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Si las constancias del expediente eran idóneas para establecer los hechos y probar
si la disminución operada en el monto del haber jubilatorio resultaba confiscatoria,
la exigencia de los mayores argumentos en el escrito de apelación presenta un ex-
cesivo rigor formal incompatible con el derecho de defensa (1).
'MERCEDES AQUINO
TRIBUNALES .MILlTARES.
TRIBUNALES MILITARES. ;
lNDULTO.
INDULTO.
FALLO DEEACORTESDRREMA
Considerando:
3°) Que no obstante ello, la vista conferida por el tribunal a quo al re-
presentante del Ministerio Público, inmediatamente después de la presen-
tación del particular ofendido, generó el dictamen del señor fiscal de cáma-
ra en el que reclamó la declaración de inconstitucionalidad del decreto, por
lo que ese tribunal se encontró habilitado por expreso pedido de parte para
pronunciarse sobre el punto.
Ello es así por .cuanto aún reconociendo la falta de legitimidad del par-
ticular ofendido, la vista ordenada por la 'cámara no puede conside.arse un
acto procesal nulo, máxime cuando no ,aparece limi tada a una finalidad es-
pecífica, por lo que el dictamen delf.iscal resulta por su naturaleza Ji oon-
tenido un antecedente apto y sufici,ente p,a:ra provocar el pmnunci:amiento
del tribunaL
Considerando:
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para indúltar; tomada de Inglaterra por los Estados Unidos, fue imitada de
1a Constitución de esta República por la Constitución Argentina, sin más
que dos enmiendas que no afectan al fondo;laUna'confiriendo expresamen-
te al Congreso el poder de conceder amnistías generales, poder implícito
en los Estados Unidos según los tratadistas, y la otra requiriendo el trámi-
te previodel informe del tribunal correspondiente, Estas dos limitaciones
son }as únicas en que la Constitución Argentina difiere de la norteamericana
en este punto, pues la excepción de qu'e el indultó no procede en los casos
de acusación por la Cámara de Diputados es común a ambas constitucio-
nes. Con esta salvedad, es perfectamente aplicable a nuestro país lo que la
Suprema Corte de los Estados Unidos dijo en el caso Garland (4 Wallace
380), a saber: "El Poder así conferido es limitado con la excepción mencio-
nada. Se extiende a todo delito 'conocido d~ la ley y puede ser ejercido en
cualquier tiempo después de su comisión, sea antes de iniciarse procedi-
mientos legales o mientras se hallan pendientes o después de la convicción
y la seritencia ... Un iridulto alcanza a la vez al castigo señalado para el de-
lito ya la culpa del delincuente; o cuando el indulto es p~eno, exonera del
castigo y borra de la existenciala culpa, de modo que:a los ojos de la ley
el delincuente es tan inocente como si nunca hubiese cometido el delito. Si
es concedido antes de laconvlcción del roo,:impide la-apIicación de las pe-
nas e inhabilitaciones, consiguientes a bconvicción; y 'si es concedido des-
púés, remueve '!as penas e inhabilitaciones y restaura al reo en todos sus de-
rechos civiks: le hácedln hombre nuevo y le da.nuevo crédito y nueva ca-
pacidad". Esta natura.leza déJ indulto ha .sido reconocida por nuestro códi-
gode procedimientos en materia cfiminal, arts, 443 y 444, colocando la
excepción de indulto, como la ,de ,prescripción,entfe las que pueden opo-
ner-se.enforma de.arHcU'10.de previo y especial pronunciamiento y en cual-
quier,estadode-l sumario. Elmismo código art.453, dispone que en el caso
de.qu.e las excepciones:previas se,opusiesen después de concluído e'1suma-
rio se suspenderá la causa.principal". .
cido los hechos. Que la tesis sustentada por la minoría en el caso de José
Ibáñez (Fallos: t.6, p. 227), confirma la jurisprudencia anterior al aceptar
por sus fundamentos el fallo del juez federal doctor José M. Zuviría en un
caso igual, producido con motivo del movimiento revolucionario de 1868,
en Córdoba. Que tal tesis es la que concuerda mejor con la buena doctri-
na, preconizada por los tratadistas del derecho penal, ahora yen la época
que fue sancionada la Constitución Nacional, lo que revela que ella está en
el espíritu de la disposición del art. 86, inc. 6°.
tra Constitución dice respecto del Poder Ejecutivo: "Puede indultar o con-
mutar las penas por delitos sujetos a la jurisdicción federal previo informe
del tribunal correspondiente, excepto en los casos de acusación por la Cá-
mara de Diputados". El art. 2°, secc. I1, párr. 1 ° de la Constitución de los
Estados Unidos dice: "He shall have power to grant reprieves and pardons
for offenses against the United States, except in cases of impeachment".
"Reprieves", significa suspensión de la ejecución de una sentencia crimi-
nal; pero usualmente se toma también, aunque incorrectamente, como re-
misión permanente o conmutación de pena capital. (Véase Paschal's
annotated constitution, 3a. ed. , pág. 172; Burril's law, Dic. v. reprieve; The
century dictionary, ídem). "Offenses" es el término que emplean más fre-
cuentemente los autores de derecho penal en ios Estados Unidos para re-
ferirse a los delitos; véase entre muchos Clark, Manual of the law of crimes,
donde hace la clasificación de "offenses".
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16) Que en los Estados Unidos el artículo 11, sección 2a., confiere al
presidente" ... el poder de otorgar amnistías y perdonar por delitos cometi-
dos contra Estados Unidos, excepto en los casos de juicio político". Es decir
que, "el indulto puede preceder al juicio y en consecuencia prescindir de él.
Además los indultos pueden ser absolutos o condicionales y pueden anu-
lar toda la sentencia y conmutarla por una menor" (CORWIN, Edward "el
Poder Ejecutivo", editorial bibliográfica argentina, 1959, pág.I77). La pre-
rrogativa presidencial no afecta el principio de la división de poderes y
su prácti"ca histórica fue invocada por Marshall como proveedora para la
interpretación constitucional del instituto. En ese sentido, dijo que "este
poder había sido ejercido desde tiempo inmemorial por el ejecutivo de la
N ación, cuyo lenguaje es nuestro lenguaje, y a cuyas instituciones judicia-
les las nuestras se asemejan estrechamente, adoptamos sus principios en lo
que respecta a la aplicación y efectos de un indulto, y buscamos en sus li-
bros normas que prescriben la mesura con que debiese ser empleado por la
persona que se valiese de él". Incluso, corresponde señalar que en los Es-
tados Unidos la prerrogativa se ha extendido en casi todas sus dimensiones.
Cuando se cuestionó ante un tribunal de los Estados Unidos el indulto del
presidente Nixon por el presidente Ford y se reclamó una declaración de
nulidad sobre la base de que no podía concederse el indulto a quien no ha-
bía sido acusado ni condenado, el caso fue rechazado por considerar que
el titular del ejecutivo había obrado para "restablecer la tranquilidad de la
comunidad mediante una oportuna aplicación del indulto".
a los criterios restrictivos o amplios expuestos por este Alto Tribunal. Que
un análisis riguroso del instituto conduce a admitir la validez constitucio-
nal del pronunciamiento de fecha 16 de junio de 1922, en el caso Ibáñez,
firmado por los jueces Antonio Bermejo, José Figueroa Alcorta y Nicanor
González del Solar, teniendo en cuenta que el indulto a procesados tiene sus
límites y restricciones en la propia Constitución Nacional que condiciona
su ejercicio al previo informe de los tribunales competentes y sujetala va-
lidez constitucional de su ejercicio, en última instancia, ah decisión de esta
Corte. Por lo demás, el indulto antes de la condena requiere que el delito
haya sido cometido previamente y cuanto menos existir semiplena prueba
del mismo y elementos suficientes, a juicio del tribunal, para creer al im-
putado responsable del hecho, toda vez que no se indulta a inocentes.
CARLOS S. FAYT.
DISIDENCIA DEL SEÑOR PRESIDENTE [)()(TOR DON RICARDO LEVENE (H) Y DEL SEÑOR
MINISTRO DOCTOR DON AUGUSTO CÉSAR BELLUSCIO
Considerando:
2°) Que del recurso extraordinario interpuesto por los procesados se co-
rrió traslado al Fiscal de cámara Dr. Hugo O. Cañón, pero fue excluído dé
intervenir en ~acausa por resolución del Miriisterio de Educación y Justi-
cia 128/89 -dado que solicitó que se declare la inconstitucionalidad del
decreto 1002/89, en 'Contra de las instrucciones impartidas por el señor Pro-
curador General-,y sustituido por el representante del Ministerio Público
Dr: Norberto Quantín, quien por su parte dedujo la apelación federal con-
tra la resolución de la Cámara Federal de fs. 97 que rechazó la solicitud de
ser tenido por parte, el que fue concedido a fs. 131. Se agravió por haber-
se impedido -rnedianteel incumplimiento de las aludidas instruéciones- que
prevaleciera el criterio de la autoridad superior del Ministerio Público re-
ferente a la constituci~nalidad del decreto 1002/89 del Poder Ejecuti vo
NacionaL
4°) Que los agravios en que sustentan los procesados el recurso del art.
14 de la ley 48 se basan, principalmente, en la circunstancia de que la cá-
mara declaró la inconstitucionalidad del decreto del Poder Ejecutivo, de
oficio, sin la existencia de parte legitimada; la interpretación restrictiva del
art.86, inc. 6°de la Constitución Nacional y la afectación de otros aspec-
tos del decreto mencionado que continuarían vigentes.
7°) Que en el año 1868, en los autos "Luen'gO, Simón, y otros, por re-
belión" (Fallos:6:227), estableció el Tribunal que la Constitución en el art.
86, inc. 6°, autoÍ"iza al Presidente de la República, para indultar o conmu-
tar las penas por delitos sujetos a la jurisdicción federal, previo informe del
tribunal competerite, laque bien claro niuestra que el ejercicio de ese de-
recho debe seguir al juzgamiento, en el que se ha de calificar, primero el'
delito y se ha de designar al delincuente y la pena; pues de otro modo, no.
podría indultarse en el sentido de la Constitución y previo informe judicial,
o
a quien no es declarado cu'Ipable conmutarse penas que no son conqcidas
ni han sido pronunciadas por la única autoridad a que está reservada esta
función, qUedando así, po'r último, invertido el orden natural de las funcio,.
nes de los poderes públicos y burlados los propósitos de la Constitución.
Al mantener ella el clerecho de gracia en la forma que lo ha hecho, subor-
dinándola a una tramitación especial; en qUe el jUzgamiento preceda al in-
dulto, ha querido sin dlida, que éste evite o modifique elexcesivo rigor que
pUede acompañar a la' aplicación de la ley en ciertos casos y circunstancias,
de que no debe darse cuenta m; JUez; haquerid~ que todos y cada uno de
los poderes cumplan con su deber enla esfera que les está marcada; que la
moralidad se levante en alto; quela ley conserve siempre su prestigio, sien-
do ciegamente obedecida, y finalmente; que la cOnciencia que inspire el
perdón al dispensar la pena, valga tanto como el mismo castigo y nada de-
fraude á la justicia con que se aplica la ley en el proceso.
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cia consolidada hasta ese momento y determinó que para la procedencia del
ejercicio de la facultad de indultar, la Constitución requiere que .exista causa
contra el delincuente, pero no que dicha causa haya alcanzado necesaria-
mente hasta determinado límite del procedimiento, o sea, al de sentencia
ejecutoriada, por lo que no es violatorio de la misma el indulto de un pro-
cesado respecto del cual sólo existía sentencia condenatoria del Juez del
Crimen de la Capital, en apelación ante la respectiva cámara. Por su par-
te, la minoría, que votó en disidencia, manifestó que los constituyentes ar-
gentinos, al atribuir al Poder Ejecutivo la facultad de "indultar yconmutar
las penas por delitos sujetos a la jurisdicción federal, previo informe del
tribunal correspondiente", adoptaron sin duda la doctrina dominante en la
época en que actuaron, sobre la naturaleza, finalidad y extensión del dere-
cho de gracia. No dijeron indultar o perdonar delitos, lo que podría haber
dejado margen para sostener que la prerrogativa era ilimitada en cuanto a
la oportunidad de su ejercicio, dijeron indultar las penas, con lo que subra-
yaron su intención de que la gracia, cuando fuere acordada, debía seguir al
juzgamiento, ya que no hay pena sin sentencia firme que la imponga. Ade-
más expresó que el Poder Ejecutivo tiene el derecho de indultar penas, pero
no tiene el de impedir la imposición de ellas, ni el de suprimir la acción de
lajusticia, desde que no está investido de la potestad de borrar la infracción,
es decir, de quitar a los hechos delictuosos la calificación que les ha dado
la ley. En ejercicio de la facultad de indultar, su misión comienza cuando
hay una pena definitivamente impuesta que pueda ser materia de perdón;
esto es, cuando la justicia ha llenado su función de juzgar. Es sólo en ese
momento que el Poder Ejecutivo se asocia en cierto modo al Poder Judicial
para completar su obra en el sentido de la equidad. la intervención del Po-
der Ejecutivo antes de la sentencia resulta incompatible con la acción in-
dependiente ya la vez armónica de los poderes del Estado; y es muy difí- .
cil admitir que los mismos constituyentes que declaraban que: "En ningún
caso el Presidente de la Nación puede ejercer funci(:)fies judiciales,
arrogarse el conocimiento de las causas pendientes o restablecer las
fenecidas", hayan entendido acordarle el medio de suprimir las acciones
judiciales y de anular los procesos en tramitación, por medio de un indul-
to prematuro que importa un sobreseimiento.
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- 13) Que los constituyentes de los dos países han partido de principios
muy distintos, casi diríamos antagónicos, al establecer los respectivos po-
deres de perdonar y de indultar. Los de los Estados Unidos han reproduci-
do textualmente en su Constitución el poder de perdonar tal como lo tenían
los reyes de Inglaterra, con todos,sus atributos y todos sus efectos, como lo
hadicho reiteradamente la Suprema Corte de aque1!a Nacion.En la Cons-
titución americana no existe una facultad especial de otorgar amnistías que
haya sido conferida al Congreso federaL No existe sino el poder deperdo-
nar delitos con los caracteres tradicionales de su origen y que ha sido con-
fiado exclusivamente al Poder Ejecutivo: Ese poderinc!uye el de amnistía,
de tal manera queel perdón presidencial borra el delito y todas sus conse-
cuenciaslegales (voto de lús Sres. Ministros, Dres. Palacio y Méndez y
jurisprudencia allí citada, en Fallos: 136:259).
Por las razones expuestas, debe confirmarse la sentencia apelada por los
procesados, en ese punto.
DE JUSTICIA DE LA NACION 2443
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15) Que según reiterada doctrina, las sentencias de la Corte deben aten-
der a las circunstancias existentes al momento de la decisión (D.89.XXIII,
"Del Val, Ricardo Jaime - Gobernador de la Provincia de Santa Cruz- si
plantea confliCto de poderes", del3 de julio de 1990 y la jurisprudencia allí
citada). Con arreglo a ese criterio, la apelación federal deducida por el Fis-
cal de Cámara debe ser rechazada, pues, dado que el señor Procurador Ge-
neral contestó la vista que se le confirió y solicitó que se declare la consti-
tucionalidad del decreto 1002/89, no existe gravamen actual que habilite un
pronunciamiento de la Corte sobre la restante cuestión planteada en dicho
recurso.
AHORRO OBLIGATORIO.
Una vez que han transcurrido 90 días desde el vencimiento del término para depo-
sitar la cuota de .ah.orro obligatorio, cesa el curso d€; l.os intereses establecidos por
el arto 18 de 'la ley 23.256, y só.lo corresponde aplicaren el lapso posterior de de-
mor~ la sanción del art. 19, consistente en la pérdida del derecho al reintegro dcl
50' % del monto ahorrado; la ley no pa contemplado la,aplicación simultánea de
ambas sanciones.
La primera rcgla de interpretación.de las lcyes es. dar plen.o efecto a la intención del
legislador, propósito que no debe ser obviado con motivo <;lelas posibles imperfee-
.ci.ül~es técnicas de su instrumentación .legal.