• La tutela es un poder sobre cabeza libre, dado y
permitido por el derecho civil, para proteger al que en razón de la edad y del sexo no puede defenderse por si mismo. (definición dada por Servio Sulicio)
El curador se nombra en interés del patrimonio, no de la
persona. El nombramiento del tutor, en cambio respondía no solo al propósito de cuidar el patrimonio, sino también la persona del pupilo. Caracteres esenciales de la tutela
La tutela debía recaer sobre una cabeza libre, sobre
una persona sui iuris que en razón de su insuficiente desarrollo físico e intelectual necesita la asistencia de una persona capaz de complementar con su auctoritas su personalidad insuficiente. La tutela se daba en la mujer sometida a tutela perpetua Clases de tutela
Testamentaria
Legítima
Dativa Clases de tutela: testamentaria, legítima y dativa
La herencia se encontraba en intima conexión con la
tutela y eso explica que la función fuera encargada, en primer lugar al heredero designado en el testamento, a falta de heredero correspondía el cargo al agnado más próximo.
El pater familia tenia la facultad de designar tutor, y
adoptar todas la medidas que fueren necesarias, a su juicio, para proveer eficazmente a la defensa del patrimonio de los hijos Clases de tutela: testamentaria, legítima y dativa
Testamentaria: La designación de tutor debía ser
hecha en el testamento, en forma solemne y términos imperativos Legitima: En defecto de disposiciones testamentaria era preciso apelar a la ley y esta llamaba entonces al agnado más cercano para el ejercicio del cargo o los gentiles Dativa: cuando el padre no dispusiera nada en su testamento respecto al encargado de la función y además no hubiesen agnados ni gentiles a quienes encargar la función, en este caso intervenía el magistrado quien procedía a la designación de la persona encargada de ejercer la tutela Ley de Atilia
En los casos en el padre no designaba, en su
testamente a la persona que debía encargarse de la protección de sus hijos impúberes, era preciso acudir a la ley para llenar el vacío dejado por el paterfamilias La posibilidad de que los impúberes quedaran sin protección por la omisión del padre y por falta agnado y gentiles obligo a la creación de una nueva clase de tutela: la dativa. La lex atilia encargo esta función al Pretor urbano, quien debía proceder al desempeño de su función con aprobación de la mayoría de los tribunos de la plebe. Leyes Julia et Titia
Las leyes Iulia et Titia encargaron a los gobernadores
de provincias la misión de nombrar tutor
A comienzos del imperio el régimen instituido por la
Lex Atilia se modificó por virtud de una Constitución del Emperador Claudio quien transfirió la facultad de nombrar tutor al Cónsul, luego Marco Aurelio instituyó una magistratura especial encargada de esa función al praetor tutelaris En el derecho justinianeo correspondía al pretor urbano el nombramiento del tutor si se trataba de gente de pueblo; tratándose de familias aristocráticas el nombramiento correspondía al prefecto de la ciudad.
Atendiéndose a la fortuna del pupilo si era de cierta
consideración el gobernador designaba tutor, si la fortuna era menor correspondía la función al pretor de la ciudad. El inventario y la fianza
Para hacer efectiva la responsabilidad del tutor en caso de un
desempeño irregular de su gestión, el derecho romano previo la facción de inventario y la prestación de una fianza real o personal (con preferencia ésta ultima).
El inventario debía hacerlo el tutor antes de iniciar el
desempeño del cargo, pudiendo la omisión acarrear la nulidad de todos los actos realizados por él, salvo aquellos de carácter urgente. Ningún tutor estaba exonerado de la obligación de hacer inventario, no así de prestar fianza (el tutor testamentario).
Llegado el momento de rendir cuentas de su gestión el
inventario servía de base al monto del patrimonio del pupilo. La negotiorum gestio
El impúber sui iuris, salido de la infancia, podía
realizar por sí mismo actos que mejoren su situación económica, pero no lo que pudieran empeorarla, pues para ello necesitaba la autoritas tutoris.
El tutor disponía de dos procedimientos para la
realización de sus gestiones: la negotiorum gestio y la autoritas interpositio.
En la negotiorum gestio el tutor actuaba a modo de
gestor de negocio, solo, pero en interés del pupilo. La autoritaris interpositio
Autorización para determinado acto que implicaba la
participación activa, la asistencia personal del tutor, por medio de ella se completaba la deficiente capacidad del pupilo
El pupilo actuaba en el acto, pero éste solo podía ser
válido a condición de que el tutor concediera su auctoritas, concurriendo personalmente al acto.
Los actos personales, para cuya eficacia se requería la
concurrencia personal del tutor eran: la in iure cessio, la mancipatio, la manumissión vindicta. Restricciones impuestas a las facultades del tutor
Quedaron prohibidos los actos de enajenación de bienes del
pupilo a titulo gratuito, con excepción únicamente de los presentes de uso proporcionado a su fortuna. Los predios rústicos y suburbanos del pupilo no podían ser objeto de enajenación a titulo oneroso sino en circunstancias determinadas (Senado – consulto de 195 d. de C sancionado bajo el mandato de Severo y Caracalla) Constantino generalizó la prohibición de enajenación de inmuebles y objetos de valor Bajo el Imperio se estableció que el tutor debía invertir el capital del pupilo en la adquisición de bienes raíces, de prestarlo a interés, etc. Pudiendo ser responsabilizado en caso de negligencia, los frutos de los bienes debían ser vendidos por el tutor Curatela de los incapaces adultos
La protección legal fue completada por el pretor mediante el
otorgamiento de una exceptio legis plaetoriae, que podía hacer valer el menor cuando era demandado judicialmente para el cumplimiento de una obligación contraída con engaño o abuso de su inexperiencia. Hacia fines de la república el pretor completó la protección de los menores con la creación del beneficio de restitución, que debía ser solicitada por el menor solamente cuando sufría un perjuicio por causa de la ejecución de un acto. Estas protecciones también hicieron que nadie quisiera contratar con el menor, por esta razón los emperadores concedían una venia al varón después de cumplidos 20 años y a la mujer después de 18, cuyo efecto era la exoneración de la curatela Modos de extinción de la tutela
Referidos al pupilo Referidos al tutor
• Llegada del pupilo a • Muerte del tutor
la pubertad • Capitis diminutio máxima y media • Cumplimiento de la • Muerte del pupilo condición resolutoria o llegado al término fijado por el testador • Capitis diminutio en • Remoción todos sus grados • Renuncia • Excusación por las causas legales admitidas (la edad, pobreza, ignorancia, numero de hijos) Acciones de la tutela
La acusatio suspecti tutoris: tenia el carácter de una
acción popular que podía ser interpuesta por cualquiera del pueblo . Debía alegarse una conducta dolosa del tutor en el ejercicio de sus funciones; si se comprobaba, la sanción era la remoción y con posterioridad la destitución
La actio rationibus distrahendi: Procedía en los casos
de malversación de fondos. Si se comprobaba; el tutor era condenado a la restitución del doble del valor de los bienes sustraídos. Era una acción de carácter penal que podía dar lugar, además, a la imposición de una nota de infamia. Tutela perpetua de la mujer
La mujer romana estaba sometida a tutela
perpetuamente. Estaban exceptuadas únicamente las vestales y también mas tarde, las ingenuas y las libertas que tuvieran determinado numero de hijos. Los romanos pretendían justificar el estado de sujeción de la mujer atribuyéndola a falta de experiencia y debilidad para la cabal comprensión del alcance de los actos que podían realizar. Las mismas clases de tutelas servían para la mujer Las funciones del tutor de la mujer eran de menor significación que las de los impúberes, pues la mujer gozaba de mayor capacidad que los impúberes y podía administrar su patrimonio con ciertas limitaciones. La curatela de los incapaces
La curatela se daba a los locos, los pródigos y a los
púberes menores de 25 años. En la Ley de las XII Tablas apareció regulada la curatela de los locos cuyo patrimonio era confiado, en administración, a los agnados y a los gentiles “Si una persona está loca, y no tiene quien la proteja, que sobre ella y sobre sus bienes tengan poder sus agnados y los gentiles” decía la disposición de la Ley Denceviral. Podía darse el caso de que no hubiera agnados ni gentiles o habiendo fueran incapaces para el ejercicio de la tutela. En esta situación correspondía al magistrado proveer al nombramiento del curador Diferencia entre tutela y curatela
La curatela se daba con el propósito de cuidar del
patrimonio de la persona.
La tutela se daba con el propósito de cuidar no solo
del patrimonio, sino la persona del incapaz Administración del patrimonio del incapaz
Las funciones de los curadores de los incapaces
consistían, esencialmente, en el cuidado de la persona y en la administración de su patrimonio.
El curador era un gestor pero no disponía de la
auctoritas interpositio, que era la característica de la tutela Nombramiento de los curadores. Modos de extinguirse la curatela
Los modos de extinción de la curatela, causas legales
para la excusación o dispensa, las acciones, las causas de remoción, etc, se opero en tiempos de Justiniano, sobre todo, una completa equiparación con la tutela.