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TEMA 2 - FUNDAMENTOS Derecho de Garantías
TEMA 2 - FUNDAMENTOS Derecho de Garantías
1. Derecho de garantías
El Derecho procesal regula una modalidad1 de aplicación/satisfacción del
Derecho en situaciones de litigio: aquella que realiza un tercero ajeno a las partes
y no elegido por estas (tribunal) mediante la adopción, previo debate dialéctico
o contradictorio (proceso o juicio), de una decisión razonada y vinculante (juicio
jurisdiccional o sentencia) o bien, mediante su ejecución forzosa. El proceso y
el tribunal aportan a la aplicación garantías específicas de acierto y eficacia.
Estas cualidades o garantías se corresponden con las que revela la figura icónica
de la justicia como una mujer (una diosa) con venda en los ojos, espada en su
mano derecha y balanza en la izquierda. Son las cualidades de sabiduría (para
saber manejar la balanza que porta), de voluntad de imparcialidad (quiere ser
imparcial, para ello se venda los ojos), y de poder (para blandir la espada).5
TEMA 2. DERECHO PROCESAL COMO DERECHO DE GARANTÍAS
Los jueces deben tener, como regla general, una buena formación jurídica para
que su aplicación del derecho sea acertada.
Esta garantía viene exida por un principio general del derecho procesal:
Es decir, el Juez no conoce los hechos (los aportan las partes) pero sí el
Derecho. Partiendo de los hechos (los daños sufridos en un accidente) y de la
pretensión de parte (una indemnización), el tribunal debe saber el Derecho que
se aplica para otorgar o no lo que se pide (el art. 1902 del CC; la responsabilidad
extracontractual, el derecho a la indemnización…). 3
Este principio se refleja o, mejor dicho, se extrae (como todo principio general
del Derecho)6 de normas concretas; algunas constitucionales y otras ordinarias.
o La exigencia de motivación de las sentencias (art. 120 CE), pues motivar es
dar argumentos que, en el mundo del derecho, son fácticos y jurídicos. Para
dar argumentos hay que saber Derecho).
120.3 CONSTITUCIÓN ESPAÑOLA. Las sentencias serán
siempre motivadas y se pronunciarán en audiencia
pública.
2.2.1. Independencia.
El juez/tribunal no debe recibir presiones de nadie.
117 CONSTITUCIÓN ESPAÑOLA 1. La justicia [...]se
administra [...] por Jueces y Magistrados [...]
independientes [...]
FUNDAMENTOS DE DERECHO PROCESAL ‒BLOQUE I‒ JUSTICIA Y DERECHO JUSTICIAL
El juez/tribunal debe ser independiente frente a otros Poderes del Estado, frente
a poderes sociales, sean legales (el poder financiero, el poder de medios de
comunicación, etc.) o ilegales (delincuencia organizada, terrorismo), o frente a las
partes.
13 LEY ORGÁNICA DEL PODER JUDICIAL. Todos están obligados a
respetar la independencia de los Jueces y Magistrados.
2.2.2. Idoneidad
El juez debe ser independiente ‹‹respecto de sí mismos››: de sus intereses personales,
familiares, ideológicos, etc. Para garantizar la idoneidad hay una serie de
instrumentos previstos en la Constitución —art. 127 CE— y reguladas con detalle
en la LOPJ y en las leyes procesales.
Se establece para el juez el de retirarse del caso con el que mantenga ciertos
vínculos (art. 219 LOPJ):
– Vínculos con las partes (parentesco hasta el cuarto grado –primo hermano,
tío, tío abuelo–, amistad íntima o enemistad manifiesta) o con
abogados/procuradores de las partes (parentesco hasta el segundo grado:
hermano, abuelo, nieto)
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- Vínculos con el objeto del litigio (económicos o profesionales).
Sin embargo, la propia Constitución, que establece este principio, admite que ciertos
12 tribunales (que enumera) estén regulados por sus propias normas, al margen de la
LOPJ y que su gobierno no corresponde al CGPJ. Esto no significa que no tengan
garantías de imparcialidad e independencia o que no tengan autogobierno, sino que
no están recogidas en la LOPJ.
El principio de unidad jurisdiccional y sus ‹‹excepciones›› dan lugar a la siguiente
distinción.
o Tribunales ordinarios o ‹‹Jurisdicción ordinaria››: son la regla según el principio
de unidad; son los tribunales sujetos a la LOPJ y sometidos al gobierno del CGPJ.
Se organizan en 4 ‹‹órdenes jurisdiccionales›› o ‹‹jurisdicciones›› especializadas››:
jurisdicción civil u orden jurisdiccional civil, jurisdicción penal u orden
jurisdiccional penal, jurisdicción contencioso-administrativa u orden
jurisdiccional contencioso-administrativo y jurisdicción social u orden
jurisdiccional social.
o Tribunales no ordinarios. Son los previstos en la Constitución pero situados
fuera de la ‹‹Jurisdicción ordinaria›› como excepción al principio de unidad
jurisdiccional: no están regulados en la LOPJ ni sometidos (salvo excepciones) al
CGPJ:
TEMA 2. DERECHO PROCESAL COMO DERECHO DE GARANTÍAS
o Responsabilidad civil: los jueces deben indemnizar si causan daño con sus
juicios o ejecuciones por culpa o negligencia.
La Sentencia núm. 51 de 23 de enero de 2004 del Tribunal
Supremo condenó, por primera vez en la historia, a once
18 de los doce magistrados del Tribunal Constitucional
(TC), incluido su presidente, al pago de quinientos
euros cada uno por incurrir en responsabilidad civil por
incurrir en ‹‹una conducta absolutamente antijurídica››
al dictar sus resoluciones de 18 de julio y 17 de
septiembre de 2002, ya que ‹‹se negaron lisa y
llanamente a entrar a resolver una petición de amparo››
(es decir, sin dar razones). Posteriormente, el Tribunal
Constitucional en Sentencia 133/2013 de 5 de junio de
2013 otorgó el amparo solicitado por los once
magistrados y revocó la condena.
Los jueces deben tener poder para que la aplicación del Derecho que realizan
sea eficaz. Una «aplicación» del derecho ineficaz (una sentencia a la que nadie
hace caso) no es verdadera aplicación ni es verdadera justicia. Al contrario: crear
expectativas que no se van a cumplir: es un engaño.
Los poderes jurídicos de un juez (posición jurídica otorgada por las normas a
los jueces en el proceso) son las denominadas ‹‹potestades›› o ‹‹funciones›› que
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son poderes otorgados para cumplir una función o fin, es decir, poderes
instrumentalizados por un deber (poder-deber).
Las potestades se dividen en esenciales o fundamentales (la potestad
jurisdiccional) que siempre corresponde a un juez y las potestades
instrumentales o auxiliares. Las esenciales son las que permiten identificar a un
órgano como tribunal (las que derivan de la jurisdicción), las que permiten
juzgar y ejecutar lo juzgado. Las instrumentales son las que facilitan que esa
función fundamental se cumpla.
a. Potestad jurisdiccional:
1. Potestad de juzgar.
El tribunal tiene el poder de declarar lo que es el Derecho en un caso
concreto y que esa declaración sea verdaderamente el Derecho para ese caso
concreto. Por su pronunciamiento (sentencia) la cosa litigiosa pasa a ser
cosa juzgada (vid. infra § 3.3.2)
La sentencia del juez es una orden del Estado (el Poder judicial) de obligado
20 cumplimiento e inmodificable (cosa juzgada).
2. Potestad de hacer ejecutar lo juzgado
El tribunal tiene el poder de trasladar a los hechos el contenido de la
sentencia
117.3 CE El ejercicio de la potestad jurisdiccional en
todo tipo de procesos, juzgando y haciendo
ejecutar lo juzgado, corresponde exclusivamente a
los Juzgados y Tribunales [...]
b. Potestades instrumentales.
o Potestad de ordenación para dirigir y controlar el propio desarrollo del
juicio o proceso.
o Potestades de coerción, sanción y disciplina,
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Por otra parte, todos estos poderes se configuran como derecho ciudadano en
cuanto se garantiza la efectividad del proceso (24.1 CE).
24 CE Todos tienen derecho a la tutela judicial efectiva
[...].
Esta garantía se expresa mediante una fórmula genérica o sintética (que contiene
en sí todo lo necesario): principio o derecho a la audiencia bilateral.
Pero nótese que a estas últimas les falta la referencia al carácter bilateral de la
audiencia (son, por ello, menos claras).
probar–. Pero esta regla general de carga de la prueba puede ‹‹invertirse›› y, por
ejemplo, quien alega un daño procedente de una acción u omisión
discriminatoria no debe probar el hecho de la discriminación (se ha ‹‹invertido››
la carga de la prueba): es el demandado el que debe probar que no discriminó
a quien le reclama una indemnización por tal hecho.
Pues bien, en materia penal no existe esta libertad del legislador porque la
Constitución establece que la única presunción admisible es la de inocencia: si
no queda probado el hecho típico no puede haber condena con base en una
‹‹presunción de culpa›› o en una inversión de la carga de la prueba.
1º. Derecho al silencio: significa que el silencio del acusado no puede tomar
valor alguno. Es decir, se aplica la máxima ‹‹el que calla ni afirma ni niega››, en
lugar de la máxima ‹‹el que calla otorga›› que, sin embargo, podría aplicarse en
materia civil (de hecho, se aplica en varios supuestos. En este sentido es una
vertiente de la presunción de inocencia en caso de silencio del acusado.
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Se trata de evitar métodos que le hagan decir algo contra su voluntad consciente
y plena: sueros de la verdad, detectores de mentiras (polígrafo), hipnosis, etc.
De nuevo la búsqueda de la verdad material. Con estos métodos, quien declara
¿es realmente el sujeto? ¿o es su subconsciente? ¿o es su “fisiología”? y entonces,
¿el subconsciente dice la verdad objetiva? ¿o dice solo verdades subjetivas o
ensoñaciones? ¿la fisiología revela la verdad de los hechos externos a la propia
respuesta fisiológica?
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Otra cosa es que se le tome una muestra de sangre o de saliva sin
consentimiento. En estos casos lo que sí está en juego no es su derecho al
silencio (la saliva o la sangre ‹‹no declaran››), sino su derecho a la integridad física
en la obtención de las muestras (lo que es otro tema y, en general, la integridad
física no se ve gravemente afectada en la mayoría de los casos por estos
métodos).
En cambio, un testigo puede ser sancionado por no declarar o por mentir. Pero
el testigo que al declarar se está auto incriminando (está reconociendo ser
culpable de su participación en el delito) sí puede acogerse a este derecho y no
será sancionado por no declarar. Del mismo modo, el acusado que ha callado o
TEMA 2. DERECHO PROCESAL COMO DERECHO DE GARANTÍAS
La explicación clásica es que esto se hace para preservar ‹‹la propia conciencia
del sujeto›› (parte de su ‹‹integridad moral››): el sujeto no puede ir contra su
conciencia sin perder su integridad moral o su dignidad. Esta explicación, válida
cuando se forzaba a declarar bajo juramento sobre las propias convicciones
religiosas en un contexto de ausencia de libertad religiosa y de culto (origen
histórico de la figura), chirría actualmente: ¿comparamos no declarar sobre
nuestras convicciones con no declarar –o mentir y engañar a la policía y al juez–
sobre un crimen cometido y del que somos cómplices o encubridores? Una
explicación más actual suele ser que la propia preservación del individuo frente
a todo daño (en este caso una condena, aunque sea socialmente merecida) es un
instinto que forma parte de nuestra naturaleza más íntima: si se presiona de
alguna manera se está violentando a la persona en su estructura sicológica íntima
que le ‹‹obliga›› a mentir para ‹‹autopreservarse›› constituyendo toda presión en
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contra una ‹‹tortura psicológica››. Por ser una protección de índole psicológica
no se extiende al abogado (este no puede mentir). También esta explicación
resulta cuando menos discutible.
30 consecuencias del proceso penal son tan graves que se debe contar con una
segunda oportunidad. En el proceso civil el derecho es solo a tener acceso a los
recursos que prevea el legislador, pero este es libre para no regular ninguno.
Tales condiciones pertenecen, como hemos visto, a las garantías del tribunal
como órgano del estado (garantías de imparcialidad: independencia, idoneidad,
juez predeterminado, etc.). Pero existen ciertos mecanismos procesales que
vamos a ver aquí que coadyuvan a preservar la imparcialidad. Simboliza este
rasgo del juicio imparcial, la venda, un ‹‹instrumento›› que usa el juez para
TEMA 2. DERECHO PROCESAL COMO DERECHO DE GARANTÍAS
1. El título ejecutivo.
Por otra, los medios de resolución de litigios distintos del proceso son solo
alternativas voluntarias al mismo o pasos previos o transitorios (vid. infra tema
3):
NOTAS
1
Pues hay otras: arbitraje, mediación, conciliación, negociación, conformidad.
2
También se lo denomina Derecho procesal por ser el proceso una de las dos
instituciones fundamentales que regula (la otra son los tribunales). También se conoce
como Derecho jurisdiccional por ser la jurisdicción la función estatal a la que sirve este
Derecho.
3
De todas formas, si la ley injusta lo fuera hasta el punto de vulnerar normas morales
esenciales de respeto a la dignidad humana, esa norma sería contraria a los derechos
humanos (consagrados como derechos fundamentales en nuestra Constitución y en
normas internacionales de Derechos Humanos como el Convenio Europeo de Derechos
Humanos y, como tal, una norma nula que debería ser expulsada del ordenamiento
jurídico (mediante sentencia del Tribunal Constitucional o del Tribunal Europeo de
Derechos Humanos).
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Cuando hablamos de jueces en este tema estaremos usando el término en sentido
genérico, que incluye a las tres categorías profesionales de la Carrera Judicial: Juez,
Magistrado y Magistrado del Tribunal Supremo (vid. supra bloque II). Usaremos el
término en minúscula, por ser un nombre común, pero advertimos que es muy habitual
emplear la mayúscula en este caso por razones ajenas a la ortografía: para destacar la
‹‹autoridad›› investida en el cargo (escribimos Notario, Juez, Magistrado… pero policía,
profesor o médico).
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La balanza, en cuanto objeto, sería el proceso que los tribunales dirigen, la espada el
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aparato coercitivo del Estado -por ejemplo, la policía–sobre el que los tribunales tienen
potestad y la venda el conjunto de condiciones que facilitan al tribunal ser imparcial en
su tarea.
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Un principio general del derecho es una norma jurídica vinculante muy general cuya
fuente es la abstracción generalizadora a partir de los casos concretos regulados en la
ley: el denominador común (o norma general subyacente) a un conjunto de normas
singulares es un principio general del derecho.
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Es el acceso a la condición de magistrado por el ‹‹turno›› (vía de acceso) de jurista de
reconocida competencia. Por esta vía se cubren una de cada cuatro plazas de magistrados
(el llamado ‹‹cuarto turno›› de acceso a la magistratura), así como una de cada tres plazas
en la Sala de lo Civil y Penal de los Tribunales Superiores de Justicia (el llamado ››tercer
turno››) y una de cada cinco plazas del Tribunal Supremo (el llamado ‹‹quinto turno››).
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Hay, sin embargo, aspectos de la carrera judicial que son controladas por el CGPJ y que
además tienen carácter discrecional. Estos aspectos incluyen el nombramiento de los
Magistrados del Tribunal Supremo y de los Presidentes y Presidentes de Sala del Tribunal
Supremo, la Audiencia Nacional, los Tribunales Superiores de Justicia y las Audiencias
Provinciales. Además, los concursos del ‹‹turno›› de juristas de reconocido prestigio a TSJ
y TS (tercer y quinto turno) también lo resuelve el CGPJ con cierto grado de
discrecionalidad. Teniendo en cuenta que en el Tribunal Supremo se enjuician en materia
penal a los Diputados y Senadores, al Presidente del Gobierno y a sus Ministros, así como
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Siguiendo a PEREIRA MENAUT, La máxima audiatur et altera pars fue formulada en
1580 por ABRAHAM SAUR quien la dedujo del pasaje del jurista romano del siglo III d C,
MARCIANO, contenido en el Digesto de JUSTINIANO (Dig. 48, 17, 1, pr.), el cual afirmaba
literalmente: «la razón no tolera que se castigue a nadie sin haberlo escuchado antes».
Fue un principio que acogió del derecho griego (DEMÓCRITO, Mantissa Proverbiorum,
2,6; DEMÓSTENES, Discurso sobre la Corona, 2, 6). También fue expresado por S.
AGUSTÍN (De duabus animabus, 14, 22); y por SENECA (Medea, 199 y sigs.) quien
afirmaba que «el que sentenció sin oír a la otra parte, aunque haya sentenciado con
equidad, no ha sido equitativo» (Pereira Menaut, Tópica, voz «Audiatur»
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En los EE. UU. este derecho lo reconoce la Sentencia del Tribunal Supremo Guideon v.
Wainwright (1963). Derecho a un abogado en casos penales por ‹‹felonies›› (delitos de
cierta gravedad)
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En algunas representaciones la diosa no lleva venda pues la imparcialidad procede de
su naturaleza divina. En ocasiones se presenta una mujer ciega. Si el juez pudiera ser
imparcial por sus virtudes personales no harían falta los mecanismos que aquí
exponemos. Pero los humanos conocemos nuestras limitaciones y cuando queremos
juzgar con imparcialidad, por grandes que sean nuestras virtudes, nos ponemos la venda.
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La diosa Maat, diosa egipcia de la justicia, adornada con una pluma de avestruz, porta
en algunas representaciones una espada. La diosa griega de la justicia (Dike) lleva un
bastón. En la ‹‹estela de Hammurabi›› (código de leyes babilónico tallado en piedra de
basalto negra hacia 1780 a. C.) representa al rey Hammurabi recibiendo el código y un 43
bastón del Dios del sol y de la justicia, Shamash. Dice Hobbes en su obra ‹‹Leviathan››:
‹‹covenants, without the sword, are but words and of no strength to secure a man at all››
(los pactos sin la espada no son sino palabras y carecen de la fuerza necesaria para dar
seguridad a nadie).
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El mazo para ‹‹pedir orden›› que usan los jueces en muchas partes del mundo
anglosajón (como puede verse en las películas), suele considerarse como un símbolo del
poder del juez. Sin embargo, en España no se utiliza. Los jueces españoles disponían de
un objeto equivalente: la campanilla, que tiene origen eclesiástico. También se utiliza en
las subastas. La masonería adoptó el mazo como símbolo propio a principios del siglo
XVIII.
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Si la «cosa» es el tema de debate o litigio (las posiciones enfrentadas de las partes sobre
lo que debe ser la aplicación del derecho a un caso concreto), al haber sido resuelta por
el tribunal mediante un juicio (la sentencia) se puede decir que esa «cosa» está ya
«juzgada», ya no es ‹‹cosa litigiosa›› sino ‹‹cosa juzgada›› (en latín: deja de ser res litigiosa
par ser res iudicata). El ordenamiento, el sistema normativo, atribuye a la cosa juzgada
un efecto (efecto de cosa juzgada): lo juzgado es una verdad formal (para el mundo del
Derecho) y que no se puede discutir ni desobedecer
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Aun se pueden modificar, pero ya solo por causas excepcionales y mediante
mecanismos complejos y restrictivos: juicios de revisión (por aparición de pruebas nuevas
que evidencien el error, por ejemplo) y juicios de anulación (por comisión de vicios muy
graves en el juicio que justifiquen negarle todo valor): son casos en que la ‹‹cosa juzgada››
es ‹‹inmerecida›› porque ha habido vicios muy graves en el juicio o se han cometido
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