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OPINIÓN
Fascismo a la peruana.
2021-04-07
Foto: SBS
Tuvimos en dos momentos del siglo XX elecciones tan reñidas que los
derrotados denunciaron haber sido víctimas de fraudes, intentando
desconocer los resultados. En 1931 el candidato del Partido Aprista
Peruano, Víctor Raúl Haya de la Torre, rechazó los resultados que dieron la
victoria al candidato Luis Miguel Sánchez Cerro. Para la mitología y
propaganda del aprismo, Haya fue entonces el “presidente moral” del Perú.
Sin embargo, la elección de 1931 no fue anulada. Tres décadas después, en
1962, Haya obtuvo la primera votación, aunque no fue en porcentaje
suficiente como para lograr la presidencia (la decisión debía tomarla el
nuevo Congreso). En ese momento, el candidato de Acción Popular, el
arquitecto Fernando Belaúnde Terry, fue quien acusó de fraudulentos los
comicios, llamando a las Fuerzas Armadas a intervenir. De este modo,
Belaúnde promovió y justificó el golpe de Estado del 18 de julio de aquel
año.
José Ignacio López Soria, en una antología que debería ser urgentemente
reeditada, titulada ‘El pensamiento fascista (1930-1945)’ (Lima: Mosca Azul,
1981), propuso que en el Perú hubo tres tipos de fascismo: (a) aristocrático,
(b) mesocrático y (c) popular. El primero, ejemplificado por el acaudalado
intelectual José de la Riva-Agüero y Osma [1885-1944], buscaba el
restablecimiento del viejo orden aristocrático, de las tradiciones hispanas y
la defensa del Catolicismo (al que Riva-Agüero había retornado en 1932, a su
regreso al Perú, tras su auto-exilio europeo desde 1919). El segundo,
desarrollado por intelectuales de clase media vinculados a organizaciones
de la Iglesia católica --la Acción Católica y la entonces pequeña Universidad
Católica, que funcionaba en el local del Colegio La Recoleta en la Plaza
Francia del Centro de Lima--, proponían con la “ideología del mestizaje” un
proyecto de armonía social para el país, como planteaba el entonces joven
Raúl Ferrero Rebagliati [1911-1977]. Finalmente, el fascismo popular en el
Perú estuvo representado por el partido político Unión Revolucionaria,
creado como vehículo electoral para la candidatura de Sánchez Cerro en
1931, pero que continuó tras su asesinato (1933), bajo el comando de Luis
A. Flores [1899-1969].
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Comité Editorial
RAQUEL REYNOSO ROSALES, PAULO VILCA
ARPASI, TERESA CABRERA ESPINOZA
Reporteros
RONALD ORDOÑEZ, WILSON CHILO,
LIZBETH QUISPE, ALEXANDER CALCINA
Colaboradores
SEGUNDO TORIBIO SANCHIUM, VICTOR
LIZA