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1.

Derecho fundamental a la vida: "El derecho a la vida en sí mismo considerado, no


es un concepto restrictivo que no se limita solamente a la idea reducida  de peligro
de muerte, sino que es un concepto que se extiende a la posibilidad concreta de
recuperación y mejoramiento de las condiciones de salud, en la medida en que ello
sea posible, cuando éstas condiciones se encuentran debilitadas o lesionadas y
afecten la calidad de vida de las personas o las condiciones necesarias para
garantizar a cada quien, una existencia digna". Sentencia T 416-01 "El derecho
fundamental a la vida que garantiza la Constitución -preámbulo y artículos
1, 2 y 11-, no se reduce a la mera existencia biológica, sino que expresa una relación
necesaria con la posibilidad que les asiste a todas las personas de  desarrollar
dignamente todas las facultades inherentes al ser humano…” sentencia T 26-99.

2. Principio de dignidad humana: La constitución establece que el Estado


colombiano está fundamentado en el respeto a la dignidad de la persona humana;
esto significa que, como valor supremo, la dignidad irradia el conjunto de derechos
fundamentales reconocidos, los cuales se encuentran en el libre desarrollo de la
personalidad en su máxima expresión. Éste principio atiende necesariamente a la
superación de la persona, respetando en todo momento su autonomía y libertad.

3. Principio de solidaridad: El artículo: 1 de la constitución nacional en concordancia


con el 95 consagra a la solidaridad como uno de los postulados básicos del Estado
colombiano , principio que envuelve a todo ciudadano a socorrer a quien se
encuentre en una situación de necesidad , con medidas humanitarias. Existe un
móvil altruista y solidario de quien obra movido por el impulso de suprimir el
sufrimiento ajeno. Así que la Corte considera que hay una posibilidad frente a los
enfermos terminales que experimentan intensos sufrimientos, de que exista un deber
estatal frente al consentimiento informado del paciente, que informe médico que lo
certifique  que desea morir en forma digna.

4. Derecho fundamental a morir dignamente: La muerte digna fue reconocida por


diversas fuentes normativas. En algunos Estados la discusión fue pública y se
despenalizó la eutanasia a través de mecanismos de democracia directa como
referendos. Otra alternativa fue directamente la vía legislativa. Sin embargo, en la
gran mayoría de casos la dimensión subjetiva del derecho a morir dignamente se dio
a través de decisiones judiciales. Así, los jueces optaron por dos vías. En primer
lugar, aceptar que existe una correlación muy estrecha entre el derecho a la vida, a
la dignidad humana y a la autonomía personal. Así, desde una interpretación
sistemática de los derechos fundamentales, sostuvieron que era posible que una
persona decidiera autónomamente, bajo ciertas circunstancias, provocar su propia
muerte. Es de allí que nace el derecho a morir dignamente. En segundo lugar, los
jueces, ante la tensión existente, decidir.

5. Trato diferencial positivo: Dentro del artículo: 13 de la constitución nacional se


encuentra el derecho fundamental a la igualdad, y con el propósito de precisar el
alcance de éste, la Corte Constitucional ha reiterado que, el Estado debe acudir,
incluso, al trato diferencial positivo. “Con el trato diferencial positivo se aplica la
filosofía esencial del Estado Social de Derecho, que se traduce en el deber del
Estado de proteger a las personas que por su condición económica, física o mental,
se encuentren en circunstancias de debilidad manifiesta,  para hacer que la
igualdad sea real y efectiva…  éste se refiere al propósito de asegurar la igualdad
dentro de un marco social justo.” Sentencia T-555/11

6. Derecho penal de acto/ principio de culpabilidad: El artículo: 29 de la


Constitución, consagra el principio de que no hay delito sin conducta, al establecer
que "nadie podrá ser juzgado sino conforme a las leyes preexistentes al acto que se
le imputa". En estos términos, es evidente que el Constituyente optó por un derecho
penal del acto, es decir que el autor será castigado por su conducta social más no
por lo que es como persona. El derecho penal del acto supone la adopción del
principio de culpabilidad, que se fundamenta en la voluntad del individuo que
controla y domina el comportamiento externo que se le imputa, en virtud de lo
cual sólo puede llamarse acto al hecho voluntario.Para el derecho penal del acto,
uno de los criterios básicos de imposición de la pena es el grado de culpabilidad, de
tal manera que a su autor se le impone una pena que debe ser proporcional al grado
de culpabilidad. En la sentencia C 239-97 que es considerada como el principal
referente al tema de la eutanasia se afirma que “la ilicitud de muchos hechos no
depende únicamente de su materialización y realización consciente y
voluntariamente, sino que debe tenerse en cuenta el sentido específico que a la
acción u omisión le imprime el fin perseguido por el sujeto. Tales componentes
sicológicos pueden ser tenidos en cuenta únicamente cuando es el propio tipo el
que de modo expreso los acoge, ya sea para fundamentar el injusto, su agravación,
atenuación o exclusión. Esos componentes subjetivos adicionales cumplen la
función de distinguir un comportamiento punible de otro que no lo es, o de
diferenciar entre sí varias figuras delictivas. Para graduar la culpabilidad deben
tenerse en cuenta los móviles de la conducta, pero sólo cuando el legislador los ha
considerado relevantes al describir el acto punible. Dichos móviles, que
determinan en forma más concreta el tipo, en cuanto no desconozcan las garantías
penales ni los demás derechos fundamentales, se ajustan a la Constitución, y su
adopción hace parte de la órbita de competencia reservada al legislador. Los
móviles pueden hacer parte de la descripción del tipo penal, sin que por ello, en
principio, se vulnere ninguna disposición constitucional.”

7. Homicidio por piedad: Es un tipo que precisa de unas condiciones objetivas en el


sujeto pasivo, consistentes en que se encuentre padeciendo intensos sufrimientos,
provenientes de lesión corporal o de enfermedad grave o incurable, es decir, no se
trata de eliminar a los improductivos, sino de hacer que cese el dolor del que padece
sin ninguna esperanza de que termine su sufrimiento. El comportamiento no es el
mismo cuando el sujeto pasivo no ha manifestado su voluntad, o se opone a la
materialización del hecho porque, a pesar de las condiciones físicas en que se
encuentra, desea seguir viviendo hasta el final; al de aquel que realiza la conducta
cuando la persona  consiente el hecho y solicita que le ayuden a morir.

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