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EXAMEN FINAL FILOSOFÍA DEL DERECHO: ENSAYO DE OPINIÓN

INFORMADA

La revisión judicial en las democracias como la colombiana, es un proceso mediante

el cual los jueces de los tribunales tienen la autoridad para revisar y, en algunos casos,

anular acciones del poder ejecutivo o legislativo que consideran contrarias a la Constitución

u otras leyes. La teoría del “originalismo” plantea que las decisiones de los jueces deben

estar guiada por el texto original expedido por la rama del poder legislativo; que en

comparación con la teoría de la lectura moral constitucional de Dworkin la cual expresa que

los tribunales deben regirse por la moralidad específicamente en la premisa de la

“integridad”. Por otro lado, es determinante mostrar las ventajas y desventajas que se

pueden presentar en cada una de estas teorías. La filosofía del derecho que involucra

cuestiones fundamentales que se relacionan con la naturaleza del sistema legal, la

interpretación de la ley, la separación de poderes y la democracia también hacen parte de

este análisis. La crítica contramayoritaria al control judicial de las leyes desempeña un

papel crucial en la separación de poderes y en la protección de los derechos individuales en

un sistema democrático.

Según Linares Sebastián una constitución con “rigidez moderada y

mayoritaria como la nuestra permite una mayor participación o diálogo ciudadano” con lo

cual una reforma a la misma requiere mayorías absolutas o la consulta al pueblo mediante

referendo.

Hay quienes cuestionan la revisión judicial como un mecanismo de decisión

apropiado en una sociedad democrática. Otros plantean que son los tribunales quienes están

mejor dotados de competencias para actuar conforme a principios y garantizar derechos


individuales (la vida, libertad de expresión, asociación etc); de igual manera los detractores

de este mecanismo expresan que los legisladores fundamentan sus revisiones en aspectos

más sociales; toman los individuos en su conjunto(seguridad pública, el desarrollo

económico, el bienestar general, entre otros) y que estos deberían realizar sus propias

revisiones, siendo a la vez juez y parte. Quienes están en contra de la revisión por parte de

los tribunales, esgrimen argumentos relacionados con la forma en que son elegidos los

jueces (escogidos por los congresistas) y los parlamentarios; estos últimos son producto de

la voluntad popular, escogidos en elecciones libres y democráticas, lo cual otorga mayor

legitimidad y la posibilidad de garantizar con sus acciones mayores beneficios colectivos,

que las decisiones que puedan tomar los jueces, cuyos principios se orientan más hacia los

derechos individuales. según linares “no existen razones de peso generales para otorgar a

los jueces la última palabra en cuestiones de derechos. Antes bien es el poder legislativo,

quien deberían ser depositario de la última palabra institucional”.

Una de las teorías planteadas es el “originalismo” la cual se describe como

uno de los principales métodos de interpretación que propone fundar un mecanismo

marcado en el ejercicio democrático respecto al control judicial que se ejerce en las leyes,

haciendo énfasis en que la constitución debería interpretarse de acuerdo con las intenciones

que se presentan en el texto original, es decir, planteado por el legislativo con fundamento

en la constitución. Determinando que el actuar del juez frente a una ley de dudosa

constitucionalidad no se ve obligado a practicar una conducta de diferencia con el

legislativo, en donde puede hacer uso de la indagación respecto a las intenciones de los

artífices de la constitución, con esto se puede argumentar que puede hacer uso legitimo de

la revisión judicial; con el propósito de hacer respetar la voluntad popular, el juez debe

respetar siempre la decisión del legislativo (Bork, 1990).


Una de las criticas/desventaja que se le hace a esta teoría es la “objeción

intertemporal” cuestionando el precedente, frente a las generaciones futuras sobre los

preceptos ambiguos de la constitución, donde se puede llegar a admitir un gobierno de

difuntos sobre vivos; negando así el derecho a la generación presente de interpretar la

constitución. Así mismo, se habla de la eficacia misma del método de interpretación

presente en el originalísimo, presentando que una de las principales problemáticas que se

desencadenan son las diferentes intenciones que se dan en los textos sobre ordenamiento

jurídico; las cuales suponen interpretación de la norma, que al llevar las leyes a asambleas

de deliberaciones populares con el fin de integrar diversos propósitos, objetivos e intereses

entre los miembros se presenta como una ventaja el hecho de exponer diferentes opiniones

que puedan enriquecer y crear leyes para el bien común, pero en contraposición tenemos

que se pueden aprobar preceptos por votación popular que no necesariamente respalden

derechos fundamentales como se puede observar en el debate sobre la pena capital con los

países que la ven como posibilidad necesaria para mitigar crímenes.

Por otra parte, en la teoría de Ronald Dworkin, “la lectura moral de la

constitución” sobre la adjudicación judicial como alternativa al originalísmo, propone

confiar en la argumentación moral y filosófica para la base de esta, siendo una estrategia en

donde los tribunales pueden apartarse de las “intenciones originales” para que puedan leer

la constitución como el documento que fija los principios morales fundamentales de justicia

en una sociedad (Dworkin, 2004: 106). En donde se presenta como ventaja la adjudicación

judicial al poder gobernarse por el principio de integridad, comprometida a resolver casos

de forma precisa con decisiones pasadas, tratando casos semejantes con sus aproximados

fundados en los principios de moralidad política los cuales se ven plasmados en la

constitución con el objetivo de aplicar una practica judicial que sea profundamente
coherente bajo un cuerpo de valores, considerando a su vez ideales imparciales. La

integridad da pie para que el juez se esfuerce en presentar un cuerpo de leyes coherente

frente la justicia. Dworkin expone méritos democráticos sobre su posición, una de ellas es

la trivial donde la noción de democracia es un compromiso con valores, como el hecho que

todos tenemos derecho a ser tratados iguales con consideración y respeto, pero radicando el

problema que en las democracias modernas, esos principios fundamentales suelen ser

abstractos abarcando una discusión sobre los derechos que se tienen y el alcance de los

mismos.

La discusión sobre el control judicial de las leyes y sus críticas

democráticas se enmarca en la filosofía del derecho de varias maneras, ya que involucra

cuestiones fundamentales relacionadas con naturaleza en el sistema legal, la interpretación

de la ley, la separación de poderes y la democracia. Derivando perspectivas desde donde es

posible ahondar esta cuestión en el contexto de la filosofía del derecho ocupándose de

interpretar leyes y la constitución.

La discusión frente a el control judicial a menudo se centra en cómo los jueces

suelen interpretar la Constitución en el contexto de valores fundamentales.

Las preguntas incluyen si los jueces deben seguir la intención original de los

redactores de la Constitución o si deben adaptar la interpretación a la evolución de la

sociedad y los valores contemporáneos. En este caso la filosofía del derecho se da a la tarea

de examinar la separación de poderes, siendo esencial dentro de la estructura democrática.

La discusión frente control judicial se suele relacionar con el interrogante

de si los jueces, siendo parte del sistema judicial, invaden indebidamente los poderes

legislativos o ejecutivos, pudiendo tener implicaciones para la salud del sistema

democrático.
Desde una perspectiva de derechos individuales, la filosofía del derecho

pone en consideración si el control judicial se hace necesario para proteger los derechos

fundamentales de los individuos contra posibles excesos de la mayoría en una democracia;

discutiendo si los jueces deben desempeñar un papel activo en defensa de los derechos

individuales, incluso cuando pueden ir contra de decisiones democráticas.

También se examina la legitimidad democrática del control judicial, las

críticas democráticas a menudo se centran en la premisa de que los jueces no son elegidos

democráticamente, por lo tanto, no deberían tener el poder de invalidar decisiones tomadas

por representantes electos. Este debate involucra preguntas sobre cómo equilibrar la

necesidad de controlar el poder democrático con la protección de los derechos y la

estabilidad del sistema legal.

Finalmente, las discusiones sobre el control judicial de las leyes y las críticas

democráticas se configuran en cuestiones fundamentales de la filosofía del derecho, como

la interpretación legal, la separación de poderes, la protección de derechos individuales y la

legitimidad democrática.
Referencias

Sobre el ejercicio democrático del control judicial de las leyes

Legitimidad, Linares

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