1- Las características de una República son las siguientes:

● División de poderes: En lugar de que el poder se encuentre concentrado en una

única persona, se reparte en diferentes poderes (legislativo, ejecutivo y judicial), y
cada uno de ellos se encarga de diferentes funciones estatales.
● Soberanía del pueblo: En una república el poder que tiene el Estado es brindado por
el pueblo, quien elige según su voluntad, la cual se conoce a través del voto que es
un derecho y un componente indispensable si hablamos de un Estado democrático.
● Responsabilidad de los gobernantes: Dado que en una República los gobernantes
son mandatarios del pueblo (no como en la monarquía, que estaban allí por linaje y
se consideraba que el rey era puesto como una autoridad por Dios), deben rendir
cuentas al pueblo de lo que hacen en su cargo.
● Igualdad ante la ley: Característica que nace de la unidad de naturaleza del género
humano y la dignidad que toda persona posee sin importar su clase social, su
ascendencia, ni nada.
● Periodicidad en la función pública: Mediante el establecimiento de tiempos para
ocupar un cargo se consigue que ninguna autoridad esté mucho tiempo en el poder.
● Publicidad de los actos de gobierno: El ciudadano tiene lo que se llama derecho de
acceso a la información pública, o sea conocer los actos del gobierno. Esto tiene
como objetivo que el ciudadano tenga la posibilidad de controlar el ejercicio de las
autoridades y hacerlas responsables.

2- El principio de separación de poderes, que es una cualidad propia de la república,

consiste en que el poder del Estado se divide en tres órganos diferentes del gobierno
(legislativo, ejecutivo y judicial).

Montesquieu fue quien enunció este principio en 1748 en su obra titulada El espíritu de
las leyes. Además de hablar de la división de poderes, Montesquieu también sostuvo que
esta distribución del poder se debía dar de manera equilibrada y que era necesario que
los diferentes poderes se controlaran entre sí, para que de esta manera fueran
garantizados los derechos de las personas.

3- El poder legislativo es el que hace la ley, es el encargado de hacer las leyes, que son
normas. Si quisiéramos definir qué son las leyes, diríamos que son normas generales,
objetivas, razonables y obligatorias, y que tienen por objeto regir la conducta de las
personas y la organización de los poderes del gobierno. Este poder también gobierna
cuando adopta decisiones que tienen como fin realizar el bien común. Algunos ejemplos
pueden ser que en nuestro país el Congreso gobierna cuando declara la necesidad de
hacer una reforma a la Constitución, o también el poder legislativo muestra su poder
cuando controla a otros poderes.

El poder ejecutivo es desempeñado por el presidente, quien es el jefe supremo de la

nación y el representante de la misma delante de los presidentes de los demás países,
con quienes firma tratados y recibe mediante sus embajadores. Además de esto, los
presidentes son jefes de gobierno y en Argentina también el comandante en jefe de las
Fuerzas Armadas de la nación, y por lo tanto es responsable de la defensa de la
república. A su cargo tiene tareas tales como garantizar la vida, integridad física, bienes y
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derechos de las personas. Asimismo, también tiene como responsabilidad ejecutar las
leyes que le son enviadas desde el poder legislativo, reconociendo las leyes dictadas por
el Congreso y comprometiéndose a cumplirlas y hacerlas cumplir. También se encuentra
entre las tareas del poder ejecutivo la publicación de estas recién mencionadas leyes en
el Boletín Oficial.

Y, por último, el poder judicial tiene como función decidir, mediante los juicios, sobre los
conflictos que derivan de la aplicación del Derecho, tarea que corresponde a los jueces.
Dichos conflictos pueden darse ya sea entre particulares o entre un particular y el Estado.
La función jurídica es fundamentas para el estado porque su objetivo es resolver de
manera pacifica y ordenada y en concordancia con el Derecho, muchos conflictos que se
plantean en la sociedad y también evitar que se cometan de nuevo.

4-

● Principio de legalidad: El principio de legalidad consiste en que vivimos en Argentina,

cuya Constitución fue creada con el objetivo de, como dice el Preámbulo de la
misma, “asegurar los beneficios de la libertad” y “promover el bienestar general”, y por
lo tanto las restricciones a los derechos de las personas únicamente pueden ser
establecidos por la ley. Las leyes reglamentan el ejercicio de las libertades
individuales por el bien común, para poder garantizar una convivencia pacífica y no
caótica. Como resultado de este principio de legalidad existe una “zona de reserva de
la ley”, o sea materias que solo pueden ser reguladas por leyes formales aprobadas
por el Congreso. Algunos ejemplos podrían ser la definición de los delitos, las penas
que les corresponden a los que los cometen, y los impuestos.

● Principio de razonabilidad: Este principio está consagrado expresamente por el

artículo 28 de la constitución nacional y establece que las leyes, como reglamentan
el ejercicio de los derechos conocidos en la Carta Magna, no pueden dictar
restricciones que los desnaturalicen. Esto debe ser así porque no puede ocurrir que la
ley no respete o modifique a la Constitución, pues una ley es una norma inferior y la
Constitución es la norma superior.

● Principio de igualdad ante la ley: Este principio consiste en que todos los hombres
son iguales ante la ley, y que la misma debe tratar de la misma manera a quienes se
encuentren en la misma circunstancia. En un Estado constitucional este principio
tiene varias implicancias, ya que abarca la igualdad ante las cargas públicas, la
igualdad de voto, la igualdad de trato en los procesos ante los tribunales y en los
trámites administrativos, y la igualdad de oportunidades (en materias como la
educación, salud y acceso a la justicia).

5- La Constitución Nacional es una norma jurídica porque regula la organización y el

ejercicio del poder, y asegura los derechos de las personas, pues es la ley suprema.
Como toda norma, rige las conductas y posee un carácter obligatorio, por lo que abarca
a gobernados y a gobernantes.

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 La Constitución también es un instrumento de gobierno porque determina los objetivos
del Estado (o sea el bienestar general de la población, la justicia, la libertad y la dignidad
del hombre), y también cuáles son los medios que posee el Estado para cumplir dichos
objetivos (tales como la democracia, el sistema republicano, la potestad tributaria, etc.). A
ella se deben ajustar tanto autoridades como ciudadanos.

Y, por último, la Constitución también es un símbolo de la nacionalidad, ya que expresa

las esperanzas, las expectativas y los valores que son comunes y compartidos por todos
los habitantes de la nación.