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INTRODUCCIÓN

Este estudio estudio es referente exclusivamente al


nombre personal de Nuestro Dios. Aunque Incluye acepciones
colaterales, sin embargo el espíritu del mismo es conocer a fondo el
tema acerca del Nombre personal de Dios; cuál era su pronunciación
correcta; cual era el concepto para los creyentes del Antiguo
Testamento, cuál era su relación con ese nombre; su tratamiento y
actitud frente al temor reverencial que se desprendía del mismo. En
este estudio planteo un panorama con la opinión y puntos de vista
de diferentes fuentes capacitadas en la materia entre ellos: biblistas,
lingüistas, rabinos, traductores de la Biblia y así como comentarios
de diccionarios bíblicos, buscando un cuadro amplio que sirva de
base para dar a conocer al lector de este trabajo que la
argumentación es diversa y no unilateral, y que siendo así todos
coinciden en que es un error traducir Jehová como el nombre
personal del Dios verdadero, entre otras razones porque
originalmente el mismo no posee la letra jota (jet, J), en hebreo. El
nombre que tradicionalmente conocemos Jehová es objeto de un
análisis objetivo y con respeto pero es analizado por la lupa de
muchos expertos con la intencionalidad de mantener la actitud
sentida originalmente por quienes nos antecedieron. El nombre
personal de Dios fue revelado a Moisés 1.500 años antes de Cristo y
sumados los 2 mil de nuestra era serían 3.500 años desde aquel
momento, y es precisamente lo que busco con esta exposición:
proporcionar conocimiento pero también rescatar el inmenso
sentido y valor que tuvo este nombre para Moisés y para el pueblo
de Israel.
El término idioma está definido técnicamente como
“algo que es propio” y partiendo de ese concepto la revelación del
nombre Personal de Dios se da en el idioma hebreo y como tal la
fuente de investigación nos traslada más allá del castellano y es lo
que encontrarás aquí: el tetragràmaton sagrado: YHVH, las letras
Yod (Y); Hei (H); Vau (V); Hei (H). Estas cuatro consonantes sin
vocales contienen el nombre personal de Dios el cual es
impronunciable ya que el alfabeto hebreo no registraba las vocales,
sólo consonantes. Pero entre los datos curiosos es que la jota “J”
Jehová no aparece entre las cuatro consonantes, quién incorporó la
jota entonces?. Explicaremos los detalles de cómo se originó lo que
se puede llamar el nombre híbrido usado tradicionalmente pero que
carece de raíz etimológica y por consiguiente representa un error
traducirlo de esa forma, como dice el rabino Yehuda Ribco
“constituye un problema de ignorancia o la iniquidad ante la
revelación de Dios…ninguna palabra, ningún concepto puede
abarcar su realidad inefable”. Claro está La Biblia no posee el error
sino las traducciones esto hay que dejarlo bien claro. Un intento
desesperado produjo uno de los más grandes errores quizás por
desconocimiento del asunto pero en realidad frente a tantas pruebas
debemos admitirlo como tal y lo digo porque en esencia va
directamente contra el sacrosanto nombre personal de Nuestro Dios
y sea que haya sido del modo que se produjo no escapa de ser muy
delicado y por consiguiente debemos poner todo nuestro mayor
esfuerzo para corregir hasta donde dependa de nosotros semejante
error u horror. Lo otro es entender la siguiente conjugación; Si Dios
dice de sí mismo “YO SOY” sus fieles deben llamarlo: “ÉL ES EL QUE
ES, EL ÚNICO QUE ES”. Su nombre cargado de poder y majestad
tiene que merecer ese respeto que supo darle quienes tuvieron ese
encuentro tan cercano como Abraham, Moisés y quienes vivieron
cerca de él, e importante recordar que en el decálogo se incorporó el
mandamiento que dice: “NO TOMARÁS EL NOMBRE DEL SEÑOR TU
DIOS EN VANO, PORQUE EL SEÑOR NO TENDRÁ POR INOCENTE AL
QUE TOME SU NOMBRE EN VANO”. Ese temor reverente y respeto
que emana de un mandamiento hay que cumplirlo tal cual como es
exigido por la sentencia dada por Dios, encontramos que esto fue
entendido a tal punto por los judíos y sobre todo por quienes
escribían y leían Las Escrituras que se hacían ritos especiales cuando
iban a escribir el tetragramaton (YHVH) ó cuando iban a leer
públicamente dicho nombre el cual era sustituido en la mayoría de
los casos por ADONAY (MI SEÑOR) precisamente con ése objetivo del
temor reverente. Ahora bien al determinar que evidentemente hay
un error en la traducción que actitud debemos tomar nosotros
quienes hemos creído en el Excelso y Soberano Dios que habita en
Magnificencia y Santidad?, pudiéramos tomarlo como un irrespeto y
una liviandad, a la ligera; se toma someramente un asunto que fue y
que debe ser un tema de consideración. Agregando un recurso muy
valioso es el hecho de que Nuestro Señor Jesucristo nunca se refirió
a Dios como Jehová; “NO LLAMÉIS MI SEÑOR A NADIE EN LA
TIERRA UNO SOLO ES VUESTRO SEÑOR, DIOS”, y cita al salmista
“DIJO EL SEÑOR A MI SEÑOR SIENTATE A MI DIESTRA HASTA QUE
PONGA A TUS ENEMIGOS POR ESTRADO DE TUS PIES”, “SI USTEDES
SIENDO MALOS SABEN DAR BUENAS DÁDIVAS A VUESTROS HIJOS
CUANTO MÁS NUESTRO PADRE CELESTIAL…” un detalle que
despierta gran interés es cuando El Señor Jesús estando en la cruz,
dice: “ELÍ ELÍ LAMA SABACTANI” utiliza el singular hebreo pero
nunca dijo: Jehová a Dios, (el plural mayestático es: ELOHIM y el
singular es ELÍ); Lo otro que debemos tomar en cuenta es que
ninguno de los Apóstoles llaman Jehová a Dios siempre utilizan otros
nombres o epítetos pero nunca utilizan ése término. En
consideración a que la septuaginta traduce YHVH como SEÑOR y que
nuestro Señor Jesús utiliza ése mismo término al igual que los
Apóstoles considero que deberíamos seguir ése mismo camino y así
evitarnos caer en una actitud desfavorable y de irrespeto al
impronunciable nombre santo de Dios; como dice el profesor de
Hebreo Moisés Chávez “UNA ALTERNATIVA MENOS
COMPROMETEDORA ES TRANSLITERARLO: YHVH” pag. 823 DHB.

Y recordemos lo que el ángel del Señor le respondió a aquel hombre que quería
saber cómo se llamaba:
— ¿Para qué preguntas mi nombre? —contestó el ángel del SEÑOR
—. Es demasiado maravilloso para que tú lo comprendas (ES
ADMIRABLE).
Jueces 13.18 NTV
Y un detalle interesante es que el Patriarca Abraham nunca le
preguntó a Dios como se llamaba sino que simplemente creyó en Él
plenamente y se hicieron amigos y de esa forma se constituyó en el
padre de la fe.

Su hermano. Félix Martinez


www.felixconfencista019@gmail.com
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APOLOGÉTICA | JEHOVÁ | YAHVEH ; SEÑOR

Para quienes hemos nacido en la tradición evangélica y


pertenecemos a las generaciones que crecieron con la Reina-Valera 1909 ó 1960,
leer o decir «Jehová» para referirnos al nombre especial y singular del Dios del
Antiguo Testamento es algo normal.
Sin embargo, a partir de la década de los setenta, con la
aparición de nuevas traducciones y versiones castellanas, los lectores de la Biblia
han descubierto, unas veces con inquietud y otras con sorpresa, que «Jehová»(1)
no es la única manera de escribir ese nombre especial de Dios.
Tomemos como ejemplo cuatro de las versiones más
recientes de la Biblia: Nueva Biblia de Jerusalén (1998), La Biblia *Latinoamérica
(1995), Nueva Versión Internacional (1999) y Dios habla hoy (1994).
La Nueva Biblia de Jerusalén, siguiendo el ejemplo
establecido por la versión francesa original, usa la siguiente forma del nombre
especial de Dios: «Yahvé»:
Dios habló a Moisés y le dijo: “Yo soy Yahvé. Me aparecí a Abrahán, a Isaac y a
Jacob como El Shadday; pero mi nombre de Yahvé no se lo di a conocer” (Ex 6.2-
3).
Lo mismo hace La Biblia *Latinoamérica, sólo que en este caso usa una forma más
castiza; es decir, evita incluir la «h» intermedia del nombre, y escribe «Yavé»:
Dios habló a Moisés, le dijo: “¡Yo soy Yavé! Me di a conocer a Abraham, a Isaac y a
Jacob como Dios de las Alturas, pues no quise revelarles ese nombre mío: Yavé.”
Es importante indicar que ambas versiones son publicadas por editoriales
católicas.
La Dios habla hoy sigue el ejemplo establecido por la versión
griega desde el tercer siglo antes de la era cristiana (la Septuaginta). Esta versión,
hecha por judíos, evitó escribir el sacrosanto nombre de Dios y en su lugar usó la
palabra griega kurios, que a su vez traducía la palabra hebrea Adonay. Ambas
tienen el sentido castellano de «Señor» (lo que en inglés se denomina «Lord»).
Así, Dios habla hoy dice en Éxodo 6.2-3:
“Dios se dirigió a Moisés y le dijo: —Yo soy EL SEÑOR. Me manifesté a Abraham,
Isaac y Jacob con el nombre de Dios todopoderoso, pero no me di a conocer a
ellos con mi verdadero nombre: EL SEÑOR”.
En la mayoría de lugares donde se cita este nombre de Dios, Dios habla hoy
escribe «Señor». En Ex 6.2-3 pone el nombre con todas las letras mayúsculas por
lo especial del pasaje. La Nueva Versión Internacional se coloca en la misma
tradición, y se une a la mayoría de versiones modernas tanto castellanas como
inglesas para usar el título «SEÑOR» en lugar del nombre especial o sacrosanto.
Nótese que en esta versión el título aparece en versalitas o letras mayúsculas
pequeñas (y no incluye el artículo con este tipo de letra).
En otra ocasión, Dios habló con Moisés y le dijo: “Yo soy el SEÑOR. Me aparecí a
Abraham, a Isaac y a Jacob bajo el nombre de Dios Todopoderoso, pero no les
revelé mi verdadero nombre, que es el SEÑOR”.
No conozco ninguna versión castellana que utilice, para referirse al nombre
especial de Dios, alguna forma diferente de las tres indicadas en los párrafos
precedentes: «Jehová» (o «Jehovah»), «Yahvé» (o «Yavé») y «Señor» (o
«SEÑOR»). La versión portuguesa A Bíblia na Linguagem de Hoje (1988) había
preferido usar la expresión «Dios Eterno»:
Deus disse a Moisés: —Eu sou o Deus Eterno. Eu apareci a Abraão, a Isaque e a
Jacó como o Deus Todo-Poderoso, porém não deixei que me conhecessem pelo
meu nome de o Deus Eterno.
Sin embargo, en la revisión de esa versión, que lleva el nombre de Bíblia Sagrada.
Nova Tradução na Linguagem de Hoje (2000) se abandona la expresión «Deus
Eterno» y se prefiere «SENHOR».
¿Por qué tales diferencias? Para responder a esta pregunta será
necesario retroceder varios milenios. Debemos encontrar las razones que han
llevado a traductores y exegetas a usar una o más de las posibilidades antes
expuestas.
¿Cuál es la ortografía original y qué significa?
Empecemos con la explicación que da a la palabra «Jehová» la versión Reina-
Valera 60, en su glosario:
JEHOVÁ. Nombre personal de Dios en el Antiguo Testamento. En el hebreo
primitivo, que carecía de vocales escritas, las consonantes son YHVH. Por respeto,
dejó de pronunciarse, y en su lugar se leía “Adonay” (el Señor). Para recordar esto
al lector, los rabinos le pusieron las vocales e, o y a, sólo como contraseña, cuando
inventaron un sistema de vocales escritas para el hebreo. En los medios cristianos
empezó a leerse desde fines de la Edad Media con esas vocales y así resultó la
forma latinizada “Jehovah”, de donde viene “Jehová”. Los hebraístas han llegado al
acuerdo general de que la pronunciación original debe de haber sido Yahveh. Su
significado se asocia con la idea de Ser o Existencia.
En esta explicación, resumida pero muy completa, encontramos todos los
elementos necesarios para entender por qué algunas versiones usan «Jehová» (o
«Jehovah»), «Yahvé» (o «Yavé»), «Señor» (o «SEÑOR»).
El «tetragrámaton» YHVH
Las cuatro consonantes que componen el nombre especial de Dios forman, en el
Antiguo Testamento, el nombre divino que más se usa para referirse al Dios de
Israel (unas 6.800 veces). Las cuatro consonantes hebreas (3) suelen transliterarse,
con grafía castellana, de la siguiente manera: YHWH o YHVH.
En el Antiguo Testamento encontramos dos formas cortas del
nombre: yh (Ex 15.2) y yhw, que aparece sobre todo como parte de nombres
propios. La presencia de estas formas cortas en documentos extra bíblicos
anteriores a Moisés, lleva a pensar que podrían ser las formas más antiguas del
nombre. Sin embargo, al decir de Walter Eichrodt y otros, la forma larga, YHVH, es
la apropiada para el nombre especial de Dios, y está directamente unida a la
revelación divina a Moisés. (4) Es importante señalar, al respecto, que la forma
larga del nombre divino se encuentra presente en la «Estela de Mesa» o «Estela
moabita», documento extrabíblico del siglo 9 a.C. Esa forma larga de cuatro
consonantes proviene, según el consenso general de los biblistas, de hwy/hwh,
raíz semítica del noroeste, empleada en el imperfecto del tema verbal simple, qal.
(5), Un problema todavía mayor tiene que ver con la pronunciación original y el
significado de la palabra, si es que lo tenía. Tal como se dice en el glosario de la
Reina-Valera 60, el consenso entre los biblistas es que «Yahveh» («Yahvé» o
«Yavé») fue, posiblemente, la pronunciación de la palabra. Varios textos griegos
provenientes del período patrístico corroboran tal pronunciación: Iabé, como la
transcribía Teodoreto de Ciro o Iaoué, como la transcribía Clemente de Alejandría.
Además, la forma «Yavé» responde de mejor manera a las reglas gramaticales del
hebreo bíblico. A esto debe añadirse el hecho de que esa secuencia fonética
aparece en un buen número de nombres amorreos). (6), En relación con el
significado, aunque se han ensayado varias propuestas, el texto bíblico (de
manera especial Ex 3.14; véase también Os 1.9), y los estudios filológicos en
general apuntan hacia una forma del verbo «ser» en hebreo. El verbo hebreo, a
diferencia del verbo castellano, tiene lo que en gramática se llama «temas
verbales». En el caso específico del nombre divino, Yahvé, los biblistas han
señalado que el nombre podría ser una forma del imperfecto del tema verbal
simple llamado qal o una forma del imperfecto del tema verbal causativo «hifil».

La escuela norteamericana, iniciada por William Albright, se inclina más por el


causativo y da al nombre divino el sentido de «el que causa la existencia» o «el
que crea». Aunque este sentido ha gozado de gran aceptación, en las últimas
décadas ha sido objeto de importantes objeciones.
De acuerdo con Tryggve N. D. Mettinger,(7) «YHVH» (o «Yahvé») significa
simplemente «Él es». Esto se deduce como consecuencia lógica de la forma verbal
en primera persona que aparece en Ex 3.14: (ehyeh) «Yo soy». Si Dios dice de sí
mismo: «Yo soy», el pueblo dice de Dios: «Él es». Esta es la postura que
actualmente goza de mayor aceptación. Véase como ejemplo la afirmación al
respecto de E. Jenni:(8)
…parece que debemos limitarnos prácticamente al modo qal «él es, se manifiesta
actuante» [...]. Esta explicación etimológica del nombre de Yahvé, que es la más
comúnmente aceptada entre los autores modernos, se parece mucho a la
presentada en Ex 3.14.
Hasta aquí podemos decir que aquellas versiones como la Nueva Biblia de
Jerusalén y La Biblia *Latinoamérica responden correctamente a las conclusiones
alcanzadas por la mayoría de los biblistas. El uso del nombre «Yahvé» o «Yavé»
para referirse al nombre especial de Dios es, en efecto, correcto. Sin embargo,
todavía falta responder la siguiente pregunta: ¿por qué la mayoría de las versiones
castellanas (o inglesas, francesas, portuguesas, alemanas) no sigue este consenso?
…si blasfemare el Nombre, que muera (Lv 24.16, RVR-60)
Existen muchos testimonios, tanto en la literatura bíblica como en la extra bíblica,
que demuestran lo sacrosanto que llegó a considerarse el nombre «Yahvé». La cita
de Levítico, así como el tercer mandamiento del decálogo, son dos ejemplos
importantes al respecto. A menudo leemos o escuchamos del cuidado con el que
los copistas judíos de la antigüedad transmitieron con profunda reverencia los
documentos que contenían el nombre de Dios. Se cuenta de varios escribas que
dejaban en blanco el espacio donde se debía escribir el nombre de Dios, y sólo lo
completaban después de una serie de ritos especiales de purificación. En otros
casos, el nombre se sustituía por cuatro puntos o se escribía con una grafía
especial, a menudo más antigua.
Aunque no se sabe la fecha exacta en la que se abandonó el uso del nombre en
los textos bíblicos, la mayoría de los especialistas considera que eso debió haber
sucedido en algún momento de la época posexílica. Tanto la Septuaginta como los
documentos procedentes del judaísmo rabínico (adyacente a las sinagogas)
indican que, para la lectura pública, cada vez que se llegaba a un texto que
contenía las consonantes YHVH, sustituían estas, especialmente, por la palabra
hebrea Adonay. En la Septuaginta, la palabra griega correspondiente es Kurios.
Varios libros bíblicos muestran que la palabra Elohim («Dios») también sustituyó
el nombre YHVH.
Además de las dos palabras ya mencionadas, se recurrió, también, a las
expresiones «el Nombre» y «el cielo». Este último ejemplo se nota sobre todo en
casos como el de Lucas 15.21 donde el «hijo perdido» le dice a su padre que había
ofendido al «cielo», sustituyendo así el uso del nombre sacrosanto.
¿Por qué «Jehová» y no «Yahvé» en la RVR-60 y en la RVR-95?
Cuando los masoretas (grupo de eruditos judíos de la Edad
Media) decidieron agregarle al texto bíblico hebreo la puntuación vocálica, con el
fin de evitar la pérdida de la pronunciación correcta de las Sagradas Escrituras,
trataron de manera muy especial el nombre divino. A las cuatro consonantes del
nombre sagrado, YHVH, le agregaron los signos vocálicos correspondientes a la
palabra hebrea Adonay, creando así lo que los especialistas llaman el qerê
perpetuum; es decir, aunque las consonantes permanecen a la vista, la verdadera
pronunciación del nombre quedó por siempre perdida. La combinación de las dos
palabras (consonantes del nombre original y vocales del nombre sustituto) dio
como resultado el nombre híbrido Yehovah.
(9) Para la mayoría de los lectores de este texto hebreo acompañado de signos
vocálicos (que hoy conocemos como «Texto Masorético», TM) no hubo problema
alguno: cada vez que aparecía el nombre compuesto, su mirada se centraba en las
vocales, no en las consonantes. Por ello, en la lectura pública jamás se
pronunciaban las consonantes.
El problema vino cuando los lectores y traductores cristianos empezaron a leer
el nombre híbrido. Sea por ignorancia o uso consciente, el caso es que para el
año 1100 d.C. ya aparecía en las traducciones y lecturas públicas de la iglesia el
nombre «Jehová». Los biblistas de la Ilustración y la Reforma no objetaron el
uso de «Jehová». No fue sino hasta el siglo 19 de nuestra era cuando los
biblistas empezaron a poner resistencia al uso del nombre híbrido,
reconociéndolo como una aberración gramatical.
El hecho de que tal nombre aparezca en varias versiones
antiguas conocidas, como la Reina-Valera y la King James (inglés), muestra que la
fuerza de la tradición perduró en ellas. Los traductores y revisores de esas
versiones, sobre todo en la antigüedad, lo tomaron del latín y lo transcribieron a
sus respectivas versiones. Muchos himnos en la tradición evangélica castellana
muestran ser también herederos de esa tradición.

¿Por qué «Señor» o «SEÑOR» en lugar de «Yahvé» o «Jehová»?


Cualquier lector de la Biblia que haya usado una buena
variedad de versiones contemporáneas tanto en castellano como en los otros
idiomas mayoritarios, descubrirá que la tendencia es evitar cualquiera forma del
nombre sacrosanto de Dios. En su lugar, siguiendo la tradición iniciada por la
Septuaginta, se usa el título «Señor» o «SEÑOR».
Así se respeta la larga tradición judía de no pronunciar el nombre sacrosanto de
Dios, y se opta por usar la traducción de una palabra cuya pronunciación y grafía
no tienen problema alguno: Adonay. Además, desde la perspectiva teológica, no
solo se resalta el hecho de que el nombre sacrosanto guarda un misterio y
encierra un secreto, sino que también reconoce que Jesucristo, a quien el Nuevo
Testamento se refiere como «Señor», es el mismo Dios del Antiguo Testamento a
quien la tradición judía también llama «Señor». 9- Algunos se preguntarán por
qué si Adonay empieza con la vocal «A», la palabra «Jehová» tiene como primera
vocal la «e». La explicación es esta: en el hebreo existe una semivocal llamada
«shevá» que normalmente se translitera como una «e» volada (e). El sonido de
esta semivocal se acerca más al de la «e»; sin embargo, cuando acompaña a
ciertas consonantes hebreas especiales, su sonido y grafía varían un poco. De allí
que la semivocal en la palabra se transcriba como «a» y no como «e»

JEHOVA NO EXISTE ….

Lic. Prof. Yehuda Ribco (Av 6, 5762 - 15/7/02)

BeShem H' El Olam= Jehová no existe


El Eterno es y fue conocido por varios nombres.
Cada uno de ellos, si están basados en raíces firmes, hacen referencia a alguna de
las manifestaciones de Dios sobre el Universo.
“Otras denominaciones pueden ser enmascaramientos, provocados por la
ignorancia o la iniquidad, ante la Revelación de Dios.
Él mismo se presentó con numerosos nombres, pues, ninguna palabra, ningún
concepto puede en efecto abarcar Su Realidad Inefable”.
Empero, el más grande de los profetas, Moshé, directamente le inquirió (Shemot
3:13): "Y dijo Moshé a Elohim; He aquí que llego yo a los hijos de Israel, y les digo,
El Elohim de sus padres me ha enviado a ustedes; si ellos me preguntaren; ¿Cuál
es su nombre? ¿Qué les responderé?"
Y H' dijo: "Eheie asher Eheie", que es traducido como "Soy el que Soy", y quizás
mejor: "Seré el que seré", pero indudablemente se lo puede reducir a "Yo Soy",
como expresa la misma Torá.
Es decir, el Eterno asegura que su nombre es sinónimo de Existente, de Ser.
De aquí es sencillo derivar que la Única Realidad es Él.
Él es el único que ES.
Pero, en Su diálogo con Moshé, añade (Ibíd. 15): "Y dijo más Elohim a Moshé; Así
dirás a los hijos de Israel; Hashem, (YHVH) el Elohim de sus padres, el Elohim de
Avraham, Elohim de Itzjac y Elohim de Iaacov, me ha enviado a ustedes. Este es mi
nombre para siempre, este es mi memorial por todos los siglos."
Y un poco más tarde: "Habló todavía Elohim a Moshé, y le dijo; Yo soy Hashem; Y
aparecí a Avraham, a Itzjac y a Iaacov bajo el nombre de El Shadai (Dios
Omnipotente), más en mi nombre Hashem (YHVH) no me notifiqué a ellos."
(Shemot 6:2,3)
Tenemos pues otro nombre, YHVH, que nosotros en general decimos Hashem, y
que en el momento de orar o de leer Torá, o de estudiar algunos pasajes de la
misma, declamamos como Adonai.
Pero, ¿qué es Hashem? ¿Qué Adonai? ¿Qué YHVH y cuál su correcta
pronunciación?
Para responder a la tercera de estas preguntas, YHVH es el nombre con el que
Dios quiso que se lo conociera cuando ejercía Su Voluntad Misericordiosa y
Justiciera.
YHVH es Su Nombre para ser conocido a perpetuidad.
Sin embargo, la dicción apropiada y correcta de YHVH se perdió hace siglos.
Quizás haya algunos sabios que posean el conocimiento de este misterio.
Sin dudas, con la venida del Mashiaj, éste será uno de los tesoros perdidos que
regresará al mundo.
Olvidamos la pronunciación por acatar el mandamiento que prohíbe la utilización
de Su Nombre en vano (Por ejemplo, Shemot 20:7). Los judíos en general al llegar
a la lectura del tetragrámaton o tetragrama ("las cuatro letras"), decían Adonai,
que puede ser traducido como "Mi Señor". (En la actualidad, se lo traduce como
Señor, El Señor, Dios, El Eterno, etc.)
Y así, con el transcurso de los siglos el olvido de la débil memoria humana incluso
devoró el Nombre Excelso.

Hashem, es "El Nombre".


Se denomina simplemente así, pues para preservar el mismo mandamiento antes
mencionado, se reserva la articulación "Adonai" para las ocasiones mencionadas
anteriormente.
Además, H' (Hashem) es la manera de afirmar que el único nombre que identifica
realmente al Eterno, es aquel que ni siquiera Lo nombra, pues, como ya dijimos,
nada existente abarca Su Realidad.
¿Qué ocurre con Jehová y con Yavé?
El hebreo clásico, antiguo y moderno, cuando es escrito sólo cuenta con
caracteres para las consonantes.
Es decir, al descifrar lo escrito, sólo contamos con la ayuda de consonantes y de
nuestro fondo de conocimiento lexical del hebreo.
Por ejemplo, si el español escrito siguiera el mismo esquema que el hebreo,
podríamos leer los siguientes grafemas:
MT, así: mata, mate, maté, mati, mato, mató, meta, mete, meto, mito, mita, etc.
Las letras YHVH entonces, ¿Cómo se pronuncian?
Como dijimos no sabemos. Lo que sabemos es que al llegar a esta palabra
nosotros decimos aDoNaI.
¿Qué hicieron los sabios judíos medievales cuando inventaron un sistema de
puntuación para marcar las vocales?
Pues, insertaron las marcas vocales de aDoNaI entre las consonantes de YHVH. (La
"I" de Adonai en realidad corresponde a la media vocal Yud, "Y").
La palabra quedaba así: "YaHoVaH".
Por una regla gramatical que ahora no explicaremos, la primera "A" de Adonai, se
transforma en una "E" breve. Así pues, escrito aparecía: "YeHovaH".
De esta manera, en los libros escritos con la novedosa notación, al llegar a YHVH
uno la encontraba punteada con las vocales de aDoNaI. ¿Para qué? Pues, para
que el lector recordara que esa palabra se pronunciaba Adonai, y no de otra
forma.
entre los primeros cristianos se comenzó a leer erróneamente "Jehová".
Erróneamente pues se mezclaba en la dicción lo que era para leer y lo que era
para decir...
Para que quede un poco más claro, supongamos que la palabra "libertad" por ley
estatal no se debe pronunciar. Y supongamos que es un su lugar la gente dice
"zapallo". Y sigamos suponiendo que a alguien se le antojo mezclar las
consonantes de la palabra prohibida con las vocales de la palabra usada. En los
escritos aparecería: "LaBaRToD".
¿En realidad dice labartod?
¿Es eso lo que se quiere pronunciar?
¿Es que alguien sabe en efecto que es un labartod?
Simplemente, lo que debería leerse zapallo, al estar escrito libertad, al final se
pronuncia: labartod.
En conclusión labartod, no existe, es un error.
Así mismo, Jehová NO EXISTE, es un error, basado en profunda ignorancia, o en
alguna otra cosa que sustente el error.
Yavé, que es otra de las "traducciones" de YHVH, puede tener un fundamento un
poco menos equivocado, sin ser, igualmente, correcto.
En hebreo el verbo Ser no tiene conjugación presente. Si pasado, futuro,
imperativo, pero No presente.
Si YHVH es Yo SOY, ¿cómo se pronuncia lo que no tiene existencia idiomática?
Yo era es "Haiti".
Yo seré es "Heheie"
Si en el grafema YHVH intercalamos la primera vocal del tiempo pasado y la última
del futuro, nos quedaría: "YhaVeH", finalmente, leemos "Yavé".
Como podemos apreciar, El Eterno puede ser nombrado de diversas maneras.
Sin embargo, ¿por qué llamarlo por lo que no es correcto?

EL DICCIONARIO DE HEBREO BÍBLICO:

Escrito por Moisés Chávez, editorial Mundo Hispano; es profesor de Hebreo y


escritor de varios libros. Nos presenta algunos aportes respecto a los nombres y
epítetos de Dios incluyendo su Nombre Personal.
• NOMBRES GENÉRICOS:
• EL = DIOS
• ELÓAH= DIOS
• BAAL= SEÑOR, MARIDO
• ADÓN= SEÑOR
• ZUR= ROCA
• MÉLEJ= REY
• AV= PADRE
• SHOFÉT= JUEZ
• ROÉH= PASTOR

• NOMBRES COMBINADOS:
• EL SHADAI= DIOS DEL MONTE
• EL ELYÓN= DIOS ALTÍSIMO
• EL OLÁM= DIOS ETERNO
• EL BETEL= DIOS DE BETEL
• EL BRIT= DIOS DEL PACTO
• EL ROÍ= DIOS QUE ME VE; DIOS QUE ME PROVEE

• NOMBRES ADAPTADOS:
• ELOHIM= DIOS (DIOSES)
• ADONAY= EL SEÑOR (SEÑORES)
• HA-SHEM= EL NOMBRE

• EPÍTETOS QUE DESTACAN LOS ATRIBUTOS DIVINOS:


• ELOHIM JAYÍM= DIOS VIVIENTE
• ATÍD YOMÍN= ANCIANO DE DÍAS
• EL QANÁ= DIOS CELOSO
• EL RAJÚM= DIOS MISERICORDIOSO
• EL TETRAGRAMATON SAGRADO:
• YHVH= LÉASE ADONAY
• ADONAY= SEÑOR DIOS
• ADONAY TSEVAÓT= SEÑOR DE LOS EJÉRCITOS

En el primer grupo tenemos términos usados para designar a Dios,


que son comunes al hebreo y a otros idiomas semíticos, mayormente
los dialectos de Canaán. El más difundido es EL. El nombre ZUR, como lo
indicamos en otro lugar, parece haber sido el nombre o al menos el
título de una divinidad cananea. Lo mismo podemos decir del nombre
MÉLEJ, REY, dado también a la divinidad nacional de los hijos de AMÓN.
Aunque nos parezca chocante, el nombre BAAL, que significa SEÑOR o
MARIDO, aparece en los registros bíblicos usado para referirse al Dios
de Israel, a pesar del rechazo que este nombre producía entre los fieles
seguidores del Dios de Israel.
En el segundo bloque aparece una serie de designaciones de Dios
frecuentes en las narrativas que enfocan el período patriarcal. Estos
nombres son estudiados en nuestro libro de Hebreo Bíblico… pero uno
de ellos, en especial, llama nuestra atención en este acápite: el nombre
Shadai o El Shadai,… TODOPODEROSO ó DIOS TODO PODEROSO. Puesto
que esta traducción se basa en un midrash eisegético que ya ha sido
superado, proponemos dejar este nombre sin traducir, solo
transliterado como: SHADAI, PARA QUE permita reflexionar al respecto,
cosa que su traducción evita.

Los nombres del tercer grupo profundizan más en los atributos del
Dios de Israel. El primer nombre: ELOHIM, es la forma plural del
nombre: ELÓAH, y como tal puede referirse a los dioses en general. Pero
la fe monoteísta adaptó esta palabra para referirse al único Dios,
dándole el carácter de plural de intensidad o majestad y haciéndolo
concordar contra las reglas de la gramática con adjetivos en singular…
El segundo nombre: ADONAY; es también una forma plural con
sufijo pronominal de primera persona, pero usado exclusivamente para
referirse al Dios de Israel.
El nombre: HA-SHEM; es elíptico y evita la mención de cualquier
nombre dado a Dios, aunque es posible que en Lev. 24.11 tenemos una
alusión al tetragramaton Sagrado.
El nombre: EL ELOHÉI Israel es algo difícil de traducir, debido a que
las dos primeras palabras se traducen “Dios”. La forma pleonástica de
esta apelación demuestra el conflicto que experimentaba el israelita
para referirse a su Dios en los términos genéricos usados en Canaán
para referirse a un dios específico.
El cuarto grupo incluye epítetos que se refieren a la existencia, a la
eternidad y a los atributos del carácter de Dios. Con relación a este
último tema, hemos dejado de lado los numerosos adjetivos
relacionados con Dios, y solamente presentamos los que tienen el
componente “EL”. EL epíteto Atiq Yomín está en arameo. Dn. 7:9
En el quinto grupo tenemos el nombre que es considerado el único
revelado. El pueblo judío siempre evitó llevar este nombre a sus labios.
Este es el nombre impronunciable. En la LXX aparece traducido por las
palabras que se traducen: “EL SEÑOR”. Un intento de pronunciarlo con
las vocales del nombre: ADONAY produjo el nombre: JEHOVAH,
herencia de la traducción Reina-Valera. Quizás sea más adecuado
vocalizarlo como una forma verbal, como se insinúa en Ex. 3.14
leyéndolo: YAHVEH. UNA ALTERNATIVA MENOS COMPROMETEDORA es
simplemente transliterarlo: YHVH.
Yod= mano; su signo original era la figura de una mano
Hei= esta letra adquirió carácter de algo sagrado. Es un elemento
teorófico en nombres; véase el caso de Abraham entre muchos casos. El
tetragramaton la tiene dos veces
Vav= gancho.

NUEVO DICCIONARIO BÍBLICO

DIOS, NOMBRES DE:

En la consideración de los diversos nombres, títulos, o


descripciones de Dios en el A.T. hay tres términos de importancia
básica: él, ˆelohim, y Yahveh (Jehová)…

• Nombres:
A.- EL (él), “Dios” ó dios: en las vss, castellanas tiene cognados en
otras lenguas semíticas, y significa dios en el sentido más amplio,
verdadero o falso.
B.- ELYON, ÉL ELYON; “Dios altísimo”, era el título de Dios como lo
adoraba Melquisedec. Véase: Nm, 24.16; Sal. 7.17; 18.13.
C.- ELOHIM: Si bien se trata de una forma plural, puede considerarse
como singular, en cuyo caso significa la deidad única y suprema, se
traduce Dios. Su uso es adecuado para referirse a su aspecto cósmico
y mundial (Gn. 1.1), y se trata de una persona; se acerca a la
naturaleza de un nombre propio, sin perder la cualidad abstracta y
conceptual.
D.- ELOAH: Tiene el mismo significado que el de “EL” PERO en forma
singular. Se encuentra principalmente en las poesías del A.T.
E.- JEHOVÁ: El vocablo hebreo YAHVÉH se traduce generalmente
“Jehová”… se originó de la siguiente manera: el texto hebreo original
no tenía vocales; con el tiempo se consideró que el tetragramaton
“YHWH” era demasiado sagrado para que se pronunciara; de modo
que al leer se lo sustituía por ADONAY (MI SEÑOR), y las vocales de
esta palabra fueron combinadas con las consonantes YHWH para
hacer “Jehová”, forma que se comprueba por primera vez a
comienzos del siglo XII d.C.
Estrictamente hablando YAHVEH es el único nombre de Dios.

LA VERSIÓN BÍBLICA DE LAS AMÉRICAS

Hay una nota en esta versión en los principios de Traducción que


dice:
EL NOMBRE DE DIOS. Para el nombre de Dios hay varias palabras en
hebreo: uno de los más comunes es “Elohim” traducido “Dios”; otro
es “Adonai” traducido “Señor”; pero el nombre asignado a Dios
como su nombre especial o su nombre propio, tiene en hebreo estas
cuatro letras YHWH. Este no era pronunciado por los hebreos debido
a la reverencia que tenían
a lo sagrado de este nombre de la divinidad, y lo sustituían por otro
de los nombres de Dios. La versión griega del AT conocida como
septuaginta (LXX), o versión de los setenta, traduce “YHWH”
generalmente como “KURIOS” (SEÑOR), Y la Vulgata latina, que tuvo
también una gran influencia en la traducción de la Biblia a muchos
idiomas, lo traduce por “DOMINUS” (SEÑOR). En LA BIBLIA DE LAS
AMÉRICAS hemos usado el nombre de “SEÑOR” (todo en
mayúsculas) para traducir el tetragramaton. Cuando este nombre
ocurre junto al nombre “ADONAI” (SEÑOR) entonces “YHWH” es
traducido “DIOS” todo en (mayúsculas) con la nota correspondiente.
Algunas versiones traducen este nombre por “Jehová” y otras por
“Yavé” ó Yahveh”.

NUEVA VERSIÓN INTERNACIONAL

En el Antiguo Testamento se ha usado el vocablo SEÑOR para


representar las cuatro consonantes hebreas que constituyen el
nombre de Dios, es decir: YHVH, que posiblemente se pronunciaba
Yahvé. La combinación de estas cuatro consonantes con la forma
reverencial Adonay… dieron como resultado el nombre “Jehová” que
se ha usado en las versiones tradicionales. En pasajes donde YHVH y
ADONAY aparecen juntos, se ha variado la traducción por ejemplo:
Señor mi Dios.
Bibliografía del Dr. Edesio Sánchez
Jenni, Ernest 1978 «Yhwh Yahvé», en: Diccionario teológico manual del Antiguo
Testamento, Volumen I, cols. 967-975. Madrid: Ediciones Cristiandad Mettinger,
Tryggve N.D.
1994 Buscando a Dios: significado y mensaje de los nombres divinos en la Biblia.
Córdoba: Ediciones El Almendro Rad, Gerhard Von

Diccionario de Hebreo Bíblico por Moisés Chávez, Editorial Mundo Hispano


edición 1997. Páginas 820 a la 823.

Nueva versión Internacional 1999; por la Sociedad Bíblica Internacional.


Sociedad Bíblica Internacional; Miami Florida. EE.UU
1972 Teología del Antiguo Testamento, Volumen I. Salamanca: Ediciones Sígueme
Vaux, Roland De
1974 Historia antigua de Israel, Volumen I. Madrid: Ediciones Cristiandad
1-La versión Reina-Valera Actualizada escribe el nombre de Dios de la siguiente
manera: «Jehovah», como intento de reproducir las cuatro consonantes (o
tetragrámaton) del nombre hebreo.
2- Lo mismo hace La Biblia de las Américas.
3- Recuérdese que el hebreo se lee de derecha a izquierda.
4- Walter Eichrodt, Teología del Antiguo Testamento I, p. 173.
5- Roland De Vaux, Historia antigua de Israel I, p. 336 y 339.
6- De Vaux, p. 332.
7- Buscando a Dios. Significado y mensaje de los nombres divinos en la Biblia, p.
45-51.
8- Yhwh Yahvé», Diccionario teológico manual del Antiguo Testamento I, p. 969-
970.
La Biblia de Las Américas 1997, by The Lockman Foundation La Habra, California
90631

Nuevo Diccionario Bíblico; primera edición, año 1982. Páginas 372, 373.
____________________________________________________
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Gracias a Dios por su gracia infinita y su don inefable al permitirme realizar este trabajo y
compilación sobre el sacrosanto nombre de nuestro Dios. Queda esa incertidumbre de saber
el nombre divino, pues recordemos aquellas palabras: “porqué preguntas por mi nombre ya
que es admirable”.

Su hermano en Cristo: Félix Martínez


Cualquier comentario o sugerencia puede realizarla a través del web site
www.felixconfencista019@gmail.com ó al teléfono: 0416-820-34-97

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