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Cochabamba – Bolivia
INTRODUCCIÓN
La Pena de Muerte en la Legislación Boliviana preceptos legales relativos a la
finalidad que se perseguía, los casos en que se imponía ésta sanción, la forma de
su ejecución, e inclusive tratar de averiguar hasta cuándo se mantuvo vigente esta
situación, que ciertamente se presentaba por demás espantosa, inmoral y nada
constructiva para nuestra sociedad.
Cada día, algún Estado ejecuta o condena a muerte a alguien como castigo por
algún delito, y a veces por actos que no deben estar castigados. En algunos
países, puede imponerse esta pena por delitos relacionados con las drogas,
mientras que en otros se reserva para los actos de terrorismo y los asesinatos.
DESARROLLO
Amnistía Internacional sostiene que la pena de muerte constituye una violación de
derechos humanos y, en particular, del derecho a la vida y del derecho a no sufrir
tortura ni tratos o penas crueles, inhumanos y degradantes. Estos dos derechos
están consagrados en la Declaración Universal de Derechos Humanos, adoptada
en 1948 por las Naciones Unidas.
decapitación
ahorcamiento
inyección letal
arma de fuego
En general, toda sociedad admite e impone normas jurídicas cuya infracción trae
por consecuencia una reacción contra el infractor. Muchas veces no se trata
solamente de que éste deba compensar a la víctima por el daño causado, sino
que también debe responder a la sociedad por el quebrantamiento del orden
jurídico, todo ello a través de una reacción especial que tradicionalmente se ha
denominado pena.
Este mal que es la sanción, existe sólo porque es necesario sostener valores que
garanticen el buen funcionamiento social; vale decir que no se trata de una
venganza ciega, en que se sienta placer al devolver mal por mal, cual si se tratara
simplemente de poner en práctica una fórmula talonear. Es por ello que, las
propias sanciones deben estar sometidas a valorización en cuanto a su naturaleza
y gravedad.
Hay países que siguen condenando a muerte y ejecutando a personas que eran
menores de 18 años en el momento del delito, a pesar de que el derecho
internacional de los derechos humanos prohíbe la aplicación de la pena de muerte
en tales casos. El número de esas ejecuciones es reducido en comparación con el
total de ejecuciones anuales registradas por Amnistía Internacional, pero su
importancia va más allá de las cifras, y pone en cuestión el compromiso de los
Estados ejecutores de respetar el derecho internacional.
Varios de estos países han cambiado ya sus leyes para excluir esta práctica. En
Irán, las ejecuciones de personas menores de 18 años en el momento del delito
duplican con creces la suma de esas ejecuciones en los restantes nueve países.
En el momento de redactar estas líneas, esa cifra ascendía en Irán a al menos
108 ejecuciones desde 1990.