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Juicio 1058/2011 Ab.

Violeta Delgado

SEÑORES JUECES DE LA SEGUNDA SALA DE LO LABORAL, NIÑEZ Y


ADOLESCENCIA DE LA CORTE PROVINCIAL DE JUSTICIA.

DR. ERNESTO FLORES SAMPEDRO, procurador judicial del Sr. MANUEL ENRIQUE
JARAMILLO JARAMILLO, en el juicio laboral que se sigue en contra de la empresa
GUANGUILQUI AGROPECUARIA INDUSTRIAL S.A. GUAISA; manifiesto:

I.

Interpongo el recurso de CASACIÓN de la sentencia dictada por este Tribunal el día


martes 24 de enero del 2012 a las 09h48, en el juicio laboral que se sigue en contra de
los señores JULIO GONZALO HIDALGO BARAHONA y CECILIA MERA VERA, en
sus calidades de Gerente General y Jefe de Personal de la empresa GUANGUILQUI
AGROPECUARIA INDUSTRIAL S.A. GUAISA, para ante la Sala de lo Laboral de la
Corte Nacional de Justicia, en la calidad en la que comparezco.

II.

De acuerdo al Art. 6 de la Ley de Casación cumplo los requisitos formales en el


siguiente orden:

1. “Indicación de la Sentencia o Auto recurridos con individualización del proceso en


que se dictó y las partes procesales”. Este requisito queda especificado en líneas
anteriores.

2. “Las normas de derecho que se estiman infringidas o las solemnidades de


procedimiento que se hayan omitido”

2.1. En este caso se ha infringido preceptos jurídicos aplicables a la valoración de


la prueba, en el siguiente orden y por las siguientes circunstancias:

a) Falta de aplicación de los siguientes artículos del Código de Procedimiento


Civil:

➢ Art. 115 que dice: “La prueba deberá ser apreciada en conjunto, de
acuerdo con las reglas de la sana crítica, sin perjuicio de las
solemnidades prescritas en la ley sustantiva para la existencia o validez
de ciertos actos”.
“El juez tendrá obligación de expresar en su resolución la valoración de
todas las pruebas producidas.”
➢ Art. 121 inciso primero que dispone: “Las pruebas consisten en
confesión de parte, instrumentos públicos o privados, declaraciones de
testigos, inspección judicial y dictamen de peritos o de intérpretes.”.
➢ Art. 122 inciso primero que ordena: “Confesión judicial es la declaración
o reconocimiento que hace una persona, contra sí misma, de la verdad
de un hecho o de la existencia de un derecho.”
➢ Art. 123 que dice: “Para que la confesión constituya prueba es
necesario que sea rendida ante el juez competente, que se haga de una
manera explícita y que contenga la contestación pura y llana del hecho
o hechos preguntados”
➢ Art. 194 numeral 4to., que dice: “El instrumento privado en que una
persona se obliga a dar, hacer o no hacer alguna cosa, o en que
confiesa haberla recibido o estar satisfecha de alguna obligación, hace
tanta fe como un instrumento público en los casos siguientes, siempre
que la ley no prevenga la solemnidad del instrumento público:”
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“4.- Si la parte contra quien se presenta el documento no lo redarguye
de falso ni objeta su legitimidad, dentro de tres días contados desde
que se le citó y notificó la presentación aunque no lo reconozca
expresamente ni se pruebe por testigos.”
➢ Art. 216 numeral 6to., que dice: “Por falta de imparcialidad no son
testigos idóneos:”
“6.- El dependiente por la persona de quien dependa o le alimente;”

b) Falta de aplicación de las siguientes normas que dice relación con la valoración
de la prueba en el Código del Trabajo

➢ Art. 593 del Código del Trabajo, que ordena: “En general, en esta clase
de juicios, el juez y los tribunales apreciarán las pruebas conforme a las
reglas de la sana crítica, debiendo deferir al juramento del trabajador
cuantas veces éste necesite probar el tiempo de servicios y la
remuneración percibida, siempre que del proceso no aparezca otra
prueba al respecto, capaz y suficiente para comprobar tales
particulares”
➢ Falta de aplicación del Art. 581 inciso 4to. del Código del Trabajo, que
dice: “En caso de declaratoria de confeso de uno de los contendientes deberá
entenderse que las respuestas al interrogatorio formulado fueron afirmativas en
las preguntas que no contravinieren la ley, a criterio del juez, y se refieran al
asunto o asuntos materia del litigio. Idéntica presunción se aplicará para el
caso de que uno de los litigantes se negare a cumplir con una diligencia
señalada por el juez, obstaculizare el acceso a documentos o no cumpliere con
un mandato impuesto por el juez, en cuyo caso se dará por cierto lo que afirma
quien solicita la diligencia.”

El infringimiento de estos preceptos jurídicos aplicables a la valoración de la


prueba ha conducido a la NO APLICACIÓN de los Art. 8 y 305 del Código del
Trabajo en la sentencia cuestionada, cuya consecuencia ha sido el rechazo de la
demanda por falta de prueba de la relación laboral, resultado de lo cual se ha
negado todos los rubros que se reclama en la demanda y que en forma taxativa se
indica en la misma, causando grave daño irreparable al titular del derecho, es decir
al extrabajador Sr. Manuel Enrique Jaramillo Jaramillo, que tiene que ser
remediado mediante la aceptación del Recurso de Casación que precisamente es
para anular las sentencias que han violado la ley.

3. “La determinación de las causales en que se funda”. Este recurso lo fundamento


en la causal tercera del Art. 3 de la Ley de Casación.

4. “Los fundamentos en que se apoya el recurso”.

III.

FUNDAMENTACIÓN DEL RECURSO.-

Casual Tercera del Art. 3 de la Ley de Casación

a) Los demandados, al contestar su demanda dicen lo siguiente: “Niego los


fundamentos de hecho y derecho de la demanda planteada, por cuanto a las
fechas que hace referencia el accionante no existió relación laboral alguna, ya que
la vinculación con el actor fue de carácter civil por la prestación de servicios
profesionales de topografía para el proyecto palmicultor GUAISA, más no para la
empresa; proyecto que, luego fue asumido por la compañía Paipailon S.A.” Esta
supuesta “relación civil” tenía que ser demostrada mediante el respectivo contrato
de esta naturaleza, pero que se ha contentado con llenar este vacío presentando

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testimonios de sus empleados. En esta parte, se debe tomar en cuenta que el
Tribunal de instancia no ha aplicado el Art. 194 numeral 4to. del Código de
Procedimiento Civil, es decir ha existido una falta de aplicación de esta norma,
cuyo tenor literal se deja anotado anteriormente. Es necesario resaltar que en la
audiencia preliminar la parte accionante presentó un certificado de trabajo
notarizado, QUE NUNCA FUE IMPUGNADO POR LOS ACCIONADOS en ese
momento ni a lo largo del proceso, por lo que ese instrumento surte efecto de
prueba plena que debe ser aceptada como evidencia de la relación laboral que ha
existido entre los justiciables, pero que la sentencia impugnada no toma en cuenta
esta valoración probatoria, violentando la mencionada norma legal. Y lo que es
más importante: de acuerdo al Art. 42 numeral 14 del Código del Trabajo, el
empleador tiene la obligación de conferir al trabajador, cuantas veces lo solicite,
certificados relativos a su trabajo, en cuyo tenor se certifica que el Sr. Manuel
Enrique Jaramillo Jaramillo ha trabajado como topógrafo, desde el 1ro. de julio del
2001 hasta la actualidad con un sueldo mensual de $850,00 Más $360,00 por
alquiler de estación dando un total de 1210 dólares. Dicho certificado de trabajo
tiene fecha de 7 de enero del 2009. Por ello resulta extraño que se haya hecho
“malabares” interpretativos para deslegitimar esta certificación laboral por
excelencia.

b) La sentencia de segundo nivel, ha dejado de aplicar los Art. 121, 122 y 123 del
Código Adjetivo Civil, cuyo tenor se deja señalado en líneas anteriores, y que se
refiere a la valoración de la confesión judicial rendida ante Juez competente. Pues
bien, la demandada, Sra. Cecilia Isabel Mera Vera al rendir su confesión judicial
contestando a la pregunta dos del pliego de absoluciones, que dice: “Diga la
confesante si es verdad que el Sr. Manuel Enrique Jaramillo Jaramillo trabajó en
calidad de topógrafo desde el primero de julio del 2001. (De acuerdo al certificado
de trabajo adjuntado en la audiencia preliminar)”, contesta lo siguiente: “SI, él
prestaba sus servicios como topógrafo hasta marzo del 2007”, pero que la
afirmación sobre esta fecha no corresponde al Certificado de Trabajo que está
emitido el 7 de enero del 2009. Entonces cuando dice que ha trabajado hasta la
actualidad, quiere decir que hasta este último mes o el tiempo posterior continuó
laborando el Sr. Manuel Jaramillo a órdenes de la empresa demandada. En la
diligencia de confesión judicial, la parte accionada no podía presentar documentos
supuestamente de descargo, al tenor del dispuesto en la Sentencia de la Corte
Constitucional, publicada en el R.O. 372 de 27 enero del 2011, que adjunto. Sin
embargo el fallo de alzada violentando esta disposición elemental acepta no sé
qué facturas, pensando que este es el momento procesal de mostrar prueba
documental en el procedimiento oral de trabajo, desnaturalizando, inclusive, al acto
de la confesión judicial.

En cuanto a la confesión ficta del demandado Julio Gonzalo Hidalgo Barahona,


conforme al Art. 581, inciso cuarto se tendrán como afirmativas, tomando en
cuenta que del pliego de absoluciones se desprende el horario de trabajo y la
calidad de topógrafo en que laboró el actor en la empresa demandada. Tampoco
en la sentencia impugnada se ha empleado esta norma aplicable a la valoración de
la confesión ficta. Como consecuencia de estas violaciones de las normas que dice
relación con la valoración de la prueba, no se ha aplicado en la sentencia las
normas que regulan las relaciones laborales en este caso concreto, es decir los
artículos 8 y 305 del Código del Trabajo, que ha concluido por desechar la
demanda, y en último término desechar todas las reclamaciones propuestas en la
acción inicial, que tienen que ver con los derechos que genera la relación de
trabajo, y que en última instancia ha causado grave daño económico al accionante
de este proceso.

c) La sentencia impugnada ha dejado de aplicar el Art. 216 numeral 6 del Código de


Procedimiento Civil que dice: “Por falta de imparcialidad no son testigos idóneos:…
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6.- El dependiente por la persona de quien dependa o le alimente;” y esta
transgresión probatoria es tan evidente por las propias afirmaciones de los
testigos-empleados que presenta la parte accionada para demostrar
supuestamente un contrato “civil” de servicios profesionales, sin tomar en cuenta la
realidad de la relación laboral entre los justiciables y que en forma filosófica
dialéctica lo plasma el eminente tratadista Mario de la Cueva en su obra cumbre
“El Nuevo Derecho Mexicano del Trabajo” (4ta. Edición, México 1977), y que me
permito transcribir un párrafo que precisamente tiene que ver con esta causa:

“El Derecho Civil, que había contemplado sin inmutarse la aparición de las leyes de
excepción protectoras del trabajo, comprendió que en esa batalla estaban en juego la
esencia misma del contractualismo individualista y subjetivista tradicional, y la
integración misma del Derecho Civil y por encima de ella el Derecho Privado; entendió
asimismo que la victoria de la idea nueva implicaría que el Derecho regulador de uno
de los aspectos más extensos e importante de las relaciones humanas pasaba sobre el
principio de que el contrato basado en la autonomía de la voluntad era la fuente
creadora de los derechos y obligaciones de las relaciones entre los hombres, tesis que
sería sustituida por la doctrina que atribuía al hecho simple de la prestación de un
trabajo la fuerza suficiente para crear, aun en contra de la voluntad de los empresarios,
derechos y obligaciones; una doctrina que, además, postulaba la aparición de un
derecho nuevo (El Derecho Social del Trabajo), que declaraba constituir un tercer
género dentro de la milenaria clasificación del orden jurídico interno en Derecho Público
y Derecho Privado”, esto es lo que se denomina la Teoría de la Relación Laboral,
que el mismo tratadista lo sintetiza así:

“El nuevo Derecho romperá el hechizo dos veces milenario del Derecho Civil, y en
lugar de proteger un acuerdo de voluntades, que nunca tuvo realidad, porque fue
siempre la voluntad del empresario la que se impuso, protegerá al TRABAJO. En
consecuencia, la relación de trabajo dejará de ser una relación intersubjetiva y se
convertirá en una objetiva, que tendrá como base la voluntad libre del trabajador y
como meta la protección plena del trabajo mediante las declaraciones de los derechos
sociales, de las leyes y de los contratos colectivos”.

Desde el 17 de noviembre de 1938 parece que el Derecho del Trabajo está


todavía preso en las redes de la concepción civilista y retrógrada del
contractualismo. Esta visión se ha plasmado en esta causa. Por fortuna, no
toda la jurisprudencia laboral se ha revestido del contractualismo civilista sino
también hay nuevas concepciones sobre la prestación de servicios
profesionales, como se desprende de Jurisprudencia de la Corte Suprema de
Justicia, publicada en el R.O. 62 de 9 de noviembre del 2009, conforme al
documento del mencionado registro que adjunto para mejor ilustración de la
Sala de lo Laboral de la Corte Nacional de Justicia, cuyo contenido me releva
de todo comentario sobre el tema.

En conclusión la falta de aplicación de las normas aplicables a la valoración de la


prueba, están íntimamente ligadas con el Art. 115 del Código de Procedimiento Civil,
porque no se puede dejar de aplicar este precepto legal, con argumentos artificiosos y
marcadamente anti laborales, que desde luego pueden ser enmendados mediante
este recurso extraordinario de reconocimiento del Derecho del Trabajo, garantizado
por los múltiples tratados de la OIT y la Constitución vigente, garantista de derechos.
Asimismo, existe falta de aplicación del Art. 593 del Código del Trabajo que se refiere
a la valoración de la prueba en base de los principios de la Sana Crítica, desarrollado
minuciosamente en los parágrafos anteriores. Todo esto ha conducido a la falta de
aplicación del los Art. 8 y 305 del Código del Trabajo en la sentencia impugnada, que
ha determinado el rechazo de la demanda y en consecuencia el agravio económico al
accionante.

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FINALMENTE:

Al amparo de la causal primera del Art. 3 de la Ley de Casación, la sentencia


impugnada infringe el Art. 12 del Código del Trabajo que textualmente dice:

“Art. 12.- Contratos expreso y tácito.- El contrato es expreso cuando el empleador y el


trabajador acuerden las condiciones, sea de palabra o reduciéndolas a escrito.”
“A falta de estipulación expresa, se considera tácito toda relación de trabajo entre
empleador y trabajador.”

Pues bien, la parte demandada a través de su procurador judicial, en la contestación a


la demanda alega “PRESCRIPCIÓN DE LA ACCIÓN”, lo que en buen romance
implicar: ACEPTAR IMPLÍCITAMENTE LA RELACIÓN DE TRABAJO, que está
protegida por la norma invocada y que la resolución de segunda instancia ha dejado
de aplicar en su resolución. Nadie puede alegar la prescripción de un derecho que
no existe. La violación directa de esta norma de derecho está palpable desde el
comienzo de la acción planteada hasta la resolución. Infringimiento de esta norma de
derecho que ha sido determinante en la parte dispositiva del fallo impugnado puesto
que la falta de aplicación de esta norma, ha dado como resultado el rechazo de la
demanda y que no se compadece con la realidad procesal, cuya sentencia es la
síntesis de todo lo actuado y que debe ser analizado a la luz de la nueva concepción
constitucional de protección de los derechos del trabajador, consagrados en el Art. 325
de la Constitución de la República.

ACLARACIÓN:

La parte demandada ha tratado de sorprender a la justicia manifestando que el ex


trabajador ha laborado para dos empresas simultáneamente, cuando esto no es
verdad puesto que para la empresa demandada el Sr. Manuel Enrique Jaramillo
trabajó del 1ro. de julio del 2001 al 28 de febrero del 2009, y en la empresa
PAIPAILON S.A. desde el 1 de marzo del 2009 hasta el 11 de julio del 2010, es decir
en dos épocas distintas. Y es un síntoma de mala fe decir que en ambas se le ha
pagado “honorarios” con factura, cuando en esta última, es decir en PAIPAILON S.A.
se celebra una documento de finiquito con el Sr. Manuel Enrique Jaramillo Jaramillo,
en el que le reconocen como trabajado sujeto al Código del Trabajo, conforme copia
notarizada del Acta de Finiquito celebrada el 21 de julio del 2010, y que se tomará en
cuenta para no confundir a los Jueces del Trabajo.

Acompaño una documentación en siete (7) fojas útiles, que corresponde al certificado
notarizado de trabajo, acta de finiquito, Registros oficiales: 62 de 9 de noviembre del
2009 y 372 de 27 de enero del 2011, en respaldo al recurso planteado.

Espero que este recurso sirva para enmendar los errores de derecho en que ha
incurrido el fallo de esta Sala y que al final brille la Justicia Social en forma meridiana.

Por ser legal se proveerá como solicito.

Atentamente,

Dr. Ernesto Flores Sampedro.


Procurador Judicial.

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