Documentos de Académico
Documentos de Profesional
Documentos de Cultura
TEMA 4
LA CANCIÓN: aspectos musicales y aspectos interpretativos.
tipos de canciones. la agrupación vocal. repertorio vocal
aplicado a la secundaria
2. Tipos de canciones
2.1 La canción monofónica
2.1.1 Estudio previo
2.1.2 Fórmulas de aprendizaje
2.1.3 Actividades
2.2 Canto homofónico
2.3 El canon
2.4 La canción polifónica
3. La agrupación vocal
3.1 Formación coral juvenil
3.2 Extensión y colocación
3.3 Factores de influencia
3.4 Principios básicos de la dirección coral
3.5 Ambiente físico
3.6 Ambiente humano
3.7 Didáctica del ensayo
3.8 Realización
61
Javier Jurado www.dosacordes.es/academia/
1.1 Generalidades
La canción es el recurso más asequible en el aprendizaje musical. En ella están presentes dos elementos de
la música, el ritmo y la melodía, siendo además susceptible de ser acompañada por instrumentos armónicos
(como guitarra, órgano o piano), así como por banda rítmica (agrupación de instrumentos de percusión de al-
tura indeterminada) y orquesta escolar Orff (todo tipo de instrumentos).
Desde el punto de vista de la expresión y emoción inherente al ser humano, podemos afirmar que la canción
es una expresión espontánea y propia del ser humano, tal como lo demuestra su presencia en los ritos y otras
expresiones étnicas de las culturas primitivas existentes en la actualidad. Resulta evidente que en la explica-
ción de los fenómenos naturales de difícil comprensión para una mente primaria el aspecto mágico es impe-
rante. Es más que probable que el ser humano primitivo, practicante de una religión naturalista más basada en
procesos mágicos que en creencias, se expresara hacia esas fuerzas desconocidas con su propio cuerpo, y más
concretamente con la voz, aunando un principio expresivo comunicativo con una incipiente idea estético mu-
sical; en esa misma orientación encontramos las pinturas rupestres y las primeras representaciones escultóricas
y megalíticas. Posiblemente el canto, además de ese componente mágico, estuviera ligado a fenómenos de tipo
comunicativo, en mayor o menor medida asociados al lenguaje (y por supuesto a la danza). Prueba de ello son
los cantos y bailes de los hechiceros de determinadas etnias primitivas actuales, sin olvidar que en ocasiones
el canto común sustituye a ese más especializado. También en nuestra civilización se considera el canto como
una elevación o sublimación del alma, y son numerosos los ejemplos aportados por el cristianismo (desde la
Patrística y especialmente San Agustín, hasta el pensamiento de Lutero, pasando por el gregoriano, sin olvidar
tendencias actuales de incorporación de cánticos populares a las celebraciones litúrgicas).
Como actividad inherente al ser humano, una de las manifestaciones más clarificadoras es la del cirujano
e investigador francés Jean Marc Gaspard Itard (1775-1838), que desarrolló su trabajo en el ámbito de las
dificultades educativas surgidas con los niños y las niñas discapacitados intelectuales y auditivos; pionero en
este tipo de investigación, influyó en los planteamientos educativos de Montessori. Investigó sobre el tema del
“buen salvaje”, es decir, del individuo apartado de la civilización accidentalmente y que crece aislado, siguien-
do las directrices del “Emilio” de Rousseau, publicando en 1801 su “Rapports sur le souvage de l´Aveyron”,
en el que afirma que el niño salvaje de Aveyron respondía a estímulos de índole musical, especialmente si éstos
eran cantados.
La canción ha de ser adecuada, tanto por tratar temas propios de la vida del alumnado según su edad y prefe-
rencias, como por seguir un orden de dificultad de aprendizaje desde dos a más notas (según el orden adecuado,
planteado por cada pedagogía, principalmente Kodaly, Orff, y Willems). En muchas ocasiones, los niños y las
niñas reciben la influencia de temas no apropiados a su edad, debido a la escucha de los medios audiovisuales
de comunicación de masas, o por la comercialización u otros fenómenos ligados al consumo.
Algunos medios concretos están especializados en emisiones musicales de calidad, pero la mayor parte se
dedican a la emisión de música comercial, cuyo resultado es la aparición en el individuo del lógico sentido de
comprador y usuario, como destinatario final de una serie de mensajes encaminados a la compra de un produc-
to de características sencillas. La mayor parte de la música comercial no reviste ningún tipo de complejidad
en lo que se refiere a los elementos de la música, caracterizándose por una línea melódica clara, un ritmo me-
cánico, que mantiene un valor de pulso constante (a veces por la presencia de cajas de ritmos o instrumentos
electrónicos que proporcionan una base muy marcada de manera invariable a lo largo de toda la obra), una
armonía sin modulaciones, y una forma del tipo estrofa-estribillo. En ocasiones, uno de estos elementos se
destaca de los demás. Por su componente fisiológico, lo habitual es que se trate del ritmo, lo que ha dado lugar
a un gran tipo de variedades de música.
Debido a estas características, este tipo de música con letras dirigidas a la juventud, es muy del agrado del
alumnado de secundaria, pero no deben ser las únicas que escuchen. Conviene formar previamente su gusto
estético, y encaminarlos hacia la amplitud y diversificación de sus gustos musicales. El repertorio ha de ir cre-
ciendo curso a curso, por lo que cada poco tiempo hay que repasar las obras ya conocidas, siempre que sigan
siendo acordes con sus intereses y su crecimiento, tanto en la letra como en la música.
62
AVANCE MATERIALES SECUNDARIA Javier Jurado
63
Javier Jurado www.dosacordes.es/academia/
En lo referente a la música los puntos a seguir son más complejos, por lo que es conveniente presentarlos
independientemente, aunque figuran explicados cuando es necesario una aclaración al respecto.
En cuanto al ritmo, interesa estudiar su tipo (libre, rítmico o métrico). En ocasiones, algunas canciones (so-
bretodo de índole folclórica) han sido transcritas erróneamente a un compás inadecuado. Si la obra mantiene el
compás de forma constante se dice que es isométrica, y heterométrica en caso contrario. En cuanto al esquema
rítmico se debe señalar si hay uno fijo durante toda la obra, o gran parte de ella, o variaciones casi imperceptibles
dentro de un esquema general idéntico; en estos casos se dice que la canción es isorrítmica y, en el resto, hetero-
rrítmica. La existencia de grupos rítmicos especiales es algo también reseñable, que afectaría a la presencia de
dosillos, tresillos, etc. por otra parte, algunas obras vienen dadas por un motivo o célula rítmica importante, que
genera un motivo y de ahí a toda la canción, por lo que conviene destacar la existencia de ese grupo.
En el apartado correspondiente a la melodía, se debe estudiar la extensión, esto es, la distancia entre la nota
más grave y la más aguda, así como el ámbito, o intervalo en el que la obra se mueve preferentemente. Sobre la
línea melódica conviene estudiar su carácter ascendente o descendente, siendo el dibujo melódico es la repre-
sentación en diagrama de ese movimiento. Una canción es silábica cuando a cada sílaba corresponde una nota,
y adornadas u ornamentadas en caso contrario. Otras cuestiones de interés afectan al intervalo característico, a
los más usuales, el motivo (o célula) melódica, y a la coincidencia o no de acentos prosódicos y musicales.
Al tratar la armonía es necesario referirse a los sistemas de organización (tonal, modal, o bien otros siste-
mas) en que está la obra. El estudio de las alteraciones accidentales proporciona un interesante punto de vista,
al ser las responsables de la existencia de modulaciones, algunos tipos de notas auxiliares, sensibles, dominan-
tes secundarias, etc. No tiene sentido hablar de cadencias en el caso de música monódica, si bien la melodía
presenta unas notas en los puntos de reposo, que son susceptibles de estudio. En caso de existir un acompaña-
miento armónico de base, podemos concluir acordes, función de cada nota, y cadencias.
Finalmente, al tratar el análisis formal, es necesario colocar las secciones, frases, semifrases o períodos, etc.
La melodía puede presentar un sentido no conclusivo, conclusivo o inconcreto. El final es conclusivo cuando
se produce sobre la tónica en tiempo fuerte, no conclusivo si se produce sobre una nota no perteneciente al
acorde de tónica, e inconcreto cuando se produce en tiempo fuerte sobre otra nota del acorde de tónica o sobre
la tónica en tiempo débil. A pesar de todo, la fórmula melódica no aporta todos los datos sobre si se trata de un
final o no, ya que es necesario analizar la armonía también, caso de que exista un acompañamiento de base.
64
AVANCE MATERIALES SECUNDARIA Javier Jurado
• Práctica vocal.
• Preparación de la voz.
- Emisión de la voz y sus componentes: respiración, articulación, resonancia y entonación, (que por
tanto dan lugar al de impostación).
- Valoración de la voz propia y de los demás, así como exigencia en la calidad de la emisión.
El procedimiento más evidente es la propia interpretación de la obra, con atención a los valores expre-
sivos. En el caso de tratarse de obras a varias voces (canto alternado, canto homofónico, y polifónico)
es interesante memorizar cada parte con vistas a comprender el resultado del conjunto; por esta razón
se hace evidente la interpretación de cánones, ya que son a la vez monofónicos y homofónicos o po-
lifónicos.
En lo referente a las actitudes, contribuye a asumir como propia, natural e importante la voz humana,
tanto desde el punto de vista expresivo como comunicativo, y a considerar la práctica vocal como
fuente de placer y como medio de formación, información y recepción del legado cultural. Desde el
punto de vista de la socialización la canción implica un aumento en el respeto a las reglas de conducta
a través de la integración en un grupo (cuerda, coro) a las órdenes de la dirección. La ampliación del
repertorio da lugar a un aumento de la capacidad estética, la formación cultural y la sensibilidad.
* En cuanto a la práctica instrumental, la relación con el canto se produce a través del acompañamiento con
instrumentos y de la interpretación de canciones con instrumentos melódicos diferentes a la voz. El acompa-
ñamiento puede realizarse con banda rítmica (instrumentos de percusión de altura indeterminada) u orquesta
escolar (orquesta de intrumental Orff, todos los instrumentos), y el alumnado puede cantar simultáneamente a
tocar los instrumentos o bien un grupo canta y otro toca; interesa que canten y toquen a un tiempo, aunque a
veces la complejidad de los ostinatos impide tal medida.
* En lo referente al movimiento, la canción puede ser acompañada de movimiento o de baile, o propiciar
la expresión corporal. El ritmo forma parte inherente e inseparable del componente melódico, dando lugar a
lo rítmico melódico, por lo que la canción implica, necesariamente, un componente rítmico. Además, en la
canción se aprecian, debido a la figuración, los elementos rítmicos básicos: ritmo, acento, pulso y subdivisión.
Todos estos aspectos se aprecian fácilmente a través de la interpretación de canciones con movimiento con
desplazamiento asociado: cantando y/o contando los tiempos.
* Al tratar la representación gráfica de la música, la canción integra en un único proceso la altura definida
en notas y la duración expresada en figuras, por lo que es un excelente medio de lectura, escritura, aprendizaje
de intervalos, y demás. Es decir, que hay que tener en cuenta la posibilidad de tratar la canción como una vía
de acceso directo a la comprensión de los elementos del lenguaje musical.
* Desde el punto de vista de la audición musical, la canción es susceptible de aparecer como composición
de autor, o ser extraída de la música clásica, el jazz o el flamenco, ser de ídole folclórica o pertenecer a cual-
quier otro ámbito de la música de calidad.
* Desde el punto de vista perceptivo sensorial la canción conlleva la comprensión de las cualidades del
sonido:
65
Javier Jurado www.dosacordes.es/academia/
• La altura se concibe a través del ámbito, las progresiones interválicas y el movimiento sonoro.
• El concepto de timbre se muestra a partir de la ejecución individual diferenciada, es decir, por la dis-
criminación auditiva de las voces de las personas que interpretan la canción, o bien por su ejecución
en otros instrumentos de tipo melódico (o sea, la posibilidad de que la canción sirva como base a una
interpretación instrumental, realizando la discriminación o conocimiento tímbrico del instrumento).
• A la comprensión de la duración contribuye la apreciación del aspecto rítmico melódico que atañe a
la figuración.
• Sobre el ritmo y el elemento melódico (rítmico-melódico) ya se ha tratado más arriba; el ritmo forma
parte inherente e inseparable del componente melódico, dando lugar a lo rítmico melódico, por lo que
la canción implica, necesariamente, un componente rítmico. Además, en la canción se aprecian los
elementos rítmicos básicos: ritmo, acento, pulso, y subdivisión.
• La presencia de la armonía requiere una explicación más detallada. Es indudable que la canción
puede ser acompañada por el conjunto instrumental Orff, por piano, guitarra y/o otros instrumentos
melódicos y armónicos que posibiliten un acompañamiento de acordes. Pero incluso en la interpreta-
ción vocal “a capella” los acordes son fácilmente perceptibles, unidos indisolublemente al movimiento
melódico.
• La forma es asimilada a través de la comprensión de la estructura musical, a partir del fraseo, moti-
vos, articulación... con relación también al fraseo del texto.
Además de su presencia en los contenidos, la posibilidad de un trabajo globalizador e interdisciplinario a
través de su práctica incluye:
• La consecución de los objetivos de etapa. La canción contribuye a alcanzarlos a través del aspecto
comunicativo y expresivo, el canto colectivo, la interpretación de música popular, y el desarrollo cor-
poral que supone la colocación al cantar, la respiración y la articulación.
Se debe partir de un uso correcto de la voz, que ayude al alumnado a disfrutar de ella, desinhibiéndose e
integrándolo. Es fundamental que la afición al canto sea anterior, y que esté presente en el entorno familiar y en
la Educación Infantil. A pesar de ese interés por la emisión correcta no se deben realizar ejercicios específicos
de técnica vocal, sino propiciar una correcta posición y respiración, que contribuyan a su desarrollo personal
y corporal.
66
AVANCE MATERIALES SECUNDARIA Javier Jurado
2. Tipos de canciones
• Según el número de notas pueden ser bitónicas (compuestas por dos notas), tritónicas (tres), tetrató-
nicas, pentatónicas (hemipentatónicas, es decir, con semitonos, o parapentatónicas o anhemipentatóni-
cas, sin semitonos), hexatónicas, heptatónicas...
• Según la organización de los intervalos y de las notas entre sí en relación con la tónica, pueden ser
diatónicas mayores o menores, modales (en modo dórico, frigio, lidio, mixolidio o eólico, o responder
a escalas propias del folclore (escala húngara, oriental...).
• Desde el punto de vista didáctico pueden ser de aplicación pedagógica, con vistas a facilitar la com-
prensión de conceptos musicales o extramusicales. Suponen un desarrollo de la coordinación, la
memoria y la capacidad de atención.
• Sobre su origen y finalidad, serán populares o folclóricas (propias o de otros lugares), para echar
suertes, modernas, de corro, nanas, onomatopéyicas, de animales... Conviene no olvidar las de compo-
sición propia, bien sean del profesorado, el grupo, o una de las personas que lo integran.
• Según su temática serán de relación, amorosas, de lugares, de trabajo, carnavalescas, báquicas, enu-
merativas, narrativas, relacionadas con los ciclos anuales…
• Puede tener algún juego asociado dando lugar a canciones de reacción, acompañamiento de movi-
mientos o gestos, sustitución de palabras por gestos o mímica (canciones mimables).
Cuando se trata de canto monofónico o monódico no sólo se trata de canciones infantiles o populares.
Grandes temas de la historia de la música han sido interpretados a una sola voz, ya que durante siglos la in-
terpretación monódica, con o sin acompañamiento de instrumentos, fue considerada primordial. Para muchos
profesionales de la docencia musical el canto a unísono es considerado como de segunda categoría, pero nada
más lejos de la realidad: una obra a una sola voz, si está bien interpretada, tiene tanta categoría como una
obra a varias voces. Prueba de ello es la pervivencia del canto gregoriano, y el interés de su utilización como
“cantus firmus” en el intrincado proceso de la más adornada polifonía contrapuntística. El canto gregoriano
proporciona un excelente medio de afectividad y comunicación, y al no basarse en un ritmo de tipo métrico,
favorece la expresión verbal y la riqueza de la entonación en el lenguaje. Como muestra se presenta el siguiente
“Puer natus”:
67
Javier Jurado www.dosacordes.es/academia/
alumnado canta con el profesor o profesora. Sin embargo, no es un buen método. Tras cantar varias veces, el
alumnado se mostrará cansado de la canción, ya que la cantidad de veces que habrán escuchado e interpretado
la obra será excesivo. Además, resulta evidente que el proceso es de lo más tedioso, tanto para la docencia
como para el alumnado.
La lectura musical directa de la obra puede ser un buen sistema, pero no siempre el grupo posee los co-
nocimientos necesarios para poder afrontarla. La interpretación a partir de la escritura de la obra tiene varias
ventajas. Al copiarla del encerado los discentes mejora su letra y su conocimiento del lenguaje musical. Si se
les entrega una fotocopia con la canción impresa a través de un programa informático editor de partituras, su
colección de obras se enriquece, y pueden incluso hacer su propio libro de repertorio, provocando una toma de
postura más positiva respecto a la música. Al usar la partitura impresa es factible colocar todos los instrumen-
tos del conjunto instrumental o de la banda rítmica acompañante, promoviendo la comprensión total del proce-
so instrumental, con lo que el sentido armónico y de la textura musical aumentan. En cualquier caso y previa-
mente a la conjunción de letra y música, ambas se realizarán por separado, solfeando las notas y recitando la
letra (el orden es indiferente), uniendo posteriormente. Algunas pedagogías prefieren que las notas primero se
reciten y luego se entonen, aunque parece razonable, por definición de nota (nombre + altura correspondiente)
leer entonado directamente. Pero la diferencia entre la posibilidad de interpretar y el conocimiento suficiente
del lenguaje musical es demasiado grande, imposibilitando durante los primeros cursos su realización.
Otra fórmula de aprendizaje resulta de la memorización por fragmentos, a través del aprendizaje y su me-
morización, y la práctica de los enlaces entre los distintos trozos.
La más pedagógica de las posibilidades deriva de la idea anterior, siguiendo este proceso:
• El aprendizaje se efectúa como juegos de repetición, en primer lugar, de tipo melódico: el profesor
o profesora canta un pequeño fragmento y el grupo lo repite. Para ello no se utilizará la letra de la
canción, ya que en este caso la memorización sería doble, de letra y de música, complicando innecesa-
riamente el proceso; la entonación se realizará con una sílaba cualquiera; en ocasiones se emplea una
sílaba que proporcione una base de elemento técnico vocal, como “mmm” para los resonadores. Esa
sílaba en juego puede cambiar de cada vez, evitando la monotonía, y enriqueciendo el ejercicio.
• En segundo lugar, se trabaja el aspecto verbal, recitando la letra. Para esto es conveniente añadir
expresión con vistas a promover la riqueza de comunicación; con el mismo carácter que el educador
o la educadora proporciona, el grupo repite. Se pueden trabajar sonoridades idiomáticas (con acento
árabe, francés...), estados de ánimo (llorando, riendo, enfadados...). o dramáticos (declamación, repre-
sentación, añadido de gestos), sin olvidar el trabajo sobre el sonido propiamente dicho (fuerte o suave,
agudo o grave). Una vez efectuados y aprendidos los fragmentos se unen en trozos mayores, hasta
conseguir toda la canción.
2.1.3 Actividades
A partir de la canción es posible realizar un gran número de actividades.
• En primer lugar, ejercitar la lectura y escritura musical tomándola como base de un dictado rítmico,
o dictado melódico.
68
AVANCE MATERIALES SECUNDARIA Javier Jurado
rítmicos, como el pulso, acento, compás, o esquema rítmico, siempre que exista como una constante
en la canción, a través de la realización simultánea de práctica instrumental (especialmente si se trata
de percusión corporal).
• También es posible realizarla con acompañamiento de percusión corporal, banda rítmica, o conjunto
instrumental u orquesta Orff.
• Desde el punto de vista de la expresión y comunicación, se puede realizar una dramatización sobre el
texto. Algunas posibilidades concretas son recitarlo, declamarlo, según distintos estados de ánimo. La
expresión corporal está presente a partir de mímica, baile, coreografía, y danza.
• El movimiento asociado a la canción es algo habitual en la mayor parte de las pedagogías. Desde mo-
verse libremente a negras, corcheas o blancas, hasta moverse en determinados tiempos del compás. Es
posible añadir algunos elementos de percusión corporal (como chasquidos y palmadas), que marquen
el acento, pulso, compás, o esquema rítmico. De igual modo. es posible usar instrumentos de pequeña
percusión asociados al desplazamiento, siempre que su manejo no dificulte el movimiento del alum-
nado. Los elementos rítmicos a marcar en estos casos no serán complejos, ya que a la interpretación
vocal hay que añadir el caminar a pulso y la práctica instrumental. Interesan muy especialmente los
que supongan disociación, como caminar a negras marcando blancas (o viceversa) mientras se canta.
• Por supuesto no se pueden olvidar los elementos creativos, como la improvisación de movimientos
simultáneamente con la interpretación. Sobre la letra de la obra, y teniendo en cuenta su figuración, el
alumnado creará nuevos textos relacionados o no con el expuesto como propio.
• Desde el punto de vista de la técnica vocal, la canción puede ser punto de partida para la realización
de ejercicios sobre la línea melódica.
• En cuanto a la comprensión del sonido y sus parámetros básicos, el conocimiento sobre el sonido in-
cluye tono o altura a partir del movimiento sonoro de la melodía, diferencias tímbricas de las distintas
voces participantes, intensidad, y duración. No hay que olvidar la propiocepción y memorización de
la obra. La canción es susceptible incluso de ser tomada como base para la realización de ejercicios de
orientación espacial a partir de su percepción con los ojos cerrados.
• En cuanto a la armonía, su comprensión está presente por la labor acompañante del conjunto instru-
mental, o del profesorado. Una interesante posibilidad consiste en efectuar distintos acompañamien-
tos, con vistas a que el alumnado compruebe su riqueza.
• Desde el punto de vista de la audición, la canción puede resultar la base de una obra, lo que conlleva
el desarrollo de los conocimientos a través del estilo, forma o épocas de la historia de la música.
• A partir de la letra o la temática de una canción folclórica se pueden conocer idiomas, historias, cuen-
tos y leyendas, juegos, adivinanzas, trabalenguas, etc.
• Otros elementos de estudio ligados a la canción son el estudio de matices y velocidad (dinámica y agógica)
a partir de las sucesivas interpretaciones, así como la compresión de la frase, y de ahí a las formas básicas.
69
Javier Jurado www.dosacordes.es/academia/
• Desde el punto de vista de la percepción auditivo sensorial, el canto a varias voces contribuye a
afianzar los conceptos más teóricos referidos al sonido y sus parámetros, y obliga a una más perfecta
emisión de la altura con vistas a no desentonar con las otras voces.
• La siguiente posibilidad sencilla es el canto alternado, es decir, que un grupo interpreta un fragmento
y el otro el siguiente, y así sucesivamente. En el caso de canciones dialogadas resulta muy motivador
para el alumnado de primer curso, pero evidentemente se trataría de un canto monódico. Sin embar-
go, a partir de ellas es fácil pasar a la alternancia de planos en las voces, de manera que se intercalen
pasajes homofónicos entre el diálogo, o bien que una voz acompañe a la otra en su parte de una forma
sencilla, como pedal, ostinato con dos o tres notas, etc.
• A continuación. se pueden entonar canciones que se basen en el empleo del movimiento paralelo por
terceras (o sextas), similar a lo que aparece en las manifestaciones folclóricas.
• Finalmente, podremos cantar a voces, si bien no es fácil que en el repertorio escolar podamos afrontar
repertorio a más de dos o tres.
Por tanto, resulta una vez más evidente:
• No hay una edad definida para comenzar a practicar a dos voces.
• No existe una relación con cada uno de los cursos de la educación secundaria obligatoria, ni el ba-
chillerato.
El procedimiento más interesante para la práctica de obras homofónicas a dos voces es la lectura directa. El
lenguaje musical proporciona un excelente medio para comprender las relaciones interválicas y los conceptos
de consonancia, disonancia y tonalidad o modalidad, al facilitar la comprensión inmediata y global de toda la
obra, ya que la relación entre lo visual y lo auditivo es evidente en la representación gráfica, incluso si no se
domina la lectura fluida.
70
AVANCE MATERIALES SECUNDARIA Javier Jurado
Los grados de dificultad de este tipo de obras varían enormemente, pero existe una gran cantidad de piezas
a dos voces de sencilla entonación, que en algunos casos, como en los del método Kodály, están cerca de ser
ejercicios de entonación.
2.3 El canon
La enseñanza en todos los cursos ha de incluir el canon. En el canon empieza una voz y las otras esperan su
turno de entrada (marcada en la partitura con unos pequeños números). Es conveniente cantar antes el canon a
unísono, al menos dos veces. Existen cánones de dificultad progresiva, por lo que es fácil encontrar repertorio
adecuado tanto para todos los cursos:
El canon puede realizarse acompañado de otras actividades, al igual que cualquier canción del repertorio a
unísono. También puede ser la base de montaje de pequeñas estructuras formales, del tipo A B A, diferenciando
las secciones por la textura, al ser el canto el mismo; al canto en canon correspondería la parte central (B) y al
unísono la primera (A), que funcionaría como estribillo. En este caso el alumnado estará muy atento, ya que al
finalizar el canto al unísono se enlazará inmediatamente con la entrada de la primera voz del canon. Pero mayor
es el problema de cambiar de canon a unísono (es decir, de B a A), o bien de finalizar el canon:
• La primera manera sería deteniéndose cada voz en un punto, haciendo un calderón y acabando a la
señal de la dirección; la entrada de voces es escalonada, y el final simultáneo.
• La segunda sería que cada voz cantara el canon entero un número determinado de veces (preferente-
mente dos); tanto la entrada como el final se producen escalonadamente.
Los cánones se emplean desde muy antiguo, aunque alcanzaron una época de esplendor en los siglos XV
al XVI, pero su práctica llega hasta nuestros días. El tipo de canon que se interpreta en los centros suele ser
popular; las entradas se producen periódicamente (el tiempo que transcurre entre entradas sucesivas es siempre
el mismo) y a unísono (todas las voces comienzan en la misma nota). Pero esto no tiene por qué ser siempre
así: hay innumerables ejemplos en la historia de la música con entradas producidas de manera no periódica ni
partiendo de la misma nota (en este caso aparece además del número que indica la entrada de la voz, otro que
se refiere al intervalo al cual entra, como por ejemplo “2 a la cuarta superior”, por lo que el cantor debe trans-
portar mentalmente lo que está leyendo). No se realiza práctica de este tipo de cánones en el centro, pero sí es
posible interpretar cánones antiguos, ya que no todos comparten esa dificultad. El siguiente, en modo dórico,
es alemán y del siglo XV:
[Los ejemplos que ilustran el tema forman parte de la exposición oral. No tendrían sentido en un examen escrito.
Además, se perdería mucho tiempo en transcribirlos a mano]
71
Javier Jurado www.dosacordes.es/academia/
Pero uno de los más conocidos y celebrados es el “canon de la orquesta”, de Geisler, que además puede ser
interpretado como una canción a varias voces si cada grupo canta la parte correspondiente a un instrumento. Se
acompaña fácilmente con mímica o gestos, y además incide en el aspecto del conocimiento de los instrumentos
musicales, y de la función que pueden cumplir en la formación orquestal, según sus características, timbre y
técnica de ejecución:
72
AVANCE MATERIALES SECUNDARIA Javier Jurado
73
Javier Jurado www.dosacordes.es/academia/
Como ejemplo de obra contrapuntística de la época de esplendor polifónico merece la pena presentar el
“Domine Deus” de Orlando de Lassus (Orlando di Lasso). Su interpretación es muy compleja, tanto por las
entradas como por el canto melismático, pero quizá posible en cuarto curso:
3. La agrupación vocal
74
AVANCE MATERIALES SECUNDARIA Javier Jurado
hecho: algunos de los bajos son capaces de dar notas pertenecientes a la tesitura de un tenor. Sin embargo, su
color será el de bajo, independientemente de la nota extrema que den. Su ubicación en una cuerda inadecuada
responde sobretodo a necesidades del coro, por falta de determinadas voces, que no benefician en nada a cada
cantor en particular, al necesitar cantar en una tesitura que no le corresponde, lo que le obliga a un esfuerzo
agotador e innecesario.
La extensión vocal puede ser compartida por varias personas, pero el timbre es único. Al igual que la
potencia, depende de los órganos de la fonación y de los respiratorios. Para centrar la idea de clasificación, y
especialmente, de cómo situar las voces, recurrimos a dos conceptos claramente diferenciados: de uno ya se ha
tratado, y se refiere al timbre musical. Como cualidad del sonido, el timbre depende de la cantidad y calidad de
los armónicos naturales, a partir de la emisión vocal. El otro aspecto, también mencionado, es el color o, más
exactamente, el timbre dramático. Una misma nota puede ser colocada de distinta forma según lo que se desee
expresar. La interpretación es fundamental en este caso.
Las voces se clasifican según la extensión que el cantor puede entonar cómodamente. Se trata de un inter-
valo de aproximadamente una décima, y recibe el nombre de tesitura. No debe confundirse con el ámbito, que
serían todas las notas posibles a emitir por el cantante. Se puede considerar la existencia de soprano, mezzo
soprano, contralto, tenor, barítono y bajo.
En los niños y niñas que aún no han cambiado la voz existen dos posibles registros vocales. La termino-
logía mayoritaria (tiples o sopranos y contraltos) no es muy apropiada, ya que las voces en la niñez no tienen
la sonoridad que poseen en el caso de los adultos. Es mucho más propio denominarlas primeras y segun-
das, en ese mismo orden de agudo - grave, sin negar, en aras del entendimiento, la conveniencia de la otra
denominación.
En secundaria existen tesituras diferentes. Si en educación musical primaria manejamos tan solo dos tesitu-
ras principales (aunque con la posibilidad de cantar a tres voces), en secundaria podemos encontrar las cuatro
en las que tradicionalmente se dividen las cuerdas de los coros. Esto nos permite cantar obras a voces mixtas, y
sobretodo ilustrar con ejemplos y práctica los contenidos históricos de la materia de música en secundaria: en
todos los períodos de la historia de la música se ha interpretado coralmente, a una o varias voces.
En los dos primeros años de la E.S.O. algunos aún no han cambiado la voz. Esto no representa ningún
problema en el caso de las niñas, pero pueden surgir con los niños. Si cantamos a voces, distinguiendo de
alguna forma entre voz grave - voz aguda (sea a dos voces o a cuatro), los niños que aún no han cambiado la
voz deberían situarse en las cuerdas de chicas; en principio no debería haber conflicto, pero es mejor evitarlo
en lo posible aclarando la situación desde el primer momento, ya que el cambio de voz se produce a diferentes
edades y no es motivo alguno de burla el cantar con las chicas. Conviene hacer referencia a los grandes autores
de la historia de la música que han sido niños cantores, así como la edad a la que dejaron de serlo por cambiar
la voz, con vistas a que el alumnado intuya y descubra los cambios que se producen en su cuerpo en esta edad,
los comprenda y respete la velocidad con que cada uno alcanza la madurez.
Por otra parte, durante el período de cambio (muda) no debe forzarse en exceso la voz. Algunas escuelas
recomiendan que no se cante en absoluto. Otras emplean los “cambiatas” como voces que refuerzan la segunda
voz (segunda o contraltos), que por su situación no lleva notas excesivamente graves; sin embargo, esta medida
origina grandes cambios en la armonía de la obra, desvirtuando su intención inicial. Lo más recomendable es
optar por una correcta selección de repertorio, o sea, escoger para la interpretación vocal obras que no incidan
sobre las notas extremas, ni en esfuerzos poco apropiados a la situación de cambio que el adolescente está
experimentando.
El cambio de voz es también perceptible en las niñas, pero es menos extremo. La voz de los niños baja una
octava, aproximadamente. La de niña, en términos generales, puede ampliarse en un intervalo de segunda o
tercera, si bien existen casos de cambio de tesitura (por ejemplo, que una segunda se convierta en soprano, o
viceversa) y casos más extremos. Si se perciben dificultades en el canto a voces, siempre que sea necesario se
resituará en otra cuerda a los niños o niñas que cambien la voz. En cuanto a la extensión vocal, los criterios de
selección son muy variados; la inclusión en una determinada cuerda depende más del “color vocal” que de las
notas que sea capaz de emitir en graves o agudos, ya que a veces la incapacidad para cantar ciertos sonidos,
muy agudos o muy graves, se debe a una falta de conocimientos y, en ocasiones, al escaso desarrollo de sus
aptitudes vocales. En todo caso, se trabajará con ejercicios vocales apropiados con vistas a ampliar la tesitura
y a una correcta impostación de la voz.
75
Javier Jurado www.dosacordes.es/academia/
No existe una norma de colocación de las voces en el estrado. Las formaciones posibles, considerando tres
voces, son a partir de la disposición del piano, la formación orquestal o bien buscando fines más prácticos.
Siguiendo la disposición natural de los sonidos, los graves se colocan a la izquierda y los agudos a la derecha.
Esta disposición era la más usual hace años, e incluso es corriente entre los pianistas, por la similitud que supo-
ne con su instrumento. La formación cada vez más mayoritaria sitúa los agudos a la izquierda y los graves a la
derecha, siguiendo la formación de cámara paralela a la orquestal. Otra posibilidad es colocar las primeras en
el centro, y las otras voces a los lados, con vistas a facilitar la afinación con la voz principal, dada la disposición
armónica de los arreglos a tres voces. También es factible optar por la ubicación de las primeras y segundas
delante, con las terceras detrás y centradas, para mantener la afinación.
En el caso de coros mixtos a cuatro voces, de uso más común en la secundaria y el nuevo bachillerato de-
bido a la existencia de un buen número de voces graves (pocos chicos aún no han cambiado la voz en 3º de la
E.S.O)., la norma usual es colocar agudos a la izquierda del director o directora y graves a la derecha, así:
tenores bajos
sopranos contraltos
dirección
Aunque, por las razones ya expresadas, hay quien prefiere la colocación contraria:
bajos tenores
contraltos sopranos
dirección
O bien otras diferentes (en línea, entremezclados diferentes elementos de cada cuerda...), en función del
repertorio, y que son prácticamente imposibles de realizar con éxito en el canto escolar, aunque resultan inte-
resantes en las actividades del coro extraescolar.
Como se puede observar son varios los criterios que justifican más de una colocación posible. La correcta
será aquella que ofrezca en cada caso a la dirección y a los y las cantores un resultado mejor, como mayor
comodidad en la dirección, mayor afinación y mejor empaste.
En otro orden de cosas, y considerando la disposición de los cantores dentro de cada cuerda, se debe atender
a criterios de capacidad y de facilidad, alternando los que muestran mayor aptitud con los menos capacitados.
76
AVANCE MATERIALES SECUNDARIA Javier Jurado
Por último, es fundamental tener siempre presente el aspecto lúdico de la práctica vocal, sin perder el rigor
que debe existir ante el trabajo bien hecho.
77
Javier Jurado www.dosacordes.es/academia/
posibilidad parte de mantenerlos a una altura media, como si se apoyasen en una tabla que sube con la marea.
La tercera los considera extendidos y doblados desde el hombro, tal y como se emplea en las modernas técnicas
de la dirección orquestal.
Además de la mirada concreta a cada sector como “aviso”, los ojos de la persona que ejerce la dirección
del coro aportan importantes datos sobre la manera de cantar la obra, tales como el carácter y la expresión, e
incluso el volumen. Por todo esto es fácilmente comprensible la necesidad de que los coralistas miren conti-
nuamente al director, sin perder ni siquiera un detalle.
Los gestos pueden tener más o menos carácter según quieran propiciar una mayor o menor respuesta en
los cantores. El nombre de cada gesto, forma de dar entradas, el marcaje del punto o no en el compás, etc.
dependen de la escuela de dirección coral de que se trate, y sería demasiado largo el detallarlo aquí. El arte de
dirigir es complejo. Podría decirse que no existe una técnica determinada, sino varias escuelas más o menos
fiables, pero siempre interviene el control del gesto, la expresión corporal y facial, así como lo personal de cada
persona directora.
78
AVANCE MATERIALES SECUNDARIA Javier Jurado
profesor averiguar y respetar, en todo momento, el ámbito y la tesitura correctos, fomentar una actitud relajada,
evitar los gritos y ocuparse del desarrollo del aparato fonador.
Por otra parte, los niños y niñas cantores (y los adultos) pierden gran parte de su individualidad al inte-
grarse en el coro, por lo que es probable que no entiendan por qué o con quién habla el docente si divaga en
demasía.
En el caso de coros extraescolares, al tratarse de un trabajo “vocacional”, se prescindirá de aquellos ele-
mentos que interfieran la labor del grupo. Sin embargo, en el caso del coro escolar, el docente procurará que
ninguna persona se sienta fuera de lugar.
• Realización de ejercicios. Son de diverso tipo: por supuesto, los de técnica vocal, a los que se puede
añadir otros de manera optativa en cada ensayo, como por ejemplo ejercicios rítmicos, o entonación de
intervalos aplicados a la obra. Una posibilidad de realizar ejercicios de calentamiento de forma amena
es la práctica con canciones a una voz, añadiendo cambios progresivos de tono para ganar en altura,
empaste, equilibrio y afinación. Otra sería la ejecución de cantos simples a dos voces o cánones.
• Montaje de nuevas obras. Pasa por la ejecución vocal de la dirección, y repetición de los cantores, y
el ensamblaje por voces. En ocasiones, si el nivel del grupo (y de la obra) lo permite, se aplicará lectura
musical directa. En mayores es necesaria la explicación teórica de la obra, desde el punto de vista sol-
fístico (rítmico, melódico, y especialmente interválico), interpretativo y dinámico. Si el texto está en
un idioma no conocido se brindará la oportuna traducción, pero se animará al coro para su realización
en el idioma en el que fue pensado, ya que la letra y la música fueron concebidas como un todo por el
autor. La pronunciación debe ser correcta.
3.8 Realización
Los ensayos corales no han de ser excesivamente largos, por el cansancio que pueden producir en el alum-
nado. Si es posible se ensayará por fragmentos la obra, y se realizarán ejercicios de lectura, antes de ensamblar
el conjunto. Aunque suponga más trabajo para la dirección, resulta mucho más creativo, práctico y agradable
para el coro, evitando el tedio en el resto de las cuerdas cuando trabajamos con una concreta.
• Los aspectos musicales, a través de canciones que supongan para el alumnado un ejemplo para fijar
un nuevo concepto, o bien para conseguir la compresión y reafirmación de otro ya conocido, bien sean
melódicos, rítmicos, armónicos, o formales.
79
Javier Jurado www.dosacordes.es/academia/
• Que sean apropiadas a la edad, conocimientos y capacidad retentiva y de compresión (verbal y mu-
sical). Han de ser adecuadas al concepto tonal, modal, rítmico, y a la tesitura.
• El repertorio debe ser amplio y variado, incluyendo obras clásicas, actuales, populares, polifónicas,
cánones y de temática juvenil.
• Se cuidará la calidad del texto tanto como la musical, con obras en castellano (en caso de bilingüis-
mo también en el idioma de su comunidad), latín, y los idiomas propios de las obras corales clásicas:
italiano, francés, inglés y alemán. En todos los casos se le explicará al alumnado el contexto histórico-
cultural compositivo y el significado de cada obra.
• Las obras interpretadas llevarán o no acompañamiento. En lo que se refiere a las primeras, resulta
conveniente que se practique de vez en cuando “a cappella”, lo que beneficia al grupo acentuando su
capacidad de afinación y ajuste, la comprensión de la armonía y su enriquecimiento, y el tratamiento
coral como instrumento. Aun así, el coro se enfrenta con el riesgo de “calar”, es decir bajarse de tono,
al no tener la voz un punto referencial de altura preciso como poseen los otros instrumentos. Para
evitar que el coro cale, es conveniente insistir en la realización de ejercicios de afinación, así como el
mantener una posición corporal adecuada, erguida pero no tensa.
En lo que se refiere a las obras con acompañamiento, es posible emplear instrumentos, ya sea banda
rítmica, conjunto instrumental Orff, flautas, guitarras, piano... para ganar en variedad y en repertorio.
En estos casos es aconsejable buscar obras apropiadas, evitando los arreglos de última hora. Esta nor-
ma es igualmente válida en el caso de obras concebidas originalmente para coro de voces mixtas, a
menos que el arreglo para coro de voces iguales ofrezca verdaderas garantías de calidad musical.
• Existe una enorme variedad de obras para coro de voces iguales, así como adaptaciones fiables de
obras originalmente concebidas para voces mixtas. Aunque resulte tentador, no es recomendable aña-
dir letra a obras escritas para formación instrumental, al no ser asimilables a voces por su concepción
estética, tesitura ni técnica.
• En relación con la textura, la homofonía concede a una voz preponderancia sobre las demás, y por
tanto su valor musical es menor que el de la polifonía contrapuntística, que sin embargo resulta más
cansada para los cantores. Por tanto, y una vez más, el equilibrio es la base de toda creación y ejecu-
ción musical.
• En la elaboración del repertorio se debe conservar el orden progresivo de dificultad, comenzando con
cantos a unísono, cánones, y canciones lentas de estructura armónica poco compleja; por ello, uno de
los criterios de selección se basará en el grado de dificultad.
Bibliografía
—— Amantegui, M y Busto, J: “Guía para la dirección del coro aficionado”. Ed. Centro de Iniciativas
Turísticas de Tolosa. Tolosa, 1973.
—— Corneloup, M: “Guide pratique du chant coral”. Ed. Francis Van de Velde. Paris, 1979.
—— Dalcroze, E.J. y otros: “¡Ohé oh!”. Ed. Foetisch-Lausanne. París.
80
AVANCE MATERIALES SECUNDARIA Javier Jurado
—— Gallo, J.A. y Graetzer, G: “El director de coro”. Ed. Ricordi Americana. Buenos Aires, 1979.
—— Gorini, V.T: “El coro de niños como actividad en la escuela primaria”. Ed. Guadalupe. Buenos Aires,
1973.
—— Hemsy de gainza, V. y Graetzer, G: “Canten señores cantores”, tomos I (infantes y niños) y II (ado-
lescentes). Ed. Ricordi Americana. Buenos Aires, 1963.
—— Jaraba, M.A: “Teoría y práctica del canto coral”. Ed.Istmo y Ed. Alpuerto. Madrid, 1979.
—— KodÁly, z: “Let us sing correctly”. Ed. Boosey & Hawkes.
—— Lancy Hertz de Epstein, H: “Aspectos fundamentales de la educación de la voz para adultos y
niños” Ed. Guadalupe. Buenos Aires, 1974.
—— Lips, H: “Iniciación a la técnica vocal”. Ed. Orfeó Lleidatá. Lleida, 1979.
—— Martenot, M: “Método Martenot: solfeo”. Ed. Ricordi Americana. Buenos Aires, 1957.
—— Pahlen, K: “Todos a cantar”.Ed. Ricordi Americana. Buenos Aires, 1963.
—— Patiño Andrade de Copes, G: “Introducción al canto coral”. Ed. Guadalupe. Buenos Aires, l968
—— Raugel, F: “El canto coral”. Eudeba. Buenos Aires, 1968
—— Wagner, C: “Cómo enseñar a cantar”. Ed. Sucesores de Juan Gili. Barcelona,1970
—— Wolf, F: “Canciones Infantiles”, tomos I y II. Ed. Ricordi Americana. Buenos Aires, 1961.
—— Revista Música y Educación, nº 14 y 15. Ed. Musicalis. Madrid, 1993.
81