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CONTRATOS EN EL DERECHO ROMANO

En el derecho romano hay que distinguir dos figuras contractuales: el “pacto” y los
“contratos” propiamente dichos (cuestión que no sucede en las legislaciones modernas)

El “pacto” está definido en el “Digesto” por el jurisconsulto Ulpiano (fuente del derecho
que compone el Corpus Iuris Civile) como “el acuerdo y el consentimiento de dos o más
personas respecto a un mismo asunto, en que no surgen efectos jurídicos porque no
cumplen los requisitos de forma previstos en la ley para los contratos”. En otras
palabras no hay sanción legal en caso de incumplimiento.

El “contrato” es una convención o acuerdo de voluntades particulares, que constituye un


acto jurídico que realizan por lo menos dos personas para establecer un vínculo jurídico
del cual emergen obligaciones reciprocas que están sancionadas por la ley o el derecho
(ver la definición del artículo 1247 de nuestro Código Civil que contiene los mismos
elementos)

Para que el contrato constituya un vínculo jurídico obligacional, este debe cumplir
ciertos requisitos formales, es así que se distinguen entre los requisitos o elementos
“esenciales” y los “accidentales”.

REQUISITOS O ELEMENTOS “ESENCIALES” DE LOS CONTRATOS

Son aquellos que no deben faltar para que el contrato exista, es decir para que tenga
efectos jurídicos, ellos son: capacidad, objeto, consentimiento y causa.

CAPACIDAD

Implica la posibilidad de ser acreedor o deudor.

Quien tiene capacidad para contratar en el derecho romano (es decir la posibilidad de
ser acreedor o deudor) es quien goza de capacidad plena (es aquella persona que tiene
capacidad de goce y de ejercicio) y era aquel que tenía los tres status: “libertatis”,
“civitatis” y “familiae”.

En el derecho romano también existen incapacidades para contratar que pueden ser de
“derecho” o de “hecho”.

La “incapacidad de derecho” las tenían los esclavos que eran incapaces para contratar,
pero contrataban a nombre de su amo y los “peregrinos sin comercium” (extranjeros sin
comercio), pero recordar que sí podían hacer contratos del derecho de “gentes”, es decir
en la aplicación de la fuente de derecho del “ius gentium”.

La “incapacidad de hecho” las tenían los “locos” y los “Infants”, es decir los infantes
menores de siete años que podían tener según el caso capacidad de goce pero no de
ejercicio.
Mención aparte son las personas sometidas a “tutela o “curatela”, se pueden obligar
como acreedores en una obligación y sólo pueden ser deudores en una obligación si
tienen autorización del tutor o curador. Esto sucedía con los “pródigos” (personas que
despilfarran su riqueza) declarados como tales por el juez y la “mujer sui iuris”; en la
época del Imperio va a desaparecer la incapacidad de la mujer.

El hijo de familia “alieni iuris”, si es acreedor el crédito es del “pater” (padre), si se


endeuda, la deuda es del “pater”; luego esto se limita con el dictado de la ley
“Valeiano”.

OBJETO

El objeto de los contratos es el “debitum” de la obligación, es decir la deuda o


prestación que la parte deudora se compromete a dar, hacer o no hacer alguna cosa.

Requisitos del objeto para que el contrato sea válido:

Debe ser posible: si se promete dar una cosa inexistente o que no pueda existir en el
futuro, el contrato es nulo.

Debe ser determinado: si el objeto es indeterminado, la obligación no puede nacer.

Debe prestar un interés para el acreedor.

CONSENTIMIENTO

Significa la manifestación de voluntad de las partes del contrato, que lleva a constituir
una voluntad única.

Esta manifestación de voluntad para que sea válida no debe estar viciada.

Los vicios del consentimiento, son los siguientes:

El “error”: es una creencia contraria a la verdad. Además debe ser un error excusable,
es decir no debe ser un error grosero.

El “error” se puede dar en: el “negocio”, por ejemplo se cree que se está haciendo un
contrato de compra-venta cuando es de permuta. También se puede dar el “error” en la
“persona”, es decir que existe un error con la persona que se contrata y por último “in
corpore” es decir en la “cosa”, es un error sobre una cualidad esencial del objeto del
contrato, en otras palabras sobre la sustancia.

El “metus” o miedo: es la violencia ya sea física o mental que vician el


consentimiento.

El “dolo”: son maniobras fraudulentas que realiza cualquiera de las partes y que
llevaron a realizar el consentimiento en el contrato.

La “lesión”: es un perjuicio económico, que una persona prudente en la plenitud de su


inteligencia no hubiera sufrido, debe estar unida a la “buen fe” de quien consintió y
sufrió la lesión. Ejemplo, cuando hay una desvalorización abrupta de la moneda (ver
artículo 1277 de nuestro Código Civil)

LA CAUSA

Hay diferentes tipos de causa:

La “causa final”: es el motivo abstracto que lleva a contratar, es común a todo tipo de
contratos, es decir que por ser abstracto no difiere para cada contrato.

La “causa impulsiva”: es el motivo concreto que nos impulsa a contratar.

La “causa eficiente”: es la generadora de las obligaciones, es la fuente misma de los


derechos.

ELEMENTOS ACCIDENTALES DE LOS CONTRATOS

Son aquellos elementos que pueden o no figurar en el contrato, pero si aparecen generan
obligaciones y efectos jurídicos.

Son dos: el “plazo” y la “condición”

El “plazo”

Concepto: es un acontecimiento futuro y cierto del cual depende el nacimiento o la


extinción de un derecho u obligación.

Existen plazos de dos tipos: suspensivo o resolutorio.

Plazo “suspensivo”: este plazo suspende el nacimiento de la obligación para un


momento futuro que va a permitir el ejercicio del derecho. Ejemplo: me comprometo a
pagar $ 100 el día 15 de setiembre.

Plazo “resolutorio”: es aquel plazo que extingue la existencia de un derecho hasta un


momento futuro y cierto. Ejemplo: se realiza un contrato de usufructo y el uso, goce y
frutos de la cosa va a durar hasta el 15 de setiembre.

Además el plazo debe contener los siguientes requisitos: debe ser “posible”, “lícito” y
en interés de una o ambas partes.

La “condición”

Concepto: es un evento futuro e incierto el cual depende el nacimiento o extinción de un


derecho u obligación.

Incierto porque se puede producir o no.

La condición puede ser: potestativa, suspensiva o resolutoria.

Condición “potestativa”: es cuando la realización de ese evento futuro e incierto queda


supeditada a la voluntad de una de las partes contratantes.
Condición “suspensiva”: la condición suspende el nacimiento de la obligación para un
momento futuro e incierto.

Condición “resolutoria”: extingue la obligación, si se realiza la condición futura e


incierta.

Además la condición debe contener también los siguientes requisitos: debe ser
“posible”, “lícita”, sino es nula.

CONTRATO DE ARRENDAMIENTO DE COSA, SERVICIO Y DE OBRA EN


EL DERECHO ROMANO

Concepto: es un contrato consensual (hay acuerdo de voluntades), oneroso (que no es


gratuito) y sinalagmático (que hay obligaciones recíprocas), por la cual una de las partes
se obliga mediante cierta retribución, generalmente en dinero, a suministrar a la otra
parte el goce de una cosa, o a procurar a la que la otra persona preste un servicio o
realice una obra determinada.

Es el origen del contrato de trabajo de la actualidad.

En el derecho romano el arrendamiento se denominó “locatio conductio”, nombre que


señala que este contrato engendra obligaciones recíprocas.

La denominación “locatio conductio”, lleva implícito las partes que intervienen:


“locador” que es el arrendador y el “conductor” que es el arrendatario, además del
precio llamado “merce”.

En el derecho romano existían tres tipos de arrendamiento:

“Locatio rei”: fue el arrendamiento de cosas.

Utilizado al principio para arrendar cosas muebles a los efectos de trabajar la tierra por
la familia en una sociedad primitiva típicamente agrícola. Luego fue utilizado para
arrendar tierras rurales por los “colonos”. Posteriormente con la expansión del Imperio
fue muy usado para el arrendamiento de casas. Primero se sancionó con el
“enriquecimiento sin causa” y luego con el tiempo se otorgaron acciones, la “actio
locati” al locador (arrendador) y la “actio conducti” al conductor (arrendatario)

“Locatio operis”: fue el arrendamiento de obra.

Hay “locatio operis” es decir arrendamiento de obra cuando quien suministra su trabajo
recibe del dueño una cosa determinada sobre la cual precisamente su trabajo debe
ejecutarse.

El “opus” es el objeto de trabajo antes de ser el trabajo mismo. Ejemplo un orfebre


recibe una piedra preciosa para trabajarla.

En caso de incumplimiento de las obligaciones se aplicaron al igual que en la “locatio


rei” las siguientes sanciones cronológicamente en el tiempo, es decir primero apareció
“el enriquecimiento sin causa”, y luego la acción llamada “locati”, que la tiene el dueño
de la cosa (arrendador) y la acción llamada “conducti” que la tenía quien aporta la
industria (arrendatario)

“Locatio operarum”: fue el arrendamiento de servicios.

Hay “locatio operarum” es decir arrendamiento de servicio cuando una persona aporta
trabajo de servicios a cambio de una remuneración. Ejemplo un patrón que arrendaba
los servicios de un doméstico. En caso de incumplimiento de las obligaciones se
aplicaron las mismas acciones que para la “locatio operis”, con excepción del
enriquecimiento sin causa.

EVOLUCIÓN DEL CONTRATO DE ARRENDAMIENTO DE COSA,


SERVICIO Y DE OBRA (LOCATIO REI, LOCATIO OPERARUM Y LOCATIO
OPERIS)

El arrendamiento ya sea de “cosa”, de “servicio” o de “obra”, tenía poca razón de ser en


los primeros siglos de Roma ya que todo ciudadano tenía su domicilio en la ciudad,
sobre un terreno concedido por la autoridad Monárquica.

En estos primeros siglos de Roma, era una sociedad agrícola, con producción familiar,
donde el trabajo lo realizaba los integrantes de la familia.

En estos primeros tiempos, solo se dio el arrendamiento de “cosa”, sobre bienes


muebles para la producción familiar agrícola.

Los esclavos eran quienes realizaban trabajos de prestación de servicios y de obra y se


tenía un concepto negativo del trabajo que era realizado por estos y que comúnmente se
los retribuía.

La función militar, la enseñanza de oficios y artes, el trabajo intelectual (ingenieros,


médicos) y los cargos públicos, no eran considerados un trabajo si no un honor, es decir
tareas honorables al servicio de Roma, generalmente retribuidas.

Solo con el desarrollo del comercio, la expansión territorial de Roma y el incremento de


las ciudades, fueron los factores que hicieron surgir nuevas necesidades sociales, es así
que comenzaron a utilizarse el arrendamiento de servicio y de obra en Roma.

Aparecen: artesanos, producción de vestimenta, cocineros, asistencia en los funerales,


empresarios de espectáculos, bailarines y comediantes, se necesitaron contratar
jornaleros para trabajar la tierra, producción de naves o barcos con sus servicios,
aparecen los arrendamientos urbanos y los rurales.

Es así con el aumento en la demanda de bienes y servicios por una sociedad Romana
cada vez más urbana, aparecen a ser utilizados con más frecuencia los contratos de
arrendamiento de servicios “locatio operarum” y de obra “locatio operis” y que luego de
la caída del Imperio Romano de occidente reaparecerán en la edad media baja primero
en las villas-ciudades y luego con las ciudades a través de los talleres, artesanos
especializados, corporaciones y gremios de trabajo.

Bibliografía

Fernández Sbárbaro, Orfilia.

Volumen 1: HISTORIA DEL DERECHO - HISTORIA DEL DERECHO -


HISTORICISMO JURIDICO - FUENTES DEL DERECHO- DERECHO ROMANO-
PERSONAS- FAMILIA- MATRIMONIO -LIBRO DE TEXTO --
Montevideo: [s.n.], 1981. Volumen 1, 115 p.

Fernández Sbárbaro, Orfilia.

Volumen 2: HISTORIA DEL DERECHO- BIENES-MODOS DE ADQUIRIR-


OBLIGACIONES- CONTRATOS SUCESIONES - TESTAMENTO-
PROCEDIMIENTO CIVIL - DERECHO MUNICIPAL - DERECHO ROMANO

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Instituciones de derecho romano /Vincenzo Arangio-Ruiz. -- Buenos


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Ubicación física biblioteca Facultad de Derecho: O ARANi

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Derecho Romano. Tomo II y IV. Trad. Mireya Argelaguet Nunes.F.C.U. 1975.


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Arguello, Luis Rodolfo

Manual de derecho romano: historia e instituciones /Luis Rodolfo Argüello.-- Buenos


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