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C'IVIS,vV\O / ~G\V1-zJQlA.(A1 Avi"-(, 'ZG~~
CONVIVIR
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para estrategias para lograr fines a veces remotos y cas, la educación, la religión, la salud .' tanta
difíciles, que no están predeterminados por su otras. Entre ellas descuellan aquellas que permite!
constitución animal. Todos compartimos estas fa- la convivencia al tiempo que exigen sacrificios mí
cultades, pero su intensidad es distinta para cada nirnos de nuestro albedrío. Son ellas las que van,
uno de nosotros. Pertenecemos a una única espe- ocupar nuestra atención preferente a lo largo de
cie, pero somos enormemente diferentes los unos estas reflexiones: nos interesa considerar el con-
de los otros en habilidad: inteligencia, conciencia junto de normas, modales debuena conducta y re-
moral, memoria y predisposiciones sentimentales. glas de convivencia de cuyaobservancia depende
La resultante final. la personalidad de cada cual. en gran medida, que elrnundono sea un infierno
nos hace a cada uno únicos e irrepetibles. y nos interesa asirnismoaverlguar de qué mane
Es claro que la coexistencia entre seres tan pe- ra son alcanzables.. cómo piJ~cl.en entrar en vigor
culiares y heterogéneos no puede ser nada fácil. y .quécontenido moral-tienen.
Prueba de éiiü es que dedicamos una enorme can- Tales normas rio son-precisamente las de un có
tidad de esfuerzo, cada día de nuestras vidas, a su- digo de conducta establecido-por decreto o procla
perar conflictos, armonizar voluntades, alcanzar mado por un parlamento. Son más bien las que foro
acuerdos, hacer concesiones, supeditar nuestra vo- man una cultura de 14 convivencia pacífica y soli
luntad a la de otras personas, o irnponerla sobre daria a la que. daremos el nombre, nada nuevo, d.
.ellas. Es tan notorio que el conflicto es endémico civismo, La palabra provienedel latín cives, ciuda-
entre nosotros como que sin ponerle icoto o su- . dano, y se refiere tambiéna la ciudad: un lugar
'perado la convivencia sería' terriblemente' difícil córripi<'!jo,cóns"tnúdoporelh?mbre, en el que con-
cuando no imposible. . viven pacíficamente. gentes de la más variada con
La humanidad ha hallado varias soluciones a la dición. La fuenteciudadana.ipor así decirlo, de lz·
condición radicalmente conflictiva de los huma- palabra civismonos recuerdaun hecho elemental
nos. Algunas apelan al uso de la fuerza arbitraria y sobre el que se fundamentan-estas reflexiones: mu-
sonporlo tanto, tiránicas, como sucede cuando al- jeresy hombres -'-e? decir el hombre, en abstracto
guien manda draconianamente sobre los demás un sustantivo masculino. que hada tiene que ve!
sin su permiso, y también cuando una disciplina con la masculinidad-e- sonesencialmente animales
férrea domina el universo de una comunidad ce- cívicos. Son; para usar la raíz griega, animales po-
rrada, como ocurre en una prisión o un ejército en líticos. (Polis, en griego, significa ciudad: y fue un
pie de guerra. Reina en tales casos un orden im- griego, Aristóteles, quien para 'siempre nos definió
puesto en el que la obsesión de todos y cada uno a los seres humanos, con gran acierto, como ani-
es poder escapar a sus rigores por todos los me- males políticos.) Ello quiere decir que, cuando con-
dios. No obstante, hay otras soluciones ante la na- viven, los hombres necesitan formar relaciones en
turaleza conflictiva de nuestra vida en sociedad. las que entra una iriteracción de voluntades y un in-
Son más adecuadas para que prosperen comuni- tercambio ~o colisión-e- de intereses diversos que,
dades que cumplen las faenas cotidianas del tra- a su vez, les obligan a gobernarse. El civismo en-
bajo, la vida familiar, la diversión, las tareas públi- traña el bueri+ gobierno de nuestra convivencia,
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pero no desde un centro de autoridad, desde el Q:O- de proceder -es decir, /10 es solamente procedinien-
bierno, sino por obra y gracia de todos los que par- ral- sino que incluye también un contenido moral:
ticipamos en ella. expresa unos determinados valores morales y unas
La noción de civismo posee dos acepciones. La creencias acerca de la sociabilidad humana, que
más corriente, y que todo el mundo entiende de iremos explorando poco a poco. Por eso decimos
buenas a primeras, es la de conducta correcta y res- que es una cultura, y no únicamente un conjunto
petuosa entre propios y extraños. Incluye los bue- de modales, usanzas y buenas maneras sin conte-
nos modales, la buena educación. A veces se res- nido.
tringe a la necesaria convivencia cívica que entraña El doble significado de la palabra civismo en-
respeto a los demás: el motorista que pasea por las cuentra en castellano una feliz coincidencia con el
desiertas calles de una población con el escape li- doble significado que posee también una palabra
bre de su .moto. y despierta con su estruendo a los muy afín a ella: ciudadanía. La ciudadanía es, por
ciudadanos que descansan; el excursionista que un íado, el conjunto de mujeres y hombres libres e
hace fuego en el bosque y lo deja perdido de in- iguales ante la ley que forman una comunidad po-
mundicias; el funcionario que contesta de mala lítica. Y por otro, es también la condición que cada
manera a las consultas del público, son considera- uno de nosotros posee de ser miembro de esa co-
dos justamente como ejemplos de falta de civismo. munidad: es un atributo que nos confiere el dere-
(Sólo los necios los consideran triviales.) También cho al voto, el de presentamos a elecciones, el de
se incluye en esta acepción de la noción de civismo recibir subsidios y pensiones o atención médica (si
ciertos delitos -no pagar los impuestos al erario así está previsto por la ley); el de que' nuestros vás-
público, por ejemplo- que representan una pro- tagos acudan a la escuela pública, y así sucesiva-
funda falta de respeto hacia quienes cumplen la ley. mente. Como el dios Jano de los antiguos, la ciu-
Hay otro sentido de la palabra, algo más sutil,
que nos parece fundamental: civismo es también la
cultura pública de convivencia por la que se rige, o
debería regirse, una determinada sociedad. Según
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dadanía y el civismo poseen tina doble cara.
Ni la una ni el otro, sin embargo, están libres de
contradicciones. La interacción humana engendra
siempre tensiones de poder o influencia, y ello a su
este significado el civismo está formado por un vez produce en quienes entran en ella esfuerzos por
conjunto de procederes de interacción humana sin persuadir y convencer, órdenes que unos dan a
los cuales la convivencia es difícil o imposible. Son otros y que son, o no, atendidas. Afloran así obe-
normas emparentadas de algún modo con lo que diencias y desobediencias. Simultáneamente, la
entendemos por etiqueta social o protocolo, pero convivencia produce reglas -costumbres- que
son distintos de éstos: el civismo es un bien com- presiden tales situaciones y que unos respetan y
partido o a compartir por todo el pueblo, ése es su otros violan.
atributo esencial. Pero el civismo -he aquí una No hay quien escape a esta situación: el mundo
afirmación que consideramos crucial para nuestro es así. Como es también inescapable mantener una
argumento a lo largo de todas estas observacio- relación constante con los demás. Esa relación es
necesaria además para que alcancemos nuestra
nes- no es sólo un conjunto de normas o modos
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condición de seres inteligentes y plenamente hu- imperturbable paciencia la aparición de una nave
manos. No llegaríamos nunca a seda si no estuvié- en el horizonte que le trajera alguno de sus congé-
ram~s siempre entre nuestros semejantes, con cuya neres, arrancándole así de su forzada soledad. De
convivencia aprendemos casi todo lo que sabem~s muy buen grado volvió a la civilización, con todos
del mu.nd? y d~ nosotros mismos. Ese proceso de sus presuntos inconvenientes, apesar de su extra-
aprendizaje, ~SI como la propia convivencia, tienen ordinaria traza en haberse montado la vida por su
una doble dimensión. Algunos de nuestros próji- cuenta, en el sentido más literal de la palabra. Los
mos causan nuestra. desesperación y nuestra desdi- ermitaños, por su parte, parece que han escogido
c.h~: algunos son nuestros enemigos, otros nos mar- su condición solitaria, rnas ino sólo forman una
t~nzan o incomodan, otros nos traicionan, y otros, parte infinitesimal de la humanidad sino que mu-
finalmente, mandan y ordenan contra nuestra vo- . chos 'de ellos senitiran paraestar de algún modo
luntad. lYlu~hQs son meros rivales que no actúan. aún máspresentesefl la sociédil:dque han abando-
premeditadamente contra nosotros, pero como ta- nado: aceptan dádivas, se proclaman santos e in-
les .los percibimos. (Pensando en todos ellos opinó tercesores entre los hombres y los dioses. Quienes
lapidariarnente un filósofo, Jean-Paul Sartre, que huyen del mundanal mido enseñan lo que ellos
«~~ infierno son los otros», los demás.) Pero tam- creen que es la vía recta a lo~:demás. No los ig-
bien en otros casos se manifiesta la otra cara de noran.
la convivencia: en nuestros prójimos buscamos y • . Inevítablemente.Ta h~rnanidad está compuesta
hasta a veces encontramos la dicha. Nuestros ami- . por ariim~les políticos enelset'ltido amplio de la
. gas, amantes, familiares querídos.ralíados. o 5irii:: ..palabra, que no excluye que .amuchos les interese
plemente las gentes amables que nos premian con poco la política misma.y. quesólo una minoría se
su reconocimiento. o su agradecimiento por algo dedique profesionalmentea.ella.Todo lo que somos
que hacemos, guardan los resortes de nuestro con- ha sido prodU:Cidosociaimén,h.~·~·por esa «ciudad» a
tento. Al igual que, en no poca medida, tienen en la que pertenecemos: él idioma ..que hablamos, el
sus manos. la causa de nuestro descontento. En país en que nos hemos criado.o en el que habi ta-
. todo caso buscamos siempre en los demás aquello mos, los conceptos que usarnos.Ta economía de la
que nos puede hacer felices. Para unos será la ri- que vivimos.: todo tiene uri origen social concreto.
q.ue~a, para otros los honores, o el simple recono- Si creo en la Santísima .Trinidad, si tengo rudimen-
cimiento de sus esfuerzos. Y para casi todos de los tos de álgebra, si sé guiar un automóvil, si entiendo
den:ás depende el goce de la mera conviven~ia gre- el castellano, si soy pobre, si 'nací aquí porque mis
g~r:a o de la compañía entre seres queridos, el ejer- padres emigraron desde otro país, todo lo que de-
CICIO placentero de la convivialidad. Todas éstas termina y define mi vida pasa por el cedazo y se
son manifestaciones y formas de sociabilidad. gesta en el crisol de .Ia sociedad de la que formo
Para todos los humanos es esencial el disfrute V parte.
expresión de la sociabilidad. No somos ni robinsd- Pero eso -nuestra condición de animales socia-
nes ni eremitas natos. El propio Robinsón Crusoe, les, o en: sentido más específico; de animales políti-
solo en su isla desierta, no hizo sino esperar con cos- no agota nuestra realidad. El hombre se
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~orma una idea de su propia vida, sopesa los que Así hacemos ordenadamente cola ante la taquilla
intuye que son sus intereses y vive intencional- de 'un teatro hasta que se acaban las entradas. (Y
';lerzle. Es decir, se forja también su propia vida. reprobamos a quien se la salta.) Nos present~mos
Esta es también resultado de su raciocinio y volun- una V otra vez a unas oposiciones para cubnr va-
tad .. Posee una razón -mediante la que evalúa, cantes en la administración, sin ofendemos ni que-
an~hza, considera y delibera consigo mismo- y la rellamos con los que han sido admitidos. (Aunque
aplica a los recursos que posee para intentar lograr no aceptemos de buen grado que algunos hagan
aquello que le atrae. Tales recursos son distintos uso de sus influencias para conseguir plaza.) Y
para cada uno de nosotros y varían de un lucrar a hasta entramos en la dura pero pacífica liza de la
otro y según cada cultura. Así, la belleza deo una competencia de un mercado, aceptando sin protes-
muchacha es un recurso en la concurrencia que se tar que unos se enriquezcan, otros sucumban, y
establece entre los jóvenes en las rivalidades y eS7 otros vayan tirando .. Es cierto que a veces se pro-
carceos eróticos a los que éstos se entregan. La ducen situaciones muy violentas en la lucha por
[uer~~ es un recurso para el atleta. La riqueza de su bienes escasos, sobre todo si es para sobrevivir,
familia lo es para el niño a quien sus padres man- como sucede cuando hay una penuria de alimen-
dan a una escuela privada muy selecta. A medida tos, pero esta suerte de conflicto, precisamente por
que transcurre el tiempo acumulamos unos recur- ser extrema, exige un civismo heroico. y no por ello
sos y perdemos otros. Nuestros atributos persona- menos necesario: de ahí nuestra admiración por
les son recursos de igual modo que también lo son quienes. en un naufragio o catástrofe ni pierden la
las condiciones sociales de nuestra existencia. sangre fria ni la buena educación. Ensalzamos a
Decíamos que nuestra convivencia es difícil. quienes, en tales circunstancias,' ceden lugares de
Ello sucede, fundamentalmente, por tres razones: salvación a los más débiles o les tienden la mano
la primera es que muchos deseamos, con recursos con riesgo de su propia vida. '.'
desiguales, los mismos bienes, que son escasos; la • 2. La segunda razón por la cual la convivencia
segunda, que' una parte muy sustancial de la hu- civilizada se hace difícil, y por la cual se producen
manidad siente pasión por dominar a los demás; y enfrentamientos, explotaciones, malos tratos y, con
la tercera, que con demasiada frecuencia los crite- !
demasiada frecuencia, toda Clase de violencias, pro-
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, viene de nuestra pasión por dominar (y a veces
rios egoístas predominan sobre los altruistas. Las
tres causas de conflicto son distintas, pero no son hasta dañar) a los demás. Ésta es una cuestión muy
mutuamente excluyentes. Las encontramos juntas delicada. Y mucho más difícil de esclarecer que la
a cada paso, pero podemos separarlas para anali- anterior, porque no depende de circunstancias ob-
zarlas. Veámoslas. jetivas (escasez constatable de recursos), sino de la
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propia naturaleza humana. Sobre ella, en este te-
1. El conflicto que surge de la mera escasez de
ir rreno, no hay un acuerdo universal. Por lo pronto,
r:~ursos se resuelve, no pocas veces, de forma pa- ir hay una venerable tradición de pensamiento que
cífica. Tan es así que ni nos solemos dar cuenta de supone en el ser humano un componente innato de
que existe. El civismo tiene mucho que ver con ello. 1 maldad. Según ella no sólo seriamos seres egoístas
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sino también seres capaces de hacer daño a nues-
eliminarlas sin caer en mayores males -obligamos
tros congéneres. 1\11 uchos seríamos capaces hasta de
por la fuerza a ser buenos plante.a t~da suerte de
gozar con ello. Desde la creencia religiosa en el pe-
problemas prácticos- nada nos Implde_ constatar
cado original hasta varias teorías filosóficas sobre
su presencia. Una presencia que nos atane directa-
nuestra presunta maldad innata nos encontramos
mente, pues el civismo es sin lugar a dudas un
con toda una batería de interpretaciones sombrías
sobre la naturaleza humana, con grados diversos modo para poner coto a sus excesos. . .
Ni el deseo de dominar (por dominar) 11l el de
de pesimismo, que asumen esta disposición en la
dañar (por dañar) son los mismos en cada uno d.e
raza humana. Para ellas la civilización -inclusas
nosotros. Es evidente que la inclinación por ~omI-
las formas de civismo que caracterizan a cada una
nar o dañar a los demás (que son dos cosas distin-
de ellas- no sería más que un barniz siempre
tas aunque a veces. vayan juntas) no aparecen .en to-
presto a esfumarse ante los ímpetus de nuestra
'maldad subyacente. o
. dos por igual, ni todos lbs que la exhiben la ejercen
en los mismos territorios. Hay mandones en una
Hay una tradición diametralmente opuesta a
empresa que son, en su hogar, mansos. Y hay seres
esta noción. Es la que sostuvieron, por ejemplo,
dominantes en sus casas que son obedientes en la
Rousseau y Freud. Para ella los hombres seríamos,
calle. Hay quien daña o manda por sadismo o pa-
por el contrario, buenos por naturaleza, aunque co-
sión y quien lo hace por necesidad o de,ber, o ha~ta
rrompidos por alguna causa externa: la misma civi-
o
pesar de tal sabiduría parece arduo de conseguir.) xima generalidad. Ase si~dgünQs teóricos preco-
Lo que en cambio sí cae dentro de nuestras mucho nizadores del individualisrriOegoísta universal lo
más modestas miras es bosquejar algunas de las ca- hubieran tenido en. cuenta habrían podido solven-
racterísticas que habría de poseer una convivencia tar el rompecabezas que supone tener que sostener
cívica en tiempos como los nuestros. La cual, a su que UD' traficante de drogas.e un fabricante de ar-
vez, podría producir el clima moral idóneo para.que mases un-benefactor 'indirecto de la humanidad
prosperaran esas grandes virtudes, (Que, a no du- aunque sus motivos. privados sean malignos y sus
" darlo, existeny se manifiestan cada día. Tanto en la vidas-poco ejemplares. Habráque suponer que ni al
vida de tantas personas abnegadas o capaces de te- uno ni al otro les agradaría ser tratados como ellos
ner en cuenta silenciosamente las necesidades de tratan a susvíctimas-indirectas. En nuestro caso,
los demá~ como en la de aquellas que entregan su . éste precepto ogranpriIlcipio.moral tiene una per-
tiempo y desvelos a ayudar a otros: la proliferación tinencia inmediata: lavidacívica consiste en tratar
de-movimientos cívicos de solidaridad en todo el a 'lOsdemás .con la defe~~néia y delicadeza, y no
mundo es buena prueba de ello.) sólo con la buena educaCión,' con la que querría-
La convivencia entre un yo naturalmente egoís- mos que siempre. nos+trataran a nosotros. Y las
ta y todos los demás individuos que tienen igual y consecuencias de ello ha son
menores.
soberana pretensión de ser igualmente egoístas
necesita el cultivo colectivo de un ámbito de vir-
tudes humildes que, a su vez, creen ese clima fa-
vorable al florecimiento de las virtudes grandes.
Vamos a sugerir aquí de qué modo podríamos en-
. tre todos fomentar las primeras -que son las de
la convivencia cotidiana- para que las demás
sean cada vez más frecuentes y tengan mayor al-
cance. Por eso no apelaremos en ningún caso a
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