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01-05-2016

UNIVERSIDAD ADOLFO IBAÑEZ;

ESCUELA DE GOBIERNO

PROFESOR JUAN WILSON LAZO

Globalización y Política

Diego Jansson Alvarado


A lo largo de la historia, han existido distintas escuelas de pensamiento político
que han estudiado la forma en que los Estados se relacionan entre sí, sin
embargo, es importante señalar que el estudiar las relaciones internacionales
como una disciplina particular y no perteneciente a otra, ha sido algo que se ha
venido haciendo hace muy poco tiempo. Ya que si bien, estas eran materia de
estudio, estos se hacían en base a otras ciencias sociales, como el Derecho,
entendiendo el cómo los diversos actores políticos (principalmente Estados y en
un menor grado, diversas ONG u organizaciones que los países crean como la
ONU) se normaban entre ellos a través de los tratados que los Estados celebran,
resoluciones en conjunto, o simplemente, a través de las diversas costumbres que
ellos mismos crean; a través de la economía, en la que analizan los modelos
económicos que las naciones tienen a través de la macroeconomía, y los diversos
intercambios que realizan; o simplemente a través de las ciencias políticas
propiamente tales, donde se analizaba desde una perspectiva de políticas internas
llevadas a un nivel más macro, entre países. Sin embargo, hoy en día se ha
entendido que las relaciones internacionales son tan complejas, que, para poder
ser entendidas en profundidad, requieren ser estudiadas a cabalidad, para lo cual,
se debe entender que se trata de una disciplina como tal, por tanto, no puede ser
estudiada dentro de otra.

Existen muchas escuelas de pensamiento que se dedican a instruir sobre las


relaciones a nivel internacional, siendo cada una distinta entre sí, partiendo desde
cuales son los agentes participantes en estas relaciones, hasta el objetivo que se
quiere alcanzar.

Sin ir más lejos, tenemos las escuelas realistas, las que tienen como premisa el
entender al Estado de cada país, como el único agente que tiene un rol activo en
este juego político (no necesariamente niega la existencia de otros sujetos
internacionales, pero no tienen relevancia), además de centrarse en el lado
positivo de este estudio, es decir, no se preocupan de lo que está bien o mal (ya
sea moral, político, económico, etc.), sino de lo que es, por lo que se trata más
que nada de una escuela objetiva que trata de definir estas relaciones de la
manera que se realmente son. En otras palabras, lo único que hace es, desde una
perspectiva histórica, recordar los sucesos acontecidos, hasta la fecha. Esta teoría
surge históricamente como una reacción a las teorías tradicionales de corte
idealista, y se consolida con la aparición del libro “politics among Nations” del
profesor Hans J. Morgenthau1, donde Hans escribe en uno de sus párrafos “El
realismo sostiene que los principios de la moral universal no pueden ser aplicados
a la acción de los Estados. […] el sujeto puede decir para sí mismo: “deja que se
haga justicia, aunque se caiga el cielo”, pero el Estado no tiene derecho para decir
aquello, en nombre de quienes tiene bajo su cuidado.”2. Para esta teoría, lo válido
es un sistema de pesos y contrapesos, lo cual, en términos de Montesquieu,
equivale a “sólo el poder controla el poder”.

Por otra parte, esta teoría ha sido duramente criticada por su énfasis en el poder y
su presunto pesimismo en la capacidad humana para relacionarse en forma
sensata en el plano internacional. Además de verse expuesta a todas las críticas
posibles hechas al positivismo, entre la que podemos citar la perteneciente a
Popper, quien, en su libro, “la sociedad abierta y sus enemigos”, señala que hay
ciertas leyes naturales, que no puede ser violadas, por más que la voluntad
soberana, así lo quiera, dando como ejemplo “nadie puede gastar más de lo que
tiene en su bolsillo” (obviamente no existían las tarjetas de crédito en ese
momento), asimismo, las escuelas positivistas en general se vieron bastante
golpeadas al final de la segunda guerra mundial, pues Hitler, quien encarna la
figura de todo el mal de la mitad de siglo, había sido avalado por esta corriente de
pensamiento al cometer sus crímenes, pues la gran mayoría del pueblo alemán,
estaba de acuerdo, lo que derivó en la creación de la ONU, y su Pacto de
Derechos Humanos en 1948, siendo la primera vez que se establecía un pacto
obligatorio para todos los Estados, incluso si es que no ratificaba el pacto, pues se
entiende que contienen normas de Ius Cogens, las cuales son obligatorias para
todos los Estados, quieran o no.
1
Claudio Collados, Relaciones Internacionales-teoría general, p. 34
2
Hans Morgenthau and Kenneth Thompson, Politics Among Nations,6° edición, New York: McGraw-Hill,
1985, p. 165.
Posteriormente, surge la teoría neo-realista, como una reacción ética al realismo
exacerbado, la cual plantea la necesidad de un marco ético, instaurando debates
acerca del rol estatal en el plano internacional, ya que si bien, mantiene la tesis de
la realidad del poder estatal (al igual que el realismo clásico), insiste en la
necesidad del poder justo (Milton Friedman). Esta teoría deriva en dos tesis
distintas: la tesis restrictiva, que entiende al Estado como el ente todopoderoso,
que es capaz de coartar los derechos de los ciudadanos, por lo cual, esta teoría
entiende que se abstenga de intervenir en el mayor grado posible, es decir, debe
respetar la libertad negativa de las personas (idea desarrollada por la Revolución
Francesa), en el sentido de dejarlos llevar su vida, de la manera que quieran,
siempre y cuando, esto no vulnere los derechos de los demás; y la tesis de la
ampliación, desarrollada por Brzezinski y Carter, la cual a diferencia del realismo
clásico, reconoce la acción de los demás actores emergentes.

Otra teoría clásica, es el idealismo, la que surge producto del avance del derecho
internacional, y gana mayor poder después de primera guerra mundial. Se
caracteriza por ver al Gobierno como el principal problema de las relaciones
internacionales, pues es quien tiene el monopolio de la coacción, ya sea a nivel
interno, como a nivel externo, ya que es quien tiene control de su ejército, por
tanto, tradicionalmente es el único capaz de librar guerras. Este enfoque tiene
como autor clásico a Paul Guggenheim, quien fue un destacado abogado de
derecho internacional, quién en 1952, se convirtió en juez arbitrador de la Corte
Permanente de Arbitraje Internacional. Es importante señalar que, para los
idealistas, quienes iniciaron el estudio de las relaciones internacionales a partir de
la entones reciente experiencia de la primera guerra mundial, el sistema de política
internacional debía ser transformado desde su clásica perspectiva de juego de
poder entre Estados, a uno que permitiera establecer las condiciones de “una paz
universal, estable y duradera” 3, quienes creyeron en la viabilidad de la seguridad
colectiva, la que debía estar basada en la disposición de los diferentes estados-
naciones para responder conjuntamente a cualquier intento de agresión y para

3
Carlos Miranda, Realismo e idealismo en el estudio de las relaciones internacionales: la influencia
de Hobbes y Kant, p. 93
crear una organización internacional investida de las facultades necesarias para
promover esa acción concentrada. En otros términos, los idealistas postulaban
como el antídoto más eficaz contra la guerra, el establecimiento de un gobierno
mundial que tuviera el monopolio de la fuerza militar y el cual estuviera provisto de
efectivos poderes de coacción para resolver las disputas que eventualmente
pudieran suscitarse entre los Estados4. Por lo que, en definitiva, los idealistas
propugnaban desarrollar una política internacional configurada en base a los
postulados de Kant, de fines del siglo XVIII, es decir, una política racional, liberal e
ilustrada5.

Otra teoría, es histórico-sociológica, la cual es considerada como una posición


próxima al realismo, pero en contacto con conceptos del enfoque científico, por
tanto, más que una teoría, en el sentido de una explicación global, es un
procedimiento inductivo que inserta la historia en un contexto sociológico, cuyo
enfoque básico es considerar al mundo como un ámbito en el que entidades
políticas, independientemente o agrupadas en organizaciones internacionales,
compiten, chocan y cooperan como actores sociales en busca de la seguridad y
prosperidad de sus habitantes, empleando su fuerza colectiva para acomodarse a
la realidad circundante6.

Es por esto, en definitiva, que el considerar el estudio de las relaciones


internacionales como una simple organización o mirada contemporánea de
muchos procesos anteriores, es bastante errado, pues si bien, se le puede dar un
enfoque meramente histórico, este quedaría incompleto, pues hay muchos
factores que quedarían afuera, por tanto, dan una aproximación errada de cómo
es el mundo. A modo de ejemplo, se puede citar el caso la Unión Soviética, post
segunda guerra mundial, que era considerada por occidente (principalmente
Estados Unidos), como un país primitivo, dictatorial pero benévolo, que concurriría
a la creación de la ONU, pues se vería necesitado de recursos e inversión. Sin

4
Carlos Miranda, Realismo e idealismo en el estudio de las relaciones internacionales: la influencia de
Hobbes y Kant, p. 94
5
Carlos Miranda, Realismo e idealismo en el estudio de las relaciones internacionales: la influencia de
Hobbes y Kant, p. 94
6
Claudio Collados, Relaciones Internacionales-teoría general, p. 34
embargo, la URSS no sólo no participa en la conformación de la ONU; anexa
países de Europa del Este, denominándolos países satélites; sino que también,
logra detonar su propia bomba nuclear en el año 1949, erigiéndose como la mayor
amenaza de Occidente, en lo que resta del siglo XX. Esto, hubiera podido
preverse de haber adoptado una mirada marxista, ya que no está de más
recordar, que el modelo soviético está basado en su interpretación del modelo
presentado por Karl Marx en el siglo XIX, en la cual se entiende que el modelo
comunista debe ser llevado a todo el mundo, idea que fue recogida por el bloque
comunista. Por otro lado, la teoría adoptada por Occidente, poseía el error
reconocido por Huntington, denominado como “universalismo occidental”, en
donde se tratan de imponer los valores occidentales, como la democracia o los
derechos humanos, al resto de las sociedades, lo cual muchísimas veces es
rechazado.

En cuanto a las escuelas de pensamiento, es posible decir que cada una


representa una mirada estructuralmente distinta entre sí, en la que sólo comparten
el objeto de estudio, es decir, las relaciones internacionales. Cada una de las
escuelas, analiza bajo su propio prisma un mismo hecho. Por ejemplo, la
revolución francesa, y posterior declaración de los derechos del hombre y del
ciudadano, para un idealista se puede entender como un paso a una sociedad
idónea, en respeto de los derechos humanos de cada uno, por tanto, deben ser
erigidos como pilares fundamentales de cada sociedad.

Pero para un marxista, esta declaración no es nada más que la consolidación de


la dictadura de la burguesía, entendiendo todos estos derechos, como una
expresión del hombre egoísta, lo cual es señalado por Marx, y ante lo cual escribe
“ninguno de los derechos del hombre va más allá del hombre egoísta, del hombre
considerado como miembro de la sociedad, burguesa: es decir, del individuo
replegado en sí mismo, en su interés privado y en su arbitrio individual y disociado
de la comunidad. Muy lejos de concebir al hombre como ser genérico, estos
derechos hacen, por el contrario, de la sociedad un marco externo a los
individuos, una limitación impuesta a su independencia originaria. El único nexo
que los mantiene en cohesión es la necesidad natural, la necesidad y el interés
privado, la conservación de su propiedad y de su egoísta persona”7.

De la misma manera, esta declaración de derechos, para un positivista utilitarista,


como Bentham, no son más que creaciones humanas útiles para alcanzar un fin
determinado, por lo cual, en cuanto estos derechos dejen de ser útiles, las
sociedades van a poder prescindir de ellos. Idea similar posee Hans Kelsen,
quien, en su libro, “Teoría Pura del Derecho” señala que estos derechos son
simplemente creaciones humanas que tienen por función regular la relación entre
el Estado y los ciudadanos de éste, por tanto, pueden ser modificados cuando se
requiera, a través del proceso reconocido institucionalmente, que por lo general es
que dicha modificación se haga por el legislativo y luego aprobada por el ejecutivo.

De la misma manera, cada teoría y escuela de pensamiento tiene un fundamento


distinto del objetivo que se debe alcanzar. En el modelo idealista, por ejemplo, se
puede citar a Kant, quien considera que un pacto entre los pueblos da lugar a la
constitución de una corporación o federación de la paz que conduce a la
terminación de todas las guerras para siempre, pese a que él mismo considera
improbable que dicha realización sea de fácil logro. Pero afirma, sin embargo, que
un camino de acercamiento es racionalmente posible, y en todo caso, siempre es
deseable8.

Los realistas como Hobbes o Maquiavelo en cambio, no creen que los conflictos
entre Estados se solucionen por la imposición de un gobierno único de tipo
universal, que correspondería a la teoría idealista, sino que además es
inconveniente, pues del mismo modo que el Estado interno puede conducir al fin
de las libertades individuales un supra Estado puede acarrear el peligro del fin de
las libertades de los Estados-nacionales miembros, por lo que demandan la
creación de un orden mejor por el imperio del Derecho, entendido este en términos
de Böckenforde, como la sumisión del Estado a las leyes creadas conforme a los
mecanismos democráticamente establecidos, y que por tanto, su legitimación

7
Karl Marx, Escritos de juventud, Fondo de cultura económica, México, p. 480.
8
Claudio Collados, Relaciones Internacionales-teoría general, p. 21
pueda ser retrotraída al mismísimo pueblo que quiere imponerse reglas a sí
mismo, o el establecimiento de una convivencia basada en el equilibrio del poder.9

Lo mismo sucede con los actores internacionales, en donde se difiere de quienes


son los actores. En el derecho internacional, por ejemplo, antiguamente se
entendía que sólo los Estados podían ser los titulares de este tipo de derecho, lo
cual era bastante similar a la concepción realista, sin embargo, producto de la
evolución del derecho, se ha entendido que los organismos internacionales
también son titulares, y que lo mismo sucede con las personas naturales y
jurídicas, pues en el caso de las personas jurídicas, hay veces en que tienen tanto
o más poder que los mismos Estados, lo que derivó en la necesidad de
reconocerlos como sujetos capaces de tener derecho y obligaciones
internacionales, lo que se logró a través de la Convención de Viena sobre el
derecho de las transnacionales. Lo mismo con las personas naturales, a quienes
últimamente se les ha reconocido derecho, sobre todo, por parte de los tribunales
de Derechos Humanos, en donde la jurisprudencia (fallos de las cortes sobre
casos similares) ha dicho que las personas tienen la capacidad suficiente para
acudir a los tribunales internacionales, y demandar a los Estados en dichas cortes,
siempre y cuando sean sobre Derechos Humanos.

Casos sobran, de los cuales podemos citar el caso Belilos contra Suiza, en donde
la señora Belilos demanda a dicho país por irregularidades en el procedimiento de
detención que se le hizo, por participar en una marcha, en la resolución, no sólo se
dice Suiza está obligado a pagar una indemnización a la señora Belilos, sino que
además elimina una enmienda que Suiza le había hecho al tratado en el que le
reconoce jurisdicción a la Corte Europea de Derechos Humanos. Ahora, a nivel
doméstico, también tenemos casos bastante conocidos, como el caso Atala, en
donde dicha señora, demanda al gobierno chileno por discriminación en cuanto a
su orientación sexual, lo que se vio reflejado en una resolución de la Corte
Suprema, en el que le quita la custodia de sus hijas, al considerar que, por ella ser
lesbiana, iba a conllevar a que sus hijas se desviaran sexualmente.

9
Claudio Collados, Relaciones Internacionales-teoría general, p. 21
Por lo tanto, considerar que las escuelas de pensamiento son similares entre sí, es
un error, pues como se ha analizado, lo único que comparten es el objeto de
estudio más básico, que son las relaciones internacionales, pero cada uno tiene
una aproximación distinta, desde la forma en cómo se deben abordar los
problemas, hasta los actores que participan de dichas relaciones entre naciones.

En cuanto a los límites de las relaciones internacionales, estos van más allá de los
claramente políticos, sino que abarcan también ámbitos económicos, sociales,
jurídicos e incluso morales, en las relaciones internacionales, a modo ejemplo de
esto, es la Guerra de Siria, en la que participaron los rusos en apoyo del gobierno
de Bashar Al Assad, para lo cual bombardearon posiciones del Estado Islámico a
través de su fuerza aérea y misiles crucero desde el mar Caspio. Sin embargo, no
lo hicieron solo contra las fuerzas rebeldes, sino que también contra hospitales, los
cuales son zonas protegidas por la Convención de Ginebra, lo que se tradujo en
sanciones económicas en contra del gobierno de Putin.

De la misma manera, se puede analizar desde una perspectiva económica, en el


sentido que el gobierno ruso se vio obligado a retirar sus fuerzas militares, ya que
el seguir sosteniendo una acción militar en la zona se había vuelto insostenible
monetariamente para el gobierno ruso, que tiene una economía similar a la de
Italia en cuanto a tamaño, y por lo cual, se le hacía imposible seguir sosteniendo
una escaramuza militar en la zona.

En cuanto al alcance político, es más que claro cuando Turquía derriba un caza
ruso que sobrevolaba sobre su territorio, lo que se tradujo en sanciones por parte
del gobierno ruso en contra del país perteneciente a la OTAN, dentro de las que
se destaca, la eliminación de los beneficios que los ciudadanos turcos tenían para
ir a Rusia, o el corte de petróleo que hizo el gobierno ruso a Turquía.

Finalmente, en cuanto a los alcances morales, está todo el desprestigio que le


conllevó a Rusia el haber bombardeado las posiciones rebeldes en Siria, ya que
se ha generado un repudio internacional en contra de dicho país por lo que se
considera un intervencionismo injustificado y que le ha llevado a las ya
mencionadas sanciones impuestas por Europa, aparte de las sanciones que se le
impusieron por su invasión a Crimea. Lo cual puede ser explicado a través de la
teoría del Hard Power, que consiste en el poder fáctico del ejército y la economía,
y el Soft Power, que se refiere al poder de influenciar en los demás países a través
de su cultura y valores.

En conclusión, Rusia perdió mucho Soft Power por la intervención que hizo en
Siria al bombardear las posiciones rebeldes, ya que si bien, fue bien recibido por el
gobierno sirio, el resto del mundo, principalmente Occidente, no ha visto con
buenos ojos esta intervención, por lo que ha perdido credibilidad y mercados
económicos en las grandes potencias occidentales y demás países bajo la
influencia de éstas.
Bibliografía
 Claudio Collados, Relaciones Internacionales-teoría general
 Karl Marx, Escritos de juventud, Fondo de cultura económica, México
 Carlos Miranda, Realismo e idealismo en el estudio de las relaciones internacionales: la
influencia de Hobbes y Kant
 Hans Morgenthau and Kenneth Thompson, Politics Among Nations,6° edición, New York:
McGraw-Hill, 1985
 Diego Jansson, Apuntes de Sistema Jurídico, Santiago, 2014
 Diego Jansson, Apuntes Derechos Constitucionales, Santiago, 2015
 Diego Jansson, Apuntes Derecho Internacional, Santiago, 2014
 http://www.revistacienciapolitica.cl/rcp/wp-content/uploads/2013/08/03_vol_08_1_2.pdf
 http://www.laprensa.hn/mundo/888037-410/barcos-rusos-bombardean-con-misiles-al-ei-en-
siria
 http://www.minutouno.com/notas/1298644-rusia-bombardea-un-hospital-siria-y-deja-al-
menos-13-muertos
 https://es.wikipedia.org/wiki/Positivismo
 https://es.wikipedia.org/wiki/Karl_Marx
 https://es.wikipedia.org/wiki/Hans_Kelsen#Obra

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