Está en la página 1de 21

DE LA TUTELA Y CURATELA

UNIDAD XVI
Concepto de la tutela

• La tutela es un poder sobre cabeza libre, dado y


permitido por el derecho civil, para proteger al que en
razón de la edad y del sexo no puede defenderse por si
mismo. (definición dada por Servio Sulicio)

El curador se nombra en interés del patrimonio, no de la


persona. El nombramiento del tutor, en cambio respondía no
solo al propósito de cuidar el patrimonio, sino también la
persona del pupilo.
Caracteres esenciales de la tutela

La tutela debía recaer sobre una cabeza libre, sobre


una persona sui iuris que en razón de su insuficiente
desarrollo físico e intelectual necesita la asistencia de
una persona capaz de complementar con su
auctoritas su personalidad insuficiente.
La tutela se daba en la mujer sometida a tutela
perpetua
Clases de tutela

Testamentaria

Legítima

Dativa
Clases de tutela: testamentaria, legítima y
dativa

La herencia se encontraba en intima conexión con la


tutela y eso explica que la función fuera encargada, en
primer lugar al heredero designado en el testamento, a
falta de heredero correspondía el cargo al agnado más
próximo.

El pater familia tenia la facultad de designar tutor, y


adoptar todas la medidas que fueren necesarias, a su
juicio, para proveer eficazmente a la defensa del
patrimonio de los hijos
Clases de tutela: testamentaria, legítima y
dativa

Testamentaria: La designación de tutor debía ser


hecha en el testamento, en forma solemne y términos
imperativos
Legitima: En defecto de disposiciones testamentaria era
preciso apelar a la ley y esta llamaba entonces al agnado
más cercano para el ejercicio del cargo o los gentiles
Dativa: cuando el padre no dispusiera nada en su
testamento respecto al encargado de la función y además
no hubiesen agnados ni gentiles a quienes encargar la
función, en este caso intervenía el magistrado quien
procedía a la designación de la persona encargada de
ejercer la tutela
Ley de Atilia

En los casos en el padre no designaba, en su


testamente a la persona que debía encargarse de la
protección de sus hijos impúberes, era preciso acudir a
la ley para llenar el vacío dejado por el paterfamilias
La posibilidad de que los impúberes quedaran sin
protección por la omisión del padre y por falta agnado
y gentiles obligo a la creación de una nueva clase de
tutela: la dativa.
La lex atilia encargo esta función al Pretor urbano,
quien debía proceder al desempeño de su función con
aprobación de la mayoría de los tribunos de la plebe.
Leyes Julia et Titia

Las leyes Iulia et Titia encargaron a los gobernadores


de provincias la misión de nombrar tutor

A comienzos del imperio el régimen instituido por la


Lex Atilia se modificó por virtud de una Constitución
del Emperador Claudio quien transfirió la facultad de
nombrar tutor al Cónsul, luego Marco Aurelio instituyó
una magistratura especial encargada de esa función al
praetor tutelaris
En el derecho justinianeo correspondía al pretor
urbano el nombramiento del tutor si se trataba de
gente de pueblo; tratándose de familias aristocráticas
el nombramiento correspondía al prefecto de la
ciudad.

Atendiéndose a la fortuna del pupilo si era de cierta


consideración el gobernador designaba tutor, si la
fortuna era menor correspondía la función al pretor
de la ciudad.
El inventario y la fianza

Para hacer efectiva la responsabilidad del tutor en caso de un


desempeño irregular de su gestión, el derecho romano previo
la facción de inventario y la prestación de una fianza real o
personal (con preferencia ésta ultima).

El inventario debía hacerlo el tutor antes de iniciar el


desempeño del cargo, pudiendo la omisión acarrear la nulidad
de todos los actos realizados por él, salvo aquellos de carácter
urgente. Ningún tutor estaba exonerado de la obligación de
hacer inventario, no así de prestar fianza (el tutor
testamentario).

Llegado el momento de rendir cuentas de su gestión el


inventario servía de base al monto del patrimonio del pupilo.
La negotiorum gestio

El impúber sui iuris, salido de la infancia, podía


realizar por sí mismo actos que mejoren su situación
económica, pero no lo que pudieran empeorarla, pues
para ello necesitaba la autoritas tutoris.

El tutor disponía de dos procedimientos para la


realización de sus gestiones: la negotiorum gestio y la
autoritas interpositio.

En la negotiorum gestio el tutor actuaba a modo de


gestor de negocio, solo, pero en interés del pupilo.
La autoritaris interpositio

Autorización para determinado acto que implicaba la


participación activa, la asistencia personal del tutor, por
medio de ella se completaba la deficiente capacidad del
pupilo

El pupilo actuaba en el acto, pero éste solo podía ser


válido a condición de que el tutor concediera su
auctoritas, concurriendo personalmente al acto.

Los actos personales, para cuya eficacia se requería la


concurrencia personal del tutor eran: la in iure cessio, la
mancipatio, la manumissión vindicta.
Restricciones impuestas a las facultades
del tutor

Quedaron prohibidos los actos de enajenación de bienes del


pupilo a titulo gratuito, con excepción únicamente de los
presentes de uso proporcionado a su fortuna.
Los predios rústicos y suburbanos del pupilo no podían ser
objeto de enajenación a titulo oneroso sino en circunstancias
determinadas (Senado – consulto de 195 d. de C sancionado
bajo el mandato de Severo y Caracalla)
Constantino generalizó la prohibición de enajenación de
inmuebles y objetos de valor
Bajo el Imperio se estableció que el tutor debía invertir el
capital del pupilo en la adquisición de bienes raíces, de
prestarlo a interés, etc. Pudiendo ser responsabilizado en caso
de negligencia, los frutos de los bienes debían ser vendidos
por el tutor
Curatela de los incapaces adultos

La protección legal fue completada por el pretor mediante el


otorgamiento de una exceptio legis plaetoriae, que podía
hacer valer el menor cuando era demandado judicialmente
para el cumplimiento de una obligación contraída con engaño
o abuso de su inexperiencia.
Hacia fines de la república el pretor completó la protección de
los menores con la creación del beneficio de restitución, que
debía ser solicitada por el menor solamente cuando sufría un
perjuicio por causa de la ejecución de un acto.
Estas protecciones también hicieron que nadie quisiera
contratar con el menor, por esta razón los emperadores
concedían una venia al varón después de cumplidos 20 años y
a la mujer después de 18, cuyo efecto era la exoneración de la
curatela
Modos de extinción de la tutela

Referidos al pupilo Referidos al tutor

• Llegada del pupilo a • Muerte del tutor


la pubertad • Capitis diminutio máxima
y media
• Cumplimiento de la
• Muerte del pupilo condición resolutoria o
llegado al término fijado
por el testador
• Capitis diminutio en • Remoción
todos sus grados • Renuncia
• Excusación por las causas
legales admitidas (la
edad, pobreza,
ignorancia, numero de
hijos)
Acciones de la tutela

La acusatio suspecti tutoris: tenia el carácter de una


acción popular que podía ser interpuesta por cualquiera del
pueblo . Debía alegarse una conducta dolosa del tutor en el
ejercicio de sus funciones; si se comprobaba, la sanción era
la remoción y con posterioridad la destitución

La actio rationibus distrahendi: Procedía en los casos


de malversación de fondos. Si se comprobaba; el tutor era
condenado a la restitución del doble del valor de los bienes
sustraídos. Era una acción de carácter penal que podía dar
lugar, además, a la imposición de una nota de infamia.
Tutela perpetua de la mujer

La mujer romana estaba sometida a tutela


perpetuamente. Estaban exceptuadas únicamente las
vestales y también mas tarde, las ingenuas y las libertas
que tuvieran determinado numero de hijos.
Los romanos pretendían justificar el estado de sujeción
de la mujer atribuyéndola a falta de experiencia y
debilidad para la cabal comprensión del alcance de los
actos que podían realizar.
Las mismas clases de tutelas servían para la mujer
Las funciones del tutor de la mujer eran de menor
significación que las de los impúberes, pues la mujer
gozaba de mayor capacidad que los impúberes y podía
administrar su patrimonio con ciertas limitaciones.
La curatela de los incapaces

La curatela se daba a los locos, los pródigos y a los


púberes menores de 25 años. En la Ley de las XII Tablas
apareció regulada la curatela de los locos cuyo
patrimonio era confiado, en administración, a los
agnados y a los gentiles
“Si una persona está loca, y no tiene quien la
proteja, que sobre ella y sobre sus bienes tengan
poder sus agnados y los gentiles” decía la
disposición de la Ley Denceviral.
Podía darse el caso de que no hubiera agnados ni gentiles
o habiendo fueran incapaces para el ejercicio de la tutela.
En esta situación correspondía al magistrado proveer al
nombramiento del curador
Diferencia entre tutela y curatela

La curatela se daba con el propósito de cuidar del


patrimonio de la persona.

La tutela se daba con el propósito de cuidar no solo


del patrimonio, sino la persona del incapaz
Administración del patrimonio del
incapaz

Las funciones de los curadores de los incapaces


consistían, esencialmente, en el cuidado de la
persona y en la administración de su patrimonio.

El curador era un gestor pero no disponía de la


auctoritas interpositio, que era la característica
de la tutela
Nombramiento de los curadores. Modos de
extinguirse la curatela

Los modos de extinción de la curatela, causas legales


para la excusación o dispensa, las acciones, las
causas de remoción, etc, se opero en tiempos de
Justiniano, sobre todo, una completa equiparación
con la tutela.

También podría gustarte