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La situación que presento es que los estudiante vienen muy inquieto, en algunos casos
llegan tarde en horas de clase y en otras situaciones vienen pronunciando palabras
transmitido en groserias, mostrando incomodidad y fastidio en sus compañeros en
sentirse incomodo como en otros avergonzado de su salón.
1.- Realizar una lluvia de ideas que permitan a los estudiantes a identificar sus
conductas.
2.- Invitar a un o una estudiante para que copie todas las ideas que surjan en la pizarra y
comiencen a reflexionar en como podemos mejorar nuestra actitud reflexionando en que
nos ayuda en nuestra formación de valores
3.- Revisar cada una de las ideas y responder en conjunto que importante es analizar y
reconocer nuestras faltas para ir mejorando en el proceso.
4.- Iniciamos la votación solo con las ideas que sí están basadas en el respeto y
orientación al bien común mejorando a su un clima de sana convivencia y buena
practica de valores en el aula como en la escuela.
5.- Se sugiere elaborar un cartel o mural en el que se coloquen las normas elegidas y de
esa manera recordar aquellos acuerdos que al leerlos nos ayudara para poder practicarlo
constantemente y tenerlo en cuenta en caso nos podamos olvidar..
Pude notar bajo la observación que dialogar con los estudiantes que tenían comportamientos
inadecuados y hacerlos reflexionar, era mejor que llamarles la atención públicamente, como yo
hacía antes. Leer sobre esta estrategia comprendí que cuando el alumno toma conciencia de
las consecuencias de sus acciones puede cambiar y reflexionar de sus actos es más fácil que
lograr que cambie su comportamiento, si no le hago ver eso y solamente lo recrimino,
difícilmente cambiará, por más que se le llame la atención o se le castigue, sin embargo,
reconozco que hay que tomarse un tiempo para hacer esto: llamar la atención te toma un
minuto, aplicar esta estrategia lleva más tiempo, pero, de hecho, vale el esfuerzo hacerlo.
Ahora, siento que manejo mejor la convivencia dentro del aula en una convivencia
democratica, pero debo seguir trabajando para mejorar la convivencia en todas mis grados y
secciones. Pienso que me resultará observar con atención el comportamiento de mis
estudiantes en clase y detectar “casos problema” para dialogar con ellos en las horas de recreo;
abordarlos en el patio puede ser mejor porque están más serenos, sería una acción preventiva
que de alguna manera evitaría que se presenten situaciones problemáticas en el aula. Luego
invitar a que puedan cambiar y ser empático.