Documentos de Académico
Documentos de Profesional
Documentos de Cultura
Jose Mª Buceta
1
Conocimientos Básicos en Psicología del Deporte. Dr. Jose Mª Buceta
PROGRAMA
Introducción
Deporte de Competición
Bibliografía Complementaría
2
Conocimientos Básicos en Psicología del Deporte. Dr. Jose Mª Buceta
INTRODUCCIÓN
La Psicología del Deporte es una disciplina científica que abarca distintas áreas.
Básicamente, la actividad física no competitiva, el deporte infantil, el deporte de competición
y el deporte de alta competición, ocupándose de los aspectos psicológicos que influyen en
el funcionamiento de los deportistas, los entrenadores, los directivos, los árbitros, los padres
de los deportistas, los espectadores y cualquier otra persona relacionada con la actividad
deportiva, y también de los efectos psicológicos de la práctica del deporte.
Por ejemplo, son objeto de la Psicología del Deporte, entre otros, los aspectos psicológicos
que contribuyen a que una persona adulta adquiera y mantenga el hábito de hacer ejercicio
físico con continuidad, los efectos psicológicos del deporte en los niños y los adolescentes,
las estrategias psicológicas que puede utilizar un entrenador para influir más
favorablemente en el funcionamiento de sus deportistas, el entrenamiento psicológico de los
deportistas de competición para que sean más capaces de manejar el estrés relacionado
con su actividad, afrontar mejor las situaciones más adversas y aumentar sus posibilidades
de rendimiento, el asesoramiento a los directivos para que adopten medidas organizativas
que ayuden a funcionar mejor a los deportistas, y el asesoramiento a los padres de los
deportistas jóvenes para que la experiencia deportiva sea gratificante y formativa en lugar
de estresante y perjudicial.
3
Conocimientos Básicos en Psicología del Deporte. Dr. Jose Mª Buceta
El objetivo principal, es que los alumnos del curso conozcan las principales características
de los aspectos psicológicos que influyen en el funcionamiento de los deportistas de
competición, comprendan la importancia de la intervención psicológica y sus circunstancias
más relevantes, y entiendan en qué consiste, básicamente, el papel de los psicólogos
deportivos.
4
Conocimientos Básicos en Psicología del Deporte. Dr. Jose Mª Buceta
1.
5
Conocimientos Básicos en Psicología del Deporte. Dr. Jose Mª Buceta
El origen de la Psicología del Deporte no puede situarse en una sola situación o momento,
sino en diversos esfuerzos, aislados en un principio y posteriormente más organizados, desde
distintas perspectivas. Como señala Cruz (1991) en su interesante trabajo sobre la Historia de
esta especialidad, ya en 1868 en el laboratorio de Wundt en Leipzig, coincidiendo con los
primeros pasos de la Psicología Experimental y adelantándose en el tiempo al desarrollo
moderno del deporte, se llevaron a cabo experimentos sobre el tiempo de reacción, aunque
evidentemente, sin la intención ni la sospecha de que pudieran servir algún día para ayudar a
personas que en pantalón corto y camiseta corrieran ante miles de espectadores en menos
tiempo. En la misma línea, otros conocidos investigadores de finales del siglo diecinueve y
principios del veinte, utilizaron respuestas motrices como variables dependientes de sus
experimentos, pero con el objetivo de estudiar el comportamiento humano en general y sin
pretender relacionar la Psicología con el Deporte. A finales del siglo pasado, emerge el interés
por la investigación en el campo del aprendizaje motor, y ya sí se puede decir que existe un
interés específico en las destrezas físicas per se, aunque todavía sin centrarse en la parcela
que nos interesa en este recorrido histórico: el rendimiento competitivo.
Como excepción a esta tendencia de la época, Triplett llevó a cabo la primera investigación
que se conoce en el campo de la Psicología relacionada con la competición deportiva (Triplett,
1898). Combinando estudios en el laboratorio y observaciones de campo con ciclistas,
comprobó que, en general, el rendimiento aumentaba cuando se introducía un elemento
competitivo, pero que para algunos participantes este elemento competitivo suponía una
sobreestimulación "por el elevado deseo de ganar" que alteraba su respiración, enrojecía su
cara, agarrotaba sus músculos y les hacía perder el control de la situación en los momentos
críticos de la prueba.
Utilizando el conocimiento que tenemos hoy en día de estos procesos, se puede apuntar que
Triplett se dió cuenta de que la competición deportiva tiene componentes motivantes o
estresantes que en principio contribuyen a incrementar el rendimiento del organismo al
favorecer que se prepare y actúe mejor física y mentalmente, pero que el exceso de
motivación o de estrés que en ocasiones se observa en los deportistas, produce unos efectos
en la activación del organismo que perjudican el rendimiento. Sin que probablemente se diera
6
Conocimientos Básicos en Psicología del Deporte. Dr. Jose Mª Buceta
cuenta de la relevancia de sus hallazgos, Triplett mostró el primer apunte de uno de los
apartados más trascendentes de la Psicología del Deporte de Competición contemporánea: la
influencia del nivel de activación del organismo en el rendimiento deportivo, incluyendo el
conocimiento de los síntomas de la activación, sus posibles causas, la relación existente entre
activación y rendimiento, las diferencias individuales entre unos deportistas y otros, y la
posibilidad de optimizar el rendimiento mediante el control de la activación.
Sin embargo, el interesante y pionero estudio de Triplett, no sirvió en aquel momento para
despertar la atención de los investigadores de la época en la misma dirección (más ocupados,
como hemos dicho, en el estudio del aprendizaje motor), y salvo en casos muy aislados se
puede decir que la Psicología del Deporte centrada en la competición no empieza a florecer
hasta la década de los años veinte, aunque deben valorarse los trabajos de Krohn (1903)
sobre la importancia de la Psicología en la preparación de un profesor de gimnasia
(anticipándose a la importancia que se le da en nuestros días a la preparación psicológica de
los entrenadores), y de Cummins (1914) sobre la práctica del baloncesto y la concentración.
Ya en los años veinte, surgen tres núcleos desde los que se puede decir que comienzan a
darse los primeros pasos más firmes de la Psicología del Deporte: los laboratorios de Leipzig y
Berlin, desde los que surgen los trabajos de Schulte, Sippel y Giese sobre aspectos filosóficos,
experimentales y aplicados (Cruz, 1991); los departamentos de Psicología de la Educación
Física y de las Actividades Deportivas de Moscú y Leningrado, en los que se fraguaron los
trabajos de Rudik y Puni, y se pusieron las bases para el posterior desarrollo de la especialidad
en la Unión Soviética (Cruz, 1991); y el laboratorio de la Universidad de Illinois, dirigido por el
profesor Griffith.
7
Conocimientos Básicos en Psicología del Deporte. Dr. Jose Mª Buceta
8
Conocimientos Básicos en Psicología del Deporte. Dr. Jose Mª Buceta
Mientras tanto, aunque de todo esto nos hemos enterado después, en la Unión Soviética y en
los países de la Europa del Este, el estudio y la aplicación de la Psicología del Deporte de
competición, tienen un auge importante y avanzan más organizadamente. Desde la creación
en 1930 del Instituto Central de Investigación Científica para el Estudio de la Educación Física
en Moscú, dirigido por Rudik, uno de los pioneros de la especialidad, se trabaja intensamente
en este campo. En una primera etapa, todavía en los años treinta, el esfuerzo se centra en la
elaboración de tests psicológicos de inteligencia, personalidad y tiempo de reacción que
pretenden aportar información sobre la competencia de los deportistas, pero que pronto son
rechazados por considerarse discriminatorios (algo que sucedería treinta años más tarde en
los Estados Unidos). Más adelante, como señala Cruz (1991), tres son los temas de estudio
que destacan: las motivaciones e intereses de los deportistas; la cuestión del "poder mental"
de los deportistas, incluyéndose aquí variables como el valor, la determinación, la tenacidad, la
resistencia y la disciplina; y las tensiones de los deportistas antes de la competición. En esta
dirección, se desarrolla un interesante campo de investigación con el propósito de contribuir a
la mejora del rendimiento deportivo en la competición.
En los años cuarenta y cincuenta, mientras en occidente se vive el vacío dejado por Griffith, en
los Países del Este ya se investiga sobre la relación entre activación y rendimiento, y se llega a
conclusiones como qué existe un nivel de activación óptimo en cuya presencia se produce el
máximo rendimiento, qué este nivel óptimo varía en función del deporte que se práctica y qué
es diferente para cada deportista, y qué controlando la activación y consiguiendo el nivel
óptimo se puede optimizar el rendimiento.
Como puede apreciarse, Triplett iba por el buen camino en su pionera investigación con
ciclistas, y los investigadores de estos países, en la misma dirección que él, muy adelantados
en un tema que se pondría "de moda" en occidente veinte años más tarde. En los años
sesenta, los Países del Este ya cuentan con psicólogos que utilizan rigurosos métodos de
evaluación basados fundamentalmente en la observación en lugar de hacerlo en los tests,
aportan información valiosa a sus entrenadores deportivos y emplean estrategias de
intervención específicas como la exposición progresiva a las condiciones estresantes de la
9
Conocimientos Básicos en Psicología del Deporte. Dr. Jose Mª Buceta
El papel del psicólogo queda definido como el de un científico que aporta conocimientos útiles
a los entrenadores y los deportistas, a veces para que desarrollen sus habilidades a largo
plazo y a veces para que se preparen de forma inmediata para una competición, pero siempre
teniendo en cuenta que los deportistas deben ser autosuficientes en el momento de competir.
Como señala Cruz (1991), este planteamiento quedó muy claro cuando en 1968 los psicólogos
de la entonces República Democrática de Alemania renunciaron a acudir a los Juegos
Olímpicos de México a pesar de haber contribuido muy activamente a la preparación de los
deportistas para este importante evento.
Este modelo de trabajo, característico de estos países hasta la fecha, acentúa la importancia
del autocontrol del deportista en el momento decisivo de la competición, y por tanto la
necesidad de que la Psicología contribuya a optimizar las posibildades de rendimiento a través
de un trabajo individualizado que conduzca a este objetivo (el autocontrol); y destaca el papel
del entrenador como responsable máximo del rendimiento de sus deportistas, que, por tanto,
debe recibir entrenamiento e información actualizada sobre las cuestiones psicológicas que
puedan influir en el rendimiento.
Sin embargo, el modelo renuncia a la posibilidad de ayuda psicológica "in situ", salvo que sea
a través del entrenador, al considerar que el papel del psicólogo no debe abarcar este aspecto.
Las dos primeras cuestiones (la importancia del autocontrol y el papel del entrenador)
coinciden con las tendencia más actuales en Psicología del Deporte; pero la tercera (la
ausencia del psicólogo en el momento de la competición) es claramente discutible, pués si bien
es cierto que no puede considerarse imprescindible la presencia del psicólogo, sí se ha
observado que en las competiciones de mayor trascendencia puede ser de gran ayuda para
los deportistas que previamente han trabajado con él, siendo su cometido, en estos casos, que
deportistas y entrenadores utilicen en la situación muy estresante de la competición
trascendente, los conocimientos psicológicos adquiridos con anterioridad.
Con un evidente retraso respecto a los países del Este, se puede decir que en los años
sesenta emerge el interés general por la Psicología del Deporte en occidente, organizándose
10
Conocimientos Básicos en Psicología del Deporte. Dr. Jose Mª Buceta
Como resulta obvio desde la perspectiva actual, los cientos de estudios realizados en esta
dirección constituyen un importante fracaso de la Psicología del Deporte, tanto por sus
resultados inconsistentes y contradictorios como por su metodología deficiente, alejándose de
las necesidades de deportistas y entrenadores para "sumergirse" en un campo de trabajo inútil
y muy amenazante para los que se someten a estas pruebas. En realidad, este inevitable
fracaso es la consecuencia de diversas causas; entre ellas: (a) el tipo de trabajo que
mayoritariamente realizaban los psicólogos en aquella época (el psicodiagnostico y la
evaluación psicológica a través de tests); (b) su falta de conocimiento y experiencia en el
campo de la intervención; y (c) su casi absoluto desconocimiento de la problemática específica
de los deportistas y la forma de evaluarla y controlarla.
Sin embargo, el movimiento iniciado en esta década por la Psicología del Deporte es ya
imparable, y desde mediados de los años setenta la autocrítica realizada comienza a dar sus
frutos, coincidiendo también, es verdad, con el creciente desarrollo del rol del psicólogo no sólo
como especialista de la observación y la evaluación de la conducta humana, sino también
como experto en la aplicación de estrategias que contribuyen al cambio de la conducta cuando
se considera apropiado. En 1979, se publica un importante artículo de Martens que cuestiona
abiertamente la dependencia excesiva de la investigación más tradicional, y plantea la
necesidad de desarrollar un estilo de trabajo que sin dejar de ser riguroso se adecúe el
máximo posible a las demandas del ámbito del deporte ("hay que cambiar las batas del
11
Conocimientos Básicos en Psicología del Deporte. Dr. Jose Mª Buceta
laboratorio por chándales deportivos, y trabajar con los deportistas en su propio entorno")
(véase el artículo de Martens, en castellano, en el libro de Riera y Cruz, 1991).
En la línea apuntada en el apartado anterior, en los últimos veinte años se han estudiado las
habilidades y estrategias psicológicas que contribuyen a mejorar el rendimiento,
comenzándose a entrenar a los deportistas para que dominen y autoapliquen tales
habilidades. En la década de los ochenta y hasta la fecha, la aplicación de estrategias
psicológicas con deportistas de competición ha tenido un enorme auge, y ya no es tan
infrecuente que los deportistas se preparen con psicólogos deportivos, que los entrenadores
aprendan Psicología y se dejen asesorar por los psicólogos, o que éstos estén presentes en
las grandes competiciones como un especialista más que apoya a los competidores.
Es cierto, no obstante, qué todavía hay deportistas y entrenadores que no saben lo que puede
ofrecerles la Psicología del Deporte, o que han tenido experiencias negativas, y que por
desconocimiento o la mala experiencia vivida, rechazan la ayuda psicológica. También es
cierto, que los psicólogos, en muchos casos, han actuado en este campo sin estar
suficientemente preparados, o que han "utilizado" a los deportistas para sus investigaciones
sin ofrecerles un servicio útil, dejando una "mala imagen" general de la Psicología entre los
posibles usuarios. Pero parece claro, en cualquier caso, que las necesidades psicológicas de
los deportistas, como reconocen ellos mismos y sus entrenadores cuando se refieren a la
motivación, la concentración, etc., no son una "invención" de los psicólogos, sino una realidad
inherente a personas que deben luchar continuamente contra sus propios límites y rendir al
máximo de sus posibilidades en el contexto estresante de la competición deportiva. Atender
debidamente estas necesidades, constituye, por tanto, una parcela ineludible del deporte de
12
Conocimientos Básicos en Psicología del Deporte. Dr. Jose Mª Buceta
competición, y los que por desconocimiento o estrechez de miras rechazan esta posibilidad, no
hacen más que limitar su propio progreso.
En España, el desarrollo de la Psicología del Deporte es muy reciente, pues sus orígenes se
remontan a la década de los sesenta con las aportaciones pioneras de Cagigal y Roig-Ibañez
(Cruz, 1991), y sólo a partir de la década de los ochenta se puede decir que haya avanzado
considerablemente, implantándose en la docencia e investigación de las universidades,
creándose asociaciones profesionales, elaborándose publicaciones, organizándose cursos y
congresos, y aplicándose, cada vez más, con los deportistas de competición.
13
Conocimientos Básicos en Psicología del Deporte. Dr. Jose Mª Buceta
2.
14
Conocimientos Básicos en Psicología del Deporte. Dr. Jose Mª Buceta
Cada deporte y cada deportista o grupo de deportistas, tiene unas circunstancias deportivas
particulares que deben ser consideradas para poder comprender cuáles son las necesidades
psicológicas existentes, pues de lo contrario se estaría aplicando la Psicología, como por
desgracia ocurre en ocasiones, dando auténticos "palos de ciego". Por tanto, no se puede
hablar de una problemática psicológica y de un subsiguiente trabajo psicológico
estandarizados, sino de una problemática y de un trabajo que aún pudiendo coincidir en
numerosos casos en muchos aspectos, son la consecuencia de unas circunstancias
deportivas específicas.
carrera principal. Lógicamente, las circunstancias deportivas de este corredor son diferentes a
las de los futbolistas anteriores, y por tanto, sus necesidades psicológicas serán otras y su
caso deberá ser contemplado también de manera diferente.
Otros ejemplos: en el caso de los deportistas "promesa" que siguen un plan de trabajo a largo
plazo, sus objetivos de resultados y de rendimiento a corto plazo estarán supeditados a su
progreso hacia metas mayores; mientras que en el caso de los deportistas más jóvenes,
puede ocurrir que la competición tenga como principal objetivo contribuir a su formación
integral, relegándose los resultados deportivos a un segundo plano; y en el de un deportista
ya muy veterano, su objetivo sea rendir al máximo a pesar del declive de sus facultades
físicas.
Las necesidades psicológicas de todos estos deportistas, pueden coincidir, cómo es lógico,
en algunas cuestiones (por ejemplo: para todos puede ser muy estresante la evaluación que
su entrenador hace de ellos; todos pueden tener momentos de desánimo; etc.), pero difieren
claramente en otras muchas (por ejemplo: la motivación por el entrenamiento deberá ser
mayor en el deportista que debe entrenar muchas horas, días y semanas, con pocas
competiciones en su calendario anual, que en el deportista que compite una o dos veces
todas las semanas y apenas entrena).
16
Conocimientos Básicos en Psicología del Deporte. Dr. Jose Mª Buceta
(b) el área de la competición deportiva, en la que se trata de colaborar a que los deportistas
pongan en práctica las habilidades que dominan en las condiciones estresantes de la
competición;
(c) un área de apoyo a las anteriores, en la que se incluyen apartados que pueden contribuir a
optimizar el rendimiento tanto en el entrenamiento como en la competición; principalmente: la
comunicación interpersonal, el funcionamiento del grupo, la prevención y rehabilitación de
lesiones, y el ajuste o equilibrio psicológico.
Por tanto, en contraste con lo que todavía piensan algunas personas del deporte, el trabajo
psicológico no es algo que sirva unicamente para los deportistas con problemas emocionales
o alteraciones mentales de cualquier tipo, sino que constituye una rama más de la
preparación global del deportista, al igual que la preparación física, el entrenamiento técnico o
el entrenamiento táctico. Lógicamente, la prevención de alteraciones mentales y el control o
alivio de éstas cuando estén presentes, serán también objetivos de la intervención
psicológica, tal y como hemos apuntado al referirnos al área de apoyo, pero debe entenderse
que el trabajo psicológico en el deporte abarca mucho más, incluyendo, fundamentalmente, la
17
Conocimientos Básicos en Psicología del Deporte. Dr. Jose Mª Buceta
preparación de los deportistas que sin ningún problema psicológico pueden optimizar su
rendimiento, aumentar su grado de satisfacción y disfrutar más con la práctica de su deporte.
Al igual que el entrenamiento físico pretende incidir sobre variables relevantes para el
rendimiento como la resistencia, la fuerza, la flexibilidad o la velocidad, el trabajo psicológico
debe centrarse en la manipulación de variables psicológicas que también sean relevantes en
este contexto, tales como la motivación, el estrés psicosocial, la auto-confianza, la auto-
estima, los estados de ánimo, el nivel de activación, la atención, la toma de decisiones, la
agresividad, la constancia o persistencia, las relaciones interpersonales y la cohesión de
equipo, teniendo en cuenta las condiciones ambientales y personales que afectan a estas
variables y las estrategias que pueden controlarlas en la dirección adecuada.
técnico, será muy importante incrementar la motivación por la actividad deportiva, eliminar el
estrés asociado a situaciones ajenas al entrenamiento y conseguir que la atención se centre
en los objetivos y tareas de este periodo de entrenamiento, pero al mismo tiempo quizá
convenga provocar estrés en relación a las demandas deportivas del entrenamiento (para que
los deportistas se acostumbren a enfrentarse a las dificultades de la competición), desarrollar
una cierta inseguridad respecto a los propios recursos (que alerte y predisponga
favorablemente a los deportistas respecto a la necesidad de entrenar) y favorecer una cierta
rivalidad deportiva interna entre los miembros del equipo (que evite el acomodamiento y
motive a los deportistas a entrenar).
Sin embargo, cuando la competición esté cerca, aunque en ocasiones puedan obsevarse
déficits, lo normal es que la motivación sea ya suficientemente elevada per se, y que no sea
necesario incrementarla sino controlarla para que no aumente en exceso, resultando muy
importante, además, sustituir la inseguridad respecto a los propios recursos por una elevada
auto-confianza que contrarreste el potencial estresante de la competición, y reemplazar la
rivalidad interna por una sólida y apropiada cohesión de equipo.
Asimismo, será importante mantener bajo el nivel de activación del organismo en las horas
anteriores a la participación en la competición (para que el deportista funcione bien y acumule
energía), pero también conseguir en los momentos previos un nivel de activación apropiado
(el considerado nivel óptimo) para comenzar la competición en las mejores condiciones físicas
y mentales; y también que en el transcurso de la competición la atención se centre en las
cuestiones que sean relevantes para rendir al máximo en el momento presente, evitando
desviarse hacia cuestiones superfluas que distraigan al deportista o que puedan ser
estresantes y perjudiquen el estado psicológico apropiado para conseguir el máximo
rendimiento posible (como analizar en profundidad lo sucedido en las acciones anteriores o
estar demasiado pendiente del marcador, de la actuación de los árbitos, de sus sensaciones
de cansancio o dolor, o de cuestiones ajenas a su control).
En definitiva, se debe comprender la importancia de las variables psicológicas que pueden ser
relevantes en cada momento concreto, y saber la dirección en la que partiendo de la situación
presente, debería ser controlada cada variable con cada deportista o grupo de deportistas en
particular. Por desgracia, ésta es una de las lagunas más importantes de la Psicología
aplicada al deporte de competición, pués a menudo se habla y se escribe sobre habilidades
psicológicas o técnicas de intervención concretas (por ejemplo: la relajación o la práctica en
19
Conocimientos Básicos en Psicología del Deporte. Dr. Jose Mª Buceta
imaginación) sin que se explique cuál es la variable que se pretende que cambie, y cuál la
dirección de este cambio, al utilizarse una determinada habilidad o técnica. Es cómo si en el
terreno del entrenamiento deportivo, se les enseñara a los deportistas habilidades como
realizar correctamente ejercicios de pesas o planificar y evaluar series de carreras, o se les
aplicara un determinado entrenamiento como el interval-training, pero no se supiera
exactamente que es lo que se pretendía manipular: ¿la fuerza?, ¿la resistencia muscular?,
¿la resistencia orgánica?, etc. El deportista podría tener muchas habilidades y el entrenador
aplicar muy bién diferentes sistemas o técnicas de entrenamiento, y en muchos casos todo
ello incidiría en un rendimiento mejor, pero al ignorarse las variables concretas que deben
cambiar a través del entrenamiento, se estaría trabajando en gran medida "dando palos de
ciego". Algo parecido sucede cuándo se trata de la preparación psicológica y se ignora el
papel de las variables (motivación, estrés, auto-confianza, etc.) que juegan un papel crucial en
relación con el rendimiento.
Estas variables, eso sí, pueden ser manipuladas a través de habilidades y técnicas
psicológicas. Las primeras se refieren a la capacidad de un deportista para auto-controlar las
variables relevantes que pueden afectar su propio rendimiento, o también a la capacidad de
un entrenador para controlar las variables relevantes que pueden afectar el rendimiento de
sus deportistas. Pueden tener algo de innato y/o haber sido adquiridas a través de la propia
experiencia de los deportistas o entrenadores, o haber sido aprendidas mediante el
entrenamiento psicológico apropiado. En ocasiones se observa que los deportistas y los
entrenadores dominan habilidades psicológicas que nadie les ha enseñado de manera
específica (aunque en parte han podido aprenderlas recibiendo información verbal de otras
personas u observando a otros deportistas o entrenadores); en muchos de estos casos estas
habilidades podrían ser perfeccionadas mediante un entrenamiento específico que corregiría
posibles defectos, añadiría nuevos detalles y, en definitiva, haría más eficaces a estos
deportistas y entrenadores. En otros casos, los deportistas y entrenadores no dominan las
habilidades psicológicas relevantes, y sólo llegan a hacerlo después de haberse sometido al
entrenamiento correspondiente.
rendimiento, etc., puede constituir una valiosísima ayuda para la mayoría de los deportistas,
aunque también habrá que entrenarles para que aprendan a aplicar tales habilidades en
función de las variables (motivación, estrés, atención, etc.) que se deban controlar y de la
dirección (aumentar, disminuir) o cuestión específica de cada variable que se deba manipular.
Otro grave déficit, es que apenas se ha incidido sobre las habilidades psicológicas de los
entrenadores; por ejemplo: plantear objetivos apropiados para sus deportistas, utilizar
correctamente estrategias operantes y de modelado, aplicar con precisión técnicas de
exposición para controlar las situaciones estresantes de la competición, dominar habilidades
de comunicación e interacción social, habilidades de negociación, habilidades para la
motivación del grupo y la solución de conflictos, etc. Parece obvio, que el papel tan relevante
que tiene el entrenador en el rendimiento de sus deportistas, la importancia tan notable de
habilidades como las anteriores y las enormes carencias existentes en la mayoría de los
entrenadores, requieren que desde la Psicología se le dedique una atención mayor a este
trascendente apartado.
Por último, las técnicas psicológicas son estrategias que sirven para manipular las variables
psicológicas relevantes (motivación, estrés, etc.), pero no necesariamente son habilidades
21
Conocimientos Básicos en Psicología del Deporte. Dr. Jose Mª Buceta
En resumen, tanto las habilidades que pueden auto-aplicar los deportistas o aplicar los
entrenadores, como las técnicas de uso exclusivo de los psicólogos, deben dirigirse a la
manipulación apropiada de variables psicológicas que afectan el rendimiento de los
deportistas.
22
Conocimientos Básicos en Psicología del Deporte. Dr. Jose Mª Buceta
La distinción entre intervención directa e indirecta, delimita claramente el rol del psicólogo y
del entrenador en la aplicación de la Psicología. Los entrenadores pueden aprender mucha
Psicología asistiendo a cursos o estudiando por su cuenta, pero no por ello serán psicólogos
titulados con la capacidad de aplicar cualquier estrategia psicológica. Eso sí, cuanta más
Psicología sepan, mejor comprenderán la problemática y las necesidades de sus deportistas,
y más enriquecerán su método habitual de trabajo incorporando estrategias de evaluación e
intervención que sí puedan emplear. Buscando un símil con la Medicina del Deporte, el
entrenador puede incrementar sus conocimientos sobre las lesiones más habituales en su
deporte e incorporar algunos ejercicios preventivos para evitar lesiones o contribuir a su
recuperación, pero por mucho que sepa no estará capacitado para operar la rodilla a uno de
sus deportistas. Del mismo modo, las cuestiones más complejas de la Psicología no están al
alcance del entrenador, por lo que aún considerándose "un gran psicólogo" que influye
psicológicamente en sus deportistas hasta cierto punto, será inevitable que se le escapen
detalles importantes, casos complejos y, en definitiva, problemas cuya solución requiere algo
más que "un buen psicólogo", es decir la intervención de un verdadero psicólogo profesional
especializado en este campo.
funcionamiento de los deportistas desde una perspectiva más especializada y un poco más
alejada que la del entrenador, anticipando posibles problemas y buscando soluciones
preventivas para ellos. Otras veces, escuchará al entrenador y le asesorará sobre la forma
más conveniente de actuar desde el punto de vista psicológico, sin decirle al entrenador "lo
que tiene que hacer" (pués la decisión final debe ser siempre del entrenador) sino
explicándole las posibles alternativas y sus previsibles efectos psicológicos a corto y a largo
plazo, y preparándole, si procediera, para que utilice correctamente alguna estrategia
concreta.
podrá encontrarse con dificultades como: (a) una falta de confianza de los deportistas hacia él
y viceversa (por ejemplo: los deportistas pueden pensar que la información que le den al
entrenador podría perjudicarles cuando el entrenador tome decisiones deportivas que les
afectan; y el entrenador puede pensar que los deportistas le están diciendo aquello que
piensan que a él le gustaría oir); (b) una mínima disposición de los deportistas a colaborar en
un tipo de trabajo (el trabajo psicológico más profundo) que requiere compartir ideas,
pensamientos, creencias e imágenes muy íntimas; y (c) un exceso de implicación emocional
(sobre todo cerca y durante la competición) que impedirá que el entrenador trabaje con la
perspectiva y la objetividad que necesita el trabajo psicológico más complejo.
Las conclusiones de mi propio trabajo utilizando este doble rol con el equipo olímpico de
baloncesto femenino (Buceta, 1992; Buceta, 1993), indican que incluso en las mejores
condiciones para llevar a cabo este doble cometido, el entrenador-psicólogo debe aceptar la
existencia de un límite a partir del cuál no puede seguir realizando un trabajo psicológico
específico. Hasta ese límite puede beneficiarse considerablemente en la mayoría de los
casos, pero después, la doble condición de entrenador-psicólogo dificultará que pueda seguir
avanzando en su trabajo como psicólogo. Por tanto, si se pretende conseguir el máximo
aprovechamiento de todas las posibilidades que ofrece la preparación psicológica, el
entrenador-psicólogo debe complementar su trabajo indirecto y directo, con el trabajo directo
de otro psicólogo ajeno a la responsabilidad como entrenador.
En definitiva, aunque queda claro que los entrenadores pueden y deben trabajar para
conseguir una buena preparación psicológica de sus deportistas, ésta no será completa, en la
mayoría de los casos, en ausencia de un profesional de la Psicología que ayude al entrenador
y complemente su trabajo; e incluso cuando el entrenador sea un psicólogo titulado,
convendrá que cuente con la colaboración de otro psicólogo no implicado en las decisiones
deportivas que afectan a los deportistas.
26
Conocimientos Básicos en Psicología del Deporte. Dr. Jose Mª Buceta
¿Es necesario que todos los deportistas realicen un trabajo específico para su preparación
psicológica?; ¿qué sucede si algunos deportistas no quieren hacerlo?; ¿debe ser obligatorio
el trabajo psicológico?; ¿qué ocurre en los deportes de equipo si algunos deportistas no
quieren participar?.
Todos los deportistas, de una u otra manera, realizan algún tipo de preparación psicológica.
En ocasiones, basándose en su propia experiencia, que les aconseja lo mejor que pueden
hacer en determinados momentos concretos, y otras veces a través de la intervención
indirecta de sus entrenadores. Muchos deportistas no necesitan realizar un trabajo psicológico
directo para mejorar su preparación psicológica, porque han aprendido por sí mismos a
controlar la motivación y el estrés asociados a la competición y son capaces de "auto-
regularse" para rendir al máximo, aunque sin duda podrían optimizar sus recursos si
ampliasen su repertorio de conocimientos y habilidades, y perfeccionasen sus métodos
habituales de actuación.
casi insignificante, pués puede haber muchas más veces en las que esto no sucede, pero
cualitativamente el problema puede ser muy grave, ya que estos pocos momentos de pérdida
de control pueden significar la pérdida de las competiciones importantes. El trabajo
psicológico específico (intervención directa) puede ayudar a estos deportistas a incrementar
su control sobre las variables psicológicas relevantes y, por esta vía, a optimizar su
rendimiento y aumentar sus posibilidades de éxito en los momentos más difíciles y
trascendentes.
Ahora bién, puede ocurrir que algunos deportista no quieran realizar el trabajo psicológico
específico que podría beneficiarles. Esto sucede, sobre todo, con deportistas veteranos que
en general suelen rechazar cualquier innovación, o con otros deportistas escépticos o
desconfiados (en gran parte debido a su desconocimiento) o que temen dar una imagen de
vulnerabilidad o fragilidad mental ante los demás. Resulta obvio, que si un deportista no
quiere realizar este trabajo, será absurdo obligarle a ello, pués por mucho que se le obligue
no lo hará. Es distinto, por ejemplo, el caso de los deportistas que no quieren hacer ejercicios
de preparación física pero a los que se obliga a ello. El preparador físico podrá observar,
perfectamente, si el deportista hace o no hace el trabajo programado, e insistirle, e incluso
penalizarle, hasta que lo haga bién; y aún haciéndolo a "regañadientes", el deportista se
beneficiará del trabajo físico realizado (abdominales, carrera, etc.). Sin embargo, cuando se
trata de realizar un trabajo mental, no existe la posibilidad de observar lo qué está sucediendo
en la mente del deportista, ni se le puede obligar a qué aporte información relevante sobre
sus experiencias mentales más íntimas, ni se puede lograr qué aprenda y aplique
correctamente las estrategias más apropiadas, ni conseguir, en definitiva, qué en contra de su
voluntad el trabajo realizado pueda resultarle útil.
Es claro, que no se puede trabajar con una persona por la vía directa si ésta no quiere, algo
que deberían tener muy presente psicólogos y entrenadores cuando se plantean las
posibilidades reales de la intervención psicológica con sus deportistas. En estos casos, el
trabajo del psicólogo debe consistir en preparar el terreno, poco a poco, para mejorar la
disposición del deportista e intervenir más adelante, lo que requiere habilidad, paciencia y una
perspectiva amplia del trabajo psicológico que debe extenderse más allá de la solución "como
sea" del problema más urgente. Mientras mejora la disposición del deportista hacia el trabajo
psicológico directo, o en el caso de que "se mantenga en sus trece" y nunca mejore,
psicólogo y entrenador deben aceptar esta realidad sin que resulte una situación traumática,
28
Conocimientos Básicos en Psicología del Deporte. Dr. Jose Mª Buceta
Por tanto, cuando se trate de un equipo, podrá haber deportistas que realicen un trabajo
psicológico directo y otros que no lo hagan, y no por ello el psicólogo debe sentirse incómodo
en presencia de estos últimos o se debe desarrollar la idea de que existe una discriminación
de trato. El enfoque que se le debe dar a esta situación, es que al igual que no todos los
deportistas realizan el mismo entrenamiento físico o técnico, tampoco todos tienen porqué
realizar el entrenamiento psicológico directo, y qué sólo lo realizarán aquellos que consideren
que pueden beneficiarse de él.
Eso sí, y en este punto es decisiva la aportación del entrenador, el trabajo psicológico directo
no puede ser una carga "extra" para los que lo hacen, y sí un elemento más de la preparación
global del deportista para la optimización de su rendimiento deportivo. De esta forma, los
deportistas pueden optar entre el complemento del trabajo psicológico específico o el de otras
alternativas no psicológicas del entrenamiento, y los que no necesiten este trabajo específico
para optimizar su rendimiento (o que consideren que no lo necesitan) deberán dedicar más
tiempo a hacerlo por otras vías (trabajo técnico, análisis táctico, estudio de videos, solución de
problemas teóricos, etc.). Si el entrenador considera importante el trabajo psicológico directo
en el conjunto de su plan de entrenamiento, deberá darle importancia ante sus deportistas
concediéndole un "hueco" apropiado en el conjunto de actividades a realizar; lo que significa
que deberá establecer otras prioridades y eliminar parte de la carga de trabajo de otros
apartados del entrenamiento para traspasarla a éste.
Si un deportista está bién preparado física y técnicamente, pero falla en el momento decisivo
de la competición porque se pone muy nervioso, ¿no sería conveniente que se dedicara una
parte destacada del tiempo de entrenamiento a solucionar este problema, aunque fuera en
detrimento de otras parcelas también importantes (la preparación física, el entrenamiento
técnico) pero quizá menos priorotarias en este momento?, o ¿se debe seguir entrenando en
la misma línea de siempre, "confiando" en que "ocurrirá algo" y que algún día quizá este
deportista ya no se ponga nervioso y demuestre en la competición de lo que es capaz?. Hay
entrenadores que increiblemente siguen esperando ese "algo" que un día, sin que se sepa
muy bien el porqué, solucione sus problemas; otros, sin embargo, prefieren buscar soluciones
eficaces y empiezan a darle importancia a las cuestiones psicológicas y al trabajo psicológico
más específico. Esta importancia se manifiesta en un apoyo total a este tipo de trabajo y en
29
Conocimientos Básicos en Psicología del Deporte. Dr. Jose Mª Buceta
organizar su plan general contando con este apartado como uno más de los que contribuyen
a la preparación de sus deportistas, aunque comprendiendo y respetando que se trata de un
tipo de trabajo que debe ser voluntario para que verdaderamente pueda resultar eficaz.
Aunque existen opiniones diferentes, la tendencia más actual a este respecto, es que con los
deportistas más jóvenes se puede introducir facilmente el trabajo psicológico específico como
una parte más de su entrenamiento cotidiano, pero que con los deportistas más formados que
no han realizado este trabajo previamente, se debe seguir otro procedimiento. En estos
casos, se les debe informar convenientemente sobre las posibilidades que puede abarcar el
trabajo psicológico, y dejarles elegir si quieren o no realizarlo. Puede ocurrir que el primer año
sólo una minoría de los deportistas de un equipo decidan participar, pero éste será el primer
paso para seguir avanzando. Estos deportistas, claramente interesados, podrán beneficiarse
de este trabajo específico y serán el mejor "reclamo" para que al año siguiente otros
compañeros decidan participar también, y así sucesivamente hasta que se consiga un
elevado nivel de participación que no tiene porqué abarcar, necesariamente, a todos los
miembros del equipo (siempre habrá algunos que no quieran participar) ni suponer que todos
los participantes deban implicarse de la misma manera (por ejemplo: unos se limitarán a
aprender algunas habilidades básicas y otros continuarán trabajando con mayor dedicación y
"profundidad").
Al contrario, obligar a todos los miembros del equipo a participar desde el primer momento y
además formando un solo grupo, propiciará que los que no estén interesados puedan
interferir negativamente en el buen funcionamiento del trabajo, impidiendo que se beneficien
los que tengan interés y contribuyendo a que se cree una "mala imagen" de lo que puede
aportar el entrenamiento psicológico. Este es, probablemente, el caso de algunas de las
conocidas experiencias sin continuidad con equipos de la primera división del fútbol español.
Con un enfoque diferente, similar al que hemos explicado, tal y como se trabaja en los países
más avanzados con los deportistas de élite, es muy posible que el impacto de estas
experiencias hubiera sido otro, y que, poco a poco, se hubieran extendido el interés y la
credibilidad respecto al trabajo específico directo que pueden hacer los psicólogos.
30
Conocimientos Básicos en Psicología del Deporte. Dr. Jose Mª Buceta
En general, la intervención con la totalidad del grupo debería estar integrada en el trabajo
habitual del entrenador. Aún tratándose de sesiones con un claro objetivo psicológico, parece
razonable que sea el entrenador, como director del grupo, el que dirija estas sesiones
colectivas, si bien puede ser conveniente que psicólogo y entrenador trabajen conjuntamente
en su preparación. En una sesión colectiva bien planteada y conducida, el entrenador puede
conseguir enormes beneficios psicológicos, tales como fortalecer la motivación colectiva e
individual, potenciar la auto-confianza o conseguir una apropiada cohesión de equipo; al
contrario que cuando estas sesiones se hacen rutinarias y el entrenador "habla y habla" sin
que apenas le escuchen. Precisamente, conseguir que las sesiones colectivas sean eficaces
desde el punto de vista psicológico, es uno de los objetivos que pueden tener los
entrenadores ampliando sus conocimientos de Psicología.
Las sesiones con grupos pequeños, dependiendo de su objetivo específico, pueden ser
conducidas por el entrenador o por el psicólogo. El entorno de un grupo pequeño parece
bastante apropiado para tratar cuestiones específicas de ese grupo (por ejemplo: la toma de
decisiones de los delanteros del equipo), y también para iniciar con los deportistas el
entrenamiento en habilidades psicológicas (Buceta, 1992; Blanco y Buceta, 1993). En este
caso, la interacción entre los miembros del grupo, todos ellos interesados en este trabajo y
adscritos al grupo voluntariamente, puede favorecer el proceso de entrenamiento, aunque
desde el primer momento debe quedar muy claro que aunque siguiendo pautas similares para
todos los participantes, el entrenamiento debe ser individualizado, adaptándose a las
necesidades que en cada caso se vayan detectando.
31
Conocimientos Básicos en Psicología del Deporte. Dr. Jose Mª Buceta
En general, la utilización de grupos pequeños puede ser beneficiosa siempre que quede claro
que el objetivo final consiste en beneficiar a cada componente a nivel individual y al gran
grupo como conjunto. La identidad de grupo que puede desarrollarse empleando grupos
pequeños, puede ser beneficiosa para el objetivo concreto por el que se hace el grupo, pero
perjudicial si eclipsa la identidad de grupo del gran conjunto que es el equipo. Para paliar este
posible riesgo, conviene elaborar pequeños grupos diferentes para cada objetivo concreto
(por ejemplo: si se trabaja con un grupo de cuatro deportistas para el entrenamiento en
habilidades psicológicas, conviene no repetir el mismo grupo para realizar un trabajo
específico de pesas), contrarrestándose, de esta forma, el peso de cada grupo pequeño en
beneficio del gran grupo.
Por último, la intervención individual resulta crucial en cualquier contexto, incluyendo el de los
deportes de equipo, pues cada deportista debe ser tratado como una persona singular que
tiene unas necesidades concretas que a veces coinciden más, y a veces menos, con las de
sus compañeros. Tanto el entrenador como el psicólogo deben comprender las circunstancias
y el funcionamiento de cada deportista, y ser capaces, cada uno desde su rol, de intervenir
individualmente para conseguir el máximo rendimiento individual en beneficio del grupo.
32
Conocimientos Básicos en Psicología del Deporte. Dr. Jose Mª Buceta
3.
3. 8. Beneficios y Costes
33
Conocimientos Básicos en Psicología del Deporte. Dr. Jose Mª Buceta
Cuantitativamente, este "extra de motivación" puede ser mucho más pequeño que la
elevada dosis de motivación que, en general, el deportista tiene, pero su trascendencia
suele ser enorme, estableciendo la diferencia clave, en muchos casos, entre el éxito y el
fracaso deportivo. De hecho, muchos jugadores se estancan en su progreso y no llegan al
nivel deportivo que podrían, o no rinden bien en los momentos más delicados de la
temporada, porque aún siendo su motivación bastante alta, carecen del "extra de
motivación" que cualitativamente es tan decisivo en el deporte de competición.
También hay deportistas de alta competición que, en general, están poco motivados y
"viven de las rentas" de otros tiempos. Por ejemplo, han sido buenos jugadores y, ahora,
aprovechan su pasado para seguir consiguiendo contratos, pero su interés por el deporte
que practican es muy bajo. A lo largo de la temporada, estos jugadores pueden hacer
algunos buenos partidos que, en ocasiones, "maquillan" su rendimiento de la temporada y
ayudan a que el mismo u otro equipo vuelva a ficharles, pero suelen fracasar en los
momentos más trascendentes y, por tanto, su rentabilidad real es mínima.
En líneas generales, los jugadores tienen que afrontar largas, intensas y continuas sesiones
de entrenamiento, en las que deben realizar tareas que exigen altos niveles de
concentración, esfuerzo y rendimiento, combatiendo y superando múltiples dificultades e
incomodidades que pueden presentarse. Así mismo, deben sacrificarse en su vida
35
Conocimientos Básicos en Psicología del Deporte. Dr. Jose Mª Buceta
* Por ejemplo: los jugadores de un equipo de baloncesto que estén muy motivados
porque les gusta el ambiente de trabajo de los entrenamientos, les resultan
atractivos los ejercicios que plantea el entrenador, se divierten cuando entrenan,
tienen la satisfacción de observar que progresan, reciben palabras de apoyo y
reconocimiento de su entrenador y sus compañeros, y se sienten eficaces porque a
menudo superan los retos deportivos del entrenamiento, tendrán, en general, una
buena disposición para dedicarse a entrenar y esforzarse al máximo, pero
únicamente hasta el límite que determine su motivación básica. Así, el límite de los
que, por ejemplo, estén muy motivados por conseguir resultados más ambiciosos,
será más amplio que el de aquellos otros que se conformen con los logros ya
conseguidos.
En la alta competición esta situación puede ser muy grave, pues la mayoría de los
jugadores y los equipos deben seguir trabajando para ensanchar sus propios límites. El
"estancamiento" de muchos deportistas "promesa" y de élite, y de muchos equipos, se
produce, en gran parte, porque su motivación básica por alcanzar logros deportivos que
requieren grandes dosis de sobreesfuerzo, sacrificio, disciplina, perseverancia y autocontrol,
es insuficiente. Por ello, incrementar la motivación básica mediante estrategias apropiadas
constituye un objetivo de suma importancia del plan de entrenamiento.
En general, si la motivación básica por los logros deportivos y la motivación cotidiana por
cada competición en concreto son elevadas, los deportistas se cuidarán mejor para llegar a
la competición en las mejores condiciones, alcanzarán con mayor facilidad su nivel de
activación óptimo (véase más adelante el apartado correspondiente), se concentrarán
mejor, serán más perseverantes en su esfuerzo durante todo el partido y será más probable
que superen los momentos más difíciles. En estas condiciones, los deportistas rendirán
mejor y tendrán más posibilidades de conseguir un buen resultado.
Sin embargo, una motivación incontrolada puede propiciar consecuencias perjudiciales para
el rendimiento. Por ejemplo, puede ocurrir que un jugador de fútbol, llevado por su
incontrolado deseo de ganar, realice acciones impulsivas inadecuadas (como intentar
"robar" el balón "como sea" en situaciones de alto e innecesario riesgo), pierda la
perspectiva táctica más conveniente o, al estar su atención tan centrada en su propio deseo
de ganar, no se concentre adecuadamente en lo que tiene que hacer para conseguirlo.
Por tanto, la motivación de los deportistas debe ser elevada para afrontar y superar con
éxito las demandas de rendimiento y autocontrol de las competiciones, pero no
38
Conocimientos Básicos en Psicología del Deporte. Dr. Jose Mª Buceta
*En el fútbol, por ejemplo, puede suceder que los jugadores de un equipo que
está bien clasificado, no se motiven lo suficiente por los partidos que juegan en casa
contra rivales que están abajo en la clasificación, sobre todo si, además, están en
una buena racha de resultados (y el rival en una mala racha) o han ganado un
importante partido fuera de casa la semana anterior. En muchos casos, este déficit
de motivación propicia que el rendimiento no sea el apropiado y que el equipo
empate o pierda un partido que, en principio, debería haber ganado. Al finalizar la
liga, algunos equipos no consiguen sus objetivos deportivos de la temporada porque
han "pinchado" en este tipo de partidos.
En los deportes de equipo, el objetivo final es que el equipo consiga sus objetivos
deportivos. Y este objetivo será más probable si el equipo funciona como un conjunto. Para
que esto ocurra, el entrenador debe conseguir una interacción eficaz entre lo colectivo y lo
individual, pues el equipo es un conjunto que está formado por personas individuales.
La motivación individual de cada jugador debe estar coordinada con los intereses colectivos
del equipo de dos formas:
- Cada jugador debe estar motivado por la labor individual que debe desempeñar
para contribuir a que el equipo rinda lo mejor posible. Por ejemplo: si un equipo de
fútbol necesita que el portero mejore su habilidad de jugar con los pies, es
importante que este jugador esté motivado por mejorar esta habilidad.
- Cada jugador debe estar motivado por los beneficios individuales que podría
conseguir si el equipo como conjunto alcanzase sus objetivos deportivos. Por
ejemplo, un jugador puede tener la opción de mejorar su contrato, fichar por un
equipo mejor o, simplemente, tener una enorme satisfacción personal, si su equipo
consigue jugar bien al fútbol, hacer buenos resultados y atraer la atención de los
medios de comunicación. Si le motivan este tipo de posibles beneficios individuales,
y entiende que están ligados al logro de los objetivos colectivos, será mucho más
probable que también se motive por éstos y, consecuentemente, por la labor
individual que deba realizar para contribuir a conseguirlos.
40
Conocimientos Básicos en Psicología del Deporte. Dr. Jose Mª Buceta
Por tanto, para potenciar la motivación en los deportes de equipo, es importante que el
equipo como conjunto tenga unos objetivos colectivos atractivos, y que cada jugador del
equipo, en particular:
- perciba que sus objetivos individuales están relacionados con los objetivos que
persigue el equipo como conjunto;
Las necesidades de las personas influyen en su motivación, propiciando que se motiven por
alcanzar aquello que necesitan. Según Maslow, reconocido experto en el campo de la
motivación, las necesidades humanas pueden organizarse en una pirámide con cinco
categorías (veáse la tabla-1).
En la base de la pirámide se sitúan las necesidades más básicas: las fisiológicas (comer,
beber, etc.) y de seguridad (tener dinero, sentirse protegido, etc). Si estas necesidades no
están convenientemente cubiertas, la motivación principal de las personas será satisfacer
estas necesidades, y éste será el beneficio que desearán obtener prioritariamente.
Sin embargo, en la medida que las necesidades más básicas están satisfechas, la necesidad
de las personas se desplazará hacia cuestiones superiores como el amor y la estima de los
demás, la autoestima y la autorrealización.
Las necesidades de las personas serán mayores o menores según los casos. Así, algunas
personas pueden cubrir fácilmente sus necesidades más básicas, mientras que otras, a pesar
de tenerlas objetivamente bien cubiertas, seguirán necesitando satisfacerlas cada vez en
mayor medida. Otras personas están tan necesitadas de afecto, autoestima o
autorrealización, que por cubrir estas necesidades podrían llegar a descuidar (siempre dentro
41
Conocimientos Básicos en Psicología del Deporte. Dr. Jose Mª Buceta
de un límite), la satisfacción de las necesidades más básicas. Para otras personas, las
necesidades superiores pasan a un segundo plano en cuanto ven mínimamente amenazada
la satisfacción de las necesidades básicas.
Por tanto, si bien la pirámide de Maslow permite comprender y organizar mejor las
necesidades humanas y la motivación de las personas en función de éstas, se deben tener
muy en cuenta las diferencias individuales entre unos deportistas y otros.
AUTORREALIZACIÓN
AUTOESTIMA
AMOR Y ESTIMA
DE LOS DEMÁS
SEGURIDAD
FISIOLÓGICAS
42
Conocimientos Básicos en Psicología del Deporte. Dr. Jose Mª Buceta
En líneas generales, los beneficios que interesan a los deportistas, se relacionan con alguna o
varias de las categorías de necesidades señaladas. Por ejemplo, los sueldos y las "primas" o
tener una vivienda, ayudan a cubrir las necesidades básicas; mientras que el prestigio
profesional, los aplausos, el reconocimiento público, la diversión, el apoyo de los compañeros
y la satisfacción de alcanzar retos difíciles, contribuyen a satisfacer las necesidades
superiores.
En relación con las necesidades y los intereses, se encuentran los beneficios que los
deportistas pueden conseguir y los costes que deben “pagar” para lograr tales beneficios.
En gran parte, la motivación depende del atractivo que para el deportista (o el equipo)
tienen los beneficios de todo tipo que se pueden conseguir (resultados importantes, dinero,
prestigio, satisfacción personal, diversión, etc.), de los costes necesarios para conseguir
tales beneficios (horas de entrenamiento, esfuerzo físico y psicológico, sufrimiento,
disciplina, etc.) y de la relación entre beneficios y costes. El entrenador y el directivo deben
preguntarse:
- ¿qué coste está dispuesto a pagar el deportista (o el equipo) para conseguir estos
beneficios?;
- ¿cómo se puede conseguir una relación apropiada entre los posibles beneficios y
su coste?.
43
Conocimientos Básicos en Psicología del Deporte. Dr. Jose Mª Buceta
En general, la motivación básica será mayor cuanto más atractivo sea para el deportista el
beneficio material, social o interno que podría conseguir.
Por tanto, es importante que los deportistas conozcan los beneficios y los costes para que
puedan establecer una relación entre ambos, pues de esta relación, en gran parte,
dependerá su motivación.
¿Quiere esto decir que cuanto menor sea el coste, mayor será la motivación de los
deportistas por un beneficio deseado?; no exactamente. Por ejemplo, muchos deportistas
no se motivarán por beneficios que sean demasiado fáciles (es decir, con un coste muy
bajo); y para otros, el simple hecho de sentirse capaces de afrontar y superar un elevado
coste, se convertirá en un reto que aumentará su motivación. En general, el coste debe ser
lo suficientemente alto como para que el deportista valore la importancia de su esfuerzo
44
Conocimientos Básicos en Psicología del Deporte. Dr. Jose Mª Buceta
personal, pero proporcionado respecto al posible beneficio y, por supuesto, viable para el
deportista en función de su disponibilidad y sus posibilidades reales.
Para conseguir una motivación básica elevada y estable, es importante que habiendo
valorado los posibles beneficios, los costes correspondientes y la relación entre beneficios y
costes, los deportistas adquieran el compromiso de lograr esos beneficios afrontando tales
costes. Para ello es conveniente que participen y se involucren activamente en esta
decisión, en lugar de adoptar un papel pasivo aceptando (aparentemente) la decisión que
toman el entrenador o el directivo.
Así, para conseguir una buena motivación es mejor que el entrenador y el directivo, en lugar
de decidir por su cuenta los beneficios que podrían satisfacer a los deportistas y los costes
que éstos estarían dispuestos a afrontar, escuche sus deseos y opiniones, analice con ellos
las ventajas e inconvenientes de las posibles alternativas y deje que la decisión final sea
una decisión conjunta. De esta forma, a lo mejor no se decide, exactamente, aquello que
preferirían el entrenador o el directivo, pero se adoptará un planteamiento que hará más
probable una motivación estable a lo largo de la temporada.
Si el equipo tiene una buena cohesión (es decir, si está unido) estas reuniones colectivas
participativas pueden ser muy productivas. Pero si no lo está, pueden provocar una división
interna todavía mayor, por lo que, en este caso, no son aconsejables salvo que el
entrenador tenga una gran habilidad para manejar al grupo desde una perspectiva no
autoritaria (la más apropiada en este tipo de reuniones) o pueda moderar las reuniones un
entrenador ayudante o un psicólogo deportivo con experiencia en este cometido.
En cualquier caso, las reuniones de todo el equipo para adquirir compromisos colectivos,
deben celebrarse pocas veces a lo largo de la temporada para ser más eficaces. Por
ejemplo: al comenzar la pretemporada para adquirir los compromisos esenciales (objetivos
deportivos colectivos, costes colectivos, normas de funcionamiento, etc.) y en los dos o tres
momentos más críticos de la temporada para que la motivación colectiva aumente o se
mantenga suficientemente alta.
Las reuniones de grupos pequeños específicos (los defensas, los delanteros, etc.), pueden
y deben ser más habituales, contribuyendo a fortalecer la motivación de los jugadores por
los objetivos y costes concretos del grupo pequeño al que pertenecen.
46
Conocimientos Básicos en Psicología del Deporte. Dr. Jose Mª Buceta
En ambos casos, es probable que la motivación por el cambio no sea apropiada, pues
existe un claro conflicto de intereses. En el primer ejemplo, por un lado, el equipo está
acostumbrado a jugar de una determinada manera y, así, ha conseguido múltiples
beneficios (partidos ganados, autoconfianza, etc.), pero por otro, el nuevo entrenador
demanda un sistema de juego diferente que, en su opinión, resultará más beneficioso. En el
segundo ejemplo, por un lado, el jugador que ha sido base titular quiere seguir siéndolo,
pero por otro, su única opción de jugar es adaptarse al nuevo cometido que le asigna el
entrenador.
- En el segundo caso, aunque el entrenador tenga claro cuál es el papel que debe
desempeñar ese jugador, deberá valorar que éste tiene que adaptarse a un cambio
desfavorable respecto a su situación anterior y que, por ello, en principio no estará
muy motivado por este cambio. Considerando esta circunstancia, tendrá que
47
Conocimientos Básicos en Psicología del Deporte. Dr. Jose Mª Buceta
En la línea del segundo ejemplo, en los deportes de equipo pueden plantearse conflictos
entre los intereses colectivos y los intereses individuales, siendo necesario encontrar
beneficios individuales ligados a los intereses colectivos que compensen la pérdida de los
intereses individuales que estaban en conflicto. Así, en este ejemplo, será conveniente que
el entrenador encuentre cómo podría beneficiarse el jugador si se adapta bien a su papel de
suplente. De esta forma, será más probable que este jugador, aún no estando en la
situación ideal para él, se motive lo suficiente por el nuevo papel que el entrenador le
encomienda.
Para intentar aumentar la motivación en este tipo de casos, el entrenador debe hablar con
sinceridad con los jugadores y explicarles las ventajas del cambio que propone o la
necesidad real de cambiar. Sin embargo, en los casos más difíciles, la única manera de
intentar mejorar la motivación, es que un psicólogo deportivo realice un trabajo altamente
especializado y complejo para modificar creencias y actitudes rígidas que puedan tener
“bloqueados” a los jugadores. Mediante este trabajo específico, será mucho más probable
que los jugadores estén abiertos a los planteamientos del entrenador.
48
Conocimientos Básicos en Psicología del Deporte. Dr. Jose Mª Buceta
4.
49
Conocimientos Básicos en Psicología del Deporte. Dr. Jose Mª Buceta
El estrés es una respuesta o reacción del organismo ante situaciones internas o externas que
le resultan amenazantes (o estresantes). Esta respuesta consiste, básicamente, en la
movilización de recursos fisiológicos y psicológicos para poder evitar o hacer frente a la
situación amenazante.
El estrés puede ser beneficioso para la salud y el rendimiento de los deportistas. Por
ejemplo, la preocupación de un atleta por estar aumentando de peso, puede propiciar que
siga una dieta alimentaria más apropiada; o el temor a perder una carrera, favorecer que el
atleta se prepare y se cuide mejor para esa competición.
50
Conocimientos Básicos en Psicología del Deporte. Dr. Jose Mª Buceta
* Otro ejemplo: para un delantero puede ser muy estresante que le estén dando
patadas, sobre todo cuando, además, no está jugando bien (otra situación
estresante añadida). Si el jugador no tiene recursos psicológicos para
autocontrolarse, es probable que se enfade, pierda el control y reaccione
agresivamente, encarándose con el árbitro o dándole una patada inoportuna a su
defensor y, como consecuencia de ello, propiciando que le saquen una tarjeta roja.
Si esto ocurre, su equipo se quedará con diez jugadores y disminuirán,
sensiblemente, las posibilidades de ganar el partido.
Otras veces, la falta de recursos eficaces para controlar el estrés, provoca que el organismo
"se rinda", apareciendo, entonces, la frustración y el desánimo.
En casos como los expuestos, ¿se hace algo verdaderamente útil para ayudar a los
deportistas, evitando que estos problemas vuelvan a suceder en el futuro?. Lo más habitual
es que no se tomen medidas eficaces para que los deportistas aprendan a controlar el
estrés y mejoren su funcionamiento, limitando, así, sus posibilidades de rendimiento.
51
Conocimientos Básicos en Psicología del Deporte. Dr. Jose Mª Buceta
Agotamiento Psicológico
El hecho de que un deportista disponga de recursos para hacer frente a las situaciones
estresantes, no quiere decir que el problema del exceso de estrés esté resuelto
definitivamente. La utilización de esos recursos supone la movilización de energía, física y
mental, en una medida mayor que la necesaria para el funcionamiento normal y saludable
de las personas. Esta movilización "extraordinaria", habitual en el deporte de alta
competición, a corto plazo favorece que el deportista controle, eficazmente, la situación
estresante. Si esta situación desaparece y no existen otras situaciones estresantes
inmediatas, el organismo del deportista podrá descansar y recuperarse del sobreesfuerzo
realizado. Sin embargo, si el deportista sigue expuesto a situaciones estresantes que le
obligan a mantenerse alerta continuamente, movilizando más y más energía "extraordinaria"
sin apenas descanso, llegará un momento en que se agotará, disminuyendo su rendimiento
y aumentando el riesgo de que se lesione.
Este es el caso, por ejemplo, de los futbolistas de élite que al terminar una temporada
sobrecargada de partidos en varias competiciones, se incorporan a la selección nacional
para disputar un campeonato de la máxima importancia y que, al finalizar éste, con pocos
días de descanso, vuelven a sus clubes para iniciar una nueva temporada. Para estos
jugadores, el mayor problema no es el esfuerzo físico que supone entrenar y jugar muchos
partidos, pues normalmente, los entrenadores, los preparadores físicos, los médicos y los
fisioterapeutas, programan con minuciosidad actividades y otras medidas que contribuyen a
su recuperación física (días de descanso, entrenamientos suaves, masajes, hidroterapia,
bebida y alimentación apropiadas, complementos vitamínicos, etc.).
52
Conocimientos Básicos en Psicología del Deporte. Dr. Jose Mª Buceta
Todas estas situaciones, exigen que los jugadores realicen un enorme sobreesfuerzo
psicológico que, tarde o temprano, "les pasará factura", provocando que se encuentren
desmotivados, les cueste más esforzarse y concentrarse, disminuyan su rapidez de
reacción y su precisión, pierdan visión de juego, les falte iniciativa y aumente el riesgo de
que se lesionen.
Además, a diferencia de lo que sucede en la parcela del desgaste físico, no es habitual que
se adopten medidas para prevenir y aliviar el problema del agotamiento psicológico, por lo
que muchos deportistas sufren "crisis de rendimiento" o se lesionan con mayor facilidad.
Sin duda, uno de los cometidos que debe afrontar un psicólogo deportivo en el deporte de
alta competición, es asesorar al entrenador y los directivos, y trabajar directamente con los
deportistas para prevenir y aliviar el agotamiento psicológico.
53
Conocimientos Básicos en Psicología del Deporte. Dr. Jose Mª Buceta
de otras personas cuya opinión importa. Muchos de estos "ingredientes" forman parte del
entorno habitual de los deportistas de competición, sobre todo de los deportistas de élite,
por lo que éstos están expuestos, casi continuamente, a situaciones potencialmente
estresantes que pueden provocar estrés.
* Por ejemplo: para algunos jugadores puede ser muy estresante pasar de ser
suplentes a ser titulares. Este cambio es una situación positiva que, en principio,
desea cualquier jugador, pero conlleva más responsabilidad, mayor nivel de
exigencia, mayor exposición a las situaciones estresantes de los partidos, mayor
evaluación de otras personas y, en ocasiones, un deseo incontrolado de hacerlo
bien. Muchos jugadores no saben hacer frente a esta situación positiva pero
estresante, y desaprovechan su oportunidad no por falta de recursos físicos,
técnicos o tácticos, sino por no disponer de recursos psicológicos para controlar el
estrés.
54
Conocimientos Básicos en Psicología del Deporte. Dr. Jose Mª Buceta
- lesiones deportivas.
Las situaciones ajenas a la actividad deportiva exceden el ámbito de trabajo del entrenador
y los directivos, pero los deportistas suelen apreciar que éstos se interesen y les apoyen
como personas. El psicólogo deportivo tampoco puede eliminar las situaciones estresantes
extradeportivas, pero sí ayudar al deportista a controlar su impacto. En muchos casos, esta
ayuda puede ser suficiente para que el deportista se centre mejor en su cometido deportivo
y rinda a buen nivel a pesar de sus problemas extradeportivos.
- El cambio de residencia al fichar por otro club o irse a un centro de alto rendimiento; lo que
obliga al deportista a trasladar a la familia o vivir alejado de ella, a buscar y adaptarse a una
nueva vivienda, a adaptarse a otro clima, a otro estilo de ciudad, a otras personas, etc.
55
Conocimientos Básicos en Psicología del Deporte. Dr. Jose Mª Buceta
- Vivir en malas condiciones (mal apartamento, lugar lejano a las instalaciones deportivas,
zona con mucho ruido, etc.).
- Percibir que los costes son mucho más elevados que los beneficios que se pueden
conseguir; y percibir que es difícil alcanzar los objetivos individuales que uno persigue,
estando en este equipo o con este entrenador.
- No saber que espera el entrenador de uno(¿cómo quiere que juegue?, ¿cuenta conmigo?,
¿porqué no me dice nada?, ¿qué puedo esperar de este entrenador?).
- No contar en los planes del entrenador (¿qué hago?, ¿pueden traspasarme?, ¿tengo
alguna oportunidad?, ¿merece la pena esforzarme para que el entrenador cambie de
idea?).
- No tener objetivos deportivos claros y atractivos a largo, medio y corto plazo. O tener unos
objetivos que se consideran inalcanzables o muy poco realistas.
- La renovación del contrato (¿sí?, ¿no?, ¿mejor?, ¿peor?, ¿aquí?, ¿allí?, ¿en qué equipo?,
¿en qué condiciones?, etc.).
56
Conocimientos Básicos en Psicología del Deporte. Dr. Jose Mª Buceta
- El estilo de vida característico del deportista de alta competición (temporada muy larga,
entrenamientos, partidos, sesiones de fisioterapia, cuidado de la alimentación, viajes, estar
siempre a disposición del entrenador, etc.).
- Renunciar a otros intereses o acometerlos con dificultad (por ejemplo, no poder estudiar o
hacerlo con muchos problemas).
- Leer o escuchar opiniones de los periodistas que no gustan, con las que no se está de
acuerdo, que se consideran amenazantes o injustas, o que contribuyen a crear una
expectativa de rendimiento estresante (por ejemplo: “fulanito, mañana, seguro que nos va a
dar una alegría a todos los españoles”).
- Atender a los aficionados (firmar autógrafos, tratarles con amabilidad aunque no se esté
de humor), cuidar la imagen pública (no salir a determinadas horas, etc.) y perder intimidad
(no poder ir a un restaurante o salir a la calle sin que te conozcan).
- En algunos casos, manejar la "presión" de los padres o del cónyuge ("no entiendo que no
juegues", "eres mucho mejor que este otro que siempre juega de titular", "saliendo sólo diez
minutos no vas a poder demostrar nada", "como no demuestres algo, te echan al finalizar la
temporada y ya me dirás a dónde vamos", etc.).
Posibles Estrategias
Muchas de estas situaciones pueden solventarse mejorando la organización del club y del
equipo. Por ejemplo, es importante ayudar a los deportistas nuevos a encontrar una
vivienda apropiada y disponer de medios para que entrenen y puedan cuidarse
convenientemente. Aunque parezca increíble, todavía son muchos los deportistas de alta
57
Conocimientos Básicos en Psicología del Deporte. Dr. Jose Mª Buceta
Otras situaciones expuestas pueden aliviarse utilizando diversas estrategias. Por ejemplo, las
matrices de decisiones (véase la tabla-2) pueden ayudar a mejorar una estresante relación
desfavorable entre beneficios y costes; el establecimiento apropiado de objetivos puede paliar
la falta de objetivos y aliviar el estrés de los deportistas con los que el entrenador no cuenta; y
las reuniones adecuadas con los deportistas pueden aliviar su incertidumbre respecto a lo que
espera el entrenador, mejorar la relación entre entrenador y deportista, y ayudar al deportista
a adaptarse a nuevas funciones.
También se puede preparar a los deportistas para que manejen lo mejor posible las
situaciones no modificables. Por ejemplo, en los casos que sea necesario, se les puede
orientar sobre la forma de participar en las ruedas de prensa sin que les resulte muy
estresante, prepararles para cuidar su imagen pública o entrenarles para que mejoren sus
habilidades sociales y puedan relacionarse con sus compañeros.
* Por ejemplo: los directivos pueden eliminar una situación estresante muy
impactante si consiguen que los deportistas cobren sus sueldos y sus primas en las
fechas acordadas. El entrenador puede hablar claro con cada deportista sobre lo
que espera de él y negociar con cada uno para establecer objetivos individuales
58
Conocimientos Básicos en Psicología del Deporte. Dr. Jose Mª Buceta
P
O
S
I
B
L SEGUIR EN
ESTE
E
EQUIPO
S
O
P
C
I
O
N
E CAMBIAR
DE
S EQUIPO
TABLA-2. Ejemplo de Matriz de Decisiones. Antes de tomar una decisión, el deportista puede utilizar
este instrumento para valorar los costes y beneficios, a corto y medio-largo plazo, de las distintas
opciones.
59
Conocimientos Básicos en Psicología del Deporte. Dr. Jose Mª Buceta
El objetivo principal del entrenamiento es que los deportistas mejoren y pongan a punto sus
recursos para rendir al máximo en las competiciones. Para ello, deben someterse a un plan
de trabajo continuo e intenso que les permita obtener provecho de sus condiciones físicas y
psicológicas, en una lucha permanente contra las propias limitaciones. Este esfuerzo es, en
sí mismo, una situación potencialmente estresante, pues el organismo debe realizar una
movilización "extraordinaria" de recursos físicos y mentales para poder realizar el esfuerzo
que se le exige. Esta movilización, bien controlada, es esencial para que los deportistas y el
equipo progresen; pero mal controlada, puede provocar efectos perjudiciales para el
rendimiento y la salud de los deportistas.
Soportar la sobrecarga de trabajo físico que plantea el entrenamiento, no sólo exige una
adaptación fisiológica del organismo, sino además, una adaptación mental que permita
lograr y mantener un nivel de motivación apropiado, la autoconfianza necesaria para
perseverar en el esfuerzo, el control de las situaciones cotidianas potencialmente
estresantes (por ejemplo, una discusión con un compañero en un momento de mucho
cansancio físico), el nivel de activación, concentración y agresividad más adecuados en
cada ejercicio concreto, y un alto grado de tolerancia a la frustración, el cansancio y el dolor.
El estrés que puede provocar la elevada exigencia del entrenamiento es inevitable; pero
más aún, debe considerarse un elemento esencial para que los deportistas mejoren, por lo
60
Conocimientos Básicos en Psicología del Deporte. Dr. Jose Mª Buceta
que una habilidad del entrenador consiste en provocarlo de manera controlada y útil,
propiciando que los deportistas desarrollen la capacidad de hacerle frente eficazmente.
Los efectos positivos del estrés del entrenamiento, sólo se producirán si se ejerce el debido
control sobre las situaciones potencialmente estresantes y, preferiblemente, si se trabaja
con los deportistas para que mejoren sus habilidades psicológicas. Sin embargo, la falta de
control o el uso indiscriminado de las situaciones estresantes, pueden provocar que el
estrés del entrenamiento tenga un efecto perjudicial para el rendimiento y la salud de los
deportistas.
- Falta de motivación básica por la actividad deportiva. Deben emplearse estrategias para
potenciar la motivación.
61
Conocimientos Básicos en Psicología del Deporte. Dr. Jose Mª Buceta
- Pobre comunicación entre las personas que forman el equipo (entre el entrenador y los
deportistas; entre los propios deportistas; entre los deportistas y el fisioterapeuta, etc.). El
entrenador debe comunicarse asiduamente con sus deportistas. Se deben organizar
reuniones de todo el grupo, de grupos más pequeños o individuales, en las que los
deportistas puedan expresarse. Además, todos deben tener la posibilidad de acceder al
entrenador en cualquier momento. La comunicación en el campo puede mejorar si se
organizan ejercicios en los que el objetivo sea que los deportistas se comuniquen.
A veces será necesario que los deportistas mejoren sus habilidades para expresarse. En
ocasiones, debe mejorar también la comunicación más informal mediante actos sociales del
equipo (comidas, cenas, etc.), distribuyendo estratégicamente las habitaciones en los
hoteles, aprovechando los viajes, etc. El psicólogo deportivo puede actuar como mediador
para mejorar la comunicación entre los miembros del equipo, sobre todo cuando ésta esté
deteriorada.
- Sobrecarga de trabajo físico y alta exigencia psicológica, sin descanso suficiente para que
los deportistas se recuperen. Se deben paliar estos problemas mediante una buena
planificación del entrenamiento que también tenga en cuenta la sobrecarga psicológica.
- Exigencia inapropiada al nivel deportivo de los deportistas (es decir, exigirles más de lo
que pueden hacer). Siendo necesario establecer objetivos que sean realistas.
62
Conocimientos Básicos en Psicología del Deporte. Dr. Jose Mª Buceta
Las competiciones deportivas (partidos, carreras, etc.) son situaciones potencialmente muy
estresantes porque plantean múltiples amenazas para los deportistas tanto a nivel
individual como, en los deportes de equipo, a nivel como colectivo.
63
Conocimientos Básicos en Psicología del Deporte. Dr. Jose Mª Buceta
- Preparar a los deportistas, específicamente, para que afronten las situaciones estresantes
de las competiciones.
- Preparar bien cada competición, de manera específica, tanto a nivel colectivo (cuando
proceda)como a nivel individual.
- Planificar y controlar los periodos previos a la competición (el día anterior, el mismo día,
las horas anteriores).
64
Conocimientos Básicos en Psicología del Deporte. Dr. Jose Mª Buceta
- Durante la competición, dar pocas instrucciones, y que éstas sean claras y precisas, con
un propósito concreto, en los momentos más oportunos (las paradas del partido, el
descanso, etc.), con el tono de voz apropiado y que se refieran a aspectos que dominen los
deportistas.
- Evitar las broncas incontroladas a los deportistas durante el partido y después de éste.
- Potenciar que, durante la competición, cuando proceda (en los deportes colectivos), la
comunicación entre los deportistas en el campo tenga un talante positivo (este aspecto
debe prepararse en los entrenamientos).
- Procurar que los deportistas sean entrenados por un psicólogo deportivo para mejorar sus
habilidades de autocontrol del estrés y que, así, aumenten sus posibilidades de rendimiento.
Para manejar correctamente todas estas situaciones y estrategias, el entrenador puede ser
asesorado por un psicólogo deportivo. De hecho, ésta debe ser una de las principales
funciones de los psicólogos deportivos.
El exceso de estrés favorece que los deportistas sean más vulnerables a lesionarse. Pero
además, las lesiones deportivas son situaciones potencialmente estresantes por razones
65
Conocimientos Básicos en Psicología del Deporte. Dr. Jose Mª Buceta
Por este tipo de razones, es habitual que los deportistas lesionados estén preocupados,
tengan miedo, se enfaden, se desanimen o se depriman durante el tiempo de su lesión,
perjudicando el proceso de recuperación. Por ejemplo, un deportista que siente dolor y no
se recupera con la rapidez que esperaba, puede desanimarse y faltar a las sesiones de
fisioterapia o no esforzarse como debería en las tareas de recuperación.
Otras veces, el problema se plantea cuando los lesionados se han recuperado y deben
reaparecer, ya que la reaparición (sobre todo cuando ha pasado mucho tiempo) también es
una situación potencialmente muy estresante.
* Pensemos, por ejemplo, en un jugador de balonmano que lleva seis meses sin
jugar. Ya está recuperado y aparentemente listo para jugar. Sin embargo, para este
jugador se trata de una situación muy amenazante (“¿cómo lo haré?”, “¿jugaré como
antes?”, “¿me responderá la rodilla?”, “¡tengo que jugar bien para volver a ganarme
el puesto!”, etc.).
¿Qué puede hacer el entrenador para aliviar el estrés de sus deportistas lesionados?. En
primer lugar, preocuparse por ellos y darles su apoyo sincero. En segundo lugar, establecer
objetivos deportivos que deben conseguir durante el tiempo de la lesión. En realidad, este
66
Conocimientos Básicos en Psicología del Deporte. Dr. Jose Mª Buceta
periodo puede ser una buena oportunidad para mejorar aspectos físicos, técnicos, tácticos o
psicológicos a los que habitualmente no se puede dedicar demasiada atención.
* Por ejemplo: un jugador de fútbol con una lesión en un hombro, quizá pueda
afrontar un plan específico para mejorar su técnica de golpeo con la pierna que peor
usa. Un jugador que no pueda andar, puede realizar un trabajo físico para fortalecer
la musculatura de la espalda, o un trabajo táctico/estratégico teórico (con videos y
reuniones con el entrenador o un entrenador ayudante) para mejorar sus
conocimientos en esta parcela.
Establecer un objetivo deportivo que sea útil para el deportista (no, simplemente, para que
tenga algo que hacer), contribuirá a controlar el estrés de la lesión y a potenciar la
motivación por la recuperación.
Después, debe evaluar a estos deportistas teniendo en cuenta tales limitaciones, en lugar
de exigirles como si estuvieran sanos. Finalmente, debe reforzar sus progresos (sus
conductas, no sus resultados), potenciando que se sientan eficaces y confíen en que, a
pesar de sus limitaciones, pueden alcanzar algunos objetivos atractivos.
Entre otras estrategias, es importante informar a los deportistas sobre su lesión (en qué
consiste, que gravedad tiene, cuánto tiempo aproximadamente puede tardar en reaparecer,
en qué consistirá la recuperación, etc.) de forma que disminuya su incertidumbre y aumente
su percepción de control sobre el proceso de recuperación. También será de gran ayuda,
plantear objetivos y planes de recuperación realistas, y anticipar las dificultades más
67
Conocimientos Básicos en Psicología del Deporte. Dr. Jose Mª Buceta
probables que puedan aparecer (recaídas, dolor, etc.)para que al deportista no le pillen por
sorpresa y, cuando se presenten, puedan manejarlas mejor.
¿Qué características personales de los deportistas pueden interactuar con las situaciones
potencialmente estresantes, para reducir o aumentar la probabilidad del estrés?.
Básicamente, las que se señalan a continuación.
* Por ejemplo: un jugador que crea rígidamente (es decir, sin aceptar otras opciones)
que "no puede fallar", será más propenso a tener estrés cuando cometa un error en un
partido, que otro jugador cuya creencia sea más flexible ("no debo fallar, pero a veces
se falla"; "los fallos son parte del juego").
68
Conocimientos Básicos en Psicología del Deporte. Dr. Jose Mª Buceta
SITUACIONES CARACTERÍSTICAS
POTENCIALMENTE PERSONALES
ESTRESANTES DE CADA
DEPORTISTA
MANIFESTACIONES
DEL ESTRÉS
CONSECUENCIAS
DEL
ESTRÉS
69
Conocimientos Básicos en Psicología del Deporte. Dr. Jose Mª Buceta
- Trayectoria deportiva de éxitos-fracasos. En general, los deportistas con una trayectoria más
exitosa atribuida a su propio esfuerzo, serán menos vulnerables al impacto de las situaciones
estresantes.
- Fortaleza mental. A mayor fortaleza mental menor impacto de las situaciones estresantes.
La fortaleza mental se caracteriza por la capacidad de asumir las situaciones estresantes
como retos que pueden ser controlados, adquiriendo el compromiso de afrontarlos a pesar de
las dificultades que surjan, tolerando los fracasos y persistiendo en el esfuerzo por lograr el
objetivo.
- Autoconfianza y autoestima. En la misma línea, los deportistas con una autoconfianza y una
autoestima altas, sufrirán menos estrés.
70
Conocimientos Básicos en Psicología del Deporte. Dr. Jose Mª Buceta
- Recursos disponibles para controlar el estrés. Los jugadores que dominen habilidades para
controlar el estrés, se sentirán más seguros ante situaciones potencialmente estresantes cuyo
impacto puedan controlar.
- Apoyo social. Los deportistas que perciben el apoyo de las personas que les rodean, en
general son menos vulnerables a las situaciones potencialmente estresantes.
También pueden influir en las creencias y actitudes más flexibles de los deportistas, si tiene
credibilidad y capacidad para persuadirles. Para ello, más que las clásicas charlas para
"comerles el coco", deberán utilizar con habilidad ejemplos relevantes de conductas y
resultados pasados, comparaciones con las conductas y los resultados de otros deportistas,
y otros datos (no presentimientos o "corazonadas") que apoyen sus argumentos. Para
poder aplicar con la mayor eficacia estas estrategias, puede ser de gran ayuda el
asesoramiento de un psicólogo deportivo.
Sin embargo, influir en algunas características personales muy determinantes (las creencias
más rígidas, los estilos de afrontamiento, los recursos y habilidades para controlar el
71
Conocimientos Básicos en Psicología del Deporte. Dr. Jose Mª Buceta
Puesto que las manifestaciones del estrés (ansiedad, enfado, desánimo, pasividad,
conductas impulsivas, conductas agresivas incontroladas, etc.) son la consecuencia de la
interacción entre las situaciones potencialmente estresantes del entorno de los deportistas y
determinadas características personales, su control puede lograrse, de forma indirecta,
interviniendo en estas dos parcelas en la línea apuntada en los apartados anteriores: por un
lado, eliminando, aliviando o controlando las situaciones potencialmente estresantes; por
otro, modificando o controlando las características personales.
Sin embargo, también se debe prever que aun controlando bien las dos parcelas señaladas,
las manifestaciones de estrés se presentarán en muchos casos. Por ello, es conveniente
entrenar a los deportistas para que autocontrolen estas manifestaciones, evitando que
perjudiquen su rendimiento y aumenten el riesgo de lesiones.
* Así, por ejemplo, el jugador que se enfada y tiende a insultar al árbitro, puede
aprender a autocontrolar el enfado y evitar el insulto (tabla-4); o el deportista que
tras cometer varios errores se desanima y ya no se esfuerza como antes, puede
aprender a autocontrolar este estado de ánimo y seguir esforzándose al máximo
hasta el final del partido.
72
Conocimientos Básicos en Psicología del Deporte. Dr. Jose Mª Buceta
DECISIÓN DECISIÓN
ADVERSA ADVERSA
DEL DEL
ARBITRO ARBITRO
ENTRENAMIENTO
ENFADO Y
AUTOCONTROL PSICOLÓGICO
AUTOCONTROL
EL JUGADOR
TARJETA
SIGUE EN EL
ROJA,
CAMPO
EXPULSIÓN
TABLA-4. Los jugadores pueden aprender a autocontrolarse en las situaciones adversas más
críticas, gracias al entrenamiento psicológico específico dirigido por el psicólogo deportivo.
73
Conocimientos Básicos en Psicología del Deporte. Dr. Jose Mª Buceta
Además, cuando las manifestaciones aparecen, los deportistas pueden aplicar sus
habilidades para controlar el estrés y evitar que éste altere su rendimiento.
Sin duda, este es uno de los principales cometidos de un psicólogo deportivo: entrenar a los
deportistas para que aprendan a autocontrolar sus manifestaciones de estrés. Y en
ausencia del psicólogo deportivo, como sucede habitualmente en muchos deportes, por
mucha Psicología que sepa y aplique el entrenador en las parcelas que le corresponden, los
deportistas seguirán sin desarrollar una habilidad que, en numerosos casos, podría ser
determinante.
74
Conocimientos Básicos en Psicología del Deporte. Dr. Jose Mª Buceta
5.
75
Conocimientos Básicos en Psicología del Deporte. Dr. Jose Mª Buceta
* Por ejemplo, un deportista de fútbol con una elevada autoconfianza es aquél que
cuando va a tirar un penalti confía en su habilidad para lanzarlo y conseguir el gol; y
un equipo con una autoconfianza alta, aquél que, perdiendo por dos goles, confía en
sus recursos para remontar el marcador y sigue esforzándose controladamente, sin
acelerarse, para conseguir el empate o la victoria.
La autoconfianza no es estar convencido "a ciegas", porque sí, porque "hay que estarlo", ni
hacer declaraciones como "seguro que ganamos", "somos unos ganadores" o "no podemos
pensar en perder", ni aparentar que uno está convencido de la victoria con comentarios
como "venga chicos, que en la segunda parte remontamos", sino un estado interno de
fortaleza psicológica que implica un conocimiento real de la dificultad del objetivo, de los
recursos propios que uno puede utilizar para conseguir ese objetivo y, en función de todo
ello, de las posibilidades realistas que uno tiene de lograrlo.
76
Conocimientos Básicos en Psicología del Deporte. Dr. Jose Mª Buceta
Beneficios de la Autoconfianza
Entre otros beneficios, la autoconfianza favorece que los deportistas sean más
perseverantes para conseguir sus objetivos, se encuentren mejor las días y horas anteriores
a las competiciones, se esfuercen al máximo en los competiciones y sigan compitiendo con
inteligencia en los momentos adversos (por ejemplo, con un marcador en contra), no les
afecten gravemente los errores que cometen, se recuperen mejor de los malos resultados y
actuaciones, y en definitiva, se centren en lo que verdaderamente pueden hacer en cada
momento, sabiendo que, de esta forma, es como mejor pueden influir en los resultados que
desean.
77
Conocimientos Básicos en Psicología del Deporte. Dr. Jose Mª Buceta
- Utilizar modelos significativos (es decir, ejemplos de deportistas que puedan ser imitados).
El entrenador debe elegir modelos competentes que muestren a los deportistas las conductas
que resultan eficaces para lograr objetivos de rendimiento.
Los deportistas deben estar preparados para poder imitar las conductas de los modelos. La
autoconfianza se fortalecerá si los deportistas perciben que también ellos podrían realizar las
conductas eficaces que proporcionan buenos resultados a los modelos.
* Por ejemplo: el equipo está perdiendo en el descanso por dos goles de diferencia. El
entrenador recuerda a los deportistas un partido similar en el que otro equipo de nivel
parecido al propio fue capaz de remontar esta diferencia gracias a determinadas
conductas que su equipo domina. La autoconfianza de los deportistas para remontar
el resultado aumenta, al percibir que disponen de conductas eficaces para conseguir
este objetivo.
78
Conocimientos Básicos en Psicología del Deporte. Dr. Jose Mª Buceta
* Por ejemplo: un deportista tiene como objetivo realizar un determinado regate en una
situación concreta. Si el objetivo es realista (es decir, el deportista verdaderamente
está preparado para realizar ese regate en esa situación), el deportista confiará más
en que puede conseguir este objetivo (que en el caso de que el objetivo no sea
realista) y además, será más probable que, de hecho, lo consiga, en cuyo caso se
fortalecerá su autoconfianza respecto a ese regate.
- Exigencia apropiada.
El entrenador debe exigir a los deportistas en función de sus posibilidades. Si les exige más
de lo que en realidad pueden hacer, propiciará que desconfien de sus posibilidades de éxito y
les conducirá a experiencias de fracaso que debilitarán más su autoconfianza.
El deportista que fracasa porque no tiene recursos para rendir como su entrenador le exige,
puede percibir que no es tan eficaz como se supone que debería; y como consecuencia de
ello, disminuirá su autoconfianza.
* Por ejemplo: el entrenador pide a sus deportistas jóvenes que controlen la pelota,
que la toquen, que no la pierdan. Los deportistas no tienen la habilidad suficiente para
responder a esta exigencia satisfactoriamente. Sin embargo, el entrenador insiste. Los
deportistas perciben que no son capaces de responder como deberían (puesto que el
entrenador así se lo demanda) y su autoconfianza disminuye.
En este apartado, el entrenador debe tener muy en cuenta no sólo el nivel deportivo de los
deportistas, sino también su estado de forma física y psicológica en cada momento de la
temporada.
* Por ejemplo: en una sesión de entrenamiento con una carga de trabajo físico muy
alta, lo normal es que los deportistas rindan peor en tareas de mucha habilidad y
precisión (tiros a gol, pases, etc.) que en otra sesión de entrenamiento con una carga
de trabajo físico baja. Por tanto, no es apropiado que el entrenador exija el mismo
rendimiento en estas dos sesiones, debiendo exigir más en la segunda que en la
primera.
79
Conocimientos Básicos en Psicología del Deporte. Dr. Jose Mª Buceta
Una buena preparación de las competiciones, considerando todos los detalles que el
entrenador estime relevantes para rendir bien, reduce la incertidumbre de los deportistas
sobre lo que puede suceder en el partido, favoreciendo que perciban más control y, de esta
forma, que confien más en lo que pueden hacer para lograr sus objetivos en el partido.
- que los deportistas sepan cuáles son sus objetivos de realización para ese partido,
tanto a nivel colectivo como a nivel individual (es decir, lo que deben hacer en el
partido para que aumenten sus posibilidades de éxito);
80
Conocimientos Básicos en Psicología del Deporte. Dr. Jose Mª Buceta
El entrenador debe controlar, en la medida posible, lo que los deportistas esperan que suceda
respecto a su rendimiento colectivo e individual en los partidos (resultado del partido,
trayectoria del marcador, actuación personal, grado de esfuerzo requerido, etc.).
En general, una expectativa realista favorece una autoconfianza apropiada, mientras que una
expectativa demasiado optimista puede propiciar un exceso de confianza, y una expectativa
demasiado pesimista suele provocar una autoconfianza baja.
El trabajo del entrenador antes de los partidos, entre otros cometidos, debe incluir ajustar en
lo posible las expectativas de rendimiento de sus deportistas para que éstas sean realistas.
De esta forma, favorecerá que los futbolistas afronten el partido con la autoconfianza
adecuada, y evitará que la autoconfianza se debilite si, durante el partido, las cosas no salen
como los deportistas esperaban.
* Por ejemplo: los deportistas esperan ganar el partido con cierta facilidad porque se
enfrentan a un rival aparentemente más débil. Comienza el partido y las cosas no son
como se esperaba: el equipo contrario plantea muchas dificultades y hasta se
adelanta en el marcador. Este contraste entre lo que se esperaba y lo que en realidad
sucede puede perjudicar el rendimiento del equipo durante todo el partido. El
entrenador debe prevenir este problema ajustando correctamente las expectativas
previas de los deportistas; en este caso, anticipando las dificultades que podría
plantear el equipo contrario.
81
Conocimientos Básicos en Psicología del Deporte. Dr. Jose Mª Buceta
- que sea una evaluación específica, en vez de global (qué el entrenador evalúe
acciones específicas del juego, distinguiendo el rendimiento de los deportistas en unas
y otras, en lugar de decir, simplemente, hemos jugado bien o mal);
- que la evaluación se centre en las conductas de los deportistas, más que en los
resultados de estas conductas (por ejemplo: cuántas ocasiones de gol o tiros a gol se
han producido, en lugar de valorar, simplemente, cuántos goles se han metido);
- que la evaluación se realice con independencia del resultado final del partido;
evitando la tendencia a ver las cosas de manera positiva cuando se ha ganado y de
forma negativa cuando se ha perdido (el entrenador debe valorar las conductas
positivas de los deportistas aunque el resultado del partido haya sido adverso, y
considerar las conductas que se deben mejorar aunque se haya ganado el partido).
82
Conocimientos Básicos en Psicología del Deporte. Dr. Jose Mª Buceta
- Relacionar los resultados de las competiciones con las conductas de los deportistas.
En la línea del apartado anterior, el entrenador debe relacionar las victorias y buenas
actuaciones con conductas de los deportistas que puedan volver a repetirse en futuros
partidos, y las derrotas y malas actuaciones con conductas que verdaderamente puedan ser
modificadas; de esta forma, contribuirá a que los deportistas perciban que los resultados, en
cierta medida, dependen de sus conductas.
* Otro ejemplo: después de una derrota, el entrenador puede destacar los errores
concretos en los marcajes que propiciaron los goles contrarios, de manera que los
deportistas perciban que corrigiendo esas conductas, dispondrán de recursos eficaces
para ganar sucesivos partidos.
Para fortalecer la autoconfianza de los deportistas, también puede ser importante el trabajo
del psicólogo deportivo, ayudando al deportista a tener expectativas realistas, percibir un
mayor control de las situaciones deportivas y manejar, correctamente, sus experiencias de
éxito y fracaso.
83
Conocimientos Básicos en Psicología del Deporte. Dr. Jose Mª Buceta
Cuando los deportistas confíen verdaderamente en el entrenador, éste tendrá una mayor
influencia sobre ellos, y sus comentarios, correcciones y evaluaciones, serán muy valiosos
para potenciar su autoconfianza. Sin embargo, cuando la confianza en el entrenador
apenas exista, sus intervenciones no servirán para fortalecer la autoconfianza de los
deportistas o, más grave aún, podrán tener una influencia negativa al fomentar un estado de
duda y desconfianza casi permanentes.
La confianza en el entrenador resulta crucial en muchos momentos, pero sobre todo en los
más críticos. Por ejemplo: cuando el equipo está en una situación comprometida en la
clasificación, después de varios resultados adversos, cuando un deportista está
compitiendo mal, cuando un deportista suplente tiene que jugar en un partido de gran
trascendencia, antes y durante las competiciones más decisivas, en el descanso cuando las
cosas no van bien, etc. En todos estos casos, la aceptación de los comentarios del
entrenador y el cumplimiento apropiado de sus instrucciones, pueden depender de la
confianza que tengan en él los deportistas.
De todos ellos, la credibilidad es el aspecto que más depende de la actuación cotidiana del
entrenador con sus deportistas. Para desarrollarla son importantes dos ingredientes:
- que los deportistas perciban que el entrenador cumple consistentemente con los
compromisos que adquiere con ellos;
- que perciban que cuando el entrenador dice o hace algo, no es por capricho,
porque ese día está triste, enfadado o contento, o por cualquier otra razón arbitraria
84
Conocimientos Básicos en Psicología del Deporte. Dr. Jose Mª Buceta
e imprevisible, sino porque, de acuerdo o no con él, tiene un motivo objetivo sobre el
que se está apoyando.
En general, el entrenador puede potenciar su credibilidad si establece una relación con sus
deportistas basada en la objetividad y en la consistencia. Para ello, es importante que
adquiera compromisos razonables y sea consistente cumpliéndolos; y también que, como
norma, base sus comentarios, valoraciones, reprimendas y elogios en hechos o criterios
objetivos que justifiquen tales mensajes. De esta forma, los deportistas percibirán que el
entrenador "sabe lo que está haciendo" y confiarán en él, manteniéndose esta confianza en
los momentos que por su urgencia no le permitan justificar sus comentarios (por ejemplo, en
el descanso de un partido al tener un tiempo limitado).
85
Conocimientos Básicos en Psicología del Deporte. Dr. Jose Mª Buceta
diferentes salvo el resultado final del partido (es decir, el día que ganan una acción
le ha parecido buena; y el día que pierden, la misma acción le ha parecido mala).
Aunque sus deportistas le respetan mucho por sus conocimientos de fútbol y su prestigio
como entrenador, ha llegado un punto en el que apenas confían en sus comentarios. El
entrenador ha perdido credibilidad. En estas condiciones, ¿cómo asimilan los deportistas
sus charlas anteriores a un partido, en las que intenta "motivarles" y "darles confianza"?;
¿cómo interpretan en el descanso sus comentarios sobre la marcha del partido?; ¿cómo
asimilan cualquier instrucción que pueda darles a lo largo del partido?; ¿cómo repercute la
falta de confianza en el entrenador, en la autoconfianza individual y colectiva?.
* El segundo ejemplo es el de otro entrenador de fútbol que, al contrario que el del ejemplo
anterior, suele ser muy objetivo cuando evalúa lo sucedido en los partidos. Este entrenador
no permite que el resultado influya en la evaluación positiva o negativamente. Refiriéndose
al partido, destaca los aspectos positivos y negativos en función de los objetivos
establecidos para ese partido con independencia del resultado, emplea criterios apropiados
y datos objetivos, e intenta obtener el máximo beneficio de la experiencia vivida,
acentuando lo que se ha hecho (o no se ha hecho) y la manera de mejorarlo en el futuro.
En definitiva, los deportistas perciben que su entrenador controla la situación estresante del
partido en la que todos se juegan mucho, por lo que es un valioso recurso en el que pueden
confiar.
86
Conocimientos Básicos en Psicología del Deporte. Dr. Jose Mª Buceta
6.
87
Conocimientos Básicos en Psicología del Deporte. Dr. Jose Mª Buceta
* Así, por ejemplo, el nivel de activación de un deportista será mayor cuando, esté
motivado por jugar un partido, preocupado por su rendimiento, con miedo a fracasar,
o enfadado por una decisión del árbitro. Y menor cuando no le interesen los
ejercicios del entrenamiento, no le preocupe un determinado rival por considerarlo
muy fácil, se encuentre "hundido" porque está jugando muy mal, o esté agotado tras
soportar durante muchos meses una enorme "presión psicológica".
88
Conocimientos Básicos en Psicología del Deporte. Dr. Jose Mª Buceta
0--------1--------2--------3-------4-------5-------6--------7------8-------9--------10
MÍNIMA MÁXIMA
ACTIVACIÓN ACTIVACIÓN
El nivel de activación óptimo es aquél que, en cada caso particular, favorece el mejor
funcionamiento físico y psicológico, y por tanto, el que propicia el máximo rendimiento
deportivo dentro de las posibilidades reales de cada deportista. Mientras que los niveles de
89
Conocimientos Básicos en Psicología del Deporte. Dr. Jose Mª Buceta
activación situados por debajo o por encima del nivel óptimo, propician un funcionamiento
defectuoso que perjudica al rendimiento.
Así, un deportista que se encuentre por debajo de su nivel de activación óptimo (es decir,
demasiado relajado) no será capaz de rendir según su nivel deportivo. Si la activación
aumenta hasta alcanzar el nivel óptimo, podrá rendir al máximo de sus posibilidades. Pero
si su activación sobrepasa el nivel óptimo (demasiado tenso, agarrotado, ansioso,
acelerado, excitado, "revolucionado") tampoco rendirá como podría hacerlo.
El nivel de activación óptimo es específico y diferente para cada deportista, y también varía
en función de la tarea deportiva a realizar, siendo más elevado cuando la tarea exige una
dosis alta de movilización de energía (como, por ejemplo, presionar al deportista que tiene
el balón) que en el caso de tareas que, principalmente, requieren mucha precisión (por
ejemplo, tirar un penalti).
Por tanto, lo más importante es que cada deportista aprenda a autoevaluar su propia
activación (utilizando una escala de 0-10 puntos), a detectar cuál es su nivel de activación
óptimo en cada situación concreta en la que debe rendir y, a partir de estos conocimientos,
utilizar habilidades específicas que le ayuden a autorregular convenientemente su nivel de
activación; es decir, a incrementar la activación cuando se encuentre por debajo del nivel
óptimo, a disminuirla cuando se sitúe por encima y a mantenerla cuando esté presente el
nivel óptimo. Para desarrollar estas habilidades de autocontrol, los deportistas deben ser
entrenados por el psicólogo deportivo.
+
R
E
N
D
I
M
I
E
N
T
O
- +
NIVEL DE ACTIVACIÓN
Nivel de Activación Óptimo
91
Conocimientos Básicos en Psicología del Deporte. Dr. Jose Mª Buceta
ACTIVACIÓN
AUMENTAR
MÁS BAJA
ACTIVACIÓN
DEL
NIVEL OPTIMO
ACTIVACIÓN
DISMINUIR
MÁS ALTA
ACTIVACIÓN
DEL
NIVEL OPTIMO
ACTIVACIÓN
MANTENER
EN EL
ACTIVACIÓN
NIVEL OPTIMO
TABLA-6 Los deportistas pueden ser entrenados por el psicólogo deportivo para identificar y
autoevaluar su nivel de activación, detectar cuál es su nivel de activación óptimo y autorregular su
activación, bien aumentándola, bien disminuyéndola, bien manteniéndola, para conseguir estar en su
nivel óptimo a lo largo de la competición.
92
Conocimientos Básicos en Psicología del Deporte. Dr. Jose Mª Buceta
- Cuando el nivel de activación se encuentra por debajo del nivel óptimo debido a una falta
de motivación o de estrés (no como consecuencia del desánimo o el agotamiento
psicológico), suele ser más fácil incrementarlo rápidamente mediante el estrés que a través
de la motivación (es decir, si la activación es negativa).
MOTIVACIÓN ESTRÉS
ACTIVACIÓN ACTIVACIÓN
POSITIVA NEGATIVA
NIVEL DE ACTIVACIÓN
TABLA-7. Distinción entre activación “positiva” y activación “negativa”. Ambas pueden propiciar el
máximo rendimiento de los deportistas si el nivel de activación es el nivel óptimo.
93
Conocimientos Básicos en Psicología del Deporte. Dr. Jose Mª Buceta
- Sin embargo, es más fácil mantener el nivel de activación óptimo cuando la activación es
positiva, ya que la activación negativa tiende a aumentar con mayor rapidez y es más difícil
de controlar, por lo que no tarda en sobrepasar el nivel óptimo.
- Por todo ello, para provocar activación es recomendable trabajar con activación positiva
(motivación) en lugar de activación negativa (estrés), dejando ésta para los momentos en
los que aquélla no sea suficiente para conseguir el nivel óptimo.
una vez alcanzado el nivel de activación óptimo será recomendable sustituir la activación
- Cuando la activación es baja por falta de interés o exceso de relajación, las estrategias
para incrementarla son más eficaces si no se abusa de ellas (sobre todo, las estrategias
que provocan activación negativa), por lo que es conveniente alternar diferentes estrategias.
94
Conocimientos Básicos en Psicología del Deporte. Dr. Jose Mª Buceta
* Así, el entrenador que consigue su propósito echando una bronca, no por ello debe
utilizar siempre esta estrategia, pues llegará un momento en el que ya no será
eficaz.
Por ejemplo: intentar activar a un deportista que está desanimado, gritándole para
que se mueva o amenazándole con lo que puede pasarle si no reacciona, añadirá
más estrés; y, en esta situación, sólo se conseguirá que el jugador siga poco
activado. En cambio, será más apropiado potenciar su autoconfianza (por ejemplo,
pidiéndole que realice cosas que domina) para que, a través de ésta, aumente su
motivación y disminuya su desánimo.
- Cuando la activación sobrepasa el nivel óptimo, el objetivo es que disminuya; para ello, los
deportistas pueden emplear técnicas de autorregulación para controlar su propia activación
y, en muchos casos, el entrenador puede intervenir para reducir el exceso de motivación o
de estrés que provocan la sobreactivación.
¿Cómo sabe el entrenador si la activación es baja o alta y, por tanto, si debe intentar
aumentarla o disminuirla?. Entrenándose específicamente para ello y contando con la
ayuda del psicólogo deportivo.
95
Conocimientos Básicos en Psicología del Deporte. Dr. Jose Mª Buceta
96
Conocimientos Básicos en Psicología del Deporte. Dr. Jose Mª Buceta
Así mismo, el psicólogo deportivo puede ser de gran ayuda para identificar las
características individuales de cada deportista en lo que respecta a las situaciones y
señales indicadoras de activación.
Evidentemente, una posibilidad muy útil, es que los deportistas sean entrenados por el
psicólogo deportivo para que aprendan a autorregular su propio nivel de activación a partir
de la activación que propicie el entrenador.
Así, el entrenador podrá intervenir para provocar que la activación aumente o disminuya
para el conjunto del equipo y, a partir de aquí, cada deportista podrá aumentar, disminuir o
mantener su propia activación.
Además, debe tenerse en cuenta que en los deportes de equipo puede producirse un nivel
de activación colectiva en el que coincidan todos o la mayoría de los deportistas del equipo.
Así, aunque existan diferencias individuales en la activación de cada deportista,
determinadas circunstancias que tienen una trascendencia significativa para el grupo (entre
ellas, la actuación del entrenador), pueden llegar a ensombrecer estas diferencias en favor
de una tendencia colectiva. Esta tendencia, más que indicar una similitud de síntomas o de
cantidad de activación (aspectos que seguirán siendo específicos de cada deportista), se
refiere al tipo de activación (positiva o negativa) y al hecho de que ésta se encuentre en el
nivel óptimo, por debajo o por encima de éste.
97
Conocimientos Básicos en Psicología del Deporte. Dr. Jose Mª Buceta
* Por ejemplo: en un partido de fútbol con empate a cero, un equipo recibe un gol a
falta de quince minutos. Se trata de una situación muy relevante para todo el equipo
que, probablemente, afectará de manera similar al nivel de activación de todos o la
mayoría de los deportistas. En este caso, quizá provoque un aumento de la
activación negativa (ansiedad) que situará a los deportistas por encima de su nivel
óptimo (cualquiera que éste sea para cada deportista), perjudicando su rendimiento.
En la línea señalada anteriormente, el entrenador debe conocer las situaciones que pueden
influir en la activación colectiva de su equipo y las señales indicadoras de esa activación,
pudiendo recurrir al psicólogo deportivo para que le ayude en este importante cometido.
98
Conocimientos Básicos en Psicología del Deporte. Dr. Jose Mª Buceta
7.
99
Conocimientos Básicos en Psicología del Deporte. Dr. Jose Mª Buceta
Existen múltiples situaciones en las que el entrenador puede y debe aplicar estrategias
psicológicas, y otras en las que, debe intervenir el psicólogo deportivo.
La trayectoria del preparador físico en deportes como el fútbol, ilustra en gran parte cómo es
la situación actual del psicólogo deportivo y cómo será, probablemente, en el futuro. En este
momento, muchos entrenadores y los directivos (cada vez menos), todavía tienen opiniones
similares a las que tenían los entrenadores de hace treinta años respecto al preparador
físico: "¿para que quiero yo a un psicólogo deportivo?", "¡yo soy el psicólogo!", "ya me basto
yo para motivarles y animarles", "la mejor Psicología es que la pelota entre"; "el fútbol se ha
inventado hace más de cien años y nunca ha habido psicólogos deportivos"; "que le
pregunten a...; ese sí que era un gran psicólogo"; "¿para que van a realizar los deportistas
un entrenamiento psicológico específico con un psicólogo deportivo?": "¡eso es para los que
están locos!"; "en el fútbol lo importante es darle bien al balón y jugar con un par de...", etc.
Además, hace algunos años, en España, hubo casos desafortunados que, por falta de
preparación específica en Psicología del Deporte y de experiencia en el deporte profesional,
no respondieron a la confianza de algunos clubes de fútbol, propiciando que se extendiera
una idea equivocada sobre los psicólogos deportivos y su aportación en este medio.
Sin embargo, experiencias menos difundidas, como el trabajo realizado con la selección
olímpica de fútbol de Barcelona-92 por el psicólogo deportivo Jesús García Barrero
100
Conocimientos Básicos en Psicología del Deporte. Dr. Jose Mª Buceta
(q.e.p.d.) y otras menos conocidas, han demostrado que el trabajo psicológico del psicólogo
deportivo puede ser de enorme ayuda en el ámbito del fútbol, tanto en el fútbol-base como
en el fútbol profesional.
En esta línea, ya en muchos países los psicólogos deportivos, cada vez más, trabajan con
equipos y deportistas de fútbol. Sobre todo en los equipos de la cantera. Por ejemplo, la
Selección Nacional de Brasil, reciente campeona del Mundo, ha trabajado con un psicólogo;
también disponen de un psicólogo, entre otros, el benfica de Lisboa que entrena José
Antonio Camacho, y algunos equipos de la Premier League inglesa y la NBA. En España,
muchos clubes de fútbol ya han optado por incorporar psicólogos deportivos,
fundamentalmente, para la formación de sus jugadores y entrenadores de cantera, como
paso previo a la probable incorporación de estos profesionales en los primeros equipos.
En otros deportes, son muchos los psicólogos deportivos que fuera y dentro de España
trabajan con deportistas cuyo rendimiento ha mejorado significativamente en la mayoría de
los casos. En los Estados Unidos, Australia, Canadá y Gran Bretaña y otras potencias
mundiales, los psicólogos deportivos están presentes en los equipos interdisciplinares que
trabajan con los deportistas. En España, en esta línea, cabe destacar el ejemplo pionero de
la Selección Nacional Femenina de Hockey y las experiencias consolidadas de las
Federaciones Españolas de Gimnasia y Atletismo.
Además, los psicólogos deportivos cada vez están mejor preparados, porque se producen
avances muy rápidos al acumularse y propagarse numerosas experiencias con deportistas
de todo el mundo. Así, por ejemplo, los conocimientos disponibles a principios de la década
101
Conocimientos Básicos en Psicología del Deporte. Dr. Jose Mª Buceta
de los noventa han sido ampliados y perfeccionados notablemente en los últimos años,
propiciando que el trabajo del psicólogo deportivo que "está al día" pueda ser más eficaz.
Por tanto, no es suficiente ser un licenciado en Psicología (aunque legalmente baste esta
titulación) para trabajar con eficacia en el ámbito del deporte, y por ello, se debe evitar el
extendido error de contratar psicólogos que no están especializados, específicamente, en
este ámbito; por ejemplo: un psicólogo que uno conoce porque es un vecino, o trabaja en
una empresa de un amigo, o es la hija de un directivo del club, o es un chico "majete" que
es aficionado al deporte o fue deportista.
102
Conocimientos Básicos en Psicología del Deporte. Dr. Jose Mª Buceta
competición al que se asigna un entrenador del máximo nivel, trabaje con un psicólogo
deportivo sin apenas experiencia en este ámbito.
* Por ejemplo: es difícil que dos días antes de un partido, un deportista sea lo
suficientemente sincero con su entrenador como para decirle que se encuentra
inseguro, cuando este comentario puede ocasionar que el entrenador no le incluya
en la alineación titular.
* Sin embargo, es más fácil que este deportista confíe en el psicólogo deportivo (si
éste ha trabajado correctamente para ganarse esta confianza), al no ser la persona
que toma las decisiones deportivas que le afectan, sino un profesional que puede
comprender su estado psicológico y ayudarle a controlarlo para rendir bien en ese
partido.
¿Qué ocurre cuando no hay un psicólogo deportivo disponible?; pues que falta una pieza
que limita las posibilidades de funcionamiento psicológico de los deportistas, al igual que
103
Conocimientos Básicos en Psicología del Deporte. Dr. Jose Mª Buceta
ocurre en otras parcelas cuando, por ejemplo, no hay un médico o un fisioterapeuta. Por
mucha medicina o fisioterapia deportiva que sepa el entrenador, no podrá sustituir al médico
o al fisioterapeuta en los cometidos más complejos, tanto por falta de tiempo (el entrenador
tiene múltiples cometidos propios que le impiden profundizar en todas las parcelas que
contribuyen al rendimiento) como por falta de preparación específica al nivel exigido y, en
algunas cuestiones, impedimentos legales (por ejemplo: un entrenador no puede operar a
un deportista lesionado).
Y esto sucederá, incluso, en los pocos casos en los que el entrenador sea también un
psicólogo titulado: podrá introducir e integrar, con mayor facilidad, un entrenamiento
psicológico básico con algunos deportistas (no con todos), pero llegará un punto en el que
los deportistas no estarán dispuestos a compartir con él la información más relevante de sus
experiencias internas (pensamientos, sensaciones, creencias, dudas, etc.) y será necesario
contar con otro psicólogo, ajeno a las decisiones deportivas, que establezca con los
deportistas una relación profesional de otras características.
En la tabla adjunta, se incluye un esquema que ilustra las características de los cometidos
psicológicos, diferentes y complementarios, del entrenador y del psicólogo deportivo.
104
Conocimientos Básicos en Psicología del Deporte. Dr. Jose Mª Buceta
FUNCIONAMIENTO PSICOLÓGICO
DE LOS DEPORTISTAS
ESTRATEGIAS
CIRCUNSTANCIAS DISPOSICIÓN DISPOSICIÓN (HABILIDADES)
AMBIENTALES PSICOLÓGICA PSICOLÓGICA PSICOLÓGICAS
INFLUYENTES MÁS FLEXIBLE MÁS RÍGIDA DE
AUTOAPLICACIÓN
INTERVENCIÓN
PSICOLÓGICA INTERVENCIÓN
DEL PSICOLÓGICA
ENTRENADOR DEL PSICÓLOGO DEL
DEPORTE
AYUDA CONCRETA
AUTORREGULACIÓN
ASESORAMIENTO
PSICOLÓGICAS DE
ENTRENAMIENTO
ENTRENAMIENTO
PSICOLÓGICAS
HABILIDADES
TÉCNICAS
TABLA-8. Intervención psicológica del entrenador e intervención psicológica del psicólogo del
deporte.
Para ello, el entrenador puede recibir la colaboración del psicólogo deportivo en cuatro
apartados:
106
Conocimientos Básicos en Psicología del Deporte. Dr. Jose Mª Buceta
Siguiendo con el esquema de la tabla-8, el cometido del psicólogo deportivo puede situarse
en los siguientes apartados:
- entrenar a los deportistas para que dominen habilidades psicológicas que les
permitan autocontrolar su propio funcionamiento psicológico;
- intervenir para cambiar la disposición psicológica de los deportistas, sobre todo sus
creencias y actitudes más rigidas que afecten negativamente su funcionamiento).
Por ejemplo, entre otros cometidos específicos, el psicólogo deportivo puede abordar
aspectos como los siguientes.
- Evaluar los aspectos que en cada caso concreto pueden influir en la motivación básica de
los deportistas, y asesorar al entrenador para que actúe eficazmente a nivel individual y con
el equipo como conjunto.
- Ayudar al entrenador a seleccionar, preparar y utilizar las técnicas que mejor pueden influir
en la motivación de los deportistas.
- Estar alerta respecto a las situaciones potencialmente estresantes que rodean a los
deportistas, asesorando al entrenador, a los directivos y a los propios deportistas para que
las controlen convenientemente.
107
Conocimientos Básicos en Psicología del Deporte. Dr. Jose Mª Buceta
- Entrenar a los deportistas para que dominen habilidades que les ayuden a autocontrolar la
motivación y el estrés.
- Observar cómo funcionan todos los aspectos que influyen en la autoconfianza de los
deportistas, y asesorar al entrenador para que mantenga los que funcionan bien y corrija los
que deberían mejorarse, ayudándole en los casos que el entrenador lo demande.
- Intervenir directamente para mejorar la autoconfianza de los deportistas que necesiten una
atención más especializada.
- Detectar las situaciones de mayor riesgo y las señales clave relacionadas con el nivel de
activación de los deportistas a nivel individual y colectivo, y asesorar al entrenador para que
actúe eficazmente considerando esta información.
108
Conocimientos Básicos en Psicología del Deporte. Dr. Jose Mª Buceta
- Ayudar al entrenador a organizar la estrategia de las reuniones con los deportistas para
preparar las competiciones.
- Entrenar a los deportistas para que aprendan a preparar su actuación personal en las
competiciones.
- Asesorar al entrenador para que actúe eficazmente en los periodos de participación activa
y pausa de los partidos.
109
Conocimientos Básicos en Psicología del Deporte. Dr. Jose Mª Buceta
8.
ASPECTOS PSICOLÓGICOS DEL DEPORTE
INFANTIL DE COMPETICIÓN
110
Conocimientos Básicos en Psicología del Deporte. Dr. Jose Mª Buceta
El deporte es una de las actividades más populares entre los más jóvenes, como demuestra
que cada vez sean más las niñas y niños españoles que lo practican en colegios, clubes o
escuelas deportivas, participando habitualmente en entrenamientos y competiciones de
especialidades deportivas diversas.
El deporte de competición es atractivo para los niños por motivos como los siguientes:
- la interacción que se produce con otros niños de la misma edad; un aspecto muy
valioso para los jóvenes;
- el elemento competitivo; ya que a muchos niños les gusta competir y el deporte les
proporciona esta oportunidad;
La enorme motivación que los niños tienen por practicar deporte, convierte a éste en una
poderosa herramienta educativa, cuyos efectos pueden ser muy positivos si se maneja
correctamente.
- Puede propiciar que los niños adquieran el hábito saludable de hacer ejercicio físico;
facilitando que en el futuro no sean adultos sedentarios.
- Y es una excelente oportunidad para que los jóvenes desarrollen otros hábitos
saludables: fundamentalmente, hábitos alimentarios, de higiene y de cuidado
personal.
111
Conocimientos Básicos en Psicología del Deporte. Dr. Jose Mª Buceta
- Además, es una buena manera de ocupar el tiempo libre y relacionarse con otros
niños que también se interesan por el deporte.
Los posibles beneficios del deporte de competición en estas edades, son todavía mayores.
Entre los valores que puede fomentar la práctica deportiva, se encuentran los siguientes:
- Asumir responsabilidades;
- Ser exigente con uno mismo; pero aceptando las propias limitaciones;
112
Conocimientos Básicos en Psicología del Deporte. Dr. Jose Mª Buceta
- Aceptar equilibradamente las victorias y las derrotas, los éxitos y los fracasos, los
aciertos y los errores;
- Respetar a los demás: ya sean compañeros, rivales, jefes o jueces; aunque sean
diferentes, tengan otros objetivos, o no se esté de acuerdo con ellos;
- Ser tolerante y solidario con otras personas; aceptando las debilidades y errores
ajenos, y ayudando a aquéllos que lo necesiten.
Además, en esta misma línea, el deporte puede contribuir a desarrollar recursos psicológicos
muy valiosos que contribuyen al funcionamiento eficaz, la salud y el bienestar de las
personas. Básicamente, los siguientes:
- proporcionar experiencias que ayuden a percibir que uno es capaz de controlar las
cosas que le importan; en lugar de sentirse indefenso;
113
Conocimientos Básicos en Psicología del Deporte. Dr. Jose Mª Buceta
nuevas, y sentirse competentes; siendo éste un factor clave, para que los jóvenes sigan
practicando deporte y puedan obtener los beneficios señalados anteriormente.
Cuando la actividad deportiva está mal organizada, o mal dirigida, por los entrenadores, o el
comportamiento de los padres es inapropiado, el deporte de competición puede ser perjudicial
para los niños.
- Así, un niño que no se divierte, o que percibe que no progresa, estará insatisfecho; y en
estas condiciones será más probable que abandone el deporte o deje de hacerlo con el
compromiso y la perseverencia que deben estar presentes para que el deporte sea formativo.
- Si al niño se le exigen cosas que no puede hacer, o no sabe cómo hacerlas, y percibe que
su esfuerzo es inútil, se encontrará inseguro y su autoconfianza se debilitará.
- Si además recibe insultos del entrenador, o éste le pone en ridículo delante de sus
compañeros, o percibe que decepciona a sus padres si no consigue buenos resultados,
todavía será peor; porque se debilitarán su autoconcepto y su autoestima en una edad
especialmente vulnerable.
El entrenador de deportistas jóvenes tiene una responsabilidad que se extiende más allá de
un resultado deportivo, ya que a través de su comportamiento puede influir, positiva o
negativamente, en el desarrollo físico y psicológico de los niños que dependen de él.
Por tanto, los entrenadores que trabajan con niños, no deben imitar a los entrenadores de
deportistas profesionales, ya que el cometido de éstos es diferente, sino desarrollar un estilo
de funcionamiento propio que resulte adecuado para conseguir los objetivos que debe tener
el deporte en estas edades. Los entrenadores de deportistas jóvenes no deben actuar
caprichosamente, según les apetece en cada momento, o guiados por sus emociones; al
contrario: deben ser justos con los deportistas, con un comportamiento consistente, basado
en criterios objetivos, que deben mantener hasta en los momentos más adversos o emotivos.
También deben tratar a los niños con dignidad y respeto; evitando insultarles,
menospreciarles o ridiculizarles.
El entrenador de niños debe ser un modelo de comportamiento; ya que es muy probable que
sus deportistas le imiten.
115
Conocimientos Básicos en Psicología del Deporte. Dr. Jose Mª Buceta
- Tanto cuando se gana como cuando se pierde, el entrenador debe felicitar a sus
jugadores por el esfuerzo que han realizado, destacando las acciones bien hechas,
corrigiendo constructivamente los errores que se puedan mejorar, y estableciendo
nuevos retos para el futuro inmediato.
También lo es que exija esfuerzo y rendimiento, pero siempre en función de las posibilidades
reales de sus deportistas; sin pedirles más de lo que pueden hacer. Para ello, debe establecer
objetivos de rendimiento que sean desafiantes pero a la vez alcanzables; y tener en cuenta
que, inevitablemente, se producirán errores; ya que cualquier deportista, por competente y
experto que sea, los comete; por lo que en estas edades, los errores son algo normal que el
entrenador debe aceptar con naturalidad; como parte del proceso formativo de los niños.
Cuando se trabaja con niños, las sesiones de entrenamiento deben ser muy estimulantes; con
ejercicios variados y amenos para que los niños se diviertan y aprendan; en lugar de tareas
monótonas y aburridas, que conviertan al entrenamiento en una experiencia desagradable y
poco productiva. Un aspecto fundamental, es que los deportistas sepan qué es, exactamente,
lo que tienen que hacer; y también que, posteriormente, reciban información sobre lo que han
hecho. Para ello, es conveniente que el entrenador recurra a demostraciones, videos,
registros de rendimiento sencillos, y explicaciones muy claras y concisas.
En estas edades, las explicaciones del entrenador deben ser breves y muy concretas; sin
hacer demasiadas paradas durante el entrenamiento; propiciando que la mayor parte del
tiempo los niños estén activos, en lugar de estar parados.
116
Conocimientos Básicos en Psicología del Deporte. Dr. Jose Mª Buceta
El entrenador debe tener en cuenta que el avance de los niños es paulatino; y por tanto debe
ser paciente con sus deportistas, respetando el ritmo de aprendizaje de cada uno de ellos, sin
pretender que asimilen muchos conceptos en poco tiempo.
El entrenador debe diferenciar las conductas de los deportistas de sus resultados; destacando
fundamentalmente las conductas. Y cuando se produzcan resultados significativos, es
importante que los relacione con conductas concretas. Por ejemplo, si el equipo gana un
partido, es importante que el entrenador destaque las conductas concretas que han
contribuido a ganar ese partido, y pueden volver a repetirse en futuros partidos.
De esta forma, los niños se centrarán en lo que más depende de ellos: su propia conducta;
aprenderán a confiar en las conductas que les ayudan a conseguir buenos resultados; y
podrán corregir aquéllas otras conductas que necesiten una mejora.
El entrenador de niños debe ser generoso utilizando elogios y palabras de aprobación para
reconocer los esfuerzos y buenas acciones de sus deportistas; aunque no de manera
arbitraria, sino como consecuencia de conductas concretas.
En estas edades, los elogios y las palabras de aprobación, deben predominar, claramente,
sobre otro tipo de comentarios. Los entrenadores que emplean esta estrategia, consiguen que
sus deportistas estén más satisfechos y motivados por practicar deporte; y como
consecuencia de ello, que estén más atentos y aprendan mejor.
Los entrenadores deben asumir la responsabilidad de formarse; pero también deben asumir
su responsabilidad las personas encargadas de contratar a los entrenadores, ya que a los
117
Conocimientos Básicos en Psicología del Deporte. Dr. Jose Mª Buceta
La influencia que los padres tienen sobre sus hijos, propicia que su actuación respecto a la
práctica deportiva de éstos, tenga una enorme trascendencia, pudiendo favorecer que el
deporte proporcione múltiples beneficios, o al contrario, propiciando que se desperdicie esta
valiosa oportunidad educativa, e incluso logrando que el deporte se convierta en una carga
pesada con efectos perjudiciales para los niños.
Por tanto, es importante que los padres comprendan que deben ser una ayuda para sus hijos
deportistas y no una fuente de problemas.
El primer cometido de los padres, debe ser interesarse por la actividad deportiva que hacen
sus hijos: ¿dónde la hacen?, ¿con quién?, ¿qué dedicación exige?. ¿Quién es el entrenador?
Ahora bien, los padres deben propiciar que los niños adquieran un compromiso con la
práctica deportiva. El compromiso que los propios niños decidan; pero que se comprometan
de verdad y sean consecuentes con ese compromiso.
No es educativo que los niños decidan realizar una actividad deportiva y después falten a los
entrenamientos y las competiciones cuando no les apetezca hacer deporte o tengan otros
planes. Sí lo es comprometerse con la actividad deportiva y cumplir ese compromiso; pues
118
Conocimientos Básicos en Psicología del Deporte. Dr. Jose Mª Buceta
aceptar y asumir compromisos es uno de los valores más importantes que debe desarrollar el
deporte en estas edades.
Los padres pueden aprovechar la experiencia del deporte para estar más cerca de sus hijos;
pues se trata de un tema de interés común en el que ambos pueden coincidir fácilmente.
Compartir esta experiencia, favorece enormemente la comunicación entre padres e hijos.
Sin embargo, no deben interferir en la labor del entrenador; ni criticarle delante de los niños;
pues crearán un difícil conflicto para su propio hijo:
- por otro, porque se encontrará en medio de un problema entre personas a las que
aprecia, y no estará preparado para manejar una situación tan desagradable.
Por tanto, es importante que los niños perciban una buena sintonía entre su entrenador y sus
padres; así estarán más contentos y podrán aprovechar mejor la experiencia del deporte.
Los padres deben entender cómo debe ser el deporte en estas edades; sin buscar
paralelismos con el deporte profesional o pensando que tienen en su hijo una "mina de oro"
que en el futuro les hará ricos.
Deben tener claro que los niños deben divertirse haciendo deporte; y que la actividad
deportiva debe resultarles estimulante y gratificante.
Deben comprender que el deporte es una excelente oportunidad educativa para optimizar el
desarrollo físico, psicológico y social de sus hijos; y que esta oportunidad no deberían
desaprovecharla.
Un elemento importante, para que el deporte sea educativo, es que los padres sean un
modelo de comportamiento para sus hijos deportistas.
119
Conocimientos Básicos en Psicología del Deporte. Dr. Jose Mª Buceta
- Por ejemplo, será difícil que los niños aprendan a respetar a los árbitros o a los
deportistas rivales, si sus padres insultan o menosprecian a éstos desde la grada;
- también será difícil que aprendan a trabajar en equipo, si sus padres se enfadan
porque han sido sustituidos o critican a sus compañeros;
Además, es fundamental que no presionen a sus hijos en relación con su rendimiento; pues la
presión de los padres es uno de los aspectos más estresantes y perjudiciales para los niños.
Por tanto, no es apropiado que exijan a los niños que jueguen bien, que marquen goles, o que
ganen competiciones; ni que les critiquen por sus errores; ni que se enfaden con ellos cuando
los resultados sean malos.
Especialmente grave, es que los niños teman defraudar a sus padres; que les preocupe no
ser capaces de responder satisfactoriamente a lo que piensan que sus padres esperan de
ellos. Cuando esto ocurre, los niños se sienten muy presionados y la actividad deportiva se
convierte en algo muy desagradable para ellos.
Hay que tener en cuenta, que en estas edades es fácil que los niños asocien su valor como
personas al éxito deportivo; sobre todo cuando sus padres le dan demasiada importancia a
los resultados deportivos. Así, para muchos niños, los mejores momentos con sus padres,
cuando los ve más contentos y comunicativos, y recibe mayor atención de ellos, son los días
que consiguen buenos resultados. Y esta situación puede derivar en que los niños teman que,
por su culpa, no se produzcan estos efectos tan positivos, si no alcanzan los resultados
deseados. Obviamente, esta situación es muy estresante para los niños antes de cada
competición; y si encima no logran el resultado apetecido, todavía peor.
Tampoco es bueno que los padres menosprecien los logros deportivos de sus hijos;
diciéndoles, por ejemplo, que los contrarios eran malos, o que han tenido mucha suerte;
120
Conocimientos Básicos en Psicología del Deporte. Dr. Jose Mª Buceta
ni que compitan con los niños; minimizando lo que hacen al compararlo con lo que ellos
hacían cuando tenían su edad.
Los padres deben comprender las limitaciones de sus hijos; y valorar su esfuerzo y las
satisfacciones que obtienen haciendo deporte, más que sus resultados; manteniendo una
actitud equilibrada ante las victorias y las derrotas; y aceptando los éxitos y los fracasos
deportivos como parte del proceso formativo de un niño que algún día será un adulto.
Con este propósito, es aconsejable que mantengan reuniones periódicas para exponer
objetivos, inquietudes y sugerencias; que puedan ponerse en contacto cada vez que surja
algún problema o cualquiera de las partes esté descontenta; y que pase lo que pase, tengan
siempre la buena disposición de entenderse.
En definitiva, es importante que los padres comprendan las enormes posibilidades del deporte
de competición y sus posibles riesgos; asumiendo la responsabilidad que les corresponde
para favorecer que sus hijos aprovechen la valiosa experiencia educativa del deporte.
121
Conocimientos Básicos en Psicología del Deporte. Dr. Jose Mª Buceta
BIBLIOGRAFÍA COMPLEMENTARIA
BUCETA, J.M. (1998) "Psicología del Entrenamiento Deportivo". Madrid: Editorial Dykinson.
122