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Diario Comercial, Económico y Empresarial Nro. 151 - 21.02.

2018

Quiebra, desapoderamiento y donaciones


Por Germán E. Gerbaudo1
I. Introducción.
La quiebra es un proceso concursal liquidativo. Es un instituto que procura tutelar el interés de los
acreedores liquidando de manera ordenada el patrimonio del deudor insolvente a fin de obtener un
producido que se distribuye entre los acreedores concurrentes conforme al orden de privilegios previstos
en la Ley de Concursos (en adelante L.C.).
El desapoderamiento es el principal efecto patrimonial que trae consigo la sentencia de quiebra 2,
teniendo ejecutoriedad inmediata con la misma (art. 106 de la L.C.). Es una concreción del principio de la
universalidad patrimonial previsto en el art. 1º párr. 2º de la L.C., conforme al cual la quiebra abarca con
sus efectos la totalidad del patrimonio del deudor, salvo las exclusiones que la ley prevé respecto de
determinados bienes (art. 108, L.C.). La conformación del activo falencial compuesto por los bienes
desapoderables y objeto del proceso de liquidación, reconoce dos tipos de limitaciones. Por un lado, se
circunscribe a los bienes existentes a la fecha de la sentencia de quiebra y los que se adquieran hasta la
rehabilitación (art. 107, L.C.), y por otro lado, escapan al desapoderamiento diversos bienes que por
razones de política legislativa y en atención a la protección del deudor y su grupo familiar se ha optado
por excluirlos del activo desapoderable (art. 108, L.C.).
En este trabajo analizamos los arts. 112 y 113 de la L.C. –insertos en el Capítulo II “Efectos de la
quiebra”, del Título III “Quiebra”- que regulan los efectos que el desapoderamiento produce sobre las
donaciones y legados. Nuestra colaboración se circunscribe al estudio de los efectos del
desapoderamiento sobre el contrato de donación.
II. Donación condicionada.
El art. 112 de la L.C. refiere de manera conjunta a las donaciones y legados sujetos a condición. El
art. expresa que “La condición de que los bienes legados o donados no queden comprendidos en el
desapoderamiento es ineficaz respecto de los acreedores, sin perjuicio de la subsistencia de la donación o
legado, de las otras cargas o condiciones y de la aplicación del artículo anterior”.

1
Abogado (UNR). Doctor en Derecho (UNR). Magister en Derecho Privado (UNR). Especialista en Derecho de Daños (UCA). Profesor
adjunto de Derecho de la Insolvencia, Facultad de Derecho (UNR). Profesor adjunto de Derecho del Deporte, Facultad de Derecho (UNR).
Secretario Académico de Posgrado (Facultad de Derecho, UNR).
2
Héctor O. Chomer y Jorge S. Sícoli expresan que el desapoderamiento es el efecto que “más profundamente se propaga sobre el patrimonio
del fallido” (CHOMER, Héctor O. y SÍCOLI, Jorge S., Ley de concursos y quiebras. 24.522. Comentada, 1º ed., Bs. As., La Ley, 2009, p.
191). Se dice que es “el efecto jurídico más relevante” (MARCOS, Fernando J., Los saldos insolutos como deberes morales o de conducta.
Efectos de su pago con fondos no sujetos a desapoderamiento, en “Revista del Código Civil y Comercial”, 2016 (mayo), p. 179).
Nos ocupamos del estudio del desapoderamiento en un trabajo anterior, véase: GERBAUDO, Germán E., Desapoderamiento. Bienes
incluidos y excluidos. Liberación por deudas, en “Revista de la Facultad de Derecho”, Rosario, Facultad de Derecho, Universidad Nacional
de Rosario, Nº 21, t. I, 2014, p. 231.
El precepto que analizamos contempla el supuesto de una donación donde el donante la realice
con la condición de que los bienes donados no quedan comprendidos en el desapoderamiento. La
respuesta del artículo es muy clara: dicha cláusula es ineficaz. En consecuencia, prevalecen las normas de
la L.C. por sobre la autonomía de la voluntad. En definitiva, correctamente se hace predominar el interés
de los acreedores por sobre el interés particular del donante y el interés particular del donatario.
La solución actual de la L.C. proviene de la ley 19.511 de 1972. Antes de esa fecha, resultaba
plenamente válida y oponible al concurso la condición que excluía a estos bienes del desapoderamiento.
Con la ley 19.551 se modificó el sistema, invirtiéndose la solución dado que resulta inoponible a la
quiebra este tipo de condiciones. La doctrina expresa que “las vicisitudes del patrimonio desapoderado no
pueden depender de las decisiones de un tercero o del propio fallido”3.
Se trata de una inoponibilidad que opera de pleno derecho conforme al art. 118 de la L.C4.
III. Donación y rehabilitación.
El desapoderamiento se extiende hasta la rehabilitación. En efecto, el art. 107 de la L.C., en su
primera parte, bajo el título de “concepto y extensión” establece que “El fallido queda desapoderado de
pleno derecho de sus bienes existentes a la fecha de la declaración de quiebra y de los que adquiera hasta
su rehabilitación”. Por lo tanto, la rehabilitación marca el “corte patrimonial” respecto de los bienes que
adquiera el fallido una vez declarado en quiebra. En consecuencia, lo bienes que el fallido adquiera luego
de la rehabilitación quedan excluidos del desapoderamiento. En otros términos, se señala que “la
rehabilitación articula la existencia de dos masas de bienes: una, que responde frente a los acreedores
anteriores a la quiebra y que se conjuga con el art. 107 de la L.C., en cuanto comprende los bienes
desapoderados; otra, la que se adquiera a partir de la rehabilitación que hace frente a deudas posteriores”5.
Es preciso señalar que si bien la ley refiere a que el cese de la inhabilitación opera de pleno
derecho al año de la quiebra, es menester el dictado de una resolución judicial que le confiera certeza a las
circunstancias de hecho que la hacen precedente6. La citada resolución judicial tiene efectos retroactivos
al vencimiento del año, o del mayor o menor plazo que el juez fije, en caso de prórroga o reducción,
respectivamente7.

3
IGLESIAS, Lorena, comentario al art.112 en “Concursos y quiebras. Ley 24.522”, Director Héctor Chomer, Coord. Pablo Frick, Bs. As.,
Astrea, t. 2, 2016, p. 514
4
GARAGUSO, Horacio, Ineficacia concursal, Bs. As., Depalma, 1981, p. 126; GRAZIABILE, Darío J., GARAGUSO, Horacio P. y
MORIONDO, Alberto A., comentario al art. 112 de la L.C. en “Régimen Concursal”, Graziabile, Darío (Director y co-autor), Bs. As.,
Abeledo Perrot, t. III, 2014, p. 399; JUNYENT BAS, Francisco y MOLINA SANDOVAL, Carlos A., Ley de concursos y quiebras, Bs. As.,
Lexis Nexis Depalma, t. II, 2003, p. 101; IGLESIAS, L., op. cit., p. 514
5
JUNYENT BAS, Francisco y IZQUIERDO, Silvina, La rehabilitación: alternativa particular de conclusión de la quiebra, en L.L.,
Suplemento de Concursos y quiebras, 11/08/2008, p. 5.
6
BARACAT, Edgar J., Los sueldos del fallido devengados con posterioridad a la rehabilitación no pertenecen al activo concursal, en
R.D.C.O. 2010-B, p. 527; JUNYENT BAS, F. y MOLINA SANDOVAL, C.., op. cit, t. II, p. 490.
7
BARACAT, E., op. cit., p. 527; GRAZIABILE, Darío J., Cuestiones sobre el cese de la inhabilitación falencial, en L.L., Suplementos de
concursos y quiebras, 29/08/2007, p. 20.
Coincidentemente con el art 107., la primera parte del art. 113 de la L.C., bajo la designación de
“Donación posterior a la quiebra” expresa que “Los bienes donados al fallido con posterioridad a la
declaración en quiebra y hasta su rehabilitación, ingresan al concurso y quedan sometidos al
desapoderamiento”.
La doctrina califica a esta norma como redundante ante el art. 107 que refiere a los bienes
adquiridos hasta la rehabilitación8.
Por nuestra parte, consideramos que la claridad del precepto no deja duda alguna. Si existen
bienes que son donados con posterioridad a la quiebra y antes de la rehabilitación quedan comprendidos
en el desapoderamiento. En tal sentido, Adolfo Rouillón expresa que “las reglas del desapoderamiento
relativas a la composición del activo falencial (ver art. 107, LCQ) encuentran otra expresión en este
artículo que analizamos. Los bienes adquiridos por el fallido, después de la quiebra y antes de su
rehabilitación, son desapoderables con miras a su liquidación a fin de satisfacer el pasivo falencial (arts.
104, párr. 2o, y 107, LCQ)”9.
IV. Donación con cargo.
El art. 113 en sus restantes párrafos refiere a las donaciones con cargo. El precepto expresa que
“Si la donación fuera con cargo, el síndico puede rechazar la donación; si la admite debe cumplir el cargo
por cuenta del concurso. En ambos casos debe requerir previa autorización judicial.
Si el síndico rechaza la donación, el fallido puede aceptarla para sí mismo, en cuyo caso el
donante no tiene derecho alguno respecto del concurso”.
De acuerdo al artículo frente a una donación con cargo el síndico de la quiebra tiene dos
alternativas: proponer aceptarla o rechazarla. Cualquiera de las dos posibilidades debe realizarla con
autorización judicial. El síndico deberá evaluar la conveniencia para la quiebra de aceptar o no la
donación. La medida es el interés de los acreedores.
Pensamos que más que aceptar o rechazar la donación como indica la norma, lo que en verdad
realiza el síndico es una evaluación de los beneficios que para la quiebra traerá aparejado la aceptación.
En ese sentido elevará su dictamen al juez quien en definitiva con la correspondiente resolución aceptará
o rechazará la donación. Consideramos que el dictamen del síndico no es vinculante para el juez.
Resuelve el juez “con criterio de suma prudencia”10.
En caso que se acepte judicialmente la donación el cargo es reconocido como gasto de
conservación y justicia (conf. art. 240 de la L.C.).

8
BARAVALLE, Roberto A. y GRANADOS, Ernesto I.J. Ley de concursos y quiebras. 24.522, Rosario, Liber, t. II, 1996, p. 109.
9
ROUILLON, Adolfo A. N., Régimen de concursos y quiebras, 17º ed., Bs. As., Astrea, 2017, p. 225.
10
GEBHARDT, Marcelo, Ley de concursos y quiebras, Bs. As., Astrea, t. II, 2008, p. 102.
En el supuesto de que no se acepte judicialmente, la donación con cargo podrá ser aceptada por el
fallido. En este caso el donante nada puede reclamar a la quiebra o en otros términos “carece de
vinculación sobre el particular con el concurso”11. En la doctrina se indica que en ese caso el donante se
transforma en uno de los acreedores previstos por el art. 104, segunda parte 12. Asimismo, se indica que
“la voluntad del donante de que se cumpla el cargo queda resguardada con el bien donado, excluido de la
masa”13.
V. Colofón
1. La donación condicionada a que los bienes donados no sean alcanzados por el
desapoderamiento es inoponible a la quiebra. La inoponibilidad opera de pleno derecho.
2. La donación que se haga al fallido no rehabilitado queda comprendida en el desapoderamiento.
3. La aceptación judicial de la donación con cargo determina que el cargo sea reconocido como
gasto de conservación y justicia.
4. En el supuesto de que no se acepte judicialmente, la donación con cargo podrá ser aceptada por
el fallido, careciendo el donante de derecho contra la quiebra. El donante se transforma en uno de los
acreedores previstos por el art. 104, segunda parte.

11
ARGERI, Saúl A., La quiebra y demás procesos concursales, La Plata, Editora Platense, t. II, 1973, p. 181.
12
CHOMER, H. y SÍCOLI, J., op. cit., p. 205.
El art. 104 de la L.C. en su segundo párrafo bajo el acápite de “Deudas posteriores” indica que “Las deudas contraídas mientas no esté
rehabilitado pueden dar lugar a nuevo concurso, que sólo comprenderá los bienes remanentes una vez liquidada la quiebra y cumplida la
distribución y los adquiridos luego de la rehabilitación”.
13
GEBHARDT, M., op. cit., t. II, p. 102.

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