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DISPOSICIONES GENERALES DEL CÓDIGO

PROCESAL CIVIL DE 2016 SOBRE EL PROCESO DE


EJECUCIÓN

Rama del Derecho: Derecho Procesal Civil. Descriptor: Proceso de Ejecución.

Palabras Claves: Ejecución, Proceso de Ejecución, Ejecución de Sentencias, Artículos 136, 137,
138, 139 y 140 del Código Procesal Civil.

Fuentes de Información: Normativa, Doctrina y Jurisprudencia. Fecha: 02/10/2019.

Nombre del Investigador: Simons Salazar García.

Contenido

RESUMEN ...................................................................................................................................2

NORMATIVA ............................................................................................................................. 2
Disposiciones Generales sobre los Procesos de Ejecución ..................................2

DOCTRINA .................................................................................................................................4
Definiciones Relacionadas con la Ejecución de Sentencia ...................................4
Comentarios al Artículo 136 del Código Procesal Civil .........................................4
1. El Poder de Coertio del Estado ..............................................................................4
2. Derecho Constitucional a la Ejecución de la Sentencia.................................6
3. Las Vías Concurrentes de Ejecución de Sentencias ........................................8
4. Naturaleza del Proceso de Ejecución de Sentencia ........................................8
5. Juez Competente: Por Cuantía, Materia y Territorio .....................................9

1
Comentarios al Artículo 137 del Código Procesal Civil. Allanamiento ......... 10
1. El Allanamiento Civil de Inmuebles.................................................................. 10
2. Fundamento Constitucional ................................................................................ 13
Comentarios al Artículo 138 del Código Procesal Civil. Efectos de la
Ejecución Imposible ....................................................................................................... 14
Comentarios al Artículo 139 del Código Procesal Civil. Imputación de Pagos
................................................................................................................................................ 15
Comentarios al Artículo 140 del Código Procesal Civil. Adecuación de las
Sentencias .......................................................................................................................... 16
1. La Adecuación de Condenas de Valor .............................................................. 16
2. Indexación de Condenas Dinerarias ................................................................ 17

JURISPRUDENCIA ................................................................................................................. 19
1. Artículo 136 del Código Procesal Civil y la Ejecución de Fallos en la Vía
Contenciosa Administrativa ........................................................................................ 19
2. Imputación de Pagos .............................................................................................. 20

RESUMEN

El presente informe realiza una reseña sobre las Disposiciones Generales del
Código Procesal Civil de 2016 sobre el Proceso de Ejecución, considerando los
supuestos normativos de los artículos 136, 137, 138, 139 y 140 del Código Civil, lo cual
es reforzado por el criterio que la doctrina y la jurisprudencia nacional han realizado al
estudiar este tipo de disposiciones en la tramitación del proceso de ejecución de
sentencias.

NORMATIVA

Disposiciones Generales sobre los Procesos de Ejecución


[Código Procesal Civil]i

Artículo 136. Inicio de la ejecución y competencia. La ejecución de pronunciamientos y


acuerdos ejecutorios se ordenará a gestión de parte. Podrá ordenarse de oficio cuando

2
se trate de derechos o intereses de carácter público o social. Será competente el
tribunal que hubiera dictado el pronunciamiento u homologado el acuerdo o los
tribunales especializados establecidos para ese efecto. Solo que legalmente no pudiera
hacerse por este, se hará por el tribunal que corresponda, según las reglas generales
de competencia. Para la ejecución servirá como base el documento auténtico en el que
conste el acto o el acuerdo respectivo.

Artículo 137. Allanamiento. Para la ejecución de pronunciamientos y acuerdos


ejecutorios, cualquiera que sea su naturaleza, el tribunal podrá ordenar el
allanamiento cuando las circunstancias lo ameriten. Para tal efecto, fijará el objeto, así
como las condiciones bajo las cuales se practicará el allanamiento y tendrá amplias
facultades para ingresar a los lugares, eliminar cualquier obstáculo o auxiliarse con la
Fuerza Pública cuando lo estime necesario. Del allanamiento se levantará un acta,
firmada por los interesados, donde se consignará en forma circunstanciada su
resultado.

Artículo 138. Efectos de la ejecución imposible. Cuando la ejecución resulte imposible,


por cualquier motivo, el obligado deberá indemnizar a la parte contraria los daños y
perjuicios causados.

Artículo 139. Imputación de pagos. Las sumas obtenidas como consecuencia de un


proceso, salvo disposición legal en contrario, serán imputadas en el siguiente orden:
costas, intereses y principal.

Artículo 140. Adecuación de las sentencias. Las sentencias firmes y los acuerdos
ejecutorios, aunque no contengan disposición al respecto, deberán ser adecuados
económicamente a futuro, a solicitud de parte, siempre que no se contravenga el
ordenamiento jurídico.

Las obligaciones dinerarias en moneda nacional se ajustarán conforme al índice de


precios al consumidor. Tratándose de moneda extranjera, será aplicable la tasa
"prime rate" o, si esta no fuera aplicable, la tasa internacional correspondiente a la
moneda de que se trate.

3
DOCTRINA

Definiciones Relacionadas con la Ejecución de Sentencia


[Picado Vargas, C.A.]ii

[P. 311] Sentencia como un título ejecutorio: es aquella resolución judicial fírme que,
como tal, le permite al acreedor incoar un nuevo proceso (llamado de apremio o de
ejecución de sentencia) en el cual el deudor podrá ejercer un derecho de defensa muy
limitado en cuanto a los plazos para actuar, las defensas a oponer y los recursos a
deducir. Esta posibilidad de constricción o ejecución se otorga como consecuencia
lógica e inmediata de aceptarse que, a raíz de la sentencia judicial, existe un derecho
cierto declarado en documento fehaciente.

[P. 313] Imputación de pagos: Liquidación que realiza el ejecutante en la vía de


apremio de los extremos económicos sin cuantifícar (en abstracto) concedidos en una
sentencia de condena.

Indexación: Ajuste al valor de un elemento variable en función de un índice


determinado que modifica los anteriores valores de aquel. / / Ajustar un importe sobre
la base de índices de actualización de valores (Valletta).

Comentarios al Artículo 136 del Código Procesal Civil


[Artavia Barrantes, S. y Picado Vargas, C.]iii

[P. 355] Resueltos los recursos que quepan contra las sentencias, o en los casos en que
se permite la ejecución provisional de la resolución recurrida, se procede a la fase de
ejecución de la sentencia, que algunos denominan proceso de ejecución.

Indistintamente se suele usar, bajo la misma figura, los conceptos de ejecución,


ejecución procesal, ejecución coactiva, ejecución forzosa, proceso o procedimiento de
ejecución, proceso o procedimiento ejecutivo -especialmente en España- o
simplemente ejecución de sentencia, esta última parece la correcta.

[P. 356]

1. El Poder de Coertio del Estado

El uso de la fuerza inherente a todo proceso de ejecución, que no es otra cosa que el
imperium, es un monopolio exclusivo del Estado, en cuanto titular de la potestad
derivada de la soberanía. Aquí es donde, a la postre, se distinguen entre auctoritas o
"verdad socialmente reconocida"1, que implica la facultad de decir el derecho en el

1
D'ors Alvaro. Una introducción al estudio del derecho, Madrid, págs. 19 y ss.

4
caso concreto, y la potestas o imperium, que comparta el uso de la fuerza. La ejecución
es así la materialización del conocimiento, es hacer cumplir lo que éste decidió.
Enseñara Couture "conocimiento y declaración sin ejecución es academia y no justicia;
ejecución sin conocimiento es despotismo y no justicia; solo un perfecto equilibrio
entre las garantías del examen del caso y las posibilidades de hacer efectivo el
resultado de ese examen, da a la jurisdicción su efectivo sentido de realizadora de la
justicia"2

La ejecución coactiva de la sentencia es una actividad reservada a los Tribunales de


Justicia estatales, donde la voluntad de las partes es sometida al cumplimiento
coactivo de su contenido, por eso la ejecución forzosa de la sentencia es, ante todo,
atribuida en forma exclusiva y excluyente al Estado, por medio de los jueces
ordinarios, en consecuencia, no pueden ejercerla los árbitros3.

[P. 357] Siendo la eficacia de la sentencia uno de los efectos principales del proceso,
no solo en cuanto a contenido sino en cuanto al procedimiento para hacerse cumplir,
entonces debemos decir que la sentencia no se limita a declarar el derecho -en el caso
de que la sentencia sea estimatoria-, sino que otorga la eficacia para su ejecución ante
el juez común, esto es obligar al condenado a cumplir lo fijado en la sentencia. En
efecto, la sentencia firme constituye título de ejecución forzosa4, al igual que la
transacción, conciliación y el laudo, por lo que en esta fase no se admiten discusiones
sobre la fundamentación del contenido de la sentencia.

La doctrina5 distingue entre títulos de ejecución -puros o judiciales- para hacer


referencia a aquellos documentos judiciales -la sentencia- que contienen con certeza
una obligación, mientras que para los títulos ejecutivos o de ejecución convencional, se
alude a otros documentos que contengan una obligación líquida y exigióle, pero que
no derivan de un proceso, sino que el legislador le atribuye tal calidad a ciertos

2
Couture Eduardo. Las garantías..., pág. 89.

3
La exclusión de los árbitros de esta función obedece a la clásica distinción entre auctoritas y potestas,
pues si bien gozan de la primera para resolver el conflicto intersubjetivo con efectos de cosa juzgada,
carece de la segunda a fin de hacer cumplir su decisión al respecto, a diferencia de los órganos judiciales
a quienes la Constitución y las propias leyes procesales u orgánicas, otorgan con exclusividad el ejercicio
de la función jurisdiccional, no solo juzgando sino también haciendo ejecutar lo juzgado". Sobre el tema
Artavia Sergio. Manual de Arbitraje..., t. II, cáp. XXV.

4
D'Ors Pérez-Peix. Derecho Privado Romano, Pamplona, 1973.

5
Barrios Dante. Introducción al Estudio del Proceso, Buenos Aires, pág. 211. "El concepto de título de
ejecución no puede ser más que la traducción verbal de una realidad normativa. Con el simple método
de observar los distintos procedimientos que conducen a la ejecución de advierte que, en todos ellos, en
un momento determinado, se procede en base a un acertamiento documental judicial, o equivalente, de
la existencia de una obligación o deber pendientes de cumplimiento".

5
documentos que contienen una realidad económica, como la hipoteca y la prenda. En
esta línea Ormazabal Sánchez6 señala, haciendo la salvedad que el autor bajo nuestro
sistema confunde título ejecutivo con título de ejecución, que "lo que verdaderamente
determina la eficacia ejecutiva de una resolución judicial..., es que revista la condición

[P. 358] del título ejecutivo -sic. título de ejecución-", previendo un sistema de
coacción o "apremio7" que se denomina ejecución forzosa.

2. Derecho Constitucional a la Ejecución de la Sentencia

El derecho a la tutela judicial efectiva comprende también el derecho a que la


sentencia o un fallo judicial se cumpla. Habiéndose configurado la ejecución de las*
resoluciones firmes como un derecho fundamental, porque el obligado cumplimiento
de lo acordado por los Jueces y Tribunales, en el ejercicio de la potestad jurisdiccional,
es una de las más importantes garantías para el funcionamiento y desarrollo del
Estado de Derecho. En efecto, la ejecución de las sentencias en sus propios términos
forma parte del derecho fundamental a la tutela efectiva de Jueces y Tribunales, ya
que en caso contrario las decisiones judiciales, y los derechos que en ellas se
reconocen, no serían otra cosa que meras declaraciones de intenciones, sin alcance
práctico ni efectividad ninguna, cuestión de esencial importancia para dar efectividad
al establecimiento del estado social y democrático que implica, entre otras
manifestaciones, la sujeción de los ciudadanos y de la Administración Pública al
ordenamiento jurídico y a las decisiones que adopta la Jurisdicción, no solo juzgando,
sino también ejecutando lo juzgado8.

[P. 359] La posibilidad de ejecución forzosa de la sentencia proviene9, por un lado, de


la aceptación de las partes de la decisión adoptada por el juez, y por otro, en el rango
de título de ejecución que la ley le da a la sentencia, lo que posibilita su cumplimiento
en los propios términos, principio que se complementa con la potestad de ejecución
coactiva en vía judicial -denominada de apremio- de la sentencia -Art. 136 NCPC-.

6
Ormazabal Guillermo. La ejecución de laudos arbitrales, Barcelona, pág. 51.

7
Como vimos, el concepto de apremio es de tradición española y se mantuvo en nuestros Códigos
Procesales, hasta ahora con el NCPC que no se usa esa locución. Para todo Franco Just. El procedimiento
de apremio, Barcelona, 1987, pág. 11, que luego de criticar su nombre señala "es necesario reconocer,
sin embargo, que tampoco esta denominación es afortunada y que se acepta como mal menor".

8
Montero Juan-Flors Matíes. Tratado de ejecución civil, Valencia, 2004, pág. 17.

9
Ramos Francisco. El proceso penal..., págs. 451-460; Almagro José y otros. Derecho procesal..., t. I, v. I,
pág. 164. Montero Juan y otros. Derecho Jurisdiccional..., 1.1, v. 2, págs. 9-15.

6
Pero más importante aún es el hecho de que el derecho a la ejecución de la sentencia,
de manera coactiva, en vía judicial, tiene una clara base constitucional, pues la
jurisdicción, por su reconocimiento en la Constitución Política, se yergue como una
garantía para el justiciable de que la sentencia firme -e incluso la no firme, cuando se
permite-, se puede ejecutar por un juez estatal y hacerse cumplir, es por ello que la
Sala Constitucional, ha atribuido, aun como parte del debido proceso, el derecho del
administrado a ejecutar los laudos10 o sentencias.

Con base en lo anterior, el dogma constitucional, contenido en el artículo 153 de


nuestra Constitución Política, de que corresponde a los tribunales resolver y ejecutar lo
resuelto, se aplica inexorablemente a cualquier sentencia judicial -la ejecución
coactiva- y a aquellos otros procesos heterocompositivos a los que el legislador o
mejor aún el Constituyente originario, ha dotado de igual valor y fuerza de cosa
juzgada.

La posibilidad de solicitar y obtener el cumplimiento material de las sentencias debe


ser en sus propios términos de lo

[P. 360] resuelto en ellas, pues solo de esta manera el derecho al proceso se hace real
y efectivo, y se garantiza el pleno respeto a la paz y la seguridad jurídica, de quien se
vio protegido por una sentencia, dictada en un proceso anterior entre las mismas
partes11.

Se desconoce el derecho fundamental el juez que, por omisión, pasividad o defectuoso


entendimiento, se aparta sin causa justificada de lo previsto en la sentencia, que debe
ejecutarse, se abstiene de adoptar las medidas necesarias para su ejecución, cuando le
sean legalmente exigibles, ya que lo contrario sería convertir las decisiones judiciales y
el reconocimiento que ellas comportan a favor de alguna de las partes, en buenos
propósitos, vaciando de contenido, en definitiva, la función jurisdiccional si se las priva
de consecuencias prácticas12.

10
Sala Const. N° 1825, de las 11:19 hrs del 11-02-2011; Ne 012215, de las 14:45 hrs del 05-08-2009, N°
6851, de las 09:57 hrs del 01-06-2005.

11
Fernández Ballesteros M. La ejecución forzosa y las medidas cautelares, Madrid, 2001, pág. 167,
Montero Juan-Flors Matíes. Tratado..., pág. 35 y Martínez García E. El arbitraje en el marco de la Ley
1/2001, Valencia, 2002, pág. 263.

12
Picó Joan. Las garantías constitucionales..., pág. 77, Carocca Alex. El derecho..., pág. 453, Artavia
Sergio. Garantías Constitucionales, cap. XIII.

7
3. Las Vías Concurrentes de Ejecución de Sentencias

En nuestro ordenamiento se conocen diversas modalidades de ejecución: las


denominadas ejecución pura, ejecución de otras sentencias y ejecución real. La
doctrina divide los títulos de ejecución en: judiciales y extrajudidales13, dependiendo
de si, en su creación interviene o no un órgano jurisdiccional. El extrajudicial serían la
hipoteca y la prenda, pues derivan de la autonomía de la voluntad particular, aunque
es la ley la que le otorga la vía

[P. 361] privilegiada de ejecución, sin fase de conocimiento. Los títulos de ejecución
judiciales derivan de una sentencia judicial firme. Existen dos modalidades, el que se
ejecuta dentro del mismo proceso con una sentencia dictada por el propio juez
ejecutante. Técnicamente no es otro proceso, sino una nueva fase, la de ejecución,
continuación de la agotada fase de conocimiento. Por otra parte, la ejecución de
sentencias dictadas por un juez de otra materia, cuya ejecución es encomendada a un
juez civil, puesto que aquel juez que dictó la sentencia en fase de conocimiento, la ley
no le atribuye facultades para su ejecución, en esos supuestos estarían las sentencias
de la Sala Constitucional, las sentencias penales con condena civil en abstracto, las
sentencias de tránsito con condena en abstracto y los laudos. Finalmente, son títulos
de ejecución judicial, además de la sentencia nacional, la sentencia extranjera
homologada.

4. Naturaleza del Proceso de Ejecución de Sentencia

El proceso puede ser, atendiendo a la finalidad perseguida por la pretensión que lo


motiva, de conocimiento o de ejecución. El primero es aquel que tiene por objeto una
pretensión tendiente a que el órgano judicial dilucide y declare, mediante la aplicación
de las normas pertinentes a los hechos alegados, y eventualmente, discutidos, el
contenido y el alcance de la situación jurídica existente entre las partes.

Cuando se trata de una sentencia de condena -no meramente declarativa, constitutiva


o determinativa-, que como tal impone el cumplimiento de una prestación o una
condena abstracta, se hace necesario un ejercicio ulterior de ejecución, ante mismo
juez de primera instancia, no por la propia parte como sucedió en su inicios

[P. 362] en el proceso romano14. Es por ello que el proceso de ejecución se define
como aquel cuyo objeto consiste en una pretensión tendiente a hacer efectiva, por

13
De la Oliva Andrés y Fernández Miguel. Derecho Procesal..., t. III, pág. 54.: "A la ejecución de sentencia
forzosa singular puede acceder tanto en virtud de títulos ejecutivos judiciales".

14
La referencia en el Derecho Romano, de la ejecución por la propia parte y sus diversas etapas puede
verse en Cuenca Huberto. Proceso Civil Romano, Buenos Aires, pág. 116; Scialoja Vittorio.

8
medio de un juez estatal, la condena o sanción impuesta por una sentencia de
condena15.

Señala Couture que, frecuentemente la sentencia no contiene una condena específica


en sumas de dinero líquida y exigible; por lo que entonces resulta imprescindible
realizar la liquidación correspondiente. Se dice entonces que el proceso se divide en
dos * etapas; la primera destinada a determinar el "an debeatur" y la segunda la
determinar el "quantum debeatur16".

Así entonces, la ejecución de la sentencia es la segunda gran fase, el desenlace o la


concreción del proceso, que efectiva lo que reconoció y decidió la primera parte de
conocimiento, es por ello que es la medida o la camisa de fuerza de la ejecución, en
sentido que no puede ir más allá o en contra -menos o más- de lo reconocido en la
sentencia de fondo -la primigenia- que se ejecuta. Desde este punto de vista resulta
claro que el proceso de conocimiento y el proceso de ejecución se encuentran
ubicados en un mismo plano jurídico, pues coinciden en la esencial finalidad de
procurar la tutela integral de los derechos del acreedor17. Ambos representan, en otras
palabras, distintos momentos o etapas dentro

[P. 363] de una unidad que caracteriza la actividad jurisdiccional o arbitral. De allí que
Calamandrei, recurriendo a una analogía, considera "algo burdo pero muy claro", y
haya dicho que el proceso de conocimiento "se puede considerar la llave indispensable
para abrir la puerta de la ejecución, o mejor como la tarjeta de entrada sin la cual no es
posible atravesar el umbral del proceso ejecutivo"18.

5. Juez Competente: Por Cuantía, Materia y Territorio

Las sentencias serán ejecutadas por el juez de primera instancia dictado el


pronunciamiento u homologado el acuerdo o los tribunales especializados establecidos
para ese efecto -Arts. 136; 51.1 y 51.3 NCPC. Solo que legalmente no pudiera hacerse
por este, se hará por el tribunal que corresponda, según las reglas generales de
competencia -art. 136 NCPC y 172 párrafo 2- LOPJ19-. Importa a los efectos de la

Procedimiento Civil Romano, pág. 298 y Baptista da Silva Ovidio. Jurisdicción y ejecución en la tradición
romano-canónica, trad. Juan Monroy, Perú, 2005.

15
Palacio Lino. Derecho Procesal. T.VII, pág. 213. En similar sentido Guasp Jaime con Aragonés Pedro.
Derecho Procesal..., t: II, pág. 193.

16
Couture Eduardo. Fundamentos de derecho Procesal..., págs. 437 y ss.

17
Liebman Enrico. Manual..., pág. 456, Satta Salvatore. Derecho Procesal, t.II, pág. 213

18
Calamandrei Piero. El procedimiento..., trad. Sentís, Buenos Aires, pág. 19.

19
S. I C. N° 253-C, de las 08:40 del 28-04-2005.

9
ejecución el quantum fijado en la sentencia, para la determinación del juez
competente, pues siempre será el juez que resolvió la primera sentencia.

La ejecución de sentencia se ordenará siempre a solicitud de parte, extrañamente la


norma dice "podrá ordenarse de oficio cuando se trate de derechos o intereses de
carácter público o social", cuando no deben existir en materia civil intereses de
carácter público o social, sigue rigiendo en la materia, el principio dispositivo, aun
cuando se tratare de intereses colectivos y difusos.

Cuando la ejecución de la sentencia no provenga de un proceso civil, sino una


sentencia constitucional, de tránsito o penal en abstracto-, para la determinación del
juez competente para la

[P. 364] ejecución de la sentencia, deben tenerse presente las reglas sobre
competencia por territorio y materia; en cuanto a la primera porque será competente
el juez del domicilio del demandado20, por ejp por una sentencia de condena,
constitutiva o declarativa21- y no conforme a la naturaleza de la pretensión debatida. Y
la materia porque puede ser contenciosa, agraria o civil.

Comentarios al Artículo 137 del Código Procesal Civil. Allanamiento


[Artavia Barrantes, S. y Picado Vargas, C.]iv

[P. 364]

1. El Allanamiento Civil de Inmuebles

Esta figura tiene su origen en el Proyecto de Código desde la versión original del 2003
de la Comisión Artavia-Zeledón-Montenegro22, donde lo conceptuamos como una
medida cautelar,

20
No existen reglas de competencia especial por lo que se aplican las reglas generales sobre
competencia por territorio y materia.

21
La distinción y análisis entre sentencias declarativas, constitutivas y de condena puede verse en
Couture Eduardo. Fundamentos..., pág. 320 y ss., Rocco Hugo. La sentencia civil, México, 1985, pág. 231
y Picado Hugo. El razonamiento en la formulación de la sentencia, San José, 1998, pág. 78 y ss.

22
Art. 64.5 Proyecto CPC 2003 "64.5 Allanamiento civil. Cuando las circunstancias así lo ameriten,
procederá cumplirlo, en cualquier hora y fecha, en [P. 365] todo tipo de vivienda, finca, local comercial o
industrial, recintos públicos o privados y en general en cualquier lugar, para:

a) Ejecutar una sentencia o cumplir una medida cautelar.

b) Practicar una prueba.

10
[P. 365] pero finalmente no fue admitido con esa naturaleza, sino como un acto más
en ejecución.

El allanamiento civil de inmuebles, aunque era una exigencia necesaria en algunos


procesos, como el desahucio y los hipotecarios, para la entrega efectiva y material, de
un inmueble que se había ordenado desalojar o adjudicado en remate, o bien, en la
entrega de un bien en ejecución de sentencia, no existía como figura autónoma, al
menos en materia civil, aunque históricamente ha existido en materia penal23. Con
esas salvedades, no se permitía a un juez civil el allanamiento de lugares o decomiso
de cosas, a fin

[P. 366] practicar una prueba, determinar las condiciones de una situación jurídica o
para la ejecución efectiva de una sentencia.

Suceden a veces que la negativa de una las partes, lo oculto, la forma como se
perpetra los hechos o se esconden las cosas, impedían la pre-constitución de prueba
importante para hacer constar precisamente la comisión de un hecho o conducta
sancionada -ejp. violación a los derechos intelectuales, falsedad de marcas, etc.- o la
evacuación del reconocimiento. Hoy por normas expresas -antes24 fue creación
jurisprudencial25-26 -, un juez diverso al penal, puede ordenar y practicar el

c) Practicar el embargo, secuestro o decomiso de bienes sobre los cuales se hubiere ordenado una
diligencia, ejecutado una orden judicial o fuere necesario cumplir con la entrega ordenada en un
proceso.

Los jueces fijarán previamente el objeto así como los términos bajo los cuales se practicará el
allanamiento y, en todos los casos, tendrán amplias facultades para ingresar a los lugares, recintos o
inmuebles donde deba practicarse el allanamiento, quitar cualquier obstáculo en forma directa o bien
auxiliarse con la fuerza pública para ello y en lo que estimen necesario.

Del allanamiento se levantará un acta, firmada también por los interesados, donde se consignará en
forma circunstanciada su resultado".

23
El allanamiento de morada está regulado ahora en el actual CPP en el numeral 193, estableciendo que
cuando el registro deba efectuarse en un lugar habitado, en sus dependencias, casa de negocio u
oficina, el allanamiento y registro será realizado personalmente por el Juez y deberá iniciarlo entre las
seis y las dieciocho horas, o a cualquier hora cuando el morador o su representante lo consienta, entre
otras razones que ahora no vienen al caso.- Asimismo en los numerales 195 y 196 se establecen: en el
primero el contenido de la resolución que ordena el allanamiento, y en el segundo las formalidades para
el allanamiento.

24
Artavia Sergio. Los procesos..., II, pág. 344.

25
La jurisprudencia de la Sala Constitucional lo ha admitido, voto 3333 del 27-06-1995 y 5562 del 11-10-
1995. Así como la jurisprudencia del Tribunal Primero Civil, N° 504 del 17-03-2000 y 328 del 02-05-1996.

26
T. I C. N° 504-R a las 08:05 del 17-03-2000 y N° 328 de las 13:35 hrs del 02-05-1996.

11
allanamiento de lugares para permitir la ejecución y el fiel cumplimiento de las
sentencias -art. 137 NCPC- o con la finalidad de practicar reconocimiento judicial27 -art.
46.2.4 NCPC- y en general "para la ejecución de pronunciamientos y acuerdos
ejecutorios, cualquiera que sea su naturaleza...cuando las circunstancias lo ameriten",

[P. 367] como podría ser medidas cautelares o de ejecución para el cumplimiento de
sentencias.

No obstante que el artículo 23 de la CPo dispone la inviolabilidad del domicilio y


cualquier otro recinto privado, también dispone que pueden ser allanados por orden
escrita de Juez Competente, no sólo para impedir la comisión o impunidad de delitos,
sino también para evitar daños graves a las personas o propiedad, pero eso sí
ordenarla con sujeción a la Ley.- La Sala Constitucional ya ha definido que es un
allanamiento28, indicó que era el acto por el cual la autoridad, en función de tal,
penetra en un recinto considerado como privado, contra o sin la voluntad del titular, y
para que sea legítimo la autoridad lo debe practicar en los casos previamente
determinados por ley y con las formalidades requeridas por ella, esto es: que sea
dispuesto por un Juez competente, y fundamentando la necesidad del mismo,
exhibiéndose dicha orden al titular; o bien, a cualquier otra persona mayor de edad
que allí se encontrare, debiéndose realizar el registro en presencia de ellas y
levantando acta de lo actuado, y la omisión de cualquiera de esas formalidades puede
tomar ilícito el allanamiento.- Se considera también ilegal cuando se realiza fuera de
los supuestos taxativamente establecidos por las reglamentaciones procesales, o sin la
presencia del Juez que lo dictó.- Es importante transcribir parte del considerando V.
del citado voto, en donde se cita también el voto 2942-92 de esa misma Sala que
dispuso: "ningún derecho individual ni ninguna libertad son tan ilimitados que no estén
restringidos por la necesidad de proceder a la defensa de los intereses individuales
opuestos, o con mayor motivo de la colectividad.- De ahí que se haya previsto la
posibilidad de entrar en el domicilio ajeno contra la voluntad, aún

[P. 368] expresa de su dueño, sin que ello signifique atentar contra esa inviolabilidad".

27
En materia probatoria, la conducta a permitir el ingreso, con esos fines, creemos que en orden a la
valoración de esa conducta y si persiste la negativa, habilitaría extraer de ese comportamiento oclusivo,
indicios graves en contra de la que se hubiese rehusado, derivados de su comportamiento procesal. El
Art. 189.3 de Uruguay dice "debiéndose interpretar la negativa a colaborar en la prueba como una
confirmación de la exactitud de las afirmaciones de la parte contraria respecto del hecho que se quiere
probar, salvo prueba en contrario", Vescovi Enrique y otros. Código..., pág. 476. En igual sentido Art. 177
del Modelo para Iberoamérica, 163.5 del Código Argentina, 286 ZPO alemana, 116 y 118 de Italia, Vid.
Devis Hernando. Teoría..., t.I, pág. 120, Couture Eduardo. Fundamentos..., pág. 122.

28
Sala Const. N° 1620 de 10.00 hrs del 02-04-1993.

12
2. Fundamento Constitucional

La Sala ha tenido la oportunidad de pronunciarse sobre la perfecta constitucionalidad


de las normas atinentes al allanamiento de inmuebles, para la ejecución de sentencias
que impongan el deber de entregar un inmueble. "La consideración del accionante en
el sentido de que los artículos 452 y 454 del Código Procesal Civil son
inconstitucionales por considerar que el juez civil es incompetente para dictar una
orden de allanamiento por tratarse de una institución propia del proceso penal, pero
no del civil, deviene en un asunto de mera legalidad y no de constitucionalidad. Ello es
así por cuanto el allanamiento constituye un acto de coerción real limitativo de una
garantía constitucional, cumplido por las autoridades de policía, y no resultan
violatorias de derecho alguno en el tanto cumpla con dos requisitos: que responda a
los fines proceso, y esté legitimado por ley en forma expresa. En este caso en
particular, las normas impugnadas están justificadas, ya que el allanamiento se
constituye en el medio legal, y coercitivo, más apto para poder poner en posesión, aún
con la fuerza de la policía administrativa, al propietario de la casa, implicando el
desalojo del inquilino, es decir, como en este caso el allanamiento se legitima en una
ley expresa, para lograr los fines del proceso -poder ejecutar la sentencia de desalojo
en juicio de desahucio- es que esta institución no resulta arbitraria, estando legitimada
constitucionalmente la actuación de los Tribunales para ejecutar sus pronunciamientos
por medio de la fuerza pública, cuando resultare necesario, según se dispone en los
artículos 140 inciso 9 y 153 de la Carta Magna"29.

[P. 369] También ha admitido como constitucionalmente válido, el allanamiento civil,


para otras materias o actos procesales: "El artículo 23 constitucional hace referencia a
juez competente no define que sea necesariamente un juez de la materia penal, sino el
que la ley considera como competente para conocer del caso concreto, de manera que
el allanamiento, no solo es posible -como erróneamente lo interpreta el recurrente-,
para perseguir un delito o recabar pruebas en relación con éste, sino que la norma
constitucional deja abierta al legislador la posibilidad de que, en los casos en que se
considere necesario, pueda ordenarse allanamiento en otras ramas del Derecho...De
conformidad con lo expresado y hecho un análisis del contenido del artículo 23 de la
Constitución Política, la Sala llega a la conclusión de que el mismo no establece un
derecho absoluto a la inviolabilidad a la propiedad, por el contrario, se trata de una
norma flexible, haciéndose una reserva de ley, en la que se permite regular los casos
en que procede el allanamiento, exigiéndose como único requisito que se establezca
por vía legal -como ocurre en este caso en particular-. Es más, si en materia civil no se
permite el allanamiento quedaría inoperante la puesta en posesión del actor de la cosa
objeto del litigio, dejando así sin sentido el espíritu de la norma cuestionada, en razón

29
Sala Const. N° 6703 de las 15:12 hrs del 21-12-1993.

13
de en muchos casos debe precederse al allanamiento, previo a la puesta en posesión
del actor de la cosa. En consecuencia, estima la Sala que la acción debe rechazarse por
el fondo en cuanto a este extremo"30.

3. Presupuestos

Establece la norma, que el allanamiento se ordenará "cuando las circunstancias lo


ameriten. Para tal efecto, fijará el objeto, así como las condiciones bajo las cuales se
practicará el allanamiento y

[P. 370] tendrá amplias facultades para ingresar a los lugares, eliminar cualquier
obstáculo o auxiliarse con la Fuerza Pública cuando lo estime necesario". Con base en
esta norma, para ordenar el allanamiento y eventual decomiso de bienes, el tribunal
debe tomar en cuenta: a) Es una medida excepcional y solo cuando se ha impedido o
se justifique para evitar un mal mayor y no perder el elemento sorpresa, b) Debe ser a
petición de parte, pues se está en fase de ejecución que rige el principio dispositivo, c)
El juez debe resolverlo de manera considerada, dando las razones fundadas y
concretas por las que se justifica el allanamiento, en esta resolución \ fijará el objeto,
así como las condiciones bajo las cuales se practicara, d) Deberá precisarse el lugar o
lugares exactos, la hora y fecha, entre otras circunstancias necesarias bajo las cuales se
ordenará el allanamiento.

Comentarios al Artículo 138 del Código Procesal Civil. Efectos de la Ejecución


Imposible
[Artavia Barrantes, S. y Picado Vargas, C.]v

[P. 370] Es una regla general, en caso de imposibilidad de cumplimiento de una


condena de hacer, no hacer o de dar -no dineraria de condena-, se convierte, ahora
por disposición legal y sin que incurra el extra petita, en el pago de daños y perjuicios.
Esa es la solución general de este artículo 138 NCPC, como en condenas de hacer en
caso de negativa -arts. 62.5 y 149 NCPC31; en sentencia

30
Sala Const. N° 3333 de las 16:00 hrs del 27-06-1995 y N° 5562 del 11-10-1995.

31
Art. 62.5 "Condena de hacer. Si la sentencia obligara a hacer, el tribunal conferirá al vencido un plazo,
de acuerdo con las circunstancias, para que cumpla y le advertirá que si no lo hiciera en el plazo dado
quedará autorizado el victorioso, de pleno derecho, sin necesidad de ulterior resolución, para realizarlo
[P. 371] por cuenta del vencido, quien deberá pagar, además, los daños y perjuicios ocasionados con su
negativa".

Art. 149.- "Condena de hacer Tratándose de una condena de hacer, si el obligado realizara de modo
distinto o defectuoso lo ordenado, lo que se determinará por eí procedimiento incidental, se destruirá lo
hecho y se dispondrá hacerlo conforme a la sentencia. Todos los gastos correrán a cargo del
incumpliente, quien deberá indemnizar los daños y perjuicios causados con la ejecución indebida".

14
[P. 371] sobre extremos de ejecución imposible -art. 62.7 NCPC32-, y en condena de no
hacer -art. 150 NCPC33-.

Aunque la condena alterna de daños y perjuicios no hubiese sido pedida, se trata de


una sanción procesal, y de fondo34, que se impone como consecuencia del
incumplimiento o no cumplimiento de las condenas de hacer, no hacer o dar, que se
hacen o imposibiliten hacer, en contra de lo ejecutoriado. Al ser una sanción procesal
del incumplimiento de la sentencia, no se incurre en incongruencia por ultra o
extrapetita, si se pide o se acuerda en la fase de ejecución del fallo que se incumple.

Comentarios al Artículo 139 del Código Procesal Civil. Imputación de Pagos


[Artavia Barrantes, S. y Picado Vargas, C.]vi

[P. 372] En las condenas judiciales el orden de imputación de pagos es invariable:


costas -ambas-, intereses moratorios, corrientes y abono al principal, regla que
coincide con la práctica contractual, aunque en algunos contratos se pueden agregar
otras multas, gastos o penalidades, lo cual altera el orden, usualmente van antes de los
intereses moratorios.

En caso de hipotecarios, prendarios o remates en ejecución de sentencias, prevalece la


norma especial, 164 NCPC, que establece un orden de prelación diferente: a) Las
costas; b) Los gastos de cuido, el depósito, la administración y el mantenimiento,
desde el día del embargo hasta la firmeza del remate, c) El pago de intereses -en su
orden moratorios y corrientes-, d) Pago de capital, atendiendo al orden de prelación
cuando existan varios acreedores.

32
Art. 62.7 "Sentencia sobre extremos de ejecución imposible Si al dictar sentencia constara que, a
pesar de la procedencia de lo pedido la ejecución resulta imposible, el tribunal podrá disponer que el
obligado indemnice a la parte vencedora los daños y peijuicios causados"

33
Articulo 150.- "Condena de no hacer. Si se incumpliera la obligación de no hacer, el tribunal tomará las
medidas para lograr la efectividad de lo resuelto, incluso con el auxilio de la autoridad de policía.
Cuando sea procedente se destruirá lo hecho en contra de lo ordenado en la sentencia. En todo caso, se
condenará al vencido a indemnizar los daños y perjuicios ocasionados".

34
Art. 700 Cci "Toda obligación de hacer que exige indispensablemente la acción del deudor, lo mismo
que la obligación de no hacer, se convierte en indemnización de daños y perjuicios en caso de falta de
cumplimiento".

15
Comentarios al Artículo 140 del Código Procesal Civil. Adecuación de las
Sentencias
[Artavia Barrantes, S. y Picado Vargas, C.]vii

[P. 373] La norma contempla la figura de adecuación, ajuste o actualización económica


de las sentencias, separándolas, conforme a la doctrina, si se trata de sentencias de
condena dineraria o no.

1. La Adecuación de Condenas de Valor

Las sentencias firmes y los acuerdos ejecutorios, aunque no contengan disposición al


respecto, deberán ser adecuados económicamente a futuro, a solicitud de parte,
siempre que no se contravenga el ordenamiento jurídico. Las condenas u obligaciones
de valor no se indexan, se pueden adecuar económicamente a futuro, a partir de la
firmeza de la sentencia. Esto es lo que marca la diferencia con las obligaciones
dineradas, del párrafo 2e del art. 140 en comentarios, pues esta por regla si se
actualizan.

Para entender el tema hay que recordar la diferencia entre deudas dineradas y deudas
de valor, establecido por la doctrina y la jurisprudencia. Alterini-Ameal-López Cabana,
sostienen que el sustrato jurídico de esta clasificación consiste en la determinación del
objeto debido: si se debe un "quid" la obligación es de valor, si se debe un "quantum"
la obligación es dineraria. Otros autores como Diez Picazo sostiene "...la deuda de
dinero la función económica es permitir el intercambio de cosas, los bienes o servicios
por dinero. El dinero es el objeto directamente buscado por el acreedor...", y coloca
como ejemplos el precio en la compraventa, el canon de arrendamiento y la
remuneración de servicios de trabajo. Y respecto de las deudas de valor, expresa que
"...el dinero no cumple la función que resulta buscado por sí mismo, sino que es
medida de valor de otras cosas o servicios respecto de los cuales el dinero funciona
como equivalente o sustitutivo...", y a título de

[P. 374] ejemplo cita las deudas restitutorias, compensatorias o indemnizatorias, como
es el caso de enriquecimiento injustificado35". Y Moissete de Espanes expresa que la
distinción no es ontológica, se trata simplemente de un remedio técnico al que
apelaron los juristas para superar situaciones injustas originadas por la aplicación del
principio nominalista, tanto en las llamadas obligaciones dinerarias como en las de
valor, lo adeudado es dinero. "Será dineraria aquella deuda en la cual el metálico
cumpla solamente una función de cambio, a fin de posibilitar el intercambio de bienes
y servicios por dinero (llamadas impuras) o bien, cuando se trate de préstamos de
dinero (puras). En ese sentido, a manera ejemplo, son obligaciones dinerarias el precio

35
Alterini-Ameal-López Cabana. Curso de Obligaciones, Buenos Aires, 1998, pág. 129 y ss. Diez Picazo-
Gullón Antonio. Fundamentos del Derecho Civil..., T. II, págs. 258.

16
de una compraventa o los honorarios profesionales. En contraposición, se tratará de
una deuda de valor, cuando la moneda no sea lo buscado per se, es decir, no se
pretenda dar una cosa o realizar una labor a cambio de una suma concreta. En estos
casos el dinero viene a cumplir una función sustitutiva de un bien o un servicio; en
otras palabras, en lugar de darse la cosa o brindarse el servicio correspondiente, por
imposibilidad o conveniencia, (cuando es factible), del deudor, éste dará en metálico el
equivalente - a la prestación original. Son muestras de esta clase de obligaciones las de
restituir un bien, cuando éste se ha perdido o no existe, la de realizar una prestación
personalísima si el deudor se niega, o la de indemnizar los daños y perjuicios
provocados a otra persona36".

[P. 375]

2. Indexación de Condenas Dinerarias

Las condenas u obligaciones de valor -ejp pago de daños y perjuicios-, como vimos, se
ajustan o adecúan a futuro, una vez haya adquirido firmeza. Distinto es el caso de la
actualización de condenas dineradas. Conforme al artículo 62.1 NCPC "en todo
pronunciamiento de condena sobre extremos económicos determinables en dinero
deberá establecerse de una vez el monto exacto de las cantidades otorgadas, sus
adecuaciones hasta la sentencia, incluidos los intereses y las costas", norma que se
complementa ahora con este artículo 140 NCPC, que regula la denominada
indexación" señala "Las obligaciones dineradas en moneda nacional se ajustarán
conforme al índice de precios al consumidor. Tratándose de moneda extranjera, será
aplicable la tasa "prime rate" o, si esta no fuera aplicable, la tasa internacional
correspondiente a la moneda de que se trate". Estas normas regulan la figura de la
indexación monetaria de las condenas dineradas, que es el ajuste de la condena al
poder adquisitivo del dinero, por el transcurso del tiempo.

Indexar es actualizar el dinero, es decir, es compensar la variación en el poder


adquisitivo. Por tanto, está comprendido en el retomo a la situación jurídica anterior,
traer los montos de condena dinerada a su valor actual.

El CPCA contiene una mejor regulación, por la precisión con que toca el tema, su
objeto, extensión y los parámetros, pues señala el art. 123 CPCA que cuando la
sentencia condene al cumplimiento de una obligación dinerada, directamente o por
equivalente, deberá incluir pronunciamiento sobre la actualización de dicha suma, a fin
de compensar la variación en el poder adquisitivo ocurrida durante el lapso que media

36
S. I C. N°1511 de las 09:15 horas del 15-11-2012; N° 871 de las 09:15 del 22-07-2010; N° 519 de las
16:10 horas del 20-07-2005; N° 795 de las 16:00 del 31-10-2005.

17
entre la fecha de exigibilidad de la obligación y la de su extinción por pago efectivo.
Cuando sea

[P. 376] posible fijar en la propia sentencia alguna partida, el Tribunal la liquidará,
incluso su debida actualización. Si se trata de una condenatoria en abstracto o de
rubros posteriores al dictado de la sentencia, el juez ejecutor conocerá y resolverá la
liquidación efectiva y su debido reajuste. Para la actualización del poder adquisitivo, la
autoridad judicial correspondiente tomará como parámetro el índice de precios al
consumidor, emitido por el INEC para las obligaciones en colones, y la tasa prime rate
establecida para los bancos internacionales de primer orden, para las obligaciones en
moneda extranjera, vigente desde la exigibilidad de la obligación hasta su pago
efectivo.

La Constitución Política alude en el numeral 41, que toda persona tiene derecho a la
reparación cuando ha sufrido algún daño. Y el artículo 45 ibídem establece, "La
propiedad es inviolable; a nadie puede privarse de la suya si no es por interés público
legalmente comprobado, previa indemnización conforme a la ley..." y ahora el 140
NCPC "Las obligaciones dinerarias en moneda nacional se ajustarán conforme al índice
de precios al consumidor". De estas normas, es posible colegir, como principio, que en
aras de conseguir una reparación integral, tratándose de un menoscabo ocasionado
por una obligación dinerada, la indexación -además de los intereses que pudieren ser
fijados en sentencia-, constituyen una consecuencia lógica ante el incumplimiento37.

La indexación se diferencia de los intereses legales o convenciones. Los réditos que


generan las obligaciones legales según los índices definidos legalmente en el CCi o en
el CCo conllevan el reconocimiento de la inflación, siendo que la diferencia entre ésta y
la tasa de interés constituye la utilidad neta que genera

[P. 377] el dinero. En este sentido, sobre la diferencia entre indexación e interés. La
indexación implica la actualización del valor adquisitivo del dinero durante el plazo de
tiempo que el acreedor no lo tuvo a disposición. Los intereses legales se han entendido
como el precio o la indemnización por la no disponibilidad de recursos monetarios. Si
bien este último lleva implícito un efecto de compensación inflacionaria (equiparable
en ese tanto al de la indexación), no es correcto afirmar que es uno de los
componentes de la tasa de interés, toda vez que este efecto es una valoración ex post
de índole económica, y a partir de un análisis de costo de oportunidad y el cual no
siempre se da (v.gr. aquellos momentos en que las tasas de interés han sido negativas

37
S. I C. 01357-F-S1-2013, a las 09:30 hrs. del 09-10-2013 y N° 099-F-S1-2011, de las 09:40 hrs. del 03-
02-2011.

18
en términos reales)38. La pretensión indexatoria, no es naturaleza indemnizatoria, es
de actualización en justicia.

JURISPRUDENCIA

1. Artículo 136 del Código Procesal Civil y la Ejecución de Fallos en la Vía


Contenciosa Administrativa

[Tribunal Contencioso Administrativo]viii


Voto de mayoría:

ÚNICO. De oficio, se observa que estamos frente a un proceso que no corresponde ser
ejecutado ante esta Área de Ejecución, sino ante el mismo Tribunal que emitió la
resolución que se pretende ejecutar, por tratarse de un proceso especial tributario.
Analizada la gestión incoada por el Estado en fecha 08 de mayo de 2017 (f. 166 del
expediente judicial físico), la misma corresponde a una liquidación de costas como
parte de la ejecución de la sentencia firme n° 239-2008 de las 10:15 horas del 11 de
setiembre de 2008, resultado de un proceso especial tributario regulado en los
artículos 82 y 83 de la Ley N° 3667 del 12 de marzo de 1966, Ley Reguladora de la
Jurisdicción Contencioso Administrativa (LRJCA). De conformidad con el Transitorio IV
del Código Procesal Contencioso Administrativo, Ley N° 8508 de 28 de abril de 2006,
dispone al respecto lo siguiente: “…Los procesos contencioso-administrativos y los
juicios ordinarios atribuidos a la vía civil de Hacienda, interpuestos con anterioridad
a la entrada en vigencia de este Código, cualquiera que sea su estado procesal,
continuarán sustanciándose, en todos sus trámites y recursos, por las normas que
regían a la fecha de inicio. Para tal efecto, el Juzgado de lo Contencioso-
Administrativo y Civil de Hacienda continuará con el trámite de dichos asuntos hasta su
finalización, y el Tribunal Contencioso-Administrativo mantendrá las secciones que
sean convenientes para conocer de las demandas de impugnación previstas en los
artículos 82 a 90 de la Ley reguladora de la Jurisdicción Contencioso-Administrativa, y
en grado de las resoluciones que dicte el Juzgado de lo Contencioso-Administrativo y
Civil de Hacienda…” (Resaltado no es del original). El caso bajo examen fue interpuesto
y tramitado al amparo precisamente de la Ley Reguladora de la Jurisdicción
Contencioso Administrativo y por consiguiente debe mantener el trámite conforme
dicha norma procesal. En ese sentido, el artículo 83.1 establecía que la competencia
para el conocimiento de los procesos tributarios, en tanto procesos especiales, le

38
S. I C. N° 01144-F-S1-2012, a las 09:15 hrs. del 13-09-2012. Ver en igual sentido 118-F-S1-2012 de las
09.05 hrs. del 02-02-2012.

19
correspondía al Tribunal Superior Contencioso Administrativo, de los que la Sección
Primera, responsable de la sentencia que se ejecuta, formaba parte y continúa
formando parte al día de hoy. Según el numeral 103 LRJCA, el Código Procesal Civil
aplica como fuente normativa supletoria y en ese sentido, tanto en la versión vigente
para el momento en que se tramitó y se resolvió definitivamente este proceso, la Ley
N° 7130, en su artículo 629, como incluso en la versión vigente hoy día, la Ley N° 9342,
en su artículo 136, el principio de competencia para la ejecución de los fallos consiste
en que el Tribunal que emite una sentencia es responsable de su ejecución. Por el
contrario, la competencia funcional de esta Área de Ejecución creada por el Código
Procesal Contencioso Administrativo radica en la ejecución de las sentencias y otras
resoluciones firmes que hubieran sido dictadas conforme dicha normativa procesal, de
manera que carece de competencia funcional para conocer y resolver de la liquidación
de costas de procesos especiales regulados en la LRJCA, tal y como dispone
expresamente el Transitorio IV de la Ley N° 8508 y demás normativa citada.
Finalmente, no desconoce este Juzgador la línea jurisprudencial asentada por la Sala
Primera de la Corte Suprema de Justicia a partir del voto número 1515-F-S1-2012 de
las 09:35 horas del 15 de noviembre de 2012, en relación a permitir que esta Área de
Ejecución conozca de la ejecución de procesos ordinarios tramitados conforme la
LRJCA, sin embargo, el presente asunto no corresponde a un proceso de este tipo, sino
a un proceso especial que en ningún momento fue de conocimiento del Juzgado
Contencioso y además, debe tenerse en cuenta que tal y como la misma Sala Primera
reconoce en el Considerando V de dicha resolución, la jurisprudencia de ese Alto
Tribunal ya había sostenido una posición jurisprudencial distinta respecto del punto en
cuestión, de modo que lo anteriormente sostenido no constituye un juicio irrazonable
por falta de sustento o de motivación. Así las cosas, lo que corresponde en Derecho es
remitir los autos a la Sección Primera de este Despacho, por ser el órgano jurisdiccional
que posee la competencia para la ejecución de su propio fallo firme.

2. Imputación de Pagos

[Tribunal de Apelación Civil y Trabajo Guanacaste Sede Liberia Materia Civil]ix


Voto de mayoría

b) Fundamentación contradictoria. El segundo agravio de la parte apelante ataca la


fundamentación de la sentencia, la cual considera contradictoria.

Acusó que la juzgadora de instancia tuvo por acreditado que hay depósitos, aunque
fuera del plazo de ley, con los cuales se paga la renta, pero a la vez afirma que tal pago
no es liberatorio. Consideró que tal juicio de valor es absolutamente contradictorio e
ilegal, por cuanto el pago de la renta se realizó, bajo la tolerancia de pago en fecha
posterior.

20
El agravio no es de recibo. Para comprender este punto, importa recordar la diferencia
entre el pago liberatorio y el denominado "puro y simple". El primero es el que se
realizada antes de la constitución en mora y, desde luego, son anteriores a la
presentación de la demanda. Por esa razón, la parte actora los debe considerar al
formular el reclamo, es decir, son los abonos efectuados conforme a lo pactado y
dentro del plazo, lo cual liberan el capital o los intereses, según sea el caso. Los
segundos son aquellos pagos que se realizan una vez ocurrido el vencimiento y que el
deudor se ha constituido en mora. Como regla de principio, esta forma de pago es
pura y simple, siendo que la imputación a la obligación se deberá de hacer conforme a
las reglas del artículo 139 del Código Procesal Civil. Estos segundos tipos de pago, se
refiere a la forma de imputar el depósito, pero no afecta la voluntad del obligado,
quien desea liberarse de su vínculo obligacional.

En concreto, todo pago -anterior o posterior al a mora-, tiende a cubrir las sumas
adeudadas. La diferencia radica en la imputación. Dicho de otra manera, el pago puro y
simple es válido y liberatorio pero únicamente en la proporción del abono, cuando es
parcial.

El análisis de la juzgadora de instancia versa en ese sentido. Es decir, el arrendador


cumplió parcialmente con su obligación de cancelar el monto del arrendamiento, sin
que acreditara que las sumas faltantes hayan sido debidamente satisfechas. Por ende,
su pago fue puro y simple, liberándolo únicamente en la proporción del abono, pero
no de la deuda.

Como consecuencia, bien hizo la juzgadora de instancia en acoger la demanda y


confirmar la resolución de las 08:36 horas del 19/06/2017, mediante la cual se ordenó
el desalojo.

A mayor abundamiento, revisado que ha sido el expediente, pese a que el demandado


fue notificado de este asunto desde hace más de dos años, no consta depósito alguno
de los alquileres posteriores que debía acreditar a la cuenta de este despacho. Tal
circunstancia la hizo ver la parte actora en la expresión de agravios, cumpliéndose con
la condición dispuesta en el artículo 60 in fine de la LGAUS, cuya consecuencia es la
misma que se determinó en la sentencia venida en alzada.

21
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Universidad de Costa Rica como un proyecto de acción social, cuya actividad es de extensión docente y en
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iASAMBLEA LEGISLATIVA Ley 9342 del tres de febrero de dos mil dieciséis. Código Procesal Civil.
Vigente desde 09/10/2018. Versión de la Norma 1 de 1 del 03/02/2016. Publicada en Gaceta No 68
del 08/04/2016, Alcance: 54.

ii
PICADO VARGAS, Carlos Adolfo. (2018). Reforma Procesal Civil Práctica. Concordado, Explicado,
con Esquemas, Definiciones Comentarios Puntuales y Respuestas a Preguntas Prácticas de Uso
Común. Editorial Investigaciones Jurídicas S.A. San José, Costa Rica. Pp. 311 y 313.

iii
ARTAVIA BARRANTES, Sergio y Picado Vargas, Carlos. (2017). Comentarios al Nuevo Código
Procesal Civil. Tomo IV (Artículo 110 al Final). Editorial Jurídica Faro. San José, Costa Rica. Pp. 355-
364.

iv
ARTAVIA BARRANTES, Sergio y Picado Vargas, Carlos. (2017). Comentarios al Nuevo Código
Procesal Civil. Tomo IV (Artículo 110 al Final). Editorial Jurídica Faro. San José, Costa Rica. Pp. 364-
370.

v
ARTAVIA BARRANTES, Sergio y Picado Vargas, Carlos. (2017). Comentarios al Nuevo Código
Procesal Civil. Tomo IV (Artículo 110 al Final). Editorial Jurídica Faro. San José, Costa Rica. Pp. 370-
371.

vi
ARTAVIA BARRANTES, Sergio y Picado Vargas, Carlos. (2017). Comentarios al Nuevo Código
Procesal Civil. Tomo IV (Artículo 110 al Final). Editorial Jurídica Faro. San José, Costa Rica. Pp. 373-
377.

vii
ARTAVIA BARRANTES, Sergio y Picado Vargas, Carlos. (2017). Comentarios al Nuevo Código
Procesal Civil. Tomo IV (Artículo 110 al Final). Editorial Jurídica Faro. San José, Costa Rica. Pp. 372.

viii
TRIBUNAL DE LO CONTENCIOSO ADMINISTRATIVO Y CIVIL DE HACIENDA ÁREA DE EJECUCIÓN.
Sentencia 50 de las dieciséis horas y veinticinco minutos del veintidós de febrero de dos mil
diecinueve. Expediente: 06-000120-0161-CA.

ixTRIBUNAL DE APELACIÓN CIVIL Y TRABAJO GUANACASTE (SEDE LIBERIA). Sentencia 136 de las
trece horas y doce minutos del ocho de julio del año dos mil diecinueve. Expediente: 17-000006-
1583-CI.

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