimientos heréticos
fuertes, todos ellos de una manera u otra contribuyeron a la definición del canon. En el
representado allí como un ser inferior. Así que, lo que hizo Marción fue establecer un canon
reemplazando a todos los demás. Las opiniones de Marción eran peligrosas y generalizadas.
Veintitrés de los veintisiete libros son sin duda parte de la colección autorizada por entonces.
tenían una posición dudosa. Por todo esto, el proceso de canonización se aceleró durante el
Entonces, entre los años 170 y 220 se va definiendo el proceso de canonización por
causa del efecto de las herejías de mediados del siglo II, especialmente por el marcionismo. La
historia posterior continúa, en que cada vez hubo mayores límites al canon y un reconocimiento
cada vez mayor de este, que aumentó hasta el punto de la aceptación universal. Por entonces,
Eusebio (260-340) divide los libros en disputa en dos subclases: (1) los que deberían incluirse en
el canon: Santiago, Judas, 2 Pedro, 2 y 3 Juan. (2) los que no deberían incluirse: los Hechos de
6
Revelación" (es decir, si no es apostólico). Atanasio (296-373), elabora por primera vez una lista
de los libros del Nuevo Testamento que coinciden exactamente con nuestro Nuevo Testamento
(que no contiene ni más ni menos). Por último, la decisión de los consejos nos lleva a fines del
siglo IV, el canon del Nuevo Testamento se fija oficialmente en el sentido de ser
que fue compilado en el año 170 d.C. El Canon Muratori incluyó todos los libros del Nuevo
Testamento, excepto Hebreos, Santiago y 3 Juan. En el año 363 d.C, el Concilio de Laodicea
declaró que sólo el Antiguo Testamento (junto con la Apócrifa) y los 27 libros del Nuevo
Testamento debían ser leídos en las iglesias. El Concilio de Hipona (del año 393 d.C.) y el
Concilio de Cartago (del año 397 d.C.) también, confirmaron la autoridad de los mismos 27
libros.
Los concilios, se basaron en algo similar a los siguientes principios para determinar si un libro
del Nuevo Testamento era realmente inspirado por el Espíritu Santo: 1) ¿El autor fue un apóstol,
o tuvo una estrecha relación con un apóstol? 2) ¿El libro ha sido aceptado por la mayoría del
Cuerpo de Cristo? 3) ¿El contenido del libro es de una consistencia doctrinal y enseñanza
ortodoxa? 4) ¿Este libro contiene evidencia de alta moral y valores espirituales que reflejan la
obra del Espíritu Santo? De nuevo, es crucial recordar que la iglesia no determinó el canon.
Tampoco, ningún concilio primitivo determinó el contenido del canon. Fue Dios mismo y, Dios
solamente, quien determinó cuáles libros pertenecían a la Biblia. Fue simplemente cuestión de
que Dios impartiera a sus seguidores lo que Él ya había decidido. El proceso humano de reunir
7
los libros de la Biblia fue imperfecto, pero, Dios, en Su soberanía y a pesar de nuestra ignorancia
y terquedad guió a la iglesia primitiva al reconocimiento de los libros que Él había inspirado.
reunimos para leer nuestros escritos sagrados, si alguna peculiaridad de los tiempos hace que sea
necesario advertir o recordar. Sin embargo, en ese sentido, con las palabras sagradas
alimentamos nuestra fe, animamos nuestra esperanza, hacemos nuestra confianza más firme; y
no menos por la inculcación de los preceptos de Dios, confirmamos los buenos hábitos”.2
En esta época no hay duda sobre la integridad del texto, sencillamente no se plantea
ese problema. La Biblia es verdadera; esa es la asunción del mundo cristiano. Pero lo que no
estaba en su lugar por entonces, era la cuestión del alcance del Canon.
la iglesia se dividió por tercera vez y se centró sobre las doctrinas de la redención. Luego,
abordaron el tema de la autoridad y, no fue hasta entonces que el Canon se resolvió. La Iglesia
Católica tenía 72 libros y nosotros 66. Isidoro de Sevilla colocó a los apócrifos en el canon y,
Jerónimo cuando tradujo la gran Vulgata latina en el siglo cincuenta dividió la vulgata en tres
partes. Esto sería, las Escrituras del Antiguo Testamento, nuestros 39 libros; las Escrituras del
Nuevo Testamento, nuestros 27 libros y, luego en una tercera sub sección separada, puso 15
libros apócrifos. Así, el Concilio de Trento aprueba una lista de las diferencias entre protestantes
2
Tertullian, Apology 39 (ANF 3:46).
8
“tradición” (lo que de alguna manera sigue estando). La iglesia Católica equiparó la tradición y
las Escrituras como igual autoridad para determinar las enseñanzas. Por eso, el advenimiento de
la Reforma trajo una ruptura masiva en el cristianismo europeo, cuando los católicos romanistas
Por entonces Juan Calvino dijo: “Por lo tanto, que se mantenga como algo fijo, que
aquellos que son enseñados internamente por el Espíritu Santo consienten implícitamente en las
Escrituras; que la Escritura, que lleva consigo su propia evidencia, no se digna someterse a
pruebas y argumentos, sino que debe la plena convicción con la que debemos recibirla ante el
demás, que las Escrituras son de Dios; pero, de una manera superior al juicio humano, siéntase
perfectamente seguro, tanto como si viéramos la imagen divina visiblemente impresa en ella, que
nos llegó, por la instrumentalidad de los hombres, de la misma boca de Dios. No pedimos
pruebas o probabilidades sobre las cuales basar nuestro juicio, sino, que sometemos nuestro
Escritura, por la cual debe ser creída y obedecida, no depende del testimonio de ningún hombre o
Iglesia; pero completamente sobre Dios (que es la verdad misma) su autor: y, por lo tanto, debe
3
John Calvin, Institutes of the Christian Religion 1.7.5 (John Calvin, Institutes of the
Christian Religion, trans. Henry Beveridge [Grand Rapids: Eerdmans, 1989], 1:72).
4
Westminster Confession 1.4 in Schaff, Creeds of Christendom 3:602.
9
El hombre moderno es definido por, alguien que por sí mismo y de manera reflexiva
llegará a la verdad. El hombre moderno se caracteriza por ser juez, igualmente sus preguntas son
muchas y él necesita hallar respuestas a cada una. El hombre de hoy tiene más respuestas, sin
embargo, nunca estuvo más confundido que en otros tiempos. Este, llega al espacio y genera
avances tecnológicos, pero, no sabe cómo guiar su matrimonio o educar a sus hijos. Cree que
todo conocimiento es por propia deducción y, así estamos viviendo las consecuencias. Por esto,
este hombre moderno debería volver a la revelación Divina, si quiere hallar propósito y paz.
Pero, en este siglo Dios está queriendo ser expulsado de la vida del hombre moderno. “Hemos
tenido 400 años de asalto intelectual masivo a las Sagradas Escrituras por las mejores mentes de
nuestros críticos, pero luego desaparecen en silencio. Aunque siempre se les ocurren nuevas
ideas, ¿verdad? Si el Corán recibiera esa paliza, se habría ido. Pero este libro se mantiene.
Voltaire dijo: "Dentro de cien años, la Biblia desaparecerá del ojo público". Y la verdad es que,
cien años después, su casa fue utilizada por la Sociedad Bíblica Francesa para imprimir Biblias.”5
Asimismo, el ataque de los últimos años ha ido hacia la inspiración, he aquí cuatro
Dios, se convierte en un dogma para nosotros. Pero es el libro que se inspira; Es con el libro que,
5
Hannah, John. Historia de la Doctrina. DTS
6
Louis Gaussen, Theopneustia—The Bible: Its Divine Origin and Inspiration, Deduced
from Internal Evidence, and the Testimonies of Nature, History and Science, new and rev. ed., trans. David D. Scott
(Cincinnati: George S. Blanchard, 1859), 349–350.
10
cualquier duda sobre la inspiración plenaria de cualquier parte de la Sagrada Escritura. Esto no es
simplemente corromper la copa, sino toda la fuente. Esto no es solo corromper el cubo de agua
viva, que profesamos presentar a nuestra gente, sino envenenar todo el pozo. Una vez
equivocado en este punto, toda la sustancia de nuestra religión está en peligro. Todo lo que diría
es que, en mi humilde juicio, a pesar de algunas dificultades que ahora no podemos resolver, el
único fundamento seguro y sostenible que se puede mantener es este: cada capítulo, cada verso y
Conclusión
Sin duda este resumen, es una larga historia de las Escrituras que han sufrido el
ataque del enemigo, cuestionando desde la naturaleza del Canon hasta la Inspiración misma del
También, las escrituras , el canon, permanece o cae debido a su relación con Dios, no con la
7
J. C. Ryle, “Not Corrupting the Word,” in J. C. Ryle, Home Truths: Being Miscellaneous
Addresses and Tracts, 7th series (Ipswich: William Hunt, 1849), 232–233.
8
Bernard Ramm, Protestant Christian Evidences, 4th ed. (Chicago: Moody, 1959), 232.
11
Iglesia. Además, cualquier acción oficial de la Iglesia es tardía, la Iglesia nunca intentó conferir
canonicidad es algo en el libro mismo, algo que Dios le ha dado, no un estado favorecido que la
Iglesia le confiere. Herman Ridderbos resume esto: “Debe enfatizarse que la Iglesia no controla
el Canon, pero el Canon controla la Iglesia. Por la misma razón, el Canon no puede ser el
estándar. Todo lo que la Iglesia puede establecer es esto, que ha recibido el Canon como un
estándar y una regla para la fe y la vida, que se le ha entregado con absoluta autoridad.” 9
autoridad de las Escrituras no dependía de la Iglesia. Más bien fue autenticado y sellado en los
corazones del pueblo de Dios por el testimonio del Espíritu Santo. Entonces, la Escritura es de
origen divino, así es su carácter y autoridad. Lleva las marcas de Su divinidad. Evidentemente,
seguridad que viene de Dios, pero el hombre no puede percibir esto por sí mismo y, por lo tanto,
necesita el testimonio interno del Espíritu Santo. Esto un elemento sistémico del proceso
mediante el cual la mente del pecador se ilumina y su voluntad se renueva (1° Cor.2:10-16;
1°Tes. 2:4,13).
H.Ridderbos, "The Canon of the New Testament," in C.F.Henry (ed.), Revelation and the Bible:
9
BIBLIOGRAFIA
Gonzalez, Justo. Breve historia de las doctrinas cristianas. Nashville: Abingdon, 2007.
Gonzalez, Justo. Historia abreviada del pensamiento cristiano. Viladecavalls, España, 2016.
Deiros, Pablo A. Historia del Cristianismo: Los mil años de incertidumbre (500–1500).
Formación Ministerial. Buenos Aires, Argentina: Ediciones del Centro, 2006.
Deiros, Pablo A. Historia del Cristianismo: Los primeros 500 años. Formación Ministerial.
Buenos Aires, Argentina: Ediciones del Centro, 2005.