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Método ogino

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¿Qué es el método ogino?


El método Ogino-Knaus es un registro que consiste en tener en cuenta cuáles son
los días fértiles de la mujer para saber cuándo puede quedarse embarazada o
evitarlo. Esto se calcula en ciclos de 26 a 32 días en los que se considera
la menstruación como punto de partida. También conocido como método del
calendario o del ritmo, fue ideado por el ginecólogo japonés Kysaku Ogino en 1924.
Si se realiza de forma correcta, se estima que su eficacia como método anticonceptivo
es de un 60 por ciento, al ser susceptible de las numerosas variaciones que pueden
sufrir los ciclos de un mes a otro. Para el propósito contrario, quedarse embarazada,
resulta efectivo aproximadamente en un 80 por ciento de los casos.
El método Ogino suele ser la opción más utilizada por aquellas mujeres que no quieren
usar otro tipo de métodos anticonceptivos basados en hormonas, con el fin de evitar
los posibles efectos secundarios que pudieran surgir debido a su toma.

Estimación de los periodos fértiles e infértiles


Para llevar este método a cabo se recomienda contabilizar la duración de los
periodos durante seis meses hasta un año. De esta forma la mujer puede tener una
referencia aproximada de la duración media de la menstruación. Se considera el primer
día de sangrado como el punto de partida hasta el día anterior al siguiente. Esto requiere
un seguimiento diario durante el tiempo que se considere necesario para evitar, en la
medida de lo posible, un embarazo no deseado.
Para determinar los días no fértiles se resta 18 a la cifra del ciclo más corto y 11 a la
más larga. Esto se debe a que se considera el día 14 de cada periodo como el primer día
de ovulación, pero se dan cuatro días de margen por las posibles variaciones en el ciclo
menstrual, por lo que juntando ambas cifras resultan en el 18 que se resta.
Las cifras obtenidas se considera que son las que cuentan con mayor probabilidad
de fertilidad, mientras que las anteriores y posteriores son aquellas en las que la
posibilidad de un embarazo se reduce.
Por ejemplo, si el ciclo más corto fuera de 24 días y el más largo de 35, esto significaría
que entre los días seis y 24 de cada periodo, la mujer tiene más posibilidades de
quedarse embarazada que fuera de estas fechas. Por lo tanto, si una pareja busca evitar
el embarazo, tendrá que recurrir a la abstención sexual y no mantener relaciones durante
todos estos días.
Una variante desarrollada por el fisiólogo Hermann Knauss, que trató de perfeccionar
el método originalmente desarrollado por Ogino, afirma que al ciclo más corto se
necesita restar 17 y al ciclo más largo restarle 13.

Riesgos
Los ciclos menstruales no son regulares de forma general, por lo que no se trata de un
método anticonceptivo eficaz para aquellas mujeres cuyos ciclos tengan mucha
variación. Algunos expertos afirman que sólo alrededor del 30 por ciento de los
periodos de días fértiles señalados por el método Ogino coinciden con los reales.
Además, existen condicionantes que pueden modificar los ciclos menstruales, como los
cambios de clima, los nervios, el estrés, las enfermedades o incluso los embarazos
recientes. El peso de la mujer también es un condicionante a tener en cuenta.
Esto es de especial importancia para las adolescentes: desde la aparición de la primera
menstruación o menarquia, los ciclos menstruales pueden variar frecuentemente en
cuanto a su duración y hasta el paso de los años no se estabiliza. De hecho, en algunas
mujeres nunca llega a estabilizarse del todo. Es por tanto un método anticonceptivo
muy poco recomendado para estos casos.
Por otra parte, aunque los óvulos sólo tienen 36 horas de vida, pueden ser fecundados
por un espermatozoide que estuviera previamente en el aparato reproductor femenino,
ya que estos sobreviven de 48 a 72 horas tras la eyaculación, y pueden fecundar los
óvulos que encuentren, produciéndose así un embarazo. En ocasiones extraordinarias,
los espermatozoides pueden permanecer incluso de cinco a siete días dentro del órgano
reproductor femenino.
También hay que tener en cuenta que al no usar ningún tipo de protección adicional,
mediante este método no se evitan las posibilidades de contagio de infecciones de
transmisión sexual. Para evitar este tipo de enfermedades, habría que recurrir a otros
métodos anticonceptivos de barrera como el condón masculino o el preservativo
femenino.

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