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HOSPITAL DURAND
GABRIELA ZADRA
18/8/2015
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pregunta por qué, por qué lo hace. “Esa es la dimensión original”,
aquella por la cual Lacan entonces puso a minúscula como causa, no
que la causa es que mi papá, mi mamá, mis abuelos, pone como causa
a minúscula, o cómo…, como el culpable, la culpa la tiene…el a
minúscula.
Todas esas construcciones que hacemos siempre, esas
construcciones son novela, otra cosa es la causa: a minúscula, lo único
que hay como causa. Es eso mismo lo que uno llena con novela familiar.
Después Lacan lo llamó “mito individual”, texto desestimado por él
mismo.
Esta dimensión -hay una causa para eso-, esta ruptura y esta
complementación necesaria para que el síntoma nos sea abordable”, es
decir, para abordar el síntoma en la experiencia analítica. “Lo que
entiendo mostrar es que ese signo no constituye un paso en lo que
podría llamar la inteligencia de la situación, sino que es algo más”, no es
simplemente entender, es algo más; “hay una razón para que ese
paso”, este paso que tiene que ver con que el síntoma puede ser
abordable porque la causa es a minúscula; entonces hay una razón para
que ese paso “sea esencial en la cura del obsesivo”, y en la cura de la
neurosis en general, por supuesto.
Esto implica una ruptura, porque pongo la causa en a minúscula,
(en algo inespecularizable), no en la novela, entonces hay…, tiene que
haber desconcierto, es decir, tiene que haber enigma en el síntoma.
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Lo cual quiere decir que introducir la pregunta por la causa de
entrada implica la cuestión del a y del fantasma. O sea que no es que
empiezo por el síntoma y termino por el fantasma, sino que esto está de
entrada, al interrogarme sobre la causa.
Fantasma
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de la que el síntoma no es el efecto, sino el resultado”, va a diferenciar
efecto de resultado. “El efecto es el deseo”, el resultado es el síntoma.
El a es la causa.
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que no creen para nada”, es muy necesario, incluso para los que
creemos que no creemos.
Fálica
Anal escópica
Oral Super Yo
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el campo de la neurosis. Siempre vamos a imaginar un Otro que puede
más, que él sí se anima y yo no, siempre.
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–la ley de la oferta y la demanda-; como lo llama Lacan: de la
transmutación simbólica. La función que cumple la educación higiénica
en el sostenimiento del capitalismo, como dice Sara Glasman en
Conjetural 62.
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Una cosa es el objeto anal demandado y otra cosa es el objeto
anal como causa del deseo, van a ser cosas distintas; “que no tiene
nada que ver con ese modo de deseo que es, por esta causa,
determinante”, es decir, el objeto demandado no tiene nada que ver con
el modo de deseo que es determinante, si me quedo todo el tiempo en
el pedido de: -Demandame esto para que yo obedezca o me rebele.
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“El análisis del obsesivo ilustra para nosotros una vez más cómo
conviene concebir que subsistan diversos modos del objeto a
minúscula”, siempre la misma función y diversos modos.
Por qué la función del excremento puede jugar ese rol privilegiado
en este modo de la constitución subjetiva en la que damos el término de
‘deseo anal’? Ejemplo de los chimpancé, los elefantes, que el
excremento que marca territorio. Pero la demanda anal es distinta que
el deseo anal.
Existe un deseo anal, por más que Lacan subrayó que el deseo
comienza con lo fálico, pero para Freud represión es igual a regresión de
lo fálico a lo anal, es decir que hay un deseo de lo fálico a lo anal.
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“Añado que no podemos comprender nada de la fenomenología de
la neurosis obsesiva si no aprehendemos de un modo más íntimo, la
ligadura entre excremento no sólo con el menos phi fálico, sino con las
otras formas de objeto a minúscula”.
Angustia y deseo
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y después vino el tsunami, y no se encontraron restos de animales
salvajes muertos por el desastre natural, todos lograron huir antes).
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No hay sujeto en ese momento, sólo hay una operación de cesión.
Sin esa operación, no hay sujeto.
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del síntoma va al embarazo, Lacan, dice que, en realidad, es en el
embarazo donde va a poner la angustia, habría que llegar al embarazo
para en serio ver de qué se trata en ese objeto último.
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El objeto, que toma valor significante, sustitutivo, da lugar al
fantasma de la oblatividad: objetos sustitutivos.
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“El excremento es la fuente para encontrarse objeto amable.
Les ruego aclarar con vuestra linterna la posición del obsesivo con
respecto a esto. No es la duda lo que aquí prevalece”, la duda la deja en
relación a la cuestión del deseo, y el problema de la causa del deseo;
“es que él prefiere incluso ni mirar. Esta prudencia la van a encontrar
siempre. Y sin embargo, si el amor toma para él esas formas de un lazo
exaltado”, ya habló del amor cortés en el seminario de La ética, en el
sentido del ideal, del objeto idealizado; “es porque lo que entiende que
se ama es de él una cierta imagen, que esta imagen él se la da al otro”,
(Está lo de ’quedar bien’, frente al otro, frente a los demás); “y de tal
modo que él se imagina que si esta imagen viniera a faltar el otro no
tendría más de qué colgarse. Esa es la dimensión altruista”, para amar,
tienen que ser un poco altruistas, religiosos, buena persona; “de este
amor mítico fundado sobre una mítica oblatividad”, porque es la imagen
de él, no la del partenaire la que importa, la que está en juego. La
ecuación es niña igual falo, es para la comedia sexual, para el amor no,
y también se fundamenta, según Lacan, en el amor a la caca, lo dijo, en
donde se funda ya no la oblatividad sino el altruismo, en un amor
idealizado, etc., es decir, religioso.
“El mantenimiento de esta imagen de él es lo que hace que el
obsesivo persista en mantener toda una distancia respecto de sí mismo,
que es precisamente, lo más difícil de reducir en el análisis. Cuando se
habla de la distancia del obsesivo, se trata de la distancia consigo
mismo. Todo lo que hace, beneficia a ese otro que es la imagen de sí
mismo.
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referencia a la topología del toro”, el agujero central del toro; “el círculo
del obsesivo es uno de esos círculos que en razón de su sitio topológico
no puede nunca reducirse a un punto”. De lo oral a lo anal, de lo anal a
lo fálico, de lo fálico a lo escópico, y de ahí a lo vociferado, eso no
vuelve sobre sí mismo”.
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