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Tema 2

Intervención Psicológica en Tercera Edad

Modelos psicosociales
sobre el envejecimiento
Índice
Esquema 3

Planteamiento del caso clínico 4


Modelos psicosociales y procesos de adaptación 4

Ideas clave 5
2.1. Introducción y objetivos 5
2.2. Aproximación general a los modelos
psicosociales sobre el envejecimiento 6
2.3. Perspectiva del ciclo vital 10
2.4. Teoría de la selectividad socioemocional 19
2.5. Teorías del desarrollo intencional y del control a
lo largo del ciclo vital 24
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2.6. Otras propuestas teóricas 30


2.7. Referencias bibliográficas 34

Resolución del caso clínico 45

A fondo 46

Test 47
Esquema
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Tema 2. Esquema
Planteamiento del caso clínico

Modelos psicosociales y procesos de adaptación

Con relación a la temática del tema, se presenta un video en el que Carmen, de 77


años, describe de forma breve algunas de las decisiones que toma tras la muerte de
su marido al que cuidaba.

Accede al vídeo a través del aula virtual o desde la siguiente dirección web:
https://www.youtube.com/watch?v=5wVxE5sL3_Y&feature=youtu.be

En base a la información que proporciona Carmen en este recurso:

 ¿Qué aspectos generales del modelo de optimización selectiva con compensación


podríamos identificar en este caso?
 Teniendo en cuenta este modelo, ¿qué estrategia o proceso básico de adaptación
estaría utilizando Carmen?
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Intervención Psicológica en Tercera Edad


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Tema 2. Ideas clave
Ideas clave

2.1. Introducción y objetivos

En este tema se describen los principales modelos teóricos psicosociales o hipótesis


sobre el desarrollo adulto, que suponen un marco conceptual necesario para
contextualizar la evaluación e intervención psicológicas con personas mayores. En
primer lugar, se presenta la perspectiva del ciclo vital y, más concretamente, el
modelo de la optimización selectiva con compensación. Este, más que un modelo,
es un metamodelo o marco teórico en el que se han desarrollado y se enmarcan
algunos de los principales modelos psicosociales que explican el envejecimiento,
como es el caso de la teoría de la selectividad socioemocional. Posteriormente se
describen la teoría del desarrollo intencional y la del control a lo largo del ciclo vital.
Estas comparten con la perspectiva del ciclo vital la idea de que el desarrollo
emocional a lo largo del ciclo vital está profundamente influido por los cambios
biológicos, sociales y ambientales (contextuales) más o menos normativos. Sin
embargo, hacen hincapié en el papel de los procesos motivacionales relacionados
con el control y la autorregulación de las personas como factores clave en el
moldeamiento de las trayectorias individuales de envejecimiento.

Específicamente, en este tema los objetivos que se pretenden conseguir son:

 Aumentar el conocimiento respecto a los principales modelos teóricos


psicosociales utilizados para explicar el desarrollo adulto y el envejecimiento.
 Analizar los principales componentes implicados en desarrollo adulto y
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envejecimiento en los diferentes modelos y teorías que se examinan en el tema


(perspectiva del ciclo vital, teoría de la selectividad socioemocional, teoría del
desarrollo intencional, teoría de control a lo largo del ciclo vital, entre otros).

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Tema 2. Ideas clave
2.2. Aproximación general a los modelos
psicosociales sobre el envejecimiento

El siglo XX ha sido testigo de una revisión radical de las nociones sobre el desarrollo
adulto y el envejecimiento. Las primeras posiciones conceptuales sobre el desarrollo
adulto enfatizaban un proceso de desarrollo lineal de carácter universal (generalista
o nomotético) que, según la mayor parte de los teóricos, se desplegaba a través de
una serie de etapas que finalizaban en un estado concreto (principio epigenético).

En la vertiente pesimista, predominante en un primer momento, distintos autores


consideraban como meta final del envejecimiento la aceptación resignada del
declive inevitable asociado a este (Bühler, 1933) o la aceptación de la inevitabilidad
de la pérdida de poder inherente al envejecimiento y la necesaria desvinculación del
mundo social (Cumming y Henry, 1961).

Se trataba de una visión de la vejez como un período de declive en todos los


sentidos. Este comenzaría por el ámbito de funcionamiento biológico, pero llegaría
también al plano afectivo, en el que se pensaba que se producía un empobrecimiento
de la experiencia emocional en el sentido de disponer de un rango más limitado de
afectos y presentar menor reactividad emocional (Botwinick, 1973) o incluso mayor
negatividad emocional (Banham, 1951; Looft, 1972; Tomkins, 1962).

Esta visión «deficitaria» de la vejez implicaba asumir que las pérdidas y problemas
que aparecen en la última etapa de la vida son acontecimientos «normales» y
esperables del desarrollo y evolución de los organismos en la sociedad. En concreto,
la teoría de desvinculación de Cumming y Henry (1961) asumía que en la vejez se
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produce un mutuo alejamiento entre la persona mayor y la sociedad debido,


fundamentalmente, a la conciencia de la inminencia de la muerte, que llevaba a la
persona a la autorreflexión y a una pobre regulación emocional con predominio de
estados emocionales negativos o, al menos, «planos».

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Tema 2. Ideas clave
Dentro del pensamiento nomotético epigenético sobre el desarrollo adulto (que
asume una evolución o secuencia de etapas vitales comunes para todas las personas),
algunos autores plantearon visiones más optimistas, postulando como cenit o
cumbre del desarrollo estados psicológicos favorables como la consecución de la
sabiduría y de una humanidad completa, fusión de la masculinidad y feminidad (Jung,
1933). Dos de estas visiones positivas son la teoría de las tareas evolutivas
(Havighurst, 1948; 1972) y la teoría de los estadios psicosociales de Erikson (Erikson,
1968; 1984).

La teoría de las tareas evolutivas (Havighurst, 1948; Havighurst y Albrecht, 1953)


concibe el desarrollo adulto como un proceso que se despliega en seis fases. En cada
una de las cuales, existe una tarea evolutiva que la persona ha de afrontar de modo
adaptativo para pasar de forma satisfactoria a la siguiente fase y continuar
evolucionando de forma positiva o saludable.

Estas tareas evolutivas surgen de la interacción entre el desarrollo biológico, el


contexto histórico-social, la personalidad de cada persona y sus metas individuales.
Para Havighurst, la tarea correspondiente a la vejez sería la adaptación flexible a los
cambios asociados al envejecimiento, como el declive biológico o los cambios
sociales (jubilación, pérdidas afectivas…). Esta adaptación se realiza a través,
fundamentalmente, del mantenimiento de la actividad, el desarrollo de nuevos roles
(el rol de abuelo) y la potenciación de la relación con el grupo social al que el individuo
pertenece y que todavía está disponible (fundamentalmente, la familia).

Para Havighurst, la vejez exitosa de una persona se reflejaría en su satisfacción con la


vida, la madurez o integración de su personalidad y su capacidad para desligarse de
determinadas actividades o metas que ya no son alcanzables, pero manteniendo
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niveles elevados de actividad (Cavan, Burguess, Havighurst y Goldhamer, 1949;


Williams y Wirths, 1965).
Dada la importancia que este modelo teórico confiere a la actividad de la persona y
de cara a contrastar esta visión positiva con la teoría negativa de la desvinculación

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Tema 2. Ideas clave
(Cumming y Henry, 1961), comentada anteriormente, esta teoría fue bautizada con
el nombre de teoría de la actividad.

Por su parte, la teoría de los estadios psicosociales de Erikson (Erikson, 1968; 1984)
fue elaborada por este autor partiendo de una perspectiva freudiana y tuvo una gran
influencia en la historia posterior del pensamiento gerontológico, ya que destacaba
la importancia de los factores sociales y culturales en el moldeamiento del desarrollo
de las personas.

Para este autor, el desarrollo psicosocial implica el paso de la persona por ocho
etapas distintas, en cada una de las cuales se produce una crisis que la persona debe
resolver. Estas crisis son de naturaleza psicosocial porque implican un conflicto entre
las necesidades de la persona y las de la sociedad.

Cada etapa y, dentro de esta, cada crisis, puede ser resuelta de forma satisfactoria
por la persona, dando lugar al crecimiento psicológico o desarrollo sano de la
personalidad (adquisición de virtudes básicas o fortalezas del yo). Sin embargo, las
crisis también pueden ser mal resueltas, lo que daría lugar a un bloqueo en el
desarrollo, un desarrollo patológico o disfuncional y a problemas emocionales y en el
sentido del yo o identidad.

Para el tema que nos ocupa, resultan especialmente interesantes las dos últimas
etapas del ciclo vital, que se presentan en la tabla 1. La resolución satisfactoria de la
última crisis desemboca en la consecución de un estado de integridad del yo, de
sabiduría y paz psicológica.
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Tema 2. Ideas clave
Tabla 1. Últimas etapas del desarrollo psicosocial y crisis asociada. Fuente: Erikson, 1968.

Las hipótesis iniciales universalistas sobre el envejecimiento cuentan con


importantes limitaciones, tanto desde el punto de vista teórico (por ejemplo,
problemas de operativización de sus constructos) como metodológico (escasa
investigación empírica que las sustente).

Además, como vimos en el tema «La Psicogerontología: conceptos fundamentales»,


la evidencia empírica disponible en la actualidad, que avala la enorme
heterogeneidad de la población mayor y la presencia de múltiples líneas o
trayectorias vitales, es incompatible con modelos universalistas y secuenciales de
desarrollo, como los representados por formulaciones como la de Erikson.
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Sin embargo, debe reconocerse el importante papel que han tenido estos primeros
intentos de analizar y explicar la vejez con éxito. Y es que se presentan como puntos

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Tema 2. Ideas clave
de partida inspiradores de los subsiguientes pasos dados en la investigación sobre
desarrollo emocional adulto.

Estas concepciones se han ido sustituyendo progresivamente por modelos más


integrativos y multidimensionales de desarrollo. Estos, con mayor flexibilidad, se
caracterizan por resaltar el papel del contexto y de la interacción entre el individuo y
el entorno en el moldeamiento de los patrones individuales de cambio y estabilidad.

Estas nuevas conceptualizaciones de desarrollo, si bien postulan leyes o mecanismos


básicos del mismo, aceptan la multiplicidad de trayectorias evolutivas posibles,
ajustándose mejor a la enorme variedad de experiencias de envejecimiento humano.

2.3. Perspectiva del ciclo vital

El modelo de la optimización selectiva con compensación (OSC o SOC) (Baltes y


Baltes, 1990) constituye la representación más paradigmática de la perspectiva del
ciclo vital (lifespan).

Se trata de un metamodelo teórico (Baltes y Carstensen, 2003), puesto que ofrece un


esquema de conceptos fundamentales sobre el desarrollo humano general a lo
largo del ciclo vital, en base al cual se han articulado posteriormente numerosas
formulaciones más concretas y aplicadas a áreas específicas del funcionamiento en
la edad avanzada.

Puede resaltarse una serie de principios básicos de este metamodelo:


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 Existe una gran variabilidad en las trayectorias de desarrollo adulto y


envejecimiento (envejecimiento normal, patológico y óptimo).

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Tema 2. Ideas clave
 Si bien el envejecimiento implica una disminución en la capacidad de reserva o
adaptación de las personas, esta capacidad continúa existiendo en las personas
que envejecen.
 A lo largo del desarrollo se producen pérdidas y ganancias, siendo el balance entre
estas cada vez más negativo (inclinándose a favor de las pérdidas).
 El conocimiento personal y social y la experiencia adquirida a lo largo de la vida
(inteligencia cristalizada) pueden compensar las pérdidas en otros procesos
implicados en la inteligencia y adaptación (inteligencia fluida).
 La persona es un agente activo de su proceso de desarrollo, resultando
fundamentales los procesos de afrontamiento y regulación que despliega ante las
pérdidas y desafíos del envejecimiento.

Según el modelo OSC, los elementos integradores del proceso de desarrollo humano
son la biología (procesos maduracionales y de envejecimiento biológico), la cultura
(procesos de socialización y aprendizaje social) y el propio individuo en desarrollo,
cuyas elecciones y cursos de acción, guiados por sus objetivos y metas (procesos
volicionales o motivacionales), tienen un papel principal en el moldeamiento de su
propio desarrollo (Staudinger y Lindenberger, 2003) (se puede ver un esquema de los
mismos en la figura 1). Puedes conocer el marco conceptual explicativo del
envejecimiento desde el modelo biopsicosocial en el primer recurso disponible en la
sección A fondo.
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Tema 2. Ideas clave
Figura 1. Elementos integradores del proceso de desarrollo adulto a lo largo del ciclo vital. Fuente: Staudinger
y Lindenberger, 2003.

Estos elementos se encuentran claramente influidos por dos factores clave para la
comprensión del desarrollo a lo largo de la vida de las personas: los factores
históricos o características del momento de la historia en que se desarrolle la vida de
la persona y la edad cronológica o momento del ciclo vital en el que se encuentre
una persona y los acontecimientos normativos asociados a este. Y es que,
dependiendo del momento histórico concreto y de la edad de la persona, la cultura y
la biología tendrán distintos efectos sobre su desarrollo.

En cuanto a los factores de tipo histórico-contextual, es evidente que los cambiantes


contextos sociohistóricos y culturales en los que los individuos de distintas
generaciones se han desarrollado (con sus distintas normas, valores y estándares
sociales) han ido moldeándolos de forma diferente. Estas diferencias en los contextos
históricos y de socialización, denominadas genéricamente diferencias o efectos de
cohorte, son, en muchas ocasiones, las que explican las diferencias entre personas
de distinta edad documentadas por numerosos estudios.
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Por otro lado, la edad cronológica o momento del ciclo vital en el que se encuentra
la persona se asocia a acontecimientos normativos de tipo biológico y social. En
cuanto a los factores normativos de tipo biológico, los cambios físicos y
neurofisiológicos que acompañan al envejecimiento tienen claras influencias sobre el

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Tema 2. Ideas clave
repertorio de conductas de las personas. Pero no solo los factores genéticos, también
cualquier factor que implique el funcionamiento biológico (nutrición, hábitos
saludables frente a los tóxicos, etc.) moldea de forma considerable la trayectoria de
envejecimiento de la persona y su capacidad adaptativa en la vejez.

En relación con la influencia de factores de tipo social, hay que resaltar el papel de
las variables sociales normativas, que enmarcan el envejecimiento de las personas y
lo moldean.

El ciclo vital está dividido en períodos en los que se espera que ocurra un determinado
tipo de eventos y no otros (por ejemplo, en la vejez se asume que las pérdidas de
seres queridos son frecuentes). Además, las personas que se encuentran
atravesándolos se caracterizan por tener determinados derechos, responsabilidades
y roles. Es lo que conocemos con el nombre de «agenda vital».

Las contingencias ambientales, en forma de presión ambiental, van moldeando al


individuo en desarrollo a través de mecanismos de refuerzo y castigo, conduciéndole
a comportarse de la manera adecuada a su edad (Haan, Millsap y Hartka, 1986;
Hogan, 1996). En la vejez, se producen notables transformaciones o transiciones en
importantes roles sociales, como son el laboral, el marital o el parental (por ejemplo,
la jubilación o convertirse en abuelo). Estas transformaciones generan cambios
motivacionales que, a su vez, pueden modificar los patrones de comportamiento de
las personas.

Es importante señalar que, mientras que la «agenda vital» establece de forma


bastante clara lo que se espera de las personas situadas en grupos de edad más
jóvenes, no ocurre lo mismo en relación con las personas mayores. Y es que en esta
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etapa de la vida está más claro «lo que no se espera» de ellas (en forma de «castigos»
o consecuencias negativas de determinados comportamientos) que lo que se espera.

Existe pues, todavía, en muchas de nuestras sociedades, un «vacío normativo» en la


vejez, que se manifiesta en una falta de incentivos para desarrollar actividades y roles

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Tema 2. Ideas clave
significativos (útiles) y en una limitación importante en los escenarios y las
oportunidades que se da a estas personas para ejercerlos. Esto supone un gran
desafío para las personas que envejecen, quienes, si quieren disfrutar de salud y
bienestar psicológicos en esta etapa vital, van a tener que adoptar un papel activo,
fundamental en su desarrollo.

Como ya se comentó al principio de este apartado, esta idea de que las personas son
agentes activos en su desarrollo que juegan un papel fundamental en la selección y
moldeamiento de sus ambientes (los cuales, a su vez, afectan de forma fundamental
los repertorios de conducta de las personas [Caspi y Moffitt, 1993]) es un pilar teórico
fundamental del modelo OSC.

En este sentido, la edad también se asocia a una acumulación tanto de conocimiento


y experiencias de aprendizaje personal o vicario como de procesos de autobservación
y reflexión a partir de las propias experiencias (por ejemplo, una persona deprimida
que acude a terapia aprende a observar y conocer los determinantes de su conducta
para poder moldearla de forma adaptativa). Esto está muy relacionado con su
capacidad de autorregulación e influye claramente en el moldeamiento de su
trayectoria evolutiva particular.

Esta capacidad de autorregulación va a resultar fundamental para hacer frente al


desafío del «vacío normativo» de una manera satisfactoria, lo que dará como
resultado la adaptación de la persona a su nuevo entorno y circunstancias.

Como también se comentó al inicio de esta sección, otro postulado central en la


perspectiva del ciclo vital es que la capacidad adaptativa de los individuos o la
capacidad para la consecución exitosa de sus metas va cambiando a lo largo del
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tiempo, a través de procesos que pueden implicar pérdidas, ganancias,


mantenimiento o transformaciones en las distintas funciones responsables de dicha
adaptación (Baltes, 1997).

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Tema 2. Ideas clave
Si bien se asume una relación dialéctica entre pérdidas y ganancias (cualquier
pérdida, a cualquier edad, implica alguna ganancia y viceversa), se reconoce que el
envejecimiento conlleva un incremento de las pérdidas (restricciones en los recursos
tanto biológicos como sociales y personales) con respecto a las ganancias.

Sin embargo, la adaptación es posible también en la edad avanzada. Las personas


mayores pueden conseguir alcanzar sus metas significativas incluso en presencia de
progresivas pérdidas y restricciones en sus recursos. Este proceso de envejecer con
éxito o alcanzar de forma satisfactoria metas personales significativas está
orquestado por tres procesos básicos que facilitan la adaptación a la progresiva
limitación de recursos que implica el envejecimiento: los procesos de selección, de
compensación y de optimización (Baltes y Baltes, 1990). La tabla 2 ofrece un
esquema descriptivo de estos procesos.
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Tema 2. Ideas clave
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Tabla 2. Esquema descriptivo de los procesos de selección, compensación y optimización.

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Tema 2. Ideas clave
Modelo de los dos componentes del desarrollo intelectual a lo largo del
ciclo vital

Una concreción muy relevante del modelo SOC es la teoría o modelo de los dos
componentes del desarrollo intelectual a lo largo del ciclo vital, en la que se
distingue entre la mecánica y la pragmática del funcionamiento cognitivo (Baltes,
Staudinger y Lindenberger, 1999).

La mecánica de la cognición se refiere a los procesos cognitivos básicos asentados en


la biología y vinculados al desarrollo biológico y del cerebro: el hardware de la
inteligencia (Villar, 2005). Por su parte, la pragmática de la inteligencia hace
referencia al funcionamiento intelectual «en contexto», esto es, enmarcado en
escenarios de conocimiento y experiencia. En palabras de Villar (2005), se trata de
«conocimientos moldeados por las metas y entornos culturales que la persona
experimenta a lo largo de su vida, conocimientos que permiten afrontar y adaptarse
a las situaciones reales. Desde la metáfora informática, representaría el componente
de «software cognitivo».

Uno de los procesos pragmáticos más paradigmáticos es la sabiduría, definida como


un sistema de conocimiento experto e integrado sobre la vida y las personas que
refleja una coordinación equilibrada entre mente (razón) y emoción, permitiendo el
buen juicio y la dirección del desarrollo y evolución de la persona hacia el bienestar y
la excelencia (desde el punto de vista humano), al tiempo que busca el bienestar
colectivo (Baltes y Staudinger, 2000). En el segundo recurso disponible en la sección
A fondo puedes profundizar en el constructo de sabiduría y su relación con la edad.

Es fundamental diferenciar entre estos dos componentes, dado que el


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envejecimiento no parece afectarlos del mismo modo. Mientras que parece que la
eficacia del funcionamiento de la mecánica cognitiva experimenta un declive
importante a partir de la juventud, la pragmática cognitiva parece mantenerse e

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Tema 2. Ideas clave
incluso podría mejorar a lo largo del ciclo vital, incluyendo la vejez. La figura 2 ilustra
este modelo.

Los estudios sobre los efectos de la edad en el funcionamiento cognitivo


proporcionan apoyo empírico sólido a este modelo. Si bien parece bastante
respaldado por la evidencia empírica el declive asociado al envejecimiento en la
eficacia de procesos cognitivos relacionados con la velocidad de procesamiento y la
inteligencia fluida, también es un hallazgo robusto que este declive se atenúa
enormemente cuando los procesos cognitivos se miden en contextos ricos en
significado y que requieren de destrezas pragmáticas o «de experiencia», como la
solución de problemas sociales o prácticos (Berg y Klaczynksi, 1996; Marsiske y Willis,
1998), social cognition (Blanchard-Fields y Hess 1996), la memoria en contextos
colaborativos (en equipo) (Dixon y Gould 1996; Hess y Pullen, 1996) o la habilidad
para jugar a las cartas (Charness y Bosman, 1990).

Aunque los estudios no permiten afirmar que exista una relación significativa entre
la edad cronológica y la sabiduría, la buena noticia es que el envejecimiento no afecta
negativamente a esta condición, que es igualmente alcanzable por personas de
cualquier edad, incluidas las personas mayores.
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Figura 2. Modelo de los dos componentes del desarrollo intelectual a lo largo del ciclo vital. Fuente: Baltes,
Staudinger y Lindenberger, 1999.

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Tema 2. Ideas clave
2.4. Teoría de la selectividad socioemocional

Esta teoría, formulada por Laura Carstensen y colaboradores (Carstensen, 1987;


1993; 1995; Carstensen, Isaacowitz y Charles, 1999), se desarrolló desde el marco de
la perspectiva lifespan y puede ser considerada como una concreción de esta, al estar
específicamente centrada en el área del funcionamiento socioafectivo y emocional
de las personas.

Como su propio nombre indica, la teoría de la selectividad socioemocional (TSS)


explica los cambios asociados al envejecimiento (mayoritariamente adaptativos) en
el funcionamiento socioemocional, como resultado de la puesta en marcha de
procesos de selección y compensación, íntimamente relacionados con procesos
motivacionales y de regulación emocional.

Según la TSS, a medida que las personas se acercan al fin de su vida y van tomando
conciencia de su limitación temporal, se produce un importante cambio de
naturaleza motivacional. Y es que existe un desplazamiento del interés de las
personas desde metas relacionadas con el logro y la adquisición de conocimiento o
información, más típicas de la juventud y adultez temprana, hacia metas orientadas
a la obtención de significado, la satisfacción con la propia vida y la optimización de
las relaciones emocionales más importantes, habitualmente representadas por la
familia y los amigos de toda la vida.

Este cambio motivacional es el precipitante de los procesos de selección,


consistentes, fundamentalmente, en que las personas se impliquen activamente en
reestructurar su actividad social de modo que se maximice la frecuencia de
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experiencias emocionales positivas. De este modo, las personas mayores seleccionan


cuidadosamente sus relaciones sociales, eligiendo pasar más tiempo e invertir más
esfuerzo en aquellas que son más significativas emocionalmente y desconectándose
progresivamente de los que son simplemente «conocidos», esto es, de relaciones
más superficiales.

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Tema 2. Ideas clave
Diversos estudios avalan la selectividad social de las personas mayores (Lang,
Staudinger y Carstensen, 1998; Lansford, Sherman y Antonucci, 1998). Así, se ha
documentado una tendencia de las personas mayores a emplear más tiempo en
relaciones sociales emocionalmente significativas que en otro tipo de relaciones
(Fredrickson y Carstensen, 1990; Fung, Carstensen y Lutz, 1999; Fung, Lai y Ng, 2001)
y a conceder gran importancia a metas relacionadas con la generatividad o tendencia
a buscar el bienestar de otras personas (Narushima, 2005).

Además, la TSS subraya que esta inversión selectiva en relaciones significativas es


una herramienta altamente útil en la compensación de pérdidas en áreas como las
sensoriales, ya que, en esos casos, es más probable que los familiares cercanos
adapten su discurso a la persona mayor con problemas auditivos (por ejemplo,
hablando de forma más clara o al oído bueno) a que lo hagan personas menos
cercanas.

En el ámbito de estudio de la cognición colaborativa (para una revisión ver Dixon,


1999), cada vez se acumulan más evidencias del enorme potencial adaptativo que
tiene la colaboración social con personas muy cercanas en tareas cognitivas de la
vida cotidiana (por ejemplo, memoria), colaboración que tiene un enorme potencial
compensatorio de posibles déficits cognitivos y sensoriales. Es presumible que esta
colaboración se realice exclusivamente con relaciones muy cercanas en las que exista
un alto grado de conocimiento mutuo.

Como ya se ha sugerido, la TSS propone que la optimización de la experiencia


emocional, esto es, las metas relacionadas con la regulación emocional, ocupe un
lugar preferente en la jerarquía motivacional de las personas mayores. Esta mayor
importancia de la regulación emocional tiene una serie de consecuencias de distinta
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naturaleza. Una de ellas es que las personas mayores presentan una mayor tendencia
a atender información relacionada con las emociones. Así, con la edad, se produce
un incremento en la relevancia de la información emocional y en la importancia de
las situaciones y estímulos emocionales, especialmente los pertenecientes al
contexto de las relaciones interpersonales más íntimas y cercanas.

Intervención Psicológica en Tercera Edad


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Tema 2. Ideas clave
La investigación ha encontrado que las personas mayores recuerdan mejor la
información de tipo emocional que de tipo neutral cuando se evalúa su memoria de
narraciones (Carstensen y Turk-Charles, 1994) o al desplegar estrategias de
afrontamiento centradas en la emoción para solucionar dilemas interpersonales
(Blanchard-Fields, Camp y Jahnke, 1995; Blanchard-Fields y Camp, 1990).

Además, el envejecimiento se ha encontrado asociado a una mayor eficacia en la


regulación emocional, la cual se refleja en distintas áreas del funcionamiento de las
personas. Existen bastantes estudios que han encontrado que las personas mayores
disponen de una mayor capacidad para controlar las emociones en comparación con
los jóvenes (Márquez-González, Izal, Montorio y Losada, 2008). Esta mejora en la
regulación podría explicar los datos que sugieren una menor reactividad del sistema
nervioso autónomo ante la estimulación emocional negativa y funcionar como
amortiguador de los efectos tóxicos de la excesiva reactividad cardiovascular sobre
la salud (Krantz y Manuk, 1984; Tsai, Levenson y Carstensen, 2000).

Otros estudios sugieren que los mayores emplean con mayor frecuencia que los
jóvenes la estrategia de reevaluación cognitiva (interpretar de un modo distinto las
situaciones) (John y Gross, 2004), siendo especialmente eficaces en la
reinterpretación positiva (Shiota y Levenson, 2009). Algunos estudios
neurocientíficos que usan la metodología de resonancia magnética funcional (fMRI)
encuentran que la amígdala de las personas mayores presenta una menor activación
ante estímulos negativos (Mather et al., 2004).

Algunos autores (Cacioppo, Berntson, Bechara, Tranel y Hawkley, 2011) han llegado
a sugerir que el envejecimiento trae cambios en zonas cerebrales implicadas en la
generación de las emociones negativas. Este sería el caso de la amígdala, que parece
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reducir su activación, dando lugar a una menor frecuencia de afecto y emociones


negativas en las personas mayores, como han encontrado algunos estudios (Charles,
Reynolds y Gatz, 2001).

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Tema 2. Ideas clave
De este modo, las personas mayores podrían ser especialmente eficaces en orientar
de forma selectiva su vida social y su procesamiento de la información (atención y
memoria) hacia la información estimular y los entornos que maximicen la
probabilidad de experimentar estados emocionales positivos y minimicen los
negativos. Esta tendencia se ha denominado sesgo de positividad y ha sido
identificada en estudios sobre procesos atencionales y de memoria (Charles, Mather
y Carstensen, 2003; Mather y Carstensen, 2003).

Así, las personas mayores atienden más a la información emocional positiva que a la
negativa, tanto en condiciones normales (Mather y Carstensen, 2003) como cuando
se encuentran en un estado de ánimo negativo (Isaacowitz, Toner, Goren y Wilson,
2008), lo cual podría tener la función de regulación del estado de ánimo.

De este modo, la atención y la memoria de las personas mayores son procesos


activamente implicados en la regulación emocional. Sin embargo, es interesante
recalcar que el sesgo de positividad requiere de un esfuerzo y consume recursos
cognitivos, como demuestra el dato encontrado de que este sesgo se produce
especialmente en las personas mayores con un nivel adecuado de funcionamiento
cognitivo (funciones ejecutivas eficaces) (Mather, 2006).

Es importante resaltar que, de acuerdo con la TSS, el resultado de la optimización de


las estrategias de regulación emocional no es simplemente un incremento de los
niveles de afecto positivo y una disminución del afecto negativo. De hecho, las metas
de regulación no son exclusivamente de tipo hedonista, sino que también se
relacionan (y probablemente de forma especial en la vejez) con la consecución de
metas vitales y la extracción de significado de la propia vida, aunque ello implique
emociones negativas.
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Sin embargo, la misma TSS sugiere que, en la mayoría de los casos, la mejora en la
eficacia de la regulación emocional acaba generando un balance hedónico-afectivo
favorable a los estados emocionales agradables o positivos. Aunque hay que
reconocer que este aspecto no se encuentra suficientemente clarificado en la teoría.

Intervención Psicológica en Tercera Edad


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Tema 2. Ideas clave
A pesar de que la TSS reconoce la importancia de las diferencias individuales
relacionadas con los recursos de afrontamiento personales y sociales de cara a
conseguir las metas emocionalmente significativas, esta teoría plantea que las
diferencias asociadas a la edad en la experiencia y regulación emocional son lo
suficientemente robustas y fiables como para sugerir que con el envejecimiento tiene
lugar un avance o ganancia adaptativa en el plano emocional que puede
considerarse un ejemplo de adquisición evolutiva de tipo normativo.

En este punto, resulta fundamental resaltar que la mayor parte de los estudios que
encuentran el sesgo de positividad en las personas mayores han sido realizados en el
contexto norteamericano (Estados Unidos). Pero también se han encontrado
patrones de resultados distintos en otros contextos (países), dadas las diferencias
culturales y educativas (diferencias de cohorte) existentes, las cuales pueden
moldear en gran medida estos procesos de regulación emocional (Márquez-González
et al., 2008).

En siguiente vídeo, Modelos teóricos gerontológicos aplicados a casos concretos, se


ahondará en la utilidad de los modelos teóricos expuestos para comprender la salud
psicológica y la adaptación en la vejez, ilustrando la aplicabilidad de los conceptos
propuestos a través de ejemplos concretos.
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Intervención Psicológica en Tercera Edad


23
Tema 2. Ideas clave
2.5. Teorías del desarrollo intencional y del control
a lo largo del ciclo vital

Teoría del desarrollo intencional a lo largo del ciclo vital

La teoría del desarrollo intencional a lo largo del ciclo vital, también llamada teoría
dual del afrontamiento acomodativo y asimilativo (el modelo de Brandtstädter y
colaboradores [Brandtstädter y Greve, 1994; Brandtstädter y Rothermund, 2003])
sobre el desarrollo adulto, está basada de forma fundamental en los conceptos de
voluntad, intencionalidad y orientación a metas.

El postulado básico sobre el que estos autores construyen su modelo es que el


desarrollo humano es producto de las interacciones constantes entre el programa
ontogenético, las influencias históricas, el momento vital (edad e influencias
normativas de tipo biológico o social asociadas a esta) y la acción de las propias
personas en desarrollo, quienes, a lo largo del ciclo vital, intentan optimizar sus
perspectivas de desarrollo y mantener un balance favorable entre las ganancias y las
pérdidas asociadas a dicho desarrollo.

En otras palabras, el desarrollo intencional hace referencia al proceso de crecimiento


personal por el que una persona, intencionalmente, realiza acciones para influir sobre
su identidad, autoconcepto y personalidad (Brandtstädter, 2006). Este proceso
implica fundamentalmente el establecimiento de metas personales, el diseño de
planes de acción para alcanzarlas y la constante evaluación de su grado de
consecución.
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Según estos autores, en cualquier momento vital las personas se enfrentan a dos
tareas adaptativas: mantener las metas y objetivos personales en presencia de
obstáculos o dificultades importantes para su consecución y ajustar la propia

Intervención Psicológica en Tercera Edad


24
Tema 2. Ideas clave
jerarquía de metas y objetivos, así como los cursos de acción elegidos, ante pérdidas
o restricciones irreversibles.

Dicho de otro modo, este modelo propone que existen dos formas de enfrentarse a
posibles obstáculos que pueden dificultar la consecución de las metas personales: las
actividades de tipo asimilativo, referidas a intentos activos por cambiar el entorno
para conseguir las metas y objetivos personales y las actividades de tipo
acomodativo, que reflejan los ajustes que las personas realizan en sus jerarquías de
valores y metas, en sus pensamientos o en sus emociones ante la presencia de
importantes bloqueos u obstáculos para la obtención de los resultados deseados.

De acuerdo con esta formulación, los procesos asimilativos son siempre preferibles
a los acomodativos, ya que las personas persistirán en la persecución de sus metas
mientras perciban tener control y eficacia sobre este proceso, los recursos sean
suficientes y el camino esté libre de obstáculos. Solo cuando los recursos no son
suficientes o las pérdidas irreversibles (las metas planteadas resultan ser
inalcanzables), entran en juego los procesos acomodativos.

Si bien estos dos pueden parecer procesos antagónicos, en realidad se


complementan mutuamente en numerosos sentidos, coordinándose habitualmente
para facilitar la adaptación de las personas. Numerosos problemas en la vida
(enfermedades crónicas, pérdidas afectivas, desempleo, etc.) requieren de la
activación conjunta de procesos relacionados con la persistencia asimilativa y otros
de flexibilidad acomodativa. De hecho, con frecuencia, la puesta en marcha de un
ajuste flexible de metas (flexibilidad acomodativa) favorece y garantiza el
mantenimiento persistente del esfuerzo asimilativo.
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Pongamos el caso de un deportista que, debido a un accidente, pierde un grado


importante de movilidad en las extremidades inferiores. Obviamente, de cara a un
adecuado afrontamiento de esta pérdida, las metas concretas de ejecución de este
deportista tendrán que ser modificadas sustancialmente (reducir la intensidad de los
entrenamientos o correr menos kilómetros diarios). Será precisamente este ajuste

Intervención Psicológica en Tercera Edad


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Tema 2. Ideas clave
flexible en las metas el requisito necesario para que esta persona pueda volver a estar
motivada por metas alcanzables y, por tanto, vuelva a realizar acciones de tipo
asimilativo (seguir entrenando) para alcanzarlas.

Según Brandtstädter y Greve (1994), habría otro tipo de mecanismos que participan
en la adaptación de igual modo que estos procesos, si bien lo hacen desde el nivel de
las representaciones cognitivas autorreferentes, esto es, del autoconcepto.
Concretamente, los denominados procesos de inmunización serían mecanismos que
moldean el procesamiento de la información de manera que las autodescripciones
de la persona permanezcan estables y a salvo de evidencias que amenacen o
discrepen del autoconcepto actual de la persona (por ejemplo, una persona que se
considera «en plena forma» niega que está fatigada al dar el paseo habitual).

En cuanto a las implicaciones concretas de este modelo en la explicación del


desarrollo adulto, Brandtstädter y colaboradores (Brandtstädtdter y Greve, 1994)
postulan que, con el envejecimiento, y, asociadas a este, la acumulación de eventos
irreversibles y la disminución de los recursos de resistencia y reserva del organismo,
van cobrando un mayor protagonismo los procesos acomodativos frente a los
asimilativos.

Así, a medida que se van cumpliendo años, cada vez resulta más difícil continuar
rindiendo con la misma efectividad que en la juventud en multitud de áreas y los
costes de mantener los estándares del funcionamiento ideal empiezan a superar a
los beneficios. De este modo, los procesos acomodativos, que implican el ajuste y
remodelación de las metas personales y estándares de autoevaluación, van cobrando
relevancia, al tiempo que disminuye el empleo de estrategias relacionadas con la
persistencia tenaz en la consecución de metas.
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Las actividades acomodativas, como ya se ha introducido, implican básicamente la


capacidad de desconectarse de metas bloqueadas y el reajuste de las aspiraciones
personales. Para desengancharse de metas bloqueadas, se pueden poner en marcha
distintos mecanismos: intentar disminuir el atractivo de la meta bloqueada («en

Intervención Psicológica en Tercera Edad


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Tema 2. Ideas clave
realidad, no es tan importante para mí alcanzar esa meta»), valorar positivamente el
estado actual («no estoy tan mal») o hacer ambas cosas.

Para reevaluar positivamente el statu quo, una estrategia muy útil es la consistente
en cambiar (normalmente, rebajar o acercar a la realidad) los estándares de
autoevaluación, realizando, por tanto, comparaciones favorecedoras de la
autoestima (compararse con personas de su misma edad en lugar de con otras más
jóvenes o con personas que estén en una peor situación que uno mismo).

Según este modelo, el envejecimiento, además de implicar un predominio del modo


acomodativo, genera un cambio en el foco intencional de las actividades
asimilativas, el cual pasa de estar centrado en el crecimiento y la expansión de los
recursos a estarlo en objetivos de prevención de las pérdidas y mantenimiento de
los niveles actuales de funcionamiento (Brandtstädter y Rothermund, 2003).

El limitado cuerpo de estudios empíricos que avala esta teoría sugiere que muchas
personas mayores, especialmente las mayores «jóvenes», se ven a sí mismas como
agentes activos de su propio desarrollo y se plantean como algo fundamental el
establecimiento de metas y su implicación en ellas, así como la realización de
acciones para alcanzarlas (Bhattacharya, Gupta y Mehrotra, 2011).

Por otro lado, se ha encontrado evidencia de que, en comparación con las personas
más jóvenes, las personas mayores informan con mayor frecuencia de procesos de
«desenganches» de metas no realistas o difícilmente alcanzables (Frazier, Newman y
Jaccard, 2007), lo cual refleja ese ajuste flexible de metas planteado en este modelo
teórico.
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Teoría del control a lo largo del ciclo vital

Una línea teórica que surge de forma paralela al modelo de desarrollo intencional
(Brandtstädter y Greve, 1994), y que guarda profundas similitudes con este, es la
teoría del control a lo largo del ciclo vital (Heckhausen y Schulz, 1995; Schulz y

Intervención Psicológica en Tercera Edad


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Tema 2. Ideas clave
Heckhausen, 1997). En este caso, el punto de partida es la motivación por ejercer
control sobre el entorno, que es considerado por estos autores como el principal
objetivo que mueve la conducta humana desde la infancia hasta la vejez.

Esta motivación por ejercer control primario o por tener la capacidad de producir
contingencias conducta-consecuencias en su entorno, esto es, ejercer
manipulaciones efectivas del medio externo para satisfacer las propias necesidades
y optimizar su potencial de desarrollo, es un concepto muy cercano al de actividades
asimilativas, descrito en el marco del modelo del desarrollo intencional
(Brandtstädter y Renner, 1990). Cuando la posibilidad de ejercer control primario es
muy baja o nula debido a restricciones u obstáculos varios, entran en juego los
procesos de control secundario, dirigidos a modificar aspectos del propio individuo
(metas, creencias, expectativas o emociones), que se ajustan a las situaciones y a las
restricciones implícitas en estas.

De nuevo, puede constatarse el paralelismo entre este modelo y el de Brandtstädter


en la similitud entre el concepto de control secundario y procesos acomodativos
(Brandtstädter y Renner, 1990). A lo largo de todo el ciclo vital, el deseo o motivación
por ejercer control primario es la fuerza motivadora de la acción y permanece
constante, mientras que el control secundario se ejercería, principalmente, cuando
las oportunidades para ejercer el control primario sean inexistentes (cuando un
problema no es modificable, como cuando se produce una pérdida afectiva). Así,
control primario y secundario trabajan orquestadamente para satisfacer la necesidad
de control del individuo, optimizando su desarrollo a través de procesos de selección
y compensación de fallos.

En este proceso, las emociones serían el «combustible» del sistema motivacional


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descrito, actuando como recursos motivacionales básicos y mediadores en la


consecución del control primario (Schulz y Heckhausen, 1997). Concretamente, las
emociones moldean las acciones o estrategias de control de los individuos: el afecto
positivo tendría un valor reforzador de la consecución del control primario, mientras

Intervención Psicológica en Tercera Edad


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Tema 2. Ideas clave
que el afecto negativo sería instigador de un mayor esfuerzo para conseguirlo cuando
este ha fallado.

Centrándonos en el análisis de los cambios a lo largo del ciclo vital, es constatable


que, a medida que los organismos envejecen, las oportunidades y recursos para
ejercer control primario se ven reducidos a causa de la disminución de recursos
biológicos y los cambios sociales.

Ante dicha acumulación de obstáculos para ejercer el control primario, entran en


juego los mecanismos de control secundario, que van ganando relevancia con el
envejecimiento (cuando el control efectivo del medio no se puede ejercer, el sistema
debe acomodarse). Y es precisamente en estos procesos donde las emociones tienen
un papel protagonista, ya que el objetivo de estas estrategias de control es
acomodativo: cambiar esquemas, creencias o la jerarquía de metas para ajustarse a
las limitaciones impuestas por el entorno.

Es importante subrayar que el deseo de ejercer el control primario y lograr así una
adaptación al entorno permanece constante a lo largo de toda la vida, aunque la
capacidad para ejercerlo con acciones directas sobre el entorno se reduce. Esto es
compensado con una mayor optimización de las estrategias de control secundario.
La figura 3 ilustra los postulados de esta teoría.
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Figura 3. Evolución del control primario y secundario a lo largo del ciclo vital. Fuente: Heckhausen, Wrosch y
Schulz, 2010.

Intervención Psicológica en Tercera Edad


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Tema 2. Ideas clave
2.6. Otras propuestas teóricas

Hipótesis sobre la reducción de recursos de procesamiento

El envejecimiento lleva asociado cierto nivel de declive en determinadas funciones


cognitivas. En este apartado, se describen brevemente algunas propuestas teóricas,
específicamente desarrolladas para dar cuenta de los cambios asociados al
envejecimiento en el ámbito cognitivo, que están enmarcadas en el marco teórico
general denominado teoría de reducción de recursos de procesamiento.

Para numerosos autores (por ejemplo, Salthouse, 2000), la tarea fundamental de la


investigación sobre envejecimiento cognitivo es detectar las fuentes primarias de
influencia en los cambios cognitivos asociados a la edad (cognitive primitives), esto
es, los procesos cognitivos básicos o «primitivos» que subyacen a todos los cambios
cognitivos asociados al envejecimiento. De este modo, se podría elaborar una
interpretación teórica que diera cuenta de todo el conjunto de evidencias empíricas
sobre el envejecimiento cognitivo.

Muchos de los efectos negativos asociados a la edad identificados en muchas y


diferentes variables cognitivas se relacionan íntimamente entre sí (no son
independientes). Las estimaciones de varianza compartida llegan en ocasiones al
100 %, indicando que en determinadas circunstancias los factores específicos de la
tarea pueden no estar añadiendo nada en la explicación de las diferencias asociadas
a la edad en concretas variables cognitivas. Entonces, ¿cuál es esa fuente común de
influencias que determina las diferencias asociadas a la edad en tantas variables
cognitivas?
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Las teorías que revisamos en este apartado parten de las siguientes premisas básicas:

 El procesamiento cognitivo consume recursos, entendiendo estos como los


requisitos necesarios para el adecuado funcionamiento cognitivo.

Intervención Psicológica en Tercera Edad


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Tema 2. Ideas clave
 Los recursos de procesamiento son limitados.
 La cantidad de recursos de procesamiento disponibles y su eficacia se ven reducidos
con el envejecimiento.
 El declive cognitivo asociado al envejecimiento es el resultado de esa reducción
en la cantidad y eficacia de los recursos disponibles. Pero ¿cuáles son estos
recursos?

Distintos investigadores han especulado acerca de cuáles son las claves o los procesos
cognitivos «primitivos» que estarían en la base de la influencia de la edad sobre
tantas variables cognitivas. Se han realizado diferentes propuestas, planteando como
recursos de procesamiento la atención, la memoria y la velocidad en el
procesamiento cognitivo, principalmente.

No cabe duda de que las funciones cognitivas más afectadas por el envejecimiento
son la atención y la memoria, aunque no son unitarias, tienen múltiples facetas y no
todas ellas se ven afectadas de igual modo por el mismo.

Centrándonos en la atención, la faceta que parece estar más afectada por el


envejecimiento es la atención dividida o la capacidad para dividir la atención entre
varias tareas simultáneas (Glisky, 2007). Este tipo de atención está íntimamente
relacionada con el control flexible y la capacidad para cambiar el foco atencional
(atención fluctuante o alternante).

Uno de los mejores ejemplos de actividad mental en los que se han observado
consistentemente amplias diferencias asociadas a la edad es en el procesamiento en
situaciones de doble tarea (Kramer y Larish, 1996). No obstante, es importante
subrayar que la investigación ha demostrado ampliamente que el entrenamiento
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puede mejorar de forma significativa las habilidades de atención dividida y control


atencional en las personas (Bherer, Kramer y Peterson, 2008; Kramer, Larish, Weber
y Bardell, 1999).

Intervención Psicológica en Tercera Edad


31
Tema 2. Ideas clave
La atención dividida y el control del foco atencional vertebran las llamadas
«funciones ejecutivas», que están implementadas fundamentalmente en el lóbulo
frontal del cerebro, una de las áreas más afectadas por el envejecimiento. Entre estas
funciones se encuentra la memoria de trabajo (working memory), cuya capacidad y
eficiencia parece verse reducida con la edad (Craik, 1986).

Estos hallazgos han dado lugar a la denominada teoría del córtex prefrontal sobre el
envejecimiento. Según esta, los cambios cognitivos asociados al envejecimiento se
deben al declive en el funcionamiento y la eficacia de los procesos inhibitorios (por
ejemplo, inhibir la atención y el procesamiento de estímulos distractores)
sustentados en el córtex prefrontal (Dempster, 1991; Harnishfeger y Bjorklund, 1993;
Hasher y Zacks, 1988; West, 1996), uno de los más claramente afectados por el
envejecimiento biológico (reducción del volumen de la corteza, atrofia neuronal,
pérdida de sinapsis, etc.) (Raz y Rodrigue, 2006).

Algunos autores señalan la insuficiencia de estas teorías basadas exclusivamente en


la atención y las funciones cognitivas. Y es que, según ellos, no son capaces de dar
cuenta de los efectos negativos del envejecimiento sobre procesos de memoria,
como la capacidad reducida de recuerdo y reconocimiento de información en tareas
de memoria prospectiva (acordarse de que tiene que hacer algo), la estimación
retrospectiva de la frecuencia de los eventos, la memoria episódica y la memoria de
fuente (de dónde viene esta información que tenemos, cuál es su fuente: experiencia
propia, lo he leído, alguien me lo ha dicho, quién me lo dijo, etc.) (West, 1996).

Finalmente, Salthouse (1985; 1988; 1991; 1996; 2000), partiendo de la constatación


de que la mayor parte de los efectos asociados a la edad se dan en las primeras fases
de la práctica de la tarea concreta que se les pida realizar, con tiempos de
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presentación breves y en las versiones más simples de las tareas cognitivas (en base
a una serie de cuidadosos estudios experimentales realizados por él y su equipo),
deduce que las diferencias en rendimiento cognitivo asociadas a la edad deben
darse más a niveles básicos de procesamiento de información y no tanto en los
procesos cognitivos superiores.

Intervención Psicológica en Tercera Edad


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Tema 2. Ideas clave
Salthouse propone que un buen candidato a ser un crítico «primitivo cognitivo» que
permita integrar los hallazgos empíricos sobre el envejecimiento cognitivo es la
velocidad de procesamiento y ejecución de tareas cognitivas (Salthouse, 1996).
Según este, el factor principal en la explicación de las diferencias relacionadas con la
edad en muchas variables cognitivas es la reducción asociada a la misma en la
velocidad de ejecución de muchas de las operaciones. Y es que la velocidad de
procesamiento es particularmente importante para el funcionamiento cotidiano de
las personas mayores, su capacidad funcional y el mantenimiento de su autonomía y
de una buena salud.

Afortunadamente, la investigación ha demostrado que estas capacidades pueden ser


potenciadas (prevención de declive y potenciación de su eficacia) a través del
entrenamiento cognitivo específico, que consigue incrementar la velocidad de
procesamiento de las personas mayores (Edwards, Vance, Wadley, Cissell, Roenker y
Ball, 2005; Roenker, Cissell, Ball, Wadley y Edwards, 2003; Ball, Edwards y Ross, 2007).

Gerotrascendencia

Propuesta por Tornstam en 1989, esta teoría de carácter marcadamente


fenomenológico arranca de una profunda crítica a la gerontología occidental por su
masiva aplicación a la conceptualización de las personas mayores de los valores
propios de la juventud y la mediana edad, tales como la productividad, actividad,
efectividad y autonomía. Este autor propone sustituir el énfasis en las capacidades
humanas orientadas a la ejecución y el logro, de tipo productivo, por cualidades y
valores alternativos como el descanso, la relajación, la calma, la satisfacción, la
creatividad o la sabiduría, entre otros.
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De modo similar a la teoría de la desvinculación de Cumming y Henry (1961), aunque


desde una perspectiva más positiva, esta teoría plantea que, a medida que
envejecemos, nuestra conciencia va cambiando de forma natural y se va haciendo
más «cósmica» y desconectada del mundo, entrando en una fase de sabiduría
caracterizada por los siguientes aspectos: una mayor experiencia de la trascendencia

Intervención Psicológica en Tercera Edad


33
Tema 2. Ideas clave
y de la conexión con el universo; una nueva forma de percibir el tiempo, el espacio,
la vida y la muerte; un descenso del miedo a la muerte, del egocentrismo y del interés
en lo material y en las relaciones sociales superficiales y, finalmente, por un
incremento en la experiencia de afinidad y conexión con las generaciones pasadas y
futuras.

En definitiva, se propone que el envejecimiento va asociado a un incremento en la


«interioridad», esto es, la tendencia a replegarse hacia uno mismo, siendo las
personas mayores más reflexivas, filosóficas y orientadas al mundo psicológico
interior (Tornstam, 2005).

2.7. Referencias bibliográficas

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Tema 2. Ideas clave
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Intervención Psicológica en Tercera Edad


44
Tema 2. Ideas clave
Resolución del caso clínico
Resolución del caso clínico

 ¿Qué aspectos generales del modelo de optimización selectiva con compensación


podríamos identificar en este caso?

De forma general, podrían identificarse en Carmen elementos integradores del


desarrollo, que tienen un papel principal en el moldeamiento de este, como los
objetivos y metas individuales que guían sus elecciones y acciones (influidos por
factores sociales normativos que enmarcan el envejecimiento, por lo que se espera
que realice unas determinadas acciones, y que puede verse en la información que
Carmen aporta respecto a las opiniones de sus hijos sobre el uso del ordenador, lo
que realizan otras personas de su edad, etc.). En este caso, la viudedad (transición o
cambio vital que se produce) genera cambios motivacionales orientando su actividad
a conseguir unas determinadas metas (por ejemplo, el estudio universitario), por lo
que Carmen es un agente activo en su desarrollo, ilustrando que también en etapas
de edad avanzada la adaptación es posible para conseguir objetivos significativos (a
pesar de pérdidas, restricciones, etc.) de acuerdo con el modelo SOC.

 Teniendo en cuenta este modelo, ¿qué estrategia o proceso básico de adaptación


estaría utilizando Carmen?

Respecto a los procesos básicos que facilitan la adaptación identificados en este


modelo (selección, optimización y compensación), en el caso de Carmen el alcanzar
metas y objetivos personales significativos se realiza mediante la estrategia de
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optimización (potenciando áreas vitales de interés). En este sentido, Carmen dispone


de diferentes intereses (como pueden ser el realizar la carrera de periodismo y
aprender a navegar por Internet) implicándose en la realización de actividades
necesarias para conseguir los mismos.

Intervención Psicológica en Tercera Edad


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Tema 2. A fondo
A fondo
Teorías sobre la edad y el envejecimiento

Bengtson, V., Gans, D., Putney, N. M. y Silverstein, M. (2009). Theories about Age and
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https://ps.b-ok.xyz/dl/975072/d69560

Este documento es la introducción a un manual de teorías sobre el envejecimiento.


En él se presentan los fundamentos de la teorización en este ámbito, un marco
conceptual en el que se explica el envejecimiento desde el modelo biopsicosocial y
una breve descripción de lo que se presenta en cada capítulo del manual.

Sabiduría y envejecimiento

Krzemien, D. (2012). Sabiduría y envejecimiento: Una revisión conceptual y operacional


del constructo sabiduría y su relación con la edad. Anales de Psicología, 28, pp. 120-138.
Recuperado de https://revistas.um.es/analesps/article/download/140602/126692/0

En este documento se revisan las principales propuestas científicas sobre la sabiduría,


sus criterios de operacionalización y los avances propuestos sobre su evaluación. Se
analizan los factores que facilitan el desarrollo de la sabiduría en el curso vital y se
aborda la controvertida relación entre sabiduría y edad.
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Intervención Psicológica en Tercera Edad


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Tema 2. A fondo
Test
1. ¿Qué autor desarrolló una teoría evolutiva epigenética que confería una
importancia central a la actividad en la vejez?
A. Baltes.
B. Erikson.
C. Havighurst.
D. Cumming.

2. De acuerdo con Erikson, la tarea evolutiva correspondiente a la etapa de la vejez


es:
A. Conseguir la integridad del autoconcepto o «yo».
B. Desarrollar la generatividad.
C. Lograr aplicar los procesos de optimización.
D. Aumentar la mecánica cognitiva.

3. ¿Cuál de los modelos revisados en este tema puede considerarse, más bien, un
metamodelo, ya que ofrece una perspectiva o enfoque amplio en el que pueden
integrarse otras teorías gerontológicas?
A. La teoría del córtex prefrontal sobre el envejecimiento.
B. El modelo de desarrollo intencional (autorregulación) de Brandtstädter y
colaboradores.
C. La gerotrascendencia.
D. La perspectiva del ciclo vital de Baltes y sus colaboradores.
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Tema 2. Test
4. ¿Qué modelo teórico destaca la importancia de las influencias sociales normativas
que establecen una «agenda vital» para las personas?
A. El modelo de desarrollo intencional (autorregulación) de Brandtstädter y
colaboradores.
B. La perspectiva del ciclo vital de Baltes y colaboradores.
C. La teoría de la selectividad socioemocional de Carstensen y colaboradores.
D. La teoría de la desvinculación de Cumming y Henry.

5. Julia tiene 70 años y se ha apuntado a un curso de informática para aprender a


usar las nuevas tecnologías. De acuerdo con el modelo de optimización selectiva
con compensación (Baltes y Baltes, 1990), Julia está aplicando una estrategia de:
A. Selección.
B. Optimización.
C. Compensación.
D. Estancamiento.

6. El pianista Arthur Rubinstein seguía tocando el piano maravillosamente bien a sus


80 años. Una de las estrategias que empleaba era la siguiente: como ahora le
costaba más ejecutar las partes rápidas de la melodía, enlentecía las secuencias
adyacentes o contiguas a estas de cara a producir, por el contraste, un efecto de
mayor rapidez. De acuerdo con el modelo de optimización selectiva con
compensación (Baltes y Baltes, 1990), esta estrategia de Rubinstein es una
estrategia de:
A. Selección.
B. Optimización.
C. Compensación.
D. Agenda vital.
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Tema 2. Test
7. ¿En qué modelo teórico se enmarca la investigación sobre el efecto de positividad
en el procesamiento de la información?
A. En los modelos sobre la reducción de recursos de procesamiento cognitivo.
B. La teoría de la selectividad socioemocional de Carstensen y colaboradores.
C. La teoría del control a lo largo del ciclo vital, de Heckhausen y Schulz.
D. La gerotrascendencia.

8. ¿Con qué hipótesis sobre el envejecimiento, basada en la reducción de recursos,


asocias a Salthouse y sus investigaciones?
A. Hipótesis que propone a la atención como «primitivo cognitivo».
B. Hipótesis que propone a la memoria como «primitivo cognitivo».
C. Hipótesis que propone a la velocidad de procesamiento como «primitivo
cognitivo».
D. Hipótesis que propone a la memoria visual como «primitivo cognitivo».

9. ¿Qué afirmación de las siguientes sobre los cambios psicológicos asociados al


envejecimiento es falsa?
A. El envejecimiento se asocia a un declive en la mecánica de la inteligencia,
pero estabilidad en la pragmática.
B. El envejecimiento se asocia a un incremento en el nivel de sabiduría de las
personas.
C. El envejecimiento lleva asociado un declive en la eficacia cognitiva en tareas
que dependen de las funciones ejecutivas.
D. En el envejecimiento las oportunidades y recursos para ejercer control
primario se ven reducidos.
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Intervención Psicológica en Tercera Edad


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Tema 2. Test
10. ¿Con qué teorías asocias los siguientes conceptos, respectivamente: ajuste flexible
de metas, optimización de la regulación emocional y reducción del control
inhibitorio?
A. Teoría del desarrollo intencional, teoría de la selectividad socioemocional e
hipótesis de reducción de recursos de procesamiento.
B. Perspectiva del ciclo vital, teoría de la selectividad socioemocional y teoría
del envejecimiento cognitivo.
C. Teoría del control a lo largo del ciclo vital, perspectiva del ciclo vital y teoría
del envejecimiento cognitivo.
D. Teoría del córtex prefrontal sobre el envejecimiento, teoría del control a lo
largo del ciclo vital, teoría de la desvinculación.
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Tema 2. Test

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