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Universidad del Valle-Sede Melendez

Curso: Psicología social III

Profesor: Pedro Enrique Rodriguez.

Estudiantes: Nicolas Norato Mesa y Brayan Esteban Bravo

Trabajo sobre intervención en psicología comunitaria.

La resiliencia de las familias afectadas por el desplazamiento forzado en Colombia.

El texto que se plantea abordar en este trabajo, se trata sobre un artículo de

intervención psicosocial ejecutado en familias campesinas Colombianas que han sido

desplazadas por el conflicto armado en el Municipio del Peñol, escrito por Olga Lucia Lopez

Jaramillo (2005), profesora titular de la universidad de antioquia ubicado en el área de

conocimiento de servicios sociales, trabajadora social de la universidad del valle,

investigadora del instituto de estudios regionales de la universidad de antioquia medellín.

La importancia de este artículo radica en su carácter práctico con los elementos que

ofrece esta cruda realidad; un número considerable de familias sufre no únicamente la muerte

de uno o varios familiares a consecuencia de las actividades bélicas, sino también el

enfrentamiento a un mundo social nuevo que los reciben sin medios materiales que les

permita retomar la vida en los términos conocidos.

El artículo manifiesta lo mencionado por Montero (2006), sobre los valores que tienen

vigencia en la Psicología Social Comunitaria (PSC) que rigen el quehacer comunitario. Lo

anterior refiere a la relación que existe entre agentes externos (Psicólogos y profesionales que

van a trabajar con la comunidad) e internos (Líderes e individuos interesados que pertenecen

al grupo comunitario), en el trabajo comunitario y la condición de actores sociales.


Ahora bien esto es evidente en el artículo, en el cual se expresa la articulación

establecida entre las entidades gubernamentales y no gubernamentales, autoridades del

gobierno, instituciones académicas y las familias desplazadas, desarrollando en el ámbito

psicosocial un proyecto de intervención con el objetivo de rehabilitar la capacidad de acción

de las familias vulneradas por el conflicto armado, interviniendo en distintos aspectos como

el económico, cultural, social y psicológico partiendo del enfoque de la resiliencia; la

capacidad que tienen los individuos y grupos para hacerle frente a la adversidad, asegurando

la sobrevivencia.

Es menester mencionar que, aunque el artículo se exprese en términos de intervención

psicosocial, su alcance, los elementos abordados y tenidos en cuenta, junto con lo que se

logró, cumplen las características de una intervención social comunitaria, debido a que como

menciona Gonzales (2014) la PSC tiene su punto de partida en la comprensión de que los

espacios sociales son portadores de una serie de dinámicas propias específicas, acorde a las

prácticas sociales establecidas en los contextos culturales en las cuales se viven los procesos

psicológicos evidentemente sociales, por lo tanto, la acción profesional se posiciona dentro

del juego de relaciones simbólicas donde hay posibilidades de transformación real del

proceso humano.

Lo cual es acorde a lo expresado por Jaramillo (2005) y Montero (2006), con base en

el interés del estudio que se hizo, que buscaba en los elementos y las potencialidades de las

familias; capacidades, recursos y conductas proactivas, que permitieran el diseño de

estrategias de afrontamiento frente al desplazamiento forzado, teniendo como objetivo las

familias en condiciones de vulnerabilidad (comunidad) junto con los procesos y relaciones

psicosociales que en ella se promueven y producen.


Primeramente, el texto decide abordar el tema del desplazamiento forzado desde una

serie de conceptos epistemológicos tratados anteriormente, que dilucidan los términos y

enfoques de la intervención psicosocial, que le dan sentido a la propuesta según Jaramillo

(2005):

Fuente Concepto Definición.

Jaramillo (2005) y Henao (1998). Desplazamiento forzado en Se refiere al movimiento, marcha,

Colombia. o éxodo obligatorio/involuntario

de un pueblo o grupo dentro de los

límites fronterizos de un mismo

país en vista de la violencia

generada por un conflicto bélico

presentado en la zona. El

desplazamiento forzado se registra

desde el siglo XX, asociado a la

violencia bipartidista que

gobernaba en ese entonces el país.

Generando complejas

manifestaciones de crisis

humanitarias, en el cual surgieron

actores armados que agenciaron

sus propios proyectos económicos

y políticos en contra del estado y

la sociedad civil, generando

desapariciones, secuestros,

violaciones, apropiaciones de

tierras, masacres, hostigamientos

frecuentes y desplazamientos.
Dünkel cita. en Velasquez (1999) Victimización Terciaria Se entiende por esto al daño
sufrido en los bienes jurídicos,
emocionales, económicos y
familiares, con escasa respuesta
social solidaria junto al abandono
o indiferencia del estado hacia las
familias desplazadas, en suma de
la estigmatización social.

Mejia (1990). Sistema familiar La familia es un sistema activo en


el cual emergen elementos de
apoyo como las emociones,
creencias, tradiciones, fortalezas y
vulnerabilidades, y elementos
angustiantes como el estrés y las
presiones internas o externas, que
nos direccionan al éxito o al
fracaso.

Hernandez (s/f) Estrés familiar Se entiende el concepto desde dos


ejes básicos: vulnerabilidad a la
crisis y el poder de recuperación
de la crisis. Desprendiendo el
modelo de la resiliencia que
consiste en cuatro supuestos.
a) La familia es un sistema
vivo capaz de enfrentar
dificultades.
b) La familia desarrolla
estrategias y capacidades
que promueven su
crecimiento y protección
de los momentos de
cambio o transición.
c) La familia posee
fortalezas y capacidades
específicas, para
protegerse frente a lo
inesperado y adaptarse
luego de una crisis.
d) La familia se beneficia al
contribuir a las redes de
relaciones y recursos del
grupo comunitario al que
pertenecen, para afrontar
el estrés y la crisis.

Walsh (1998) y Gardiner cit. en Resilencia/Resilencia familiar La resiliencia emerge de la


Bandilla interacción entre los recursos
individuales y los recursos
sociales, y en el caso familiar se
trata de la actitud posicionada por
el grupo que le permite minimizar
la afectación causada por una
situación estresante, modificando
y desarrollando recursos que le
permitan enfrentar la situación,
bajo tres tres fuentes básicas:
1. Sistema de creencias
compartidas hacia una
posición positiva frente a
lo adverso.
2. Patrones de organización
familiar, que permiten la
movilización de recursos
internos y externos.
3. Procesos de
comunicación enfocados
en la claridad, apertura,
expresión emocional y
disponibilidad para
colaborar.
La transformación de elementos
negativos en elementos de
superación frente a el estímulo
estresor, que alude y sugiere que
la resiliencia está relacionado con
factores protectores.

Según lo anterior, la autora permite introducir el tema de desplazamiento forzado en

Colombia como tema estudiado e investigado desde los años noventa, en el cual se enfatizó el

tema relevante del artículo; si bien la guerra había generado una alto grado de afectación en

las familias haciéndolas víctimas del conflicto armado, se pudo captar la fuerza vital de las

personas para afrontar una serie de situaciones devastadoras posicionandolos como

sobrevivientes.

Las familias desplazadas por el conflicto armado, tiene una conceptualización de

victimización terciaria debido a su alto grado de afectación y vulneración, sin embargo tal

perspectiva vulnera al grupo afectado debido a que no son percibidos como agentes activos

de su propia recuperación, por lo tanto resulta imprescindible identificar en ellos una acción

intencional y conceptualizarlos como sobrevivientes.

La familia por lo tanto, debido a lo anterior es un sistema dinámico que se encuentra

sometida a una alta variedad de sucesos y eventos estresantes, como el desplazamiento

forzado. Este último, es considerado un estresor de primer nivel debido a su carácter

inesperado y no-normativo, externo, ambiguo, involuntario, esporádico y crónico, girando


alrededor de dos ejes fundamentales que es la vulnerabilidad a la crisis y el poder de

recuperación, teniendo como modelo la resiliencia.

De esta manera, el artículo posee como enfoque epistemológico de la resiliencia, ya

que otorga una profunda importancia al papel activo, las competencias y las fortalezas de las

familias desplazadas por la violencia, en vez de visualizarlas como un grupo perjudicado. Lo

anterior posee múltiples variables que tematizan las vulnerabilidades y la capacidad

regeneradora, en el cual se desarrollan recursos para minimizar el impacto disociativo como

el sistema de creencias, patrones de organización familiar y procesos de comunicación.

Lo anterior implica visualizar a las familias desplazadas como actores activos que

afrontan la adversidad desde sus recursos, en el cual ocurre una integración de la experiencia

total en la trama de la vida individual y familiar, en relación con la identidad personal y

colectiva.

De esta manera , el artículo se interesa de manera particular en las potencialidades de

las familias para afrontar la adversidad, que para Jaramillo (2005), se traduce el

afrontamiento en recursos y conductas proactivas que permiten el diseño de estrategias de

afrontamiento frente al desplazamiento forzado. Es aquí donde se postula la parte teórica del

artículo con la que se intenta entender y explorar lo resiliente de las familias a intervenir.

Para la autora, los recursos se clasifican en tres tipos según Patterson (cit. en

Hernandez 1997):

1. Recursos personales: Se refiere a las competencias individuales

(conocimientos y habilidades adquiridos) que facilitan la realización de logros

y de tareas, como rasgos de personalidad, físico y emocional.

2. Recursos familiares: Se refiere al funcionamiento de la familia bajo los

términos de cohesión (vínculo de unión, confianza, apoyo, integración y

respeto a la individualidad), adaptabilidad (capacidad afrontativa y de


superación de la adversidad), y habilidad comunicativa (capacidad para

coordinar esfuerzos individuales para afrontar demandas y reducir la

ambigüedad de los obstáculos).

3. Recursos de la comunidad: Refiere a grupos de personas o instituciones

externas a la familia que están vinculadas, relacionadas o entrelazadas con el

colectivo familiar dispuestas a ofrecer ayuda. Lo anterior, se organiza como

apoyo social del cual se desprende; apoyo emocional, apoyo informativo y

apoyo instrumental.

La conceptualización del recurso y sus tipos, es un elemento fundamental influyente

que permitió a la investigación tratar el fenómeno social desde las estrategias de

afrontamiento de las familias hacia el desplazamiento forzado.

Ahora bien, los recursos conceptualizados anteriormente permite según Jaramillo

(2005) pensarse las estrategias de afrontamiento, entendiendolo a traves de Hernandez

(1997) citado en el mismo documento, como el resultado de las respuestas coordinadas junto

con el esfuerzo integrado de la familia, para solucionar el problema en conjunto, encarando

las dificultades mediante los recursos personales, familiares y comunitarios, con el

significado que se asigna al evento estresor.

Se distingue según Hernandez (cit, en Jaramillo, 2005) dos tipos de estrategias:

1. Estrategias internas: refiere a las respuestas orientadas a proteger a la familia aun

cuando los actores consideran que no cuentan con recursos suficientes para hacer

frente exitosamente a la situación disruptiva, distinguiéndose dos tipos:

a) Reestructuración: Alude a la habilidad para redefinir las

experiencias estresantes de manera en que sean manejables y

más aceptables, con base en la autoconfianza y resiliencia que

tiene el grupo familiar.


b) La pasividad: Alude a la intención de evitar/evadir la

problemática, minimizando la responsabilidad y la iniciativa

propia para afrontar las dificultades debido a la producción del

evento estresor.

2. Estrategias externas: Refiere a la obtención de medios a través de fuentes externas

al grupo familiar, distinguiéndose tres tipos:

a) Búsqueda de apoyo social: Alude a la construcción de lazos

sociales compensatorios con la familia extensa.

b) Búsqueda de apoyo espiritual: Alude a las actividades y rituales

exclusivamente religiosos.

c) Búsqueda de apoyo institucional: Alude a la interacción con un

profesional especializado para obtener ayuda.

Los elementos anteriores mencionados, fueron en extremo importantes para entender

cómo las familias desplazadas crearon estrategias de afrontamiento según los recursos y

debilidades existentes, que dentro de un balance global se pudo permitir la supervivencia en

medio de una adversidad/problemática que pone en juego el riesgo físico, emocional y social.

Lo cual, permite dilucidar en las familias los diferentes procesos organizativos y

comunicativos alrededor de la cohesión, flexibilidad y adaptabilidad, relacionado con sus

creencias religiosas e identitarias.

Considerando el aspecto metodológico, la investigación se enmarca en la resiliencia

que se enfoca en explorar y reconocer las fortalezas, aspectos favorables, y mecanismos de

afrontamiento de las familias ante el desplazamiento forzado. En este caso, se trabajó con 63

familias desplazadas que se encontraban en diferentes etapas del hecho victimizante como lo

son el pre-desplazamiento, el desplazamiento físico, ubicación provisional, y la reubicación,


esto desde distintas zonas. (Marinilla en la zona del altiplano; El Peñol en la zona de

embalses y San Luis en la zona del Páramo)

Este estudio al centrarse en la resiliencia, rompe con el patrón de investigar desde las

consecuencias que produce el desplazamiento, a partir de ahí ya no se habla de víctimas si no

de sobrevivientes, dicho término al ser usado en este contexto se posiciona de forma diferente

socialmente y se aminora la posible estigmatización consecuente.

Para efectos de este estudio, se buscó identificar los diferentes recursos con los que

contaban las familias participantes en cuanto a los personales enmarcados en la formación

formal e informal. Se denota que tales recursos eran insuficientes teniendo en cuenta la

situación que tuvieron que vivir.

Para encontrar los recursos familiares, se aplicó un instrumento de diagnóstico

denominado APGAR el cual mide la tendencia a la integración y cohesión en comunidad y

finalmente los recursos de tipo comunitario, que representan una ausencia difícil de solventar

debido al abandono sistemático del estado como es mencionado en Amnistía internacional.

(2013). Los enfrentamientos armados en la vida cotidiana, trae consigo una condición de

duelo permanente, que se padece a través de emociones como la rabia y la resignación, es así

que se instaura una condición de anti-ciudadanía, debido a la ausencia de instituciones a

quien reclamar para que instaure la justicia, para que se atienda o se reparen las pérdidas, y

mucho menos que garantice la vida.

El objetivo principal de la investigación, buscaba reconstruir los proyectos de vida

individual, familiar y social de las familias desplazadas en el Oriente antioqueño, que se

asentaron en la cabecera; El Peñol. Además, de adaptar el modelo del Kensington

Consulation Centre for Marie Stopes International (MSI) al caso colombiano, durante cuatro
talleres basándose en una secuencia de pasos que consta en primer lugar, de la identificación

y validación de los sentimientos generados por las pérdidas.

Lo anterior está enfocado en el diálogo y la expresión oral, como ejes determinantes

para poder conocer las historias de pérdida de la familias, considerando lo que menciona

Llorens (Llorens pg 54-55) citado en Amnistía Internacional (Zubillaga, V) sobre que el

diálogo es una herramienta que permite desarrollar una narración como parte de un proceso

continuo que conecta a las personas, por lo que ha sido considerado como un elemento

central en los formatos de transformación. A través del diálogo reflexivo, se identifican

preocupaciones, se comparten expectativas y a su vez se construye el sentido de colaboración

y la empatía en comunidad, posibilitando una búsqueda de nuevos horizontes.

En segundo lugar, se trabajó en la elaboración del duelo a través de diferentes

actividades y dinámicas que involucran hablar abiertamente del daño causado, su dolor y

sentimientos asociados al desplazamiento, para posteriormente generar una resignificación

positiva.

Como tercer punto ,se buscaba hacer un reconocimiento de las fortalezas para afrontar

las crisis con las que contaban las familias, en donde se identificó la resiliencia como

elemento principal en los mecanismos de afrontamiento, esto para dar paso al

empoderamiento de las familias considerando sus propias fortalezas, y finalmente se avanzará

en la elaboración de nuevos proyectos de vida.

Discusión.

En un primer momento, el artículo desde una perspectiva amplia puede sugerir ser un

trabajo de intervención psicosocial tradicional elaborado en América Latina, dadas las

condiciones de vida y las características de la población según Montero (2006), ya que la


variedad de programas gubernamentales y no gubernamentales, junto con los autogestionados

por la propia comunidad, se focalizan en los sujetos actores de comunidades con necesidades

que están excluidas de la gran mayoría de los beneficios sociales, sugiriendo que carecen de

todo poder.

De esta manera, Montero (2006) al considerar la concepción anterior, considera que

es una forma de naturalizar las carencias específicas de un grupo comunitario, generalizando

a todas las aristas posibles de la forma de vivir en comunidad en situación de privación,

generando que se considere como eje fundamental y dominante la carencia de esta población

para los agentes externos e internos del grupo.

Por tal motivo, considerar esta concepción desde la perspectiva de la carencia es

sugerir que solo se ve al grupo comunitario como víctima de la situación. Precisamente esto

ya lo tiene en cuenta Jaramillo (2005), por lo que menciona que considerar a las familias

desplazadas como víctimas conllevan efectos indeseables en cuanto a la transformación

social. Así que, ambas autoras coinciden en tal concepción, ya que presentar al grupo

comunitario como víctima o un grupo con necesidades y carencias, los posiciona como

actores débiles, incapaces, e indefensos, privados de toda posibilidad de ser personas activas

de su propia recuperación con la posibilidad de transformar su propia vida (Jaramillo 2005 y

Montero 2006).

Es por lo mismo, que Jaramillo (2005) propone un modelo de intervención psicosocial

que está enfocado en la resiliencia de las familias desplazadas, con el objetivo de devolver su

carácter transformador de actor activo a sus propias vidas post evento traumático. El modelo

MSI adaptado a la realidad colombiana, consta de 5 ejes fundamentales que buscan cumplir

dicho objetivo según Jaramillo (2005):

1. Identificación y validación de los sentimientos


generados por las pérdidas.
2. Elaboración del duelo.
3. Reconocimiento de fortalezas para afrontar las crisis
(resiliencia).
4. Empoderamiento de las familias con sus propias
fortalezas.
5. Elaboración de nuevos proyectos de vida.

La propuesta de la autora, tiene en cuenta que las familias desplazadas por el conflicto

armado tras una situación evidentemente traumática, que moviliza una serie de elementos

significativos extremadamente importantes tanto para los individuos del grupo familiar

comunitario, como al grupo familiar en su conjunto social, necesitan no únicamente que los

pongan a salvo y los reubiquen en condiciones dignas, sino aún más importante; sentirse en la

capacidad de tomar el control de su propia vida y situación, con el carácter restrictivo de

poder transformar su realidad.

Por lo tanto, se afirma que la intervención elaborada es acorde acorde a lo

mencionado por Montero (2006) en cuanto al objetivo de la PSC:

“ El objetivo de la psicología social comunitaria es catalizar la organización y las acciones necesarias

para que la comunidad use sus recursos, reconozca y emplee el poder que tiene, o bien busque otros

recursos y desarrolle nuevas capacidades, generando así el proceso desde sí misma”(Pp, 35).

Ahora bien, en cuanto a los resultados obtenidos en dicha intervención, se encontró

que fue de gran éxito debido a los resultados obtenidos. Jaramillo (2005) manifiesta que, la

organización de las diferentes entidades externas y la participación activa de los actores

internos (por medio de sus representantes de cada familia), permite una gran recuperación

psicosocial, junto con la mejora de las condiciones económicas en las familias participantes,

dando como resultado una experiencia terapéutica replicable.

Por lo anterior, si se compara las mejoras de las condiciones de vida, las actitudes y

posicionamientos de las familias participantes, con los momentos vividos inmediatamente


después del desplazamiento, se puede dar cuenta del empowerment mencionado por

Rappaport cit. en Montero (2006). En un principio, la afectación de las familias por los daños

infligidos en vista del desplazamiento forzado mostraban una actitud retraída frente a la

interacción con otras personas, y cierta incapacidad de pensar otro tipo de posicionamiento

ocupacional. No obstante, en la intervención se crearon espacios de interacción que

facilitaron el fortalecimiento, evidenciando el proceso mediante el cual las personas y la

comunidad adquirieron la capacidad de controlar y dominar sus propias vidas (Montero, 2006

y Jaramillo, 2005).

Lo anterior se ejemplifica con los resultados obtenidos por Jaramillo (2005) en cuanto

a su actividad económica; la mitad de las familias se quedaron en la cabecera municipal del

Peñol (50%), teniendo una recuperación socioeconómica a través de pequeños negocios como

graneros, tiendas, cafeterías, artesanías, entre otros. El 20% de las familias retornaron

parcialmente a sus fincas, y el 30% retornó de forma definitiva.

Lo anterior, sugiere entonces que el trabajo realizado tuvo resultados muy positivos en

cuanto a empowerment (Rappaport cit. en Montero 2006). Establecer otro medio de ingreso

economico despues de un evento traumático, que te despojo de tu forma habitual de conectar

con el mundo laboral y concepción identitaria, se necesita de mucha valentía y un proceso del

duelo emocional muy importante y significativo, en suma de las familias que retornaron a sus

tierras parcial o totalmente, evidenciando una clara disposición resiliente de los distintos

grupos familiares de tomar control de sus propias vidas y transformar lo sucedido.

Cabe mencionar con el desarrollo del texto de Zubillaga, V. que a lo largo del proceso

de recuperación fueron clave distintos actores que por medio de los llamados movimientos de

soporte se encargan de sostener la emocionalidad y el tejido social este es ejercido tanto por

las mujeres y agentes externos como por profesionales de la salud. Se trata del apoyo mutuo
durante momentos de fatiga emocional por lidiar con la responsabilidad de la convivencia y

obligaciones de la vida cotidiana. Amnistía Internacional. (2013)

Finalmente, al hablar de las conclusiones de este estudio se contempla que la

reestructuración del proyecto de vida de las familias fue posible ya que la totalidad de las

familias participantes retornaron a sus antiguos territorios, aunque de forma intermitente,

consiguieron recuperar su economía y productividad. Considerando las estadísticas de retorno

y recuperación de los proyectos de vida de las familias afectadas, se entiende que las

realizaciones de estos talleres posibilitaron una expresión emocional e integración de

experiencias que desembocaron en un progreso y regeneración de la vida de estas familias.

Es a través de los testimonios de algunos participantes que se puede contemplar tanto

el duelo por la pérdida, como una nueva esperanza en el futuro del igual forma se resalta que

el diálogo constituye una herramienta eficaz contra el ciclo fatal de la violencia armada

además de las estrategias de afrontamiento aprendidas que van desde la pasividad, la

reestructuración externa, social, espiritual e institucional permitieron desarrollar la capacidad

de adaptación y el dejar ir todos los miedos e inseguridades que mencionan los participantes.

Por otro lado, se alude a que la recuperación no es un proceso individual sino más

bien colectivo que requiere de la ayuda de la comunidad siendo así el conflicto armado y la

violencia separó a los sobrevivientes de sus raíces y de sus seres queridos y a su vez los unió

con otros sobrevivientes en el camino hacia la búsqueda de una paz duradera.

Referencias

Jaramillo, O. L. L. (2005). La resiliencia de las familias afectadas por el desplazamiento

forzado en Colombia. Perspectivas sociales= Social Perspectives, 7(2), 2.


Gonzales Rey, F., Quintal de Freitas, M. F., Montero, M. M., Rosas, G. R., Echeverria, G. E.,

& Jimenez Dominguez., B. J. (2014). Repensar la psicologia y lo comunitario en

America Latina (1.a ed.).

Montero, M. M. (2006). HACER PARA TRANSFORMAR. (1.a ed.) [Digital]. Paidos Tramas

sociales, ISBN 950-12-4535-7

Montero, M. (2006). Teoría y práctica de la psicología comunitaria. Buenos aires: Paidós.

Llorens. “El diálogo reflexivo como herramienta para producir acuerdos.” ACUERDOS

COMUNITARIOS DE CONVIVENCIA ANTE LA VIOLENCIA ARMADA Pistas para

la Acción, AMNISTÍA INTERNACIONAL, 2005, pp. 54-55.

Zubillaga, V. ACUERDOS COMUNITARIOS DE CONVIVENCIA ANTE LA VIOLENCIA

ARMADA Pistas para la Acción. AMNISTÍA INTERNACIONAL, 2013.

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