Edición n°654 / año 14
Shemot
La Torá nos cuenta acerca de la
grandeza de las parteras que se
pusieron en peligro y de las mujeres hebreas ricas y
desobedecieron al decreto del
faraón de matar a los bebés antes
de que salgan a la luz. Este acto
era muy peligroso, estaba claro
que el Faraón no era un hombre
blando de no cumplir con sus
amenazas. De todos modos, ellas
hicieron más de la cuenta y
salvaron a los bebés.
En el Talmud (Sotá 11b) dice
así: “No fue suficiente que no
cumplieron la orden del Faraón de
matar a los bebés, sino que, por el
contrario, ayudaron a su
supervivencia. Colaboraron con la
alimentación de las madres y sus
hijos para que puedan seguir con
vida.”
El Midrash agrega: “Si ya aclaró el
Pasuk que no respetaron la orden
del faraón, ¿para que repite que
hicieron vivir a los niños? De aquí
se aprende que hay en ellas una
doble mención. En primer lugar, los
dejaron vivir y en segundo lugar
hicieron con ellos favores. Había
mujeres que eran pobres y
ellas se encargaban de ayudarlas
económicamente. Iban a las casas
hacían colectas para aquellas que
no tenían recursos. Así se
rebuscaban para salvar a los niños.
Llama la atención como estas
mujeres pusieron en riesgo su
propia vida con tal de salvar la
nueva generación sentenciada por
el Faraón. Si bien también antes
de la Torá existía la prohibición de
asesinar a una persona de todos
modos, podían renunciar a ese
trabajo y liberarse de la ley
malévola.
El Midrash agrega que la conducta
de las parteras fue en
comparación al anciano Abraham
Abinu. Así como Abraham se
encargó de abrir un hotel y recibir
a los transeúntes del mismo modo
ellas se comportaron ayudando a
quien lo necesitaba. Solo que
podemos preguntar sobre esto.
¿Para no matar hace falta
remontarse hasta la época de
Abraham? Por otro lado, Abraham
no estaba en una época de
decretos y amenazas.
Enc. Velas 19,51 hs.
Fin 20,51 hs.
El libro “Itzjaskut Batefilá LaHashem”
trae el siguiente cuento. En un Bet
Hamidrash se efectuó un desafío entre
dos personas. El punto donde se iban a
poner a prueba era en estudio de Torá.
Por un lado, estaba un hombre bastante
anciano, ya conocido por sus
conocimientos de Torá tanto en cantidad
como en calidad. Por otro lado, estaba
un joven de diez y ocho años experto en
Talmud. Esto ocurrió después de la
Tefilá de Arvit sin programación previa.
Los presentes del Templo fueron testigos
oculares de aquello que ocurrió en ese
día.
Ese día habían terminado la Tefilá y el
joven estaba todavía haciendo la Tefilá.
Un hombre le dijo al anciano que ese
joven es experto en Talmud y libros de
Torá. El anciano esperó con paciencia a
que el muchacho termine la Tefilá y casi
sin querer comenzó el desafío. Uno le
preguntaba al otro donde estaba escrito
cada frase de la Torá y la cosa se fue
poniendo cada vez más interesante. La
gente se fue juntando para ver el
conocimiento de ambos. Algunos
ayudaban trayendo los libros para
corroborar. En algunos casos uno de
ellos tenía razón, en otros los dos y así
se fue extendiendo dando un show fuera
de lo común para la sorpresa de todos
los presentes. A veces encontraban
diferencias hasta solo de una letra entre
la prueba de uno con la del otro. Todos
los presentes y hasta los mismos
contrincantes se fueron muy
fortalecidos de disfrutar el conocimiento
de la Torá y sus estudiantes. El anciano
felicitó al joven y cada uno se fue por su
lado.
Él no se puso en riesgo de vida por
recibir invitados. ¿Qué esconde todo
esto?
El secreto es que el aprendizaje de
Abraham no es justamente recibir
invitados o ayudar al prójimo. Ni
tampoco de no asesinar a un
hermano. La enseñanza d Abraham se
trata de la entrega desmedida y el
sacrificio del alma para cumplir con la
palabra y la voluntad de Hashem.
Siempre que alguien se dedique con
todas sus fuerzas en cumplir con su
misión tendrá una ayuda extra del
cielo de forma milagrosa que
normalmente no se ve. Eso es aquello
que las parteras aprendieron de
Abraham. Así como Abraham se puso
en riesgo para recibir invitados
también cuando su salud no lo
acompañaba y Hashem le terminó
haciendo un milagro mandándole
ángeles, del mismo modo, ellas
vieron en eso una señal de que
recibirían ayuda para poder salvar a
los bebes de Israel. Si bien en lo
normal esa acción podía terminar
muy mal de todos modos, se
atrevieron a intentarlo confiando en
el milagro de Hashem.
Contó el Rab Solovechik Zz”l que
cuando ellos se fueron de Vilna hacia
Odessa para luego llegar a Israel vino
un Iehudí que los ayudó a llevar las
valijas hasta el tren y subirlas al
transporte. Solo que puesto que eran
muchos bultos eso despertó la
sospecha de la policía rusa creyendo
que se trataba de un contrabandista y
fue detenido en la comisaría de la
estación de tren. El hombre explicó
que se trataba de las maletas de Rab
de Brisk y pidió que el Rab viniera a
reconocerlas y demostrar su verdad
pudiendo salir en libertad.
A pesar de que quedaba poco tiempo
para que saliera el tren el Rab de
Brisk se apuró a ir hasta la comisaría
con tal de salvar a ese Iehudí y Al día siguiente uno de los feligreses
recuperar sus pertenencias. volvió a encontrarse con el joven
superdotado. Esta vez él esperó que
La familia estaba muy preocupada, en termine su Tefilá como solía
primer lugar, de que su padre quede
detenido y en segundo lugar perder
atrasarse. Cuando este terminó se
el tren y no poder viajar a Israel. Esos acercó a preguntarle de dónde sacó
minutos fueron de mucha tensión. De ese don de poder haber estudiado
todos modos, en el último momento tanto y retener cada detalle de su
el padre llegó con todas sus estudio hasta el punto de poder
pertenencias arrastrando con las ponerse a prueba con un anciano que
fuerzas que no tenía. tiene un recorrido mucho mayor que
el de él.
Una vez que estaban sentados en el
tren dijo: “por ley estaba obligado a El muchacho le eludió con la excusa
salvar a este Iehudí que me había de que cualquiera que se sienta
hecho un favor. Y si alguien hace lo
que marca la ley no se pierde.
aprovecha el tiempo y estudia va a
saber lo que repase. Pero frente a la
Inclusive más aun, no solamente que
no perdieron el viaje, sino que insistencia del hombre dijo que su
tampoco perdieron el equipaje.” padre hace depender ese mérito en su
abuelita la cual insistía con la
El Rab Eliashiv Zz”l dice que de la hija lectura de Tehilim permanente y
del faraón también se puede Tefilá para tener el mérito de que su
aprender este concepto. La Torá dice
descendencia sean buenos
que ella había bajado al Nilo para
purificarse de la idolatría de su padre. muchachos. Con llanto rogaba a
Hashem que los pueda ver.
O sea que se estaba convirtiendo de
alguna manera. Si uno se va a fijar en
el Pasuk no está claro que así fuera.
Si nosotros vamos a pedir de corazón
para cosas buenas seguramente
Solo dice que se fue a bañar al Nilo.
Hashem nos va a escuchar.
La respuesta es que si le ocurrió un
milagro que su mano se estiró y pudo
alcanzar la canastita donde estaba
Moshé a la fuerza ella estaba
haciendo un acto de sacrificio para
algo santo y ya tenía la fuerza de una
mujer hebrea, caso contrario no le
hubiera ocurrido ese milagro.
Aprendemos una enseñanza más que
importante. Quien se sacrifica para
Mitzvot tiene una ayuda aparte de lo
normal que se sale del libreto de lo
común.
¡Shabat Shalom!
Netanel Moshé Duer
Tevet 5784
11 6443 natyduer@hotmail
5795 .com