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CONCLUSIONES

TEMA 5

Nombres: Marco Coto y David Harutyunyan


Clase: 3rb
Conclusiones

El mundo actual se encuentra en una etapa de Globalización o mundialización, en la que


diferentes países comparten un mercado común y un sistema económico capitalista, surgido
en la Edad Moderna (1492-1789) y dominante hasta la actualidad. Sin embargo, después de la
crisis del 2008 y en el contexto post pandémico, problemas estructurales como la desigualdad
social hacen que la sociedad actual sea frágil y haya falta de crecimiento social e igualitario.

Para buscar soluciones a esta situación, podemos mirar al pasado y ver cómo se enfrentaron
otros retos. En el siglo XIV, la Peste Negra acabó con las estructuras sociales y económicas
feudales, lo que llevó al surgimiento del humanismo en el Renacimiento (siglo XVI). Este
movimiento tuvo su origen en la burguesía y buscó el desarrollo intelectual y cultural.
También durante el Renacimiento, hubo grandes innovaciones como la imprenta, las rutas
marítimas y la conquista de nuevos continentes, lo que inició un proceso de globalización
temprana.

Los cambios en el sistema económico y político del sistema feudal al capitalista no fueron
siempre fáciles y se produjeron violentos conflictos a finales del siglo XV. En el siglo
siguiente, la Reforma Protestante (1517) fue un reflejo de esta fractura religiosa, que llevó al
poder de Martin Lutero. La Iglesia Católica respondió con la Contrarreforma Católica y el
intento de difundir los dogmas del catolicismo más allá de las fronteras europeas.

La Época de los Descubrimientos, a finales del siglo XV y principios del XVI, fue el impulso
que llevó al cambio del sistema feudal al capitalista y comenzó como consecuencia de la
caída de Constantinopla en 1453, que interrumpió las rutas comerciales de Europa hacia Asia.
Como resultado, surgió la necesidad de encontrar nuevas rutas comerciales por mar, lo que
llevó al descubrimiento de América en 1492 por Cristóbal Colón y a la globalización del
comercio en el siglo XVI a través de la navegación. Navegantes como Vasco Núñez de
Balboa fueron de gran importancia para descubrir nuevos mercados y cantidades de metales
de oro y plata. Los nuevos mercados aumentaron la demanda de productos agrícolas e
industriales, lo que llevó a una mayor producción, pero no se produjo un cambio estructural
de la demanda, lo que condujo a un aumento de los precios y la desigualdad debido a la falta
de aumento de sueldos. A esto se le llamó la Revolución de precios y provocó una gran crisis
global en todos los países europeos, lo que llevó a una serie de políticas centralizadoras y al
desarrollo de una serie de imperios, como la Casa de Austria en España, a lo largo del siglo
XVI y XVII.

En términos políticos, este período fue el momento en que los reyes aprovecharon para
establecer y expandir su poder, estableciendo el Estado Moderno, un nuevo modelo de Estado
que fue apoyado por la burguesía con el fin de hacer desaparecer a los señores feudales, que
habían influido en la toma de decisiones económicas y sociales en tiempos anteriores. La
formación del Estado Moderno tuvo consecuencias políticas y económicas, ya que la
concentración del dominio sobre las tierras alrededor de la figura de los monarcas europeos
afectó a las élites locales de carácter feudal, lo que llevó a una constante pérdida de su poder
en beneficio de las clases burguesas. En esta etapa se desarrolló el absolutismo o
Absolutismo, momento en el que la monarquía se impuso en Europa como régimen
dominante entre los siglos XVI y XVII, como fue el caso de las monarquías de España,
Francia y Reino Unido, que condujo a una política centralizadora y proteccionista debido a la
inflación.

¿Cómo se solucionó el problema de la inflación en tiempos posteriores?


La elevación de los precios a lo largo del tiempo produjo una disparidad social y una
reducción del nivel de vida que llevó a la burguesía a sentir la necesidad de crear un
movimiento intelectual y cultural conocido como la Ilustración. Sus ideales principales eran
motivar y hacer realidad el progreso social a través del poder de la razón. Importantes autores
de este movimiento, como John Locke, creían que los seres humanos vivían en un estado de
naturaleza en completa armonía, sujetos a las leyes naturales y con derecho a hacer justicia
por sí mismos e imponer una limitación en la propiedad privada mediante el uso de elementos
perecederos.
Las ideas de la Ilustración encabezaron revoluciones sociales y políticas, como la revolución
inglesa (1642-1688) que tuvo lugar por la lucha entre la cabeza de la monarquía inglesa que
buscaba un gobierno autocrático y el Parlamento que quería limitar el poder monárquico. El
resultado fue la ejecución de Carlos I y la República (1649-1660), que a su vez se convirtió
en la monarquía del Parlamento.
En 1789, la Revolución Francesa dio lugar a un cambio político que transformó las
sociedades del siglo XIX desde una perspectiva social y económica. Desde un punto de vista
económico, la primera Revolución Industrial (1750-1850) implicó la transición de una
sociedad agrícola a una sociedad industrial, donde la fábrica se convirtió en el centro
económico, caracterizado por el salario como recompensa, base del capitalismo, impulsado
por el desarrollo de la máquina de vapor. La Segunda Revolución Industrial (1850-1970)
introdujo nuevas formas de control de la producción como el Fordismo, la producción en
cadena, un salario digno y con ello la especulación financiera. Las revoluciones industriales
resolvieron la inflación, al aumentar la producción y permitir a las diferentes sociedades
europeas escapar de la llamada trampa Malthusiana.
A lo largo del tiempo, los precios aumentaron, lo que provocó una desigualdad social y una
disminución del nivel de vida. Esta situación llevó a la burguesía a crear un movimiento
intelectual y cultural llamado la Ilustración, que defendía el progreso social a través del poder
de la razón. Los autores más destacados de este movimiento, como John Locke, sostenían que
los seres humanos vivían en armonía y tenían derecho a hacer justicia por sí mismos e
imponer una limitación en la propiedad privada mediante el uso de elementos perecederos.

Desde un punto de vista económico, la primera Revolución Industrial (1750-1850) implicó un


cambio en la sociedad hacia una economía industrial, donde la fábrica se convirtió en el
centro económico y el salario se convirtió en la base del capitalismo, gracias a la introducción
de la máquina de vapor. La Segunda Revolución Industrial (1850-1970) introdujo nuevas
formas de control de la producción, como el Fordismo y la producción en cadena, así como el
establecimiento de un salario digno y la especulación financiera. Esta inestabilidad
económica y política provocó una serie de sucesos sociales que indujeron finalmente a la
Segunda Guerra Mundial (1939-45), guerra global que se desarrolló en diferentes frentes:
Europa Occidental, el frente ruso, el Norte de África y el extremo Oriente. Como
consecuencia de la guerra, y las diferentes conferencias de Potsdam y de Yalta, se inició la
Guerra Fría (1945-1991), un enfrentamiento entre el bando oriental, o del este, donde se
desarrolló el sistema comunista que fue el pilar ideológico de la Unión Soviética y, en el
bando occidental, donde todo giraba alrededor del sistema capitalista e instituciones políticas
como las Naciones Unidas (1945), la OTAN (1949), y la Unión Europea (1950). Después de
la guerra apareció en Europa el Estado de Bienestar alrededor de 1945, con el fin de superar
la Gran Depresión de la década de 1930 bajo una forma de intervencionismo estatal o de
Estado socializante. Este tipo de estado es un concepto de la ciencia política y económica con
el que se designa a un modelo general del Estado y de la organización social, según la cual el
Estado provee servicios en cumplimiento de los derechos sociales a la totalidad de los
habitantes de un país a través de los impuestos. La Segunda Globalización se inició en 1991,
después de la caída de la Unión Soviética, y mediante la deslocalización industrial que
motivó una serie de procesos e intervenciones empresariales en el tercer mundo que
provocaron movimientos insurreccionales y financieros en los países más industrializados
que condicionaron el inicio del siglo XXI; un siglo de cambios históricos y de continuos
procesos tecnológicos influido por varios momentos cruciales como fue la caída de las Torres
Gemelas en 2001 que rompió con diez años de aparente paz (1991-2001) solo rota por la
Guerra del Golfo en 1991 o las guerras yugoslavas entre el 1991 al 2001, en el que apareció
la política del terror, o terrorismo. La inseguridad del mundo financiero por culpa de los
sucesos del 11-S activó una serie de políticas crediticias que provocaron la crisis del 2008 por
culpa de los créditos suprime que hundieron la economía mundial, poniendo en duda
estructuras tan sólidas como la Unión Europea que, con el euro, condicionaron economías
como las del sur de Europa. Y, por último, en el presente la pandemia del COVID’19, que ha
mostrado las carencias del sistema global actual. En nuestro mundo el mayor peligro es la
exclusión social de un sistema basado en la producción y la explotación, un proceso global
que no ha sido tejido por un sistema político que, mediante la formación en masa del
conocimiento, ofreciera crecer sistemas sociales libres.

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