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PRIMERA VACUNA EN EL RÍO DE LA PLATA dición de la Vacuna, la primera campaña de Buenos Aires sería el último destino, previsto
salud pública de esa magnitud ordenada por HISTORIAS PORTEÑAS para 1806. Pero la vacuna llegó antes.
un Estado. Pero ¿cómo era vacunar en aque- Dice el historiador Pablo Cowen que el pri-
U
n antiguo aforismo europeo dice «From y rostro. Periódicamente había epidemias y se Turquía. Pero era riesgoso, no siempre daba re- la propagación de la vacuna y luego se es- En 1946 intentaron derribar ese árbol his- negrero que venía de Portugal vía Río de Janei-
love and smallpox but few remain free» asegura que la viruela mató a más gente que to- sultado y tenía una mortalidad del 5%». tableció su obligatoriedad. A partir de ese tórico, pero el diputado Alfredo L. ro. En el buque viajaban 38 esclavos negros y
(del amor y la viruela pocos se salvan). das las guerras de la historia de la humanidad. A fines del siglo XIX, un farmacéutico y bo- momento se dispuso de una dependencia Palacios lo salvó de la sierra. En 1990, el 3 de ellos traían en sus brazos el virus vivo. La
Sirve para dar una idea del devastador efecto A principios del siglo XIX, en España, el rey ticario de Berkeley, Inglaterra, Edward Jenner, como vacunatorio en La Manzana de las viejo árbol, vencido ya por los años, fue nave llegó a Montevideo el 5 de julio de 1805 y
que tuvo la viruela en el mundo desde épocas Carlos IV, muy afectado porque su hija Luisa descubrió que las mujeres que ordeñaban las Luces. Pero no fue, por cierto, el único lu- retirado del lugar pero se plantó uno simi- días después a Buenos Aires.
inmemoriales, ya que hay registros de la enfer- Fernanda había contraído viruela, decidió vacas de Gloucestershire tenían lesiones en gar donde se aplicaba. lar que hoy se conserva con una leyenda El 14 de agosto el virrey Rafael de Sobre-
medad desde hace 10.000 años. Con más de un enviar una misión especial a todas las colo- sus manos similares a las de viruela bovina de Bajo la sombra de un árbol Timbó, Pacará ad hoc. Hay una calle porteña, que recorre monte citó al Protomedicato porteño, que
30% de mortalidad, quienes sobrevivían que- nias españolas de América y Asia (que eran las ubres de las vacas pero no se contagiaban u «oreja negra» ubicado en la quinta que los barrios de Floresta y Villa Devoto, que agrupaba a los médicos de esa época, en El
daban discapacitados (ciegos, era lo más fre- muchas) con el objetivo de vacunar a todos la viruela humana. Pensó que tal vez eso las por entonces pertenecía a su familia, en la se llama Segurola. Fuerte (actual Casa de Gobierno) para co-
cuente) o con lesiones desfigurantes en cuerpo los súbditos de la Corona. Fue la Real Expe- inmunizaba. Decidió inocular a un niño de 8 menzar lo antes posible a vacunar. Una de las
años con muestras frescas de la viruela bovi- primeras en recibir la inoculación fue María
SHUTTERSTOCK na. El niño tuvo algo de fiebre y malestar pero Tuells, profesor titular de la Cátedra Balmis do tipo de peripecias, hasta naufragios, y mu- del Carmen Sobremonte, hija del virrey, dice
algunas semanas después lo pinchó con el vi- de Vacunología de la Universidad de Alican- chas muertes. Duró hasta 1810 y se extendió Méndez de Elizalde.
rus de la viruela humana y el niño no enfermó: te, España. también por Asia. Se vacunó a 250.000 perso- Mientras se intentaba en Buenos Aires
se había vuelto inmune. Ese fue el germen de La histórica expedición partió de La Coru- nas, en su mayoría, niños, escribe en un artí- convencer de la bondad del nuevo recurso
la idea de la vacunación: usar un virus atenua- ña el 30 de noviembre de 1803. Llegó a Puerto culo el médico uruguayo Milton Rizzi. a una parte reticente de la población («tam-
do para proteger de lo que ese virus causa. Co- Rico en febrero de 1804. Ya en América, fueron En México, Balmis resolvió dividir la expe- bién en esa época había antivacunas», apunta
rría el año 1796. vacunando en distintos pueblos e incipientes dición en dos y encomendó a su segundo, Jo- Cowen), la vacuna fue llevada al Interior y a
países de la época. La expedición enfrentó to- sé Salvany, seguir la ruta hacia América del Sur. países vecinos. Cosme Mariano Argerich, pre-
Cadena humana sidente del Protomedicato porteño, fue uno de
El primer gran desafío de la Real Expedición los médicos que más contribuyó a su difusión,
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de la Vacuna fue determinar cómo llevarían a junto con Saturnino Segurola (ver recuadro).
ultramar el virus de la viruela. El fluido se pre- Durante la década del 30 el aporte del doc-
servaba en las propias costras o en hilos de al- tor Francisco Javier Muñiz fue decisivo, pun-
godón embebidos y se guardaba entre vidrios tualiza Pablo Cowen. En América no existía
sellados con cera, pero tenían poco tiempo de La edición impresa completa para suscriptores y mucho más: el mismo tipo de vacas con las que había ex-
conservación. La decisión de Francisco Bal- perimentado Edward Jenner. Pero Muñiz des-
mis, el médico militar español que comandó cubrió que «las propiedades de las vacas de
la campaña, fue tomar 22 niños huérfanos de Gloucestershire se manifestaban también en
la Casa de Expósitos de La Coruña, e ir inocu- Luján, lo que permitió la fabricación nacional
lando el virus en el brazo, de dos en dos. Luego de la vacuna», escribe el historiador.
de 7 o 10 días aparecían las pústulas, se extraía El último caso de contagio natural de viruela
el material (pus o la secreción) y se repetía el data de octubre de 1977 y en diciembre de 1979
procedimiento en otros niños, manteniendo la Organización Mundial de la Salud (OMS) cer-
la cadena humana y el virus vivo. tificó su erradicación en todo el planeta. Fue el
«Hoy sería algo éticamente inadmisible, primer éxito de las vacunas, alcanzado por la
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tanto llevar a los 22 huérfanos como a los ni- colaboración de todos los países del mundo.
ños mexicanos que luego Balmis condujo a Fi- • Archivo de ediciones anteriores • Galería de imágenes
lipinas», asegura enfáticamente a Acción José Gabriela Navarra