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Tribunal: CORTE SUPREMA DE JUSTICIA DEL PARAGUAY, SALA CIVIL Y COMERCIAL

Partes: Werner Bentz, Hans c. Cartones Yaguareté S.A. s/ Indemnización de daños y perjuicios por
responsabilidad extracontractual (Ac. y Sent. Nº 105).
Publicado en: La Ley Online
Cita Online: PY/JUR/1081/2021
HECHOS
La parte demandada se agravia contra la sentencia que, revocando el pronunciamiento anterior, hizo
lugar a la demanda de indemnización de daños y perjuicios por responsabilidad extracontractual
derivada de una denuncia penal. La Corte Suprema de Justicia, Sala Civil y Comercial, resuelve hacer
lugar al recurso y revocar la resolución recurrida.
SUMARIOS
1 - Si bien se advierte la presencia de un vicio de inobservancia del principio de congruencia al conceder
el Tribunal algo distinto a lo peticionado por el accionante —en ocasión de conceder el daño moral
también concedió intereses desde el inicio de la demanda—, y se trata de un vicio que tornaría nula la
resolución en estudio, de conformidad con el art. 407 del CPC la nulidad no será pronunciada si el vicio
puede ser subsanado en sede de apelación a favor de quien ésta aprovecha.
2 - Para la procedencia de la pretensión indemnizatoria deberá existir una conducta antijurídica
imputable al agente de forma dolosa o culposa —salvo los supuestos de responsabilidad objetiva—, un
daño cierto y un nexo causal entre el hecho antijurídico y el daño, estando el derecho indemnizatorio
gobernado por la existencia del primer requisito —hecho antijurídico—, especialmente perfilado por el
art. 1834 inc. c) del CC, que dispone que los actos voluntarios tendrán el carácter de ilícitos siempre que
a sus agentes les sea imputable culpa o dolo, aunque se trate de una simple contravención.
3 - El mero hecho de denunciar o de querellar no es de por sí generador de responsabilidad civil, pues
esta acción constituye, en principio, el ejercicio de un derecho o de una facultad lícita reconocida en la
Ley, ya que toda persona tiene la facultad de pedir la tutela del Estado cuando considera, por motivos
valederos, que su derecho ha sido violentado por otra persona, e incluso existen casos, como los
atinentes a los funcionarios públicos, en que no sólo tienen esta facultad de denunciar, sino que tienen
obligación de hacerlo cuando un hecho que pudiera constituir delito se produjera en el ámbito de sus
funciones y cae en su conocimiento.
4 - La intencionalidad con la que se formula la denuncia es determinante, por lo que, si bien en principio
no constituye conducta antijurídica la denuncia ante la autoridad competente jurisdiccional,
administrativa o policial a fin de poner en conocimiento ciertos hechos contrarios a derecho que, de ser
ciertos, ameritan una sanción, la atribución falsa, hecha adrede, de un hecho delictual o criminal a una
persona cuando el obrar del denunciante pueda clasificarse como conducta temeraria, dolosa o culposa
torna esta conducta en antijurídica.
5 - De la denuncia realizada y de las constancias de autos no puede concluirse que se haya configurado
un hecho antijurídico, pues el dolo —conocimiento cierto de la falsedad del hecho que se atribuye a otro
o notorio y evidente desinterés en tomar los recaudos más mínimos con respecto a los hechos
denunciados— no se ha probado, y tampoco se ha probado la culpa del denunciante, pues de las
pruebas no surge que haya actuado con imprudencia o con negligencia, lo que configuraría temeridad o
actuación del denunciante contraria al razonable obrar ordinario, obviando las circunstancias que debía
haber considerado en su actuar, sino que las pruebas evidencian que el actuar de la demandada estuvo
de conformidad con las circunstancias, motivado por su deseo de salvaguardar el patrimonio de la
empresa, que, de conformidad con el informe de la auditoría contable, fue perjudicado durante la
gestión del denunciado en su carácter de Director Titular, por lo que no puede decirse que se haya
actuado con imprudencia, impericia, temeridad o malicia, excluyéndose así la imputabilidad y la
antijuridicidad del hecho, pues la denunciante tenía elementos mínimos de juicio que le permitieron
proponer la denuncia de un modo razonable y con respaldo objetivo.
6 - Que la denuncia penal sea declarada falsa o temeraria en sede penal no es un requisito de
fundabilidad de la pretensión indemnizatoria, sino que debe el juez civil proceder a un estudio acabado
de la forma en que se formuló la denuncia a fin de constatar si ésta fue dolosa o culposa, como ocurriría
con cualquier otro ilícito civil extracontractual, y si bien el art. 288 del CPP dispone que las costas serán
impuestas al denunciante cuando el juez califique la denuncia como falsa o temeraria, con esto establece
una potestad de realizar dicha calificación, pudiendo el juez ejercerla o no, y no es una obligación, por lo
que la falta de pronunciamiento no puede ser entendida como calificación tácita ni puede atribuírsele
significado alguno.

TEXTO COMPLETO:
On
Asunción, diciembre 29 de 2021

1ª) ¿Es nula la sentencia en alzada?

2ª) En su caso ¿se halla ajustada a derecho?

1ª cuestión: El Dr. Martínez Simón dijo: En ocasión de expresar agravios, el recurrente desistió
expresamente del recurso de nulidad, y se limitó a solicitar la revocación de la resolución impugnada,

No obstante, del estudio realizado de oficio, se advierte la presencia de un vicio con potencial
nulidificante. Se trata de la inobservancia al principio de congruencia, expresamente consagrado en
nuestro ordenamiento positivo (art. 15 incs. “b” y “d” del CPC) en la que incurrió el tribunal en ocasión
de conceder algo distinto a lo peticionado por el accionante (extra petición), pues este órgano, en
ocasión de conceder la suma de Gs. 250.000.000 en concepto de daño moral, también concedió
intereses desde el inicio de la demanda. Es este último rubro el que fue concedido en violación al citado
principio, pues el actor únicamente solicitó la suma de Gs. 4.000.000.000 en concepto de daño moral.

Indudablemente este es un vicio que tornaría nula a la resolución en estudio, sin embargo, de
conformidad a lo dispuesto en el art. 407 del CPC, esta no será pronunciada si el vicio puede ser
subsanado en sede de apelación a favor de quien aprovecha la nulidad. Es por ello que se debe diferir el
pronunciamiento de nulidad a las resultas del análisis en sede de apelación.

El Dr. Fretes manifestó: Adherirse al voto del Ministro preopinante, por compartir sus fundamentos.
La Dra. Llanes manifestó: Adherirse al voto del Ministro preopinante, por compartir sus fundamentos.

2ª cuestión: El Dr. Martínez Simón, dijo: Por SD Nº 718 del 19 de diciembre de 2016 (fs. 208/213), el
Juzgado de Primera Instancia en lo Civil y Comercial del sexto turno de la Capital resolvió: “Rechazar, con
costas, la demanda de indemnización por daño moral, promovida por el Sr. H. W. B. contra la firma
Cartones Yaguareté S.A. Notificar...”. Recurrida la mencionada resolución por la parte actora, el Tribunal
de Apelación en lo Civil y Comercial, segunda sala de la Capital, en virtud del Ac. y Sent. Nº 104 del 29 de
noviembre de 2018 (fs. 258/260), resolvió: “Declarar desierto el recurso de nulidad. Revocar, la SD Nº
718 de fecha 19 de diciembre de 2016 y, en consecuencia; hacer lugar la demanda, condenando a la
demandada a abonar al actor la suma de doscientos cincuenta millones de Guaranies (Gs. 250.000.000),
más intereses desde el inicio de la demanda, en el plazo de 15 días de quedar firme la presente. Costas,
imponerlas a la parte perdidosa demandada, en ambas instancias. Anotar...”.

En ocasión de fundar este recurso, la apelante expresó que el Tribunal se equivocó al encuadrar su
conducta en las disposiciones contenidas en los arts. 1833, 1834 y 1835 del CC, pues las mismas no se
aplican al caso. Expresó que, de las constancias de autos, no puede concluirse que se haya configurado
un hecho antijurídico, puesto que la denuncia penal se encuentra prevista en la ley como el ejercicio de
un legítimo derecho, y que Cartones Yaguareté formuló la denuncia contra H. W. B., en cumplimiento a lo
dispuesto en los arts. 284 y 286 del CPP, en razón de la sospecha de comisión de los hechos punibles de
lesión de confianza y estafa, a raíz de ciertas irregularidades que ocurrieron cuando este se
desempeñaba como Gerente, y luego como Director de la persona jurídica, las que fueron puestas en
evidencia al realizarse una auditoría contable en la entonces denunciante.

Agrega la recurrente que como el Juzgado Penal de Garantías resolvió admitir el requerimiento fiscal por
el que se solicitó la desestimación de la denuncia, y ello fue luego confirmado por el Tribunal de
Apelación, la parte actora considera que la denunciante debe responder por los daños y perjuicios que
supuestamente sufrió a consecuencia de la denuncia penal, la que califica de antijurídica. Sin embargo, la
norma prevé que el denunciante no incurre en responsabilidad alguna, salvo que la denuncia haya sido
declarada como falsa o temeraria, calificación que no fue dada en sede penal, por lo que la denunciante
no incurrió en responsabilidad alguna. Además, expresa que la denuncia penal no fue realizada con dolo
ni culpa, y que ello se demuestra con las instrumentales acompañadas por Cartones Yaguareté S.A. al
formular la denuncia, a saber, el informe de auditoría realizado, en el cuál se evidenciaron las
irregularidades antedichas. Siendo así, no existen factores de imputabilidad que puedan atribuirse a la
denunciante, pues la defensa del patrimonio de la empresa no puede considerarse corno un factor para
imputar responsabilidad civil a su conducta.

Por último, expresó que el Tribunal echó mano a un dictamen pericial realizado por una profesional que
solo tuvo cuatro sesiones con el actor, y a declaraciones testificales para justificar la responsabilidad del
demandado, y que dichas pruebas son insuficientes para acreditar que los cambios de personalidad y el
deterioro de salud del actor, se deban a la conducta de la demandada, sumado a que en dicha época
había fallecido su esposa, lo que también pudo haberle causado los efectos descriptos.

Del escrito de fundamentación del recurso de la demandada, se corrió traslado a la actora, quien no lo
contestó, por lo que se dio por decaído su derecho a hacerlo (AI N° 50 del 8 de febrero de 2021).

Vistas las manifestaciones vertidas por el recurrente en su expresión de agravios, habiendo realizado un
análisis de los requisitos extrínsecos e intrínsecos de admisibilidad de este recurso y habiendo sido éstos
superados, esta Sala Civil y Comercial se encuentra en condiciones de pronunciarse sobre el mérito de la
pretensión recursiva o, lo que es lo mismo, sobre si esta es o no fundada. Lo será cuando la pretensión
procesal, en razón de su contenido, resulte apropiada para obtener una decisión favorable a quien la ha
interpuesto.

Se discute aquí la procedencia de una acción de indemnización de daños y perjuicios. El rubro


indemnizatorio que reclama el accionante específicamente es el de daño moral, el que sostiene
encuentra su origen en la denuncia penal realizada por Cartones Yaguareté S.A., con evidente dolo,
temeridad y mala fe, basada –según el accionante– en hechos falsos, lo que consta en el AI N° 228 del 22
de marzo de 2011, el Juzgado Penal de Garantías N° 3, por el que se desestimó la denuncia, y en el AI N°
143 del 6 de julio de 2011, dictado por el Tribunal de Apelación en lo Penal, segunda sala, que confirmó
la desestimación de la denuncia.

El hecho aludido por el accionante como dañoso, a saber, la denuncia penal realizada en su contra, no
fue discutido por la accionada, muy al contrario, fue reconocido. Tampoco fue discutida la circunstancia
de haberse resuelto la desestimación de la denuncia penal ni su posterior confirmación por parte del
órgano de alzada.

Puede verse entonces, que la controversia se plantea únicamente en relación a la discordancia de las
partes acerca de la obligación de la accionada de responder por los daños y perjuicios que el accionante
dice haber sufrido a consecuencia de un hecho que atribuye a aquella y que califica de antijurídico.

Antes de acometer al estudio de la cuestión planteada, cabe recordar brevemente los supuestos de
procedencia de la demanda de indemnización por responsabilidad extracontractual. Así, para la
procedencia de la pretensión indemnizatoria en estos supuestos, deberá existir una conducta antijurídica
que sea imputable al agente del mismo, ya sea de forma dolosa o culposa –salvo los supuestos de
responsabilidad objetiva–, un daño cierto y un nexo causal entre el hecho antijurídico y el daño.

El derecho indemnizatorio está gobernado por la existencia del primer requisito, el cual es la ocurrencia
de un hecho antijurídico. Este requisito se ve especialmente perfilado por el art. 1834 inc. c) del CC, el
cual dispone que los actos voluntarios tendrán el carácter de ilícitos siempre que a sus agentes les sea
imputable culpa o dolo, aunque se tratare de una simple contravención. Así, las acciones de
indemnizaciones por daños derivados de denuncias realizadas ante la autoridad competente, para ser
procedentes, deben necesariamente tener como origen un hecho antijurídico.

En este orden de ideas, debemos mencionar que el mero hecho de denunciar o incluso querellar no es
de por sí generador de responsabilidad civil. Ello es obvio, puesto que esta acción constituye –en
principio– el ejercicio de un derecho o facultad lícita, reconocida en la Ley. En efecto, toda persona tiene
la facultad de pedir tutela del Estado cuando considera –por motivos valederos– que su derecho ha sido
violentado por otra persona. Es más, existen ciertos casos, como los atinentes a los funcionarios públicos
que no solo tienen esta facultad de denunciar, sino que tienen obligación de hacerlo cuando un hecho
que pudiera constituir delito se produjera en el ámbito de sus funciones y cae en su conocimiento.

En este sentido, la formulación de una denuncia penal consiste en poner a conocimiento de la autoridad
competente (Ministerio Público o Policía Nacional), la comisión o sospecha de comisión de un hecho
punible de acción pública o privada (art. 284 del CPP). Este acto se encuentra permitido por la ley,
constituyendo en ciertas ocasiones una obligación (art. 286 del CPP), a fin de que el sujeto sea
debidamente perseguido y castigado en el caso de que se constate efectivamente la perpetración del
hecho punible.

El hecho de denunciar ante el Ministerio Público un presunto hecho punible hace que quien proceda a
tal manera deba de actuar de con la diligencia debida. Cabría entonces preguntarse ¿cuál es la manera
debida en la que debe comportarse una persona al momento de formular una denuncia penal?

Esta pregunta es importante no solo para intentar esbozar una norma general y abstracta de conducta
sobre el particular, sino para aplicar al presente caso concreto dicha diagramación general sobre una
conducta idónea al momento de formular una denuncia y así saber si el proceder de la accionada fue
correcto o no, de conformidad a la manera en que la misma debió actuar.

Al respecto, la cuestión planteada en autos nos remite, en primer lugar, a la consideración del art. 1833
del CC (1), en razón que la formulación de una denuncia penal que genere luego un reclamo
indemnizatorio contra el denunciante nos conduce a encuadrar dicha conducta en el ámbito de la
eventual responsabilidad civil extracontractual.

Esta cuestión del encuadre normativo no es menor pues, como sabemos, nuestro Código Civil sigue el
sistema conocido como dualismo debil por el cual, en el mismo cuerpo legal aparecen reguladas las
responsabilidades contractuales y extracontractuales en dos partes distintas: la contractual a partir del
art. 17, y la extracontractual a partir del art. 1833, unidas ellas por algunos elementos comunes, como el
concepto de culpa –previsto en el art. 421– (2) que es compartido por ambos regímenes, disposición
expresa de la ley. (3)

Dicho esto, y encuadrada la cuestión en el ámbito extracontractual, cabe relevar entonces también que
el ámbito de actuación del sujeto demandado, supuesto dañador, es eminentemente subjetivo, es decir,
debe procederse al estudio de su conducta –tal como se anticipó más arriba– para decidir si ella fue o no
fue producto de un obrar idóneo, prudente y de acuerdo a la naturaleza de lo obligación y a las
circunstancias de persona, tiempo y lugar, como señala el art. 421 de nuestro CC, o simplemente si se
evidencia algún obrar doloso en la formulación de la denuncia en cuestión. Si se constata que la
actuación del demandado fue idóneo o acorde a la naturaleza de la obligación y a las circunstancias de
persona, tiempo y lugar, la demanda será inviable; pero, si por el contrario fue culposa o derechamente
dolosa, habrá responsabilidad civil del denunciante.
Vemos pues que la intencionalidad del agente, con la que se formula la denuncia, es aquí determinante
por lo que, ejercida la facultad ilícita de denunciar, queda pendiente de constatar si lo hizo dentro del
marco razonable –actuando con la debida diligencia– y con la buena fe que se espera del que ejerza una
facultad como esta, o si lo hizo extralimitándose, realizando lo que se conoce como ejercicio abusivo del
derecho, el cual está contemplado en el art. 372 del CC. (4)

Así, se observa la dicotomía de este derecho, puesto que, si bien en principio constituye una actividad
lícita, esta puede volverse antijurídica cuando el titular lo utiliza más allá de su finalidad, perjudicando a
terceros.

En otras palabras, en principio, no constituye una conducta antijurídica, la denuncia realizada ante la
autoridad competente –jurisdiccional, administrativa o policial– a fin de poner en conocimiento ciertos
hechos contrarios a derecho que, de ser ciertos, ameriten una sanción; sin embargo, la atribución falsa,
hecha adrede, de un hecho delictual o criminal a una persona, cuando el obrar del denunciante pueda
clasificarse como una conducta temeraria, dolosa o culposa, torna esta conducta en antijurídica.

En virtud de lo anterior, hemos de empezar por el estudio de la intencionalidad del denunciante, puesto
que sólo de este análisis, podremos concluir si es que la denuncia configuró o no un acto ilícito civil.
Lógicamente, para ello es necesario remitirse a los antecedentes de la causa penal.

Pues bien, por cuerda obran las constancias de la denuncia penal y del proceso llevado hasta su
desestimación. De las mismas se advierte que estas fueron realizadas de conformidad a lo dispuesto en
el art. 284 del CPP. (5)

La persona jurídica demandada, mediante sus representantes J. B. G., B. L. B. y L. H., motivó su denuncia
en la sospecha de comisión de los hechos punibles de estafa (art. 187 del CP) y lesión de confianza (art.
192 del CP) por parte del accionante, relatando los hechos que la llevaron a dicha suposición, los que –a
modo de una mejor comprensión– se expondrán a continuación.

El Sr. H. W. B. se desempeñaba como Gerente, y luego como uno de los Directores Titulares de Cartones
Yaguareté S.A., gozando en dicho carácter, de numerosas facultades en orden a los requerimientos que
hacen al giro comercial y al objeto social de la misma. Siendo así, en setiembre de 2008, el Sr. H. W. B.
constituyo una sociedad de responsabilidad limitada denominada Cartonpar S.R.L., con domicilio en
Buenos Aires, Argentina, que se dedica al mismo rubro que al de la hoy accionada, razón por la que fue
desvinculado de Cartones Yaguareté S.A.

A raíz de esta situación, la accionada contrató los servicios de la firma “Estudio de Auditoría y
Consultoría Gestión Empresarial Auditares Externos”, a fin de efectuar una revisión de los Estados
Contables y documentación manejada en ese entonces, por el hoy accionante. Los resultados de dicha
auditoria reflejaron la existencia de ciertas irregularidades en la gestión del Sr. H. W. B., revelando que
durante el periodo comprendido entre el 1 de enero de 2006 y el 31 de agosto de 2009, el mismo,
actuando en representación de la accionada, negoció la exportación de mercaderías a Cartonpar S.R.L.,
por un valor de US$ 275.030,23 supuestamente realizada al contado, pero aún no cobrados por Cartones
Yaguareté S.A., mercaderías que además fueron exportadas a un valor inferior al ofertado en el mercado,
constituyendo un perjuicio patrimonial de US$ 446.000.

Ante estas circunstancias, los representantes de Cartones Yaguareté S.A., formularon la aludida denuncia
penal contra H. W. B. En dicho proceso, por AI N° 228 del 22 de marzo de 2011, el Juzgada Penal de
Garantías N° 3 resolvió admitir el requerimiento fiscal por el que se solicitó la desestimación de la
denuncia, resolución que fue recurrida por los representantes de Cartones Yaguareté S.A. Así las cosas,
el Tribunal de Apelación en lo Penal, segunda sala, por AI N° 143 del 6 de julio de 2011, luego de declarar
admisible el recurso interpuesto, resolvió confirmar el AI N° 228; es en razón a ello que el hoy accionante
sostiene que la denuncia fue temeraria, dolosa y con mala fe.

Del análisis de la denuncia realizada y de las constancias de autos no puede concluirse de manera alguna
que se haya configurado un hecho antijurídico. En lo que se refiere al dolo, el mismo se encuentra en el
conocimiento cierto de la falsedad del hecho que se atribuye a otro, o en el notorio y evidente
desinterés demostrado por tomar los recaudos más mínimos con respecto a los hechos denunciados,
circunstancia que no se ha probado en autos. Asimismo, tampoco se ha probado la culpa de la
denunciante, puesto que de las probanzas de autos no surge que haya actuado con imprudencia ni
negligencia, lo que configuraría la temeridad, es decir, la actuación de la denunciante contrariamente al
razonable obrar ordinario, obviando las circunstancias que debía haber considerado en su actuar.

Como se expresó, en el caso de autos no puede decirse que la denunciante haya atribuido
deliberadamente un hecho falso al denunciado (hoy accionante), tampoco puede decirse que haya
actuado con negligencia o imprudencia formulando una denuncia temeraria, puesto que su conducta no
fue contraria al razonable obrar ordinario que cualquier otra persona que gerencia una empresa, puesta
en las mismas circunstancias, hubiese realizado, y es más, las pruebas aportadas por el mismo
accionante evidencian que el actuar de la demandada estuvo de conformidad a las circunstancias
sucedidas en ese momento, motivadas ante su deseo de salvaguardar el patrimonio de Cartones
Yaguareté S.A., el que, de conformidad al informe arrojado por la auditoría contable realizada, fue
perjudicado durante la permanencia en la gestión del Sr. H. W. B., en su carácter de Director Titular, por
lo que, repito, no puede decirse que se haya actuado con imprudencia, impericia, temeridad ni malicia,
excluyéndose así la imputabilidad, y por tanto, la antijuridicidad del hecho. En otros términos, la
denunciante tenía elementos mínimos de juicio que le permitieron proponer la denuncia de un modo
razonable, y con respaldo objetivo, lo que puede observarse con las constancias de las causas penales
agregadas a estos autos.

Por último, considero prudente realizar una breve aclaración en relación a la tesis del accionado,
expuesta en el proceso, acerca de la necesidad de que previamente en el fuero penal se califique a la
denuncia de temeraria o falsa.
Al respecto, debe recordarse que no es un requisito de fundabilidad de esta pretensión indemnizatoria
que la denuncia penal sea declarada falsa o temeraria en sede penal. Si debe el juez civil proceder a un
estudio acabado de la forma en que se formuló la denuncia a fin de constatar si ella fue dolosa o
culposa, como ocurriría con cualquier otro ilícito civil extracontractual. (6)

Pues bien, el art. 288 del CPP dispone que las costas serán impuestas al denunciante cuando el juez
califique a la denuncia como falsa o temeraria, es decir, establece una potestad concedida al juez de
realizar dicha calificación, pudiendo él ejercerla o no, y no una obligación, por lo que la falta de
pronunciamiento no puede ser entendida como una calificación tácita, ni puede atribuírsele significado
alguno.

A raíz de todo lo expuesto, repito, se concluye que el hecho atribuido a Cartones Yaguareté S.A. no
constituye un hecho antijurídico, ni fue realizado con dolo ni culpa de sus representantes, por lo que no
existen factores de imputabilidad en ella.

Habiéndose descartado estos presupuestos que hacen a la indemnización de daños y perjuicios por
responsabilidad extracontractual, la misma resulta infructuosa; por lo que corresponde hacer lugar al
recurso de apelación y revocar in totum la sentencia impugnada, imponiéndose las costas al accionante
(arts. 205 y 203 inc., “b” del CPC).

Ahora bien, en sede de nulidad se habla dicho que se difería a las resultas del pronunciamiento en esta
sede, el referente al vicio de incongruencia extrapetita. Terminado el análisis de la procedencia del
recurso de apelación, corresponde retomar el análisis de la nulidad. Aquí se debe decir que el vicio
mencionado fue subsanado con la revocación de la recurrida. En consecuencia, desestimar el recurso de
nulidad.

El Dr. Fretes manifestó: Adherirse al voto del Ministro preopinante, por compartir sus fundamentos.

La Dra. Llanes manifestó: Adherirse al voto del Ministro preopinante, por compartir sus fundamentos.

Por los méritos del Acuerdo que antecede, la Excelentísima; Corte Suprema de Justicia, Sala Civil y
Comercial. Resuelve: Desestimar el recurso de nulidad. Hacer lugar al recurso de apelación interpuesto
por Cartones Yaguareté S.A., y en consecuencia, revocar íntegramente Ac. y Sent. N° 104 del 29 de
noviembre de 2018, dictada por el Tribunal de Apelación en lo Civil y Comercial, segunda sala. Imponer
las costas de esta instancia al accionante. Anotar, registrar y notificar.- Alberto Joaquín Martínez Simón.-
Antonio Fretes.- Carolina Llanes.- Sec.: Pierina Ozuna.-

Citas
(1) art. 1833 del CC: “El que comete una acto ilicito queda obligado a resarcir el daño. Si no mediare
culpa, se debe igualmente indemnización en los casos previstos por la Ley, directa o indirectamente”.
(2) art. 421 del CC: “El deudor responderá por los daños y perjuicios que su dolo o su culpa irrogare al
acreedor en el cumplimiento de la obligacion. Habra culpa cuando se omitiere aquellas diligencias
exigidas por la naturaleza de la obligación y que correspondan a las circunstancias de las personas,
tiempo y lugar. La responsabilidad por dolo no podrá ser dispensada de antemano”.
(3) art. 1855 del CC: “Para apreciar la culpa o el dolo del responsable del daño, así como para la
liquidación de éste, se aplicarán, en cuanto sean pertinentes, las normas de este Código sobre
incumplimiento de las obligaciones provenientes de los actos juridicos”.
(4) art. 372 del CC “Los derechos deben ser ejercidos de buena fe. El ejercicio abusivo de los derechos no
está amparado por la ley y compromete la responsabilidad del agente por el perjuicio que cause, sea
cuando lo ejerza con intención de dañar aunque sea sin ventaja propia, o cuando contradiga los fines
que la ley tuvo en mira al reconocerlos…”.
(5) art. 284 del CPP: “Denuncia. Toda persona que tenga conocimiento de un hecho punible de acción
pública, podrá denunciarlo ante el Ministerio Público o Policía Nacional. Cuando la acción penal dependa
de instancia privada solo podrá denunciar quien tenga derecho a instar de acuerdo con las disposiciones
del CP”.
(6) Postura también sostenida por esta máxima instancia judicial en el Ac. y Sent. N° 15 del 10 de marzo
de 2020: “…aun cuando el juez penal no proceda a calificar la denuncia o la querella en la sentencia, ora
por no haberse solicitado dicha calificación, ora por haberla omitido, no existe obstáculo alguno que
impida al juez civil examinar el factor subjetivo de atribución de responsabilidad en la conducta del
denunciante o querellante, pues –en tales casos– no existiría posibilidad de resoluciones contradictorias
en ambos fueros que constituye la ratio de la norma y que es lo que en última instancia se pretende
evitar…”.
INFORMACIÓN RELACIONADA
VOCES
ACCION ANTIJURIDICA ~ AUDITORIA ~ CALIFICACION DE LA CONDUCTA ~ CALIFICACION DEL HECHO ~
COMPETENCIA ~ CONDUCTA PUNIBLE ~ CONDUCTA TEMERARIA O MALICIOSA ~ CONTABILIDAD ~
COSTAS ~ CULPA ~ DAÑO MORAL ~ DAÑOS Y PERJUICIOS ~ DELITO ~ DENUNCIA ~ DOLO ~ EMPLEADO
PUBLICO ~ ESTADO ~ FACULTADES DE LOS JUECES ~ FUNCIONARIO PUBLICO ~ IMPRUDENCIA ~
INDEMNIZACION ~ INTERESES ~ INTERPRETACION ~ JUEZ ~ NEGLIGENCIA ~ NULIDAD ~ OBLIGACIONES
DEL JUEZ ~ PENA ~ PRINCIPIO DE CONGRUENCIA ~ PRUEBA ~ PRUEBA INSUFICIENTE ~ RECURSO DE
APELACION ~ RELACION DE CAUSALIDAD ~ RESPONSABILIDAD ~ RESPONSABILIDAD CIVIL ~
RESPONSABILIDAD OBJETIVA ~ SANCION ~ VICIO DE LA SENTENCIA ~
CITAS LEGALES
Código Civil: 372, 421, 1833, 1834, 1835. Código Procesal Civil: 15 incs. b) y d), 203 inc. b), 205,
407. Código Penal: 187, 192. Código Procesal Penal: 284, 286, 288.

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