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VISTO, OIDOS Y TENIENDO PRESENTE:
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1.1.2.1.- Acoso laboral
Dice que para ejecutar sus labores debía desplazarse por Concepción para
cual se encontraban organizados en grupos de ejecutivos de ventas que se
movilizaban en un mismo vehículo; el grupo se encontraba bajo la supervisión
de don Marion Ampuero Salazar.
Agrega que los primeros meses de la relación laboral habrían transcurrido
con normalidad, pero tras haber avanzado unos meses habría comenzado a
recibir malos tratos de parte del supervisor que con el correr del se habrían
transformado en acoso laboral, no dejándolo realizar sus labores con
tranquilidad, ya que cada vez que se encontraba con él en la empresa se detenía
a interrogarlo respecto de sus ventas, señalando a viva voz que él no trabajaba,
que era flojo, cuestionando sus aptitudes y capacidades.
Luego habría comenzado a limitar sus posibilidades efectivas de trabajo
de la siguiente manera:
-Negativa a usar el vehículo de la empresa para visitar clientes o realizar
ventas, lo que no ocurría con los otros ejecutivos.
-Eliminación del grupo de wasap de los ejecutivos de ventas por parte del
supervisor, herramienta usada para coordinarse con su grupo de trabajo.
-Solicitar por distintas vías su renuncia hostigándolo para obtenerla.
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que alude el artículo 485 del Código del Trabajo en el caso de autos no se
alcanzó a materializar, es claro que existiendo una denuncia en curso, nace
para el trabajador el derecho a la indemnidad, esto eso, no ser objeto de
represalias por el ejercicio de acciones en pro de cautelar sus derechos
fundamentales.
Esta garantía de indemnidad no significa solo una protección que nace
“post fiscalización”, sino que es una expresión de la facultad que le asiste a
toda persona de ejercer legítimamente sus derechos, y ser precisa y
efectivamente protegido en su ejercicio, como lo garantiza la Constitución
Política de la República en su artículo 19 n° 3, y se vincula además, con otra
garantía de carácter constitucional, como es la contenida en el artículo 19 n° 14
de nuestra Carta Fundamental, concebida como el derecho de presentar
peticiones a la autoridad, sobre cualquier asunto de interés público o privado,
sin otra limitación que la de proceder en términos respetuosos o convenientes,
derecho que en definitiva ejerce un trabajador cuando pone en conocimiento de
la Inspección del Trabajo hechos que le afectan en su relación laboral, y aún
más, hechos que, como en el caso de narras, conculcarían su bienestar o
integridad psicológica.
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ya que nunca se le habría informado de ninguna medida adoptada.
-Carta de despido fundada en la causal necesidades de la empresa entregada el
24 de octubre de 2017.
-La correlación temporal entre la fecha de la denuncia y la fecha del despido.
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1.1.7.- Demanda subsidiaria por despido improcedente
En el evento que no se acoja la denuncia por tutela, demanda en forma
subsidiaria que el tribunal declare el despido improcedente, fundado en las
mismas consideraciones de hecho indicadas precedentemente.
Y pide en consecuencia condenar a la demandada al pago de las
siguientes prestaciones que implica esta declaración más el daño moral a que
se hizo referencia precedentemente.
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prueba indiciaria no se aplicaría en el caso de autos, toda vez que, según su
interpretación, ella es aplicable sólo al catálogo cerrado de garantías que
contempla el artículo 485 inciso primero y porque el derecho a la indemnidad
no sería derecho fundamental.
De allí que la acción incoada por el actor debiera ser desestimada en la
forma que la ha entablado el actor.
En cuanto al fondo, señala que su parte desconoce si el actor realizó las
denuncias que indica toda vez que no ha sido objeto de fiscalización alguna por
parte de la Inspección del Trabajo por este tipo de materias ni por otras que son
objeto de fiscalización por la citada entidad.
De allí que el despido del actor no podría ser considerado como una
represalia, más aún cuando en la sucursal de Concepción se habrían producido
otros despidos cuyos reclamos se ventilarían en este juzgado., entre ellas, la
causa Rit O-1608-2017.
Hace presente que nunca ha sido condenada por vulneración de derechos
fundamentales ni prácticas antisindicales.
Niega asimismo que haya habido hostigamientos hacia el actor por parte
del supervisor, máxime cuando éste ha sido reconocido por mantener un buen
trato con los demás trabajadores.
Agrega que el vehículo corporativo sería una herramienta de trabajo que
se le facilitaría al supervisor de ventas con el fin de poder de realizar su trabajo
de supervisión en terreno de los ejecutivos de ventas, y eventualmente era
prestado a los vendedores para acelerar la firma de los contratos.
Asimismo, en cuanto a la eliminación del wasap, señala que éste no sería
una herramienta de trabajo por cuanto las reuniones de coordinación se hacían
en la oficina.
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Hace presente, además, que la carta de despido cumpliría a cabalidad los
requisitos del artículo 162 del Código del Trabajo.
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Estarían todas pagadas durante la vigencia de la relación laboral.
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señalar solo los derechos del artículo 485 inciso 1° y 2°.
En primer lugar, nadie a ha sostenido que regla contenida en el artículo
485 inciso 3°, garantía de indemnidad sea en sí un derecho fundamental, sino
que se trata de un medio de protección sustantivo en el contexto de la
naturaleza tutelar del derecho del trabajo, y en este sentido protege a los
trabajadores que no sean objeto de represalias del empleador cuando hacen
efectivo ejercicio de sus derechos, así por ejemplo los reclamos a la Inspección
del Trabajo.
En segundo lugar, el artículo 489, a diferencia de lo señalado por la
demandada, se trata de una norma que establece quien es el legitimado activo
para incoar una denuncia por vulneración de derechos fundamentales con
ocasión del despido, limitándolo sólo al trabajador en el caso de los derechos
protegidos por la tutela en los inciso 1° y 2° del artículo 485. En los demás
casos, también lo serán los sujetos indicados en el artículo 486. No se trata de
una norma atributiva, sino procedimental.
Y eso es así, por cuanto la garantía de indemnidad no tan sólo mira al
interés individual del trabajador, sino al de todos los trabajadores en tanto
formando parte de sus organizaciones sindicales.
En tercer lugar, el inciso 3° del artículo 485 dispone que en esos casos
también se aplica el procedimiento de tutela y deben ser tramitadas las
denuncias que afecten esta garantía en dicho procedimiento como si fueran
derechos fundamentales.
Finalmente, en lo que respecta a la aplicación de la regla de los indicios,
al contrario de lo que señala la demandada, estima este sentenciador que por
tratarse de un regla genérica que se encuentra en el procedimiento de tutela,
tiene aplicación cualquiera sea la denuncia de derechos vulnerados, es decir, los
de los incisos 1°, 2° y 3° del artículo 485, o que deviene de una interpretación
sistemática de la norma, con la salvedad, de que en el caso de las represalias,
acreditados los indicios, será el empleador quien deba acreditar la
proporcionalidad de la medida adoptada, en el caso de autos, la decisión de
desvincular al trabajador por la causal del artículo 161 inciso 1° del Código del
Trabajo, es decir deberá dar razones de la procedencia de la procedencia de la
causal invocada con la limitación de lo prescrito en el artículo 162 del mismo
cuerpo legal es decir, sujeta a los hechos contenidos en la carta de aviso de
despido y sin posibilidad de probar otros hechos que no consten expresamente
en ella.
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3.2.- Indicios propuestos por el actor
3.2.1.- Acoso laboral de parte del supervisor
Este indicio ha quedado acreditado con la prueba rendida por el actor, así,
se escuchó en audiencia el testimonio de don Cristian Andrés Guevara Álvarez,
compañero de trabajo del actor, quien indicó que el denunciante recibía una
presión constante de parte del supervisor para el cumplimiento de las metas, a
pesar de que él las había cumplido con creces, también cita una ocasión en la
cual el actor viajó a Puerto Montt y había cumplido la meta exigida y no
obstante igual fue objeto de mayores exigencias, lo que generó una discusión;
le hacía presente que su rendimiento era malo. Constantemente estaba
presionándolo y esto se hacía delante de los demás trabajadores en las
reuniones de trabajo.
Contra interrogado el testigo mantuvo su dichos y no alteró lo sustancial
de su testimonio.
Por su parte, esta apreciación del testigo pudo ser corroborada con la
diligencia de absolución de posiciones, en la cual don Marlon Ampuero,
supervisor del actor en la época de los hechos, si bien negó que haya ejercido
actos de acoso, reconoció que efectivamente pedía al actor la base de datos que
manejaba el actor para el manejo de los clientes, le hacía presente el
cumplimiento de las metas constantemente y también que no fue recibida una
licencia médica presentada por el actor a través de un compañero de trabajo.
Aclaró que actualmente es el jefe zonal de la oficina.
La declaración del absolvente debe ser también ponderada con la función
que cumplía antes de trabajar para la demandada, pues dijo que era Carabinero,
resultando un hecho público y notorio la estructura jerárquica de esta
institución y la cultura e sujeción y mando que existe en una institución armada,
de allí que la denuncia del actor en orden a los actos de acoso que reclama
cobran sentido y se hacen evidentes en el estilo directivo del supervisor propio
de una institución armada, lo que resulta inadecuado en el mundo laboral
privado donde si bien es cierto que el empleador en su facultad de mando y
dirección tiene facultades directivas esta debe ser ejercida con respeto a los
derechos fundamentales del trabajador.
Por su parte con el testimonio de doña Ximena de las Mercedes Cartes
Cabrera, secretaria de la demandada y testigo de ésta en estos autos, reconoció
el hecho que no fue recibida la licencia médica que presentó el trabajador en su
oportunidad porque fue presentada por un tercero y no por él mismo, y por
política de la empresa tenía que recibirla el jefe directo, que en la fecha era el
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señor Ampuero. También reconoció que el automóvil de la empresa estaba
asignado al supervisor de los grupos de trabajo, y en al sentido, cobra
relevancia lo señalado por el actor, en el sentido que cuando él lo requería el
señor Ampuero tenía la facultad de entregarlo o no. Es decir eta facultad la tenía
el supervisor. También reconoció que en la oportunidad en que se le citó para
firmar su finiquito no se le pagó porque el trabajador quería hacer reserva de
derechos, y esto, según la empresa sólo se hacía en la Inspección del Trabajo.
Por otro lado, no fue expresamente negada la circunstancia de haber sido
eliminado el actor del grupo del grupo de wasap creado por el supervisor,
medio de comunicación que se había creado para hacer las coordinaciones
necesarias a los fines del trabajo de venta. Sabemos que con el desarrollo de la
tecnología las redes sociales se han vuelto una herramienta fundamental para el
desempeño laboral en todas las empresas, y es común que se usen estos
sistemas, especialmente cuando se trata de empresas que manejan un volumen
de trabajadores importantes, y son por cierto, complementarais de las
tradicionales como las reuniones presenciales. En consecuencia si el propio
supervisor crea un wasap para comunicarse con sus vendedores, y sin
explicación alguna elimina a uno o varios de ellos, es comprensible que el
trabajador afectado se sienta menoscabado porque se le priva del medio de
comunicación e interacción diario con sus grupo de trabajo.
Estima ese sentenciador que con los antecedentes descritos e encuentra
medianamente acreditada la concurrencia de este indicio.
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pero no se desarrolló investigación alguna al respecto.
Está acreditado este indicio.
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indemnidad, que constituye una regla y no un principio, como lo son los
derechos fundamentales, que admiten sopesar sus afectaciones cuando la
racionalidad y proporcionalidad así lo permite, no corresponde analizar la
proporcionalidad de la medida, ya que ella se ha incumplido por la demandada
y este incumplimiento no admite explicación, racionalidad o proporcionalidad
alguna, ya que el ordenamiento jurídico impide que se coarte el legítimo
derecho que tiene cualquier trabajador a perseguir el cumplimiento efectivo de
sus derechos.
Por estas consideraciones es que corresponde acoger la pretensión del
actor en los términos que se indicará en la parte resolutiva del fallo.
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tribunal, y no puede aceptarse que el demandado arregle su carta en el escrito
de contestación como lo ha hecho la demandada de autos.
Así se consagra en el texto del artículo 162 del Código del Trabajo, al
punto de que no puede rendir prueba respecto de hechos no comprendidos en
esta carta de aviso, según lo dispuesto en el artículo 454 N°1 del citado Código.
Por otro lado el demandado no allegó prueba alguna tendiente a acreditar
la efectividad de cambios en las condiciones de mercado que hayan influido en
la productividad, en el caso de autos, en las ventas de productos y planes de
seguridad, como lo indica en su contestación Es más, por el contrario, las
máximas de la experiencia indican que el rubro de la seguridad ha
experimentado una expansión inusitada por la sensación de inseguridad que
han creado en la población los medios de comunicación, por lo que a
aumentado la demanda de productos asociados a ella.
Desde esta perspectiva se hace más aún improcedente el despido de que
fuera objeto el actor y por ende cobra más fuerza la acción de tutela incoada
por el actor.
También se dejó deslizar por la demandada que el actor presentaba
problemas de productividad, es más, el absolvente lo dijo expresamente, pero
no hay antecedente fáctico alguno en el juicio que acredite tal circunstancia.
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aplicando el estatuto contractual cuando es precisamente el trabajador quien la
demanda.
En el caso de autos el fundamento de la reparación del daño moral se
sustenta en la circunstancia de haber incurrido la demandada en un despido
que habría vulnerado el derecho de indemnidad del actor, y si bien es cierto
que se arribó a la conclusión que efectivamente el despido de que fue objeto es
vulneratorio del citado derecho, no es menor cierto que se acompañó
antecedente alguno que den cuenta de la afectación que produjo este hecho en
la persona del actor, pues acorde lo prescrito en el artículo 1698 del Código
Civil, se debe probar el daño causado, sin perjuicio d que su avaluación será
hecha prudencialmente por el juez.
Por estas consideraciones es que la pretensión del actor no podrá
prosperar en lo que a la demanda por daño moral respecta, tanto la incoada en
lo principal como subsidiariamente.
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carga del demandado probar que efectivamente esta se encontraba pagada, lo
que no hizo en modo alguno en el juicio, es más consta en las liquidaciones de
sueldo que no estaba comprendido el pago de este rubro.
De allí que corresponde acoger la pretensión del actor, descontando de la
suma de 813.082 el porcentaje que debió retener el empleador por concepto de
cotización, ya que deberá enterar las cotizaciones respectivas.
6.4.- Sanción del artículo 162 inciso 5° del Código del Trabajo
Dado lo anterior y teniendo en vista los certificados de cotizaciones
previsionales, consta que no se pagaron éstas en base a lo que debía percibir el
trabajador por concepto de semana corrida, corresponde entonces acoger esta
pretensión, ya que no se dio cumplimiento a lo prescrito en el artículo 162 en
comento.
6.5.- Monto de la remuneración para el cálculo de las prestaciones
Para los efectos de la base de cálculo de las indemnizaciones se estará a
las liquidaciones de sueldo del actor de los meses de julio, agosto y septiembre
de 2017, dado que su remuneración es variable corresponde considerar como
base de cálculo el promedio de los tres últimos meses completos trabajados,
sumando a cada uno de esos meses lo que debió percibir por concepto de
semana corrida, lo que da un total de $994.664.
8.- VALORACION DE LA PRUEBA
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f).- Cotizaciones previsionales devengadas y no pagadas por la semana
corrida, las que deberá enterar en la instituciones previsionales respectivas.
II) Que, las sumas anteriores deberán ser pagadas con los reajustes e
intereses legales correspondientes.
III).- Que, en tanto no se produzca la convalidación deberá seguir
pagando a título de sanción la suma de $994.664 mensuales.
IV).- Que, se rechaza en todo lo demás la pretensión del actor,
especialmente la demanda por daño moral.
V).- Que, no se condena en costas a la denunciada por no haber sido
totalmente vencida.
RIT T-335-2017