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El 18 brumario de Luis Bonaparte de

Karl Marx
Ensayo; Teoría sociológica clásica
Layla Mut del Barrio

Grupo 14

El 18 brumario de Luis Bonaparte fue escrito por Karl Marx en diciembre de 1851 y
publicado como primer número de la revista Die Revolution en 1852, en Nueva york.
El político, economismo, historiador y filósofo relata los acontecimientos dados en
Francia entre 1848 a 1851, dividido en tres periodos.

Marx describe a lo largo de toda la obra un complejo entramado de elementos


económicos, sociales, políticos e ideológicos, donde la práctica de los sujetos sociales
desempeña un papel clave para la consolidación del capitalismo por un lado y para la
creación del Estado bonapartista por otro. Es un análisis de una coyuntura política.

Tras la revolución francesa del siglo XVIII a mediamos del siglo XIX se retoman las
intenciones de los burgueses de poder ascender al poder, de gozar de los privilegios que
el Clero y los aristócratas concentraban, de buscar sus propios intereses con malicia,
invitando al obrero a formar parte de un movimiento ajeno a sus intereses. Trajo
consigo el sometimiento de un grupo social por otro, el dominio de la burguesía frente
al obrero. Se daba paso a esta nueva revolución burguesa.

Marx divide este momento histórico en 3 periodos: El primero es el periodo de Febrero


conocido como el prólogo de la revolución. El gobierno se configura como provisional.
Se implanta como objetivo una reforma electoral con el fin de ensanchar el círculo de
los privilegiados políticos y derrotar a la aristocracia financiera. El conflicto estalla.

En segundo lugar el periodo de la Asamblea Nacional Constituyente, de la fundación de


la republica burguesa. Las diferentes fuerzas sociales entran en conflicto y por supuesto,
la burguesía venció y el proletariado se queda fuera de la escena revolucionaria. Marx,
ve en esta brecha entre burgueses y proletariados, esta falta de cohesión revolucionaria,
lo que conduce al fracaso de la revolución. La clave para Marx de estos conflictos era
que la burguesía no quería cambiar el sistema si no que querían avanzar en privilegios
dentro del mismo sistema.

En el tercer periodo, el de la república Constitucional o de la Asamblea Nacional


Legislativa, el problema seguía siendo exactamente el mismo: la lucha entre grupos
sociales, en este caso entre la burguesía realista y la burguesía republicana. La pequeña
burguesía se ve en la necesidad de buscar apoyo del proletariado al que camela con la
concesión de la primera ley de la propiedad privada. Surge así el derecho civil y la
socialdemocracia.

Marx argumenta que el papel que el estado juega es fundamental para esta dominación
sobre el control de las tierras y mantener sus intereses económicos. Estas mismas tierras
que antes eran libres y protegidas, paso a ser la ganancia, los intereses, la renta que el
capital sacaba de esta, dejando al agricultor sin medios de supervivencia.

Me ha sorprendido “terriblemente” que el derecho de la propiedad privada sea tan


reciente y que la sociedad actual sea consecuencia en gran parte de este hecho. Me
parece una de las grandes revelaciones de este libro.

El 18 brumario de Luis Bonaparte, es una de las primeras obras del autor en ella a ser
entrevén de forma poco desarrollada en algunos casos y de forma patente en otros,
muchas de las claves del pensamiento marxista.

A lo largo de la obra, Marx, identifica y analiza pormenorizadamente las fuerzas


sociales que juegan en ese tablero histórico sus conflictos y contradicciones y como se
relacionan entre ellas, con su historia y con su momento político, etc. y lo hace desde
una perspectiva dialéctica y no mecanicista, desvelando la lógica de funcionamiento y
transformación social e histórica: la lucha de clases.

También se entrevé su enfoque materialista y de praxis: el objetivo de su análisis es


desentrañar las claves para llegar a la revolución. Y es que para Marx el objetivo es
transformar el mundo y no sólo interpretarlo, en contra del quehacer de la filosofía
especulativa. La obra, es unas una síntesis profunda de las trabas que hay que vencer
para llegar a esa revolución que permita la transformación social, y es precisamente la
liberación de los hombres de sus ataduras como se hace la historia: los hechos históricos
nos son el resultado de la construcción de la sociedad de forma consciente en base a las
reflexiones sobre el futuro que se quiere, ni el resultado de la voluntad de los grandes
personajes, sino la consecuencia de la liberación de los obstáculos del presente. Para
Marx el sujeto histórico se encuentra en la lucha de clases.

Los hombres creamos nuestra historia, pero no por libre albedrio si no por las
circunstancias dadas, que existen y las han sido legadas por el pasado. Nos disfrazamos
de épocas pasadas en crisis revolucionarias, nos adueñamos de sus ropajes, de su
lenguaje, para transformas la historia. “La tradición de todas las generaciones muertas
oprime como una pesadilla el cerebro de los vivos”. Marx enlaza así el presente con el
pasado, se adentra en el peso que tiene en las sociedades su historia, y cómo influye en
su acción presente.

También aparecen de forma embrionaria otros conceptos que caracterizaran su filosofía:


superestructura, relaciones de producción, conciencia de clase y alienación.
Introduce también el concepto de Cretinismo parlamentario: los parlamentarios quedan
aislados en su propio universo y atrapados en una dinámica de luchas internas que les
anulan mutuamente y les impiden enfrentar el verdadero peligro. Durante todo el texto
Marx habla de que pocos actores saben bien donde están, no sólo que no tengan
conciencia de clase, si no que ni siquiera entienden bien su posición en el juego político.

Marx distingue entre las frases y figuraciones de los partidos políticos y su organismo
efectivo y sus intereses efectivos, entre lo que imaginan ser y lo que en realidad son. La
lucha de clases es realmente la construcción de toda nuestra historia universal. No
somos una suma de individuos somos individuos agrupados en clases sociales y el
control del más fuerte genera la inquebrantable brecha de desigualdades. Bonaparte no
es un héroe que trata de mediar en el conflicto, Bonaparte jugó sus cartas para derrocar
a los burgueses y atrapó al proletariado para hacerse con el poder. Y el proletariado no
llegó a comprender lo que estaba pasando, no entendió su propio papel. Esto es una de
las grandes cuestiones que aun hoy nos seguimos preguntando, ¿por qué los grupos
sociales menos favorecidos por el sistema apoyan a quienes defienden una política que
les perjudica?. Esto es, la Conciencia de clase

Con la frase “La historia se repite dos veces, primero como tragedia, luego como
comedia", Marx parafrasea a Hegel, pero dándole un sentido muy distinto al del filósofo
idealista, Marx refiere con esta frase es que las revoluciones burguesas en sus momentos
de crisis buscan encontrar en el espíritu del pasado ciertas consignas que les sirvan para
justificar las acciones y la dirección del presente. Con esta reflexión hace un guiño la
antropología simbólica

Al igual que Marx, Weber también estudia el capitalismo. Marx consideraba que el
capitalismo se origina en el ámbito económico y que ésta a su vez produce una
determinada forma de pensar, de ver el mundo, una ideología “Sobre las diversas
formas de propiedad y sobre las condiciones sociales de existencia se levanta toda una
superestructura de sentimientos, ilusiones, modos de pensar y concepciones de vida
diversos y plasmados de un modo peculiar” (superestructura). Por el contrario,
Weber en su obra La Ética Protestante y el Espíritu del Capitalismo apunta justamente a
lo contrario: que es la forma de pensar la que impulsa un tipo de modelo económico.

Por último, decir que su forma de escribir es profundamente literaria, es una obra
cargada de metáforas, ironía y mordacidad. Su análisis o filosofía es crítica, Marx no
esconde sus filias, fobias e intereses, los manifiesta explícitamente y nos invita a la
acción.

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