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SPEECH:

El informe realizado se enfoca en el Expediente N 010-2001-SPE / CSJL, también conocido


como el caso MONTESINOS-BEDOYA-GONZALEZ. ¿Qué ocurrió en este caso? En el año
1999 se hizo conocido un video en el cual se puede observar a José Tomas Gonzales
Reategui, Luis Guillermo Bedoya de Vivanco y Vladimiro Montesinos Torres en las Oficinas
del Servicio de Inteligencia Nacional (SIN), desarrollando una conversación relacionada con
el apoyo mediante los medios televisivos para la Campaña Municipal de “Movimiento
Independiente Lucho en Miraflores”. Al respecto, se dio a conocer que los participantes del
video se encontraban realizando la entrega de $25.000 dólares a razón de apoyar la
mencionada campaña.

El problema se centra en la ilicitud en el origen del dinero, aunado a ello también que, en ese
entonces Vladimiro Montesinos se encontraba desempeñando un cargo de confianza en el
SIN; es decir, venía asumiendo un cargo de funcionario público. No obstante, en el
expediente analizado, se plantea la cuestión de que si es posible imputar a Vladimiro
Montesinos la comisión del delito de peculado (artículo 387 del Código Penal).

El artículo 387 del Código Penal Peruano establece que “El funcionario o servidor público
que se apropia o utiliza, en cualquier forma, para sí o para otro, caudales o efectos cuya
percepción, administración o custodia le estén confiados por razón de su cargo (...)

Del análisis del presente artículo se desprenden varios elementos que permiten precisar si, en
el caso en particular, se configura el delito de peculado. En primer lugar, como señala el
artículo existe un SUJETO ACTIVO (que pueden ser más) el cual tiene que poseer la
calidad de funcionario o servidor público. Como se mencionó anteriormente, durante varios
años el señor Vladimiro Montesinos desempeñó funciones dentro del SIN, lo cual le otorgaba
la calidad de ser un funcionario público del Estado.

No obstante, ostentar este tipo de cargo no es el único elemento determinante para poder
afirmar la configuración del tipo penal de peculado. Para ello, también se debe analizar la
existencia del objeto material del delito, el cual el 387 del Código Penal establece como los
CAUDALES O LOS EFECTOS del Estado. Los primeros son bienes en general de
contenido económico, incluido el dinero. Los efectos, en cambio, son todos aquellos objetos,
cosas o bienes que representan un valor patrimonial público, incluyendo los títulos valores
negociables. En el caso en concreto, se puede determinar que el dinero empleado por
Vladimiro Montesinos, es parte de los caudales públicos que fueron destinados al SIN. Ello
demuestra que existe un uso indebido del patrimonio estatal para beneficiar a una persona
ajena a la función pública en la realización de una campaña electoral.

Este uso indebido de los caudales o efectos públicos se encuentran mencionados también en
el artículo antes mencionado sobre peculado. La sola existencia del caudal o de los efectos
públicos no materializa la comisión del delito; sin embargo, hay conductas que el sujeto
activo debe realizar para que se pueda configurar el delito: LA APROPIACIÓN Y LA
UTILIZACIÓN. Por apropiación se puede entender cuando el sujeto activo se apodera de
los caudales o efectos públicos. Mientras que, a diferencia del primero, no existe un interés en
apropiarse del bien, sino que lo emplea o beneficia de forma incorrecta para sí o para
beneficio de un tercero. En el presente caso de Vladimiro Montesinos, se puede evidenciar
que utilizó los caudales públicos destinados al SIN para poder beneficiar a un tercero y no
para sí mismo. Ello se evidencia en los momentos entregados con el fin de apoyar la
candidatura de uno de los participantes del video.

Finalmente, no solo se necesita un sujeto activo que sea un funcionario o servidor público o
que se apropie o utilice de forma indebida los caudales o efectos públicos. Algo que es
importante también es que este funcionario público cuente con la capacidad de percibir,
administrar o cuidar los mencionados bienes. Ello debido a que debe existir una relación
funcional entre el servidor público y los bienes públicos que se le hayan tenido que entregar.
Es en este punto donde gira todo el debate del expediente debido a que se sostuvo que
Vladimiro Montesinos si bien era un funcionario público no tenía ninguna de las funciones
antes descritas, siendo solamente un trabajador que recibía órdenes. No obstante, según las
declaraciones de algunos testigos, en esa época Vladimiro Montesinos era Jefe del SIN de
hecho, siendo entre sus principales funciones y responsabilidades la de administrar y
custodiar los caudales del SIN. Hecho que permite establecer que sí existía una relación
funcional entre el cargo de Vladimiro Montesinos con la errónea administración del dinero
público.

En conclusión, de todo lo expuesto, se tiene como autor principal a Valdimiro Montesinos


Torres, como autor del delito de peculado según estipula el artículo 387 del Código Penal.
Asimismo, respecto a los partícipes en el hecho delictivo a título de cómplice, sea primario o
secundario, tenemos a José Tomas Gonzales Reategui y Luis Guillermo Bedoya de Vivanco.
En ese sentido, su aporte a la comisión del delito siempre es doloso, entendido como el
conocimiento de que es un hecho injusto y con la voluntad de prestar la colaboración;
además, se limita en el iter criminis durante los actos preparatorios, lo que debe verificarse en
el caso en concreto

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