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Traducción de B E A T R I Z H O R R A C JULIA KRISTEVA

con la colaboración de
MARTÍN DUPAUS

El porvenir
de la revuelta

FONDO D E CULTURA ECONÓÍMICA

M É X I C O - A R G E N T I N A - BRASIL - C H I L E - COLOMBIA - ESPAÑA


ESTADOS UNIDOS DE AMÉRICA - PERÚ - V E N E Z U E L A
Primera edición en francés, 1998 Ahora bien, lo esencial de la tarea del
Primera edición en español, 1999 revolucionario no consiste en llevar a
cabo el retorno como tal, sino en sa-
car a luz lo que en él hay de decisivo
y específico.

HEIDEGCER, Nietzsché (1961).

L'avenir d'une révolte


© 1998, Calmann-Lévy / r>í vi ; • :J ^^
I S B N de la edición original: 2-7021-2845-9

D . R. © F o n d o de Cultura Económica de Argentina, S. A .


El Salvador 5665; 1414 Buenos Aires.
Av. Picacho Ajusco 227; 14200 México D . F.

I S B N : 950-557-333-2

Impreso en la Argentina
Hecho el depósito que marca la ley 11.723
PREFACIO

Para celebrar los acontecimientos del Mayo Francés, algu-


nos escriben una novela, otros denuncian la impostura, yo
escucho a los pacientes que, entre palabras gastadas, abren
un camino dé eterno retorno. Los apasionados han retoma-
do el camino de la revuelta íntima, el mismo que encaran
los realistas que ansian lo imposible.
La poesía siempje_supoLesgrijnLr su firme decisión de volun-
tad librej/__volver a la memoria de las palabras parajhallar
en ellas el_ tiempo sensible. E n esta época ^ue^ presentimos
dé~3écaHencia o, por lo menos, de conflicto-, el cuestiona-
nííéntoconstituye el ijnicojpeñsamlen posible, indicio d e
una vida simplemente viva.
TZalñtímidádlío^es la nueva prisión. Su necesidad de víncu-
los podría, un día, sentar las bases de otra política. Hoy la
vida psíquica sabe que su salvación reside en Jjnndarse^ eT
tiem£o"yTr~éspi¡Ho"Tiecé^ las revueltas: romper,
rememorar, reBacer. De Ta plegaria al diálogo, pasando por
el arte y el análisis, el hecho cFave es jjempre la liberación
infinitesimal: un permanente volver a~empezañ Sin él, la
grobalización apeñas^erAílTa^para calcular las tasas de cre-
cimiento y las probabilidades genéticas.
Las verdades, incluso las científicas, tal vez sean meras
ilusiones; tienen, sin embargo, un porvenir por delante. A
diferejicia dejas certezas y de las creencias, la revuelta per-
rñanente es ese cuestionamiento de sí mismo, del todo y de
la nada que, evidentemente, ya no tiene lugar o razón de ser.

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10 PREFACIO

N o obstante y si aún fuera posible, hagamos una apues


ta sobre el porvenir de la revuelta. " M e rebelo, luego exis
timos" (Albert Camus). O mejor aún: M e r e F é l o , luego
existimos en el porvenir.
Una experiencia luminosa y de largo aliento. Primera parte
Julia Kristeva, mayo de 1998 EL ESPÍRITU DE L A REVUELTA
¿QUÉ R E V U E L T A ES POSIBLE H O Y ? i

Desde hace dos siglos por lo menos, la palabra "revuelta",


que en sus orígenes fue compleja y rica,^ ha adquirido una
significación política. Actualmente, se entiende por revuelta
un cuestionamiento dén[asnñolmas7T^s~vaToFés^ poderes
estáblecr¿osrüeMcla^ po-
lítica" e s T i v ^ s i ó n j a i c a de esta negación característica de
la yida_consciente cuando esta^ intenta seguir siendo fiel a su
lógica profunda. L a revuelta es nuestra mística, es sinónimo

" Ahora lííen, nos damos perfecta cuenta de que el "nue-


vo orden mundial" -cuyas ventajas democráticas no es
preciso elogiar aquí, a pesar de sus riesgos y de las crisis del
Este- es cada vez menos propicio para esta revuelta.^¿Con^
tra^jqméntebelarse ante la falta o la corrupción del poder
y de3p^~vaTore??~Y"To"ql^ más grave aún, jquién puede
rebelarse, ~si é\á cada vez más reducido a un
congíomera<3o'^e órganos, si ya no es un "sujeto", sino
una "persóiíá patñrríonial", con un "patrimonio" que no

1 Frankfurter Rundschau, 21 de ehero de 1997.


2 Las antiguas formas *wel y *welu, que indican un acto voluntario,
artesanal, usadas para la denominación de objetos técnicos de protección
y de envoltura, generaron los sentidos de "retorno", "descubrimiento",
"movimiento circular de los planetas", así como las palabras volte-face
[cambio súbito de opinión], de origen italiano, volume [volumen] de un
libro, vaudeville [vodevil], de origen francés, e incluso el "Volvo" de los
suecos.

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14 EL ESPÍRITU DE LA REVUELTA ¿QUÉ REVUELTA ES POSIBLE HOY? 15

solo es financiero, sino también genético o fisiológico, ape- sible. "Tú puedes saber" es el mensaje que la novela policial,
nas libre^de degk con e^ remoto su prograrna^favo- un género popular que mantiene viva la posibilidad del
rito? Presento esquemáticamente - y hasta con cierta rigi- cuestionamiento, envía al lector. ¿Acaso no es esta la causa
dez- el panorama de nuestra actualidad para lograr poner de que, en una época en que no se lee, se sigan leyendo no-
en evidencia lo que todos sentimos: la revuelta política se velas policiales? L a interrogación, el grado cero de esta^p- •
atasca en los compromisos entre partidos cuyas diferencias titud para el juicio, sería así nuestra única protección contra
sé hacen cada vez menos"nitidasT Y lo que e s ^ e o F a ú n , un la "banaHdad_^deLmal". Considero mi novela j*o5gs¿owg5,
comp^riente esencial de la cultura europea ^iñaTiiTtiiFa de' igual que tantas otras, una formajnenor de la revuglta.jvje
duda y crítica^^^pierde su dimensiónlrioraFy esteticaTExis- pregurrfo7Tirréíhbaigo7siTas otras formas, no menores, son
te apenas cmnoTenómeno marginal, una manipulación de- rnás d i c a c e s '
corativa bien tolerada por la sociedad de espectáculo o, AdemásTel universo de las mujeres me permite proponer
simplemente, sumergida y condenada a la imposibilidad por una alternativa "a ~ía"^ciedad"robotlzante y de espectáculo
la cultura-diversión, por la cultura-performance", por la que óbstfu"yé lifcultura-revuelta; esta alternativa es sencilla-
"cultura-s/70M/" (los anglicismos responden aquí a una me- mente la^ñHimdjd^éñsTbleTAlgunos seres, dominados^or
ra necesidad circunstancial). su sensibilidad~y sus pasiones, siguen, no obstante, formu-
Quisiera retomar una vez más algunos aspectos de mi no- láñdose preguntas. Estoy convencida de que, ya lejos de
\e\3^PosesÍonBSp~^rn€sg6'á& consolidar mi imagerfde perso- tantos proyectos y eslóganes, más o menos prometedores,
na dramática qu^ se complace'en hacer más sombríaTa ac- de los movimientos feministas de los años setenta, la insta-
tuaTíBad. EiTetrnaTco-de^Gña intriga'pblicial,'eírimá ciudad lación de las mujer^s^n la cima del acontecer moral y so-
irñaginaria llamada Santa Bárbara -símbolo de la aldea pla- ciarpermitirá revalorizar la experiencia sensible como antí-
netaria-, se_d^cubre_eI_^U£rpo decapitado de una mujer, doFo~para draciocinio técnico. L a inmensa responsabilidad
Gloria Harrison, traductora y~rña3re de uñüTno difícil. E l délas mujeres con respecto a la supervivencia de la especie
lector podrá constatar que, ya antes de la decapitación final, - ¿ c ó m o preservar la libertad de nuestros cuerpos y garanti-
hubo en realidad varios asesinos, varios autores de esta zar al mismo tiempo condiciones óptimas para la vida de
muerte. Esta imagen del sufrimiento femenino y materno, nuestros hijos?- está estrechamente vinculada a esta rehabi-
que resunííiTárdiBcuTtad^d^ ser mujer, refleja en gran parte litación de lo sensible. L a novela es el ámbito privilegiado
ifíréxperieHHa^eiio^^^ Tam- para esta^exploracÍQii_v^ para su difusión^entre la mayor
bleii'soy'"yo~e^"ótraTw^ caritídad de^ente_gosible. Frente a ja^ultura de fa imagen,
dista pansíHF~quénieva"'^3eIaVite la investigación policial a üTseducción, velocidad^_brutalidad fíyiandad, la cultu-
juñto^aTcorníiaHo^pnñc^^ E n Santa Bár- ra~~de~las~palaBfas7Ta narración y la meditación^ que esta
baf^Tuñi^^ersolñafioso^^ todavía es po- p'efRuEeTorismíJyenTTmijñtender, uña^fomíánienor^4?.J-£
revuelta. TrfeTévante sijn_duda^._Perci,_¿esta^^
\ París, Fayard, 1996. [Hay traducción al español: Po- noTiemos llegado a un punto de no retorno desde el cual
. sesiones, Buenos Aires, Fértil, T9997] ' debemos, justamente, re-tornar a las pequeñas cosas y ge-
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nerar una re-vuelta infinitesimal para preservar la vidajdel I "revolución" -especialmente erija política o en las ideolo-
esj5rñT:iry~ide la especie? ~~ j gías que la rodean- a un abandono del cuestionamiento re-
La revuelta, como vuelta-reto^nq^esplazamiento-cambio, \ que ha si'd^o reernplazado por el mero rechazo
es la lógica profunda de una cultura que yo quisiera rehabi- \e lo antiguo y su sustitución por nuevos dogmas.
litar pues' su agudeza m e ^ ¥ r é c F Hóy^menaza^da^. Pero vol- Cuando se dice "revuelta", cuando los medios emplean la
vamos unTvezTñas^bi^éerse^ de esta revuelta que en- palabra "revuelta", se alude, generalmente, ni más ni menos
carna, creo, lo más vital y prometed'óFHe nuestra cultura. que a esta suspensión nihilista del cuestionamiento en pos de
supuestos nuevos valores que -en tanto "valores^^staméñ^
i. i te-"haíTZej a do de cuestionársela's^
SEMEJANZAS Y DIFERENCIAS • I por tanto, el sentido de la re-vuelta que intento transmi-
CON EL "RETORNO RETROSPECTIVO" - I tirles. E l nihilista no es un hombre en re-vuelta en el sentido
que otorgamos a este término, y que no voy a profundizar
Ya a partir de Sócrates y Platón y, de modo aún más explí- aquí. Ustedes podrán leer un amplio desarrollo sobre el tema
cito, en la teología cristiana, se invita al hombre a un "re- en Sentido y sinsentido de la revuelta y La revuelta íntima
torno" del que algunos de ustedes tal vez conserven todavía {La révolte intime).^ E l nihilista en seudo-revuelta es alguien
élTécüérdcTo Ta "práctica. Lse es el sen]qgb~dél7e3?fe~3e San que se ha reconciHado con la estabilída JTIe Tos" nuevoTvalo-
^ Ag^ustín, basado en el ^ínculoTetrospectivo colflarpreexis- res. Esta estabilidad ilusoria es mortífera, totalitarTa; nunca
; teríoa"dH T^feadoifr~la~p insistiré lo süficiéñtéTérTo^filitarisrño^s el resultado de la fi-^
seí^ de T^uscarse a sí mísmolsT^M^efere; quaestio mihi fac- jácTón de la revuelta por la cual se suspende el retorno retros-
tus sum) se establece por esta aptitud para el "retorno", re- ^ pectivo, que no es otra cosa que suspender el pensamiento.
memoración, interrogación y pensamiento al mismo tiempo. Se traiciona así su esencia. HannaE AFendt^ desarrolló bri-
Sin embargo, el desarrollo de la técnica ha favorecido el llaritemente esta reflexión.
conocimiento de valores estables en demmento del^pei^ "Busco, desde entonces, experiencias en las que se prolon-
rmeñto~cómcrretorno, co^mo líüsquecía (como rediré, como gue y se renueve este trabajo de revuelta que,^^pesar__de_
Je quaerere). Por otra parte, la desacralización del cristia- errores y crisis, abre la vida psíquica exponiéndola a"una in-
nismo y de sus propias tendencias intrínsecas que favorecen I finita re-creación. N o nos hagamos ilusiones: no basta con
la estabilización y la reconciliación en la inmutabilidad del h- reavivarla permanencia He la revuelta que la técnica ha in-
ser han desvalorizado - h a n imposibilitado incluso- ese \o impedir para po3er~a1cáñzaf~Ia'felicidad o vaya a
"combate" con el mundo y consigo mismo, propio de la es- \r que serena estabilidad del ser.^'La^revueTta expone al
catología cristiana.
Así, la interrogación de los valores se transformó en nihi- Sens et Non-Sens de la révolte, París, Fayard, 1996, y La révolte
lismo; entendemos por~^nihilismó" eTTécEazo de los anti- intime, París, Fayard, 1997. [Hay traducción del primero al español:
guoTvatorés en pos de urt cntfo~^ nuevos valores sin inte- Sentido y sinsentido de la revuelta, Buenos Aires, Eudeba, 1998.]
rrogación. Desde hace dos siglos,_se considera "revuelta" o ^ Hannah Arendt, en su trilogía sobre Los orígenes del totalitarismo.
¿QUÉ REVUELTA ES POSIBLE HOY?
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ser hablante a u n a confHctiyida^Jn^^ siglo


se ha atribuido el temible privilegiode^ostenerja necesidad
de gozar de ella y de sus crisis mórbi^^^ Pero lo hace de EL PSICOANÁLISIS C O M O RE-VUELTA ' « ^ ' ' ^

rñanera diferente de la del nihilista fijado en la celebración


de su mero rechazo de "lo antiguo", o en la positividad sin Ahora bien, ¿en qué sentido la "re-vuelta" -según pode-
retorno de "lo nuevo". ' " . , Í I . , u\.>i:, mos concebirla, en coincidencia con Freud, quien nos invi-
Se abren ante nosotros dos caminos: o bien renunciar a la_ ta a retomar el inconsciente diabólico, y con otros autores
rg-vuelta y replegarse sobre "antiguos valores" o "nuevos contemporáneos que han explorado los estados límites del
valores" que n"o"vuetvgn~Süferé~silTtismos,"q^ se cuestio- psiquismo- se diferencia esencialmente de la relación re-
n'aÍTTo^HeíTetoriíar'liñ'ce^^ retrospectivo para trospectiva propia del creyente, del tendere esse al "toda-
IJevarhrfersra'iarfroiTtgraS de lo imágJñaBTéTcle lo pen"saBle7 vía no" o al "ya no"? Intentemos una primera respuesta:
de"lo sosteruble, hasta laT^osesioñ". hronteraFque nuestra se distingue de ella, fundamentalmente, por la fuerte pre-
cultura y sus avances han hecHo~evidentesl sencia de las fuerzas centrífugas de la disolución y de la dis-
--Prestemos"alencÍÓTi a estO:Ía:Tevuelta del hombre moder- persión que acompañan la tensión hacia la unidad, hacia el
no no consiste en una mera recuperación del vínculo retros- ser o hacia la autoridad de la ley, que también actúan en la
pectivo que sostiene el fuero íntimo del hombre cristiano, re-vuelta moderna.
sereno en su búsqueda que lo conduce en su retorno al sum- E s m á s , de esta conflictividad proviene un goee que no es
mum esse. Por el camino del cuestionamiento retroactivo, el simplemente un capricho liarcisista o egoísta del hombre
hombre mocrerno_ llega a u n a con/7fcnt'z¿¿¿td por siempre consentido por una sociedad de consumo o de espectáculo.
irreconcilíóhle que, aunque haya podido producirse ante- El_gocejñoírestión -y, en esto, el aporte de Freud es~Hera-
riormente en los márgeñeFdel arte o "de la mística, nunca~al- dical importancia- es indispensable para el mantenimiento
earízo"er'pÍTOxÍsmo ni la amplitud que manifiesta en la mo- d é l a vida psíquica, indispensaBTepara laJíacultad"tIe1Fepre^
derni3ad. sentacíón y cuestionamiento que es propia de lo humano.
'"Así como el concepto de "proceso" diferencia la historia En este sentido, el descubrimiento freudiano del inconscieñ-
moderna de la antigua, estructurada alrededor del destino tejia sido el nuevo"puñto de apoyo de Arquíme3es7y seiiá
y el genio de los grandes hombres, el concepto de "autoor- constituido en el lugar privilegiado del psiquismo, siempre
gaj[lLzación^[_caracteriza la historia^contemporanea que se tributariojdel_Otroy^d otro^
hace, a fuerza~de crisis, eri^huestro sjglo. Sostengo también tido si y solo si él es capaz de una re-vuelta. Sobre esta ba- ^
que el concepto de hombre en re-vuelta permjte diferenciar se,'"Frend~fuiído"Trpsicoanálisis en tanto invitación a la
aniombre modernó~tiñto"der3e~Iircristiandad, reconciTia- anamnesis, en función de un re-nacimiento~de uria re-es-
do^ante Dios [coram Peo), como^del nihifísta, ^iTopuesto tr úcturiclorr psic[ üícaT"
apasionado, pero simétrico. '~ATrives del relato por asociación libre y en la re-vuelta
repeneradoracontra y con laantigila Ley (interdiccjonesTa- ,
rriíliares, superyó, ideales, Imíites edipicos o üarcisísticos, \
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etc.), adviene la autonomía singular de cada uno así como nombre de la ab-yección: ¿se ha analizado en profundidad
siTvrriculoTeño^do con el otro. Pero este otro "palacio de esta similitud?
la memoria freudiana" que el psiconálisis frecuenta y trans- En El Ser y la Nada (1943), Sartre se basa en la diferen-
forma no había sido descubierto por Hannah Arendt, que cia entre la negación propia del pensamiento y un anona-
alababa, en cambio, el palacio de la memoria de Agustín, dar-nada primordial; reafirma la libertad más que la re-pul-
encasillada en una recusación de la psicología y del psicoa- sión y se afirma, en definitiva, más hegeliano que
nálisis, supuestas ciencias de "lo general". heideggeriano tanto en el campo de la filosofía como en su
anarquismo político.
Aún releo estos textos - y les pido a ustedes que hagan lo
R E E N C O N T R A R EL SENTIDO D E L O NEGATIVO mismo- porque dan testimonio de un momento inaudito
del pensamiento occidental. Se trata del rnoTTif*"'''^^ f^Lgiip
La Edad Moderna, que comienza -para ubicarla rápida- el ^'retorno retrospectivo", es decir el cuestionamiento,
mente en el marco de esta reflexión- con la Revolución conduce"aFsujeto, que se conoce a sí rñismo y conoce su
Francesa, ha puesto en evidencia la parte negativa de este vd^daH7'a~establecer~^ni m á s frl~"ménc>s-~ün tratorfarmliar
retorno retrospectivo. L a experiencia, personal o colectiva, corrtá~psícosTsrn"alR la "fuerza""(Xm/if) aniquiladora
se]Ka]viiel tojuña^ex^ . -que""se'TTÍanaren el reverso del concepto y cuya noción
La filosofía -principalmente a partir'de Heget7y^~íe~ün'mo- reabsorbe el impulso inquietante (Hegel)- como el senti-
do diferente con Heidegger y Sartre- sostiene esencialmen- miento de disociación o de repulsión en Heidegger y hasta
te que en el ser mismo actúa la nada. "la nada pre-judicativa" de Sartre -que alimenta su noción
, Esta copresencia de la nada en el ser adquirió la forma de de la libertad como violencia radical, como cuestionamien-
una dialéctica en Hegel. to de cualquier identidad, de cualquier fe, de cualquier
Heidegger, ya en su texto ¿Qué es metafísica? (1929), es- ley-, todas estas ideas chocan con una realidad psíquica
tablece la diferencia entre la negación interna al juicio y una que obstruye la conciencia y se exponen a la palpitación
nada que también aniquila aunque de un modo diferente al del ser cuando se intenta hacer accesible su lógica confron-
del pensamiento; el filósofo buscará en la sensación y en la tándolas con realidades humanas. Se desdibujan las fronte-
angustia las formas nucleares de lo que él llama una repul- ras entre sujeto y objeto; la pulsión nos asalta; la lengua se
sión, rasgo característico del hombre, ese ''re-jeté"^, ese je-té"'' vuelve "tonalidad" (Stimmung), memoria del ser, música
del ser.* E l Dasein es una repulsión, el éx-tasis es el otro del cuerpo y de la materia. Heidegger intenta captar esta

* En la versión castellana de los textos de Heidegger, se ha traduci- Hemos conservado los términos en su lengua original para respetar el
do como "ser arrojado" la noción que en francés se tradujo como étre juego de palabras de la autora ya que je es el pronombre personal suje-
jeté; también aparece, en referencia a este estado del ser, la expresión to de la primera persona del singular ("yo") y te es el pronombre perso-
"estado de yecto", correspondiente al vocablo alemán Geworenheit. En nal complemento de la segunda persona del singular ("a ti"); así, je-te:
francés, rejeté y jeté connotan también "lo rechazado", "lo expulsado". "yo-te". [N. de T ]
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psicosis diletante visitando respetuosamente la obra de "depresiva", generadora del jimbolismo y del lenguaje.
Hólderlin. Sartre huye de ella y adhiere a una conciencia Los tralBaJosToBrFHTiarxr^ las personalidades "bor-
totalizadora y translúcida; en Flaubert, en El idiota de la derline", etc., intentan profundizar esta modalidad del
familia, y en Genet, en Comediante y mártir - p r ó x i m o a la psiquismo tributaria de lo arcaico, de lo pulsional, de lo
melancolía y a la perversión, por el estilo y el juego-, esta materno y hasta de lo extrapsíquico, la biología y el ser
conciencia otorga más espacio al razonamiento y al huma- (según las escuelas).
nismo mientras que, en Artaud, asíame la forma de la des- La filosofía y el psicoanálisis, distintas corrientes del pen-
trucción radical. samiento teórico" comparten esta particularidad: han abor-
Espero sorprenderlos con mi afirmación de que_la co- dado alrav^s deTcuestionamiento retrospectivo (me refiero
rriente psicoanalítica maugurada por Freijdpertenece a a la interrogación o el análisis) la psicosis, esta región fron-
esta interrogación sobre la nada y la neg^ación. N o niees- térizá del serTiablanteT " ~
t^y refirTendo al psicoanálisis nOrteamericano^doniinaHo "De modo paralelo a la filosofía y al psicoanálisis, por
por la Ego Psychology, sino a l a j ñ t e ^ o g a ^ i ó n j a j ^ ^ medios no teóricos esta vez, sino propios del lenguaje, ia
Freud,"li5icaclo justonéñlíaníronteráréntre^ yjT práctica de la escritura, al desplegar el sentido hasta las
sei^'Tleva' adéliíite_sobre el psiquismo. U n texto todavía sensaciones y las pulsiones, alcanza el sinsentido y hace
enigmático. Pie Verneinuns (Lajiegación), de 1925, da manifiesta su palpitación en un orden ya no "simbólico",
testimonio de esta indagación. Por primera vez enTaTHís^ sino "semiótico". Yo pienso en esta desemantización del
toria del pensamiento, unos años antes de iJJüe es meta- estilo a través de elipsis en Mallarmé o por polifonías y pa-
ftsíca? deTíeidegger, Freud vincula el~destinó de dosl:ipos labras híbridas en Joyce. A través del lenguaje, y gracias a
deüegacíon: el rechazo propio^íeTa pulsión {Ausstossung una sobrecompetencia lingüística, se obtiene una aparente
o Verwerfung) y la negacr5ninterña~al juicio. Sostiene, regresíoñ^^uñ^J^est^onn^
fundamentalmente^ el s í m H o l o ^ o el pensamiento'son miótica^^estamüsíca^ apunta a to-
del orden de una negación, que no es más que una trans- do el lenguaje poético, deviene la finalidad principal de la
formación, en ciertas condiciones, del rechazo o de la de- poesía moderna, una "psicosis experimental". Quiero de-
sunión propia de la pulsión, que denomina, por otra par- cir que se trata de la obra de un sujeto -pero de un sujeto
te, " p u l s i ó n d e muerte". Preguntas:. ¿en_q ué condiciones en proceso-; ella logra alcanzar regiones peligrosas en las
la_^up^óirTecHazante se vuel^ negación simbolizante? que la utüdad se ve aniquilada a través del retorñojTa~a7-^
Toda la investigación psicoanalítica sobre la funcioíTpa- queología de su unidad coñ~erpropIo materia de la lengua
terna (LácánJjQ^H""madri"Mniciente7ñeHtiFBüeñ^^ y del pensamiento.
cott), entr£ otras, intenta responder_ae^^^^^ pregunta; Me-
l a m e K l e m , por su parte, basa lo más original de su obra
erTTa importancia de esta pulsionalidad disociativa, re-
cKaMnteT^mucho^^añte^^
^ Cf. Julia Kristeva, La Révolution du langage poétique, París, Seuil,
yoTTa^ posición "esquizoparanoide" preceHe a la posición 1974.
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trata de una mutación del vínculo del hombre con el sen-


tido, esta re-vuelta cu|t_ural_ concierne intrínsecamente a
LÓGICAS PARADÓJICAS DE LA RE-VUELTA la vida de la ciudad y tiene consecuencias profijñdamen~
te políticasf^pFañtea^oTrF^Hti^^ la conflictividad
Los pensamientos o las escrituras en re-vuelta (algunas de permanente^ ~ ^
cuyas figuras analicé recientemente en Sartre, Aragón y Los ataques, las denigraciones y las marginalizaciones que
Barthes) intentan encontrar una representación (un len- sufrió el psicoanálisis últimamente son muy conocidos, AJÍL.
guaje, un pensamiento, un estilo) de esta confrontación inevitable resistencia que ha^sufrkjíii_d4isirnaná
del hombre con la unidad o con el límite de la ley, del ser orígenes por enJ£entar^el_^^n^^
y del ello, a la que el hombre accede a través del goce. Us- -que se complace en la mistificación sexual y evita justa-
tedes lo saben, el goce es considerado un mal por la anti- mcñ^F^vomáfv^^^es susceptTBTes^e^onerIo"eñ re^vüelta-,
gua norma. N o obstante, en la medida en que este goce es se suman hoy nuevos^temores que^paréceñl-espo
pensado-escrito-representado, deviene travesía del mal y, causas. Las modernas^oñHiciones de vida, la primacía de la
por ende, tal vez, la manera más profunda de evitar un t á n i c a , de la imagéíi7^ÍF"Ia~véíocidad, etc., que inducen a l
mal radical, la interrupción de la representación y del estre?y a laliepresl^ai7tíeÍTdeir É1_É5R?£*^J2ÍÍÍL"I^
cuestionamiento. L a cultura re-vuelta explora la perma- y á' ab5nFTa7aculta3 de representación psíquica. L a curiosi-
nencia de la contradicción, lo_£roYÍS£Mü(LHe Jbjreconc^lm dá~d'psrqüicfa¡Tijpue^ natural, cede ante la exigencia
clión, la evidencia de todo lo que pone a prueba la posibi- de una pretendida eficaciay se muestra caBa vez meno^jia-
liHad (del sentido_unitario (la pinsió7VjolJ.emen|no3Jp turalj^ los indlscutiHes progresos^ejasjieurociencias son
i innombrable, la destruccjjója,JaIpsTcGsis^ valorizados ideológicamente y difundidos como antídotos
T^ri^ésHcuItíjira re-vuelta se anuncia una verdadera mu- pl[ra~To^s~paj[ecirñieíitos psíquicos negados paulatinamente
tación del hombre surgida de la escatología cristiana de la en^u propia existencia para ser, en cambio, reemplazados
retrospección como camino de la verdad y de la intimidad. por su sustrato, la defíci^riciajieuroló Un materiajismo
Se entiende, así, que el descubrimiento freudiano no es un esqijernático pretende dejar de lado el^ dualismo freudiano
rechazo de esta tradición, sino su profundización hasta los que preservaba el lugaFcie la iniciativa, la autonomía o^el
límites de la unidad consciente. Solo a partir de allí es po- deseo del sujeto. U n cognitivismo extrerrírsta subsume en Ta
sible la mutación de nuestra cultura que esta vía freudiana misma lógica la héterdnomTá "de las representaciones psíqui-
anuncia aunque defina una relación diferente con el senti- cas, poFurilado, y la economía neuronal, por el otro. Final-
do y con el Uno. rneríte, reivindicaciones considerad^^jTC^ correc-
Esta re-vuelta —que, a mi entender, manifiesta tanto las tas* ensaFzan Tas~diterencias étnicas y sexuales~fécTiazáñdo
crisis ^omoTos~^progfesóF"derHoiñB^^ no "se eñfócmés^cióliaTes~(eI^icoanálisis, entre otros), que permi-
.— . _ —
realiza en elTmindo deTá~acción, sinc) en eTde la vidapsí-"
qúicá~y]eñ7én3e^us~mañiT£^
pensamiento, arteJTSin embargo, en la medida en que se * En inglés en el original (politically corred). [N. de T.]
26 E L ESPÍRITU D E L A R E V U E L T A
¿ Q U É R E V U E L T A ES POSIBLE H O Y ? 27

ten, sin embargo, establecer con claridad sus singularidades. Des-tiempo, modificación del juicio;Ja^experiencia ana-
Al denigrar lo que llaman un universalismo analítico, estas lítica nos coiadüoeli laFFronteras del pensarnientoj; y como
corrientes oscilan entre la militancia y las lógicas de secta. cómpreri3erárT7~fantó"ar7ilósofo corno aj moralistajes^ in-
C a be señalar taiTibién^ueJa_.p^ teresa aventurársg^eS^esaí^ pues el cuestionamien-
des~"psicoanalítkas -demasiado temerosas y preocupadas to del pensamiento (¿qué es acaso_un_p^
frecuentemente por salvaguardar su pureza clínica_j^ otras tiempjo,'^ír7ürcio el juicio,
veces, por el contrario, agresTv^meiTteTdéorogicas, cuando po££nde, la moral y, finalmente, ef vínculo spcTaTT "
no"e^spintualístaS^^ontríiBiiy^ a desvirtuar^sta "revolución Sin~embargo71póíIeÍTÍoslñt^ más específicamen-
copernicana"*'~que_^jFreü3~iñn^ó este siglo y que -esto te por las variantes estéticas o literarias del des-tiempo y
se reconocenjpaiuy[atm forma parte,jtal vez^el_es- del perdón tal como la experiencia analítica las presenta.
caso grupo ajaejio^e^aTejaji de los padecimientos ni de las Podríamos volver, en definitiva -con el "des-tiempo" y el
re-vueltas de nuestra modernidad. ~" pí^rdon—, ni más ni menos que a XaTintimidaS^^ie. nos pa-
recerá^ uHa"expenencIa"de"sufrÍmiento. ¿Nó^eFcíéTfo acaso
Tal vez sea conveniente recordar algunas lógicas paradóji- que las diversas tormas de~*'posesión"^Helñíréstra intimi-
cas de la cura psicoanalítica para ayudar a la mejor com- dad justamérite -inclusive" las pó?ésíóriés íriás demonía-
prensión del tipo de intimidad que pusieron en juego la ex- cas, las más t r á g i c a s - siguerf^eirdo nuestros refugios y
periencia psicoanalítica y el~arte rnóderño~aunque con nüéstrásnFésisíenciás árité' üii múñdo'Tramado " v i r t u a P ,
recursos diferentes, por supuesto. en^iFque se d^esfiacen los juicios que carecen de una for-
Recuerden el "des-tieinpó^^(2refY-/o5^ i j i a ^ i t o que nin- ma arcaica y"Bár5ara? Ahó"ra"bleñ, esta imimidad se des-
guna filosofía logró poner de manifiesto antes que Freud y pliegá^oh su des-tiempo en su extraño per-dón en la ex-
que, según él, caracteriza fTo soló el nunc stans místico, si- periencia imaginaria, especiafmente en la literatura.
no también la temporalidad del inconsciente. Mientras la
existencia humana está intrínsecamente vinculada al tiem-
¿Estoy defendiendo acaso, en definitiva, la causa de la re-
po, la experiencia a n j l k i c a j ^ ^ con este des-
vuelta íntima como la única revuelta posible.^ N o ignoro
tiempo que es el de ja pulsión y, más precisamente, el de la las crisis comerciales y los estancamientos espectaculares
puTsTón de muertería interpretacTón^^^^
de todas las producciones imaginarias en las que se mani-
dé cualquier otra traxíucción o desciframiento de sigrios,
fiesta nuestra intimidad en revuelta. Existen épocas en las
aparece conío'loHa^VeriiónJK
que incluso la vía mística —esta aceleración de las mutacio-
c r e o j ^ j m á s j j u e _ u n a suspensión del juicio, una donación nes libertarias- se deja confinar en los cuidados de la pa-
de sentido más allá del_^|uicTcren el corazoñ~geTá~transfe-
tología, cuando no en los guetos espiritualistas o decorati-
reñcTaTcontratransferenci a.
vos. Nuestra época es una de estas. Pero, incluso ante la
invasión del espectáculo, podemos meditar acerca de las
* En el original, par-don. En francés, pardon significa "perdón" y potencialidades en revuelta que lo imaginario puede resu-
par don, "por don". [N. de T.]
citar en nuestra intimidad.
T
28 E L ESPÍRITU D E L A R E V U E L T A

Tal v e z t o d a v í a n o s e a el t i e m p o d e las g r a n d e s obras o


tal vez esten~slicedTéíT^
n e o s , s i n q u e s e a m o s c a p a c e s d e veYIasnP^
bargo, p r o t e g e r la " p o s i b i l i d a d aparezcan mante-
niendo en re-vuefta nuestra Intimidad. ~" —
Segunda parte
EXPERIENCIAS DE L A LIBERTAD
PSICOANÁLISIS Y LIBERTAD^ ;

U N POCO D E HISTORIA, FREUD Y LACAN ;

L a libertad no es un concepto psicoanalítico. Según el índi-


ce de la Standard Edition, Freud emplea esta palabra solo
rara vez (en L o ominoso, 1919, y, sobre todo, en El males-
tar en la cultura, 1929), y le da el sentido de empuje pulsio-
nal obstaculizado por la necesidad de los humanos de vivir
en comunidad. Este impulso libidinal es profundamente
ambivalente, siempre guiado o dominado por la pulsión de
muerte que la cultura rechaza. A l retomar y profundizar sus
proposiciones de Tótem y tabú (1913) sobre el mito funda-
dor del "asesinato del padre", Freud establece las dos con-
diciones inherentes al ser humano que le impedirían la li-
bertad absoluta que él le asigna y que no serían más que la
realización de sus deseos. ^,i
Por un lado, la necesidad de compartir las satisfacciones
con los demás miembros de la comunidad, a los que nece-
sita por su debilidad física y su insuficiente técnica para do-
minar la naturaleza.
Por otro, la conciencia —y esto es de radical importancia
pues ningún progreso técnico ni moral podría modificar lo

Texto redactado según una conferencia pronunciada en el Congre-


so de la Sociedad Canadiense de Psicoanálisis, Montreal, 18 al 20 de ju-
nio de 1998.

31
32 EXPERIENCIAS D E L A LIBERTAD
PSICOANÁLISIS Y L I B E R T A D 33

que debe l l a m a r s e la esencia t r á g i c a del ser humano—, c o n s - Más adelante, veremos la distinción entre una " m a l a " liber-
tituida o r i g i n a l m e n t e p o r la b a r r e r a de la libertad p u l s i o n a l tad de los instintos opuesta a una "buena" libertad de la se-
( p o r l a r e p r e s i ó n , p o r l a c e n s u r a , es decir, p o r l a " c u l t u r a " ) , guridad:
que i m p o n e u n a creciente restricción a la realización de los
d e s e o s (y, p o r e n d e , a l a l i b e r t a d ) . D e hecho, al h o m b r e p r i m o r d i a l las cosas le i b a n mejor,
A t r a v é s de l a c e n s u r a , la c o n c i e n c i a t r a n s f o r m a el deseo pues no c o n o c í a limitación alguna de lo p u l s i o n a l . E n c o m -
reprimido en remordimientos, culpabilidad, pero t a m b i é n p e n s a c i ó n , era ínfima su seguridad de gozar m u c h o tiempo
en a u t o d e s t r u c c i ó n ; a s í , e n el m a s o q u i s m o o e n l a m e l a n c o - de semejante d i c h a . E l hombre culto ha c a m b i a d o un tro-
l í a , e l y o es e l b l a n c o d e l a a g r e s i v i d a d . zo de p o s i b i l i d a d de dicha por u n trozo de seguridad. M a s
no olvidemos que en la familia p r i m o r d i a l solo el jefe go-
L a libertad i n d i v i d u a l n o es u n p a t r i m o n i o de l a c u l t u r a . zaba de esa libertad p u l s i o n a l ; los otros vivían oprimidos
F u e m á x i m a antes de t o d a c u l t u r a ; es v e r d a d que en esos c o m o esclavos. P o r tanto, en esa é p o c a p r i m o r d i a l de la
tiempos las m á s de las veces c a r e c í a de v a l o r p o r q u e el i n - cultura [...], no es lícito envidiar^[a los pueblos primitivos]
d i v i d u o difícilmente estaba en co ndic iones de p r e s e r v a r l a . por la libertad de s u vida p u l s i o n a l ; está sometida a limita-
P o r o b r a d e l desarrollo c u l t u r a l e xper im enta l i m i t a c i o n e s , ciones de otra índole, pero acaso de m a y o r severidad que
y la justicia exige que nadie escape a ellas. L o que e n u n a la del hombre culto moderno.
c o m u n i d a d h u m a n a se agita c o m o esfuerzo libertario {der
Freiheitsdrang, en a l e m á n , y the desire for freedoin o the L a conciencia moral y su órgano, el Superyó, imponen, ya
urge of freedom, en inglés]^ puede ser la rebelión c o n t r a á los primeros holrñímdos, un renuncialmeñto a la libertad
una i n j u s t i c i a vigente, e n c u y o caso f a v o r e c e r á u n ulterior púlsional que Freud lamenta e ñ ^ e r t o ~ m o d o 7 ^ r o " a c a ¥ a
d e s a r r o l l o de l a c u l t u r a , será c o n c i l i a b l e c o n esta. Pero pj^jiceptar corno^£ompromiso necesario parTTalviguar-
t a m b i é n puede p r o v e n i r del resto de l a p e r s o n a l i d a d o r i - dar la vida; ~ "~ ""^
g i n a r i a , u n resto n o d o m e ñ a d o p o r la c u l t u r a , y c o n v e r -
tirse de ese m o d o en base p a r a l a h o s t i l i d a d h a c i a esta úl- E n al gún m o m e n t o de esta i n d a g a c i ó n , se nos impuso la
t i m a . E l esfuerzo libertario se dirige entonces c o n t r a idea de que la cultura es u n proceso particular que abarca
d e t e r m i n a d a s f o r m a s y exigencias de l a c u l t u r a , o c o n t r a a l a h u m a n i d a d toda en s u transcurrir, y seguimos cautiva-
ella e n general.^ dos por esa idea. A h o r a agregamos que sería u n proceso a l
servicio del E r o s , que quiere reunir a los individuos aisla-
dos, luego a las familias, después a etnias, pueblos, nacio-
nes, en u n a gran u n i d a d : la h u m a n i d a d . Por qué deba
acontecer así, no lo sabemos; sería precisamente la obra
8 Sigmund Freud, Gesammelte Werke, vol. 14, 1925-1931, p. 455,
del E r o s . [...] A h o r a bien, a este p r o g r a m a de la cultura se
y Standard Edition, vol. 21, 1927-1931, p. 96.
o p o n e la pulsión agresiva nat ural de los seres h u m a n o s , la
9 Sigmund Freud, Malaise dans la civilisation, París, PUF, 1971, p.
hostilidad de u n o contra todos y de todos contra uno. [...]
45. [Hay traducción al español: El malestar de la cultura y otras
obras, Buenos Aires, Amorrortu, vol. 21, p. 94, que es la versión que
transcribimos.] 10 Ibíd-, p. 69 [pp. 111-112 de la traducción al español].
34 EXPERIENCIAS D E LA LIBERTAD PSICOANÁLISIS Y L I B E R T A D 35

Esta lucha es el contenido esencial de la vida en general, y fábula del "asesinato del padre" lo confronta con una liber-
por eso el desarrollo cultural puede caracterizarse sucinta- tad surgida como consecuencia del mandamiento, la tiranía
mente como la lucha por la vida de la especie humana. ¡Y del padre asimilada-introyectada deviene conciencia moral
esta es la gigantomaquia que nuestras niñeras pretenden
o Superyó que prohibe: no fornicarás con tu madre, no ma-
apaciguar con el "arrorró del cielo'Mii
tarás a tu padre, y )í/><¡
(Se trata de un texto tomado de Heine, que cita este canto Sin embargo, este resurgimiento bíblico en el pensamien-
popular del renunciamiento y coincide con él en que "hay to freudiano, que estructura -es bueno recordarlo- nuestra
que acunar al pueblo, ese gran tonto, cuando lloriquea...".) concepción psicoanalítica del aparato psíquico, iriicia lo
He citado ampliamente este texto único de Freud sobre que Lacan, lector de El malestar, llamó "una ética riiás allá
las aporías de la libertad, no solo porque sé que se leen ca- d€rmaiTdámieñto'",i2 es decir que el deseo no está subordi- ,
da vez menos los textos canónicos, y menos aún los textos nJHo a un mandami¿nto_externo. Má^^sutiImenteTTa^
fundadores del psicoanálisis, sino también porque_este_es- gación moraLtiene sus raícesen~el propio deseo, la energía
crito tardío de Freud -lejos de ser somero como a menudo del deseo engendra su propia censura. ¿Por qué.^^*Nada sa-
se ha Sugerido— parece revelar, a mi entender, una de~Ias bemos al respecto", confiesáTmodestamenteFreud, enigmá-
mas~actualés"^£u3acm del psícoarTálisisTNó" tico: "Esto seria obra del uros".
tengo ninguna intención de subrayar las paradojas y los ^íñ~embargo, lo" sabe y loTíadicho a lo largo de toda su
progresos de esta libertad, según Freud, de acuerdo con la obra: la_emergencia del pensamiento tal como la realiza el
larga historia de la filosofía de la libertad que, ya se lo ha lenguaje compartido frena la pulsión y la rige. Este "man-
dicho, proviene del pensamiento precristiano y de la teolo- dato" deviene, entoncesTTriSmseco^ar^ía'pin^^^ en la me-
gía más que de la filosofía antigua. Me limitaré a indicar dida de su humanidad (una pulsión es, básicamente, una
algunos puntos de interés para el psicoanálisis actual. trama de energía y representación) y la eleva a un grado
Freud parece tener, al comienzo, una concepción natura- superior del aparato psíquico en el que la pulsión se torna
lista del placer, del hombre de placer que aspira a realizar "deseo" y se traduce en el código de la comunicación so-
naturalmente sus pulsiones. N o estamos lejos de la noción cial, ya estructurado por el lenguaje, en el que puede des-
griega de la libertad como "yo puedo" más que como "yo plegarse la dialéctica de la libertad. Pulsión y deseo están
quiero", que conlleva un estado objetivo del cuerpo (hacer atrapados en la misma red, la lengua compartida —lo que
lo que me gusta) sin límite que surja de un amo o de una Kant llamaba, en su Crítica del juicio, una "mentalidad
fuerza física: recuerden que, para los griegos, la libertad, ampliada", capaz de "pensar en el lugar de otro" (el pró-
eleuthería, es esencialmente libertad de movimiento (Freud jimo, el padre, el hermano, la familia, el clan, la nación, y
dice impulso, urge [inglés], drang [alemán]): eleuthein ho-
pos ero; "ir donde te plazca". Muy pronto, sin embargo, la
12 Jacques Lacan, L'Éthique de la psychanalyse (1959-1960), París,
Seuil, 1986, p. 11. [Hay traducción al español: Ética del psicoanálisis,
11 Ibíd., pp. 77-78 [pp. 117-118 de la traducción al español]. El subra- en El seminario de Jacques Lacan, libro 7 (1959-1960), Buenos Aires,
yado es mío. . Paidós, 1997.]
36 EXPERIENCIAS D E LA LIBERTAD
PSICOANÁLISIS Y L I B E R T A D 37

así sucesivamente, hasta llegar a esta totalidad ampliada la satisfacción de sí mismo, ya sea erótica o fanática.^ E s -
que se denomina, ya desde Pascal, la " h u m a n i d a d " ) - . E l to solo es posible en la experiencia del amor materno. Pa-
deseo, en la medida en que es pensado y hablado, inscribe ra la madre, el niño - y , sobre todo, el hijo v a r ó n - no es
el empuje de la pulsión en una representación primera- un "objeto", sino un "otro", el primer -¿el único?- otro
mente y, luego, en la necesidad de aceptar la muerte del al que se dirige una pulsión inhibida en su meta, no rea-
otro así como la propia. lizada sexualmente, sino diferida en ternura. Y también
Detengámonos un instante en las consecuencias de este en la experiencia del místico, del santo que - a l igual que
descubrimiento freudiano para la libertad. E l empuje de la algunos artistas h o y - logra una enigmática sublimación
pulsión (su libertad espontánea, natural), captado por el total de los placeres perversos.
pensamiento y el lenguaje, está regido desde el interior de He citado aquí las dos experiencias del amor que, ago-
su circulación psíquica. Se trata, en definitiva, de una ne- tando el deseo en la sublimación, acaban por blanquear
gociación con la pulsión de muerte, Freud había develado el lugar del otro. De hecho, ¿qué queda del prójimo e, in-
esta inscripción de la muerte en el simbolismo cuando re- cluso, del teísmo Dios en este goce en el que lo mismo se
flexionó sobre la negación (1925) y sobre la sublimación transfiere totalmente al otro? E l santo, como el escritor,
en El yo y el ello (1923); recomiendo, al respecto, la muy está solo -en lO absoluto del Hilflosichkeit- al borde de
adecuada interpretación de André Green.i^ He allí los po- la melancolía o del ateísmo y no espera la ayuda de na-
sibles destinos de la libertad del deseo estructurado por el die; este desamparo de la sublimación, seguramente, les
lenguaje. " ii^''>i' recuerda el final del análisis, cuando se rompe ia depen-
Por un lado, el sadomasoquismo. Ya San Pablo lo había dencia transfero-contratransferencial. A la madre, cuan-
intuido. Fue el primero en observar la dialéctica de lo prohi- do su derelicción no se invierte en ajustes de cuentas con
bido y del deseo: "Allí donde la ley abunda, el pecado so- su vastago -ajustes que retoman los amores-odios con el
breabunda". Pero Sade, que sabía como Freud que "el Su- marido y, sobre todo, con la madre de la madre-, como
peryó ordena: ¡Goza!" hasta el aniquilamiento de tu prójimo ustedes saben, se le asigna el papel de la "madre suficien-
como de ti mismo, tuvo la última palabra. temente buena", un ideal aún más utópico que la santi-
Por otro lado, y tal vez simultáneamente, la sublima- dad medieval, pero necesario como horizonte de una psi-
ción lograda que culmina en el precepto bíblico y evan- quis óptima.
gélico " A m a r á s a tu prójimo como a ti mismo". Una al- Es así como, aunque ciertas formulaciones de Freud su-
quimia imposible, según Freud, y no se equivoca: ¿cómo gieran la libre naturalidad de la pulsión, toda la aventura
podría transferirse a otro, por más cercano que estuviese, del psicoanálisis consiste en inscribirla en la representación
y en hacerla depender de la interiorización de los interdic-
tos. E n este sentido, Freud respeta fielmente - a u n sin saber-
13 André Green, Travail du négatif, París, Gallimard, 1993. [Hay lo tal vez- la tradición estoica y el cristianismo que, desde
traducción al español: El trabajo de lo negativo, Buenos Aires, Amo- Epicteto a San Agustín, descubrieron ia interioridad del
rrortu.] hombre: hecha de phantasia o "representación" para los es-
3« EXPERIENCIAS D E L A LIBERTAD
PSICOANÁLISIS Y L I B E R T A D 39

toicos, de "voluntad" para Agustín. E n este campo y no en nidad" de su "abandono" en el "historial". Se combate el
el de un deseo natural puro, el Occidente desarrolla sus es- subjetivismo en pos de una meditación ontológica que solo
peculaciones sobre la libertad. Recordemos que, para los la lengua del poeta puede realizar. Evidentemente, en esta
griegos, la libertad no pertenece al orden de los deseos o de perspectiva, el psicoanálisis parece inadmisible no solo por-
los apetitos, que - a diferencia de ella- someten al hombre y que "biologiza[ría] la esencia del hombre", sino porque,
lo vuelven pasivo. Aristóteles, en la Ética a Nicómaco, los además, sucumbiría ante el subjetivismo del deseo asimila-
ubica en el orden bestial y hasta inventa una palabra nue- do al voluntarismo.
va, pro-áiresis, que significa "elección entre dos preferen- Lacan, contradiciendo a Heidegger pero siguiendo sus
cias", con lo que se acerca a lo que será el concepto de Vo- lincamientos, mantiene el valor transcristiano de la inte-
luntad cristiana, una zona exquisita y muy problemática rioridad subjetiva, llevándola a su posición más radical.
que abarca los caminos de la libertad. E l sujeto es libre —incluso heroico— si "no cede en su deseo"
Freud instala, así, el psicoanálisis en el camino trazado y únicamente "culpable de haber cedido en su deseo".
por Aristóteles, San Pablo y San Agustín; Lacan, sin temor Al insistir en que el aporte del psicoanálisis habría consis-
a los atajos, lo define como de un "muy particular cristo- tido justamente en autorizar al sujeto a descubrir su de-
centrismo".!"* Para Freud, el sujeto es libre de morir en esta seo y llegar hasta sus propios límites, Lacan lo protege de
libertad de su deseo, para ofrecer su carne al ideal de su pa- un psicoanálisis normalizador al que acusa, y con razón,
dre: gloria e infierno de la redención, el monoteísmo judeo- de no ser más que un "moralismo comprensivo" o una
cristiano afirma, de modo paroxístico y, por ende, verdade- "domesticación del goce perverso". Asigna al psicoanáli-
ro, una estructura universal del deseo humano en la medida sis el poder de conducir al sujeto al reconocimiento de
en que este queda atrapado en la red del sentido. Nietzsché que el deseo es un deseo de muerte, y de inscribir este de-
devela las crisis de dicha libertad del deseo: el deseo -que samparo como condición de cualquier acción por fuera
no es otra cosa que deseo de muerte- es, en última instan- del análisis.
cia, deseo de poder que realiza la voluntad encarnizada del Esta no fue solo una posición antinormativista - e n implí-
hombre, del superhombre, de seguir viviendo; mantenerse cito enfrentamiento con la egopsicología y otras desviacio-
vivo es el único valor de la dialéctica libertaria. Freud tam- nes conductistas del psicoanálisis, principalmente del nor-
poco decía otra cosa aunque diagnosticara, con más decep- teamericano-, sino también una actitud desculpabilizadora,
ción que optimismo, un "malestar en la cultura". que rehabilitó el deseo en el sentido freudiano de su peligro-
L a respuesta de la Kehre heideggeriana a esta obstinación sidad -tal como hemos intentado caracterizarlo— y reveló la
del poder supremo libertario del "querer estar vivo" es am- verdad capital del descubrimiento freudiano, es decir, la in-
pliamente conocida: la vuelta al "Ser errante", a la "sere- comodidad que genera como la razón principal por la que
encuentra y encontrará siempre resistencias en el universo
moralizante de la técnica y de la adaptación.

Jacques Lacan, L'Ethique de la psychanalyse, ob. cit. (1959-


1960), p. 207. ,,.,,„ , ^ 15 Ibíd., pp. 368 y siguientes.
40 E X P E R ! E N C ; i A S D E l.A L I B E R T A D
PSICOANÁLISIS Y L I B E R T A D 41

La posición de Lacan también tuvo el coraje de plantear


-auiique sin resolverla- la cuestión de la ética del psicoaná-
iisis, que Freud no abordó. EL PSICOANÁLISIS,
Pues, si bien es cierto que la benévola neutralidad del ¿ES U N M O R A L I S M O C O M P R E N S I V O ? " ;
analista permite al paciente "no ceder en su deseo", tam-
bién para nosotros esta libertad va acompañada por algu- El abanico de las "nuevas enfermedades del alma" que los
nos ideales. E l analista no permite que los deseos en los pacientes despliegan ante nosotros en este fin dei segundo
que "no se cede" desborden pura y simplemente. Su escu- milenio podría organizarse, a mi entender, en dos catego-
cha y su interpretación acogen estos deseos a partir de rías: los que han decidido seguir su deseo hasta las últimas
una elección moral -que, evidentemente, constituye una consecuencias y padecen por ello, y los que ni siquiera lo
ética no educativa aunque no carente de objetivos comu- han descubierto. El perverso, por definición insatisfecho - a l
nitarios que encuadran e, incluso, refrenan, a veces, los que la sociedad de consumo y de espectáculo elogia sin ce-
deseos liberados en la transferencia-. E l mismo Lacan sar- carece ds Innites, interdictos, padre o valores. Ál a n o -
evoca algunos de sus ideales: hacer que el paciente sea ca- réxico (tal vez también al horderline, al enfermo psico-so-
paz de amar, favorecer su autenticidad contra los "como mático o al melancólico) se lo quiere liberar de sus síntomas
si"=^ o los "falsos selfs", reforzar así su independencia. Se restituyéndole el acceso a s u s deseos. E l trabajo del psicoa-
puede afirmar que este marco impone, por lo menos, una nálisis no consiste ni en liberar ni en reprimir, sino en ela-
fuerte negociación al que "no cede en su deseo". ¿Cuál? borar-reelaborar el aparato psíquico, para permitirle reno-
L a modernidad supuestamente liberada no ha sido capaz varse en cada prueba interna o externa.
de descubrir nuevas perversiones; ahora bien, ¿hemos si- El_gran logro d e j a h j s U j r i a del psicoanálisis es haber in-
do capaces acaso de descubrir nuevas respuestas a esta ^ ^ i í ^ í ñ ^ ^ - ^ ^ Í ^ ^ S í P P ' ^ n ^ ^ a p a r a t o psíquico._ErLeste
vieja e indeleble perversidad de nuestras libertades... sa- aspecto, Freud hizo los primeros aportes, que sus suceso-
domasoquistas? res, kleinianos, lacanianos, seguidores de Winnicott y tan-
Henos aquí otra vez en el punto de partida. E l psicoaná- tos otros enriquecieron.
lisis, ¿restituye al hombre el carácter salvaje de sus deseos, Este modelo, cuya excelencia supera ampliamente los
para el que no queda más que la redención? ¿Esto hace del modelos estructuralistas o cognitivistas, es indisociable de
psicoanálisis un "cristocentrismo" sin más Dios que el Sig- la experiencia de la transferencia-contratransferencia. Ei
nificante? ¿O anuncia un ateísmo grave y tal vez trágico, hecJxojde que Freud no lo haya conceptualizado n o d e s m e -
que rehabilita sin más la pluralidad de los vínculos comuni- rece su descubnrmenm Corresponde_ai psicoanáHsis mo-
tarios y de su posible restablecimiento? derno elaborar y desarrollar su teoría. La particularidad
que l a deíímTes que, tal como el psicoaná'lisis la muestra, la
libertad del deseo -cuyo carácter sadomasoqiiista debe ser
reconocido- se actualiza en un vínculo paradójico, el víncu-
En inglé.s en el original ("as if"). [N. de T.] lo psicoanalítico. Real y, sin ernbargo, eminentemente im^-
42 EXPERIENCIAS D E L A LIBERTAD PSICOANÁLISIS Y L I B E R T A D
43

ginario, este vínculo requiere la reactualización de la expe- lisis, el Hilflosichkeit del fin de m i análisis, es decir, cuando
rleñHa~pasaHa73^eTalTrÍem ya no espero nada d e nadie, o como decía el presidente
ria_ traumática y su reelaboración. E l ptro analista no solo Mao en m i juventud: " N o puedo contar más que con mis
es u n vínculo parentafdel interdicto simbólico -también lo X propias fuerzas", se inscribe,^_entradaj_como^
es-, sino un lugar real de m i deuda social -que yo pago- y ^ comparddoj^ conmn ajotros^desamjgaros^ >Jojob
un lugar imaginario en el que expreso mis deseos y/ojnis / comunidad no es tal ya que ninguna institución (salvo las
deseos de muerte Gasta agotaHos7T7"\n£év^a, por y en la soHedaHes psicoanalíticas para privilegiados —y esto es otro
coñtratra n sfereñcia ü » tema-) sella este compartir, esta percepción d e pertenecer a
Se crea^así, u n laboratorio en el que se experimenta n o r ima~prüraIí3a3^He''*7^^'S'5 loFofí^s^pacieñCesT
solo esta "conciencia trascendental" - a la que Kant asig- Por otra parte7Ta~sii^penMÓn~3e^^ transferencial
n a tanta importancia- que me permite, a través del len- que deja una parte no elaborada o no sublimada d e mi de-
guaje, universalizar mis particularidades y comunicarlas seó y d e mi pulsión - e n l a medida en que m i análisis está
al otro, a los otros, sino también u n vínculo concreto, y' termiriado, perono^finalizado- me incita a volver mi ag^re"
sensorial, " m u n d a n o " en el sentido griego del término, sivjHad sobre~cualguier unidad, identidad, norma o valor;
germen de lo político. Ustedes habrán observado que los en otras palabras, hace d e m í u n sujeto en revuelta perpe-
avances lacanianos y bionianos en la lógica de la deses- tua, que cuestiona sin cesar.
tructuración del sujeto en la comunicación analítica (co- Finalmente, como l a liberación de m i deseo pasa por s u
municación lingüística para uno, alpha y beta para el elaboración o s u sublimación, a l final d e m i análisis, me
otro) se dedican escasamente a la consecuencia transfero- encuentro en estado d e perpetuo renacimiento. Winüicott
contratransferencial de los deseos concretos y a la identi- dijo, al respecto, palabras nuevas e imprescindüjles. Páre^
ficación de los fantasmas liberados. Sin embargo, todo el ce considerar que e l nacimiento presupone l a adquisi-
mundo sabe que el deseo del paciente y sus avatares de- ciorTde cierta autonomía d e l embrión -autonomía d e ^ u
penden de la escucha del analista. Pero, ¿cómo.' Y ¿para vida biológica-y-psíquica^^capaz de sustraerse a l a intru-
quéMEl análisis de la contratransferencia tienejan_Iargp ^ sión del ambiente, lo que l e permite no sufrir ehtraumatis-
c.ianmo'^'éTécorriér aún para estaFIecer con p r e c i ^ o ñ j o s mo"del violento acto del parto^E^taJnd^pende^n^^
íimlFes del analista en los que se despliega la libertad del cléar coñsHtiTini^ j e _ c i e r t a manera, la precondición del
paciente. "interior psíquico" ulterior. Winnicott l a concibe c o r ñ o j ^
""Siites de intentar responder esta pregunta, permítaseme más preciosa y misteriosa Iiberta?~3d ser humano en tarv-
plantear algunas consecuencias del hecho de que el deseo to ser diferente del actuar, del_^gcg?i Ljijdentificará tam-.
humano se realice, en el psicoanálisis, eñ~WT^ bien tanto con la capacidad de estar 5 0 / 0 como con e l se-
vín£ulo_Jjt£^ ). E l ^ujeto, que creto deTcuarto oscuro en las elecciones democráticas. O ,
se reconoce en él, se recorioce de entrada sujeto de una plu^ niejor _aúnv_eDna~cura>analft^^ los "falsos-^
r a 1 id a d^Rilm aüi á7T^]3£^yjfam , y también selfs" construidos como defensas contra la invasión exte-
la'de^iTanalista y de otros ^a^i^ntes. Entonces, por el aná- l r í o F y c o m o rehabilitación de esta iñterioridadlnnata, q;üg^
44 EXPERIENCIAS DE LA LIBERTAD PSICOANÁLISIS Y LIBERTAD 45

otros como otros y, en particular, de ver a su a n a l i s t a ^ m o


d^be ser^ajún X-lL'^'^^ií££J"££££S5^^ y P'^£¿?Jl^"
cernos Hbres. " L i b r e s " es, entonces, sinóninio 3e^un "inte- otro -este debería ser un criterio de fin de\aT\á\\s\s^^
rior porj;ecrear" en^rehicion"con un exterior por mteriori-
serla precondición de la "elección" que le permitiría, fu^a
zar. Libre no de resistir a jos deseos^JILStmñyos y a la dermarcÓlifiáTrtico^^dFc^^ el bien y eímal.
} realidad exterior -dos tiranos para F r e u d ^ sino^^^^^ Cuanto maYoíJs del sujeto analizado para
í rizar el afuera si y solo si ese^fLiera_Xl§._ííiadl?jJ£ transferirse al lugar Re otros y liquidar luego está tFarislereñ
f 1 ú ^ r ) deja juga^ie^Sá.lugai-^^ c¡T,~ÍTráyoF'séra juHapfí justos y
juícTcü pertinentes. "
develado la libertad a muerte de nuestros deseos, no solo Ftn^'lmeHteTTa"preocupación bíblica del "comienzo" ("Al
comolnortalesT^ino taiñBíelircomo"^'nacenciales", para re- comienzo. Dios creó " A l comienzo, era el Verbo") de-
tomar u r i j é r m n ^ ^ g H l vino, bajo la pluma de San Agustín, una insistencia en ese
TTenos aquí ante otra perspectiva en lo que respecta a la comienzo específico, el nacimiento de cada ser humano, en
libertad en psicoanálisis: lejos de la liberación del que no su singularidad inconciliable: este simple hecho, este naci-
c"e3ÍréñTu^^seo,TaTrBe~n^ implica dos ló- miento singular, garantiza la libertad singular de su pensa-
gicas que la filoscíía ya habíajbajkdoj'qij^^ miento-voluntad-juicio en el porvenir que deberá ser prote-
aborda una vez más: la de la elección^ v_la jJel comienzo. gida, alentada. Al p r i n c i p i u m del Verbo, Agustín agrega el
Como fíerederos deF humanjsm£^s^cmos„gue_elJi initium del hombre: "Para que el comienzo fuera, un hom-
-angua]_gueliroBH3^^ bre fue creado antes que cualquier otro".!''
^H-JlCSPia-JIieta. Entonces, si lalibertad reside en la libertad Djgámgsjfi^injEalsajTiodestia: nijiguna otra experiencia
de elección entre^eTEfeñ y el mal, no tenemos otra meta que humana, fuera del psicoanálisis, b r i n d a j i [ ^ o m B r F u n ^ ^
proponer más £ue e! bienestar del sujeto. Este^ienestar pro- sibilTdád"dé reconfeñzaFsiTviHa^síquica y, por ende, su vi-
viene d e j u capacidad de estabíecer un máxirnó de vínculos da tódá: con la amplitud de elecciones que le garáríti¥á~Ta
óptimas con los otros, riO^para volverse útil a una cómuni- plurahdad de sus capacidades de vínculos. Ésta versión de
dajd_^cuyos^riterios han sido fijados j(aesto^se_dédícaí Jas láTiBertad es, tal vez, erregaló más'preciado y el más im-
ideologías^y las religiones),' siñjo^arape^ portante que éPpsicoañalis^^^^
dad de vínculos en'comunidades rrióviles y sujceptibles_de EXeberiiós reconocerTámbiéW qiié^én^óp^^
ser cuestionadas. "Está capacidad de encontrarse con los carga de lo que todavía - y ya desde Agustín- se denomina
un "destino" biológico o histórico, solo el psicoanálisis in-
tenta - e , incluso, a veces logra- esta apuesta a un nuevo
16 Cf., entre otros, D. W. Winnicott, "Los recuerdos del nacimiento, comienzo.
el trauma del nacimiento y la angustia" (1949), en Collected Papers,
Hogarth Press, pp. 182-183. Hay traducción al francés en Psychologie,
1988, núm. 3, pp. 115-128. [Hay traducción al español en Escritos de
pediatría y psicoanálisis, Barcelona, Laia, 1979, y Barcelona-Buenos Ai-
res, Paidós, 1999, pp. 237-261.) San Agustín, La ciudad de Dios, XII, 21.
46 EXPERIENCIAS DE LA LIBERTAD PSICOANÁLISIS Y LIBERTAD 47

consuelo, aseguran ciertas libertades humanas (ya vimos


cómo, en el precristianismo y en el cristianismo, la teología
¿ P O R Q U É E L PSICOANÁLISIS ES U N ATEÍSMO? ''^"^^ promueve la problemática de la libertad). E l precio que se
paga por este avance no reside solo en la exclusión persecu-
Se afirma que la filosofía es una teología blanca porque sal- toria de los otros (religiones y disidentes) que no compar-
vaguarda el armazón lógico de la teología y blanquea el lu- ten el mismo sistema de valores sino, y lo que es más grave
gar de Dios. Podría decir, a mi vez, que el psicoanálisis es aún, en la represión sexual que refuerza la amenaza divina
un judeo-cristianismo matizado de deseo, pulsión y hasta y que conduce, en definitiva, a la inhibición del pensamien-
de biología. Esto cambia mucho las cosas, por cierto. to crítico o, incluso, del pensamiento. L a religión, que ge-
nera neurosis en el plano personal, también brinda consue-
E l psicoanálisis, teoría y práctica de la copresencia se-
lo a través del mecanismo de la creencia misma: credo, dar
xualidad-pensamiento, es aparentemente el único que
su corazón a cambio de una recompensa, cuya versión su-
"inmanentiza" radicalmente lo que la metafísica occiden-
prema no es otra que la vida eterna otorgada por el Padre
tal considera como una "trascendencia". Repito: conside-
Celestial. L a neurosis, favorecida por la amenaza religiosa,
ro, como psicoanalista, que la aptitud de los seres huma-
se compensa en el sujeto por zonas de transgresiones auto-
nos de producir sentido a partir de cierta maduración
rizadas que satisfacen la perversión (¿per-versión?)* del cre-
neurobiológica y el acontecimiento mítico que fue la repre-
yente. Los monoteísmos, y muy particularmente el catoli-
sión de la pulsión por asesinato-asimilación-identificación
cismo, se destacan en esta oscilación y se orientan hacia un
con el padre constituyen esta hóhere Wesen in Menschen,
estado de equilibrio entre la amenaza-represión y la liber-
según Freud, esta "esencia superior del hombre", que mo-
tad-perversión que, en el contexto económico favorable de
dula y modela el empuje energético en una dinámica del
las democracias occidentales, adquiere, cada vez más, el as-
sentido con el otro, en la que se inscribe la libertad de los
pecto de un moralismo libertario. N o se distingue clara-
sujetos.
mente del moralismo humanista, pero posee una ventaja
Desde este punto de vista, las religiones aparecen como
adicional porque tiene a la tradición de su lado, con la se-
un reconocimiento de esta esencia superior del hombre, de
guridad y el confort que esta brinda.
esta capacidad de producir sentido que ellas celebran en la
imagen o en el fantasma de una o varias figuras con gran
poder simbólico de efectos reales, las divinidades garantes L a historia trágica de nuestro siglo, con sus dos totalitaris-
del Sentido. E l reconocimiento de una capacidad humana mos, y los síntomas de la sociedad posmoderna (caída de
esencial garantiza a las religiones su función de verdad, más los interdictos, generalización de la sexualidad sadomaso-
allá de la fascinación consoladora que procuran. De hecho, quista, de la delincuencia y del vandalismo, y de nuevas en-
las religiones reconocen la capacidad propia de los seres hu-
manos de crear sentido negando esta dinámica intra y ex-
trapsíquica para hacer de ella un sistema jerárquico de va- * En el original, pére-version, homófono de perversión. En francés,
lores. Las religiones, sistemas de valores protectores y de pere signif.ca "padre". [ N . de T . ]
48 E X P E R I E N C I A S D E L A L1BER1AD PSICOANÁLISIS Y L I B E R T A D 49

fermedades del a l m a - p s i c o s o m á t i c a s , t o x i c o m a n í a s , difu- relato de a s o c i a c i ó n libre en la transferencia, el sujeto se


sión de la psicosis en las estructuras neuróticas, etc.-) per- confronta, al m i s m o tiempo, con lo innombrable de su pul-
miten entrever, sin embargo, que el sistema mismo de reco- sión, de su deseo y de sus traumas y con la interdicción que
n o c i m i e n t o - r e n e g a c i ó n está en crisis. le imponen el lenguaje en sí (la capacidad simbólica) y el
D i s p o n e m o s de dos modelos de libertad: la libertad- propio lugar del analista. Se constituye en él mismo para el
a d a p t a c i ó n y la libertad-revelación. otro y - e n el sentido m á s amplio del t é r m i n o - se revela, es
K a n t , bajo la influencia de la Revolución F r a n c e s a , e n u n - decir, se libera.
ció la primera de estas formas de libertad en sus obras Crí- E n el d i s c u r s o a n a l í t i c o , un cuestionamiento p e r m a n e n -
tica de la razón práctica y Crítica de la razón pura. H a c i e n - te es posible. H e podido establecer y a en otras o p o r t u n i -
do un paralelo c o n el initium de San Agustín, el filósofo dades c ó m o el cuestionamiento, el cuestionar (que no tie-
definió por primera vez la libertad, no por la negativa, co- ne n a d a que ver c o n " h a c e r preguntas" o responderlas) es
mo transgresión a una imposición, sino positivamente, c o m o el m o d o por excelencia de la palabra en análisis, el equi-
un autocomienzo. E s posible transferir su razonamiento valente l ó g i c o de la c a s t r a c i ó n - s i se concibe este fantasma
c ó s m i c o relativo a la R a z ó n y al Ser al plano limitado de la c o m o la r e a l i z a c i ó n de la carencia, de la incertidumbre y
vida h u m a n a para entender la aptitud de cada uno para e m - del relato dentro de! relato constitutivo del clivaje psíqui-
prender una a c c i ó n , para autocomenzar un acto. M a g n í f i c a C O - . 1 8 S u eterno retorno nos instala en el destiempo dej
libertad pero con posibles desvia<;iones: todos somos libres tiempo de la sesión, que a c t u a l i z a , en la p a l a b r a a n a l í t i c a ,
de hacer dentro de un orden lógico preestablecido: el m o - el destiempo del inconsciente. C u e s t i o n a nuevamente
ral, de un D i o s , o el e c o n ó m i c o , de la libre empresa, la glo- identidades y valores, pero t a m b i é n estructura p r o v i s o r i a -
balización y el dólar. mente al sujeto en u n nuevo renacimiento, que el vínculo
E n su lectura de K a n t , Heidegger retoma otra versión de transferencial c o n el analista le permite. N o obstante, este
la libertad, la del pensamiento p r e s o c r á t i c o , anterior al a d - m i s m o v í n c u l o puede deshacerse al t é r m i n o de la c u r a por-
venimiento de c a t e g o r í a s lógicas o de valores. E s a otra liber- que el paciente no h a sido reestructurado de u n a vez y p a -
tad es la de la revelación de sí mismo en presencia del otro ra siempre por su analista o su escuela. Pero obtiene una
a través de la palabra d a d a . N o insistiré ya sobre las conno- flexibilidad psíquica apta para superar la barrera de la re-
taciones crísticas de este presocratismo ni sobre los detalles presión, m o v i l i z a r u n a vez m á s las pulsiones y permitir
del debate de Heidegger con K a n t , una especie de decons- creatividades nuevas en las experiencias ulteriores de su v i -
t r u c c i ó n de la metafísica, ni mucho menos sobre su falta de da de sujeto. Se i n s t a u r a , así, u n a aptitud para recomenzar
c o m p r o m i s o político que H a n n a h Arendt corrige cuando vínculos en el c a s o ó p t i m o del fin de u n a c u r a - ¡ y bien sa-
propone una filosofía del " j u z g a r " . bemos c u a n lejos estamos de a l c a n z a r l a la m a y o r í a de las
Diría, simplemente, que si la existencia de esta libertad-
revelación - y no la de la l i b e r t a d - a d a p t a c i ó n - es posible
18 Cf. Julia Kristeva, Les Nouvelles Maladies de l'áme, París, Fayard,
más allá de la mera especulación solitaria, esta se realiza en 1993. [Hay traducción al español: Las nuevas enfermedades del alma,
la experiencia de la transferencia-contratransferencia. E n el Madrid, Cátedra, 1995.]
$9 EXPERIENCIAS D E L A LIBERTAD PSICOANÁLISIS Y L I B E R T A D 51

veces!-. E l alcance implícitamente político de dicha apti-


tud resulta evidente en la medida en que el sujeto analiza-
do es un sujeto no reconciliado y, por ende, un sujeto en L A LIBERTAD C O M O R E - C O M I E N Z O : * '
re-vuelta. E L CASO D E M A R I E - R O S E
Para terminar, insisto una vez más:
- E l análisis descubre su conflictividad inconciliable, el Quisiera concluir esta reflexión con un caso clínico cuya
dramático clivaje que lo constituye y que lo aleja de cual- modestia no está a la altura de los problemas esenciales que
quier voluntad de dominio, de poder e incluso de unidad. he querido ubicar en el centro de la cotidianeidad analítica.
Esta libertad separa al psicoanalista de cualquier humanis- Sin embargo, da testimonio de esta "banalidad de la reve-
mo moralista y beatífico. lación" que la experiencia analítica nos brinda y que, tal
- La aptitud para la re-vuelta conduce al analizado a re- vez, constituya el único contrapunto de la "banalidad del
crear vínculos; esto podría significar que la experiencia ana- mal". Constituye, para mí, la mejor versión de la aventura
lítica daría origen a un humanismo de envergadura. psicoanalítica que permite al sujeto atenuar sus sufrimien-
Rgpito que empleo la palabra "re-vuelta" en el sentido tos, volver a encontrar sus deseos y re-comenzar su creati-
etimológico y proustiano del término: retorno del sentido a vidad indefinidamente.
I la'^ulsión y viceversa^ara revelar la memm2a_y recomen^ L a anoréxica es una paranoica sin manifestación externa.
zar el sujeto. Abrir, en definitiva, un cuestionamiento cons- Marie-Rose traga mis interpretaciones para vomitarlas me-
tante de los sistemas de valores jio es una creencia ni unnihi- jor, para crearse escenas de persecución y adoración más o
lismo, sino sabérlórñar ppsición para asumir un juicio en menos divinas, lejos de la palabra, en el secreto de su tubo
ima^situación d a d a ^ ser capaz de volver a cuestionarla des- digestivo. A l igual que el paranoico, ella no soporta la se-
de el lugar de~otró^¥ujeto, enesta aprehensión deTa^Teñevo^ xuación, pero el sadomasoquismo actúa sobre su propio
líneutralidad q^^^ por plurales liquidaciones de cuerpo hasta martirizarlo; su lenguaje está preservado, su
transferencias tamEíeñ'pTiíraTesT" clara inteligencia observa esta momificación sin inmutarse.
Considero que el alcance"ateo de la experiencia analítica Recuerda los primeros accesos de vómitos, durante las va-
-un agotamiento de la trascendencia y de sus imágenes in- caciones, en la habitación de sus padres; deseo y horror de
hibidoras o consoladoras en la trascendencia misma que ser hombre y mujer al mismo tiempo. L a escena rivaliza con
nosotros, en psicoanálisis, llamamos clivaje, la heterogenei- la que describe Céline sobre el puente de Londres. Marie-
dad psíquica biología-sentido— es profundamente liberador. Rose es el paje, el admirador de su madre; no puede sepa-
Para Sartre, el ateísmo es una "empresa cruel y de largo rarse de ese cuerpo doble, macho y hembra, que solo pue-
aliento". Como podrán comprender, desde el punto de vis- de hacer el amor a su progenitora matando la materia viva
ta del psicoanálisis, puede constituir una experiencia lumi- - l a mater v i v a - hasta en su plasma germinal, somatizando
nosa y, de hecho, de muy, muy largo aliento. por la amenorrea o la caída de los dientes.
En la transferencia, Marie-Rose se decide a contarme esta
opresión que ejerce, sobre su propio cuerpo, el cuerpo doble
52 E X P E R I E N C I A S D E LA L I B E R T A D PSICOANÁLISIS Y L I B E R T A D 53

de SUS padres unidos en la escena originaria. Al hacerlo, M a - libre del relato sadomasoquista. Más allá de lá alucinación
rie-Rose identifica la etiología sexual, bisexual, de sus tras- y la crueldad puestas en juego con el analista, el relato (im-
tornos, sin renunciar- a ellos sin embargo. Los transforma; la plícito o explícito, posible u obstaculizado) de la asociación
anorexia deviene dolor psíquico. E l relato hizo aflorar su an- libre es esta reconciliación entre las representaciones de pa-
gustia, el sufrimiento moral que pone en peligro incluso la labras y las representaciones de cosas, que nos ha hecho
posibilidad de continuar el análisis: ¿acaso no es esta la vía sentir -inconscientemente- que el sentido comunicado a
obligada de la perlaboracion que sustituye el acting somáti- otro es una violencia que nos resguarda -provisoriamente-
co por el drama entre el Yo y el Superyó} Si bien el sufrimien- de la muerte. E l relato de la crueldad, como el teatro de la
to psíquico no es necesariamente un progreso comparado crueldad en Artaud, nos mantiene vivos, en cuerpo y alma
con el dolor de los vómitos, es una victoria indiscutible sobre reunidos. Tierna a fuerza de relato. Marie-Rose escribía
la muerte física y una forma de tomar en cuenta la altendad poemas al principio de su análisis. E l análisis cambió su
en sí r úsmo (Yo-Superyó), que puede proyectarse en conflic- comportamiento: la anorexia desapareció y Marie-Rose pu-
to ¿on el otro, en este caso, con la analista. La amabilidad de blicó un libro de cuentos.
Marie-Rose se hace trizas y me dice todo lo malo que piensa
de mí, de mi hijo, de mi marido evidentemente también, et-
cétera. Al final de la sesión, agrega, sin temor a la paradoja,
que el análisis es el único "momento de su vida en el que pue-
de ser tierna". Me permito meditar sobre esta rara ternura.
¿Tierna con} ¿O tierna hacia} La asociación libre, ese relato
sexuado en la transferencia, pone en juego el sadomasoquis-
mo que evita la propia destrucción de la paciente al permitir-
le ser tierna con su ser pulsional. ¿Qué es, entonces, este ser
pulsional.' ¿Fuerza muda, ameba u homínido de la glacia-
ción, cadáver inorgánico, materia inanimada? L a fábula freu-
diana nos llama. Marie-Rose es tierna con este ser pulsional,
con su autoerotismo ahora anoréxico, en la medida en que
es capai de darme un relato sadomasoquista para ese ser.
Antes de morir, Freud leía novelas policiales (Agatha Chris-
tie y Dorothy Sayers) para desasosiego de Anna y de Jones.
E l lenguaje en el sentido freudiano del término, ¿sería la
ternura del parlétre}* Tierno con el parlétre, por asociación

* Término acuñado por Lacan para referirse al sujeto hablante (de


parler, "hablar", y étre, "ser"). [N. de T.J
EL A M O R POR L A OTRA LENGUA^^

ul"< o • ,. .,
L A O T R A L E N G U A O T R A D U C I R L O SENSIBLE

Se distingue inmediata y básicamente al extranjero del que


no lo es porque habla otra lengua.
E n una observación más minuciosa, el hecho es menos
banal de lo que parece; revela un destino exorbitante, tra-
gedia y elección al mismo tiempo.
Tragedia porque el ser humano, ser hablante, habla natu-
ralmente la lengua de los suyos, lengua materna, lengua de su
grupo, lengua nacional. Cambiar de lengua es equivalente a
perder esta naturalidad, a traicionarla o, por lo menos, a tra-
ducirla. E l extranjero es esencialmente un traductor. Puede lo-
grar integrarse perfectamente en la lengua local sin por ello
olvidar su lengua natal u olvidándola parcialmente. La mayo-
ría de las veces se lo identifica, sin embargo, como tal justa-
mente porque su traducción, por perfecta que sea, pone en
evidencia cierta melodía, cierta mentalidad que no es afín a la
identidad del nativo. Por más curiosa, divertida, excitante
que resulte, esta marca alógena irrita a los autóctonos: "Esa
es otra lengua", se dicen, "el que se expresa así es otro (un
traductor), no es de los nuestros, no lo es, qué quiere, noso-
tros no lo queremos...". Por suerte, este razonamiento no se

19 Conferencia dictada en el Barnard CoUege de Nueva York, en oto-


ño de 1996, "L'Autre langue, ou traduire le sensible", L'lnfini, núm. 57,
primavera de 1997.

55
56 E X P E R I E N C I A S D E LA L I B E R T A D EL AMOR POR LA OTRA LENGUA 57

cumple siempre estrictamente. Pero subyace hasta en las acti- te, un enriquecimiento, una evolución, una nueva vida del
tudes más tolerantes y, en estos tiempos de crisis, llega a pro- alma, de la lengua, de la nación, de la humanidad. Y esto
ducir los peores efectos de los que los humanos somos capa- es así porque nuestro traductor, a pesar de su falsa modes-
ces, la persecución del hombre o de la mujer, y el asesinato. tia, es un espíritu abierto que sueña con la amplitud mental
Sin embargo, el traductor, intrínsecamente desgarrado, de todos y también un profeta que anuncia y construye con
saborea con desolación su posición límite y sabe que la sos- entusiasmo la utopía del paraíso cosmopolita.
pecha que genera es también su salvación. Él dejó sus orí- Sucede, entonces, que nuestro extranjero-traductor no
genes - s u lengua materna- porque una necesidad o una puede elegir otra patria que la de los constructores de len-
elección lo llevaron irremediablemente hacia la lengua de guas, los escritores. ¿Acaso Mallarmé no había escrito que
sus anfitriones. L a nueva lengua, objeto de un amor lúcido toda literatura propone "una palabra total, nueva, extranje-
y, sin embargo, pasional, es el pretexto para su renacimien- ra a la lengua"? E l estilo es una visión que modifica la len-
to: nueva identidad, nueva esperanza. E l traductor aspirr^ i gua avejentada y sus recovecos más primitivos, y hace de
asimilarla absolutamente, le insufla no obstante, de modo ella una construcción sorprendente, irreconocible, que alte-
más o menos inconsciente, los ritmos arcaicos y las bases ra en principio los hábitos del clan. E l escritor, ¿no es desde
pulsionales de su idioma natal. Por ello, este espíritu desdo- siempre - y por esta misma razón- algo así como el equiva-
blado solo puede vivir agudizando su espíritu crítico. A lente al legislador, un "logoteta" frente al "nomoteta", que
partir de esta brecha, lo antiguo como lo nuevo, la familia modifica la lengua así como el jurista modifica las leyes?
originaria como la nueva comunidad le parecen tan cauti- Esta ambición no tiene en cuenta la necesidad de identi-
vantes como problemáticas, devienen un cuestionamiento dad de los grupos. ¿Cuál es el indicio característico de una
sin consuelo, una preocupación constante. ¿Hay mejor elec- identidad grupal? Hay naciones que definen su identidad a
ción que la lucidez insomne del traductor? partir de su pertenencia al territorio, otras lo hacen sobre la
Se considera -según las normas vigentes- que el traduc- base de su pertenencia de sangre; la mayoría, sin embargo,
tor ideal no debe transparentar en lo más mínimo la lengua más allá del suelo y de la sangre, asienta la imagen de su
de origen. Esta concepción de la traducción puede ser dis- identidad en la lengua. Esto es especialmente cierto en Fran-
cutida, pero es la más aceptada y parece satisfactoria. Des- cia. L a historia de la Monarquía y de la República, de su
de este punto de vista, el extranjero es un traductor no cultura administrativa, de su código verbal, de sus institu-
ideal: uno siempre puede distinguir "ese algo" que hace evi- ciones retóricas y educativas llevó a una fusión sin prece-
dente su diferencia. Por otra parte, el traductor, tan herido dentes entre el hecho nacional y el hecho lingüístico.
como orgulloso de ser reconocido, tiende a sorprenderse de De esto resulta que, para revolver la capa protectora de
que su inquietante extrañeza* no sea considerada una suer- la retórica, las vanguardias literarias deben ser más subver-
sivas y extremistas en Francia que en otros sitios. E n una
época de depresión nacional -que siempre va acompañada
En el original, inquietante étrangeté. Con esta frase, se tradujo al
por un repliegue de la identidad-, estas vanguardias son
francés el término alemán Das Unheimliche que, en la versión española,
aparece como "lo ominoso", "lo siniestro". [N. de T.] violentamente marginalizadas e, incluso, abolidas. Se ins-
58 EXPERIENCIAS D E LA LIBERTAD E L AMOR POR LA OTRA LENGUA 59

taura, así, el culto de un modo de hablar tradicional, del ejemplo-; entonces, a falta de palabras o de gramática, me
"buen gusto francés", para dar una base sólida a una iden- aferró a este salvavidas que mi lengua original, de sueño po-
tidad maltrecha y hasta inhallable. co profundo, después de todo, pone a mi disposición. Cuan-
do tengo un problema en medio de un código artificial, el
Nuestro extranjero-traductor no tiene suerte en este con- francés no viene en mi ayuda, tampoco lo hace cuando des-
texto. Obviamente, siempre existieron judíos en la corte, y fallezco ante las sumas y multiplicaciones. E n cambio, en
siempre habrá extranjeros en la Academia. Pero estas coar- esas situaciones, el búlgaro acude solícito para recordarme
tadas de la conciencia nacional no deberían hacer olvidar la que no he olvidado mis comienzos.
tendencia básica: los que tienen el coraje de realizarse en la Sin embargo, para mí, el búlgaro es ya casi una lengua
"otra lengua" comparten la audacia de las vanguardias; re- muerta. Una parte de mí se fue apagando lentamente a me-
ciben, por ello, el castigo de la sospecha y el ostracismo en dida que aprendía el francés con los dominicanos, después
el cual pronto sucumben. Es comprensible, entonces, que en en la Alianza y la Universidad; finalmente, el exilio volvió
Francia, los medios más finamente nacionalistas, más sutil- cadáver ese viejo cuerpo y lo sustituyó por otro, al principio
mente xenófobos se instalen en las instituciones que deci- frágil y artificial, luego, cada vez más indispensable y, ac-
den el destino de las Letras y ejerzan desde allí impunemen- tualmente, el único con vida: el francés. Me inclino a creer
te su poder. Se invita así a nuestro extranjero-traductor, en el mito de la resurrección cuando ausculto este estado bí-
aquel que habla la "otra lengua", a callarse o a integrarse a fido de mi mente y de mi cuerpo. N o he hecho el duelo de
uno de los clanes reconocidos, a una de las retóricas vigen- la lengua infantil en el sentido en que un duelo "terminado"
tes. Naturalmente, también puede intentar volver al extran- sería un desprendimiento, una cicatriz, hasta un olvido. Pe-
jero, hacerse traducir en el extranjero. De hecho, el destino ro, por encima de esta cripta oculta, sobre ese depósito de
del traductor es un destino, por definición, abierto, intermi- agua estancada que se corrompe y se desmorona, he cons-
nable, indefinido; es, por ende, su salvación... truido una nueva morada en la que habito y que me habita,
Seamos concretos. Supongamos que yo soy ese traductor. en la que se desarrolla lo que podríamos llamar, pretencio-
samente tal vez, la verdadera vida del espíritu y la carne.
" M e estremezco con esta bruma de perlas que apenas ro-
PERO, ¿QUÉ LENGUA? : ' ' za los pantanos del Atlántico y sofoca con una seda de Can-
tón los chillidos de risueñas gaviotas y la siesta indolente de
Yo no he perdido mi lengua materna. Vuelve a mí en sue- los patos salvajes. Sueño con una primavera en la que 'to-
ños cada vez con mayor dificultad, es verdad. O cuando oi- dos los carruajes estén perfumados y los pobres caballos co-
go hablar a mi madre. Debo decir también que, después de man flores'" (Apollinaire).
veinticuatro horas de inmersión en esa agua lejana, nado en De esta vaguedad que es mi inmersión en el Ser -que
ella con bastante habilidad, lo que me resulta por demás ninguna palabra puede resumir fielmente pues el vocablo
sorprendente. Vuelve también cuando me veo obligada a "alegría" la hace banal y "éxtasis" la embalsama-, conser-
hacer uso de un idioma extranjero - e l ruso o el inglés, por vo cierta serenidad marcada por palabras francesas. C o n
60 EXPERIENCIAS D E LA LIBERTAD
EL AMOR POR LA OTRA LENGUA 61

mis percepciones al límite, un temblor imperceptible bus- las pilas de agua bendita. Gigante o enano, el monstruo que
ca la lengua francesa; simultáneamente y a la inversa, en lo de allí surge goza de cierta permanente insatisfacción de sí
alto, una acumulación lúcida de ese fluir, todo un arsenal mismo y exaspera a los nativos, tanto a los de su país de
de lecturas y conversaciones francesas hace descender un origen como a los del país que lo ha recibido.
tejido luminoso que se deja elegir por mi sentir para dar Cuando esta angustia -pozo de aire, dificultad respirato-
existencia a mi serenidad. Alquimia de la nominación en la ria, anfetamina- se serena, logra una razón de ser ante los
que yo estoy sola con el francés. Nombrar el ser me hace demás. Podría entonces explicarles cómo estos hombres y
ser; cuerpo y alma, vivo en francés. mujeres de fronteras, estos inclasificables, estos cosmopoli-
No obstante, cuando la intriga se entromete, es decir, tas entre los que me cuento representan, por una parte, la
cuando el Ser llega a mí como una historia —la de la bruma pulsación del mundo moderno que ha logrado sobrevivir a
de perlas o la de los patos salvajes, la de un sueño, de una los famosos valores perdidos, gracias o a pesar del flujo de
pasión o de un asesinato-, un oleaje que no es de palabras, la inmigración y el mestizaje. Por otra parte, también encar-
con música propia, me impone una sintaxis desprolija y es- nan esta nueva positividad que se yergue frente a los con-
tas metáforas abisales que, sin afinidad con la gentileza y la formismos nacionales y a los nihilismos internacionalistas.
evidencia francesas, infiltran una inquietud bizantina en mi Más exactamente, si tenemos en cuenta la historia tal como
serenidad. Transgredo el gusto francés. E l gusto francés es la cuentan los diarios, solo hay dos soluciones para acabar
un acto de gentileza entre gente que comparte la misma re- con Sarajevo y Chechenia: hacer fructificar las lenguas y las
tórica, la misma acumulación de imágenes y de frases, el culturas nacionales y, al mismo tiempo, cuidar a estos
mismo dispositivo de lecturas y de conversaciones en una monstruos híbridos, estas especies todavía raras, pero en
sociedad estable. Es inútil, no puedo resucitar en francés; ya vías de proliferación, los escritores inmigrantes que, entre la
hace más de cincuenta años que mi gusto francés no resiste espada y la pared, arriesgamos lo que sabemos. ¿Por qué?
los sobresaltos de una antigua canción agazapada en una ¿Pueden acaso responderme? Para engendrar nuevos seres
memoria aún en vigilia. De estos vasos comunicantes emer- de lenguaje y de sangre, sin raíces en ningún lenguaje y en
ge una palabra extraña, extranjera aun a sí misma, ni de ninguna sangre, diplomáticos del diccionario, negociadores
aquí ni de allá, una monstruosa intimidad, pomo los perso- genéticos, judíos errantes del Ser que desafían a los ciuda-
najes de El tiempo recobrado en los que Proust ve encarnar- danos auténticos y, por ende, a militares de todo tipo para
se_en espacios~HF beneficio de la humanidad nómade que ya no quiere estar-
se quieta en su lugar.
involuntarios, acumulados a lo largo delnuclTóTam5^^
u n^ mon s tr uo._ d^^^ ¿Y dónde está el sufrimiento entonces? Esperaba la pre-
E n el entrecruzamiento dedoTlenguas y de dos tiempos, gunta. M i respuesta aún no está completa. Hay matricidio
modelo un idioma que busca las evidencias para ahuecarlas en el abandono de la lengua natal. Pero, aunque he sufrido
y llenarlas de alusiones patéticas, para descubrir el oscuro la pérdida de esta colmena tracia, dulce miel de mis sueños,
dorado de los iconos ortodoxos bajo la impecable aparien- también he gozado con el placer de la venganza y, especial-
cia de las palabras francesas, tan pulidas como la piedra de mente, con el orgullo de cumplir lo que fue, en un princi-
62 EXPERIENCIAS D E L A LIBERTAD E L AMOR POR LA OTRA LENGUA 63

pió, el proyecto ideal de las abejas natales. Volar más lejos tedes no están listos para partir. Aunque se hayan levanta-
que los padres, más alto, más rápido, más fuerte. No en va- do temprano, llegan demasiado tarde a un mundo dema-
no somos los herederos de los griegos; nuestros hijos ten- siado viejo que, sin embargo, rejuvenece sin cesar y al que
drán el ruso, el inglés, el francés, el mundo a sus pies. E l exi- no le gustan los retrasados. Ustedes creen - y no sé por qué
lio, destino inexorablemente doloroso desde Rabelais a la extraña r a z ó n - que se les debe todo; ustedes, perezosos,
caída del muro de Berlín, es el único camino que nos queda errantes, tramposos quieren todo con tal de poder dormi-
para buscar el elixir divino que solo se encuentra en la bús- tar o andar siempre por los bordes, con tal de trabajar a
queda, sabiéndose en búsqueda o en el exilio, exiliándose veces hasta matarse. Pero, ¿por qué matarse. Dios mío?
de la certeza y la insolencia del exilio. E n este duelo infini- Ustedes me hacen mal, mis semejantes, mis hermanos.
to, en el que la lengua y el cuerpo resucitan con los latidos Bulgaria, mi sufrimiento. , . , ..^i
de un francés trasplantado, ausculto el cadáver aún tibio de
mi memoria materna. Digo materna -sé lo que digo, no es
una elección involuntaria ni inconsciente- porque entre pa- FRANCIA, MI SUFRIMIENTO ,
labras musicales y pulsiones innombrables, cerca del senti-
do y de la biología que mi imaginación tiene la suerte de ha- Dialogo con Bulgaria en esta experiencia de la "otra len-
cer existir en francés, vuelve a mí el sufrimiento, Bulgaria, gua", pero sé también que, en la palabra sufrimiento
mi sufrimiento. [souffrance], hay algo de Francia [Frunce]. De hecho, dia-
No soy yo. Es esta memoria materna, este cadáver tibio logo con la lengua de elección más que con la lengua ad-
que aún habla, un cuerpo en mi cuerpo que vibra a la par quirida con el nacimiento.
de los infrasonidos y las informaciones, de amores ahoga- L a claridad lógica del francés, la impecable precisión de
dos y conflictos evidentes, de músicas gregorianas y esló- su vocabulario, la nitidez de la gramática seducen con su ri-
ganes mercantiles, de ternuras infantiles y brutalidades gor mi espíritu e imprimen - n o sin dolor— un sello de im-
mafiosas, miserables, estupideces políticas, económicas, parcialidad a mi complicidad con el M a r Negro de las pa-
ideológicas, gente sin rumbo o bestias ambiciosas, aprove- siones. Lamento abandonar las ambigüedades léxicas y la
chadores y perezosos, especuladores excitados, individua- pluralidad de sentidos, a veces, indescifrables del idioma
listas desvergonzados sin proyectos y ustedes, los abando- búlgaro, que - e n resonancia con la plegaria del corazón y
nados de la historia, que tratan de recuperarla sin saber la noche de lo sensible- apenas domina el cartesianismo.
cómo, búlgaros invisibles, indeseables, mancha blanca en Amo la manera latina de acuñar el concepto, la obligatoria
el mapa, sombras balcánicas atravesadas por la indiferen- elección del argumento clásico y la imposibilidad de tergi-
cia del Occidente al que pertenezco. Sus elogios son repro- versar el juicio que, en francés, es más político que moral.
ches, sus agradecimientos parecen más bien reclamos, sus Las elipsis de Mallarmé me seducen; la abundancia de las
esperanzas avanzan deprimidas, se adormecen antes de contracciones en la aparente blancura de un contenido in-
haber sido siquiera formuladas, sus cantos lloran, sus ri- significante otorga a cada palabra la densidad de un dia-
sas anticipan la desgracia; ustedes no están contentos, us- mante, las sorpresas de una tirada de dados. A esta cuida-
64 EXPERIENCIAS D E L A L I B E R T A D
E L AMOR POR LA OTRA LENGUA 65

da música de! sentido, prefiero la abundancia metafórica y culto a la familia, evidentemente, al suelo, a la sangre y, a
la hipérbole sintáctica de Proust, los sabores paganos de la menudo, principalmente al viejo arrullo de la lengua que
prolífica vaguedad de Colette. Me enseñan que, aunque es- nos fue transmitido por nuestros padres, maestros y ante-
criba ert su lengua materna, el escritor no deja de ser un tra- pasados. E l francés, más resistente al mestizaje que el inglés,
ductor de sus pasiones ocultas y que la lengua fundamental experimenta menos curiosidad ante los trasplantes que los
que él traduce con más placer es la lengua de lo sensible. E l cuerpos nuevos como el inglés norteamericano o, a pesar de
rumor de nuestras entrañas y de nuestros sueños, este in- todo, el ruso. Hoy exhibe con orgullo su autenticidad intra-
nombrable fundamento, nunca puede ser íntegramente in- ducibie. Un templo, en definitiva. Sus instituciones y ciertos
corporado, reducido en el código de las escuelas, de los cla- órganos de prensa -además de los mismos escritores, seres
nes, las instituciones y los medios de comunicación. en carne viva y nómades por definición- defienden fervoro-
Hade más de cincuenta años que hablo esta otra lengua. samente este cerramiento.
Hasta tal punto me he transferido a ella que ya casi acepto E l extranjero-traductor, el de la otra lengua, está obliga-
la creencia de los norteamericanos que me toman por una do a incluirse; la distancia molesta, ¿por qué pasar la noche
escritora e intelectual francesa. Sin embargo, cuando vuel- en vela? Si se muestra preocupado, discute o critica, se lo
vo a Francia después de un viaje al este, al oeste, al norte o acusa de "despreciar" a Francia, la idiosincracia francesa se
al sur, no logro reconocerme en los discursos franceses que encabrita en una postura regionalista y, como en los tiem-
dan la espalda al dolor, a la miseria del mundo y exaltan la pos de Esquilo, permite únicamente un solo discurso a los
tradición del desenfado -que no es nacionalismo- como re- extranjeros, el de los "suplicantes". '
medio contra nuestro siglo que, lamentablemente, no es ni No obstante, amo volver a encontrarme con Francia. Ya
el "gran siglo" ni el de "Voltaire-Diderot-Rousseau". lo escribí en Posesiones y lo repito aquí: amo volver a encon-
No hay nada más lamentable que escuchar, después de trarme con Francia. Ya no más opacidades, no más dramas,
una jornada de sesiones de psicoanálisis - u n espacio para la no más enigmas. L a evidencia. Claridad de la lengua y del
palabra deshecha, pero cierta-, a algún(a) periodista digno cielo despejado. Cada árbol, al borde del camino, hace una
sucesor de Verdurin ofrecernos los estereotipos del protec- respetuosa reverencia. Aquí, las intrigas siempre son sexua-
cionismo estilístico y filosófico. E l francés luce orgulloso los les y, por ende, violentas; sin embargo, si el terror se vuelve
falsos elogios, los entusiasmos vacíos, las alabanzas diti- francamente erótico, se agota. Los campos recortados en
rámbicas de los que "pertenecen". L a retórica de un fastuo- rectángulos regulares, antigua geometría de los romanos,
so optimismo, una melancolía más simulada que experi- galos y otros propietarios seguros de sí mismos aunque no
mentada y cierta inclinación hacia los valores y maneras hayan pagado sus tierras. Sé perfectamente que existen
tradicionales no son índices de una cultura antigua que se Francia y Francia, y que no todos los franceses son tan lím-
respeta y quiere evitar efímeros modernismos en oferta. pidos como pretenden. Sin embargo, cuando uno regresa de
Evidencian el íntimo pedestal de la ideología nacionalista y Santa Bárbara, esta visión se nos impone. N i un milímetro
racista que algunos, no tan pocos, alimentan. Este pedestal de paisaje que no reflexione, el ser es aquí enteramente lógi-
no es más que la fascinación de la identidad que celebra su co. Estos olmos frágiles, estos jardines cuidados, estos pan-
66 EXPERIENCIAS D E L A LIBERTAD EL A M O R POR LA OTRA LENGUA

taños limpios están al lado de gente que es porque piensa. destino es sinónimo de alivio. L a novela policial carece de
Sin embargo, el esfuerzo se deshace y la argumentación peso en Francia a menos que se atasque en parodia. Y olvi-
-aunque permanente- se desvanece en seducción e ironía. do la muerte que se yergue por sobre Santa Bárbara,
Muchos están enamorados de Italia, yo también: profu- r Si tuviera que resumir, diría que, en definitiva y a pesar de
sión de belleza que resulta siempre sorprendente hasta que todo, me aferró al francés "otra lengua" porque uno de los
también la excitación se deshace en serenidad. Otros se más grandes escritores franceses, tal vez el más importante
apasionan por España, la sin razones y, por ende, altanera; del siglo X X , era traductor. Hablo de Proust, claro está.
mística, pero indolente. Yo me refugio en Francia, definiti-
vamente. ! V.ÍM:/Í.=
.- V:1 ó ! , - •,>>• H,--. ,, ^,-,..<. ,

Conocí a una persona que solo volvía a sentir ganas de MT; íJ • PROUST; EL T R A D U C T O R ,:,L.J;,-<;¡

vivir cuando posaba su mano en el hueco dejado por los mi-


llones de peregrinos en la piedra de Santiago de Composte- Este hombre atormentado, mitad judío, este homosexual
la; el tiempo encarnado en este vacío con forma humana lo que no quería "pertenecerles"* - n i a los judíos, ni a los
reconciliaba con la presencia y la eternidad. Veinticinco mil franceses, ni a los homosexuales-, había elegido para sí una
años antes, en la pared de una cala de Marsella, el C r o - única patria: la escritura como traducción. Muchos críticos
Magnon había apoyado su mano y soplado alrededor pin- han señalado repetidamente que al traducir a Ruskin con la
tura negra. Doscientas cuarenta manos en la gruta de Car- ayuda de su madre y de una amiga, Marie Nordlinger,
gas al pie de los Pirineos. L a especie buscaba un refugio, Proust había encontrado en la traducción stricto sensu el
pero, ya entonces orgullosa de sí misma, se apoyaba en el modelo de su credo poético.20 "Debo traducir aún dos U-
tiempo que nos alcanza hoy. bros de Ruskin, luego intentaré traducir mi pobre alma, si
También yo instalo mi cuerpo en el paisaje lógico de la pobre no muere antes", escribió a Barres en marzo de
Francia; busco protección en las calles de París, planas, ri- 1904. L a metáfora de la traducción salpica el texto de En
sueñas y acogedoras, rozo a desconocidos -de una intimi- búsqueda del tiempo perdido y aparece en aquellos párra-
dad impenetrable aunque correcta- que escapan decepcio- fos en los que el Narrador define su estética. Sobre Elstir,
nados. Construyeron Notre-Dame, el Louvre, conquistaron dice: " S i Dios Padre creó las cosas nombrándolas, Elstir las
Europa y gran parte del globo para después, simplemente, recreó despojándolas de sus nombres o dándoles otro".2i
volver a casa porque prefieren un placer realista. Justamen-
te porque prefieren el placer a la realidad, siguen creyéndo- • En el original, en étre. En francés, la expresión en étre significa
se los dueños del mundo o, por lo menos, una gran poten- "ser homosexual". En este contexto, usada con una doble intención: ser
cia. Este mundo molesto, pero condescendiente y fascinado, homosexual y ser parte de. [N. de T.]
20 Edward Bizub, La Venise intérieure, Neuchátel, La Baconniére, 1991.
parece dispuesto a seguirlos. A seguirnos. A regañadientes
21 A la recherche du temps perdu, I , A l'ombre des jeunes filies en
a veces, pero, por ahora, dispuesto. L a violencia de los fleurs, París, Gallimard, Biblioteca de la Pléiade, 1988, p. 835. [Hay tra-
hombres cede ante el gusto de la risa mientras que una dis- ducción al español: En búsqueda del tiempo perdido. A la sombra de las
creta acumulación de encantos permite imaginar hoy que el muchachas en flor, Maidnd, Alianza, tomo n.] , . ,..
68 EXPERIENCIAS D E LA LIBERTAD E L A M O R POR LA OTRA LENGUA 69

Elstir, luego Proust. E l autor de lo que él m i s m o define, co- "sentimos en nuestro interior" y cuyo goce solo puede ser
mo "este libro esencial, el único libro verdadero, [que] n i n - alcanzado " s i es c r e a d a " :
gún gran escritor debe inventar pues ya existe dentro de c a -
da uno de nosotros y espera ser traducido. E l deber y la No hay nada más preciado, por más imprecisa que pueda
tarea de u n escritor son los del traductor".22 parecer esta impresión y la materia a la que alude, que las
L o que se evita decir es que la lengua que Proust tradu- impresiones que lastiman nuestro interior con la verdad de
sus aguijones. Son lo más preciado ya que solo de ellas
cía al f r a n c é s no era un idioma construido, c o m o el inglés
puede desprenderse lo único capaz de generar el goce que
o el b ú l g a r o en m i caso. E l escritor - e l extranjero, este tra-
lleva a nuestro espíritu a la máxima perfección y a la feli-
dLictor- transfiere a la lengua de su c o m u n i d a d la lengua
cidad más pura, la verdad. N o la verdad que, con palabras
singular de su " m e m o r i a i n v o l u n t a r i a " y de sus sensacio- casi idénticas, denominamos la modesta verdad - l a que se
nes. Pero, el inconsciente personal, ¿ n o es no comunitario e constata y se nota pues orna el exterior de las cosas como
irreductible? Ciertamente sí, a c o n d i c i ó n de liberar el i n - una rama decorativa, humilde y característica-, sino una
consciente del sello lingüístico que lo estigmatiza y de resti- verdad que no puede ser percibida, que se presiente, que no
tuirle sus secretos pasionales, pulsionales y sensoriales, que se deja ver y que solo puede alcanzarse si se la crea, forzan-
Proust e n a r b o l ó . do el renacimiento de la impresión que la contiene de mo-
E s t a lengua sensible no es una lengua de signos, sino una do tal que nazca junto a ella su íntimo corazón, la verdad.
" l e n g u a " entre comillas, u n caos y una serie de latidos, de Su realidad pasa por nuestra puerta y nos deja una nota es-
crita en caracteres criptográficos que no intentamos siquie-
impresiones, dolores y éxtasis en el límite de la inexplicable
ra descifrar.23
biología. E s t a lengua es la verdadera e x t r a ñ e z a , m á s extran-
jera que c u a l q u i e r i d i o m a y a constituido que el escritor pue-
da usar. Apenas vista en la Biblioteca de las G u e r m a n t e s , esta ver-
D e s a r r o l l é a lo largo de esta conferencia la m e t á f o r a del dad que debe ser descifrada y traducida ya se a n u n c i a , en el
extranjero c o m o traductor y escritor. Q u i e r o ahora invertir Contre Sainte-Beuve, c o m o una osmosis entre el "lenguaje
el sentido p a r a poner en evidencia ante ustedes el papel del m a t e r n o " y " n u e s t r a s e n s i b i l i d a d " , y t o m a una forma pro-
escritor que, en una sola lengua, traduce una indomable ex- pia de Baudelaire, " p e r f u m e de la tierra n a t a l " :
t r a ñ e z a sensorial. E l escritor, traductor en este sentido, es
- Los simbolistas serán, sin duda alguna, los primeros en
absolutamente otro, escandalosamente extranjero. Proust
aceptar que el encanto original o la grandeza de su pasado
estaba al tanto. E s c u c h é m o s l o . ' i. •
, que cada palabra encierra en su imagen o en su armonía
Antes de " t r a d u c i r " , se impone " d e s c i f r a r " : descifra- tienen sobre nuestra imaginación y nuestra sensibilidad un
miento de u n a " v e r d a d imperceptible" y que, sin embargo, poder evocador tan importante como el de su significación

22 Á la recherche du temps perdu, IV, Le Temps retrouvé, ob. cit.,


1989, p. 469. [Hay traducción al español: En búsqueda del tiempo per- 23 Henri Bonnet y Bernard Brun, Matinée chez la princesse de Guer-
dido. El tiempo recobrado, Madrid, Alianza, tomo VIL] mantes, París, Gallimard, 1982, p. 327.
70 EXPERIENCIAS D E LA LIBERTAD E L A M O R POR LA OTRA LENGUA 71

estricta. Estas antiguas afinidades misteriosas entre nuestro ¡Enorme dificultad! L a verdad se oculta bajo una cosa ma-
lenguaje materno y nuestra sensibilidad pueden resonar en \.9-iiá^"fí^l^"^°^'^~^^^^ sacarla
nosotros con una incomparable dulzura por obra del poe- I de allí? M i pensaTmenfo" r^ozÓ"esta_miagen que hay crTmi
ta que hace de ellas ya no lenguaje convencional como las I mente y'expeniíiéiíté'lá^^ CLue debajo de~eTla
lenguas extranjeras, sino una especie de música latente. E l . i había aTgoT^péTo^JqTIeT'Üírljb mi pensamiento como una
poeta da nueva vida a una palabra cuando la considera I s6H3a"HrfnrcereBroríiífé^^ allí^onde entrevi al-
desde una acepción ya en desuso, despierta armonías olvi- I go Kast?a~idennFicarlo7mi pensamiento choca contra un go-
dadas entre dos imágenes disjuntas o nos hace respirar las ccrdF^mátGria"qiié~To^^ aún desconoci-
delicias de la tierra natal.24 í V* do en mTT^" - ~- -

Proust nos recuerda una vez más que este desciframiento no


es una operación intelectual, que no proviene de "verdades
de la inteligencia", sino de "una impresión" y de "un es- BORRADOR DEL INCONSCIENTE O INCONSCIENTE BORROSO:
fuerzo personal": " L a s verdades que la inteligencia capta LA EXPERIENCIA LITERARIA '
directamente en medio de la luz son algo menos profundas,
menos necesarias que aquellas que la vida nos comunica Esta sonda traductora encuentra, en su camino, la experien-
aun a nuestro pesar a través de una impresión".^5 "Aquello cia de la escritura por etapas, en la que no puedo evitar el
que no hemos debido descifrar ni esclarecer con nuestro es- tema de los "borradores". Si existe un sentido todavía no
fuerzo personal, lo que era claro aun antes de nosotros, no nombrado y tal vez innombrable, ¿cómo lograr entonces la
nos pertenece." 26 significación verbalizada?
estamos frente a la profundidad de un psiquismo distinto Ustedes pueden constatar que el borrador puede atribuir-
del yo exterior jT^uperficj^ llarna una "región se la dignidad de ubicarnos en el centro de la fenomenolo-
intermedia", " ma ten a l " , sin e mb argo, acurrucada dentro gía y hasta de la teología.
dej_cuerpo y que el pensamiento, como una "son^a", inten- Durante demasiado tiempo, alguna gente (Jakobson,
ta sacar a la luz traduciéndola . . .. Barthes, Kristeva) sostuvo, en oposición a los salones, los
ideólogos y los sindicalistas que se apropiaban de la Hteratu-
\s necesario hacer que aquello c ue se halla en el fondo os- ra, que la literatura era un texto. Operación salvadora y, sin
/ curojlgJlauP^ncienciaantes de p asmars£enjobraj^ntes_de embargo, limitada. Los borradores pueden correr el velo que
ser sacado al exterior, atraviesTTa"región int£rrnedm,..fin^ cubre la experiencia subyacente al texto. Proust y su ex:pe-
n u e s _ t r o o s c u r o y el exterior, nuestra inteligencia. Pjro, riencia literaria: rec^nsdtuirja exjporiencia en eftexto. Lla-
¿ cónipJlevaHo jiasta'alOíi^ ?2''
mado a la razón, a lo imaginario, a lo inconsciente del lector.

2"* Contre Sainte-Beuve, Biblioteca de la Pléiade, París, Gallimard,


pp. 392-393. 2'' Le Carnet de 1908, edición Philippe Kolb, Estudios proustianos,
25 A la recherche du temps perdu, IV, Le Temps retrouvé, ob. cit., p. 469. 8, compilados en Cahiers Marcel Proust, París, Gallimard, 1976, p. 102.
26 Ibíd., p. 459. 28 Ibíd., p. 22, nota 6.
72 EXPERIENCIAS D E LA LIBERTAD E L A M O R POR LA O l RA LENGUA 73

L a experiencia: ¿Erlebnis o Erfahrung} Én la tradición conversión. Psicología y representación, la experiencia esta-


religiosa, hermenéutica, filosófica, la experiencia (consulten blece un frágil vínculo de dolor y de júbilo, lazo que va del
los textos de Hegel y de Heidegger) implica la copresencia cuerpo a la idea y hace caducar las distinciones.
con la plenitud del Ser cuando no una fusión con Dios. L a Comprendo que Proust haya decidido hablar de la expe-
experiencia hace emerger un nuevo objeto, aprehensión in- riencia literaria como "transustanciación".30
mediata, surgimiento, fulgor (Erlebnis). Se torna, en una se- Llamo literatura a aquello ^tie dbi^estimoniojie la expe-
gunda etapa, conocimiento de este emerger, paciente saber riencia. Cuando escribí L o s samurais o El viejo y los lobos
(Erfahrung). De esta aparición confusa, la experiencia ex- (Le Vieil Homme et les Loups) o Posesiones, estaba en via-
trae una visión, un ver, en definitiva, un saber. je, en travesía hasta el final de la noche; hasta el aturdi-
L a experiencia, apertura al otro que me exalta o me de- miento de un embarazo que paseaba por los pantanos del
sestabiliza, encuentra sus fundamentos antropológicos en Atlántico; hasta las lágrimas imposibles que me provocó la
mis vínculos con el objeto primario: la madre, polo arcaico muerte de mi padre en Bulgaria, hasta las pasiones asesi-
de necesidades, deseos, de amor y de repulsión.29 L a expe- nas que sufre y hace padecer una mujer en la experiencia
riencia devela la incompletud narcisística del sujeto, los de la condición femenina de la que tanto se habla y que no
dramas de su individuación, ya sea porque la vivamos en el se quiere considerar como feroz novela policial. Esta per-
cosmos o con un dios paternal o a través del dominio críti- turbación, este sumergirse, este "yo es otro" me entregan
co de los sonidos, los colores o el lenguaje. E n ella, habitan los continentes negros de mi inconsciente, pero también
depresiones, alucinaciones, envidias, y todas las gracias y regiones de sentido antes de la significación -que deberían
alegrías que procuran la comprensión, los reencuentros o la convocar el interés de la teoría analítica que, sin embargo,
independencia. no los considera prioritarios (salvo en algunos textos de
Tributaria de mis memorias más inaccesibles, la expe- Julia Kristeva cuando hace una lectura de Merleau-Ponty)-:
riencia guía mi infantilismo hasta las más elaboradas esfe- la sensación, la percepción. Se agregan ritmos, melodías,
ras de mi cultura e, inversamente, la expone a los más ocul- compases, enfoques presintácticos, "semióticos" de lo
tos traumas inscriptos en mi psiquis y mi cuerpo. que para mí es hoy el lenguaje. Melodías que - c r e o - agru-
Atraviesa las manifestaciones mundanas y verbales del pan vocalizaciones francesas y eslavas generando una ex-
sujeto, y modifica enteramente su mapa psíquico aunque no traña sonoridad y que muchos no consideran de buen
sea más que una emoción o una activa síntesis o ambas si- gusto, sino patéticas, no francesas. E n todo caso, se trata
multáneamente. L a experiencia es, así, inseparable del de- de una cierta sonoridad y, por lo tanto, de una monstruo-
seo y del amor. E n ellos y a través de ellos, experimenta una sa intimidad, más monstruosa tal vez que la de los gigan-
tes del final de El tiempo recobrado. Pues no conforme
con convertir el tiempo en espacio sonoro, semántico, lin-
29 Cf. Pouvoirs de l'horreur. Essai sur l'abjection, París, Le Seuil güístico, mi propia intimidad (mi propia experiencia) agre-
("Points", núm. 152), 1983, e Histoires d'amour, Denoél, París (Folio
"Essais", núm. 24), 1985. [Hay traducción al español: Historias de
í/wor, México, Siglo XXI, 1988.] 30 Carta a Lucien Daudet, 27 de noviembre de 1913.
74 EXPERIENCIAS D E LA LIBERTAD E L A M O R POR LA OTRA L E N G U A 75

ga ai tiempo de la lengua francesa otro tiempo, el de otra rrador está en la puesta en lengua, que comprende, pensán-
lengua. dolo bien, dos estrategias: la elección de las palabras (bajo
E n resumen, la experiencia moviliza el inconsciente, la el impacto de los "procesos primarios", en términos de
percepción, el prelenguaje y el lenguaje. L a experiencia deja Freud, y de la música) y la construcción del fraseo que la ló-
una huella secreta en gran parte. Abre un camino en mis no- gica y - u n a vez m á s - la memoria musical conocen a la per-
ches o en mis sueños opacos y se realiza en figuras sin len- fección.
guaje, en sensaciones abarrotadas de placeres y de angustia; E l borrador: un pasaje de la experiencia al texto. Un in-
algunas veces la marca dejada por la experiencia alcanza las termediario. Una etapa artesanal. Un entrecruzamiento
palabras o incluso mezcla ideas luminosas aunque, al día si- entre estados de ensoñación durante los cuales el debilita-
guiente, yo ya no pueda distinguir el encadenamiento que miento de la censura consciente permite un acceso res-
me había seducido. Este recorrido es anterior al borrador, su plandeciente al inconsciente, al sentir, al Ser, y la elección
fluidez se desdibuja. Estoy en estado de escritura, fuera del de la forma final.
borrador: una especie de des-tiempo (ya que el borrador, al Este borrador de inconsciente es en realidad un incons-
llegar el momento, me ubicará en la temporalidad de la pro- ciente ya borroso porque es considerado como un entredós
ducción). Este estado de escritura puede ir acompañado con (ni origen ni finahzación) aunque está más a nuestro alcan-
anotaciones: preborrador, depósitos fugaces, palabras, me- ce que la forma hallada.
táforas, juegos de palabras, pensamientos, siempre fragmen-
tos, cacería de lo insólito, flash del estado de escritura, i
L a etapa del borrador es ya una segunda etapa. L a expe- n E L ESCRITOR, ¿ES U N EXTRANJERO? , ,,
riencia pasa, sutil y cada vez más nítida, de la aprehensión
a un paciente esclarecimiento, al saber. Se trata de encon- Entonces, desde el extranjero al que definí como un traduc-
trar un rastro claro —"eso que habrá sucedido", un "futuro tor hasta el escritor al que acompañé traduciendo el univer-
anterior" para Mallarmé- escribiéndolo, materializándolo so sensible de su singularidad, ¿todos somos extranjeros?
en la lengua sobre una página, y de enriquecerlo, modificar- Yo sé hasta qué punto el grito patético de las conciencias
lo, empujarlo a ser definitivamente. Cuando un trabajo ló- humanistas, deseosas de luchar contra la "exclusión", pue-
gico y musical se une al deseo inconsciente y genera cierto de parecer demagógico e irritante. Nosotros no somos to-
placer -esto no es frecuente-, la versión definitiva se vuelve dos extranjeros. Muchos escritores han sido, de hecho, no
satisfactoria; también cuando, por una suerte de economía solo fervientes ideólogos de la identidad nacional, naciona-
de esfuerzos, el placer renuncia a intentar la perfección en listas y hasta fascistas, sino, muy sinceramente y sin caer en
la que se ha perdido interés y uno decide hacerse a un lado estos desvíos, ¡se han considerado indisolublemente atados
(indiferencia, abandono). al cordón umbilical de la lengua nacional y de sus códigos
En el transcurrir de esta escritura factual, escritura de bo- tradicionales!
rrador, el sentir sigue aflorando y el inconsciente, sorpren- Muchos ni siquiera sospechan que la expresión "extran-
diendo. Pero lo esencial (o al menos lo específico) del bo- jero a la lengua", que Mallarmé deseaba escribir, y la "tra-

tt
76 EXPERIENCIAS D E LA LIBERTAD

ducción de lo sensible", que Proust entreveía, lejos de ser


una excepción extravagante, constituyen la esencia misma
del acto creador.
Quisiera insistir sobre esta relación intrínseca, y que mu-
chos ni siquiera intuyen, entre el extranjero y el escritor pa- EUROFILIA-EUROFOBIA^i
ra reunirlos en una común y, sin embargo, siempre singular
experiencia de traducción.
Iré incluso un poco más lejos. Si todos no fuéramos tra-
ductores, si no expusiéramos íntegramente la extrañeza de Puedo decir hoy que viví muchos de los mejores momentos
nuestra vida íntima -sus derogaciones de los códigos este- de mi vida personal y profesional en suelo norteamericano.
reotipados denominados lenguas nacionales- para transcri-
birla en otros signos, ¿gozaríamos de una vida psíquica, se-
ríamos seres vivos? "Estrañarse"* de sí mismo y volverse HOSPITALIDAD ^ '-Í--

un intermediario de esta extrañeza permanentemente reco-


brada. Nombrar el tiempo sensible. Este es el modo que te- Sin embargo, nada hacía prever este afecto. E n mi Bulgaria
nemos de combatir nuestras psicosis latentes y vencerlas allí natal de posguerra, el Tío Sam no estaba de moda, como
donde el psicótico o el autista fracasan. Quiero decirles con es de suponer: apenas se le agradecía haber distribuido le-
esto que, para mí, hablar otra lengua es ni más ni menos che en polvo en las escuelas; nos reíamos de su culto por la
que la condición mínima y elemental para estar vivo. Coca-Cola, una droga, según la propaganda comunista; se
lo detestaba por la Guerra de Corea. Cuando llegué a Pa-
rís, la guerra de Vietnam estaba en su apogeo y manifestá-
bamos contra los bombardeos norteamericanos. E n ese en-
tonces. Rene Girard, que había asistido a mi presentación
de Bajtín en el Seminario de Roland Barthes, me invitó a
dictar clases en la Universidad de Baltimore. Yo no me ima-
ginaba colaborando con los "gendarmes del mundo". Y, a
pesar del consejo muy dialéctico de mi maestro, Lucien
Goldmann, que me decía: "Pequeña mía, hay que atacar al
imperialismo norteamericano desde adentro" y como, fran-
camente, yo no tenía las fuerzas suficientes, decidí quedar-

* En el original: s'estranger. Neologismo creado por la autora sobre 31 Texto redactado a partir de una conferencia pronunciada en el co-
la base del sustantivo estrangier del francés antiguo y provenzal, que sig- loquio French Theory [Teoría francesa]. Universidad de Nueva York,
nifica "extranjero". [N. de T.] noviembre de 1997. - . ,,

77
78 EXPERIENCIAS DE LA LIBERTAD EUROFILIA-EUROFOBIA 79
me en Francia. Corría el año 1966. Unos años más tarde, apología de la democracia norteamericana en contraposi-
en 1972, encontré en el Coloquio de Cerisy sobre Artaud y ción con la centralización francesa, estatal y jacobina. De
Bataille al profesor León Roudiez de la Universidad de C o - hecho, se trataba y se trata aún hoy de un reconocimiento
lumbia. Viajé por primera vez a Nueva York en 1973 y, de lo que considero la cualidad esencial de la civilización
desde 1976, soy profesora visitante permanente {Perma- norteamericana, que explica mi apego al trabajo que la uni-
nent Visiting Professor) del departamento de francés de es- versidad norteamericana me ofreció (de ahora en más, de-
ta universidad; esto no mejoró mi inglés, pero me permitió bo incluir en el adjetivo "norteamericana" a los vecinos del
encontrar muchos amigos y cómplices en ese mundo tan Norte de Estados Unidos, Canadá y las universidades cana-
particular que es la universidad norteamericana. - dienses). Me refiero a la hospitalidad.
Quiero retener en estas páginas dos imágenes-símbolos í Llamo hospitahdad a la capacidad que poseen algunos
que están inseparablemente unidas a mi vida psíquica y que seres humanos de ofrecer una morada a los que no la tienen
pueden darles una idea de mi apego a Estados Unidos, dos o se ven provisoriamente privados de ella. Exiliada del co-
imágenes apenas de toda mi experiencia, que volqué en mi munismo y habiendo sido muy bien recibida en Francia, no
novela Los samurais.^^ L a primera es una fotografía peque- fue en esa tierra, sin embargo, donde experimenté esta hos-
ña, en blanco y negro, tomada por León Roudiez, en la que pitalidad, aunque Francia me haya dado mi nacionalidad
se me ve a bordo de un ferry llegando a los rascacielos de francesa, hecho que jamás podré agradecer adecuadamen-
Manhattan; en ese momento, era una estudiante de pelo te. M i país de adopción genera, para liberarse de una larga
largo. Como no tengo ninguna foto de mi llegada a París, tradición administrativa y cultural, por un lado, novedades
este es, para mí, el único y mejor vestigio de mi re-naci- excesivas (todo tipo de vanguardias artísticas, filosóficas,
miento en el "mundo libre". L a segunda imagen es la de mi teóricas) que me han seducido y que construyen su gloria en
departamento en Morningside Drive, donde vivo cuando el extranjero, y, por otro, violentos rechazos y hasta odios
enseño en Columbia; tiene una vista extraordinaria del par- salvajes contra estas innovaciones. Norteamérica, por el
que medianero de Harlem y está inundado por la extraña contrario, parece ser una tierra que acoge el trasplante y lo
luz norteamericana, enceguecedora y acogedora a la vez. promueve hasta el exceso tal vez. A veces, cuando la xeno-
Allí escribí algunas páginas esenciales de Historias de amor fobia de este viejo país me lastima, acaricio la idea de ins-
(1983) y de Sol negro (1987); este departamento sigue sien- talarme definitivamente en Estados Unidos o en Canadá,
do, en mi mitología personal, el sitio privilegiado de la so- país más europeo y más francófono.
ledad feliz. E n nuestro mundo moderno, no tenemos una auténtica
Cuando Philippe Sollers y yo dedicamos a Nueva York el definición positiva de aquello que otorga el carácter de hu-
número 71-73 de Tel Quel del otoño de \977, muchos lec- mano (no en el sentido de "género humano", sino de "cua-
tores se sorprendieron. Su contenido no era más que una lidad humana"). Solo cuando nos enfrentamos con los "crí-
menes contra la humanidad" nos preguntamos "¿qué es la
32 Les Samourais, París, Fayard, 1990. [Hay traducción al español: humanidad?". M i experiencia personal me lleva a pensar
Los samurais, Barcelona, Esplugues de Llobregat, 1990.] que la definición mínima de la humanidad - e l "grado cero".
80 EXPERIENCIAS D E LA LIBERTAD EUROFILLA-EUROFOBIA 81

como diría Barthes- de la humanidad es, justamente, su ca- sión de que mi personalidad de inmigrante era menos
pacidad de hospitahdad. Por otra parte, los griegos no se frenchy,"- es decir, en el sentido que ellos dan a esta palabra,
equivocaron cuando eligieron la palabra ethos para designar cerrada, a veces altanera o despreciativa y que, por interme-
la aptitud que, desde entonces, se llama ética y que consiste dio de esta extranjera que soy, podían acceder a la cultura
en hacer una elección - l a elección entre el bien y el mal, y francesa y europea que, tan celosa de su pureza, a menudo
todas las demás elecciones-. Ahora bien, esta palabra ethos se les hace inaccesible. L o cierto es que algunas de mis inves-
(de la que deriva ética) quiere decir morada habitual, madri- tigaciones hallaron en Norteamérica una hospitalidad, una
guera de los animales y, como derivación de este sentido de resonancia, un desarrollo, que me regocijó y me estimuló.
habitat, generó progresivamente los sentidos de hábito, ca- A menudo, la imagen que los norteamericanos tienen de mí
rácter, lo que es propio de un individuo, de un grupo social. me sorprende, no me reconozco en ella. Nunca tuve ni ten-
Diría, entonces, que la hospitalidad tal como la practican dré, sin embargo, la tentación de entrar en polémica. Estoy
los norteamericanos -dar refugio, acoger, proteger, abrir su convencida de que hay dos explicaciones para esto y que
puerta, sus universidades, sus editoriales, y también su pen- una, seguramente, es la adecuada: estas interpretaciones son
samiento, su manera de pensar y reflexionar, sus preocupa- contrasentidos estériles que se desvanecerán por sí mismos
ciones profesionales y personales a la existencia y al trabajo -ciertos artilugios militantes o políticamente correctos-** o
de un extranjero— es el grado cero del ethos. Norteamérica se inscriben en la búsqueda personal de hombres y mujeres
encarna para mí esta aptitud moral que se vuelve esencial y, norteamericanos, originales e inventivos, que consideran mi
al mismo tiempo, problemática en nuestros días cuando la trabajo semejante al de ellos y se enfrentan con los riesgos
inmigración masiva de los pueblos vuelve indispensable re- de sus propias obras, un gesto de hospitalidad a pesar de los
cibir al extranjero, pero demanda también una legislación malentendidos. ¿Acaso el "trasplante" no es una adopción
realista y una moral apropiada. Sean cuales fueren sus pro- de consecuencias imprevisibles, lo opuesto a la "clonación".'
pias dificultades, sus ostracismos con respecto a los extran-
jeros, en el continente norteamericano yo me siento extran-
jera junto a otros extranjeros. Siento que podemos hacer ELEMENTOS PARA U N A I N V E S T I G A C I Ó N

algo con esta solidaridad pues pertenecemos a una humani-


dad futura, humanidad futura hecha de extranjeros que in- Me permitiré retomar los temas de mi trabajo que han sido
tentarán comprenderse. más comentados en Estados Unidos para hacer algunas
L a hospitalidad que los norteamericanos me han ofrecido aclaraciones.
se dirige ante todo a mis ideas, a mi trabajo. Yo les traje - y
me preocupo por seguir haciéndolo- una memoria cultural 1. La intertextualidad siempre tiene mucho éxito. Estrella
francesa y europea, en la que se mezclan la tradición germá- internacional o caballito de batalla según la ocasión. Esta
nica, la rusa y la francesa: Hegel y Freud, el formalismo ru-
so, el estructuralismo francés, las vanguardias del Nouveau * "Franchute". En inglés en el original. [ N . de T . ]
Román y de Tel Quel. Tal vez ellos hayan tenido la impre- ** En inglés en el original (politically correct). [ N . de T.]
82 EXPERIENCIAS D E L A LIBERTAD EUROFILIA-EUROFOBIA 83j

noción, surgida de mi lectura de los textos de Bajtín, nos in- dualismo que define a la mente humana, particularmente,
vita a leer el texto literario como un entrecruzamiento con las restricciones pulsionales y biológicas que subyacen al
otros textos. A menudo se la ha considerado desde una pers- sentido y a la significación. Pues, si bien "al principio era el
pectiva formalista o estructuralista, como una simple lista de Verbo", se trata de lo reprimido del comienzo. Estoy con-
citas o una variante de la antigua crítica de las fuentes. A mi vencida de que el futuro del psicoanálisis recorrerá el cami-
modo de ver, se trata, ante todo, de introducir la historia en no de las lógicas inconscientes translingüísticas hacia los
el estructuralismo: los textos que Mallarmé o Proust leyeron imperativos biológicos y neurobiológicos. E n el Centre du
y que nutren la Tirada de dados o En búsqueda del tiempo Vivant, en la Universidad París VII Denis-Diderot, intenta-
perdido nos permiten introducir en el laboratorio mismo de mos vincular las preocupaciones de los biologistas con las
la escritura el interés de Mallarmé por el anarquismo, por de los psicoanalistas. Los desarrollos norteamericanos no
ejemplo, y el de Proust por la mística judía del Zohar o el toman en cuenta este tipo de implicaciones de lo semiótico.
caso Dreyfus... Al mismo tiempo, demostrando hasta qué Quiero agregar que la colaboración con psicoanalistas
punto el interior del texto depende de lo exterior, la interpre- norteamericanos no ha dado demasiados frutos hasta aho-
tación descubre la inautenticidad del sujeto de la escritura. ra. Ellos no están muy interesados en la investigación psi-
El escritor es un "sujeto en proceso", un carnaval, una poli- coanalítica freudiana que se lleva a cabo en Francia aunque,
fonía sin reconciliación posible, una revuelta permanente. en Estados Unidos - m á s frecuentemente en los ámbitos
La intertextualidad, aparentemente posestructuralista, ya in- universitarios dedicados a la literatura que en los clínicos—,
troducía lo que yo elaboré en mis últimos libros de 1996 y se repitan algunos discursos lacanianos. Nuestras dos preo-
1997 acerca del vínculo intrínseco e indisoluble entre cultu- cupaciones son abrir el psicoanálisis a la biología y sacarlo
ra y revuelta, n ; . U , a., . ¡ i , ¡ í , < , « ; ' i u . , . , ^:: í >,» • del aislamiento en el que se encuentra favoreciendo su in-
tervención en la política social; ambas preocupaciones, que
2. La distinción que he establecido entre lo semiótico y lo intentan revitalizar el psicoanálisis contemporáneo, no pa-
simbólico no está cargada de ninguna intención política ni recen motivar a nuestros colegas norteamericanos. Ellos
feminista. Es un intento de pensar el sentido no como una sucumben con facilidad ante una especie de revisionismo
estructura, sino como predicación o proceso, distinguiendo antifreudiano cuando no se repliegan, temerosos, sobre la
lo que se vincula a los signos y a su concatenación sintácti- tradición freudiana, que consideran, paradójicamente, más
ca y lógica de lo que es transverbal. Digo transverbal por- una psicología normativa que una paciente lectura de los
que el término preverbal es fuente de confusión; lo semióti- textos freudianos. Esperemos que la asunción de Otto
co no es independiente del lenguaje, se mezcla con él y, bajo Kernberg -conocedor de la investigación psicoanalítica
su dominio, articula otros dispositivos de sentido tales co- francesa- de la presidencia de la IPA pueda modificar, en
mo las articulaciones rítmicas, melódicas, etc., que no son parte, la situación.
significaciones. L o semiótico transverbal está vinculado a la relación ar-
Siguiendo las distinciones freudianas entre representa- caica madre-hijo; me permite, entonces, inscribir lo feme-
ción de cosa y representación de palabra, intento respetar el nino-materno —que Freud llamaba "continente negro" o
84 EXPERIENCIAS DE L A LIBERTAD EUROFILIA-EUROFOBIA 85

"cultura minoico-micénica" (aludiendo a la civilización nica y están referidas a los síntomas que luego denominé
griega anterior a ia Grecia clásica)- en ciertas modalidades nuevas enfermedades del alma,^^ en las que la separación
del lenguaje. Esta otra lógica de lo femenino-materno de- entre sujeto y objeto no es neta; estas dos cuasi-identidades
safía la representación normativa y se sitúa en las antípo- se agotan en la fascinación y la repulsión. Las personalida-
das de la representación fálica. M i contribución a las refle- des borderline y algunos aspectos de la depresión pueden
xiones sobre lo femenino en relación con lo político pero ser descritos a partir de esta economía psíquica que nos reu-
por intermedio de lo sagrado se ubica, justamente, en las bica en la relación arcaica de no-separación del continente
antípodas de la femineidad fálica. materno en el que la madre es el primer ab-yecto; los artis-
Sostengo que este fin de siglo, que parece tan ávido de re- tas como Picasso y De Kooning saben bastante de esto...
ligión, está, en realidad, ávido de lo sagrado. Me refiero al Junto a las nociones de abyecto-abyección, intenté estu-
deseo de los seres humanos de pensar, no de calcular, sino diar el complejo universo de un autor como Céline. Céline,
de cuestionar; esto los diferencia de otras especies y, a con- maestro de la ficción popular, del estilo argótico, cantado y
trario, los acerca a ellas. Esta característica distintiva de lo lleno de inaudita emoción, quien lejos de tomar la vía ca-
humano, que podríamos denominar sentido de lo divino o tártica de la abyección propia de las religiones (sostengo, en
de lo sagrado, consiste, a mi entender - l o digo como escri- efecto, que toda religión es una purificación de lo abyecto)
tora, psicoanalista, especialista en semiótica-, precisamente persigue apasionadamente abyecciones imaginarias que
en la emergencia misma del lenguaje. Lo semiótico, depen- transforma en realidades políticas. Su antisemitismo y sus
diente de lo materno, parece ser el horizonte más alejado al abyectos compromisos con la ideología nazi se manifesta-
que el pensamiento accede cuando intenta pensarse en las ron en panfletos que recordamos con profunda tristeza, pe-
fronteras de la physis y sumergirse en ella. L o semiótico, ro que, como analista, fui una de las primeras en intentar
emergencia del sentido, parece promover las dicotomías de leer desprejuiciadamente.
la metafísica (cuerpo-alma, lo físico-lo psíquico). M i preo- Gané muchos adeptos en esta aventura en el peligroso
cupación por lo sagrado es, en definitiva, una preocupación campo —aceptémoslo- de la abyección: numerosos artistas
antimetafísica y, solo por derivación, feminista. M i estrecha norteamericanos y del mundo entero se reconocieron en la
vinculación con el reconocimiento del papel de las mujeres experiencia de la abyección, cercana a los estados psicóti-
en la vida social, política e intelectual está fundamentada en cos, que el arte puede afrontar. Me valió también la conde-
nuestro aporte de una actitud diferente con respecto al po- na de la revista The Nation, que determinó que mi análisis
der y al sentido, una actitud que toma en serio la necesidad de Céline solo pretendía su absolución, como si intentar
de supervivencia de nuestra especie y su deseo de lo sagrado, comprender significase necesariamente perdonar. Me topé,
pues las mujeres se sitúan en el entrecruzamiento de estas entonces, con una de las más dogmáticas incomprensiones
dos exigencias. . de mi investigación que, como partidaria del intento de
pensar, recibí como una suerte de excomunión, la versión
3. L o abyecto y la abyección son nociones que he desarro-
llado, en un primer momento, a partir de la experiencia clí- 33 Les Nouvelles Maladies de l'áme, ob. cit. v < i* '
86 EXPERIENCIAS D E LA LIBERTAD EUROFILIA-EUROFOBIA 87

trágica de un suceso reciente, más bien cómico. L a pluma


de un molesto bufón de ia Universidad de Nueva York pre-
tendió, un día, "desenmascarar" a ios "impostores france- D o s MODELOS DE CIVILIZACIÓN
ses", refutar "formalizaciones" allí donde en realidad solo O DE UNA POLÉMICA QUE HIZO ESTRAGOS...
había transferencias metafóricas... " • - • '
L a caída del Muro de Berlín en 1989 hizo más evidente aún
4. Finalmente, la extrañeza es un tema que me interesa mu- la diferencia entre dos modelos de cultura, vuestra hospita-
cho. Étrangers a nous mémes,^^ que obtuvo el premio Hertz lidad me ocultaba parcialmente esta diferencia. Para evitar
de la Academia de París, me brindó la posibilidad de reco- cualquier malentendido, diré que las democracias occiden-
rrer la historia de los extranjeros, su destino real, el modo tales han tenido el privilegio de elaborar dos concepciones
occidental de pensarlos. Desarrollé entonces una posición de la libertad de las que no estamos suficientemente orgu-
que aún hoy es difícil de entender. Considero que, frente a llosos. Estas dos concepciones de la libertad se apoyan en
la depresión nacional que vive Francia - y también otros las tradiciones griegas, judías y cristianas y, a pesar de las
países- a causa de la globalización y el flujo de inmigrantes crisis y los horrores tan conocidos (recordemos las palabras
y en contra de las reacciones maníacas a esta depresión (co- de Madame Roland al pie del cadalso: "¡Libertad, cuántos
mo la del Frente Nacional, por ejemplo), la restauración de crímenes se han cometido en tu nombre!"), siguen siendo
la confianza nacional es tan prioritaria como, en un pacien- un valor supremo. Ambas pueden ser compatibles; a menu-
te deprimido, la restauración del narcisismo o del ideal del do, y muy especialmente en nuestros días, se oponen o es-
yo antes de emprender el verdadero análisis (que quiere de- tán en guerra.
cir disolución) de sus resistencias y defensas. En Crítica de la razón pura (1781) y Crítica de la razón
Estoy persuadida de que, en el próximo siglo, la sociedad práctica (1789), Kant define, por primera vez en el mundo,
cosmopolita que tanto soñaron los estoicos y, principal- la Hbertad tal como otros seres humanos ya la habían expe-
mente, los hombres del Siglo de las Luces no podrá concre- rimentado aunque probablemente sin alcanzar una ciara
tarse bajo la forma utópica del crisol* universalista, unifor- conciencia. N o lo hace por la negativa, no es para él una
mizada por el mercado, los medios de comunicación o "ausencia de restricciones", sino, de modo positivo, como
Internet. Será, en cambio, una coexistencia más o menos posibihdad de autocomienzo. A l identificar así la "liber-
conflictiva, entre naciones o grupos de naciones, conmina- tad" con el "autocomienzo", Kant inicia una apología de ia
dos a vivir con y contra otros. Una mezcla de respeto por la audaz subjetividad, de la iniciativa del self; permítaseme
identidad nacional y de apoyo al interés general deberá leer con este enfoque personal su pensamiento "cosmológi-
reemplazar los abusos de la globalización actual. co". Simultáneamente, no deja de subordinar ia hbertad de
la Razón, pura o práctica, a una causa divina o moral.
Reahzo una extrapolación cuando digo que, en un uni-
34 Étrangers a nous ntémes, París, Fayard, 1988. [Hay traducción al es-
pañol: Extranjeros para nosotros mismos, Barcelona, Plaza y Janes, 1991.]
verso cada vez más dominado por la técnica, la libertad de-
* En inglés en el original (melting pot). [N. de T.] viene progresivamente la aptitud de adaptarse a una "cau-
88 E X P E R I E N C I A S D E l.A LÍBERTAD
EUROFILIA-EUROFOBIA 89

sa" siempre exterior al self, cada vez menos moral y más mana. Se trata de inscribir la libertad en la esencia de la fi-
económica y, en el mejor de los casos, moral y económica. losofía como cuestionamiento infinito antes de que esta se
En el marco de este pensamiento que favorece a! protestan- fije en el encadenamiento de las causas y efectos, y quede así
tismo -me refiero al trabajo de Max Weber que analiza las bajo su dominio.
relaciones entre el capitalismo y el protestantismo-, la liber- N o teman, no avanzaré más en esta lectura, por demás
tad aparece como una libertad de adaptarse a la lógica de esquemática, de la libertad según Kant o según Heidegger.
las causas y de los efectos, a la lógica de la producción, de la Me interesa insistir, hoy, en este mundo moderno, sobre la
ciencia, de la economía. Ser libre sería, entonces, ser libre segunda concepción de la libertad, tan distinta de la del li-
de lograr los mejores efectos adaptándose a la lógica de las beralismo, que se manifiesta en el Ser de la palabra a través
causas y efectos, es decir, libre de adaptarse al mercado de de la presencia del Ello en el Otro.
la producción y del beneficio. L a lógica de la globalización Debemos subrayar las connotaciones de la libertad tal
y la dei liberalismo son ei resultado de esta libertad, por la como la hemos definido. E l poeta tiene el privilegio de po-
cual ustedes son libres, libres de ingresar en este proceso de seerla; también lo tiene el libertino, que se burla de las nor-
causas-efectos. L a causa suprema (Dios) y la causa técnica mas sociales de causas-efectos para hacer aflorar y poder
(Dólar) son las dos variantes solidarias y copresentes que formular su deseo disidente. También está presente en la
garantizan el funcionamiento de nuestra libertad en ei mar- transferencia y la contratransferencia de la experiencia ana-
co de esta lógica de instrumentalización. No niego ia ampli- lítica y en el revolucionario que reconoce los privilegios de
tud ni los beneficios que conlleva esta libertad de adecua- la persona singular por encima de cualquier otra conven-
ción a la lógica de las causas y los efectos que culmina en el ción —base sobre la que se asientan los Derechos del Hom-
pensamiento-cálculo y en la ciencia; este es un momento ca- bre y la divisa de la Revolución Francesa, Libertad-Igual-
pital dei desarrollo de la humanidad en su acceso a la téc- dad-Fraternidad, que consolidó definitivamente los logros
nica y a la automatización. L a civilización norteamericana del babeas corpus inglés—.
es la que mejor se ha adaptado a este tipo de libertad. Quie-
ro agregar solamente que esta libertad no es la única.
Existe otro modelo de libertad. Surge en ei mundo griego, E L PORVENIR D E L A UTOPÍA,
empapada de filosofía con los presocráticos, y se desarrolla . L A ACTUALIDAD D E L O POLfriCO v
en el diálogo socrático. No está subordinada a una causa, es
anterior a la concatenación de las "categorías" aristotélicas, Estamos construyendo la Comunidad Europea con las di-
premisas de la razón científica y técnica. Esta libertad fun- ficultades y las crisis que nadie ignora. E n este concierto, a
damental del Ser y del Ser de la palabra se entrega, se ofre- menudo caótico, se alza la voz de Francia, que intenta ha-
ce, se manifiesta ante sí misma y ante el otro para así libe- cerse escuchar para construir una "Europa social"; otros
rarse. Heidegger se ocupó de esta liberación del Ser de la gobiernos socialistas y la opinión pública, celosa de su tra-
palabra entre el uno y el otro en su discusión del seminario dición cultural, se hacen eco de su esfuerzo. Creemos estar
de Kant de 1930, publicado como Esencia de la libertad hu- proponiendo un "modelo de sociedad" que no es el del li-
90 EXPERIENCIAS D E L A LIBERTAD EUROFILIA-EUROFOBIA 91

beralismo propio del modelo norteamericano. Las raíces y sindicales. L a base de esta convergencia es la convicción
del sentimiento de nuestra diferencia cultural no se encuen- de que debe defenderse "otra concepción de la libertad",
tran en la memoria o en una tradición de mayor antigüe- que sostiene que, en la era posmoderna, el mejor rendimien-
dad, refinamiento y sofisticación por el mero hecho de per- to técnico y económico no genera la liberación humana, co-
tenecer al "viejo continente". Provienen de la convicción mo sucedió en la fase anterior a la instalación del capi-
de poseer otra concepción de la libertad, aquella que privi- talismo. Esta valorización de lo singular, de lo íntimo, del
legia el ser y, principalmente, el ser singular frente a la ne- arte de vivir, del gusto, del tiempo libre, del placer gratuito,
cesidad económica y científica. Cuando el gobierno francés de la gracia, del azar, de lo lúdico, del derroche, de la "par-
insiste en la solidaridad frente al liberaHsmo, lo que inten- te maldita", en definitiva, de la libertad como esencia del
ta defender es ni más ni menos que esta concepción de la "Ser en el mundo" anterior a cualquier "causa" constituye
libertad. la principal característica de la cultura europea. ¿Podríamos
Queda claro que esta actitud conlleva algunos riesgos: ig- preservarla para la humanidad toda? Nada es menos seguro
norar la realidad económica, encerrarse en reivindicaciones ya que todo nos hace creer que, en esta tierra, el torbellino
corporativistas, abandonar la competencia mundial y refu- del pensamiento-cálculo y los derechos del consumidor tie-
giarse en la pereza y en los arcaísmos. Debemos estar aten- nen como único oponente al renacimiento de las sectas en el
tos y no olvidar las exigencias del mundo técnico, de las que lo sagrado no es un cuestionamiento permanente, tal
causas y los efectos, y diferenciar con claridad las ventajas como lo exigiría la dignidad humana, sino una simple su-
de este otro modelo de hbertad, el que defienden hoy las na- bordinación a las causas-efectos absolutas. Nada indica que
ciones europeas, principalmente las de tradición católica este segundo modelo pueda realizarse, es una mera aspira-
como Francia, Italia, España, Polonia... Los pobres, los dis- ción. De todas formas, el desafío está pendiente y esta es la
capacitados, los jubilados, los dependientes de la ayuda so- apuesta.
cial, es decir, la vida humana en su más débil singularidad, E n este marco, el "estatismo", tan en boga en la política
y las diferencias sociales y étnicas en su intimidad específi- francesa actual, se inscribe en la lógica de "solidaridad"
ca - n o solo desde el papel de consumidores- constituyen su contra "liberalismo". Incluso en Francia, los partidos de
preocupación y dan vida a este otro modelo que es más bien derecha simulan no entenderlo y consideran la participa-
una aspiración que un proyecto definido. Los movimientos ción del Estado en la resolución de ciertos problemas eco-
y los partidos de la izquierda europea, sociaUsta y comunis- nómicos o del desempleo de los jóvenes como "arcaísmo"
ta, están estrechamente vinculados a los movimientos cari- o "asistencialismo". Por el contrario, el Estado, en vías de
tativos y católicos, por ejemplo, para reivindicar una socie- descentralización, purga al mismo tiempo su culpabilidad
dad que se sustente en valores diferentes de los derechos del por la colaboración de Vichy, compromiso que durante mu-
consumidor. Asistimos hoy, en Europa, a una nueva alian- cho tiempo fue encubierto incluso por el gobierno de Mit-
za entre ciertas tendencias humanistas de la Iglesia católica, terrand. E l actual proceso a Papón, que está menos dirigi-
criticada por sus actitudes arcaicas en relación con la sexua- do a Papón que al régimen de Vichy, se llevará a cabo; es de
lidad y la procreación, y los más exigentes ámbitos científicos esperar que el Estado, que ha sabido liberarse de sus fantas-
92 EXPERIENCIAS D E LA LIBERTAD EUROFILIA-EUROFOBL\ 93

mas, ganará en esto una nueva credibilidad que le permiti- titud de libertad que a veces adquiere el aspecto de la con-
rá continuar afianzando esta política de solidaridad. L a testación política. Por otra parte, la política stricto sensu
ayuda de la res publica es de vital importancia para los más puede también ser una traición a esta libertad de pensar.
débiles. De esta manera, la República encontrará el camino Durante este encuentro, he reiterado la idea de que la "re-
del renacimiento, no como una continuación del modelo volución política" (el Terror de 1793 en Francia y la aún
centralizador, sino como la expresión de una unidad popu- más dramática Revolución Rusa de 1917) conlleva el sofo-
lar que garantice la pluralidad en la unidad de la nación so- camiento de la re-vuelta tomada como libre cuestionamien-
lidaria. Otra versión, en suma, del "Estado nación", des- to, como inquietud permanente.
centralizado, respetuoso de las libertades singulares y no Sin embargo, el horror del totalitarismo, que se apoderó
por esto menos unificador y protector. Tal vez sea este el de la revuelta para erigirse como un dogma mortífero, no
mejor antídoto contra la depresión de la que saca provecho desacredita para siempre la posibilidad de la libertad en re-
el Frente Nacional. vuelta, la de inscribirse en el espacio político y no solo en la
Desde esta perspectiva, la participación de Francia en la vida del pensamiento. Los universitarios norteamericanos
Comunidad Europea consistirá en promover el socialismo y han desarrollado una verdadera francofilia o eurofilia pues
la opinión europeos para que se afiancen como poseedores reconocen en este conjunto de investigaciones una "filoso-
de esta versión de la libertad y el humanismo. E n otras pa- fía continental". Como signo de protesta contra las limita-
labras, la izquierda francesa es testigo de que el pueblo ciones de los derechos del consumidor y del razonamiento
francés aún conserva la conciencia de ser el heredero de la positivista norteamericanos, ustedes se apoyaron en nues-
Revolución Francesa, cuyo mensaje es muy simple: los más tras investigaciones cuyo carácter ético y teórico aceptan.
desfavorecidos, cada singularidad, pueden vivir mejor y es- No obstante, la deformación políticamente correcta* ha
ta mejor vida no es solo un mejor cálculo, es mayor digni- endurecido las reales implicaciones políticas de nuestro tra-
dad. Además, es posible satisfacer este gusto por la libertad bajo, que son inseparables de la manera de pensar que us-
del Ello no solo en la vida privada o en una iglesia, sino en tedes subestimaron.
la vida pública. Es un pensamiento de "revelación" que Heidegger y
Ya he hablado extensa aunque insuficientemente acerca Hannah Arendt, aunque con algunas diferencias, ubican en
de las consecuencias políticas de esta versión de la libertad oposición al pensamiento-cálculo. Una vuelta del pensa-
que nos transmite la cultura europea. Esta manera de ser li- miento a la fuente, a la ficción y, de este modo, al cuerpo
bre está plasmada tanto en nuestra experiencia social como sensible; esto recuerda el "tercer género de conocimiento"
en nuestra manera de pensar. ¿Acaso no es por esta razón de Spinoza y la racionalidad propia de la "asociación li-
que una parte de la universidad norteamericana ha acogido bre" y de la "transferencia" que la experiencia psicoanalí-
favorablemente nuestros trabajos? Percibieron seguramente tica testimonia.
en nuestras investigaciones - e n oposición al establishment
económico, político y académico de la sociedad norteame-
ricana- una manera de ser que se revela en la re-vuelta, ac- * En inglés en el original. [N. de T.]
94 EXPERIENCIAS D E LA LIBERTAD EUROFILIA-EUROFOBIA
95

Los que ignoran o rechazan este pensamiento desarrollan Por otra parte, y como continuación de la visión psicoa-
una verdadera francofobia junto a una eurofobia (¡se acusa nalítica del ser humano, lo imaginario se revela cada vez con
a la "filosofía continental" de cazar a supuestos "imposto- mayor fuerza como una parte esencial de nuestra psiquis y,
res"!). N o solo reaccionan ante la impresión dolorosa de principalmente, como el ámbito de esta versión de la liber-
haber sido "colonizados" por un elemento francés* que los tad que intento defender ante ustedes. Estamos vivos porque
aleja de las cosas prácticas, claras y simples; es algo más se- tenemos una vida psíquica. La vida psíquica es este espacio
rio y más fundamental. Cuando no están encerrados en el interior, este fuero interior, que nos permite recoger los ata-
oscurantismo político, otorgo a mis adversarios el crédito ques del interior y del exterior, los traumas fisiológicos y
de considerar que comparten la racionalidad técnica carac- biológicos, las agresiones sociales y políticas. Lo imaginario
terística del primer modelo de libertad que mencioné. Su- los metaboliza, los transforma, los sublima, los trabaja: nos
bordinan el despliegue del pensamiento a causas y efectos; mantiene vivos. ¿De qué imaginario se trata? De los fantas-
esto tiene dos consecuencias: algunos toman una actitud mas que el psicoanálisis analiza. L a literatura ofrece su hos-
cientificista, "científicamente correcta", se vuelven "revi- pitalidad a nuestros amores, a nuestros insomnios, a nues-
sionistas" de Freud y desacreditan el psicoanálisis; otros, tros estados de crisis o de gracia; también la religión, en
con una actitud militante, políticamente correcta,** se vuel- oposición al liberalismo y a la libertad como adaptación a
ven servidores de Una causa minoritaria, aunque noble, que las causas y efectos, aporta un "plus de alma".
termina siendo un nuevo dogmatismo, una reivindicación De ahora en más, el trabajo del pensamiento estará pre-
de identidad contra el trabajo del pensamiento. parado para volver a encontrarse con el imaginario religio-
so, ya no lo condenará ni lo ignorará sino que develará sus
Sostengo que esta ambición libertaria de nuestra manera de lógicas, sus beneficios y sus crisis. La religión es analizable.
pensar, lejos de estar agotada, todavía sigue desarrollándose. Tenemos todavía mucho que hacer en este campo. E n este
Por un lado, la implicación del sujeto hablante en la in- sentido, encuentro muy adecuados los avances de la teoría
vestigación en las ciencias humanas, historia, sociología, analítica posfenomenológica y literaria desarrollada en Fran-
etc., se torna cada vez más urgente; esto no quiere decir que cia a partir de los años sesenta, tributaria de esta concep-
el investigador desprecie o ignore los datos objetivos, sino ción de la libertad como revelación y revuelta del ser en la
que los respeta y, cada vez más, se implica subjetivamente palabra para el otro.
en su interpretación. Hemos comenzado a preparar un gran He señalado, en reiteradas ocasiones, el origen greco-fran-
debate, tal vez de alcance nacional, acerca de las ciencias cés de este modelo de libertad que, a mi entender, está implí-
humanas, en torno a la relación entre "hechos e interpreta- cito en mi método de investigación a pesar de las notorias di-
ciones". Obviamente, el papel de la escucha psicoanalítica ferencias entre las obras de los autores a los que aludo. Debo
es crucial en este enfoque. reconocer que nadie tiene el monopolio y que tanto el mun-
do protestante como el católico son fértiles en las potencia-
* En inglés en el original [French stuffí. [N. de T.] lidades de este tipo de libertad. Quiero agregar que la noción
* * En inglés en el original. [N. de T.] de elección en el judaismo, distinta de la de libertad, vuelve
96 EXPERIENCIAS DE LA LIBERTAD EUROFILIA-EUROFOBLA. 97

a la persona criada en esta tradición particularmente apta adagio de los moralistas franceses: " S i Dios no existiera,
para realizar lo que queda por hacer, un entrecruzamiento habría que inventarlo". Y yo agrego: si Europa no existie-
entre estas dos concepciones de libertad, la liberal y la soli- ra, habría que inventarla en pos de nuestra libertad plural
daria, la técnica y la poética, la causal y la reveladora. y por el bien de Norteamérica. Cualesquiera que sean las
JVIis críticas al nacionalismo francés son tan conocidas competencias económicas y diplomáticas entre el viejo y el
que no es necesario insistir aquí en mi convicción de que la nuevo continente, la superación de la eurofobia actual es
elección de otro modelo de libertad, intimista y solidario a una necesidad que los intelectuales deben satisfacer. L a
la vez, es una elección difícil, tal vez incluso imposible. Sin French theory no tiene vocación más noble ni más urgente
embargo, esta es la apuesta de la Francia socialista y será, a que la de señalar la diversidad humana en la experiencia de
largo plazo, la apuesta de Europa. Estoy comprometida en la libertad.
esta apuesta y trataré de contribuir a enfrentar este desafío.
En cambio, Norteamérica, esta Norteamérica que tanto ¿Es apostar al porvenir de una utopía plantear el pensa-
amo, que no tiene ya adversarios y que hace callar a quie- miento como re-vuelta permanente y como equivalente a la
nes se le oponen, está a punto de convertirse en una Cuar- vida del pensamiento? Freud diagnosticó "el porvenir de
ta Roma, siguiendo el camino de Bizancio y Moscú... E n el la ilusión", y la modernidad lo confirma a través de las as-
"nuevo orden mundial", Norteamérica impone una oligar- piraciones de seguridad en las creencias y en la embestida
quía monetaria, económica y cultural, cuya marca identifi- técnica hacia el progreso. Estoy convencida, la única opción
catoria es el liberalismo y el riesgo que conlleva, la exclu- posible es el porvenir de la re-vuelta.
sión de cierta libertad humana. Otras civilizaciones aportan
otras concepciones del ser humano. Habría que asegurarles
un lugar más allá de la globalización reinante con el objeti-
vo de mejorarla a través de lo diverso. L a diversidad de los
modelos culturales es la única garantía de respeto hacia es-
ta "humanidad" que, como decía al principio, solo pode-
mos definir por su "hospitalidad"; la técnica y la robótica
tienden a uniformizarla y cometen la más fácil e inmediata
traición. L a hospitalidad no debería ser una simple yuxta-
posición de diferencias con un modelo dominante, sino el
respeto por otras lógicas, por otras libertades, que permita
mayor multiplicidad, mayor complejidad. L a humanidad
-cuya definición busco desde hace tiempo- es, tal vez, un
interminable proceso de complejización.
En este camino, el respeto de la diferencia europea podría
ser - o no será- una etapa decisiva. Todos conocemos el
' . t! 1 • .

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ÍNDICE > . ,u

Prefacio 9

" Primera parte


E L ESPÍRITU D E L A R E V U E L T A ' .
' [11] • r -
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¿ Q U É R E V U E L T A ES POSIBLE H O Y ? 13
Semejanzas y diferencias
con el "retorno retrospectivo" 16
E l psicoanálisis como re-vuelta 19
Reencontrar el sentido de lo negativo 20
Lógicas paradójicas de la re-vuelta 24

Segunda parte
EXPERIENCIAS D E LA LIBERTAD
[29]

PSICOANÁLISIS Y LIBERTAD 31
U n poco de historia, Freud y Lacan 31
El psicoanálisis, ¿es un moralismo comprensivo? 41
¿Por qué el psicoanálisis es un ateísmo? 46
L a libertad como re-comienzo:
el caso de Marie-Rose 51

99
100 ÍNDICE

E L AMOR POR LA OTRA LENGUA 55


La otra lengua o traducir lo sensible 55
Pero, ¿qué lengua? 58
Francia, mi sufrimiento 63
Proust, el traductor 67
Borrador del inconsciente o inconsciente borroso:
la experiencia literaria 71
E l escritor, ¿es un extranjero? 75

EUROFILIA-EUROFOBIA 77
Hospitalidad 77
Elementos para una investigación 81
Dos modelos de civilización
o de una polémica que hizo estragos 87
E l porvenir de la utopía,
la actualidad de lo político 89

Se terminó de imprimir en el mes de


setiembre de 1999 en Imprenta de los
Buenos Ayres S.A.I.C., Carlos Berg 3449
Buenos Aires - Argentina
Tirada: 2000 ejemplares

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