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PSICOLOGÍA DE LA MEMORIA.

La psicología es la ciencia que estudia al ser humano, es decir, su comportamiento, las


habilidades sociales, la percepción y atención de los estímulos que se presentan en el mundo
exterior, y cómo procesa dicha información. Para ello, debemos de partir de una base
fundamental que es la memoria.

La memoria es la capacidad de adquirir, retener y recuperar diferentes tipos de conocimiento y


habilidades de nuestras experiencias y conocimientos pasados, para utilizar esa información en
el presente y proyectarlas hacia el futuro. Es un conjunto de conexiones neuronales que se
producen en nuestro cerebro.

A lo largo de la historia, diferentes filósofos y científicos, han querido a través de metáforas,


darle un sentido a la mente humana. Como, por ejemplo, Sócrates con la Tabula rasa, o Freud
y su tabla mágica. Aquí es donde se empieza a cuestionar y a realizar diferentes paradigmas e
hipótesis sobre el ser humano y su capacidad de memorizar hechos.

Empiezan a surgir diferentes enfoques; estructuralista, procedimental y funcional; que cada


una parte de una base; dónde, cómo y para qué sirve; que conjuntamente le dan un
significado, entendimiento y cómo funciona la memoria.

Surgen diferentes tipos de métodos y experimentos de estudio realizados que se van


enlazando hasta ahora, como puede ser la psicofísica con Ebbinghaus en 1885, utilizando un
experimento básico y sencillo como puede ser la memorización de sílabas sin sentido en un
periodo de tiempo, este método de se llama El Método de los ahorros.

Percibió que, en las primeras sesiones de estudio, el participante retenía mejor la información,
pero a lo largo de las sesiones impartidas, se iba olvidando. ¿Por qué? ¿Cómo ocurre este
hecho? Aquí empieza el cuestionamiento de cómo trabaja la memoria y por qué desechamos
información.

Con Barlett, aprendemos que toda memoria almacenada se va disipando con el tiempo y
estudió que la memoria a través de las experiencias de cada persona se va modificando o
distorsionando (decaimiento e interferencia).

Aparece la psicología cognitiva, que nos explica que los eventos mentales son la causa del
comportamiento, la configuración del cerebro es limitado de forma estructural y de recursos, y
sólo procesa la información que seleccionamos. Es decir, la mente trabaja como si fuera un
ordenador, el estímulo es el input, los procesos mentales es el software, y la memoria es el
hardware.

Con estas corrientes teóricas, podemos apreciar la diferenciación de la memoria en tres


sectores: Procesos, representaciones y estructuras.

En los procesos, encontramos la codificación (cómo percibimos los estímulos de forma


sensorial), almacenamiento (guardamos en la memoria la información) y recuperación (la
utilización de la información guardada).

Las representaciones son los conceptos del exterior y tienen múltiplos aspectos.

Por último, las estructuras, que pueden ser memoria a corto plazo y memoria a largo plazo.
Una vez, identificado de dónde viene el concepto de memoria y las funciones de la mente del
ser humano, empezamos a clasificar los diferentes tipos o rangos que se compone la memoria.

La memoria sensorial, que nos sirve como conexión entre la percepción de los estímulos
externos y el almacenamiento de ello. A su vez se divide en memoria icónica y memoria ecoica.
Surgieron diferentes experimentos, llevados a cabo por Sperling en 1960, que nos explican
cómo a través de diferentes factores (visual o auditivos) el cerebro retiene los estímulos
presentados. Encontramos el experimento de la Matiz de letras 4x3 (icónica-visual) y el
experimento de Mismatch Negativity (ecoica-auditiva).

La memoria a corto plazo es el periodo de tiempo que retenemos la información, es decir, una
única estructura de almacenamiento temporal capaz de retener. Aquí podemos encontrar la
memoria de trabajo, que se encarga no sólo de almacenar, sino que también del
procesamiento de dicho almacén y la capacidad de su manejo.

Pero ¿Qué pasa si almacenamos y retenemos a la vez? En esta tarea dual, algo complicada
para el cerebro, pero no imposible, hace que se deteriore la memoria y la ejecución, ya que
sólo se puede focalizar en una de ellas, en razonar o memorizar.

Para ello se estudia el primer modelo de Baddeley y Hitch en 1984, y darle un sentido a este
acontecimiento. En este modelo, nos detalla que la memoria de trabajo se divide en ejecutivo
central (encargado de coordinar, optimizar y de llevar a cabo las cosas automáticas), la agenda
visuo-espacial (procesa la información visual) y el bucle fonológico (almacena la información
verbal) que a su vez se compone de un sistema de control articulatoria que produce y un
almacén fonológico temporal que guarda. En este modelo aparecen experimentos como el
Efecto de similitud fonológica, se recuerdan letras parecidas fonológicamente, tienen un
código acústico; el Efecto de habla no atendida y el Efecto de supresión articulatoria.

Como podemos ver y analizar, el estudio de la memoria tiene un largo camino que abarca
hasta nuestros días. Diferentes ramas de la psicología y sus respectivos científicos, nos ayudan
a llegar a comprender porqué de la retención de la información y de cómo cada persona la
procesa de una manera u otra.

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