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Alzheimer: la enfermedad de Alzheimer (EA) es la causa más frecuente de demencia entre las personas ancianas.

Se trata de una
alteración neurodegenerativa, que suele aparecer a partir de los 65 años, aunque también puede presentarse en más jóvenes. La
Organización Mundial de la Salud (OMS) definió esta enfermedad como una dolencia degenerativa cerebral primaria, de causa
desconocida. Cuando una persona padece la enfermedad de Alzheimer, experimenta cambios microscópicos en el tejido de ciertas
partes de su cerebro y una pérdida, progresiva, pero constante, de una sustancia química, vital para el funcionamiento cerebral, llamada
acetilcolina. Esta sustancia permite que las células nerviosas se comuniquen entre ellas, a la vez que está implicada en actividades
nerviosas superiores, como el aprendizaje, la memoria y el pensamiento

FACTORES DE RIESGO DE LA ENFERMEDAD DE ALZHEIMER

Aquí algunos de los elementos que pueden aumentar las probabilidades de padecer esta enfermedad:

Edad: suele afectar a los mayores de 60-65 años, pero también se han dado casos entre menores de 40. La edad media de diagnóstico
se sitúa en los 80, puesto que se considera que el mal de Alzheimer es una enfermedad favorecida por la edad.

Sexo: las mujeres la padecen con más frecuencia, probablemente, porque viven más tiempo.

Factores medioambientales: en investigaciones iniciales se había estudiado una posible relación entre la presencia de elevadas
concentraciones de aluminio en el tejido cerebral de pacientes con la enfermedad de Alzheimer y el desarrollo de esta enfermedad. Sin
embargo, todavía no se ha encontrado ningún dato concluyente sobre esta relación. Otro factor estudiado es el del tabaco, que los
últimos estudios han mostrado como un claro factor de riesgo

ETAPAS
Primera etapa: Esta primera etapa tiene una duración aproximada de 2 a 5 años; en ella se observa un paulatino deterioro en la
memoria. La persona se olvida de eventos recientes, a pesar de haber transcurrido sólo 10, 15 ó 20 minutos de haber ocurrido.

En esta segunda etapa, todos los aspectos de la memoria empiezan progresivamente a fallar. Este estadio tiene una duración
aproximada de 2 a 10 años, durante el cual ocurren importantes alteraciones de la función cerebral, con aparición de síntomas más
preocupantes o que llaman más la atención. Comienzan a surgir problemas de afasia, apraxia y agnosia.

En esta tercera y última etapa, se presenta una amplia y marcada afectación de todas y cada una de las facultades intelectuales. Los
síntomas cerebrales se agravan, se acentúa la rigidez muscular, así como la resistencia al cambio postural. Pueden aparecer temblores y
hasta crisis epilépticas.

Autismo:

Los trastornos del espectro autista son un grupo de trastornos neurológicos y del desarrollo que afectan la forma en que las personas
interactúan con los demás, se comunican, aprenden y se comportan. Aunque se puede diagnosticar el autismo a cualquier edad, se le
conoce como un “trastorno del desarrollo” porque generalmente los síntomas aparecen durante los primeros dos años de vida.

Los comportamientos de comunicación e interacción social pueden incluir:

● Hacer poco contacto visual o hacerlo de manera inconsistente.

● Compartir con poca frecuencia algún interés, emoción u objetos o actividades que disfrutan (lo que incluye rara vez señalar o
mostrar cosas a los demás).

● No responder o demorarse en responder cuando se les llama por su nombre


● A menudo, hablar largo rato sobre un tema que prefieren, sin permitir que otros tengan la oportunidad de responder o sin darse
cuenta cuando los demás reaccionan con indiferencia.

● Tener expresiones faciales, movimientos y gestos que no coinciden con lo que están diciendo.

● Tener problemas para adaptar su comportamiento a diferentes situaciones sociales.

● Tener dificultad para compartir en un juego imaginativo o para hacer amigos. Los comportamientos restringidos o repetitivos pueden
incluir:

● Repetir ciertas conductas o tener comportamientos inusuales, como repetir palabras o frases (un comportamiento llamado ecolalia).

● Molestarse por cambios pequeños en una rutina y tener dificultad con las transiciones.

● Ser más sensibles o menos sensibles que otras personas a la información sensorial, como la luz, el sonido, la ropa o la temperatura.
Las personas con trastornos del espectro autista también pueden tener dificultad para dormir y ser irritables

Causas y factores de riesgo:

Los investigadores no saben cuáles son las causas primordiales de los trastornos del espectro autista, pero hay estudios que sugieren
que los genes pueden interactuar con las influencias del entorno para afectar el desarrollo en formas que originan al autismo. Algunos
factores que están asociados con un aumento en el riesgo incluyen:

● Tener hermanos con trastornos del espectro autista.

● Tener un padre o una madre de mayor edad.

● Tener ciertas afecciones genéticas (por ejemplo, el síndrome de Down o el síndrome del cromosoma X frágil).
● Tener un peso muy bajo al nacer. No todas las personas que tienen estos factores de riesgo tendrán autismo.

Hasta ahora, no existe ningún tratamiento específico o curativo para el autismo. Los tratamientos existentes

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