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3. Contenido homilético(teológico)
5. Una invitación (terminar con un verbo (Descender del monte, orar dispone
nuestro corazón)
Predicación para Hipona red de predicadores.
Evangelio del día 25 de febrero 2024
Por: Fray Simón Andrés Mesa Corzo
La transfiguración
Mc 9, 2-10
Jesús tomó consigo a Pedro, a Santiago y a Juan, y los llevó a un monte alto, y se
transfiguró ante ellos, de modo que su rostro se puso resplandeciente como el sol y
sus vestidos blancos como la luz.[T1]
Allí se dice que Jesús tomó consigo a Pedro, a Santiago y a Juan, y los llevó a un
monte alto, a solas (cf. Mc 9,2). Volveremos a encontrar a los tres juntos en el monte
de los Olivos (cf. Mc 14, 33), en la extrema angustia de Jesús, como imagen que
contrasta con la de la transfiguración, aunque ambas están inseparablemente
relacionadas entre sí.[T2]
[T3]Jesús también elige un monte alto para esta teofanía (manifestación de Dios),
probablemente el Tabor ya que es el monte más alto de Galilea.
Jesús va al monte para orar y entrar en el misterio de lo que Dios le pide; desde esa
experiencia de oración intensa puede iluminar su vida para saber que le espera lo
peor, pero que Dios estará siempre con él.
Predicación para Hipona red de predicadores.
Evangelio del día 25 de febrero 2024
Por: Fray Simón Andrés Mesa Corzo
¡Este es mi hijo!
Aparece de nuevo una voz del cielo, la segunda de las tres que aparece (Bautismo,
Transfiguración y el ángel en la tumba vacía). Este es mi Hijo querido, escuchadle.
Si en el Bautismo solo la escuchaba Jesús, ahora la escuchan Jesús y sus discípulos
que lo acompañaban (el mensaje ya no es “Tú eres”, sino “éste es”). Por lo tanto,
Mc 9,7 se conecta con el Bautismo y con Mc 1,1 para ratificarnos la identidad de
Jesús como Hijo de Dios, porque el lector es el que lo conoce todo.[T5]
Esta expresión puede significar una típica reacción de Pedro, un poco alborotada y
sin comprender exactamente lo que estaba pasando. Pero también puede significar
la situación del que está viviendo una experiencia inefable de la presencia de Dios.
Pedro expresa su alegría por lo que está viviendo (¡qué bien se está aquí!), pero
también revela lo mucho que aún no ha comprendido.
A veces, nos gustaría quedarnos ahí, haciendo tres tiendas… Aunque, como a
Pedro, también a nosotros el Señor nos invita a bajar de la montaña, al valle donde
está la vida de cada día, para vivir desde esa luz y con ese horizonte que hemos
recibido de su Persona; al respecto comenta san Agustín el sermón 78:
Jesús les ordena a sus discípulos que no contasen a nadie lo que habían visto, hasta
que el resucitara. [T7]
Los jueves en el rezo del santo Rosario, meditamos los Misterios Luminosos;
añadidos por san Juan Pablo II; hacen referencia a la vida pública de Jesús: el
Bautismo en el Jordán, las bodas de Caná, el anuncio del Reino de Dios, la
Transfiguración y la institución de la Eucaristía, «como expresión sacramental del
Misterio Pascual». Nos enseña que la Transfiguración es un acontecimiento de luz,
que irradia la vida futura, la resurrección, la plenitud. [T8]
Hermanos, la Transfiguración del Señor nos recuerda que estamos llamados a vivir
el encuentro con Cristo, para que iluminados por su luz, podamos llevarla y hacerla
brillar en todas partes, como pequeñas lámparas del Evangelio que llevan un poco
de amor y de esperanza.
Que también nosotros, como María, llevemos en nuestro ser la presencia luminosa
de Jesús a todos aquellos que están pasando momentos de oscuridad. [T9]