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NOTA DE LA ALUMNA:
● ESTUDIANTES:
● AÑO: 2023
● LINK DEL VIDEO DE YOUTUBE: https://youtu.be/gUAe5kVBn8A?
si=wmQ9tU3NCRgmX4Mc
ÍNDICE
En primer lugar, consideramos que el sr. Juan Rivas Dalí ejerció la autoridad moral, se
entiende por autoridad moral a la que es alcanzada en base al respeto, justicia y ética,
características propias del Sr. Juan Rivas Dalí ya que fue ganando a la gente por su buena
conducta, es decir, no fue por imposición sino por decisión de sus empleados como
fundador y dueño de la empresa su papel tenía un respeto natural debido a su impacto y
recorrido a lo largo del tiempo.
En segundo lugar, también evidencia una notable autoridad carismática, el sr. Juan Rivas
Dalí estableció fuertes lazos de confianza con sus empleados debido a su carácter
amigable, por otro lado, también pensó en sus trabajadores para poder darles incentivos
que los motiven, reconoce las necesidades de sus trabajadores y los hace sentir útiles e
importantes.
Por último, el sr. Juan Rivas Dalí hacía uso de una autoridad democrática, puesto que, es
parte de una autoridad formal. Ante el caso planteado, se puede analizar y llegar a la
conclusión de que el sr. Juan Rivas Dalí constituyó su empresa y optó por que sus
trabajadores sean sus amistades. Ante esto, hubo un buen clima laboral dentro de la
empresa. Cuando la empresa estaba en su poder, hacía cumplir las normas y se podía
llegar a culminar los objetivos propuestos por la empresa, dichas normas son fruto del
acuerdo colectivo.
2 ¿Qué tipo de actitudes se espera de los empleados, con la orden que dio el sr. Juan
Rivas Dalí, a sus gerentes de área?
Bajo la dirección del Sr. Juan Rivas Dalí, la empresa "Galgos del Sureste S.A." Se
caracterizaba por su ambiente laboral cálido y propicio. Al tomar decisiones rápidas y
efectivas ante los problemas, se esperaba que los empleados desarrollaran habilidades de
adaptabilidad, compromiso y colaboración. El ambiente cultivado por el Sr. Rivas Dalí
enfatiza la importancia del trabajo en equipo y la comunicación abierta, permitiendo así que
los empleados se sintieran valorados y reconocidos.
Las directrices del Sr. Rivas Dalí buscaba fomentar la satisfacción laboral. Esto significa que
los empleados no sólo ejecutaban sus tareas, sino que también encontraban significado y
valor en ellas. Estaban motivados y comprometidos, en gran parte debido a las medidas de
motivación y reconocimiento implementadas por el dueño. Este sentido de pertenencia y
valoración condujo a un mayor compromiso e involucramiento con el trabajo.
El enfoque en la comunicación abierta, por otro lado, alentaba a los empleados a expresar
sus ideas y preocupaciones sin temor. Esta transparencia y apertura eran esenciales para
mantener un ambiente laboral saludable y productivo. A través de sus acciones y
directrices, el Sr. Rivas Dalí estableció un estándar de excelencia y colaboración en la
empresa, destacando la importancia de la satisfacción laboral y la comunicación abierta.
Al dejar de laborar el sr. Juan Rivas D., se perdió principalmente el principio de "unidad de
mando". Cuando el Sr. Rivas estaba al mando de la empresa, ofrecía una dirección clara y
coherente, garantizando que cada empleado recibiera órdenes de un único superior. Esta
unidad evitaba confusiones y garantiza que todas las decisiones y acciones estuvieran
alineadas con una única visión y misión de la empresa.
Además, con la partida del sr. Rivas, también se vio afectada la "armonía con el objetivo" de
la empresa. El rumbo previamente establecido, basado en una relación de respeto mutuo y
confianza con los empleados, se desvaneció, y la dirección que los hermanos intentaron
establecer no estuvo alineada con el camino que el sr. Rivas había previamente trazado.
Los hermanos Rivas, al asumir el control de la empresa tras la partida del sr. Juan Rivas D.,
buscaron ejercer una autoridad que emanaba de su posición hereditaria, es decir, una
autoridad formal. Sentían que, al ser los herederos directos, automáticamente poseían un
mandato natural dentro de la organización, legitimado por la estructura jerárquica que les
había sido conferida.
Sin embargo, a pesar de su intento por ejercer esta autoridad legítima, enfrentaron desafíos.
La relación y el carisma que el sr. Rivas D. había construido con los empleados no podía
ser replicada simplemente por la posición. Además, sus acciones sugieren que también
exploraron la autoridad coercitiva, tratando de imponer su voluntad a través de medidas
más estrictas y posiblemente intimidantes. Esta modalidad, basada en la imposición y la
intimidación, contrastaba fuertemente con el estilo de liderazgo más carismático y
democrático de su padre.
El resultado fue una brecha evidente entre la dirección y los empleados. La ausencia del
carácter unificador y la visión del sr. Rivas D. llevó a un clima laboral más tenso y a una falta
de cohesión dentro de la empresa. La tentativa de los hermanos de asumir roles de
liderazgo sin tener la misma afinidad y comprensión de la organización resultó en desafíos
significativos en la gestión y dirección de la empresa.
La ausencia de una "relación de confianza" también fue palpable. Los hermanos no lograron
construir y mantener una relación de confianza con los empleados como lo había hecho su
padre. Sin esta confianza, es difícil lograr que los empleados se comprometan y sigan las
directrices de la dirección.
CONCLUSIONES DE LOS 4 INTEGRANTES:
1. El Sr. Juan Rivas Dalí emergió como una figura icónica en la dirección de su
empresa, destacándose por combinar diferentes estilos de autoridad. Su autoridad
moral no fue solo un testimonio de su ética profesional, sino también un reflejo de su
integridad personal, evidente en su interacción diaria y decisiones empresariales.
Sus empleados no lo seguían por temor o obligación, sino inspirados por el respeto
que sentían hacia él. Además, su carisma innato no solo construyó lazos fuertes con
el personal, sino que creó un ambiente de confianza y seguridad. Mientras que
muchos líderes imponen, el Sr. Rivas Dalí invitaba, y en lugar de dictar, dialogaba.
Esto se vio complementado por su enfoque democrático, donde cada opinión se
valoraba y se consideraba, reforzando la idea de una empresa unida en su visión y
misión.
2. Bajo la dirección del Sr. Rivas Dalí, se fomenta una cultura laboral donde la
excelencia no se medía simplemente en resultados, sino en la pasión y compromiso
detrás de cada tarea. Se alentó a los empleados a ser adaptables, a enfrentar
desafíos con optimismo y a ver el cambio no como una amenaza, sino como una
oportunidad. A través de incentivos, reconocimientos y, lo más importante, a través
de su ejemplo personal, el Sr. Rivas Dalí estableció un estándar de compromiso y
dedicación que iba más allá de las simples obligaciones laborales. Se trataba de
encontrar propósito y significado en el trabajo diario, asegurando que cada
empleado se sintiera parte integral del éxito colectivo.
3. La salida del Sr. Rivas D. de la empresa dejó un vacío que trascendió las
operaciones diarias. Lo que se perdió no fue solo un líder, sino una filosofía de
trabajo y una cultura corporativa. El principio de "unidad de mando" no era solo una
estrategia gerencial, sino el núcleo de cómo se dirigía la empresa. Sin su presencia,
la empresa enfrentó desafíos en mantener una dirección coherente y alineada,
llevando a discrepancias y falta de claridad en la visión a largo plazo. Esta transición
resalta la importancia de tener líderes que no solo dirijan, sino que inspiren y
unifiquen.
3. La salida del Sr. Juan Rivas D. dejó un vacío considerable en la empresa. Para
evitar perturbaciones similares en el futuro, es crucial tener un plan de sucesión
sólido. Este plan debe identificar líderes emergentes dentro de la organización y
proporcionarles la formación y las experiencias necesarias para asumir roles más
prominentes. Además, la transición no debe ser abrupta. Debe haber un periodo de
solapamiento donde el líder saliente pueda guiar y mentorizar al entrante,
asegurando una transición suave y la continuidad de la visión y misión de la
empresa.
4. Si bien puede haber momentos en los que se necesita una dirección firme, depender
demasiado de la autoridad coercitiva puede ser contraproducente. Los empleados
responden mejor cuando sienten que son parte de un equipo, no subordinados. La
dirección debe, en su lugar, adoptar un enfoque más colaborativo, involucrando a los
empleados en la toma de decisiones y dándoles autonomía cuando sea posible.
Esto no solo fomenta un sentido de propiedad y responsabilidad, sino que también
impulsa la innovación y la creatividad.