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Riesgos
Los ciclos menstruales no son regulares de forma general, por lo que no se trata de un
método anticonceptivo eficaz para aquellas mujeres cuyos ciclos tengan mucha
variación. Algunos expertos afirman que sólo alrededor del 30 por ciento de los
periodos de días fértiles señalados por el método Ogino coinciden con los reales.
Además, existen condicionantes que pueden modificar los ciclos menstruales, como los
cambios de clima, los nervios, el estrés, las enfermedades o incluso los embarazos
recientes. El peso de la mujer también es un condicionante a tener en cuenta.
Esto es de especial importancia para las adolescentes: desde la aparición de la primera
menstruación o menarquia, los ciclos menstruales pueden variar frecuentemente en
cuanto a su duración y hasta el paso de los años no se estabiliza. De hecho, en algunas
mujeres nunca llega a estabilizarse del todo. Es por tanto un método anticonceptivo
muy poco recomendado para estos casos.
Por otra parte, aunque los óvulos sólo tienen 36 horas de vida, pueden ser fecundados
por un espermatozoide que estuviera previamente en el aparato reproductor femenino,
ya que estos sobreviven de 48 a 72 horas tras la eyaculación, y pueden fecundar los
óvulos que encuentren, produciéndose así un embarazo. En ocasiones extraordinarias,
los espermatozoides pueden permanecer incluso de cinco a siete días dentro del órgano
reproductor femenino.
También hay que tener en cuenta que al no usar ningún tipo de protección adicional,
mediante este método no se evitan las posibilidades de contagio de infecciones de
transmisión sexual. Para evitar este tipo de enfermedades, habría que recurrir a otros
métodos anticonceptivos de barrera como el condón masculino o el preservativo
femenino.