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TEMA 4. LA ATENCIÓN Y LA MEMORIA.

La atención
1. Definición de atención.

Definición. (Apuntes).

Algunas tareas permiten un procesamiento automático y demandan poca atención, lo que


facilita realizar varias actividades al mismo tiempo. En cambio, otras actividades exigen un
procesamiento controlado, implican gran esfuerzo y control de la conducta, por ejemplo, el
estudio.

2. Formación reticular y grados de activación, alerta o vigilancia

La zona cerebral que trabaja en el control y selección de los impulsos sensitivos es la


formación reticular. Es una estructura del tallo encefálico y presenta conexiones con el
hipotálamo y el tálamo. Su estimulación mejora el aprendizaje, mientras que su destrucción
produce un estado de somnolencia o coma.

Un grado bajo de activación (como el que poseemos cuando nos vence el sueño) apenas nos
permitirá atender a la estimulación que nos llega. Tampoco un nivel muy alto de activación
resulta conveniente: cuando el organismo se encuentra muy activo y excitado, la atención se ve
dificultada. Lo óptimo es un nivel medio, ya que este facilita la realización de tareas.

3. Factores que influyen en la atención a los estímulos.

a) Interviene un filtro puramente físico:

• Atendemos sobre todo a una parte de nuestro campo perceptivo, lo que consideramos el
centro, mientras que otra parte de él queda desatendida.

• Los objetos de mayor tamaño son atendidos antes que otros de menor tamaño.

• Los objetos situados en la zona superior del campo perceptivo son atendidos antes que otros
situados en La zona inferior.

• Los objetos blancos y negros atraen la atención antes que otros de diversos colores.

• Los objetos dotados de movimiento captan la atención antes que los fijos.

• Los objetos que contrastan por alguna característica con los situados a su alrededor.

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b) Está también determinada por factores no físicos:

1. Fenómeno cóctel. Cuando un alumno está en clase escuchando la explicación del profesor,
normalmente no atiende la conversación en voz baja que está teniendo lugar un par de mesas
detrás de él. Ahora bien, si en esa conversación se menciona su nombre podemos comprobar
que desde ese instante pondrá su atención en ella de forma casi exclusiva. A este hecho, bien
conocido, se le llama fenómeno cóctel y pone de relieve que también influye el interés en
nuestra atención.

2. Defensa perceptiva: los estímulos agradables son atendidos, mientras que los
desagradables son rechazados hasta el punto de que, la mayoría de las veces, ni siquiera
somos conscientes de que han formado parte de nuestro campo perceptivo. Por ejemplo, un
profesor pasa lista y “casualmente” se salta el nombre de un alumno con el que ha tenido un
problema de disciplina. ¿Lo ha hecho conscientemente? No, simplemente, el filtro ha actuado
para evitar al profesor un recuerdo desagradable.

c) Otros factores:

• El estado físico, la fatiga mental o el sueño.

• Ciertos fármacos y alimentos: café, tabaco, alcohol

• Condiciones externas: en la infancia la atención es débil y dispersa.

La memoria
1. La complejidad de la memoria

La memoria es una facultad fascinante y compleja. Es la capacidad mental a la que más


esfuerzo exigimos, aunque a todos nos ha traicionado alguna vez. Gracias a la memoria
recuperamos imágenes del pasado, conservamos nuestras experiencias y emociones y
elaboramos nuestra historia personal (somos quienes somos gracias a lo que aprendemos y
recordamos).

La memoria no es solo el producto almacenado de lo que experimentamos; la memoria es,

sobre todo, un sistema de adquisición y transmisión de conocimiento que nos permite revivir el pasado, interpretar el
presente y planificar el futuro. La memoria es un proceso flexible y frágil. Hay que educar la memoria porque sin ella
no hay conocimiento.

Definición general. (Apuntes)

El sentido general de memoria abarca muchos sentidos particulares: ¿hablamos de lo mismo


cuando recordamos el camino a casa, cuando memorizamos unos apuntes, cuando
aprendemos a montar en bicicleta o cuando una canción despierta nuestros sentimientos?

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La neurociencia ha descubierto que, en todas estas situaciones, se activan áreas cerebrales
distintas, lo que parece un argumento para hablar de capacidades diferentes y no de una única
“memoria”.

A partir de los años 50, fue desvaneciéndose el concepto unitario de “memoria” y sustituido por
otra comprensión de la misma como una serie de sistemas, cada uno de los cuales posee
finalidades y localizaciones diferentes.

2. Tipos de memoria

Podemos fechar el inicio del estudio científico de la memoria: el trabajo de Hermann


Ebbinghaus publicado en 1885, donde, basándose en trabajos de laboratorio exponía una
serie de trabajos y leyes sobre el funcionamiento de la memoria y las causas del olvido. Estudió
cómo se retienen las sílabas sin sentido (BAT; SIT; HET) y defendió que el mecanismo de la
memoria requiere una única actividad, la repetición, para que los datos que recordamos se
asocien entre sí. Apenas cinco años después, en 1890, William James distinguió entre
memoria primaria y memoria secundaria, claro antecedente de lo que hoy llamamos “memoria
a corto plazo” y “memoria a largo plazo”.

Los psicólogos norteamericanos Atkinson y Shiffrin, desarrollaron en 1968 un esquema sobre


el funcionamiento de la memoria que había de hacerse clásico, imponiéndose poco a poco la
nomenclatura utilizada por dichos autores. Hoy en día, los psicólogos suelen dividir la memoria
en tres sistemas.

La memoria sensorial.

Esta memoria es de carácter casi automático: registra las sensaciones (imágenes, sonidos,
colores, etc.) y permite explorar las características de la información que llega a nosotros.
Podemos compararla con una cámara de fotos: recuerdos muy precisos, casi idénticos a los
estímulos que los han provocado. Registra de forma no significativa. Se mantiene durante un
periodo muy breve (apenas 1 segundo). Posteriormente, pueden suceder dos cosas: o que se
transfiera a la MCP o que la información desaparezca definitivamente.

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La memoria a corto plazo (MCP).

La información sensorial captada por la memoria sensorial pasa a un segundo sistema: la MCP.
Su función es interpretar la información que utilizamos conscientemente para responder a los
problemas de nuestro presente inmediato (reconocer caras, recordar nombres, contestar en un
examen, etc.). Podemos compararla con nuestra mesa de trabajo: solo tenemos lo que
necesitamos.

Dos características definen básicamente a la MCP: la limitación de su capacidad de


almacenamiento y la brevedad de su retención. Numerosos estudios han demostrado que su
capacidad máxima del recuerdo se calcula estadísticamente en 7 unidades de información (es
decir, 7 letras, 7 números que no posean sentido para nosotros), con una variación media de
más o menos 2. El periodo de retención oscila entre 15 y 30 segundos. Se puede retener más
tiempo en la MCP: si la información se organiza de forma lógica, si la repetimos o si nos
interesa mucho. Así, cuando nos piden que memoricemos un número de teléfono, al cabo de
unos segundos el número se nos va de la memoria, siempre y cuando no lo repitamos
mentalmente con el fin de mantener estos dígitos en la MCP.

La relación que se establece entre la MCP y la MLP es bidireccional: (Apuntes)

La Memoria a largo plazo (MLP)

En ella se guardan las percepciones, los sentimientos y las acciones del pasado. Su capacidad
de almacenamiento es prácticamente ilimitada. Sin embargo, esa información almacenada no
siempre es accesible; a veces, no somos capaces de recordar, pero eso no significa que dicha
información se haya borrado, sino que no puede actualizarse a causa de algunas inhibiciones o
porque no se han ejecutado correctamente las claves para su recuperación (fenómeno de “lo
tengo en la punta de la lengua”).

Podemos compararla con la estantería o de la biblioteca: información latente por si la


necesitamos. Cuanto mejor y más estructurada se encuentre la información y más asociaciones
establezcamos, más fácil será su recuperación. En una gran biblioteca, un libro descolocado
es un libro perdido. Se mantiene durante más tiempo mediante la organización y la asociación.

Distintas memorias a largo plazo.

1. Memoria semántica: (Apuntes)

2. Memoria episódica: es la memoria autobiográfica o personal que nos permite recordar


fechas, acontecimientos que tienen un significado especial para el sujeto (la canción escuchada
en una fiesta, la forma de hablar de alguien, etc.)

3. Procedimental (saber cómo): es la memoria sobre habilidades o destrezas que uno ha


aprendido a ejecutar.

4. Memoria emocional: Incluye las respuestas emocionales aprendidas (amores y odios,


miedos, sentimientos de aprobación o disgusto, etc.) Múltiples estudios han puesto de
manifiesto que las estructuras cerebrales relacionadas con la memoria se encuentran
estrechamente asociadas con las regiones que modulan.

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Monumento a las víctimas del atentado del 11-M de Madrid. Hay sucesos que

nos dejan recuerdos imborrables en la memoria colectiva.

3. Neuropsicología de la memoria

La memoria sensorial se localiza en las distintas áreas cerebrales receptoras de sensaciones:


el lóbulo occipital para sensaciones visuales, parietal para las sensaciones del gusto, olfato y
tacto, y temporal para sensaciones auditivas.

La memoria a corto plazo se relaciona con la corteza prefrontal.

En cuanto a la memoria a largo plazo, podemos señalar diferentes localizaciones: (Apuntes)

La neuropsicóloga canadiense Brenda Miller ha realizado investigaciones con pacientes con


trastorno de memoria y demostró, con el estudio del caso H. M., que la pérdida de masa
encefálica correspondiente al lóbulo temporal y al hipocampo afecta a la capacidad de transferir
datos de la MCP a la MLP.

4. Teorías sobre la memoria

Existen dos grandes modelos teóricos que tratan de explicar el funcionamiento de la memoria:
el modelo conductista y el cognitivo.

El modelo conductista se inspira en la concepción empirista de la mente como tabula rasa:


el ser humano, al nacer, es como un papel en blanco. Con el paso del tiempo van grabándose
en su mente las experiencias vividas. La memoria consiste en establecer relaciones de
asociación entre los elementos percibidos. Aplicando a la memoria algunas leyes del
aprendizaje, los conductistas afirmaron que el recuerdo depende cuantitativamente del ejercicio
o uso de la información almacenada. Así el olvido sería fruto exclusivo del desuso. Su
concepción de la memoria es, pues, rígida, ya que ignoran las posibles influencias de las
emociones o la afectividad. Tampoco tienen en cuenta las relaciones que se establecen entre
los datos sensibles del presente inmediato y los conocimientos previos del sujeto.

En cambio, la psicología cognitiva, y en especial Barlett, ha llamado la atención sobre el


carácter activo de la memoria; ésta no se limita a reproducir lo captado en un pasado más o
menos cercano, sino que llega a construir sus propios recuerdos. Lo que recordamos ha sido
sometido a una estructuración e interpretación según los esquemas propios de cada
persona, que selecciona ciertos aspectos del recuerdo, al tiempo que olvida otros.

5. Memoria y aprendizaje

Para mejorar la memoria existen algunos principios generales y algunas reglas


mnemotécnicas. Entre los principios generales destacamos:

-Atención. Para recordar algo lo primero es atender, codificar y organizar.

-Sentido. Para aprender un tema, cuanto más sentido tenga, más fácil resultará su
aprendizaje.

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Veamos un ejemplo: 36552124313028

¿Puedes recordar esta cifra? Estúdiala un momento, luego aparta la mirada y escríbela en un
papel. Si descompones esta cifra en unidades con significado, seguro que la recuerdas mejor:
365 días (año), 52 semanas, 12 meses, aproximadamente 4 semanas en un mes, y un mes
puede durar 31, 30 o 28 días.

-Organización. La información debe estar jerarquizada para recordarla mejor. ¿Qué utilidad
tendría un diccionario si las palabras estuviesen enumeradas al azar en lugar de seguir un
orden alfabético? Ejemplo: bueno, castigo, mal, premio, malo, bien.

-Asociación. Consiste en relacionar lo que deseas aprender con algo que ya sabes. ¿Puedes
dibujar un mapa de Italia? ¿Y de Noruega? Quizá recuerdes mejor el de Italia, porque alguien
te dijo que se asemeja a una bota.

No sirve para nada memorizar sin entender. Primero comprendo y luego memorizo.

6. Leyes del recuerdo.

1ª Recordamos mejor lo que se relaciona con sucesos emocionalmente significativos:


recuerdos vívidos (el fuerte impacto emocional les hace recordar la hora que era, dónde
estaban y qué hacían en ese momento). Ej. Muerte de J. F. Kennedy o el atentado de las
Torres Gemelas.

2ª Recordamos mejor lo primero y lo último que hemos aprendido, según la curva de posición
serial: se recuerdan mejor los últimos elementos (efecto recencia) y los primeros (efecto de
primacía).

3ª Recordamos mejor lo raro, sin embargo, si uno de los nombres de las personas que
estaban en medio fuera famoso o distinguido lo recordaría.

4ª Recordamos rellenando los “huecos” de la memoria. Es decir, a menudo inventamos el


material que falta. Ej. Los padres erraron en hechos como la edad a la que comenzaron a
hablar o a caminar.

5ª Se recuerda mejor lo que aprendimos en un estado anímico similar. Cuando estamos


tristes es más fácil recordar pensamientos que surgieron durante otros momentos tristes y es
más probable recordar experiencias desagradables y no felices. El asesino de Kennedy no
recordaba el asesinato hasta que, bajo la hipnosis, alcanzó el mismo estado frenético en el cual
disparó a Kennnedy.

6ª Recordamos lo que necesitamos recordar. Ej. ¿Podemos recordar las ilustraciones de los
diferentes billetes?

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7. El olvido normal

Existen distintas teorías que intentan explicar las causas del olvido. Veamos las siguientes
explicaciones:

El olvido es necesario para el buen funcionamiento de la memoria.

-Teoría del desuso: según ella, cuanto menos se utiliza la información memorizada, en mayor
medida tiende a borrarse y desaparecer. Esta hipótesis es defendida por los conductistas.
Cuanto más se practique la relación entre el estímulo y la respuesta, más fuerte será la
conexión y mayor resistencia ofrecerá al olvido. Según estos científicos, la memoria consiste en
una sucesión de engramas. Se conoce con este nombre la huella que el aprendizaje deja en la
corteza cerebral. Si el circuito neuronal correspondiente a un engrama se activa
frecuentemente, la huella de la memoria tiende a hacerse más profunda.

-Teoría de la interferencia: afirma que unos aprendizajes repercuten negativamente en otros.


Se distingue entre interferencia proactiva (aprendizajes antiguos dificultan aprendizajes
recientes, por ejemplo, cuando cambiamos el teléfono y no podemos aprendernos el nuevo
número ya que siempre recordamos el antiguo) e interferencia retroactiva (aprendizajes
recientes borran aprendizajes antiguos, por ejemplo, cuando estudio, sin tiempo para asimilar,
la noche antes de un examen y al estudiar nuevos temas olvido los anteriores).

-Teorías motivacionales y emotivas. Inspiradas esencialmente en Freud y el psicoanálisis,


para ellas el olvido se encuentra íntimamente relacionado con la represión. En otras palabras,
olvidamos aquellos sucesos o aprendizajes que nos resultan desagradables o que poseen
connotaciones emocionales negativas para nosotros. Así, el olvido sería como un mecanismo
de defensa de nuestra mente a fin de evitar la ansiedad que nos producen ciertos recuerdos.

-Contexto inadecuado. La información es difícil de recuperar porque se aprendió en un


ambiente diferente. Los recuerdos adquiridos en un estado sólo vuelven cuando la persona
vuelve a estar en ese estado, pero no están disponibles cuando está en otro. Algunos
bebedores que ocultan dinero o alcohol cuando están ebrios son incapaces de recordar dónde
lo escondieron cuando están sobrios.

Finalmente, hay que añadir que el olvido es un hecho normal y necesario: si conserváramos en
nuestra memoria todas las experiencias vividas, resultaría imposible organizar los recuerdos.

9. Alteraciones de la memoria.

La memoria no solo puede estar ausente sino alterada. Existe una amplia variedad de
alteraciones de la memoria:

1. Amnesia. Ciertas lesiones cerebrales producidas por traumatismos o heridas encefálicas


pueden producir amnesia (pérdida total o parcial de memoria) Distinguimos varios tipos de
amnesias:

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a) Amnesia anterógrada. Incapacidad de adquirir nueva información (afecta a la MCP). Así
sucede con la demencia senil, que afecta al menos al 15% de las personas mayores de 65
años, o con el mal del Alzheimer, que ataca igualmente a personas de avanzada edad. Esta
enfermedad que es incurable hoy en día actúa gradualmente, comenzando por olvidos
ocasionales hasta terminar en una pérdida casi absoluta de la memoria. Las últimas
investigaciones relacionan esta enfermedad con la desaparición progresiva de un
neurotransmisor llamado acetilcolina.

Entre las formas de amnesia más curiosas está el llamado síndrome de Milner o amnesia
anterógrada, estudiado por primera vez en 1959 en un joven que había perdido parte de los
lóbulos temporales y del hipocampo en una operación cerebral. La película de Memento es
una dramatización de un caso de síndrome de Millner.

b) Amnesia retrógrada. Es la incapacidad de recordar el pasado, los acontecimientos que han


ocurrido antes de la lesión cerebral (afecta a la MLP). Aunque el paciente no recuerda su vida
antes de la lesión, su memoria a corto plazo funciona y puede aprender nuevas habilidades.

c) Amnesia psicógena: (Apuntes)

d) Amnesias funcionales: La memoria de una persona puede verse afectada por su estilo de
vida: el estrés, la ansiedad y las emociones negativas tienen una clara influencia en los
procesos de la memoria. Por ejemplo, algunos estudiantes se quedan en blanco durante un
examen, sobre todo si es oral. Igualmente, los actores pueden sufrir el miedo escénico y olvidar
su papel.

2. Hipermnesias: Consiste en recordar imágenes o sucesos completamente olvidados desde


hace mucho tiempo. Tales casos suelen tener causas como fiebres altísimas, la inminencia de
un peligro inmortal, la influencia de hipnosis…

3. Paramnesias: (Apuntes)

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