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¿Dónde se da pena de muerte?

Argelia, Birmania, Brunéi, Camerún, Corea del Sur, Eritrea, Gambia, Ghana, Granada, Kenia, Laos,
Liberia, Malaui, Maldivas, Mali, Marruecos, Mauritania, Níger, Papúa Nueva Guinea, República
Centroafricana, Rusia, Sierra Leona, Sri Lanka, Suazilandia, Tanzania, Tayikistán, Tonga, Túnez, Zambia.

“La pena de muerte es un castigo establecido, tras el dictamen de un juez, que consiste en quitarle la
vida a una persona que haya cometido un delito grave”.

Sabemos que, juntos, podemos acabar con la pena de muerte en cualquier parte.

Cada día, algún Estado ejecuta o condena a muerte a alguien como castigo por algún delito, y a veces
por actos que no deben estar castigados. En algunos países, puede imponerse esta pena por delitos
relacionados con las drogas, mientras que en otros se reserva para los actos de terrorismo y los
asesinatos.

Algunos países ejecutan a personas que tenían menos de 18 años en el momento de cometerse el
delito por el que han sido condenadas; otros aplican la pena capital a personas con discapacidades
psíquicas e intelectuales; y otros la aplican en el contexto de juicios sin las debidas garantías,
vulnerando claramente las normas y el derecho internacional. Así, la gente pasa años condenada a
muerte, sin saber cuándo le llegará el momento o si podrá volver a ver a su familia.

La pena de muerte es el exponente máximo de pena cruel, inhumana y degradante. Amnistía


Internacional se opone a la pena de muerte en todos los casos sin excepción, independientemente
de quién sea la persona acusada, de la naturaleza o las circunstancias del delito, de su culpabilidad o
inocencia y del método de ejecución.

Pena de muerte

Hasta el día de hoy existen 55 países alrededor del mundo que siguen utilizando la pena
capital como castigo para ciertos delitos.

“La pena de muerte es un castigo establecido, tras el dictamen de un juez, que


consiste en quitarle la vida a una persona que haya cometido un delito grave”.

Dicho castigo ha estado presente durante un periodo muy extenso de la historia. Su


origen se remonta a la Edad Antigua (desde el año 4000 a.C), en Israel, Babilonia,
Persia y Grecia. Cuestión que se fue masificando hacia occidente al pasar de los
años.

A pesar de que es una práctica que comenzó hace miles de años, esta sigue
presente actualmente en ciertos países alrededor del mundo. Sin duda, ésta ha
reducido su aplicabilidad, pero hasta el día de hoy existen 55 países alrededor del
mundo que siguen utilizando la pena capital como castigo para ciertos delitos.
Donde se puede destacar a Estados Unidos, India, Malasia, Emiratos Árabes
Unidos, Tailandia, Trinidad y Tobago, entre otros.

Algunos datos sobre la pena de muerte son:

– Ha habido un descenso en la aplicación de la pena capital al pasar los años.

– El 90% de los condenados a muerte son hombres.

– Es más caro ejecutar a un preso que encarcelarlo por vida.

– La mayoría de los condenados a muerte no son ejecutados.

Cabe señalar que, hoy en día existen distintos movimientos los cuales buscan abolir
la pena de muerte a nivel mundial. Como es el caso de la organización de derechos
humanos llamada Amnistía Internacional, quienes destacan “Cada día, algún Estado
ejecuta o condena a muerte a alguien como castigo por algún delito, y a veces por
actos que no deben estar castigados. En algunos países, puede imponerse esta
pena por delitos relacionados con las drogas, mientras que en otros se reserva para
los actos de terrorismo y los asesinatos.”

Con todo, aún existen países, sociedades y grupos de personas los cuales apoyan
la idea de que la pena de muerte es una buena herramienta para atacar la
delincuencia, razón por la cual esta se debiese seguir aplicando.

Lo anterior, ha generado distintos debates acerca de la aplicabilidad de la pena de


muerte.

Algunos argumentos de quienes están a favor de esta son:

– La pena de muerte como derecho de legítima defensa que la víctima no pudo


ejercer.

– Justificación de la pena capital en la «ley de talión» (vida por vida, ojo por ojo,
diente por diente…)
– Dotar la pena con características disuasorias e intimidatorias para evitar futuros
crímenes. Al ser el humano racional hará un balance entre las ventajas y
desventajas de cometer un crimen.

Algunos argumentos de quienes están en contra son:

– En relación con la legítima defensa o la venganza de la víctima, se le suponen


unas intenciones que no pueden ser demostradas.

– Irreversibilidad de la pena de muerte, cuestión grave ante un error judicial.

– Respecto de la utilidad social, no se ha podido demostrar que la pena cumpla una


función preventiva general.

Hace algunos días la atención estuvo puesta en la sentencia de Edgar Tamayo,


último caso de aplicación de la pena de muerte a un mexicano en Estados Unidos.
Lo cual inevitablemente nos hizo cuestionarnos sobre la situación de este tipo de
sentencia en nuestro país. La pena de muerte se abolió de la Constitución federal
mexicana de forma definitiva apenas el 9 de diciembre del 2005. Pero el tema no ha
quedado ahí y ésta medida sigue teniendo partidarios. En el 2008 el Partido Verde
Ecologista presentó una iniciativa para legalizar la pena de muerte aplicable a
secuestradores que asesinarán a sus víctimas, y también a los policías y ministerios
públicos que hubieran participado en el delito. Y de nuevo en 2012, el gobernador
del Estado de Chihuahua propuso algo similar, considerando "la emergencia que
vive la nación en materia de seguridad".

Daniel Lewis Lee

Conocido como integrante de la organización de supremacistas


blancos el Ejército Republicano Ario (ARA por sus siglas en inglés),
fue condenado en 1999 a la pena capital por el tribunal de Arkansas
por un triple asesinato a mimebros de una familia: un traficante de
armas, su esposa y su hija de 8 años, según el Centro de Información
sobre la penas de muerte (DPIC por sus siglas en inglés).

Lee —alias 'el Cíclope'— se adentró en la vivienda de los Mueller,


ubicada en el estado de Tilly, en enero de 1996, acompañado de los
hermanos Chevie Kehoe (sentenciado a cadena perpetua sin
posibilidad de libertad condicional) y Cheyne, y de Faron Lovelace.
Los cuerpos de William, Nancy y Sarah fueron arrojados al lago Illinois
Bayou; las autoridades no los encontraron hasta junio. Su ejecución
está prevista para el día 9 de diciembre de 2019.

Lezmond Mitchell

El preso es el único nativo americano condenado a muerte en 2003


por el robo de un coche y el asesinato a puñaladas de una mujer de 63
años y de su nieta, de 9 años, en Navajo (reserva india al noroeste de
Arizona, en 2001). El preso, junto con otros cómplices, secuestraron a
Alyce Slim y su nieba y las trasladaron en una camioneta robada. Tras
apuñalar a la anciana hasta en 33 ocasiones, obligaron a su nieta a
compartir el asiento de atrás del vehículo con el cuerpo de su abuela.
Después, dieron muerte a la menor con dos cortes en el cuello y
pedradas en la cabeza. La defensa de Mitchell alegó que el caso era
extremadamente difícil debido a la "brutalidad inusual" con la que
cometió los hechos. En el juicio, los expertos determinaron que el
procesado sufría un trastorno de personalidad. Su ejecución está
prevista para el día11 de diciembre de 2019.

Wesley Ira Purkey

El estado de Kansas lo acusó de un delito de secuestro, violación


continuada y asesinato de una adolescente de 16 años —cuyo cuerpo
desmembró y quemó después de muerta— en 1998. Unos meses
antes, Purkey asesinó a una mujer de 80 años enferma de polio con
un martillo. Su ejecución está prevista para el día 13 de diciembrede
2019.
Alfred Bourgeois

Fue sentenciado a muerte en 2004 por el asesinato y tortura de su hija


de 2 años en una base militar. Aunque hizo creer que fue un
accidente, los resultados de la autopsia revelaron que las más de 300
lesiones en el cuerpo de la menor no correspondían con los de la
caída que el condenado describió. El informe también determinó que
la menor había sido víctima de abusos sexuales.

Dustin Lee Honken

En 2004 fue condenado a pena de muerte por el asesinato de dos


niñas (de 6 y 10 años) y otras tres personas —dos narcotraficantes y
la pareja de uno de ellos— en 1993 por un asunto de drogas. Aunque
el estado de Iowa no reconocía la pena capital, fue acusado por
delitos federales. Honken cometió los crímenes en colaboración con
su pareja, una de las dos únicas mujeres sentenciadas a muerte. Su
ejecución está prevista para el 15 de enero.

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