Está en la página 1de 3

Tema: Efectos de las redes sociales en la salud mental

Titulo: El papel de las redes sociales en la salud mental: un arma de doble filo.
Autor: Sofia Anahí Castro Pinos.

El internet ha tomado un papel revolucionario en los últimos años, cambiando


drásticamente nuestra forma de vivir. Por ende es inevitable que el uso de redes sociales
sea parte de nuestra rutina diaria tanto de adolescentes como niños y adultos. Si bien las
redes sociales son páginas web y aplicaciones destinadas a conectar personas con
intereses o relaciones comunes, su mal uso puede resultar contraproducente para quien
las use. Desde la Pandemia del Covid-19 se notó el papel fundamental que estas tenían
en la comunicación, con familiares y amigos, pues como humanos somos seres sociales,
por lo que estas nuevas formas de interacción influyen en nuestro desarrollo cognitivo.
En el presente ensayo se analizará los efectos de las redes sociales en la salud mental,
siendo estos positivos y negativos.

La tecnología ha crecido exponencialmente en los últimos años y no parece detenerse,


cada día son más personas que tienen acceso a internet y por ello a una red social. Las
más populares son Instagram, Twitter(X), Youtube, TikTok, WhatsApp, Facebook, entre
otras. Hoy en día quienes más usan redes sociales son adolescentes o adultos jóvenes que
pertenecen a la generación Z o Y, quienes crecieron con el auge del internet y han
evolucionado con este. Debido a esto muchas personas han generado adicción al celular
o incluso a redes sociales, un ejemplo es el síndrome FOMO (Fear of missing out) que
hace referencia al miedo de perderse del algo de redes sociales o de quedar excluido de
alguna noticia o evento (Corrons, 2020). Este se relaciona con la nomofobia que “consiste
en el miedo irracional a no tener el móvil o a estar incomunicado a Internet” (Chico et al.
2018, p.g 2) y el insomnio que pasa a ser un síntoma subyacente en el cual una persona
no puede conciliar el sueño. Todo esto en conjunto genera desgaste emocional y físico en
las personas, afectando negativamente en su desarrollo.
Los adolescentes, al estar en una etapa de desarrollo, son más susceptibles a ser
influenciados por las redes sociales, por lo que “tienen un mayor riesgo de desarrollar
problemas de salud mental como depresión, ansiedad, hostilidad y conducta antisocial”
(Vásquez, M.2023, p.g. 43). Un estudio en Estados Unidos muestra el empeoramiento de
la salud mental “con un aumento del 37% entre la probabilidad de que se produzcan
episodios depresivos mayores en los adolescentes” (Vásquez, M.2023, p.g 43) Esto puede
ser debido a que muchos influencers promueven un estilo de vida inalcanzable y un
positivismo toxico, el intentar seguir estas actitudes causa frustración e insuficiencia. Un
estudio del uso de redes sociales y sintomatología depresiva en universitarios nos muestra
que “el 6% de los estudiantes reportan niveles altos de sintomatología depresiva,
manifestando conductas tales como: cansancio por invertir grandes cantidades de tiempo,
dificultades de concentración o cambios en el apetito y sueño” (Baños, J. 2020, p.g 11).
Esto nos muestra que el vender una imagen que no es real no solo afecta al creador, sino
también a quienes consumen el contenido en línea.
El uso de las redes sociales puede ir desde motivos lúdicos, académico hasta laborales,
por ende cada persona usará los medios sociales con un fin diferente. No obstante, quienes
lo ven como una forma de entretenimiento pueden encontrarse con el sentimiento de
ansiedad, causado por la imagen que sienten que deben proyectar en redes, ya sea para
conocidos o desconocidos. Las tendencias de moda y corporales han puesto presión en
los adolescentes que quieren encontrar su lugar en el mundo o en el panorama online. Por
lo tanto, esta competición trajo una consecuencia terrible, la romanización de los
trastornos alimenticios y mentales. En los primeros años de Instagram hubo alrededor de
4,5 millones de fotos subidas con el hashtag anorexia (Serra, 2015), en la red social
Tumblr se romantizaba la autolesión y el suicidio. Lo que evidentemente tuvo
repercusiones negativas como provocar la desinformación sobre los trastornos mentales
y que la salud mental no se tome en cuenta, volviéndose esta un trend.
Pese a estos efectos negativos, las redes sociales también han aportado cosas buenas. Por
ejemplo, es un espacio para encontrar gente con los mismos gustos, expresar opiniones y
mantener contacto con conocidos. Con un uso adecuado “Puede ayudar a aliviar la
soledad y la depresión de muchos.” (Vásquez, M.2023, p.g 44) y brinda información
práctica sobre el cuidado de la salud mental, así como aporta con un fácil acceso a
asociaciones, fundaciones y profesionales de la psicología, quienes invitan a la sociedad
dar importancia a la salud mental con publicaciones informativa sobre sintomatología,
redes de apoyo y cuando pedir ayuda. “Las plataformas sociales también pueden permitir
a los individuos efectuar un cambio social masivo.” (Vásquez, M.2023, p.g 45) por medio
de incentivar el bienestar mental, el aceptar nuestras emociones y recurrir a ayuda
psicológica.

En la sociedad actual no podemos evitar el uso de redes sociales, sin embargo, debemos
ser conscientes de los efectos que tiene en el desarrollo cognitivo y conductual de las
personas, sobre todo de los adolescentes y niños que hoy viven rodeados de pantallas. El
uso irresponsable de este medio por parte de los padres e hijos, puede provocar graves
consecuencias tales como adicción, ansiedad, depresión inclusive trastornos alimenticios,
lo cual atenta con el derecho de tener una gozar de una buena integridad física y mental.
Ahora bien, no solo tiene efectos malos, gracias a las redes sociales mucha gente ha
obtenido información sobre el bienestar metal, ha tenido acceso a centros de apoyo y ha
encontrado personas que entiendan y escuchen sus problemas. Por ello debemos dejar la
dependencia de las redes sociales e idealización de influencers para reducir los efectos
negativos por medio del uso responsable.

Referencias:
Baños, J. (2020). Uso de Redes Sociales y Sintomatología Depresiva en Estudiantes
Universitarios. Eureka.
https://ojs.psicoeureka.com.py/index.php/eureka/article/view/132/135
Corrons, F. (2020). Deseo y actuación del sexpectador en el acontecimiento
performativo de la era digital. Bulletin of Spanish Studies, 97(1), 51-68.
https://www.tandfonline.com/doi/full/10.1080/14753820.2020.1734759
Chico, I., Maldonado, L. D., & Moreno, L. (2018). Nomofobia. enfermedades del siglo
XXI. Medicina de Familia. SEMERGEN. https://doi.org/10.1016/j.semerg.2018.05.002
Duran, M., Delgadillo, A. (2022). Redes sociales y efectos en la salud mental en
adolescentes del colegio Ntra. Sra. de Lourdes, Los olivos 2022. Universidad Cesar
Vallejo. file:///C:/Users/USUARIO/Downloads/Delgadillo_RAM-Duran_HMA-SD.pdf
López-Iglesias, M., Tapia-Frade, A. y Ruiz-Velazco, C.-M. (2023). Patologías y
dependencias que provocan las Redes Sociales en los jóvenes nativos digitales. Revista
de Comunicación y Salud, 13, 1-21. http://doi.org/10.35669/rcys.2023.13.e301
Serra, M. (2015). Trastornos del comportamiento alimentario: enfoques preventivos.
Trastornos del comportamiento alimentario. Editorial UOC, 1-263.
Vásquez, M. (2023). Efectos de las redes sociales en la salud mental. Revista Científica
DISCIPLINARES. https://iisunsa.com/index.php/Inicio/article/view/51/118

También podría gustarte