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UNIVERSIDAD TÉCNICA

DE MANABÍ

DOCENTE:

Jhon Ortiz

ASIGNATURA:

Psicología del Deporte

CARRERA:

Psicologia

Alumna:

Josselyn Karina Carranza Zambrano

FACULTAD DE CIENCIAS HUMANÍSTICAS Y SOCIALES


LA EMOCIÓN DENTRO DEL DEPORTE

Introducción

Identificar las emociones en un deportista es fundamental para potenciar su rendimiento

físico, conocer cómo funcionan las emociones en la competición, comprenderlas y saber cómo

regularlas son habilidades necesarias para dar tu mayor rendimiento en el deporte. Las

emociones están presentes en toda la vida del hombre, surgen como consecuencias de las

valoraciones y percepciones del sujeto que le permiten vincular los acontecimientos del medio

con la satisfacción o limitación de sus necesidades y motivaciones. Investigaciones que abordan

el tema desde la psicología del deporte, vinculan las emociones, tanto positivas como negativas,

junto a la capacidad de autorregulación de las mismas a los resultados alcanzados por los atletas.

Las emociones, actúan sobre la conducta motora y van acompañadas de fenómenos

orgánicos por lo que pueden influir de manera notable sobre el grado de esfuerzo que se debe

realizar y en el deporte influye sobre el resultado de los rendimientos constituyendo un reflejo. El

primer uso del término inteligencia emocional es atribuido a Wayne Payne, citado en su tesis

doctoral: Un estudio de las emociones: El desarrollo de la inteligencia emocional (1985). Sin

embargo, el término de inteligencia emocional había parecido antes en textos de Leuner (1966).

Greespan también presentó en 1989 en modelo de inteligencia emocional, seguido por Salovey

y Mayer (1990) y Goleman (1995).

La amígdala es el lugar más importante del cerebro al que van estas señales, activan

neuronas en la amígdala para indicar a otras regiones del cerebro que refuercen la memoria para

registrar lo ocurrido, lo cual explica por qué a veces tenemos traumas o recuerdos emocionales

con cierto nivel de intensidad y no sabemos por qué. “La vida emocional es la que nos mueve a

comportarnos, percibir y actuar de determinada manera en la vida”. Cruz (2009).


Desarrollo

• Historia

Es una rama de la Psicología que estudia diferentes factores psicológicos del atleta y su

relación en la práctica deportiva. Es decir, se encarga de estudiar la conducta de una persona en

el contexto deportivo. La psicología del deporte puede ayudar a los atletas a mejorar su

rendimiento, manejar sus emociones y el estrés y disfrutar del deporte.

Desde los inicios de la historia, la humanidad ha tenido gusto por el deporte. Por lo tanto,

la historia de la Psicología del deporte se puede remontar a tiempos muy antiguos. Aunque

formalmente comenzó a formarse a finales del siglo XIX, el interés en el tema comenzó desde la

Grecia clásica. Con el surgimiento de los Juegos Olímpicos antiguos en 776 a. C., los griegos

priorizaron la conexión entre el cuerpo y la mente. Por lo tanto, tenían prácticas de preparación

mental para los atletas. Sin embargo, no fue hasta el siglo XIX que comenzaron a realizarse

estudios a deportistas con apoyo de la Psicología. Principalmente en Estados Unidos y Gran

Bretaña, atletas, profesores e investigadores comenzaron a demostrar aún más interés en la

aplicación de esta disciplina. El estudio de las razones y causas subyacentes del comportamiento

deportivo se ha transformado en un tópico de gran interés en los últimos años (Ruiz, Sánchez,

Durán y Jiménez, 2006).

• Evolución

Todos los estudios mencionados anteriormente sentaron las bases en la historia de la

Psicología del deporte. Sin embargo, aún no se consideraba a esta como una rama de

especialización en la Psicología. Aquello comenzó a suceder durante las primeras décadas del

siglo XX.
Todos estos experimentos iban más encaminados a conocer los aspectos psicológicos

que hay en el deporte. Por ejemplo, en 1920 se llevó a cabo un experimento en la Universidad

de Stanford entre psicólogos y entrenadores de futbol americano.

Durante la década de los 40, todos estos pioneros se dedicaron a enseñar a futuros

profesionistas y académicos en esta área. Para este momento, la Psicología del deporte ya era

vista como una disciplina necesaria en el mundo deportivo.

Los experimentos realizados durante años anteriores demostraron que sí existía una

relación entre el comportamiento deportivo y la mente. Por lo tanto, desde 1940 y hasta los años

90 se realizaron esfuerzos para terminar de unir la Psicología y el deporte.

• Factores endógenos en la evolución del deporte

Desde siempre se han considerado los procesos de aprendizaje en el entrenamiento

deportivo desde perspectivas conductistas, basados en la repetición de movimientos con la

pretensión de cualificar las acciones técnicas bajo el paradigma positivista, centrado

fundamentalmente en el atletismo. Los estudios relacionados al deporte, inicialmente, se han

abocado al estudio de los factores cognitivos involucrados en el desempeño deportivo. Así,

Ericcson y Smith (1991.).

• Factor psicoemocional

el entrenamiento deportivo es progresivo y gradual, de igual manera la preparación

psicológica, ya que es un nivel de desarrollo del conjunto de cualidades y propiedades psíquicas

del deportista de las que depende de la realización perfecta y confiable de la actividad deportiva

en condiciones extremas de los entrenamientos y competencias (Vargas, 1998; Lopategui, 2000;

Pérez y Pérez, 2009). Cuando el rendimiento de un deportista se acerca al nivel de experto el

entrenamiento se vuelve estereotipado, con baja incidencia de las reacciones emocionales, los
procesos cognitivos en estas situaciones son muy importantes para desarrollar las tareas con

eficacia.

Cognitivo -motor

Este sistema de entrenamiento se nutre de los estudios de la neurofisiología con aportes

de las neurociencias, que dan como resultado consecuencias metodológicas, es decir, que a

partir del estudio de la estructura de la función neural se gatillen ejercicios prácticos y motores.

Todo esto tiene por objetivo entrenar y potenciar las funciones ejecutivas de la mente o funciones

corticales superiores para mejorar la performance motriz (sin dejar de lado otros aspectos del

sistema nervioso). Estas funciones cognitivas motoras tienen respaldo en la corteza cerebral

(neocórtex) y se pueden entrenar la atención, la memoria, el ciclo percepción-acción, la toma de

decisiones, la inhibición de los impulsos, entre otras funciones. Todo esto tiene por objetivo

entrenar y potenciar las funciones ejecutivas de la mente o funciones corticales superiores para

mejorar la performance motriz (sin dejar de lado otros aspectos del sistema nervioso). Estas

funciones cognitivas motoras tienen respaldo en la corteza cerebral (neocórtex) y se pueden

entrenar la atención, la memoria, el ciclo percepción-acción, la toma de decisiones, la inhibición

de los impulsos, entre otras funciones.

En resumen, el entrenamiento cognitivo-motor apunta a mejorar las funciones ejecutivas

o corticales superiores implicadas en el movimiento humano, con ejercicios y prácticas motoras

diseñadas para tal propósito. El éxito del deportista está sustentado por el entrenamiento

deportivo y la planificación del entrenamiento, la cual se basa en las características del deporte

y del deportista que dan paso a las condicionantes a desarrollar para el desempeño ideal en la

competencia. Algunas condicionantes del desarrollo deportivo son: la resistencia, fuerza,

desarrollo de la técnica, táctica, estrategia, nutrición, etcétera. Estas condicionantes son factores

para considerar para la planificación del entrenamiento, en específico en los períodos de la

preparación deportiva.
Regulación

En el ámbito deportivo existen diferentes eventos provocadores de emociones tanto

positivas como negativas, por ejemplo, la satisfacción y alegría ante el triunfo, la culpa o la

frustración ante la pérdida, la impotencia o el desconcierto que se dan en el transcurso del

entrenamiento y de los espacios de competencia. Como ya se mencionó, la regulación emocional

se asocia al control de emociones negativas; sin embargo, es necesario aprender a disfrutar con

moderación y mesura las emociones positivas de alta intensidad, además de ser consecuentes

con las conductas que se siguen después de ellas.

Mediante la interacción se consigue la regulación emocional, que resulta ser exclusiva de

las relaciones sociales. Lo social no solamente es una condición para el uso de lo cognitivo, sino

que hace posible la comunicación, la apropiación y acción de sistemas simbólicos que determina

la forma de proceder en un intercambio social casual, en nuestro caso, en un ambiente

competitivo significativo.

CONCLUSIÓN

El deporte es una disciplina ancestral muy antigua y consolidada por todas las etnias en

diferentes partes del mundo es trascendente puesto que une y agrupa a personas, de la mano

con lo que transmite en las emociones de cada individuo no solo a participantes sino a su publico,

pero. a raíz de lo expuesto, podemos concluir que las neurociencias son una herramienta útil y

complementaria para jerarquizar el entrenamiento deportivo, como así también para

complejizarlo a través de integrar los aspectos cognitivos y perceptuales sumados a las

emociones en el entrenamiento deportivo. Todo esto pone de relieve a un deportista más

inteligente en sus tomas de decisiones, ya que se encuentra sumergido e influenciado por un

contexto más específico, dinámico, no lineal y complejo en el que se tiene que adaptar y

autoorganizarse permanentemente.
Bibliografía

Balague Serre, N. y cols. (2014). Entrenamiento integrado. Principios dinamicos y

aplicaciones. Apunts. Educación Física y Deportes, 116(2), 60-68.

Garcia-Manso, J. M. y cols. (2009). Los sistemas complejos y el mundo del deporte.

Revista Andaluza de Medicina del Deporte, 3(1).

Villaverde, S. (2014). El sabio inconsciente del futbolista.

García Ucha, F. E. (1999) La Psicología del Deporte en el próximo Milenio. Ponencia

presentada en el Congreso de Psicología de la Actividad Física y del Deporte, octubre de 1999.

Mannino, G. & Robaza, C. (2004). Las emociones del deportista. En S. Tamorri (Eds.).

Neurociencia y Deporte. España: Editorial Paiodotribo.

Vecina Jiménez, M.L. (2006). Emociones Positivas. [Versión electrónica] Papeles del

Psicólogo, 27 (1), 9-17.

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