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Año 4, Nº 6 / LA TRANSFIGURACIÓN DEL SEÑOR

6 de agosto de 2023

Ciclo
Ciclo A
C - Color Blanco
Verde

Señor ¡qué bien


estamos aquí!
Después de la transfiguración del Señor,
Pedro, Santiago y Juan sienten algo de
desazón, porque han escuchado el anun-
cio de la Pasión y sus consecuencias. Sin
embargo, para el evangelista, la transfi-
guración de Jesús manifiesta que Él es el
nuevo Moisés, el Siervo de Yahvé y el
Profeta que instaura el reino de la justicia.
Todo acontece, en el monte, que, en tér-
minos bíblicos, representa el lugar de la
cercanía e intimidad con Dios. Jesús es el
Señor, imbuido de la “luz de Dios” y en-
vuelto en la “nube”, ambos signos de la
presencia divina. A su vez, quienes
hablan con Jesús, –Moisés y Elías–,
evocan la Ley y los Profetas y señalan a
los discípulos un nuevo modo de vincu-
larse con Dios, en una relación más per-
sonal. En este sentido, cada creyente
está llamado a escuchar a Jesús y actuar
como él. Pero, para tal cometido hay que
estar cerca de Él, escucharlo, imitarlo y
seguirlo, como hacían las multitudes del
Evangelio.

De este modo, la transfiguración del


Señor confirma todo lo anunciado por
los profetas. No obstante, Jesús, al igual
que a sus discípulos, nos invita a superar
la tentación de un mesianismo glorioso y
triunfal, pero no sin aceptar las dimensio-
nes inseparables de su acción redentora:
la obediencia a la voluntad del Padre, el
sufrimiento como un estado de creci-
miento y madurez, y finalmente, su
gloria, que nos abre a la vida de la gracia
y la resurrección.
En su transfiguración, Jesús sustituyó el
miedo por la valentía, porque cuando
abrimos los ojos de la fe, constatamos
que el gran anuncio es el propio Señor.
Sabemos que los hechos milagrosos no
son suficientes para mantener viva nues-
tra fe. Si bien pueden ayudarnos, pero la
realidad es que a Cristo se le conoce en
el diálogo constante. Sin duda, que
como creyentes necesitamos que él rea-
lice en nosotros una “transfiguración in-
terior” que nos permita contemplar su
divinidad con el fin de conocerlo y
amarlo.
P. Fredy Peña Tobar, ssp.

“Este es mi Hijo muy querido, en quien tengo puesta


mi predilección: escúchenlo”, (Mt 17, 5).

1. ambientación
La Iglesia nos invita a celebrar la fiesta
de la Transfiguración del Señor.
Además, la manifestación de la gloria
de Cristo a unos testigos predilectos, a
quienes dio a conocer en su cuerpo,
semejante al nuestro, el resplandor de
su divinidad. Así, Cristo fortaleció la fe
de los Apóstoles para que sobrelle-
varan el escándalo de la cruz; y alentó
la esperanza de la Iglesia. Que esta
fiesta sea una oportunidad de reafir-
mar nuestra fe en Jesús y nuestra
voluntad de escucharlo y seguirlo.

1. primera lectura
El profeta ve al futuro Mesías como “un Hijo de
hombre” a quien se concede toda gloria y el Reino
eterno que no pasará.

Dn 7, 9-10. 13-14

Lectura de la
profecía de Daniel.

Daniel continuó el relato de sus visiones,


diciendo: “Yo estuve mirando hasta que
fueron colocados unos tronos y un An-
ciano se sentó. Su vestidura era blanca
como la nieve y los cabellos de su cabeza
como la lana pura; su trono, llamas de
fuego, con ruedas de fuego ardiente. Un
río de fuego brotaba y corría delante de
Él. Miles de millares lo servían, y centena-
res de miles estaban de pie en su presen-
cia. El tribunal se sentó y fueron abiertos
unos libros. Yo estaba mirando, en las vi-
siones nocturnas, y vi que venía sobre las
nubes del cielo como un Hijo de
hombre; Él avanzó hacia el Anciano y lo
hicieron acercar hasta Él. Y le fue dado el
dominio, la gloria y el reino, y lo sirvieron
todos los pueblos, naciones y lenguas.
Su dominio es un dominio eterno que no
pasará, y su reino no será destruido.

Palabra de Dios.
R. Te alabamos, Señor.

2. salmo

Sal 96 1-2. 5-6. 9

R. El Señor reina, altísimo por encima


de toda la tierra.

¡El Señor reina! Alégrese la tierra, re-


gocíjense las islas incontables. Nubes y
Tinieblas lo rodean, la Justicia y el De-
recho son la base de su trono. R.

Las montañas se derriten como cera


delante del Señor, que es el dueño de
toda la tierra. Los cielos proclaman su
justicia y todos los pueblos contem-
plan su gloria. R.

Porque Tú, Señor, eres el Altísimo:


estás por encima de toda la tierra,
mucho más alto que todos los dioses.
¡El Señor reina! ¡Alégrese la tierra! R.

3. segunda lectura
San Pedro invita y recalca a la comunidad el recuer-
do vivo que en los Apóstoles dejó el haber visto al
Señor transfigurado.

2Ped 1, 16-19

Lectura de la
segunda carta del
Apóstol san Pedro.

No les hicimos conocer el poder y la


Venida de nuestro Señor Jesucristo ba-
sados en fábulas ingeniosamente in-
ventadas, sino como testigos oculares
de su grandeza. En efecto, Él recibió de
Dios Padre el honor y la gloria, cuando
la Gloria llena de majestad le dirigió
esta palabra: «Este es mi Hijo muy que-
rido, en quien tengo puesta mi predi-
lección». Nosotros oímos esta voz que
venía del cielo, mientras estábamos con
Él en la montaña santa. Así hemos visto
confirmada la palabra de los profetas, y
ustedes hacen bien en prestar atención
a ella, como a una lámpara que brilla en
un lugar oscuro hasta que despunte el
día y aparezca el lucero de la mañana
en sus corazones.
Palabra de Dios.
R. Te alabamos, Señor.

aleluia Mt 11, 25

Aleluia. Te alabo, Padre, Señor del cielo


y de la tierra, porque revelaste los mis-
terios del Reino a los pequeños. Aleluia.

4. evangelio
La Transfiguración del Señor a sus discípulos es
como una palabra de ánimo, puesto que en ella se
manifiesta la gloria de Jesús y se anticipa su victoria
sobre la cruz.

Mt 17, 1-9

Evangelio de nuestro
Señor Jesucristo según
san Mateo.

Jesús tomó a Pedro, Santiago y Juan,


y los llevó a ellos solos a un monte ele-
vado. Allí se transfiguró en presencia
de ellos. Sus vestiduras se volvieron
resplandecientes, tan blancas como
nadie en el mundo podría blanquear-
las. Y se les aparecieron Elías y Moisés,
conversando con Jesús. Pedro dijo a
Jesús: «Maestro, ¡qué bien estamos
aquí! Hagamos tres carpas, una para ti,
otra para Moisés y otra para Elías».
Pedro no sabía qué decir, porque esta-
ban llenos de temor. Entonces una
nube los cubrió con su sombra, y salió
de ella una voz: «Este es mi Hijo muy
querido, escúchenlo». De pronto mira-
ron a su alrededor y no vieron a nadie,
sino a Jesús solo con ellos. Mientras
bajaban del monte, Jesús les prohibió
contar lo que habían visto, hasta que el
Hijo del hombre resucitara de entre los
muertos. Ellos cumplieron esta orden,
pero se preguntaban qué significaría
«resucitar de entre los muertos».

Palabra del Señor.


R. Gloria a ti, señor Jesús.

Escucha el
Evangelio Dominical
ingresando
a este link

reflexionemos
En nuestra vida podemos encontrarnos
con momentos de aridez o de oscuridad
espiritual, sin que nada nos haga sentir la
gloria de la transfiguración de Cristo. Sin
embargo, nuestra fe ha de probarse no
sólo cuando todo anda bien, sino también
cuando la vida no nos sonríe: ¿Cómo es
mi actitud de vida frente a las dificultades
o desgracias? ¿Confío y me abandono en
Dios?

5. oración universal

M. Con toda confianza oremos confiada-


mente a Dios Padre, porque nos ha
aceptado como sus hijos e hijas en su
amado Hijo Jesucristo.

R. Escúchanos, Señor.

1.- Para que el rostro de la Iglesia


pueda reflejar siempre la luz del Cristo
glorioso; que la gloria de la Iglesia no
consista en riqueza o en poder munda-
no, sino en el modesto brillo del Evan-
gelio, hecho vida y misión. Oremos. R.

2.- Para que no falten a la Iglesia voca-


ciones al ministerio sacerdotal y a la
vida religiosa; para que hombres y mu-
jeres que consagren toda su vida al
anuncio del evangelio. Oremos. R.

3.- Para que los artistas sigan reve-


lándonos la belleza de la creación
de Dios; y los científicos descubran
los secretos del universo y los usen
sabiamente para el desarrollo y pro-
greso de la gente y del mundo.
Oremos. R.

4.- Para que iluminemos nosotros, con


palabras de ánimo y esperanza, los
rostros de los que sufren; para que
aprendamos de Cristo a encontrarnos
con hermanos, y que todos juntos se-
pamos buscar la luz de la verdad y del
amor. Oremos. R.

(Se pueden agregar otras


peticiones de la comunidad)

M. Padre, tu gloria iluminó el rostro de


Jesús, tu Hijo muy querido. Que su luz
venga sobre nosotros como un amane-
cer lleno de promesas. Créanos de
nuevo, a nosotros y al mundo, en Jesu-
cristo nuestro Señor. R. Amén.

sugerencias de cantos
Pueblo de reyes/
En el nombre del Padre/
Alegre la mañana/
Un solo Señor, una sola fe/
Tu gloria Señor es la vida de hombre/
Juntos nos acercamos/
A Dios den gracias los pueblos.

actualidad
caminos de sinodalidad
Hacia una plena presencia:
Reflexión pastoral sobre
la interacción en
las Redes Sociales
"Hacia una plena presencia" es el
título del documento del Dicasterio
para la Comunicación publicado el 29
de mayo. Su objetivo es promover
una reflexión común sobre la implica-
ción de los cristianos con los medios
sociales, que cada vez forman más
parte de la vida de las personas. Inspi-
rado en la parábola del buen samari-
tano, pretende iniciar una reflexión
compartida para promover una cultu-
ra del "amor al prójimo" también en
la esfera digital. El texto reconoce
que: “Los avances en la tecnología
han hecho posibles nuevas formas de
interacción humana. De hecho, la
cuestión ya no es si interactuar o no
con la cultura digital, sino cómo ha-
cerlo. Las redes sociales, en especial,
son ambientes en los que las perso-
nas interactúan, comparten experien-
cias y cultivan relaciones como nunca
se había hecho antes. Sin embargo, a
medida que la comunicación se ve
cada vez más influida por la inteligen-
cia artificial, se plantea la necesidad
de redescubrir el encuentro humano
en su esencia misma. En las dos últi-
mas décadas, nuestra relación con las
plataformas digitales ha sufrido una
transformación irreversible: ha surgi-
do la conciencia de que estas plata-
formas pueden evolucionar para
llegar a ser espacios creados conjun-
tamente, y no solo algo que usamos
de forma pasiva. Los jóvenes –y tam-
bién las generaciones de más edad–
piden que vayamos a su encuentro allí
donde están, incluidas las redes socia-
les, ya que el mundo digital es “una
parte significativa de la identidad y
del estilo de vida de los jóvenes”
Para más información les invitamos a
visitar la web www.iglesia.cl

“El Domingo, día del Señor”.


Semanario Litúrgico. Con las debidas licencias.
ISSN: 0717-4896

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