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CORRECCIÓN DE ESTILO Y ORTOTIPOGRÁFICA

Diferencias
Extraído de: https://marianaeguaras.com/correccion-de-estilo-y-ortotipografica-diferencias/

Diferenciar en qué consiste la corrección de estilo de la corrección ortotipográfica es


vital, tanto para el autor como para quienes ofrecemos estos servicios editoriales. La
corrección ortotipográfica es vital, así como, la corrección de estilo. Diferenciar en qué
consiste sirve tanto para el autor como para quienes ofrecemos estos servicios editoriales.
Tanto para el autor como para quienes ofrecemos estos servicios editoriales, diferenciar
en qué consiste la corrección ortotipográfica es vital, así como, la corrección de estilo.
Aunque ambas formen parte del asesoramiento lingüístico para editar y publicar un libro,
estos dos tipos de correcciones poseen diferencias.
La corrección o revisión lingüística de una obra o un texto es una fase imprescindible
para publicar un libro. Los errores que pueden aparecer en un texto se deben a varios
factores: las prisas por acabar de escribir; la concentración en el argumento o en la creación
de los personajes y, a veces, también por falta de conocimiento del idioma o por
desconocimiento de las últimas actualizaciones de las normas lingüísticas.
Una corrección de estilo siempre es recomendable y una corrección ortotipográfica
es imprescindible.
Siempre que llega un manuscrito a mis manos recomiendo ambas correcciones. Entiendo
que algunos autores no puedan asumir el coste de una corrección de estilo, pero no encuentro
justificación para obviar una de ortotipografía.
Es responsabilidad del autor —y, si la tiene, de la editorial— ofrecer al lector un
producto decente y sin defectos.
El nombre del autor es la primera referencia que se vincula al libro; el lector recuerda el
nombre del autor antes que el de la editorial u otra referencia. ¿Querría un autor que su
nombre se vincule a un producto de mediocre calidad?
Recuerdo haber leído en algún libro que en una corrección el error se reduce, pero no
se elimina; es decir, que un libro impoluto de errores es una quimera. Los correctores, los
editores, los coordinadores editoriales, etc., somos seres humanos y algún error o errata puede
colarse en un libro.
Lo que no me parece admisible es decenas de erratas por página o recurrencias de
errores. También es importante considerar, como sostiene Pablo Valle en Cómo corregir sin
ofender, que “cuando hay una errata tipográfica en una página, hay más de mil letras y
espacios correctamente revisados…”.
Aunque la corrección de estilo se llame así, un corrector no cambia la forma de escribir
del autor de la obra, no cambia su estilo de escritura. A algunos autores, por desconocimiento
del oficio del corrector, les da pavor la corrección de estilo. ¿Por qué? Porque piensan que el
corrector eliminará su huella de la obra, su impronta.
Sin embargo, en ningún caso el corrector reescribirá la obra ni realizará una edición de
mesa, o editing (en la que tampoco se anula el estilo del autor); estos son otros dos servicios
distintos de la corrección de estilo y de la ortotipográfica.
La corrección de estilo consiste en…
 Eliminar los errores y las imprecisiones de vocabulario.
 Aumentar la riqueza léxica y eliminar muletillas y vicios léxicos.
 Corregir los errores gramaticales y ajustar el texto a las normas y a los usos asentados.
 Solventar las inconsistencias sintácticas (concordancia, correlación de tiempos
verbales, régimen preposicional, etc.); darle mayor fluidez y adecuación al texto mediante la
elección de recursos sintácticos precisos y bien trabajados (conectores del discurso, oraciones
subordinadas, eliminación de pleonasmos, etc.).
 En caso de disponer de un libro de estilo, adecuar el texto a sus directrices.
 Hacer que el texto suene genuino en su lengua y que sea comprensible para el lector al
que va destinado (no es lo mismo un lector de Argentina que uno de Colombia).
 Elaboración del índice (si así se acuerda).
La corrección ortotipográfica consiste en…
 Corregir los errores ortográficos y de puntuación.
 Ajustar la ortografía a las normas de la RAE (2010), como el uso de mayúsculas,
tildes, formación de abreviaturas, y escritura de cifras, magnitudes y sus símbolos, entre otros
aspectos.
 Aplicar recursos tipográficos: comillas, topos, numeración, cursivas, negritas,
versalitas, etc.
 Unificar criterios en aquellas cuestiones no sujetas a normativa (como el uso de
negrita, cursiva y comillas).
 Cuando la corrección se realice sobre el texto ya maquetado para versión impresa
(compaginadas), detectar viudas y huérfanas, repetición de sílabas en líneas
consecutivas y palabras mal partidas; asimismo, señalar errores en el tratamiento de blancos,
márgenes, líneas cortas, filetes y foliación.
 Revisión del sumario y su correspondencia con la obra.
 Elaboración del índice con la paginación.
 Revisión de la bibliografía y unificación de sus criterios. https://marianaeguaras.com/correccion-de-estilo-y-ortotipografica-diferencias/
Para solicitar un presupuesto para cualquiera de las dos correcciones es necesario
conocer la cantidad de caracteres con espacios o matrices que posee el manuscrito. Esta
cantidad de matrices se divide en miles y se le asigna una tarifa.
Es decir, 1000 matrices por X € y así se obtiene la tarifa completa por la corrección
de una obra. Por supuesto, la corrección de estilo posee una tarifa más alta que una
corrección ortotipográfica.
La manera óptima de trabajar es en un procesador de textos, como Word, y con control
de cambios activado.
Preferiblemente, la persona que realiza la corrección ortotipográfica debe ser distinta de
la que hace la corrección de estilo; es decir, se necesitan dos correctores, uno para cada tipo
de corrección.
Como bien señala Pilar: “A todos —incluso a los mejores profesionales— se les pasan
errores; por dos razones: la primera es que nadie tiene la capacidad de atención perfecta; la
segunda es que nadie lo sabe todo. Por todo ello, unos segundos ojos siempre mejoran el
texto”.
Mejor aún si se hace una segunda ortotipográfica, con el libro ya maquetado. En esta
corrección se comprueban si se han introducido las enmiendas marcadas en la primera
revisión ortotipográfica y se buscan posibles erratas o movimientos involuntarios del texto.

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