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¿Tú, usted o sumercé?

CAPÍTULO 1:
EVOLUCIÓN HISTÓRICA DE LAS FORMAS DE
TRATAMIENTO

Todas las lenguas vivas cambian, y el español no es la excepción.


Ninguno de los niveles de la lengua está inmune a las metamorfosis
provocadas por los hablantes en el transcurso de los años, y las formas
de tratamiento tampoco han podido evitar esta evolución.
En lo que respecta al pronombre tú es tal vez el que menos ha
cambiado. Ya desde El Poema del Cid se tenía registro de él, que era
usado para dirigirse a las personas de categoría inferior, como lo
muestra Kany: “el Cid a Muño Gutioz, su servidor y vasallo; los
paladines del Cid a los Infantes de Carrión; el Cid al rey moro Búcar
(tú callas, dizes, eres, veerte, as, dirás, fizist, etc)”1 En dicha época el
vos se usaba como forma para la segunda persona del plural y de
respeto para la segunda persona del singular (que iba acompañado
siempre con el verbo en segunda persona del plural), y que alternaba
con tú para dirigirse a la misma persona, aunque no en la misma
oración.
En el siglo XV el uso indistinto entre tú―vos era mucho más
frecuente y las formas del verbo que los acompañaba también se
unificó en segunda persona del singular, el cual se acercaba al original
tú. Además se añadió otros a nos y a vos, y las formas amalgamadas
pasaron a convertirse definitivamente en plural fácilmente distinguible
del singular vos. El intercambio vos-tú se mantuvo en boga, pero vos
perdió gradualmente su valor de respeto. Para la primera mitad del
siglo XVI el uso de vos implicaba insulto, familiaridad o rango social
superior por parte del hablante, de manera que tú se convirtió en la
forma más promulgada y popular. Dichos usos se reflejan en las obras

1
KANY, Charles. Sintaxis Hispanoamericana. Madrid: Gredos; 1969. P 81.

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Marisol Rey Castillo

de Lope, y aunque Kany afirma que no se pueden tomar los usos


literarios como fiel reflejo del uso cotidiano, parece que muestra un
poco la confusión y la manera incierta en que se usaba uno u otro,
hasta que el vos fue perdiendo fuerza gradualmente para dar paso a tú.
En el transcurso del siglo XVII ya se usaba tú como reemplazo total
de vos. Tú era usado entre iguales por la gente común, así como
confidencialmente entre criados y amos. Hacia el siglo XVIII algunos
sectores de España adoptaban definitivamente tú, mientras que otras
tendían a mantener el vos.
En América el uso de tú es análogo al del vos. Aquí ya no importa el
grado de formalidad para elegir una u otra forma, sino el lugar, ya que
como bien es sabido, hay zonas donde el voseo es de uso general,
mientras que en otros sectores hay preferencia por el tuteo.
Los estudios actuales del español americano han dejado ver que cada
día tú que expresa familiaridad gana terreno frente a otras formas
como usted y vos, ya sea al tomar la forma verbal del pronombre
usado con anterioridad o al adoptar la forma correcta del verbo en
segunda persona de singular cuando acompaña a tú.
El caso del pronombre de segunda persona usted no es tan sencillo
como el caso de tú. Existen varias versiones que dan cuenta de la
evolución de esta fórmula de tratamiento, de las cuales sólo
hablaremos de dos, que nos parecen las más difundidas y aceptadas.
La primera y más divulgada es la propuesta por Pla Cárceles en su
artículo de 19232. En este artículo, Pla afirma que la forma usted
proviene de la fórmula vuestra merced, que en el siglo XV era una
forma de tratamiento culta, y estaba acompañada por el verbo en
tercera persona del singular y paulatinamente se transformó hasta
llegar a ser usted en el siglo XVII. Pla Cárceles hace un recorrido de la

2
PLA CÁRCELES, José. La evolución del tratamiento „vuestra-merced‟. En Revista
de Filología Española, X, p. 245-280. Madrid: Consejo Superior de Investigaciones
Científicas, 1923.

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¿Tú, usted o sumercé?

evolución que sufrió la forma vuestra merced hasta su conversión


definitiva en usted, siempre usado como forma de respeto o a personas
que se consideran superiores. El autor afirma que “Resultando
demasiado embarazosa la forma vuestra merced para el frecuente uso
que de ella era necesaria en la conversación diaria, pronto comenzaría
a operar las simplificaciones que andando el tiempo había de producir
el actual pronombre usted”3. El primer paso fue la síncopa del grupo
/tr/ que sufrió la palabra vuestra y que dio vuesa. Posteriormente, la
forma vuesa merçed se lexicalizó y llegó a ser vuesamerçed. La
siguiente transición fue un poco más complicada, puesto que los
escritos de la época muestran dos formas de evolución.
Por un lado, tendríamos la pérdida de /er/ (por estar entre dos acentos
y más próxima al acento principal que la sílaba sa también átona) que
dio la forma vuesamçed, de allí se pasó a una alveolarización de /m/
en /n/, ya que para aquella época la grafía ç sonaba /ts/, lo que
provocaría dicho cambio, de manera que vuesamçed pasó a vuesançed.
Esta forma cambió a vosasted y a vuesasted, en la primera habría una
monoptongación de /ue/ en /o/ y una reducción de /ns/ a /s/; en la
segunda, sólo la última reducción. Estos cambios ya se notaban en los
escritos de César Oudin de 1597. La forma vuesasted se convirtió en
vueted, y en vuasted por síncopa de /as/ en el primer caso y /es/ en el
segundo. Nuevamente otra síncopa operaba de manera que vuested se
convertía en vusted que por una aféresis llegaba finalmente a usted,
pronombre que ya aparecía en “Dialogos” de Juan de Luna en 1619.
Por otro lado, el diferente camino que tomó vuesamerçed también dio
formas diferentes y registradas en la literatura de ese entonces.
Vuesamerçed se convirtió en vuesarçed, por síncopa de /me/, también
por estar entre dos acentos y más próxima al acento principal que la
sílaba sa. La forma vuesarçed pasó a voarçed, vuarçed y vuerçed.

3
Ibid, p 252.

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Cada uno de estos pronombres sufrió una pérdida de la líquida lateral


/r/: voaçed, vuaçed y vueçed, detallados en los escritos de Cervantes,
Lope de Vega y Tirso de Molina. Estas tres formas se redujeron a una:
vuçed, que paulatinamente terminaba en uçed .
La forma usted ya se observaba en 1660 en los escritos de J. de la
Torre, Fray Gabriel Téllez, Luis de Bartolomé y Luis Quiñónez de
Benavente. Aunque Lope de Vega era contemporáneo, pocos escritos
de él muestran esta forma, y se inclinan más por formas anteriores.
Pla Cárceles nos presenta un esquema al final de su artículo, el cual se
reproduce en la página siguiente.
Debido a las críticas de Tomás Navarro4 y de otros autores que
aseguran que “resulta difícil de admitir que el grupo de st de vuesasted
proceda... del desdoblamiento y metátesis de los dos elementos ts
virtualmente obtenidos de la ç de vuesançed según la pronunciación
antigua de dicho signo”5, la tesis de Pla Cárceles se desvirtúa en parte,
puesto que no se puede explicar dicho fenómeno de manera clara y
precisa desde la fonética y desde ningún otro caso similar, la
evolución fonética en el español. Tal crítica no es resuelta por Pla
Cárceles.

Esquema 1: Evolución de la Forma vuestra merced, según Pla


Cárceles

4
NAVARRO, Tomás. Vuesasted, usted. En Revista de Filología Española, X, p.
310―311. Madrid: Consejo Superior de Investigaciones Científicas, 1923.
5
Ibid. p. 310.

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¿Tú, usted o sumercé?

vuestra merçed

vuesa merçed

vuesamerçed

vuesarçed vuesamçed

voarçed vuarçed vuerçed vuesançed

voaçed vuaçed vueçed vosasted vuesasted

vuçed vuasted vuested

uçed vusted

usted

Otra hipótesis de la aparición de usted, menos difundida, pero no por


ello menos posible, es la propuesta por George Krotkoff (y antes de
manera somera por otros6) quien también refuta la evolución planteada
por Pla Cárceles por ser “of dubious cogency”7. Este autor propone
una posible relación entre usted y el vocablo árabe ‘ustād que significa
“señor”. Para este autor, es más coherente y sencillo pensar que por
similitud de las formas, se adoptó la palabra del árabe en lugar de
hacer una evolución que puede parecer forzada por tener de base
reglas fonéticas inexistentes. Tal teoría se apoya en el hecho de que en
Andalucía usted es usado con más frecuencia, y Krotkoff opina que de
allí se esparció esta forma para el resto de la península. Asegura con
fuerza que “Having the same function as vuestra merced, or one very

6
En 1875, un autor S.F. que no da su nombre completo, y que se basa en la hipótesis
de tres autores anteriores a él: los alemanes, Fucks y Booch-Arkossy en 1837; y de
Hmmer-Purgstall (dichos trabajos los conocemos sólo por referencia)
7
KROTKOFF, George. A possible Arabic ingredient in the history of Spanish usted.
En Romance Philology, XVII, 2, p. 328-332, Dwinelle Hall: University of
California, 1963.

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similar, it began to diffuse, no longer identified as an Arabism,


occasionally contaminating some derivatives of vuestra merced”8.
Aquí se presenta el esquema propuesto por Krotkoff que modifica el
de Pla Cárceles.

Esquema 2: Evolución de “vuestra merced” propuesta por Krotkoff.

ar. ‘ustād

vestra merced [usted]


after 1400 x

vuesa merced vosasted


1597 1597

buesarced
1621
vosance vuessansté usted
vorced 1603 1624 1620
1635
vuesansted
vuesance(d) 1625
voaced = voacé 1617
1619 1598 x

? vuasted
1617

vusted
vuced 1619

vucé ? vuested
1635
ucé

usted

Esta hipótesis, como ya se dijo, había sido trabajada de manera somera


por otros autores y Pla Cárceles en el artículo arriba mencionado

8
Ibid. p 331.

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¿Tú, usted o sumercé?

objeta esta idea y la tacha de “mera elucubración cuyo aserto queda


completamente refutado por los evidentes eslabones que de la cadena
etimológica vuestra merced>usted poseemos. Nos ha sido imposible,
por otra parte, corroborar la existencia del dicho vocablo en árabe”9.
Independientemente de la manera en que apareció la forma usted, a
América llegó la figura vuestra merced y en la época de la colonia ya
se había adoptado por completo la forma usted para expresar respeto,
o por lejanía, por ejemplo a un desconocido.
Con el paso del tiempo dicha forma, en el interior de Colombia, tomó
más fuerza que tú, de tal manera que lo remplazó y usted se usaba
indistintamente para expresar respeto y familiaridad. Sólo hasta
comienzos del siglo XX tú vuelve a tomar fuerza y ganar terreno para
expresar familiaridad, aunque usado con algunas restricciones10.
Poco o nada se ha hecho sobre la historia y la evolución de la forma
sumercé. Dicha forma es usada principalmente en el interior de
Colombia, para ser más precisos en la zona cundiboyacense y en
Santander. Como ya se dijo arriba a América llegó la forma culta
vuestra merced, que los hablantes reemplazarían por su merced al ser
para ellos más común el posesivo su que vuestra. Con el paso del
tiempo tal forma se lexicalizaría y se convertiría en sumerced, pero
por economía articulatoria se elide la /d/ final.
Charles Kany nos dice “En Colombia se usa su merced con un valor
afectuoso de padres a hijos y viceversa, entre marido y mujer y entre
amigos íntimos”11, pero nada nos dice de su evolución histórica.
La palabra sumercé es un colombianismo, y aparece registrada en el
“Nuevo Diccionario de Colombianismos” dirigido por Günther

9
PLA CÁRCELES, José. Op. cit, p. 269.
10
No solamente en Colombia, sino en el resto de Latinoamérica como lo muestran
estudios realizados por Lastra en México, Fontanella en Argentina y Solé en Perú,
Argentina y Puerto Rico, entre otros estudios.
11
KANY, Charles. Op. cit, p. 124.

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Marisol Rey Castillo

Haensch y Reinhold Werner12 publicado por el Instituto Caro y


Cuervo. El lema sumercé nos remite inmediatamente a la forma
merced, que al final de la monografía presenta la unidad pluriverbal su
merced:
sumercé: E-Boy, Cund, Stder → su
merced.
merced:... su ~, var sumercé E-Boy, Cund,
Stder, Fórmula de tratamiento que expresa
afecto o respeto.

Tanto Kany como el diccionario de colombianismos nos recalcan el


hecho de que dicha forma de tratamiento expresa afecto por parte del
hablante. Sin lugar a dudas, es un hecho curioso que si sumercé viene
de vuestra merced que expresa respeto, haya adoptado también el tono
de afectividad. Debió suceder algo en el transcurso de la historia para
que dicha forma adquiriera ese matiz semántico. Lamentablemente no
se halla ningún documento ni estudio que dé cuenta de ello.

12
HAENSCH, Günther y WERNER, Reinhold dir. Nuevo Diccionario de
Colombianismos. Bogotá: Instituto Caro y Cuervo; 1993. 537 p.

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